Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Camus, el libertino por Euridice

[Reviews - 82]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! aquí les dejo el cuarto capítulo de este fic, que debido a mis parciales me ha llevado un poco más de tiempo actualizarlo. Espero que les guste.

*Recuerden que para que el efecto del vino se acabara Camus debía besarse con quien amaba (o sea, Milo, que no regresa hasta el lunes de su misión) o ser rechazado por alguna de las personas a quienes seducía ;)

El domingo a la mañana, Saga y Aioria despertaron temprano para ir a una feria en Rodorio a comprar víveres; les llamó mucho la atención ver a unos espectros sentados en una mesa de un pequeño restaurante al aire libre, por lo cual con sigilo se acercaron a acecharlos; si esos espectros de Hades planificaban atacar el santuario, lo mejor sería estar enterado para defender a su diosa. Empero, la charla era sobre una temática muy diferente.

 

-  Afrodita debe ser el tipo más fácil de este mundo…les digo que me dejó hacerle de todo, y además lo chupa como los dioses…- alardeaba Radamanthys.

 

-  Qué suerte tienes, siempre te tocan los fáciles…yo conocí a una amazona muy sexy llamada Shaina, pero no me permitió ponerle un dedo encima…casi me mata cuando intenté besarla- comentó Aiacos.

 

-  ¿Y qué tal te fue con el cubo de hielo, Minos?, parecía muy dispuesto a todo contigo…- preguntó Radamanthys.

 

-  Bueno…yo…él…- dudó el noruego.

 

-  ¿Quieres decir que no…?- preguntaba Zeros de la rana, quien estaba allí por compasión de Aiacos al verlo solo, más que por camaradería.

 

-  Bueno…es que…

 

-  ¡¡No me digas que desperdiciaste la oportunidad de llevarte al francés a la cama!!- reprendió Radamanthys.

 

-  Es que…no pensé que fuera tan…avasallante…me asustó…

 

-  ¡¿QUÉ?!- preguntaron todos los jueces al unísono.

 

-  Al menos dime que lo besaste…- dijo Aiacos.

 

-  Bueno…eso sí, pero ¡¿qué querían que hiciera?! ¡¡prácticamente me desnuda en la pista de baile!!!

 

-  ¿Cómo que qué debiste hacer? ¡¡Lo que yo hice, idiota!! ¡¡Llevártelo a un motel!!- recriminaba el inglés.

 

-  Qué estúpido eres, Minos, si yo hubiera tenido la oportunidad, no me hubiera importado hacerlo ahí mismo…

 

-  A ti si un mono te propusiera tener sexo en su jaula llena de su propia inmundicia, no te importaría, Zeros…- dijo con cierto desdén Minos.

 

Aioria y Saga escuchaban atentamente la charla amena de los espectros, aliviados de que evidentemente no estaban allí para atacar a su diosa, pero quedaron atónitos; ¿habían oído bien?, Camus se había besado con ¿¡Minos!? , y para peor… ¿pretendía tener sexo con el espectro en medio de un lugar bailable? Todo parecía indicar que su camarada estaba comportándose como un verdadero libertino, al cual no sabrían cómo controlar; el vino no parecía amenguar su efecto y temían que el aguador se metiera en problemas por su libidinosa forma de actuar. Se apartaron del lugar y mientras iban de regreso al santuario comenzaron a pensar cómo podrían revertir el efecto del Télos Bakcheia antes de que Milo regresara de su misión. Pensaron nuevamente en encerrarlo, pero la opción quedó descartada en cuanto se les vino a la mente la imagen de Atenea cuestionando los motivos del encierro, y Shion haciéndolos limpiar todos los rincones del salón patriarcal como castigo. Intercambiaban ideas enérgicamente hasta que se adentraron en la casa de géminis, despertando a Kanon, quien se puso a escucharlos atentamente.

 

-  ¿Qué tal si le tiramos hidromiel encima?- propuso Aioria.

 

-  ¿Crees que funcione?

 

-  Es lo único que se me ocurre…otra bebida que pueda revertir el efecto del vino.

 

-  Pero con ese mismo argumento, deberíamos probar con todas las bebidas: vodka, ginebra, whiskey…- dudó Saga.

 

-  Tienes razón…quizás, así como el rey Midas perdió su capacidad de convertir en oro todo lo que tocaba cuando se bañó en el río Pactolo, tal vez si bañamos a Camus en algún río cercano el efecto del vino desaparecería…- dijo Aioria.

 

-  No es mala idea, podríamos decirle de pasar el día en la playa cercana al coliseo y una vez allí…

 

-  Creo que no deberíamos darle tantas vueltas al asunto…quizás la solución sea más sencilla de lo que creemos…- decía Kanon mientras se desperezaba.

 

-  ¿Qué quieres decir?

 

-  Bien, ayer antes de ir a dormir pensé en algo que quizás sería la respuesta.

 

-  ¡¡Pues dilo ahora!!- exclamó Saga desesperado.

 

-  ¿No han notado que Camus ha seducido solamente a hombres atractivos?

 

-  ¿Y qué con eso?- cuestionaba Aioria.

 

-  Pues bien, quizás la pócima sigue actuando porque Camus se ha cruzado solamente con personas atractivas…

 

-  ¿Cuál es el punto?- preguntó Saga.

 

-  Bien…quizás si alguien feo seduce a Camus, éste rechazará la oferta y volverá a la normalidad…

 

-  ¡¡Eso es absurdo!! ¿Qué te hace pensar que bajo el efecto del vino Camus rechazaría a alguien sólo por su aspecto físico?- exclamó Aioria.

 

-  ¡¡Espera Aioria!! Tal vez Kanon esté en lo cierto. Ponte a pensar, hasta ahora Camus se ha cruzado solamente con personas atractivas: Afrodita, Minos, Kanon…todos ellos son hombres agraciados- mientras Saga hacía dicha acotación, Kanon se sorprendía al enterarse que Camus había seducido a un espectro.

 

-  De acuerdo; si la idea de Kanon es correcta, debemos planear una cita a ciegas para Camus, y que la persona que lo cite sea muy fea…

 

-  ¿Qué tal ese Jamián, el de los cuervos?- propuso Kanon.

 

-  No. No le van los hombres, lo he visto auto complacerse mientras observa a las amazonas entrenar…- justificó Aioria, al tiempo que los gemelos hacían una mueca de disgusto al imaginarse tan desagradable escena.

 

-  Y Cassios no fue revivido.- recordaba Saga.

 

-  Pensemos…tiene que ser un hombre o una mujer horrible…- decía Kanon mientras sujetaba su mentón.

 

-  Y desesperado por algo de sexo…- agregaba Aioria.

 

-  ¡Lo tengo!- dijo Saga, y le comentó a su hermano y compañero quién sería el candidato.

 

 

Ese mediodía todos los santos dorados almorzaron junto a su diosa y el patriarca en el salón patriarcal; el aguador parecía muy hambriento y concentrado en su almuerzo, por lo cual su actitud no levantó sospechas en la diosa ni en el patriarca, y a eso se sumó que el tema de discusión era que los espectros se encontraban de “vacaciones” en Grecia, algo que hizo a Shion tomar la decisión de mantenerse alerta por si algo llegara a suceder, más allá de que la diosa Atenea insistía que Hades había acordado la paz y no volvería a atacarlos. Una vez terminaron de comer, los jóvenes ayudaron a limpiar y luego se retiraron del salón patriarcal, escuchando a Afrodita contar a los cuatro vientos que la noche anterior había ido de fiesta con su nuevo compañero de juergas, Camus, y habían pasado de maravilla bailando el caño y seduciendo a los espectros, revelando todos los detalles, hasta el lugar donde estos se hospedaban, información que fue más que valiosa para los allí presentes; todo para darle celos a Deathmask, claro estaba. El canceriano, quien no iba a aceptar que el de piscis se saliera con la suya y fanfarroneara sobre ello, se acercó al de la onceava casa como si fueran grandes amigos con una sádica sonrisa, invitándolo a su templo para mostrarle sus juguetes sexuales, los cuales estaría dispuesto a compartir con él si aceptaba una noche de alcohol y locuras, dada su nueva actitud. Camus aceptó gustoso y Afrodita estaba más que rabioso de que el pervertido de cáncer tuviera el descaro de quitarle a su compañero temporal, y especialmente que estuviera tan decidido a compartir con el de acuario los extraños fetiches que una vez compartió con él. Shaka miraba con asombro toda la escena, ¿desde cuándo Camus se interesaría por los juguetes sexuales?; muy extrañado no pudo evitar comentarle a Aioria sobre ese ya totalmente inesperado comportamiento del acuariano, dejando al de leo algo tenso de pensar que Shaka sospechaba ya demasiado, y que quizás fuera quien descubriera el secreto que él y los gemelos guardaban.

 

Fue así como luego del copioso almuerzo el caballero de acuario fue a la cuarta casa, y allí su camarada le enseñaba una habitación de su templo donde guardaba celosamente todos sus instrumentos de perversión: correas de cuero, cadenas, grilletes, consoladores de todo tipo y tamaño, fustas, látigos…todos los cuales ya había estrenado con Afrodita. El acuariano no hacía más que preguntar y vaciar todas sus dudas sobre los artefactos, pues todo eso despertó en él una gran curiosidad; pero lo que más llamó la atención fue un completo equipo para lo que él reconocía como equitación, acompañado de un traje de látex con una cola y un casco con un largo penacho blanco, ambos simulando las crines de un caballo. Preguntó con mucho morbo de qué se trataba ese kit, a lo cual Deathmask le explicó que se trataba de una práctica muy común en los juegos de rol del sadomasoquismo llamada “pony play”, la cual consiste en un juego donde el miembro dominante de la pareja tomaba el rol de jinete, usando el típico traje de equitación, y el miembro sumiso obraba de caballo, vistiendo el traje de látex, montura, estribos y demás, mientras era montado por el jinete.

 

 El de la onceava casa se quedó sumergido en sus propias fantasías por un momento, y en ellas aparecía solamente una persona a la cual comenzaba a extrañar: Milo. Pensaba en lo divertido sería vestir a Milo en ese ajustado traje de látex, el cual le quedaría sumamente sexy, y sentarse en su montura, solamente para que luego el escorpiano hiciera lo mismo con él. No perdió el tiempo y le rogó al canceriano que se lo prestara, pues Milo llegaba al otro día y proponerle el, a su modo de verlo, divertido juego, sería la manera perfecta de recibirlo. Deathmask notó el lado perverso de Camus y sin perder más el tiempo le propuso salir de juerga el lunes, pues el canceriano comenzaba a pensar que quizás Camus fuera en el fondo tan impúdico como él y, si salían por el pueblo a hacer de las suyas, sería la compañía ideal para satisfacer sus carnales deseos y dejar a Afrodita con la sangre en ebullición, solamente para después reconquistar a su sueco y poder usar sus instrumentos de sadomasoquismo con él. Si había algo que le excitaba del de piscis era lo aventurero que se mostraba para experimentar con el sexo.

 

Al tiempo que en la casa de cáncer Deathmask preguntaba a Camus si podía traducirle un libro del Marqués de Sade que con ahínco había conseguido, los gemelos y Aioria iban camino al hotel donde los espectros se estaban hospedando; pues ya tenían el candidato perfecto para llevar a cabo su plan el cual acabaría de una buena vez con los efectos del vino maldito. Iban a adentrarse en el recinto, cuando allí lo vieron, muy cabizbajo y con cierto semblante melancólico, al elegido para la cita a ciegas del horror a la cual someterían a Camus: el espectro Zeros de la rana. Los tres se le acercaron y tratando de mostrarse corteses, comenzaron a hilar su tramoya.

 

-  ¡Hola Zeros!, ¿qué haces aquí tan solo?- preguntó Saga, fingiendo simpatía.

 

-  ¿Y tú qué crees, caballero traidor? Todos se han ido de juerga y aquí me han dejado…

 

-  ¿Ninguno de tus compañeros te invitó?- cuestionaba Aioria, sintiendo algo de pena en verdad.

 

-  Todos han conseguido alguien con quien salir, excepto yo, nadie quiere al pobre Zeros…- se lamentaba el espectro.

 

-  Pues estás de suerte, tenemos un candidato perfecto para ti…- agregaba Kanon.

 

-  ¡¿De veras?! ¿Quién es?- dijo el espectro con gran curiosidad, y un intenso brillo en sus ojos.

 

-  Es uno de nuestros compañeros; es atractivo, inteligente, sexy…- agregaba Aioria.

 

-  ¡¡¡Woow!!! ¿Quién es? ¡¡¡Díganme ya!!!- decía el espectro mientras saltaba de alegría.

 

-  Tú lo conoces, es Camus de acuario.- respondía Kanon.

 

-  ¡¿E…ese?! ¡¡¿¿El malvado que me congeló  en el castillo de Hades??!!

 

-  Exactamente, el caballero de los hielos está dispuesto a tener una cita contigo, estás de suerte.- dijo Aioria.

 

-  ¡¿Y por qué creen que querría salir con él luego de que me hiciera eso?!

 

-  ¡Ay vamos, Zeros! Yo estuve allí cuando eso pasó, ¡¡¡te encantó que te congelara!!! ¡¡¡Se te caía la baba por él, lo vi en tus ojos, deja de fingir!!!…- exclamó Saga, logrando que Zeros se sonrojara y balbuceara al notar su secreto descubierto.

 

-  Y aún así, le debes una por haberte aprovechado de su debilidad en ese momento y patearlo con tanto desprecio, ¿no crees?- agregó Kanon, poniendo al espectro aún más nervioso- Escucha, te pagaremos cincuenta euros si aceptas; solamente tienes que seducirlo un rato.- agregó el peli azul, suspirando de fastidio.

 

-  Yo…él… ¿pues saben algo, caballeros?, están de suerte, ¡el gran Zeros aceptará la cita con el frío caballero!

 

-  ¡¡Perfecto!! Te encontrarás con él en la plaza del pueblo a las siete, ¡no llegues tarde!- dijo Aioria.

 

-  ¡Allí estaré!- exclamó entusiasmado el espectro, mientras no dejaba de saltar de júbilo y repetir en voz alta su fortuna- ¿Qué te parece eso, Minos? Tal vez tú seas atractivo, pero YO, el gran Zeros de la rana será quien tendrá una cita con el etéreo caballero de acuario, ¡¡¡ja ja ja ja!!! ¡¡¡Y voy a hacer MUCHAS cosas pervertidas con él!!! ¡¡¡Ja ja ja ja!!!

 

Concretada la cita con Zeros, los tres confabuladores corrieron al templo de leo para concretar lo que sería la segunda parte del plan: informarle anónimamente a Camus que tendría una cita; por supuesto, no revelarían que sería con el adefesio de Zeros. La mejor idea que se les ocurrió fue la de dejar una nota en el templo de acuario con la hora y el lugar de la cita, como si se tratara de un admirador secreto del acuariano; Aioria, por medio de Milo, conocía muy bien al acuariano y sabía que, a pesar de su fría personalidad, en el fondo el cubo de hielo era un romántico de la vieja escuela, y que le fascinaría la idea de un posible admirador secreto. Saga, quien era el más hábil para redactar, y el único capaz de enmascarar su caligrafía para que Camus no descubriera que todo eso se trataba de una pequeña trampa, fue el encargado de escribir el mensaje. Una vez terminaron, se dirigieron a toda prisa al templo del aguador, ya que lo habían visto en la casa de cáncer, y temían que emprendiera camino hacia su propio templo y los descubriera en el acto. Al llegar, depositaron la carta encima de una mesa que había en el recibidor y regresaron al templo de leo, actuando “normal”.

 

Serían las cinco de la tarde cuando el caballero de la onceava casa llegó a su morada y encontró la nota; muy intrigado la tomó y leyó lo que decía:

 

“Caballero Camus de Acuario,

Soy un alma de las tinieblas que ha conocido la luz desde que vio tu glacial belleza, la que me cautivó y se ha convertido en mi razón para buscarte. Quisiera conocerte más y darte una noche de pasión, en la cual podamos hacer realidad nuestras más morbosas fantasías. Si estás de acuerdo, te espero en la plaza del pueblo a las siete de la tarde de hoy”

 

El peli turquesa estaba realmente desconcertado; se sentía halagado ante lo que decía la nota, pero ¿a quién se le ocurriría planificar una cita de forma tan inoportuna?, pues la nota parecía referirse a esa misma tarde; se preguntaba desde cuándo la nota estaría allí, y quién sería esa “alma de las tinieblas” que había quedado preso de su “glacial belleza” y quería satisfacerlo. Después de un largo rato pensando en el posible autor de la nota, un nombre se apareció en su mente: Minos de Grifo; a su modo de ver, encajaba con todo lo que decía el recado: era un “alma de las tinieblas” (pues era un juez del inframundo, ¿no?), lo había conocido en la batalla contra Hades (donde pudo haber quedado prendado de su “glacial belleza”), y además, teniendo en cuenta el bochornoso episodio en el cual Minos huyó despavorido cuando él quiso hacer algo más que besarse la noche anterior en el club nocturno, era lógico que ahora quisiera reivindicarse proponiéndole una “noche de pasión” en la cual realizar sus más “morbosas fantasías”.

 

Una vez que (creyó) que resolvió el misterio, corrió al baño para ducharse y alistarse para su cita; vistió un pantalón negro el cual Afrodita había modificado y le quedaba más justo, marcando sus esbeltas piernas, y una camisa color verde que le quedaba muy bien; se puso su colonia favorita y peinó su cabello. Estaba por salir cuando se cruzó con Shura, quien buscaba hablar con él.

 

-  Hola Shura, ¿qué te trae por aquí?

 

-  Hola Camus, quisiera hablar sobre lo de anoche; en verdad lamento mucho lo ocurrido, es decir, no quise decepcionarte…

 

-  Está bien, no fue tan grave. Nos divertimos de todas formas- contestó el acuariano con sinceridad.

 

-  Sí…eso creo. Quisiera pedirte un pequeño favor.

 

-  Claro, dime qué es.

 

-  No le digas a nadie lo que ocurrió.- dijo el español- si Deathmask se llegara a enterar de que mi “excálibur” no funcionó, seré su bufón hasta el resto de mis días…

 

-  No te preocupes, haremos de cuenta que nada ocurrió esa noche. Si me disculpas, debo irme ahora.

 

-  Claro, no te quitaré más tiempo. Adiós, y…gracias Camus, eres un buen compañero.

 

-  Por nada, adiós Shura.

 

Vistiendo muy elegante y oliendo muy bien, el caballero de los hielos partió rumbo a la plaza del pueblo, llevando en una bolsa de plástico negro el traje de “pony play” que Deathmask le había prestado, para encontrarse con (según pensaba) Minos; en la nota decía específicamente que quería satisfacer sus morbosas fantasías, y dado que Milo no volvería hasta la tarde del otro día, el espectro sería el candidato ideal para probar el juego de rol. Era lo mínimo que podía hacer por dejarlo plantado en el club nocturno; tan distraído iba imaginándose a Minos en el ajustado traje de látex que ignoró por completo el hecho de que los gemelos de géminis y Aioria lo seguían. Una vez llegó a la plaza, se sentó pacientemente en un banco a esperar a su cita, al tiempo que los tres pillos caballeros lo espiaban detrás de unos arbustos ornamentales que había allí; el caballero de acuario se veía muy emocionado, pero eso estaría a punto de cambiar en cuestión de unos minutos.

Notas finales:

Bueno, hasta aquí ha llegado por ahora. Háganme saber si les va gustando cómo va la historia. Gracias por leerme!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).