Capítulo 2: Mi mascota, lo más preciado para mí.
Durante toda la noche Kaka se movía entre sueños hasta quedar encima de su amo, sintiéndose así más cómodo. Por su parte, Vegeta no sentía nada, al parecer el trasteo de su casa le había dado como resultado un largo sueño pesado.
La figura de un joven descansaba sobre la figura de un hombre adulto.
6:00 AM, empezaban a atravesar las ventanas algunos rayos de sol, de pronto un gran resplandor iluminó toda la habitación, dejando ver a la figura de un gatito en las piernas de su ahora despierto amo.
-Mgghhmt… Parece que ya amaneció. –dijo algo adormilado.- ¿Qué haces aquí Kaka? –preguntó levantando un poco el regazo para ver mejor a su mascota y acariciarle su suave pelaje.
-Prrrr. –corresondió a la caricia.-
-Te compré una cama, y para eso es, para dormir, no puedes subirte en mi cama. –dijo serio levantando al pequeño felino negro hasta tenerlo a la altura de su cara.-
El pequeño animalito abrió sus enormes ojos negros y colocó una especie de carita triste, muy conmovedora.
-¿Por qué me miras así?
-Quiero dormir en tu cama, Amo. Meeoow. –respondió triste.-
-Me imagino que quieres dormir conmigo.
-¡Siiií! ¡Me entendió! ¡MIAW!
-Está bien pequeño. –dijo acariciando nuevamente a Kaka.- Eres muy bonito, no sé qué hacías solo en la calle. Eres el animal más hermoso que he visto. –seguía acariciándolo.-
-Si pudiera ya me hubiera sonrojado. Meow. –maulló suavemente para luego pasar tiernamente su pequeña lengüita rosada por la boca de su Amo.-
-Jeje, eres muy tierno.
Vegeta ya había desayunado, Kaka también, este último ya se encontraba en su cama mordisqueando patas arriba el peluche de ratón que le habían obsequiado.
El humano estaba muy bien arreglado, al parecer iba a algún lugar o acontecimiento importante. Así es, iba a su primer día en su nuevo lugar de trabajo.
El gatito distraído observaba cómo su Amo caminaba de un lado a otro alistándose.
-Pequeño, te quedarás solo aquí, no vayas a hacer nada malo. Vuelvo al medio día, después regresaré a la clínica nuevamente y no sé a qué hora se acabará mi segundo turno. Espero volver pronto.
Ese gatito inspiraba tanta ternura para el humano que bajó un poco la cabeza y dio un suave beso en la cabecita de Kaka. El gatito, al parecer, intentó imitar esa demostración de cariño lamiendo nuevamente los labios de su Amo.
-¿Eres un perro o qué? Jeje, cuándo dejarás de ser tan tierno. No te salgas por las ventanas, nos vemos. –dijo dando una última caricia al minino.-
-Adiós, Amo. Meow.
1 hora después, Kaka se encontraba explorando la casa, movía su colita de lado a lado igualmente que sus hábiles orejas de gato, buscando y descubriendo nuevas cosas. Hasta que el hambre atacó.
-Tengo mucha hambre. Mi Amo no está en casa, tengo hambre. Mucha hambre. –pensó seguido de el crujir de su estómago.-
-Mi Amo guarda la comida en esta alacena al parecer.
Se trepó hábilmente a la silla del comedor levantando la cabeza para observar la alacena superior.
-Está muy alto, no podré alcanzarla. –su estómago crujió nuevamente.-
Su pequeño cuerpo se preparó para saltar a la alacena. Saltó. Pero lamentablemente hizo los cálculos mal y había dado contra las baldosas del suelo.
-¡MIAW! –se quejó de dolor.- Tengo hambre buaa. Un poco más, alcanzaré esa comida.
Otra vez su cuerpo se preparó hasta saltar nuevamente, esta vez, quedando colgando de la manigueta de la repisa. Con sus dos patitas se impulsó hacia atrás logrando abrir el lugar. Rápidamente saltó hasta quedar dentro del lugar.
-¡Hurra! ¡Lo hice! Ahora, a bajar estas latas.
Mientras tanto en la Clínica Princeton, el Dr. Vegeta Saeki se encontraba atendiendo a una paciente.
-Dígame, ¿qué le aqueja?
-Doctor, me duele mucho el alma. –dijo la mujer de mediana edad haciendo una mueca que para otros hubiera parecido graciosa. Para Vegeta no.
-¿Qué qué? ¿Me lo puede repetir por favor? –preguntó pacientemente.-
-Me duele el alma Doctor. A propósito, Doctor, ¿tiene esposa(o), novia(o) u amante?
-Eso no le interesa, haber, ¿vino aquí a hacerme una entrevista o a usar mis servicios?
-Es que Doctor, la verdad es que no tengo nada, sólo aparté esta cita con usted porque cuando lo vi en la sala de urgencias hablando con uno de los enfermeros, me pareció muy sexy y…
-La remitiré a psicología. ¡Siguiente!
-P-Pero Doctor, ¿no me va a dar su número o algo? ¡Por favor!
- ¿Jack?
-¿Sí Doctor?
-Venga a buscar a la paciente apellido Johannson, por favor llévela al pabellón 7 de la clínica y remítala a Psicología. Dígale al médico de turno que el Doctor Vegeta Saeki se la mandó para consulta completa requerida. Examen psicológico completo y, pues de pasada un toxicológico.
-En seguida Doctor.
-¿Doctor? ¡No estoy drogada!
-En segundos vendrán por usted señora. –dijo paciente pero fastidiado.-
-Buenos días Dr. Saeki, he venido por la paciente.
-Buenos días Jack, ésta es.
-¡No puede hacer esto!
-Kumiko, mande al siguiente paciente.
-En seguida.
En la mansión Saeki cierto animalito se las había arreglado para colocar la lata de atún en el abrelatas eléctrico, después de comer, se dirigió a la cama de su dueño, ya que ahora la consideraba como suya propia también. Tomó una larga siesta hasta que llegara su Amo.
-¡Ya vine Kaka!
-Mi Amo ya vino ¡yay! ¡Miaw! –corrió rápidamente hasta donde se encontraba su Amo.-
-¿Cómo estás Kaka? ¿La pasaste bien? –preguntó acariciando su suave y brillante pelaje negro.-
-Prrr… Sí.
-Tomaré eso como un sí. –dijo sonriendo.- Me gustaría que pudieras hablar, así no me sentiría tan solo después de todo. –con un tono melancólico en su voz.-
-No estás solo Amo, yo siempre estaré aquí contigo. Sí puedo hablar, pero cuando me transformo en humano. Meow, meow, miaw, meow.
-Pareciera que hablaras. –dijo recuperando un poco su semblante.-
-¡Sí, sí puedo! Me gustaría enseñarte que me parezco mucho a ti Amo. Pero temo que te vayas a sorprender mucho y me eches del único hogar que he tenido en mucho tiempo. –el gatito adoptó en su carita una mirada triste.-
-Vamos, necesito almorzar y ver TV, haber si me relajo un poco, además que me relajo acariciando tu pelo. –dijo tomando al felino.-
15 minutos más tarde, Vegeta se encontraba viendo las noticias y acariciando a Kaka en su regazo.
-¿Quién será Kaka? Espera aquí un momento.
Colocó al pequeño en el sofá para atender la puerta.
-¡VEGETA! ¡Amigo!, ¿Cómo te va?
-Turles, Nappa, Raditz, no puedo creer que diga esto pero, ¡Qué bueno verlos otra vez! Pasen.
-Woahh, Vegeta, esta casa está impresionante. –habló Turles.-
-Así es Vegeta, tuvo que costarte una millonada. Pero eso a ti no te importa, ahora que te separaste no tienes en quien gastar y toda tu fortuna queda para ti solito. –habló Nappa.-
Vegeta asintió a los halagos, mientras se dirigían a la sala donde Kaka esperaba impaciente a su Amo.
-Vegeta, espero que cuando te sientas sólo, no dudes en llamarnos amigo, sé que algún día encontrarás a alguien digno de ti hermano, tendrás muchos hijos y vivirán felices. –habló Raditz.-
-No estoy solo. –dijo con una sonrisa.- Miren, éste es mi gato Kaka.
-¿Gato? Awwww, ¡mira esa cosita! -dijo Turles.-
-¡Es muy lindo Vegeta! ¿Dónde lo compraste? ¡Quiero uno ya! –dijo Nappa emocionado.-
Kaka miraba asustado a los hombres grandes que lo miraban observaban con ternura, cuando su dueño se sentó nuevamente en el sofá, rápidamente se sentó en su regazo ocultando su cabecita en sus abdominales, temblaba de miedo, no estaba acostumbrado a estar en multitudes.
-Lo encontré ayer en una cesta de comida, estaba justo en la puerta, dudé un poco pero decidí adoptarlo. Sal de ahí Kaka, ellos no te van a hacer daño.
El gatito asomó la cabecita para encontrarse con Nappa, Turles y Raditz con cara de quinceañera enamorada viéndolo con devoción.
-Es increíble que un gatito tan lindo como este viva en la calle. –inquirió Raditz.-
-Yo me hice el mismo cuestionamiento. Miren, acaricien su pelo.
Los tres acariciaron al tiempo a Kaka, el cual respondía involuntariamente con ronroneos.
-Es muy suave y relajante, ¡Genial! –dijeron los tres al unísono.-
-Así es, este pequeño gato es muy valioso para mí, por eso lo cuido muy bien.
Kaka se refregaba en los abdominales de su Amo, sintiendo por debajo de la camisa sus músculos. Ronroneaba rítmicamente.
-Se siente muy bien. Prrr…
-Creo que deberían irse, tengo otro turno ahora en la tarde. Muchas gracias por su visita, en serio, me siento mejor.
-No te preocupes hermano, siempre estaremos ahí para ti. –dijo Turles.-
-Dejen sus cursilerías y ya vámonos. –dijo Nappa.-
Todos rieron al mismo tiempo.
-Nos vemos. /¡Adiós! / ¡Que la pases bien Amigo! –Nappa/Raditz/Turles.- Ahh, saludos te manda Broly.
-Gracias.
Kaka estaba trepado en el hombro de Vegeta, absorbiendo su embriagante aroma.
-Mi amo huele muy bien… Prr.
-Kaka tengo que irme. Espera aquí, volveré a las 8:00 PM.
El pequeño colocó una carita triste con sus enormes ojos negros.
-Lo sé pequeño, tendré este horario solamente hasta hoy, como soy nuevo en esa clínica, tengo tiempo de ajustar horarios, así pasaré más tiempo contigo. –levantó al felino a la altura de su cara, éste lamió nuevamente su boca, muy tiernamente.- Como amo a este gato.
-Nos vemos luego, no hagas travesuras. –dio un pequeño beso en la cabecita del gatito, aprovechando para sentir su suave pelaje.-
3 horas más tarde, Kaka se encontraba descansando acurrucado en la almohada de su Amo. Pensando cosas.
-Mi Amo se siente triste porque está solo, quiero hacer feliz a mi Amo, así me corra de mi casita. Espero que no lo haga. Quiero ser su fiel compañero, humano o gato, siempre estaré a su lado. Algún día le enseñaré quien soy realmente.