Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Resurrección por Cinnamon

[Reviews - 199]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Wow mis amados lectores! Gracias por sus comentarios y a todos los que me apoyaron. Me hace muy feliz. Por eso y gracias a sus animos y sus palabras decidí adelantar el capítulo :D ¿A que soy la mejor? x3

Espero les guste :3

-

Capítulo 3: El Secreto

-

Él no solía ir por el camino del río porque estar cerca a la catarata siempre le hacía recordar ese horrendo día claramente.

Los números habían estado en su contra; ellos eran solo cinco contra los que eran diez ninjas de rango S, prácticamente no tenían forma de salir invictos pero eso no evito que lucharan. Naruto había sido rápidamente puesto en el medio, Kakashi, Sai y Sakura defendiendo todos los ángulos posibles, Sasuke solo tenía la misión de sacar a Naruto de ahí.

Fue tan caótico e inmediato que Sasuke no se dio cuenta hasta que pudo escuchar el grito de Naruto; había estado tan ocupado luchando contra tres ninjas que se habían acercado demasiado a Naruto, que no se percató de que esos diez ninjas no estaban solos. En el afán de proteger a Naruto lo había estado dirigiendo lo más lejos posible del centro de la pelea. Pero con esto estaba llevándolo a las garras de los otros shinobis que habían estado ocultándose.

Corriendo en desesperación hacia los gritos de lucha de Naruto, Sasuke solo podía atacar con lo primero que se le ocurriera a los que se interponían en su camino para poder alcanzar a su prometido que podía ver de lejos.  Naruto luchaba con todo lo que podía sin poder usar su chakra. Fue dolorosa la impotencia al ver cómo Naruto caía y uno de los malditos comenzaba a arrastrarlo de su cabellera. Sasuke podía recordar cómo gritó en furia, perdiendo la razón y usando técnicas de su sharigan que le había prometido a Naruto no volver a usar.

Lo que siguió fue borroso y exasperante. Sakura y Kakashi aparecieron. Sai lo protegió de algo. Lo único que pudo ver cuando sus ojos regresaron a la normalidad fue a sus amigos seguir en medio de una pelea constante y a Kakashi gritándole que Naruto se había ido hacia el río, que lo siguiera. Sin pensar un segundo más siguió el sonido del río y llego hasta su orilla, pero no podía ver a Naruto ni a ninguno de sus atacantes. Vio un puente y lo cruzó creyendo que quizá Naruto lo había cruzado. Corrió y corrió hasta que el grito de un jutsu siendo activado llamó su atención. Volvió a llegar a otra zona de la orilla del río. Pero esta vez pudo notar cómo una mancha naranja corría en subida siendo perseguido por puntos negros.

Sin importarle que eso sucediera del otro lado, siguió a las figuras desde su orilla mientras estos subían y subían hasta llegar a la cascada. Al llegar vio a Naruto desesperadamente trepando a un gran árbol. Notando la unión de sus ramas con un árbol cerca a él, Sasuke entendió lo que su rubio planeaba hacer. Así que usando su katon desde su orilla contra los ninjas que se acercaban, Sasuke esperó a que Naruto lograra estar a salvo.

Él podía llamarlo mala suerte, pero en ese momento cuando vio a lo lejos las llamas de una explosión, sabía que las vibraciones de estas afectarían el equilibrio de su amado.

Fue instantáneo. Sasuke gritó y corrió hasta el árbol que tenía cerca, subiendo desesperadamente para alcanzarlo. Naruto colgaba de una rama y estaba por resbalar… Cuando al fin logró llegar al punto de intersección de las dos ramas ya era muy tarde. Naruto se le escapó de las manos. Y nada de lo que hizo pudo contra la fuerza de la naturaleza, ninguno de sus jutsus le sirvió para nada.

 

Sasuke llegó con pesar hasta el punto donde el bosque terminaba y comenzaba la humedad del pasto, todo para poder admirar la catarata protagonista de sus peores pesadillas. Miró hacia abajo cómo esta azotaba en el pobre lago donde rocas afiladas y troncos rotos hacían una oda a la muerte. Suspiró sintiendo la impotencia de ese día. Alzó el rostro para observar aquel árbol en el que vio a su amado por última vez.

Sasuke ahogó una risa cruel. Su mente volvía a jugarle bromas desalmadas, mostrándole tal como hace diez años a su Naruto, como si lo hubiera sacado de sus más deseados recuerdos para burlarse de él. Y lo peor era ese brillo intenso en esos ojos celestes, que lo veían esperanzado y sorprendido…

Sasuke cerró los ojos con fuerza. No. No podía ser. Esto parecía demasiado real. Contó hasta tres para volver abrir los ojos, esperanzado de que la dulce ilusión desapareciera y dejara de atormentar su corazón.

Pero la ilusión no desapareció.

—¿Naruto? —sabía que su voz sonada desesperada y suplicante, deseando con toda el alma que esto no fuera una simple broma ni que se estuviera volviendo loco. Pero contra toda acción que su loca mente le hubiera dado a un imaginario Naruto, este Naruto frente a él hizo lo que solo el Naruto real haría, y eso era hacer lo que menos se esperaba de él.

—No—fue lo primero que salió de sus labios al verlo subir—No—al verlo trepar como lo hizo hace diez años antes de irse, antes de abandonarlo— No—exclamaba con más fuerza, sea una ilusión o no, una broma o no, no podía revivir esto. ¡No podía! —No—no era lo suficientemente fuerte para soportar esto, no era capaz de soportarlo otra vez— ¡Detente! ¡Espera! ¡No subas! —así que rogó y suplicó pidiéndole que se detenga, pidiéndole a ese fantasma de promesas inconclusas que por favor se detenga, pero este solo avanzaba…

Su cuerpo inmóvil viendo cómo el fantasma del amor de su vida luchaba por mantener el balance mientras subía, tan concentrado y con lágrimas en los ojos, avanzando sin detenerse.

La impotencia era inmensa, era como ver tu más cruel pesadilla en vivo, vivirla en carne y hueso, repitiéndose frente a ti para demostrarte de que sí existe un infierno y lo estás viviendo ahora.

No.

No. Claro que no. No dejaría que pase de nuevo, no importaba si era un sueño, era un fantasma, una ilusión o quizá un demonio tentándolo, no iba a quedarse viendo que esto pase de nuevo. Así que usó toda su determinación para mover su cuerpo y dirigirlo hacia el tronco del árbol.

Era ágil, era fuerte, era mejor de lo que fue diez años atrás, así que logró llegar a una altura igual a donde el fantasma de Naruto estaba.

—¡Naruto! ¡Para! —Tenía que detenerlo, podía ver en sus movimiento cómo su cuerpo temblaba y comenzaba a perder el equilibrio, tenía que hacer que parara y lo esperara—¡Por favor! ¡Detente! —Solo un poco más, solo un poco…

El terror que pasó por aquellos dulces ojos celestes fue lo que hizo que no pensara en nada y solo se lanzara. No dudó. No pensó en formas de sobrevivir, no ideó un plan, ni se aseguró de que después pudiera salvarlos a ambos, solo saltó y cogió la muñeca solida del que no parecía ser un fantasma, pero era imposible que fuese su Naruto.

Era imposible, era irreal, era quizá un sueño o un milagro, pero la calidez y familiaridad que sintió cuando se aferró al cuerpo de este rubio tan hermoso, para protegerlo del mundo, fue tal cual que pudo sentir su corazón romperse en pedazos por el dolor intenso.

—Sasuke…—y fue la forma en que dijo su nombre, con ese tono dulce y lleno de amor que recordaba, mostrándose rendido y confiado en que mientras esté con Sasuke todo estaría bien, que le destrozó el alma para volver a unirla como se le plazca.

Fueron segundos, menos de un minuto, en el cual todo pasó. Un segundo estaba cayendo y el otro estaba colgado en el aire, siendo sujetado firmemente de la muñeca por una gran serpiente constrictor, su larga cola envolviéndola y manteniéndolo a salvo de la mortal caída.

—Ella es nueva—escuchó el susurró del cuerpo que tenía sujeto con un brazo, su agarre firme alrededor del real y sólido Naruto que tenía contra su pecho.

Sasuke no tenía la fuerza para responder, así que solo hizo que la serpiente los subiera poco a poco. En ningún momento se atrevió a mirar la cabellera rubia o aquellos ojos celestes, no estaba listo, aún no.

 

Ya arriba y a salvo la serpiente se desvaneció en una nube de humo. Sasuke, echado en el pasto húmedo respiraba agitadamente y el cuerpo del que acababa de salvar echado sobre él, subiendo y bajando al ritmo de su respiración.

Pasaron minutos así. Sasuke no atreviéndose a decir palabra por miedo a que la burbuja de ilusa realidad se rompiera y se diera cuenta de que todo era un sueño, o que lo que tenía en sus brazos no era real. Pero eso no evitaba que disfrutara de este cálido momento, nadie podía reclamarle el hecho de que estaba disfrutándolo, saboreando cada respiración del cuerpo que sostenía, el calor que emitía, la familiaridad que hace tanto se había resignado a no sentir.

—¿Sasuke? —escuchó su voz tal cual la recordaba—Sasuke—volvió a hablar, moviéndose ligeramente queriendo salir del abrazo. Sasuke no quería, no quería dejarlo ir, pero Naruto siempre lograba escurrirse de entre sus brazos cada vez que quería decirle algo. Y quería llorar por eso, porque este no podía ser Naruto.

Cerró los ojos no queriendo ver su rostro. No queriendo…

—Sasuke, por favor—pero su voz sonaba suplicante, su tono quebradizo le decía que estaba a punto de llorar y Sasuke odiaba cuando Naruto lloraba—mírame… abre los ojos, ¿por favor?

Sasuke tragó saliva y a su cobardía junto a ella, antes de poder abrir los ojos.

Y por mucho que doliera ver esa expresión de amor y esos ojos llenos de luz y esperanza, no se arrepentía. No podía arrepentirse de nada, porque ya no importaba si se había vuelto loco, este pequeño momento era el cielo y valía toda la cordura que le quedaba.

—No has cambiado—le dijo, su voz cariñosa, sus ojos recorriendo su rostro como queriendo encontrar cada pequeña diferencia que pudiese.

Esto era una tortura.

—Eres—Sasuke tosió al sentir su garganta obstruida—¿en serio eres tú? —preguntó, y sabía que su voz sonaba débil e insegura. Naruto lo vio con tristeza.

—Sí…—las cálidas lágrimas de Naruto rodaban por sus mejillas hasta caer sobre sus labios como un dulce néctar, Sasuke suspiró en gozo—soy yo Sasuke, y no entiendo nada- yo- yo no sé lo que está pasando—Naruto comenzaba a agitarse, sus lágrimas más profusas y sus palabras salían de golpe como si las hubiera estado guardando en su interior hasta ahora—. No entiendo nada y tengo miedo, Sasuke—Naruto se alejó de él para sentarse, encogiéndose, sus piernas contra su pecho y cubriendo su boca con sus manos, su cuerpo agitandose mientras lloraba. Esa imagen ardía en los recuerdos de Sasuke, era la misma pose que Naruto ponía cuando se sentía solo o asustado. Y era tan real que dolía.

—No, no. Hey, tranquilo—sin pensarlo más, sus palabras y su cuerpo actuaron tal como hubiera hecho hace diez años, tal como hubiera hecho si hubiera tenido a su Naruto frente suyo. Se acercó con delicadeza al rubio que estaba hecho una bolita triste y asustadiza para rodearlo con su cuerpo, con sus brazos, de la forma que a Naruto le gustaba porque se sentía protegido—. Todo estará bien.

—Es que- es que- ¡Es que no entiendes! —Gritó dejando de cubrir su boca pero no alejando a Sasuke del abrazo—. Despierto en una cueva solo ¡y han pasado diez años! ¡Diez años, Sasuke! ¡¿Sabes cuánto tiempo es eso?! —Sasuke lo sabía, él había sufrido su pérdida y vivido tras ella por todo ese tiempo—, ¡Y eso no es todo! Cuando llego a la aldea más cercana me dicen que estoy muerto. ¡Que. Estoy. Muerto!

Naruto exclamaba en desesperación y miedo, Sasuke podía sentirlo en cada palabra que gritaba y se estremeció al escucharlo decir que estaba muerto, pero esto lo hacía cada vez más real. Y por mucho que Naruto pareciera en una clase de crisis existencial, Sasuke no podía evitar sentirse feliz, contento, delirante de alegría.

—¡¿Por qué estas sonriendo?!

—No- yo-

—¡Yo estoy que sufro y tu estas que disf-

Antes, la única forma de callar a Naruto había sido besándolo y al parecer eso era algo que no había cambiado.

 

_____

 

El beso era suave pero intenso, como si Sasuke intentara saborear cada rincón de su boca, como si estuviera redescubriendo sus labios, su lengua, todo su interior… y era agonizante. Pero Naruto no hizo nada para apresurarlo o para profundizar el beso, porque Sasuke lo sostenía con tal fuerza y se aferraba al beso como si fuera de vital importancia, y Naruto no quería quitarle eso. Así que lo dejó, dejó que su amado poseyera sus labios y saboreara cada parte de él.

Pese a eso ya comenzaba a quedarse sin aire y por mucho que amara a Sasuke aún seguía confundido y queriendo explicación de lo que pasaba, así que con sus manos en el pecho de su ¿prometido? ¿Aún estaban comprometidos? Oh Dios, todo era un desastre…

—Sasu- hey, necesito respirar—murmuró contra sus labios, Sasuke solo hizo un mmm, sus ojos aún cerrados, su frente apoyada en la suya y sus suspiros de alegría rozando calientes sobre húmedos labios.

—Realmente eres tú—Naruto no sabía si reír o llorar por la forma que usó Sasuke para reconocerlo.

—Sí, soy yo—le dijo suavemente, ambos aún sentados sobre el pasto, frentes unidas y ambos envueltos en un mundo de solo los dos.

—¿Cómo es posible? —Sasuke parecía tan confundido como él, y quizá no fue lo compresivo suficiente con él, porque Sasuke estaba igual de perdido en esto como él.

Naruto no sabía que responder, porque: uno, él no tenía ni idea que había muerto en esa caída; y dos, han pasado diez años.

—En serio… ¿morí? ¿Estoy muerto, Sasuke? —preguntó lo más delicadamente posible. Sasuke abrió los ojos para verlo directamente. Esa intensa expresión en su rostro le decía que estaba por decirle algo que no le iba a gustar.

—Caíste por la cascada, Naru—su tono intentaba ser delicado, tratando, al parecer, de no alterarlo con sus palabras—, al llegar al fondo tu cuerpo- no lo lograste. No saliste. Tuvimos que buscar lo- los restos, no creíamos que por la fuerza y- —se detuvo. Naruto notaba lo duro que resultaba para Sasuke narrar lo que había pasado, y él solo podía sentirse inmensamente culpable por haber hecho que sufriera tanto su ser amado. Quería pedirle perdón, quería hacerlo, pero sabía que Sasuke no lo apreciaría. Así que solo lo dejó continuar—. Pasaron semanas cuando recién conseguimos encontrarlo—Sasuke alzó las manos de donde había estado sosteniendo sus hombros con firmeza, hasta ambos lados de su rostro, con la misma ternura que siempre lo hacía. Las palmas de Sasuke más toscas y grandes de lo que recordaba, la calidez y dulzura eran las mismas—. Te hicimos un funeral, tienes un templo, un maldi- —Sasuke tomó aire, Naruto podía sentir todo el control que tenía para no descargar su frustración en el agarre que tenía sobre él.

—Pero estoy aquí—le dijo tratando de calmarlo—yo- Ayer desperté en una entrada del río y- ¿Sasuke?

—Cuando te encontramos… fue en una de las entradas, pensamos que tu cuerpo había sido arrastrado por la corriente así que avanzamos lejos pero al parecer fue arrastrado hasta esa cueva oculta y-

—Entiendo, no tienes porque entrar en detalles—Naruto quería saber, quería saberlo todo, pero no cuando Sasuke se veía así de deprimido y angustiado por el recuerdo de su cuerpo sin vida. Sasuke asintió y como si necesitara asegurarse de que estaba de regreso en sus brazos, volvió a besarlo con la misma fuerza e intensidad que antes.

El beso continuó y podía perderse en los cortos y castos besos que Sasuke le daba mientras recorría con sus labios cada parte de su rostro.

—Te amo—repitiendo una y otra vez que lo amaba—. No sabes cuánto te extrañé—susurrándole en el oído—. No me dejes—rogando—no me dejes de nuevo—suplicándole—. No vuelvas a hacerme esto.

Naruto lo dejó, dejó que susurrara palabras dulces mientras se dejaba llevar por la dulzura que era Sasuke besándolo una y otra vez.

Aprovecharía el momento, porque sabía que esto tenía que terminar pronto, al menos hasta que entendieran lo que pasaba.

—Te amo, te amo, oh no sabes cuánto te amo—Naruto de un momento a otro estaba contra el pasto mirando al cielo mientras Sasuke seguía susurrando palabras de amor contra la piel de su cuello.

—Sasuke—dijo en un suspiro cuando este succionó suavemente, sus ojos se cerraron en tentación, en lujuria. Relamió sus labios, sus manos recorriendo la espalda de su pro- —Sasuke, Sasuke, espera—comenzó a empujarlo suavemente. Sasuke estaba sobre él, su respiración agitada y mirándolo con aquellos ojos llenos de tanto deseo que sentía cómo se sonrojaba como una quinceañera. Mirando a otro lado en vergüenza, tragó saliva y tosió levemente antes de hablar—. Sasuke, han pasado diez años—el azabache parecía aún ser incapaz de hablar y solo pudo ver cómo este asentía con la cabeza—, tú no- es decir, no estás…—No quería decir las palabras, no quería ni pensarlo. Pero tenía que saber, por mucho que le fuera a destrozar el alma la respuesta, tenía que saber. Después de todo fue su culpa el haber desaparecido por diez años… Claro, había estado muerto, no es como si hubiera sido su decisión, ¡Pero aún así!

—No entiendo—Sasuke parecía más sobrio, viéndolo con una expresión confundida.

—¿Sigo- sigo siendo tu prometido? ¿Somos aún algo? ¿Sigues-

—Oh, Naruto—su tono sonaba burlón—, solo a ti se te ocurriría preguntar algo tan tonto.

—¡Hey! ¡Es una pregunta muy válida! ¡Son- —nuevamente Sasuke atacaba sus labios, y no se quejaba por verse el centro de los labios y deseos de quien amaba, pero no era el momento, estaba buscando respuestas serias— ¡Sasuke, deja de atacarme! ¡Estoy siendo serio aquí! —Sasuke solo suspiró con una sonrisa.

—Como extrañaba tus pucheros.

—¡Yo no-!—Naruto ahogó un grito de frustración—. Siempre has sido así de desesperante—, Sasuke ignorando por completo la pregunta siguió besando su rostro, beso tras beso, sobre sus mejillas, en la esquina de sus labios, alrededor de sus parpados, sobre su ceño fruncido, que con los besos cual caricias comenzaron a vencerlo.

—Siempre serás mío—escuchó cómo susurró antes de morder ese punto detrás de la oreja que le hizo gritar en placer y estremecerse bajo el cuerpo que lo cubría por completo—así como yo no deje de ser tuyo, ni lo dejaré de ser.

—Es decir- —no pudo seguir hablando cuando otro gemido salió de sus labios el momento que Sasuke succionó el lugar donde hace segundos había dejado su marca.

—Sí, sí y sí—Naruto en lugar de palabras lanzó una serie de sonidos que sonaban a pregunta. Pudo sentir la sonrisa que se formaba en los labios de Sasuke al saber que no había perdido la habilidad de dejarlo incapacitado del habla—. Sí, sigues siendo mi prometido. Sí, somos algo. Sí—mordió con fuerza obteniendo un grito de placer que superó el ruido de la cascada—te sigo amando, te deseo, te necesito.

Naruto sabía que debía de detenerlo, que si seguía no iba a poder parar. Pero sentir las manos de Sasuke recorrer su cuerpo era intoxicante y aún peor fue el ver la expresión de intenso deseo en su rostro cuando, con delicadeza, le quitó el polo y lo lanzó a quién sabe dónde. Esos ojos llenos de lujuria recorrieron su piel como un animal a punto de devorar a su presa. Estaba por ser derrotado, vencido en una batalla fútil contra alguien que él amaba y deseaba de la misma forma en la que Sasuke lo veía.

Estaba cerrando sus ojos para dejarse llevar, sintiendo la húmeda y ardiente lengua de Sasuke recorrer su pecho y saborear su pezón, succionándolo. Sus manos bajando hasta el borde de sus pantalones, cuando Sasuke se detuvo.

—¿Sasuke? —de un momento a otro Sasuke estaba contra un árbol lejano viendo a Naruto con los ojos bien abiertos. Naruto se levantó para apoyarse en sus codos. Frunciendo el ceño preguntó—¿Sasuke?

—Tú- —su voz temblaba y si se fijaba bien el cuerpo de Sasuke también.

—¿Qué pasó? —Se impulsó hasta quedar sentado y mirándose a sí mismo para saber qué era lo que hizo que Sasuke se alejara de él. No entendía, todo ya lo había visto Sasuke antes. El sello de Kurama seguía ahí, su piel felizmente libre de cicatrices estaba tal cual la recordaba. Así que volvió a alzar el rostro para ver a su novio, aún confundido por su reacción.

Cuando lo vio pudo darse cuenta que Sasuke miraba directamente a una parte de su cuerpo, no su rostro. Así que siguiendo la dirección de su mirada… Oh. Oh.

Naruto se sonrojó mientras llevaba sus manos a su vientre, avergonzado.

—Te había dicho que aumentaría de peso—dijo sin ver a Sasuke a los ojos—, no es como si tener a un ser humano crecer dentro mío no fuera a afectar mi silueta. Es un ser humano, Sasuke—no se había sentido tan consciente de su figura antes, es como si recién ahora que era visto por Sasuke se sintiera una vaca gorda e inmensa—. Tú dijiste que no pensarías menos de mí y-

—No—Sasuke lo detuvo—. ¡No! ¡Rayos, Naruto! —Sasuke parecía más centrado y ya no en la especie de shock en la que se encontraba. Poco a poco iba acercándose a él nuevamente—. ¡Cómo te veas es lo de menos! —Naruto parpadeó.

—¿Eso quiere decir que si me veo mal? —no podía creer que su voz sonara tan aguda.

—¿Qué? ¡No dije eso!

—¡Dijiste que la apariencia es lo de menos! —De un segundo al otro estaba de pie, su dedo índice apuntando a Sasuke acusadoramente— ¡Eso uno le dice a los gordos, Sasuke! ¡Me estás diciendo gordo!

—¡Pero no lo estas!

—¡Ahora me mientes!

—¡No! —Sasuke estaba a unos pasos de él y Naruto sabía que estaba exagerando, pero en esos momentos se sentía tan avergonzado de haber comenzado con esta discusión tonta que no le quedaba más que continuarla, solo por su orgullo. Que Sasuke viera cómo salía de esta. Además, no le caerían mal unos halagos. Es su culpa por haberse alejado en asombro, estaba embarazado ¡demonios! ¡¿Qué esperaba?!

Sasuke suspiró, seguro tratando de calmarse. Naruto hizo todo lo posible por no decir más, el embarazo usualmente le hacía decir las cosas o más cursis o más tontas y no importaba el caso, siempre se metía en problemas. Estaba seguro que todo era culpa de Kurama, solo lo sabía. Sasuke caminó hasta él, su mirada fija en sus ojos.

—Naru, sabes que te amo. Y cuando hablamos sobre el embarazo te dije que siempre serías perfecto ante mis ojos. Además, eso no es estar gordo, esto es-

—Un milagro—. Naruto terminó por él. Con una sonrisa tomó una de las manos de Sasuke y la llevó hasta su vientre. Dudó un poco al sentir a Sasuke estremecerse, pero se mantuvo firme—. ¿Sigues bien con esto? Ha pasado-

—Oh, Naru—su voz parecía sin aliento. Naruto esperaba que eso fuera una buena señal—. No solo estoy bien, esto es- esto es-

Naruto lanzó un grito el cual negaría haber omitido por lo vergonzoso que era, cuando Sasuke lo alzó en sus brazos y le dio vueltas.

—¡Sasuke, bájame! —le pidió entre risas— Sabes que nuestro mini-Uchiha es bastante malhumorado y puede darnos una sorpresa conmigo vomitando sobre ti—Sasuke rió, pero lo bajó suavemente. Sus brazos aún agarrando con fuerza la cintura de Naruto.

—Nuestro mini-Uchiha es un milagro.

—Un milagro malhumorado igual que su padre—le dijo sin evitar la sonrisa que se le formó ante un Sasuke simulando sentirse ofendido.

Ambos se quedaron en silencio, simplemente mirándose a los ojos, la calma que sentía con tal simple acto era la única prueba que necesitaba Naruto para saber que pese a esos diez años Sasuke seguía siendo su Sasuke, pese a todos esos detalles que gritaban a diferencias, a que no era el mismo, a que se había perdido diez años de su vida con él… En lo que era realmente importante, el tiempo perdido era lo de menos porque ahora estaban juntos y Sasuke aún lo amaba.

El resto podía desaparecer y él ni cuenta.

—Solo que creía que tenerte era suficiente—susurró Sasuke, Naruto lo vio en confusión— pero esto, el saber que no solo tú regresaste a mi sino también-

Oh. Oh. Naruto recién pensó en ello. Que idiota insensible. Y creía que en la relación Sasuke era el que no medía sus palabras. Queriéndose dar un golpe en el trasero Naruto llevó subió sus manos recorriendo los brazos de Sasuke, pasando por sus hombros, su cuello, hasta llegar a su rostro que sí, había cambiado con el tiempo, pero seguía siendo el mismo en esencia.

—Lamento haberte dejado-

—No, Naruto, tú no-

—Escúchame, ¿sí? Es algo que debo decirte porque si no lo voy a tener aquí en mi pecho y- —pasó saliva— Solo déjame, ¿ok? —Sasuke asintió—. Yo fui desconsiderado, irresponsable y actué sin pensar en lo que hacía cuando decidí trepar ese árbol. Quizá fue por el susto, la desesperación, la impotencia de no poder luchar como antes… Sabes que nunca he estado tan vulnerable. Nunca. Ni cuando era un simple niño siendo resondrado por Iruka. Esto- y no lo tomes a mal, pero; este embarazo es muy difícil para mí. Solo que en ese momento de desesperación fue peor, fue ver todos mis miedos juntos. No podía proteger a mis seres queridos y mucho menos protegerme a mí y mi hijo.

Sentía las manos de Sasuke apretar con más fuerza su cintura, quizá era doloroso, pero en ese momento era como una promesa, un alivio.

—Así que en lo único que pensaba era llegar a ti. Llegar y sentirme seguro, sentirme fuerte- —Rayos, las estúpidas lágrimas—. Porque a tu lado me siento fuerte, me siento capaz de todo. Yo-

—Shh—Sasuke besó sus lágrimas y el borde de sus ojos. Un acto que siempre lograba relajarlo.

—Así que actué impulsivamente y fue mi culpa. Fue mi culpa perder estos diez años. Y créeme que no tengo ni la mínima idea de cómo estoy aquí, por qué regrese o cómo es posible. Pero- pero no perderé esta oportunidad ni dudaré más—Naruto soltó a Sasuke y alzó sus brazos en exclamación, su sonrisa entre nerviosa y agitada—¡Porque no importa! No importan las razones, ¿cierto? ¿Solo que estoy aquí?

Se sentía inseguro, porque quizá a Sasuke sí le importaba y no aceptaría esto como una oportunidad. Pero sus dudas se desvanecieron al ver la sonrisa dulce de su amado y sentir el agarre en su cintura soltarse para que sus brazos lo envolvieran.

—Solo importa el que estén de regreso—susurró contra su cabellera.

Naruto cerró los ojos, queriendo ignorar todas las imposibilidades que eran su existencia y solo ahogarse en el aroma de Sasuke. Naruto sonrió.

—Quizás tengas que hacer tu proposición de nuevo, tengo la impresión que diez años es más de su fecha de expiración de estas cosas—dijo en tono de broma, no tenía su anillo así que suponía que el río se lo había llevado, uno nuevo no le haría mal.

—Lo que quieras, cuando quieras—respondió Sasuke con tal seriedad que Naruto sintió que si le pedía atacar a toda una aldea, Sasuke solo le preguntaría si quería rehenes o no.

—Esta vez sí tenemos que poner una fecha, no queremos que Sakura vuelva a- —Naruto se alejó para verlo directamente a los ojos— ¿Qué pasó con Sakura? ¿Gaara? ¿Kakashi? —Recodó las palabras de Haru— ¿quién- quién es el nuevo Hokage? —Sasuke frunció el ceño.

—Naru, qué tal si por ahora descansas. Todo esto es mucho para procesarlo en tan poco tiempo.

—Pero-

—No. ¿Has comido algo? —Rayos, Sasuke lo conocía muy bien y al parecer recordaba sus hábitos alimenticios.

—¿Lo intenté?

—Tengo algo en mi mochila—se separó moviendo la vista alrededor—sé que la tiré por aquí. Comamos y me cuentas todo desde que despertaste, ¿ok? —Naruto lo vio caminar hasta un grupo de cosas que parecían ser las de Sasuke.

Él solo suspiró, quizá era buena idea escuchar toda la nueva información de a pocos. Además Sasuke parecía demasiado feliz como para arruinarle el gusto de engreírlo con comida, así que solo sonrió, caminando hasta el punto donde su novio había decidido acampar.

Por ahora era mejor que esto quedara en secreto.

_____

 

Sakura dejó caer su tenedor. Esto no estaba pasando.

—¿Puedes repetir lo que acabas de decir? —preguntó viendo a Shikamaru que seguía con la mirada fija en el pergamino que había traído una muy agitada Temari. Se escuchó el traqueteo de sillas mientras Kakashi, Tsunade y Gaara se paraban para ir al lado de Shikamaru y ver por ellos mismos lo que decía el estúpido pergamino.

Sakura intercambió miradas con Ino y Hinata. Ambas igual de incapaces de creer lo mal que estaban yendo las cosas. En solo 48 horas el mundo se les estaba cayendo en pedazos. ¿Cómo habían estado tan ciegos?

—¿Pero por qué ahora? —preguntó Tsunade en frustración. Siempre al lado de Shikamaru para darle su opinión y ayuda.

—Creo que ahora fue su mejor momento de actuar—susurró Shikamaru ganando la atención confusa de todos, incluso ella—. Piénsenlo, la Alianza Feng ataca. Eso nos pone a nosotros en un apuro, haciendo que ellos se sientan más seguros que nosotros debíamos darles una respuesta sí o sí.

—¡Pero esto suena a amenaza! —gritó Iruka desde su lado en la mesa. Sakura podía sentir su cabeza asintiendo, pero en el interior sabía que solo era estrategia.

—No lo es. Ellos quieren formar un acuerdo con nosotros y están usando todos los métodos a su alcance. Sucios o no eso no depende de nosotros.

—Las guerras nunca han sido justas—comentó Kakashi. Su expresión demostraba que al igual que Shikamaru comenzaba a pensar en todos los planes posibles.

—No podemos dejar que ellos decidan todo, tiene que haber algo—Sakura estaba desesperada por encontrar algo, cualquier cosa que los sacara de esto.

—Ellos están en Konoha, exigiendo un compromiso. Creo que ya es muy tarde para hacer algo—interrumpió Gaara. Sakura no sabía si llamarlo pesimista o realista—. Solo vayamos y aceptemos su maldita propuesta, no hay nada que perder—su voz claramente decía lo contrario y las miradas que mandaba a la puerta le hacían pensar a Sakura que él esperaba que alguien entrara a contradecirlo. Maldito Sai berrinchudo.

—Quizá podamos aceptar la propuesta de Sasuke—susurró Ino ganando la atención y mirada seria de todos. Sakura entendía que Ino solo buscaba lo mejor para Gaara y Sai, especialmente al saber que después de Sasuke, Sai fue otro de sus amores imposibles. Ella solo quería lo mejor para Sai, Ino pensaba que Naruto fue esa persona para Sasuke y ella tenía la creencia de que no iba a haber nadie más para él, por lo que esto no le parecía descabellado. Pero Sakura no lo iba a aceptar.

—¡No! Ni Gaara, ni Sasuke deben casarse por la fuerza.

—¿Entonces, qué? ¿Esperar a que cumplan con su amenaza e ir a unirse con la otra alianza? La AF sola es casi invencible, si tienen la fuerza de la AG estamos muertos—Ino sonaba amenazante, Sakura sabía que en realidad solo estaba aterrada.

—Ok, esto se está saliendo de nuestras manos. Solo vayamos a Konoha de una vez y-

—¿Y? —Sakura interrumpió. Shikamaru tenía rostro de culpable, ese rostro de cuando estaba por hacer algo que lamentaba—¿Y qué oh, gran Hokage?

—¡Sakura! —no sabía quién gritó, pero Sakura en ningún momento dejó de ver fijamente a Shikamaru.

—Y aceptaremos la unión. Sasuke es un adulto, no podemos estar cuidándolo siempre, ya pasaron diez años y está lo suficientemente grandecito para saber lo que hace. Si dijo que sí, pues lo tomaremos en cuenta.

Sakura quería gritar en cólera, en lugar de eso solo dio media vuelta y salió del lugar hecha una furia.

No podía dejar que esto pase. No podía permitirlo.

Sakura caminó hasta su cuarto a alistar sus cosas. Alcanzaría a Sasuke y obligaría a que la razón entrara en su dura cabeza.

Solo esperaba que fuera a tiempo.

 

 

Notas finales:

Ahora sí, creo que esto les alcanzará hasta el jueves xD

Besos~

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).