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Parecía tan cliché... por ayaoi

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Notas del capitulo:

Aquí el cap dos. Es un chispitin más corto que el anterior. El siguiente cap tardaré un poco más en escribirlo porque me he apuntado a un torneo de debate y voy a estar ocupadilla.

Espero que les guste y muchas gracias por los reviews. ^^♥

  Cápítulo 2:  

Los días restantes de aquella semana se desarrollaron sin ningún hecho excesivamente remarcable, quedé con amigos, estudié poco y dormí menos. El jueves en cuanto llegamos a clase a primera hora, pude ver que Marcos se juntaba con Diana, una chica bajita y bastante linda que nunca había destacado mucho ni se relacionaba en exceso con el resto de la gente. Durante las clases Marcos no parecía prestar demasiada atención aunque, siempre que el profesorado le preguntaba sobre lo que estuviésemos dando en ese momento, era capaz de dar la respuesta correcta.  

Tenía algo que verdaderamente no me gustaba y me hacía querer molestarle. Parecía tan frágil, como movía la cabeza hacía el profesor y pestañeaba cansadamente. Si fuera gay lo hubiese encontrado enormemente atractivo, pero no, yo no lo era. De verdad, y no tenía una obsesión en analizar cada uno de sus movimientos como el que soliese ir al baño hacia las 12:30 o que fuese de los últimos en salir de clase… Olvidad esta última parte.  

Las cosas se pusieron más interesantes a partir del lunes siguiente. Desde un principio algo en ese día empezó de manera torcida. El despertador no sonó y llegué tarde a clase. Me dejaron fuera la primera hora por mi retraso y me castigaron por la tarde a quedarme más rato. Cuando llevaba un cuarto de hora fuera esperando a que pasase la primera hora, Marcos salió del despacho del jefe de estudios y se dirigió hacia donde estaba sentado. Cuando se acercó lo suficiente pude ver que tenía un pequeño moratón en el ojo izquierdo, bajo la ceja. Aquello me molestó sin saber exactamente por qué… Seguramente fuera porque alguien se me había adelantado en la “tarea” de molestarle.  

-¿También llegaste tarde?- me preguntó mientras se asomaba por la ventana de la clase y miraba dentro. Afirmé levemente con la cabeza sin apenas mirarlo. Ese chico me ponía nervioso, y eso era algo que no me gustaba. Necesitaba decirle algún insulto.  

-Así es “muñeca”.- en cuanto dije aquello me arrepentí. Mi intención había sido que el “muñeca” fuese una especie de insulto rollo “eres tan delicado y afeminado como una muñeca de porcelana”, pero el modo en que lo dije sonó totalmente a frase hecha de ligotéo de los años 80. Por la expresión en su cara el también lo entendió de esa forma. No hubiese estado mal que la tierra me tragase en ese momento.  

-¿Disculpa?  

-Nada, simplemente remarcaba el hecho de que pareces una niña de 14 años.- Punto para mí, no me quedó muy bonito pero al menos había clarificado las cosas. 

El simplemente levantó una ceja con cara aburrida y murmuró un “que comentario tan original, creo que lloraré de emoción” mientras se dejaba caer a mi lado.  Su brazo quedó a unos 15 cm del mío. Mierda, si ya estaba bastante nervioso, aquello lo multiplicó por 20. Claramente aquel chico me incomodaba. Me alejé disimuladamente un poco.  

-Siéntate en el otro lado.-le espeté de repente. Su rostro volvió a adquirir una mueca de hastío.  

-¿Por qué debería hacer tal cosa?  

-Me molestas.  

-En tal caso te recomiendo que seas tú el que te cambies de lado…  

La puerta de la clase se abrió y la cabeza de la profesora se asomó por ella.  

-Marcos, como es tu primera falta ya puedes entrar.- Y tras hacerle un gesto se metió nuevamente en la clase.   

Marcos se levantó y se sacudió los pantalones quitándoles el polvo del suelo. Luego se giró en mi dirección y se agachó sobre mí. Su cuello quedó a la altura de mi mejilla. Un olor a Axe Twist llegó hasta mi nariz. Contuve la respiración. Tan pronto como se había agachado se incorporó con su mochila en la mano y de repente noté un tirón en la espalda.  

-Estás aplastando mi jersey. Apártate.  

Estaba tan sumamente paralizado que le hice caso al momento sin rechistar. En cuanto el jersey se vio liberado, Marcos se lo colgó del brazo junto con su carpeta y entró en el aula. Me quedé sentado en el suelo completamente inmóvil. Dejé escapar lentamente el aire que sin darme cuenta había estado conteniendo. Mi corazón latía a mil por hora. ¿Qué es lo que ocurría? Dios mío… Tenía que calmarme, ¿tantísimo me molestaba ese muchacho como para descolocarme de esa manera? Tenía que ser eso.  

Al acabar la hora volví a entrar en clase y la primera noticia que recibí fue que en la clase de filosofía que me había perdido habían hecho parejas para el trabajo de final de trimestre de la asignatura. La persona que había salido para ser mi pareja era Luis, uno de mis amigos. Sabía que debería estar contento, normalmente la gente no tenía la suerte de caer con alguien que le cayese bien en este tipo de cosas, pero algo dentro de mí me decía que tenía que haberme tocado con Marcos. Al fin y al cabo, ¿el popular no estaba destinado a molestar al pardo? ¿No era esa la ley de la jungla escolar? Yo tenía que estar de pareja con Marcos, ese era el orden normal de las cosas. Era la forma en la que yo podía molestar a Marcos  fortaleciendo mi papel en el guión de la comedia que era la escuela. Esa y únicamente esa era la razón por la que en cuanto sonó la campana del recreo busqué al profesor de Filosofía para intentar cambiar de pareja.

“Toc, toc”  

Tras unos pequeños golpes en la puerta entré en la sala de profesores. La mayoría tomaban café mientras discutían en pequeños grupos sobre lo que habían hecho aquel fin de semana. En cuanto divisé al profesor de filosofía me encaminé hacia él.  

-Oh, buenas tardes señor Granados, le he echado en falta durante la clase.- dijo con sorna.  

Me froté la nuca en un ademán que pretendía mostrar que estaba avergonzado por mi retraso aquella mañana. Tenía que empezar con buen pie si quería que me hiciese caso.  

-Sí, siento lo de esta mañana, no me sonó el despertador.  

-Es la cuarta vez que le ocurre y tan solo llevamos un mes de clase, no estaría mal que revisase las pilas del aparato.  

-Sí, bueno… Verá, querría hablarle sobre las parejas para el trabajo del trimestre.- Él afirmó para que continuase hablando. –Y bueno verá, querría cambiar de pareja.

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado a33;


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