Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un comienzo para dos por Yang

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hoy, os daré una buena noticia, por fin, después de unas cuántas semanas, he terminado los exámenes, por lo que podré subir capítulos mejor, antes de irme de vacaciones. Así que, aquí teneís lo que dije en el anterior. Pero antes, os aconsejo que si quereís leer este capítulo de una forma especial, que escuchéis la canción de Diggy Dong, de Inna.

Me despierto en mitad de toda la noche, sorprendido. Acaba de sonar un ruido muy fuerte, por lo que giro mi cabeza, siguiendo dicho sonido, hasta mirar las claraboyas, en los sofás. Abro mis ojos al verle.

Kyora está despierto, apoyado en el marco de la ventana, y aunque todo está oscuro, rápidamente me doy cuenta de lo que me había despertado. Una tormenta se acercaba y ya empezaba a descargar sus truenos y su lluvia sobre todo Nueva York. El resplandor del trueno, alcance la figura de Kyora, y se refleja su mirada en el cristal, mostrando sus ojos serios, que se dan cuenta de mi mirada, y volvemos a quedarnos enganchados. Sólo que en esta ocasión, Kyora se gira hacia mí y se acerca hasta la cama.

Sólo va en unos pantalones largos y boxers. Le miro su cuerpo, tiene tatuado en el costado una pistola de filigrana, con flores saliendo de ella. Es un dibujo hermoso y tan realista, que cuando se acerca a mí, no se me ocurre otra cosa que pasar mis dedos por él. Kyora tiembla un poco y me mira:

-¿Te gusta?-está serio, pero sus ojos se muestran más oscuros que su rostro.

Levanto mi cabeza y asiento, sonrojándome, intento apartar la mano, pero Kyora la sostiene en su costado y me dice:

-¿Sabes qué significa?-baja su mano hasta su cadera, que es donde llega el final de la pistola.

Yo comienzo a temblar y niego con la cabeza. Él sonríe y decide contestarme:

-Significa-se inclina sobre la cama, sólo apoyándose con las manos en esta, pero haciendo que medio me tumbe, echado hacia atrás y muy sonrojado-un disparo de inspiración-me mira con esos ojos oscuros, sin tocarme.

Sus ojos oscuros y brillantes, hacen que mi cuerpo empieza a calentarse y dulce estremecimiento llegue desde mi espalda hasta mis caderas, sobrecalentando mi cabeza. Por lo que, sin querer, un gemido se me escape, es suave y bajo, pero con el silencio que ha impuesto el último trueno, y el poco espacio que hay entre nosotros, provoca que Kyora, se entere totalmente de él. Se sorprende y me mira:

-¿Estás…excitado?-sonríe un poco, casi riéndose.

Me tapo la boca, sonrojado y sin querer responder. Por lo que giro mi cabeza, sorprendido y castigándome a mí mismo por tal descuido. Kyora me mira y agarra mis manos, con una sola de las suyas, colocándolas sobre mi cabeza:

-Contéstame-está serio y su actitud ha cambiado totalmente.

Estoy temblando sin poder evitarlo y sin poder esconderme, y sin saber qué más hacer, asiento con mi cabeza y mis ojos, muestran una mirada inocente. Kyora muestra una pequeña sonrisa malvada, y con su otra mano acaricia mi mejilla:

-Dime, ¿te gustaría acostarte conmigo?-no sé qué contestar-Entenderé un no, por supuesto, al igual que también entenderé que sea solo sexo-sigue, al darse cuenta de mi reacción-Sólo te haré disfrutar.

Miro a otro lado, sonrojado y molesto, porque su actitud es arrogante y aunque no quiera decirlo, me excita que sea así. Al ver que no contesto y que no me muevo, me ataca, mordiendo mi cuello, por lo que se me vuelve a escapar un gemido. Sonríe y noto en mi oído su voz:

-¿Me harás de rogar?-lame el filo de mi oreja.

Y yo escondo mi cabeza un poco, temblando. Vuelve a morder, pero esta vez en el filo de mi oreja y mis ojos se vuelven llorosos. ¿Cómo es posible que me excite tanto con un solo mordisco? Me asusto de lo necesitado que estoy pero:

-Hn..nn s..í-digo entrecortadamente, con gemidos.

Kyora decide torturarme más al notar que me excita su comportamiento, por lo que vuelve a morder mi oreja y con un dedo, acaricia sobre los pantalones, en mi erección. Suelto un jadeo y él vuelve a preguntarme:

-¿Sí a qué? ¿A qué me harás de rogar? ¿O a que quieres hacerlo conmigo?-su sonrisa malvada y pervertida, hace que mi piel se erice.

Mis caderas se mueven hacia su dedo, para sentirlo más y sus ojos, van a caer a mi entrepierna, antes de dirigirse a mi cara, yo, consigo decir:

-H…áazm..hne..lo-consigo decir antes de que el placer y la vergüenza me impidan decir algo más.

Kyora desabrocha mis pantalones y toma mi erección, aún con los boxers puesto. Un gemido mío atraviesa mi garganta y clavo mis uñas en sus palmas. Arañándole. Sonríe y mueve su mano, deteniéndose a veces, y obligando a mis caderas, a rogarle por más. Kyora decide seguir torturándome y yo tan sólo puedo dejarme hacer, hasta que, sus dientes deciden atacar mi pecho y el placer llega hasta ser un poco doloroso:

-D..esn..úda..me-le ruego, mientras no puedo evitar estremecerme al sentir su lengua pasar sobre uno de mis pezones.

Cuando su lengua lo alcanza de nuevo, yo ya no puedo evitar los ruidos tan obscenos que hago, ni el movimiento de mis caderas, siguiendo su compás. Decide quitarme los boxers y tomar mi erección de lleno, para hacerme disfrutar, con el sólo roce de esta. Me siento preso, y eso me excita, poniéndome muy duro, mientras Kyora me masturba y me muerde el pecho:

-Estás muy duro…-con el pezón en su boca-Aquí y aquí-aprieta mi erección y suelto un pequeño gritito de placer-sonríe.

Cierro mis ojos con ese gritito y le echo la bronca:

-Idi..ota, no ha..bles con..la. boca llena-consigo decir a medias, pero de nuevo me vuelvo a mecer en el placer que me da su mano y su boca.

Puedo sentir su sonrisa, torturándome y calentando mi cuerpo. Su mano empieza con un vaivén rápido y el sonido húmedo llega hasta mí, estoy muy excitado y no tengo práctica desde hace mucho tiempo. Llegaré a mi límite en poco. Empiezo a gemir más alto y Kyora, mojando los dedos en ese líquido que ya sale de mi erección, decide torturar mi punta con sólo dos dedos. Yo no paro de arañar sus manos y de soltar intensos gemidos, que resuenan en la habitación, a oscuras.

-Más…-le miro, con mis ojos excitados, mirándole.

Sus ojos están igual que los míos, sólo que en ellos, se encuentra un punto de perversión que me incita a mostrarme de la forma más lasciva posible. Le ruego por más y él decide masturbarme totalmente, hasta que mi espalda se arquea un poco al notar uno de sus dedos metiéndose en mi entrada, tiemblo y con los ojos entreabiertos, noto el placer de sus dedos entrando en mí, punzando en esa zona que hace que me vuelva loco, y su mano haciéndome estremecer en grandes picos de placer. Siento un gran estremecimiento y mi voz alcanza un volumen muy elevado e indecente, cuando me doy cuenta que el placer tortura ya mi mente, y hace que llegue casi a mi límite. Le aviso:

-Ky..o..ra-me agarro a su hombro y jadeo, buscando aire-Vo..y ..aa..

Muerde mis labios y va más rápido, sus dientes tiran de mi labio, y eso hace que mi cuerpo tiemble, y llegue, con un gran gemido, a un agradable orgasmo. Me arqueo y mi cuerpo se tensa, al venirme en la mano de Kyora. Después, jadeando, caigo en la cama, perdido y cansado, sin saber dónde mirar. Me doy cuenta, de que Kyora se está desnudando totalmente, y veo que su brazo derecho, está lleno de flores, de millones de especies, en unos tonos grises, y de nuevo, el hecho de que parezcan tan reales, me dan un motivo para levantar mi mano e intentar tomar conciencia de lo que está pasando. Pero Kyora sostiene mi mano y la agarra muy fuerte, para mirarme con una sonrisa amable. Y ya está, me pierdo de nuevo en él:

-Tranquilo…-me toma en brazos.

 Y ahora, me acabo de enamorar, de la forma en la que me coloca sobre él y me mira en todo momento, como si fuera la cosa más valiosa y excitante de la tierra. He de reconocerlo, sabe hacer disfrutar, muy bien. Se acerca a mí, y me toma de sorpresa, porque me besa, y yo no puedo evitar abrazarme a él, siguiendo su boca y después, su lengua, que intenta jugar a enredarse con la mía. Para porque necesita respirar y aprovecha para pasar sus manos por su cuerpo y decirme:

-¿Listo..?-sonríe y yo sólo asiento, hipnotizado por esa sonrisa.

De repente, lo siento, me penetra de una sola estocada, y yo arqueo mis espalda, clavando mis uñas en su piel y cerrando los ojos al notar lo bien que se siente. Jadeo, y me doy cuenta de que no se mueve, esperando para que me acostumbre. Eso me parece tan tierno, que no puedo evitar rodear su cuello y mirarle de forma tierna, dejándole ver una parte de mí, tanto tiempo atrás muy escondida en mí.

Me acaricia la mejilla, como si supiera apreciar lo que le estoy mostrando, y de repente, el movimiento de sus caderas, me pilla desprevenido, y su embestida hace que suelte un gritito y salte un poco. Sonríe y empieza a moverse, con lo que todos los músculos de mi cuerpo se tensan y se mueven con él. Y el movimiento que hacemos, nos hace estremecernos, gemir y jadear, compartiendo el mismo espacio y sintiendo cómo vamos a enredarnos, poco a poco, mientras fuera, no para de llover y el frío devasta las calles, excepto aquí, que el calor que nos proporcionamos es suficiente para llevarnos al éxtasis. Y así seguimos, sin parar, una y otra vez, hasta que yo le pido más y sus caderas impulsan un movimiento intenso y fuerte que hace que grite aún más, y que amarrado a su cuello, clavando mis uñas en él, eche mi cabeza hacia atrás y sin poder evitarlo, el orgasmo llegue de nuevo y me haga apretarle en mi interior, viéndome y provocando que con una última y honda embestida, en la que noto cómo acaba por venirse dentro mí. Yo jadeo y las fuerzas se me escapan, por lo que acabo temblando, muy abrazado a él.

Me mira jadeando y me sonríe, posando sus manos en mis mejillas:

-Ellis…-sus ojos son tan tiernos, y yo no sé qué hacer-Yo creo…que…

Y entonces lo sé, sé lo que va a decirme, y me asusto, no quiero que lo digo, no lo soportaría, otra vez… Por lo que me doy prisa y le beso, callándole, y rogando porque él se calle. Me tumbo en la cama y él se tumba también, aun abrazándome, aun cuando voy a hacerle daño, aun cuando se queda dormido tan profundamente que no sé cómo voy a ser capaz de hacer algo así, que no puedo evitar mirarlo con una sonrisa y pensar que es como un niño chico, muy adorable. Le abrazo a mí y me duermo. Esperando la mañana tan horrible que tendré. 

Notas finales:

Y aquí está, lo que prometí. Un beso a todos. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).