Cari veía molesto el resultado de la prueba, ¡Maldición!- se dijo asi mismo, como era posible que el un adulto, hecho y derecho, por que había caído de nuevo en los juegos de un niño como Kyo, era una mala pasada todavía recordaba lo que había pasado esa noche.
Cari, ponía a su pequeño Mamoru en su pequeña cama, el niño estaba exhausto, después de todo había jugado casi todo el dia con su padre… Kyo, le dolía ver la mirada que el menor le dedicaba pero no podía esperar menos, si tan solo entendiera porque había hecho las cosas, a lo mejor – sacudió la cabeza – nuca podría ser un matrimonio de verdad, una verdadera familia, pues el estaba seguro que esto era un capricho algo que se le ocurrió al menor para castigarlo y atormentarlo por ocultarse la verdad.
Con todos esos pensamientos camino hasta su habitación, rápidamente se desnudo y busco un pequeño camisón blanco, casi transparente, su cama era cálida y suave, pero se sentía tan fría, tratando de alejar sus preocupaciones decidió dormir.
Un beso… Dos besos…
Ahhhhh – un gemido salió de su boca, amaba estos sueños, donde Kyo estaba con el y lo amaba.
Kyo – gimió bajo – ¡Mas!
Sintió más besos, más caricias, pero lo que logro despertarlo de la dormitación fue el leve mordisco en su boca, abrió los ojos y miro el hambre en los ojos del chico, y leve sabor al licor en cada beso.
Cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando trato de librarse de los fuertes brazos – Kyo, basta – dijo un poco molesto – Estas borracho
Eres mío – dijo el chico
Estas borracho – volvió a repetir – Es mejor que te vayas
No –
Sintió como Kyo presiono mas fuerte su cuerpo los besos eran hambrientos, después de eso, no hubo mas que negar, el amaba a Kyo, desde la primera noche que estuvieron juntos, y esto era cumplir uno de sus sueños mas deseados, soltó una lagrimas al saber que Kyo lo hacia por otras razones muy diferentes al amor.
A la mañana siguiente sintió su cuerpo adolorido, pero era la sensación mas… no había como describirlo aliviado. No estaba al lado suyo y suspiro con tristeza. Se vistió y encontró a su esposo e hijo desayunando, se sentó y era como si no hubiera pasado nada.
No sabia como después de que había hecho como si nada hubiera pasado, que le iba a decir a Kyo, bueno esperaba no decirle, pero no era algo que realmente pudiera ocultar, tenia dos meses mas o menos para que se notara, pero al igual que con Mamoru, los síntomas eran muy notorios – Pensó antes de salir corriendo al sanitario y devolver todo lo que no había comido – Incluso si no mas notorios
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Kyoya estaba en la sala de sus padres, más bien estaba en medio de una discusión de ambos, su madre estaba gritando y tratando de alcanzar a su padre-
Suéltame Kyoya – dijo Shouta
Basta, que es lo que les pasa – dijo el
Pasa que Kisa- san esta celoso sin ningún motivo – contesto molesto y serio Kou
Es lo mismo ese chico aparece y tu te olvidas de mi, no quiero no puedo perderte, se que el es mas joven, pero - llorando
Kyoya estaba confundido - ¿Qué chico?
Kai apareció en la puerta de la habitación de invitados, tenia los ojos hinchados de tanto llorar, y un golpe ligeramente morado en la mejilla – Lo mejor es que me valla
Eso no es necesario – dijo mirando a Kisa – Shouta esta casa es tanto mía como tuya y Kai necesita de mi apoyo
Kai vio aquella escena, no quería ser una molestia sobo su cara, su madre lo había golpeado cuando no quiso confesar nada de lo que le había sucedido y antes de obtener un segundo golpe Kou, se había puesto en medio diciéndole a su madre que esa no era la manera e igual infierno se desato en casa de los Yukina, haciendo su mejor esfuerzo de hacerse invisible salió de aquella casa.
Kyoya miro al chico salir, era de su edad mas o menos, vio que en realidad no podía hacer mucho por sus padres y siguió al desconocido para aclarar las cosas, acaso su padre tenia un amante, si era asi era algo que no podía creer- pero a lo que vio no le dio crédito un hombre mayor había interceptado al chico y lo tenia contra la pared en un callejón – Me las pagaras Kai, y créeme que tu padres no podrán evitar que tenga a mi hijo de regreso
Todo había pasado muy rápido pensó Kai, y el dolor punzante en su abdomen solo le decía que tal vez no iba a sobrevivir para ver una vez mas a su hijo.