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Deseos ocultos por Salem Michaelis

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Notas del capitulo:

Hola chic@s antes que nada agradezco sus comentarios, y una vez más disculpen T-T)/

 

Madrugada:

- *Es increíble la sensación que su cuepo despide* -pensada el demonio mientras tenía a un Ciel apoyado en su brazo, recostado intentando conciliar el sueño...

-...Puedo sentir tú mirada Sebastian, déjame dormir - lo dijo entre murmullos pero la verdad era que Ciel en todo momento desde que se recostaron juntos estuvo al tanto de  sus  movimientos, aunque poco notorios, pero para alguien que estaba más que nervioso por esa situación eran evidentes.

-Lo siento Bocchan...-Se sorprendió con aquella objeción,  por que Sebastian estaba seguro que no le interrumpía para nada.- Al parecer está más perceptivo Bocchan...

-Cállate de una vez y duerme, es una orden! -Diciendo ello con un deje cortante y frustrado por que esa noche no sería normal.

-Bocchan... eso es...-Suspiro al ver a Ciel cubriéndose con las sábanas.- Como ordene.

Sebastian por un momento cerró los ojos, respiró profundo y se limito a descansar, como normalmente lo haría, después de todo a pesar de ser un demonio extraordinario, el descanso en algún momento viene bien... Esa noche el demonio de ojos rojos tuvo un sueño...

-*¿Qué es esto? Mi cuerpo pesa, de alguna manera yo...* -Abre los ojos rápidamente al darse cuenta que su conciencia entró en una especie de sueño. Pero el lugar en el que estaba no era la mansión, no estaba Ciel, sólo él en una isla de apariencia lúgubre y desolada... la reconoció de inmediato.-*Algo no anda bien aquí... no puedo estar en ésta isla a menos que el contrato se consume por completo, pero entonces ¿porqué?*

Esa isla desierta en medio de la nada del océano era un lugar de importancia para todos los demonios que consumían las almas de los humanos a cambio de la promesa de cumplir sus más anhelados deseos ocultos, pero el contrato estaba intacto, Sebastian entendió que él no podría estar allí a menos que...

-*A menos que esto sea un... ¿sueño?* -Se detuvo a pensar, recordó lo que había hecho hasta llegar allí...- *Duerme, es una orden... eh~ así que incluso se puede hacer esto, inducir al mismo demonio a una especie de sueño, Bocchan es usted increíble, pero ¿porqué a un lugar así? Habría preferido su oficina a "esto"* -Suspiró un poco decepcionado pero en verdad le intrigaba pensar el porqué de "aquel lugar" tan peculiar, estaba seguro que nunca menciono algo sobre ese lugar al joven amo, entonces es su propia conciencia la que le intenta decir algo... ¿desde cuándo un demonio tiene conciencia?

-*Si me quedo aquí por lo que dure la noche me perderé el sueño de mi amo y mi esfuerzo será en vano… definitivamente tengo que encontrar la manera de salir de aquí, pero ¿cómo?* -Recorriendo el espeso bosque llego a la plaza que conocía muy bien, el lugar en el que Ciel, como todos los demás contratantes perdieran sus almas, pero lo que vio lo dejó en un shock momentáneo, era él y un Ciel… no, no podría ser Ciel ya que el joven a quien veía, era más alto que su amo, pero con una clara similitud en la apariencia de éste con el menor y el Sebastian a quien veía estaba por tomar su alma, pero se veía… indeciso, indeciso por hacer aquello, no lo entendía muy bien pero… todo pensamiento e detuvo al ver que el Ciel de sus sueños iba a decir algo…

-*Sebastian, Sebastian, a pesar de todo el tiempo juntos fui feliz contigo, nunca lo dudes, nunca lo olvides… por favor* - El Sebastian de la escena se veía desconsolado ante aquellas palabras, pero aún así hizo lo que tenía que hacer según el contrato, tenía que comer…

-*Al-alto, detente…*- Eran las palabras ahogadas del verdadero demonio pelinegro al contemplar la escena. Pero por alguna razón no podían salir de su boca, quedaron atoradas en su garganta sólo contemplando la escena trágica de lo que sería el futuro de los dos, de un humano y un demonio.

Se despertó después de dormir un rato, eso fue por los movimientos que hacia su mayordomo, al que por cierto, vio con una extraña expresión en su rostro… -*Tiene los ojos cerrados*-Pensó- *Estará dormido, pero él mismo dijo que eso no podría pasar, entonces ¿qué es lo que le sucede?* - Intentando moverlo un poco pero ni eso funciono… lo siguiente le fue aún más consternarte…

-Al-alto… detenten… Ciel… -Habló entre sueños, el demonio al que todos temen, le estaba temiendo a algo que no entraba en la realidad, a un sueño.

-Sebas… tian… ¡Sebastian despierta! –Se dejó escuchar entre ecos al principio la voz de su amo pero el último sonó claramente como un grito… y el demonio despertó, abrió los ojos verdaderamente, esta vez miro a su amo a su lado, extendió su brazo sólo para asegurarse de que él estaba allí, lo tocó y por vez primera agradeció no estar en esa isla.

-Es hora de dormir joven amo. –Vio claramente al perturbado Ciel pero no le diría lo que pasó, no esa noche por lo menos, puso su mano frente a los ojos de su joven amo y éste cayó en un sueño profundo antes de cualquier pregunta para el mayor.

- Duerma que yo estaré aquí por la mañana… *Tengo que pensar, tengo que evitarlo a toda costa* - Pensaba mientras pasaban las horas, recordando cada momento de sus sueños, ese maldito sueño que nunca pensó en tener, pero que para su desgracia le recalcaba su futuro y el de su amo, su inconsciente empezaba a ser consciente…- *Si lo dejo continuar entonces el joven amo… *   -De ninguna manera permitirá que eso suceda, fue entonces que recordó algo, en algún punto de su historia, alguien le había dicho que hay más de una manera en que el humano puede burlar a la muerte, claro que es por un alto precio.

-Debo apresurarme de lo contrario, si Ciel tiene que morir de forma natural yo no podré hacer nada, me apresuraré en tomar su alma y las cosas terminarán como las he visto… sin hacer nada, sólo viendo… -Murmullos y más murmullos de ese “joven” demonio estaba a punto de entrar en una encrucijada con límite de tiempo para salir.

-*Un año quizás menos… Joven amo espero que me perdone por lo que haré a partir de ahora pero es eso o perderlo para siempre… que egoísta… igual que un humano(?)-Pensó y pensó el demonio, hasta que vislumbró una posibilidad, pequeña riesgosa, pero quizás la única manera que Ciel siguiera siendo Ciel y no un Shinigami, un muerto viviente, o algo peor, por supuesto las posibilidades eran pocas y el riesgo en cambio será alto.

-Bocchan… lo siento. –El demonio ofreció la disculpa más sincera que pudo… y prosiguió a hacer lo que probablemente sea el mayor de los tabú en el mundo demoníaco, en más de una realidad y universo, pero era eso o perderlo y eso es algo que definitivamente aquel demonio no quería observar.

El joven demonio en la posición en la que estaba comenzó por acomodar a un Ciel sumido en el sueño profundo, a su lado, quitó las mantas blancas que cubrían ese pequeño cuerpo, luego posó su mano por debajo del camisón de dormir de Ciel,  a la altura de lo que sería su vientre y las palabras comenzaron a escucharse… un dialecto extraño, el sello de su mano brillaba a la vez que Ciel, inconsciente, se empezaba a remover entre la cama. El tiempo pasaba, si no salía bien en esta oportunidad, el poder que está usando se perderá y lo debilitará tanto que no podrá hacer otro igual en un tiempo.

-*Por favor que funcione* -Es lo que Sebastian pensaba, más bien eran los sentimientos que tenía en ese instante lo que junto al conjuro estaban transmitiéndose a Ciel, el joven amo estaba sudando frío, intentando despertar, pero algo no le dejaba, Sebastian era bueno manipulando la energía pero no tanto como otros seres fantásticos en los que los humanos creen o consideran leyendas o bien mitos, sintió ironía al pensar en aquellos seres, porque en esos momentos estaba haciendo algo que también podría entrar en esa categoría pero para los de su propia especie.

-Algo que sólo puede hacer usted Bocchan…

 

 

En la mañana el joven amo despertó y vio a su lado a ese mayordomo que lo preocupo la noche anterior, no sabía si preguntar, era nuevo en esto de conocer a Sebastian, pero así como a él e molesta que indaguen en cosas que no son de incumbencia ajena, por igual a su mayordomo no le agradaba. Decidió  por esperar a que el mayor de los dos le contará después, o cuando a Ciel se le acabara la paciencia y terminará preguntando, de momento solo serían los buenos días de siempre… bueno no de siempre.

-B-buenos diás Sebastian- Tallándose los ojos para despertar completamente, ver esta acción así de cerca por parte del menor, enterneció al mayordomo que se cautivo. Ciel notó algo en el rostro de Sebastian, si no supiera que es un demonio diría que está cansado por no dormir bien anoche… pero no creyó eso posible pero sí aumento la intriga por saber qué era lo que soñaba Sebastian.

-Buenos días Bocchan, disculpe que no haya preparado su desayuno pero es que no me quería perder este “primer despertar” quería asegurarme que todo estuviera bien. –El demonio dejo ver una sonrisa de tranquilidad para el menor de ojos azules.

-Es sólo una mañana normal, sólo las circunstancias han cambiado un poco, no es para que te expreses de esa manera por algo tan simple. – Ciel se estiró en lo que decía aquello y Sebastian sólo se limitaba a verlo, parecer ser que todo el esfuerzo de la noche anterior no afecto en nada a su joven amo, es entonces que por dio por hecho que de momento todo marcharía bien.

-Bocchan, es hora de su nueva rutina… - El mayordomo travieso aprovecho la oportunidad para robarle un beso a Ciel…

-Qué haces tan de repente? –Pregunto el menor ante el sorpresivo beso, pero no le desagrado por el contrario le gusto, tuvo un deje nostálgico por su madre pero esto era completamente diferente porque era Sebastian y con él a su lado definitivamente todo sería diferente.

-Prepararé su desayuno de inmediato, por favor espere aquí. –Sebastian se disponía a salir de la cama cuando una mano lo detuvo… -No me importaría que usaras alguno de tus trucos para que eso sea rápido sin necesidad de irte…- El menor entre sonrojos le dijo esto, el mayordomo se enterneció Ciel estaba abriendo su corazón y a la vez estaba  acercándose al del mismo demonio.

-Lo siento joven amo pero me temo que eso no podrá ser, no quiero que me vuelva a recordar que mi comida sabe mal, prefiero hacerlo como lo he aprendido desde que estoy con usted después de todo soy un simple mayordomo.

-Tch… entonces prepara mi baño y ropa en lo que tú no estás al menos podría hacer algo…

El mayordomo se sorprendió al oír aquello, porque a Ciel Phantomhive nunca le ha visto arreglarse por sí mismo, eso tendría que verlo para saber los resultados pero recordó que usó bastante de su energía en la madrugada por ende no sabría qué tan bien funcionaría ahora y además de que si no se regulaba en usarla seria posiblemente perjudicial para su esencia demoniaca ya que podría ser poseído por aquellos bajos instintos que le crean como demonio, y lo menos que quería era ver que lastimaba a Ciel en un lapso de inconsciencia después de haber invertido tanto en aquel conjuro.

-*Sólo un poco estará bien* -Con un simple ademan el baño estaba listo y el atuendo sobre la cama en perfecto orden. –Bien joven amo todo a su disposición, si me permite iré a la cocina… ah! Si llame por si necesita ayuda para cambiarse… -Con una leve sonrisa salió de la habitación, no sin antes escuchar una queja por parte del menor.

 Saliendo de la habitación de su amo y terminado de bajar las escaleras de la lujosa mansión, Sebastian entra a la cocina pero algo le sorprende, su vista, su vista comenzaba a nublarse…

-Vaya, vaya, qué sorpresa es ésta, al parecer fue más de lo que creía que sería, y eso que he pasado tiempo sin activar mí energía por órdenes de mi amo, pero al parecer lo que hice fue en verdad es ir más allá de los límites, pero si es por él entonces seré capaz de lograr hasta lo imposible.

Notas finales:

A todos los que leen este humilde fic, les agradecería que me hicieran saber de sus opiniones, que si bien no respondo los leo atentamente.

Una vez más Gracias!

 


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