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Deseos ocultos por Salem Michaelis

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Notas del capitulo:

Hola ^w^) lo sé matenme pero después de leer.

 

Estaba haciendo su mejor esfuerzo con aquellos versos que pasaron mucho tiempo casi olvidados dentro de su mente. El demonio que en sus días joviales, donde no conocía otra cosa más que comer y hacer lo que quisiera, estaba ahora en un aprieto, quería preservar la vida y la esencia de una pequeña alma, la cual estaba en una cuenta regresiva para su extinción natural. ¿Por qué se preguntarán, cómo lo sabía?

 Recordando aquel sueño…

El primer sueño que tuvo, el demonio notó algo en el “joven amo” de ese momento, y es que Ciel estaba agotado físicamente, pudo haber completado su venganza y después de un tiempo quizás el “demonio del sueño” le permitió seguir viviendo a su lado, sin consumir su alma, en algún lugar, viviendo alejados de todos, haciendo pasar a Ciel por muerto, que no sería nada extraño, pensaba eso debido a que la apariencia del “Ciel” era más de un joven adulto, por eso creyó que en algún punto de su incontinente el mismo “Sebastian” lo habría dejado vivir .

Quizás algo así sucedió, pero algo inevitable tuvo que ocurrir, el desgaste continuo de la salud de Ciel se hizo más evidente, tal vez una obstrucción crónica pulmonar, debido a su débil estado de salud desde su niñez, los constantes riesgos por exposiciones a gases tóxicos por las misiones ultra secretas de la Reina, algo de ello pudo alojarse en el cuerpo de Ciel e influir un daño mortal con el paso del tiempo, que con la escaza información en enfermedades de la época, era casi intratable y posiblemente mortal.

Algo así se formulaba en la mente del mayor, las posibles causas para que Ciel tuviera una muerte casi natural. Y como William lo había dicho antes, lo que está en el libro de la muerte no puede ser alterado.

-*De ninguna manera permitiré que suceda*…

Una clase de metamorfosis en el cuerpo del adolescente, ahora el joven amo tendría una mezcla de energías en su cuerpo, la única idea que le pareció más idónea a Sebastian, porque de otra manera si obligaba a Ciel a convertirse en demonio por completo, todo su ser como lo conoce ahora desaparecerá, en cambio estos versos, los versos de la concepción demoniaca con humanos, era sí quizás más prudente porque no alteraba de sobremanera el cuerpo del humano, que en su mayoría de los casos siendo un cuerpo femenino, sólo le implantaban la capacidad de resistir el tiempo de fertilidad y alumbramiento. Pero como sabemos Ciel es un chico, no conforme con ello un humano que apenas terminaba su fase de niñez, si bien Sebastian sabía que aun así podían darse las circunstancias para que el humano diera a luz, varios detalles apuntaban en su contra, la edad, salud, y  su tiempo.

Es por ello que el demonio de ojos rojos dio lo que se considera lo más importante en su especie… su propia vida.

Sebastian, en lugar de sólo modificar la energía de Ciel y su cuerpo, alteró la vida misma de su joven amo, para que esta no corriera el riesgo de perderse en el alumbramiento, como en todos los casos de este tipo de nacimientos, el producto creciente dentro de un humano termina por drenar la vida de su “madre” y por consecuencia trae consigo la muerte, que para la mayoría de los demonios que hacían esto no les importa en lo más mínimo, ellos solo quieren reproducción sin problemas y los humanos solo son los conejillos de indias. Pero que Sebastian estaba decidido a no repetir esas historias, porque es la vida de su amo la que estará en juego y no solo la del joven, sino la del futuro ser viviente...

Esa es la teoría de Sebastian, que si todo sale bien, el producto se engendra de Ciel y esté sigue su crecimiento sin percances, esa vida naciente, tomaría lo que Sebastian le dio al menor, crecería con parte de su vida y dejaría la de Ciel, eso es lo que supone el demonio debería pasar, o eso es lo que quiere que pase.

En la mañana.

Después de una madrugada desgastante para el demonio, por fin era casi la hora de ver los resultados, Ciel y su energía alterada.

-*Una mezcla es lo que ahora hay*- Pensó para sí mismo después de haber completado su tarea, compartir casi la mitad de su energía vital de esa manera era agotador para el demonio, pero el ver a Ciel le reponía lo que pudo perderse en el transcurso de la noche, al menos de manera moral. – Buenos días Bocchan, es hora de despertar…

Susurros fueron lo que escuchó y notó que la mano de Sebastian se movía, para alejarse de sus ojos, como si su mano los estuviera tapando todo este tiempo… eso fue lo que pensó, y extrañamente sintió que su cuerpo se liberaba de una gran presión… se sintió aliviado.

-B-buenos días Seb… - Saludo interrumpido (de nuevo fue lo que procesó su cerebro) pero esta vez era diferente, porque ahora la idea no parecía tan mala.

-Bocchan ¿Cómo se siente? – Pregunta que pasa desapercibida su intención para el favor del mayor de pelo negro.

-Bien, aunque siento mi cuerpo extrañamente ligero. – Se tallaba los ojos el menor y bostezaba mientras tanto se estiraba.

-Eso es porque usted no se movió ni un ápice  durante toda la noche, perecía muy cansado… además de que se aferraba a mí con tanta fuerza, fue tan conmovedor verle de esa manera.- El mayor quería molestar un poco a su pequeño gatito para que olvidara rápido esas sensaciones de su cuerpo, no debía decirle nada de momento… *Eso será lo mejor*.

-Deja de decir tonterías yo no me abrazaría a ti de esa manera, no soy un bebé, además está más que claro que de los dos soy el único que puede dormir, prepara el desayuno mientras yo me cambio. – Decía el menor de los dos mientras gateaba por encima de la cama para bajarse de ella e ir a tomar un baño primero, de alguna manera eso de hacer estas pequeñas cosas le agradaban.

-Me alegra su convicción para ducharse y vestirse amo, eso me quitara un trabajo menos por el cual preocuparme, pero claro está que siempre podré anudar su corbata o terminar de abrochar correctamente sus botones… - Risita trémula por parte del mayor fue lo que vio Ciel y ese comentario le molesto un poco pero por alguna razón le pareció divertido, la confianza que estaba creciendo entre ellos era agradable.

-Cállate y prepara las cosas para el baño o ¿es que esperabas que hiciera un trabajo físico más? Si bien tomo la iniciativa de vestirme y ducharme, tu trabajo como mayordomo no se detendrá… así que…- El joven amo hizo una seña en dirección al cuarto de baño.

-Sí, sí como ordene mi señor… - Entre una sonrisa Sebastian se disponía a salir de la cama del joven amo, pero algo pasó, repentinamente por el simple intento de levantarse de la cama el joven de ojos rojos, casi pierde el equilibrio, volteó disimuladamente para asegurarse que Ciel no lo vio flaquear y por fortuna así fue.  – Bocchan si me permite, es mejor que… *Mí vista… maldición ahora no* - Se detuvo en pie por unos instantes en lo que Ciel salía de lavarse los dientes. *Esto podría ser algo peligroso si el joven amo se da cuenta de mi estado, no sé qué o podría decirle. Piensa…*.

-Sebastian qué hay para hoy… ¿Por qué sigues parado allí? ¿Por qué aun no está listo el baño? – Eran las primeras preguntas a las que Sebastian se enfrentaba, no podía mentirle.

-Bocchan… *piensa*… ahora que lo menciona su horario está libre para este día, así que podemos quedarnos todo el día en cama si usted gusta, es en lo que estaba pensando. –Formulación rápida de excusa.

-Mmm… bueno eso no sería mala idea, si bien estoy en contra de no hacer nada, podemos descansar de momento. –El joven menor de encamino a la cama y se subió de nueva cuenta en ella, la luz apenas entraba por las ventanas dada la hora que era. Le hiso una señal al mayordomo que seguía de pie, solo viéndolo para que regresará a la cama. A lo que Sebastian accedió, un poco precavido porque sus movimientos no fueran torpes.

Una vez recostados ambos bajo las sabanas, el menor dió un giro inesperado a la situación, se posiciono sobre el mayor que estaba acostado, quedando sobre él en una pose muy sugerente y fue tocando los labios del mayordomo con sus delgados dedos…

-Si bien es todo el día de descanso, podríamos disfrutarlo mucho, ¿no es así? –Los ojos del menor casi brillaban por el deseo repentino, o eso es lo que pareció percibir el mayor que por muy débil que estuviera, nunca se le negaría a un Ciel deseoso de él.

-Joven amo… -El mayordomo se prendió en un instante, lo tomó por la nuca con una sola mano, con la otra bajo por entre las sabanas y tomo un glúteo del menor apretándolo con un poco de fuerza, masajeándolo, estaba deleitándose con esa piel bajo el comisión, esa piel que estaba en esos momentos sobre de él pidiendo que la tocara.

Jadeos no se hicieron esperar, Ciel comenzaba a excitarse por cada toque que su demonio le daba, y mientras su parte baja estaba siendo atendida, su boca estaba en una pequeña guerra, sentía la lengua del mayor entrando en leves ocasiones, esto solo hacía gemir de placer al menor al mismo tiempo que lo torturaba, porque quería seguir jugando con la lengua de Sebastian por más tiempo, que algo era de admitir el mayor lo hacía a propósito.

Ciel se estaba sintiendo extraño, tenía más ansias de ser tocado, le pasó por la mente que Sebastian era un pervertidor, que lo sedujo y que ahora él también se había convertido en uno por el hecho de querer hacerlo tan de repente, pero la idea completa no era tan mala, muy en su interior sabía que aquello le gustaba, Sebastian era muy bueno en todo lo que hacía. Y Ciel con su orgullo de Conde no se quedaría atrás, definitivamente le daría placer a ese demonio.

-B-basta, no más… Quiero- Ciel se removía ante los toques del mayor que ya estaban por todo su cuerpo, sin darse cuenta ya tenía más de la mitad de los botones desabrochados, y eso le gustó y  a la vez le hiso ver que estaba cayendo por los toques del mayor sin ninguna resistencia, eso no era lo que quería, por lo menos no en ese momento.

-Alto… yo también quiero… - Dicho esto se aparto de los labios del mayor para bajar sus manos entre los dos y posarlas sobre los ligeros pantaloncillos que vestía Sebastian, masajeando con mayor facilidad esa parte suya, lo que le sorprendió al mayor pero a la vez le gustó. –¿S-Se siente bien?- Ciel no se resistió a preguntar dado que quería mejorar para darle placer a su demonio.

-Sí, Bocchan todo lo que usted haga se siente muy bien…- De alguna manera esto no le lleno el orgullo al menor, por lo cual se le ocurrió algo. Dejó de tocar por sobre la ropa y la bajo, dejando el miembro de Sebastian afuera, ya erecto y palpitando, no  lo podía ver bien porque estaban las sabanas cubriendo a ambos y el menor decidió bajar por su propia cuenta… Esto definitivamente sorprendió a Sebastian quien creyó que su amo estaba muy “activo” hoy, claro que le encantaba pero de alguna manera se estaba volviendo muy bueno para su corto tiempo en esas actividades… Dejo de pensar cuando sintió ser engullido por la boca del menor entero. Lo que le dio un respingo de placer (N/S: hasta le brillaron los ojitos *w*).

La boca de Ciel estaba atragantándose con el glande de Sebastian, la saliva escurría por los lados, al mismo tiempo que masajeada el resto de esa parte, Ciel se estaba excitando demasiado, se sentía muy bien, al tener a Sebastian en su boca y el escucharlo por sobre las sabanas, era muy divertido, estaba seguro que mejoraba con cada experiencia, ahora sabia que engullirlo hasta el fondo y mover un poco la lengua le gustaba al mayor, eso más dejarlo todo mojado aún más.

El placer se acumulaba en ambos, Sebastian sólo sentía el calor y la suavidad de la boca de Ciel,  pero de alguna manera le invadía el presentimiento que así no es como actuaria su joven amo… *¿Dónde quedó la timidez que emitía? es como si mis instintos estuvieran en él ahora… ¿mis instintos? No me digas que… *-La idea que le paso por la mente al joven demonio no podría haber estado más en lo cierto, a Ciel no sólo le había pasado energía,  parte de su vida estaba en él ahora, que si bien aun no estaba activa por completo, sí estaba allí presente de alguna manera y esto se hiso ver en aquellas escenas donde Sebastian estaba recibiendo un seductor sexo oral por parte de su joven amo, y fue entonces que decidió quitar las sábanas que le interrumpían la vista para dejar a un Ciel disfrutando de chupar el pene del mayor, con las mejillas sonrosadas, saliva alrededor de los labios y su mano sobre el resto del cuerpo del pene que no le entraba en la boca. Excitación al 100%.

-Bocchan… -El mayor se emocionó por ver aquello que tomo la cabeza de Ciel y la mantuvo un poco presionada para que tragara todo… Sintió el orgasmo tan vivido, que en lugar de sentirse más drenado de energía le dio una enorme recarga.

-Couhg… mmm… -Tragó hasta lo último que le dio el mayordomo, su sabor era extraño, demasiado amargo, la consistencia viscosa se deslizaba por su garganta, aun podía sentir el calor de esa esencia, y ver el resto de ella en la punta del pene que no perdía su tamaño a pesar de todo. – Veo que aún quiere más… - Sebastian vio el deseo en los ojos de Ciel de nuevo, pero lo que siguió lo dejo aun más sorprendido, el menor escupió un poco de lo que restaba en su boca, semen y saliva en su mano, para llevarla hasta su entrada  y comenzar a jugar con sus dedos, y tratar de entrar, abrió despacio, y después introdujo otro más, todo esto estando frente al mayor, decidió inclinarse un poco para tomar con su boca el pene de su demonio y quedar en la posición más increíble que Sebastian podría haber imaginado, su joven amo en dilatándose con su semen y tomando su pene en su boca, ¿más placer se podía?

Sí, definitivamente sí se podía, Ciel no conforme con sólo sus dedos avanzo en dirección al pene de Sebastian y haciendo a un lado su prenda interior sin quitarla, se empujó contra el cuerpo erguido de ese pelinegro, una vez lento y después con más fuerza, hasta tenerlo por completo dentro de él.

-Ah… ahh… Bocchan … - Se sentía demasiado bien, ver a Ciel perdido por el placer, dejarse a si mismo caer sobre su miembro, era algo inigualable lo que estaba sintiendo.

 

-Más… dame más… - El movimiento de Ciel era leve, por ende no era suficiente, para ambos, entonces Sebastian decidió cumplir los deseos de ese joven deseoso, tomó por sus caderas con fuerza, de una sola estocada, entró lo más que pudo en él, hizo que su joven amo gritará, pero era algo que necesitaban ambos, comenzó a besarlo con frenesí, dándole por fin un largo tiempo su lengua para engullirla con ganas, se sentía caliente dentro de ese pequeño cuerpo que pensaba en no querer salir de allí, pero seguía moviéndose continuamente, más y más rápido, Ciel solo jadeaba sobre del cuerpo del mayordomo.

-Ah… ahhh….mmm Sebas- Sebastian voy a … - El mayor se dio cuenta de lo que pasaría, pero decidió torturar a ese pequeño cuerpo, presionando con una mano, para evitar que el menor se corriera. -¿Pero qué… haces? Ah.. due-le.

-Lo siento Bocchan pero yo también quiero... –Dicho esto, Sebastian salió de golpe del interior de Ciel, y lo pasó por encima de él para que su pubis estuviera a la altura de su cara, tenía a Ciel de rodillas sobre él y son su pene aprisionado por una mano, no lo pensó más y lo metió en su boca, lo trago entero, mientras que con una de sus manos trataba de entrar en el interior de su joven amo, éste ya no resistía y cada vez estaba más cerca de correrse dentro de la boca de Sebastian, hasta que sintió una presión en esa parte interna, ocasionada por los dedos expertos de su demonio pervertido, eyaculó dentro de esa boca, que no dejaba que ni una sola gota se saliera.

-Ah… - Sintió recorrerle un escalofrió, escuchó como su mayordomo  estaba tragando lo que había salido, despacio, y con tanto gusto, que le pareció algo divertido de ver.

-Bocchan usted sabe muy bien… - El mayor guió al cuerpo de Ciel para que cambiaran de posición, lo puso en cuatro puntos y sin quitar aun así la prenda intima, ensalivo a detalle su entrada de nuevo, Ciel solo sentía todo aquello, Sebastian por su parte ya estaba por entrar en el pequeño trasero de su joven amo, cuando se escuchó un ruido proveniente de abajo, y unas voces bastante bien conocidas… -*Oh~ parece ser que esto se pondrá interesante…* ­Bocchan – susurro al oído del menor- le recomiendo que baje la voz  a no ser que quiera que nos escuchen… - Al menor se le erizó la piel casi podría jurar que lo que pasaría no sería nada bueno.

-Es-espera, detente si hay alguien dentro debes de ir a ver- El menor intento zafarse pero sin resultados, Sebastian ya sabía quién estaba abajo, y poco le importaba si esa persona los descubría. – No se preocupe Bocchan, no es alguien de quien preocuparnos.- Acto seguido entró con fuerza en Ciel que más que gemir mordió la sábana para evitar ruidos, pero eso no le gustó al mayor, quien escuchaba atentamente los pasos que se acercaban a la alcoba de su amo, y cómo es que éstos se detuvieron, algo que le dio gracia al mayordomo, *tal parece que quien está al otro lado de la puerta sabe lo que pasa ahora, entonces si no se va ahora lo mataré*- Los ojos del demonio brillaban al pensar esto, una aura amenazante inundaba los alrededores de la habitación, mientras que seguía embistiendo a Ciel con fuerza prestaba atención a la presencia, hasta que ésta se fue, decidió alejarse como si supiera lo que pasaría si entraba a esa alcoba.

-Bocchan, parece ser que las visitas ya se han ido, siéntase libre de gritar.- El demonio estaba que se divertía por las acciones de su joven amo, estaba aterrado pero a la vez lo estaba disfrutando tanto…

-Mal-maldito, ¿qué intentas hacer? ¿Qué habría pasado si alguien nos ve así? – El reproche estaba afectando el ambiente tan bueno, que al mayor de los dos lo molesto. –Bocchan lo único que verían seria la verdad, que usted es completamente mío y para muestra  esto. – Sebastian entró hasta el fondo del menor, lo que lo hizo gritar, y sentir cada musculo de su espalda tensarse, había dolor y placer pero algo en el interior de su mente le decía que eso podría causarle problemas. *No, no te vengas dentro* -Solo lo pensó por que ya estaba todo dentro de él, se sentía caliente y húmedo. Sebastian más que satisfecho por aquel acto que daba inicio a su etapa de reproducción.

-Bocchan a partir de ahora lo haré mío en cada rincón, así sea en público o no. – Deposito un beso en su cuello y lo dejó descansar.

-I-idiota. – Ciel no podía sentir el semen de Sebastian salir, lo que le pareció algo extraño pero se quedó rendido en entre las sabanas.

-Bien, al parecer todo estuvo bien, el interior está en condiciones ahora solo resta la parte de repetir y repetir para que suceda. Bocchan los siguientes días serán algo suculentamente dolorosos.

-Es hora de atender al invitado.

 

Notas finales:

Hola almas de este mundo, espero que me disiculpen por semejante tardanza, y por favor no me maten xD por que después ya no sabrán en qué acaba la historia.

Espero sus comentarios sobre este capítulo y muchas gracias por leer.


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