Capítulo 1: Un nuevo y tierno compañero.
He tomado una gran decisión en mi vida. De ahora en adelante no seré tan estúpido, creyendo en todas esas vacías palabrerías que te dicen. La gran decisión ha sido divorciarme.
¿Para qué estar con alguien si no eres feliz?
¿Para qué?
La gente a veces es tan estúpida.
Dejaré todo atrás, mi antigua vida, mi antigua pareja y toda la basura de mi ciudad. He pedido un traslado a la gerente del hospital y ha accedido gustosa. Cómo me caía de mal esa vieja, creo que ella lo sabía.
También vendí el apartamento que tenía en esa gran ciudad, para comprarme una casa amplia y bonita. Lejos de lo que he dejado atrás. Muy lejos. La casa es muy linda, queda en una zona no residencial, con muchos árboles y un pequeño arroyo que pasa casi al lado.
Tranquilidad. Eso es lo que necesito. Qué mejor lugar para hallarla que ese. Una casa muy tranquila. Lejos de los ruidos inquietantes de la ciudad, lejos de la gente.
Soy un doctor experimentado de 30 años de edad, más específicamente, un internista1. Tuve una mala relación y eso me llevó a la infelicidad. Decidí cortarla.
La decisión la tomé gracias a mi buen amigo Broly Genji. Me ha apoyado mucho estos últimos años, diría que es mi mejor amigo. No sólo está él, también están mis compañeros del hospital, Turles Mutsu, Nappa Kuroda y Raditz Miyoshi. Agradezco mucho el hecho de que, por más amargado que yo fuese, siempre supieron tolerarme y aceptarme como soy.
En fin, heme aquí conduciendo mi Camaro negro, hacia una nueva vida.
-Muchas gracias por dejarme venir contigo Vegeta. Estoy seguro que seré de gran ayuda en tu nueva casa. Debe ser muy bonita.
-De todas maneras no podría desempacar todo yo sólo. Muchas… gracias por tu apoyo Broly. –decía sin quitar la mirada seria del camino.-
-No tienes porqué agradecerme, para eso están los amigos. –dijo con una leve sonrisa en su rostro.-
-Ésta es.
-¿Esa es la casa? ¡Tienes un excelente gusto Vegeta! Es un lugar muy bonito aquí. Tiene dos pisos, ventanales muy grandes en ambos y el gran árbol que está al lado de tu casa cubre una parte de ésta de una manera muy elegante. –decía mirando de reojo la gran casa.-
-Sí, por eso la escogí. Es muy tranquilo este lugar. Da tiempo para pensar cosas.
-¿Sabes Vegeta? Debería escribir un libro, no sé, siempre estás tan pensativo y callado. Eres muy inteligente y tienes grandes ideas en la cabeza.
-No, gracias, tengo mucho trabajo. No me agradaría quedar loco por escribir tanto. –dijo riéndose un poco.- Vamos, no te quedes ahí, ayúdame a desempacar las cosas.
-¡Claro!
Broly sacaba las cosas del auto y del remolque tras él. Mientras que su amigo se encontraba abriendo las grandes puertas de cristal del lugar.
-En serio que este lugar es muy encantador. Broly, trae las cosas por favor. Sólo las del auto, yo cargaré el resto.
-No te preocupes, te ayudaré a meterlas todas. No es nada molestia, si eso pensabas.
-No, no era eso. Ven, vamos a conocer la casa.
Entraron al lugar, demasiado hermoso para ser comprendido por la mente humana. Las paredes eran de blanco y tenían toques de azul celeste. Había unos ventanales hermosos que dejaban ver la hermosa vista que se resguardaba tras ellos. A la entrada, lo primero que se lograba apreciar era una amplia y hermosa sala, con muebles modernos y sofisticados, un plasma de 47 pulgadas incrustado en la pared, la decoración muy moderna y detallista, todo estaba en perfecto orden. Más al fondo estaba la cocina, igual de amplia con un comedor pequeño y elegante, encimeras de mármol, un gran refrigerador y alacenas de madera pulida y cristal. También había una isla de cocina con tres taburetes tapizados de terciopelo negro. Todo lo que se pueda necesitar en una cocina.
-Vaya Vegeta, sin palabras. –decía el más alto admirando el paisaje.-
-Igualmente. –replicó con total asombro.-
Siguieron su recorrido, a mano derecha había un gimnasio muy completo. Retrocedieron y llegaron nuevamente a la sala. A la derecha, se encontraban las grandes escaleras de madera tapizada. Decidieron ver el segundo piso, en él, habían tres habitaciones: una, al parecer para una pareja (era la más grande y tenía una cama matrimonial muy amplia y bonita), espaciosa y bien decorada, tenía un hermoso baño interno moderadamente grande. La dos habitaciones eran un poco más pequeñas, camas unitarias con baños unitarios internos. Si pensabas bien, la casa era para una familia de cuatro (madre, padre, hijos), algo no muy conveniente para un hombre solitario.
-Vegeta, supongo que la habitación más grande, la matrimonial, es la tuya, ¿no?
-¿Qué comes que adivinas? –preguntó sarcásticamente.-
-Sí bueno, entonces, ¿qué harás con las otras dos habitaciones?
-No lo sé. Probablemente, guarde cosas, o les dé otro uso, no se sabe.
-Ok.
Se dispusieron a desempacar las cosas del auto y el remolque. Varias horas más tarde ya se habían cumplido las 4:30 PM, llegaron al lugar a la 1:00 PM, es decir, tardaron tres horas y media desempacando y colocando las cosas en su lugar.
-Bien… Creo que ya está. Broly, si quieres te puedo llevar devuelta a la ciudad, a tu apartamento.
-Creo que eso es lógico porque me trajiste aquí ¿no? Sí, está bien. Tu casa quedó linda, ya vamos. –dijo un Broly feliz.-
Vegeta llevó a su amigo hasta la ciudad y luego le dejó en su apartamento. No tardaron mucho en llegar allí.
-Bueno, espero que la disfrutes mucho tu casa y que seas felíz allí Vegeta, pasaré a visitarte de vez en cuando ya que tu casa queda a una hora de aquí. Oye, a propósito, ¿le dijiste a los demás?
-Sí, Turles, Nappa y Raditz ya están informados de que me largué de esta ciudad para siempre. Creo que en el transcurso de la semana llegarán a ver la casa o algo así.
-Qué bien. Bueno, ¡adiós!
-Adiós.
En el camino de vuelta, Vegeta decidió hacer una parada en el centro comercial para comprar mucha comida. Media hora después ya estaba camino a casa nuevamente, ya había oscurecido.
Guardó el auto en el garaje sacó las muchas bolsas que contenían la comida. Más tarde, empacó y almacenó los alimentos en la alacena y el refrigerador.
-Creo que me daré una ducha, me siento algo sudado. –pensó en voz alta.-
Se dirigió al segundo piso de la casa y luego a su habitación. Se quitó la ropa y la depositó en el cesto de ropa sucia; el baño era un lugar muy sofisticado y elegante, tenía una regadera con paredes de cristal opaco y al lado había una tina más o menos grande.
-¿Por qué hay tantas cosas en un baño? Con una ducha basta.
Y así dispuso a bañarse en la regadera. Mientras giraba la manija del agua caliente el agua empezaba a caer en su cabello, mojándolo y aplastando su característica forma en punta. Levantó la cabeza y cerró los ojos, tratando de despejar y mantener en blanco su mente. Tomó el jabón y lo huntó en todo su fornido cuerpo.
-¿Hn? Parece que escuché algo.
-¿Será alguien? ¿Quién demonios será a estas horas de la noche?
-Eso sonó como un rasguño, es algo tenebroso, mejor iré a ver.
Con el cabello aún mojado, ató una toalla a su cintura y bajó las escaleras cuidadosamente, tratando de escuchar el más mínimo sonido y saber de dónde proviene.
-Hmm, por aquí no es…
-Eso proviene de la puerta, no puedo negarlo, esto es algo tenebroso.
Caminó, con el cuerpo chorreando agua todavía, lentamente hacia la puerta, pegó la oreja a ésta.
-Ahí está otra vez.
Giró lentamente la perilla de la puerta, para encontrar una tierna sorpresa.
-¿Un gato? ¿Es enserio? ¿Me asusté por esto? Es muy bonito y tierno. Este gato no parece callejero, tiene unos grandes y hermosos ojos negros y un pelaje igualmente negro y brillante.
-¡Meow! –maulló el lindo gatito al ver a Vegeta.-
El pequeño gatito se encontraba en una cesta para comida con un lazo rosa encima. Asomaba su cabeza por encima de ésta tratando de ver mejor a la persona que estaba parada en la puerta.
-Al parecer trae una pequeña nota. Dice:
¡Hola! Mi nombre es Kakarotto. Por favor adóptame.
-Emm, no creo que tenga tiempo para gatos. Lo siento pequeño.
El gatito se bajó de la cesta y empezó a refregarse contra la pantorrilla del hombre grande al tiempo que ronroneaba. Tras esto su hermoso pelaje sedoso quedó algo mojado.-
-Lo siento, pero no…
El gatito se sentó y abrió grandes sus hermosos ojos negros y miró directamente al humano.
-Ehh, no puedo dejar a ese pobre gatito solo, por ahí, sin nadie, sin comida, sin abrigo, sin… Rayos, me he puesto cursi.
-Meeoww… -maulló triste el gatito.-
-E-Está bien. –dijo tomando al minino y acariciándole las orejas- tienes un pelaje muy suave. Bueno, de todas maneras el tener un gato me hará sentir menos sólo. Está decidido: vivirás conmigo y serás mi mascota. –dijo mirando con una sonrisa tierna al pequeño animal.
-¡MEOW!
-Pero ese nombre, Kakarotto, es muy largo para un animal. Quién te lo haya puesto tuvo que haber estado alucinando. Ehmm, pues de ahora en adelante te llamarás Kaka.
-¡MEOW!
-Parece que te gusta tu nuevo nombre.
-Prrrrrr…
-¡Es tan tierno! Te bañarás ahora mismo, no se sabe qué plagas traes a mi casa. Luego te compraré comida. Debes tener mucha hambre. –dijo cerrando la puerta y colocando la pequeña cesta en la repisa de al lado, para luego, caminar hacia las escaleras.-
-¡NO QUIERO BAÑARME! ¡PARA ESO TENGO MI LENGÜITA! ¡MIAW!
-Lo siento Kaka, pero es mejor prevenir que curar.
-¡NO TENGO PLAGAS! ¡SOY MUY LIMPIO! Bueno, está bien. Meow… Prrrr… -ronroneó Kaka refregándose contra los pectorales de su nuevo amo.-
-Eres muy cariñoso.
Entró a su habitación y dejó al pequeño gatito ahora llamado Kaka en su gran cama.
-Espera aquí. Me terminaré de bañar y saldré a comprar todo lo que necesite un gato. Si vas a ser mi mascota estarás en las más óptimas condiciones. –dijo algo serio.-
-Sí amo. Meow. –maulló el pequeño animal.-
-Vaya, pareciera que entiendes lo que te digo. –dijo el hombre más grande levantando una ceja.-
-Sí puedo, y perfectamente amo. Meow –dijo el gatito mirando con sus enormes ojos negros al señor, para luego sentarse en la cama.-
Después de todo esto, Vegeta me metió en el cuarto de baño terminó de asearse. Mientras se enrollaba la toalla en la cintura, optó por cepillarse.
Mientras tanto en la habitación…
-Parece que faltan una hora 40 minutos para las 9:00 PM, será mejor que mi amo se dé prisa, si no, se llevará una gran sorpresa…
El hombre mayor salió de la ducha en toalla y empezó secarse para luego vestirse. El gatito sólo observaba curioso.
-Los humanos se parecen a nosotros…
El otro ya terminaba de vestirse para luego dirigirse a su mascota.
-Te quedarás QUIETO aquí en mi cama. Volveré con tus cosas. No hagas nada malo. En otras palabras, no te muevas.
El gatito asentió
-¡¿E-ENTENDISTE?! Acaso…
-Prrrr… -ronroreaba Kaka refregándose en el muslo de su amo.- Tiene piernas fuertes.-
-E-Ehm, bueno, ya vuelvo. ¡OJO!
15 minutos después Vegeta volvió con una bolsa enorme, dentro, las necesidades básicas de un gato: shampoo para mascotas, muchas latas de atún, tazones para la comida, una bola de estambre, una bolita de caucho pequeña, un peluche en forma de ratón, una cama para gatos muy grande y acolchada y un collar negro con una campanita dorada.
-Ya vine Kaka. Te traje todo lo que necesitas.
-¡Vaya! ¡Tengo muchas cosas! ¡Meow!
-Em, tu collar. –dijo colocándole el collar.- Tu pelaje es endemoniadamente suave, podría pasar todo el día acariciándote.
-Prr. –respondía ronroneando Kaka a su dueño.-
-Tu cama estará aquí, al lado de la mía, y vamos, te daré comida.
-¡COO-MII-DAA! ¡MEOW!
Ya estaban en la cocina y el hombre más grande echó mucho atún en un platito mediano. Su mascota no dudó en devorarlo rápidamente.
-Sí que tienes hambre, comes mucho. –dijo algo asombrado el mayor.- Ten, más comida.
-¡SIIIIIIÍ!
Minutos más tarde, Vegeta sirvió a su mascota un tazón de leche, cosa que el gatito en varios segundos acabó toda. Seguía impresionado por el tremendo apetito de su mascota.
-Bien, ya me voy a dormir Kaka, vamos, hay que bañarte antes de que te eches a dormir. –dijo cargando al gatito.-
-¿¡QUÉ!? ¡NO! ¡MIIAW!
-¡CA-CÁLMATE KAKA! ¡QUÉDATE QUIETO! ¡NO SERÁ TAN MALO! ¡YA! ¡NO ME HAGAS ENOJAR!
Ante esto el pequeño gato dejó de resistirse y se resignó a esperar su baño.
-Así está mejor. No des problemas. –dijo seriamente.-
Al llegar al cuarto de baño, Vegeta colocó al gatito en una encimera y se dispuso a nivelar el agua a su mascota, para luego lavarlo.
-Ya está, vamos a bañarte.
-¡PORQUÉ A MÍ!
Luego del baño, Vegeta secó a Kaka y le dejó en su cama acolchada con sus juguetes.
-Ya, puedes dormirte cuando quieras.
Dicho esto, apagó las luces del cuarto y se recostó para luego quedar dormido.
-9:00 PM, mi amo está durmiendo. Menos mal, no le hubiera gustado que me haya transformado de esta manera. Me hubiera echado a la calle. Bueno, ahora que estoy así esta camita se me hace incómoda, mis piernas no caben siquiera, creo que dormiré en la cama de mi amo. De seguro es más cómoda.
Se trepó con la suavidad y el sigilo característicos de un gato a la cama de Vegeta, luego, en cuatro patas, caminó en círculos en sí mismo tres veces suavemente hasta acurrucarse y hacerse ovillo a espaldas de su amo.
-Prrrrrrr. –ronroneó para luego quedar dormido.-