detiene hasta llegar al ascensor aunque Beatrice, la secretaria de mi departamento, me llama desde atrás.
Me giro y la saludo levantando la cabeza:
-Ellis, has llegado muy pronto-se detiene a mi lado, jadeando, parece que ha echado a correr para atraparme.
La miro educadamente y le sostengo una falsa sonrisa de cara a mis pensamientos:
-Y tú parece que casi llegas tarde-le ofrezco mi brazo y ella lo toma felizmente.
Beatrice es una chica de 30 años, mayor que yo, que aparenta ser una pequeña adolescente con sus faldas de flores y sus blusas. Me fijo en las zapatillas que lleva y caigo en la cuenta de que por eso creía que estaba algo cambiada:
-¿Nuevo estilismo?-le muestro una cálida sonrisa al ver que no se ha dado cuenta y en un momento su pelo pelirrojo me tapa la visión de sus ojos verdes, que miran sus zapatillas rojas.
Ella, sorprendida, sólo es capaz de comentar, mientras nos subimos al ascensor:
-¡Oh mierda!-da un pisotón en el suelo y el ascensor se tambalea.
Le agarro el brazo antes de que haga otra tontería y ella me mira interrogante, al ver mi poca educación y le digo:
-No te preocupes-aflojo la presión-Lo siento, me da miedo que te hagas daño-sonrío, aunque lo que digo es una pura mentira-Cambiemos los zapatos, creo que tenemos los mismos números y mis zapatos te van a quedar bien, porque llevan un poco de tacón-es un poco bajita, hay que admitirlo.
Ella me sonríe y me aclara:
-Muchas gracias, Ellis, pero verdaderamente no voy hacerlo, ya me has ayudado muchas veces y te debo mucho, por lo que no me apetece deberte otro favor más-el ascensor se detiene y se baja-¿Vamos?
Me he quedado mirándola tranquila y cálidamente, pensando que esta chica es un tanto idiota, y que no entiende verdaderamente lo que le estoy diciendo:
-Eres encantadora, Beatrice-sonrío.
Ella vuelve a corregirme con un suave codazo en el estómago:
-Ellis, te he dicho millones de veces que me llames Bea, cómo todos hacen-se da la vuelta-Ya nos veremos
Voy a continuar mi camino cuando un mensaje al móvil me detiene, lo miro y leo:
“Gran celebración del ASK BURDEL, estáis todos invitados, los clientes, a los cuales invitamos a dos rondas de la bebida que deseen, con la música del pianista, Ellis Mc’ Carthey, uno de nuestros mejores clientes que vendrá para hacer entrega de sus nuevas piezas
Atte: Elise y Alan”
Me he apoyado en la pared mientras leo el texto y una ligera risa ha llenado el espacio en el que me encuentro, para pensar:
-Gracias, Elise, Alan, se os da muy bien eso de pasar inadvertida una orden de presentación-suspiro-No me quedará otra que presentarme. Qué fastidio.
Me muevo hasta mi sala de música que me ayuda a prepararme para lo vendrá esta noche. Seguro que me presentan a un futuro candidato para mi vida. Pues vete preparando, nuevo príncipe azul, que este príncipe no va ni a mirarte. Sonrío mentalmente.