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Resurrección por Cinnamon

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos y feliz viernes!

Diciembre está cada vez más cerca y mi lista de regalos esta en proceso, aún~

Algo que aún no entiendo es cómo ninguno de ustedes (los que han visto mi página de fb) me dijeron del error en el calendario, es decir, YO me di cuenta recién ayer, pero es porqu soy despistada, ¿pero ustedes? xD

Bueno, los días siguen en pie, las fechas pues... no les tomen importancia. Cuando lo vean y se den cuenta, lo entenderan ;)

Debo decir a todos GRACIAS por sus comentarios, su apoyo en todo y su paciencia por esperar el capitulo.

Quise hacerlo más emotivo, creanmes, pero luego lo pensé mejor y decidí ir por una ruta más tranquila y ligera. Me gustan las cosas simples ^3^

Besos a todos~

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Capítulo 7: La Unión

Parte II

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Tsunade vio a su alrededor. Sasuke, Sakura, Sai y Kakashi presentes; los cuatro mirándola fijamente. No entendía cómo esperaba Naruto que ella pudiera convencer a estos cuatro que él estaba bien y que solo fue el cansancio lo que hizo que se desmayara esa vez hace ya dos meses.

Ella suspiró.

—No puede permitir que salga de aquí—dijo serio Sasuke, su mirada amenazante; a Tsunade eso no le afectaba.

—No está en condiciones para hacer algo como esto, lo sabe muy bien, Tsunade-sama—Sakura decidió ir por el tono suplicante y los ojitos de cachorro degollado. No, Tsunade no caería por eso tampoco.

—Solo queremos lo mejor para él—intervino Sai, su rostro adoptando una expresión seria, diferente a su usual impasibilidad—, su situación es delicada y nos preocupamos por su salud.

—Tsunade, no puede estar de acuerdo con esto—Tsunade vio a Kakashi a los ojos, ella sabía que él estaba en la misma posición que ella, por lo que su declaración perdió convicción.

Ella entendía, ella sabía que debía ponerle un alto a Naruto y no estar complaciendo sus caprichos, pero él había estado siguiéndola de un lado a otro, había estado pidiendo y pidiendo y pidiendo que por favor le diera una misión, a donde sea, de lo que sea, quería salir de Konoha y sentirse útil.

Al principio ella se había negado una y otra vez, porque sabía el estado de Naruto y sabía lo peligroso que podía ser. Pero Naruto había pensado en eso y dijo que por eso Sakura iría con él, y que protegiéndolo no tendría mejor guardaespaldas que Sasuke; Kakashi y Sai estaban para rematar a cualquier atacante. Aún así ella dijo que no.

Naruto hizo un berrinche y casi terminó desmayándose por el descuidado descontrol de chakra que liberó. Eso no lo hizo entender su situación; al contrario, Tsunade pudo notar que eso lo hizo más convencido que debía salir y demostrar algo. Ella no comprendía qué era lo que Naruto quería demostrar.

Días después Naruto regresó para sus lecciones, él no pidió una misión pero Tsunade pudo notar que estaba molesto y decidido; y cuando Naruto está molesto y decidido significa que problemas se acercan. Esa tarde se dio cuenta que los detalles de una misión no estaban, ella se desesperó momentáneamente y mandó a buscar a Naruto y a Sasuke y prácticamente puso a toda Konoha en alerta. Cuando encontraron a Naruto, este estaba en el Ichiraku conversando con el dueño.

Luego se enteró que Naruto sí estaba pensando ir a esa misión, solo que primero tuvo que ir al baño, luego le dio repentina hambre, luego se sintió algo mal por comer muy rápido y estuvo vomitando, algo que le hizo dar hambre de nuevo. Así que toda la mañana había estado en el Ichiraku. Ella no sabía si agradecer la fisiología nueva de Naruto o reírse del puchero que este puso cuando medio escuadrón ambu lo detuvo en el restaurante.

Ella debió suponerlo, si ella no le daba una misión, Naruto se daría una. Él tenía la capacidad de hacerlo, después de todo Tsunade le había enseñado a hacerlo.

Conversando con Naruto se dio cuenta de lo que pasaba. Ella se reprendió por no haberse dado cuenta antes. A Naruto no le gustaba ser tratado diferente, no le gustaban los cuidados extremos, no le gustaba ser tratado como si se fuera a romper en cualquier momento, no le gustaba ver cómo todos iban de misión mientras él se quedaba en la aldea, él había entrenado tanto, él se había esforzado tanto, él era un ninja, un héroe, uno de los shinobis más fuertes; y todas las prohibiciones lo estaban haciéndolo sentir inútil, todo este estado en el cual no podía usar su chakra, en el que no podía usar jutsus.

Tsunade lo estaba destruyendo desde adentro habiéndole quitado su razón de ser.

Por eso ella aceptó a darle una misión, era una simple y estaría acompañado de todos, Sakura para revisar su estado y mantenerlo estable; Sasuke, porque nadie lo cuidaría mejor que él; Sai y Kakashi porque ellos no lo querrían diferente. Cuando les dijo a todos su nueva misión, ellos aceptaron con sonrisas en el rostro al ver a Naruto tan feliz después de un constante estado de puchero máximus.

Cuando Naruto se fue a contarle la noticia a Shikamaru o Ino, quizá Hinata o probablemente toda Konoha, el resto se quedó. Tsunade sabía lo que le esperaba.

Así que así estaba ahora, tratando de que el cuarteto de bestias sobre protectoras entendieran los deseos de Naruto y que ella no sería la mala de la película, si ellos querían negarle a Naruto su misión que ellos le digan, ella no lo haría.

—No estoy feliz con esto, Kakashi. Y entiendo todas sus preocupaciones, pero he estado con un Naruto como cola ya por un mes. Si alguno de ustedes quiere decirle que no puede ir, háganlo. Tienen mi bendición—dijo mirando a cada uno de ellos. Sakura y Sai esquivaron su mirada, los muy cobardes no se atreverían a quitarle la sonrisa que tenía Naruto cuando se enteró. Sasuke parecía que se enfermaría con solo la idea, él había estado viviendo con un Naruto en constante rabieta, así que él sería el que menos querría quitarle el buen humor.

Todos miraron a Kakashi.

—No, yo- No—dijo firmemente el peli plata.

—Entonces no vengan en grupo a pedirme algo que ustedes no harían—ella suspiró—. Yo también estoy preocupada por su estado, pero es una misión simple y los tiene a ustedes—. Todos suspiraron resignados a que posiblemente no habría otra cosa que hacer.

Tsunade podía notar aún la tensión y preocupación sobre los hombros de Sasuke. Ella no podía si quiera comprender lo que era para él el poner a Naruto en una posición de peligro; considerando que para Sasuke, Naruto lo era todo y lo único que le quedaba. La única familia, el único lazo lo suficientemente fuerte para ayudarlo a sobrellevar sus otras pérdidas. Ella sabía de pérdidas, ella sentía a Naruto como un hijo; pero a diferencia de él, ella tenía la aldea, que era su familia, suya y bajo su cuidado. Sasuke no.

Así que ella lo miró con comprensión. Él solo se frotó las sienes.

Minutos después todos estaban fuera de la oficina. Iruka llegó horas después diciéndole que toda Konoha estaba de fiesta porque Naruto al fin había salido de su berrinche. Quizá Tsunade no se había dado cuenta de todo el alcance del humor de Naruto.

Ella solo sonrió y dijo que esperaba que hubiera mucho sake.

-

Días después, cuando el grupo se había ido de misión y ella ganó la lotería, decidió ignorar la sensación de terror que recorrió su cuerpo. Era otra cosa, era definitivamente otra cosa. La misión era simple y sencilla. Debía haber otra cosa de la que debía preocuparse, quizá un ataque o un problema con las otras misiones que estaban en proceso.

Pese a eso, no paró de revisar pergaminos, de buscar lo malo que pudo haber pasado; en todo el día no salió de su oficina. No pudiendo más con la sensación desesperante mandó un equipo de búsqueda, solo necesitaba saber que todos estaban bien, que Naruto estaba bien.

-

Ella tuvo que dejar la aldea, no importaban los demás, no importaba lo que los viejos dijesen, ella tenía que ir y comprobarlo con sus ojos. Ir y salir del constante estado de desesperación que tenía. Porque era su culpa, si ella se hubiera negado, si ella hubiera sido más fuerte y dicho que no, si ella hubiera sido la mala, con tal de mantenerlo sano y salvo; si ella no hubiera aceptado la sonrisa de Naruto como suficiente pago y haberle dicho que sí.

Cuando llegó a la cascada y vio a Sasuke del otro lado mirando hacia abajo y no permitiendo que nadie se acerque. Tsunade pudo sentir el odio, la desesperación, la culpa.

Vio a su alrededor y todos estaban buscando, todos estaban desesperados, buscando esperanza, buscando rastro de vida, buscándolo.

Ella solo se sintió destrozada y se desmoronó ahí, apoyándose sobre el árbol que tenía a la mano, gritó y gritó que lo sentía a un Naruto que no escucharía y a unas violentas aguas que solo opacaban su voz. Sasuke no la vio en ningún momento, quizá culpándola, quizá odiándola, quizá simplemente borrando su existencia.

Tsunade no lo culpaba.

 

-

 

—Eres tú… eres tú…—ella repitió una y otra vez, mientras su rostro se hundía en su cabellera rubia. Sus brazos aún fuertemente entrelazados en el delicado cuerpo de su Naruto, de su tan amado Naruto.

—Obaa-chan—escuchó ser llamada con cariño, sintiendo los brazos de este rodearla y corresponder el abrazo—soy yo, soy Naruto—. Él escuchar la afirmación solo sirvió para hacerla sollozar de alegría, su cuerpo sintiéndose vigorizado y a la misma vez muy, muy débil. Ella siguió hundiendo su rostro en su cabello—. Lo siento—él susurró, Tsunade no pudo más y perdiendo la fuerza en sus rodillas cayó al suelo, sus brazos aún rodeando el abdomen de Naruto.

—No, no—ella intentaba decir entre lágrimas, sintiendo su garganta seca y sus sollozos impidiéndole hablar con claridad—, no Naruto. Yo lo siento, yo- fue mi culpa, lo siento tanto—se disculpó, así como había hecho tantas veces frente a su tumba. Tantas veces que se quedó sin voz y aún así sin respuesta alguna. Pese a que todos le decían que Naruto no querría eso, que Naruto nunca la culparía. Ella solo pudo hundir su rostro húmedo en su vientre donde pudo sentir ese cúmulo de poder que ella había ayudado a formar.

Oh. Sentirlo era un alivio, sentir ese palpitar de algo creciendo dentro de su pequeño era un milagro, era una promesa, era algo que no pensó volver a sentir, porque pensó perdido. Y ahora, ahora lo tenía cerca, lo podía sentir en sus venas y era un completo alivio. Porque no solo había perdido a su Naruto ese día, también había perdido al pequeño ser que se estaba formando dentro de él.

—Obaa-chan—ella tuvo que alzar el rostro ante el tono serio de su Naruto. Él estaba igual que como lo recordaba, su rostro brillante, sus ojos celestes y grandes y llenos de determinación, su expresión pura y radiante, aunque tenía un ceño fruncido que la hizo preguntarse si algo estaba mal con él, quizá estaba siendo muy brusca… Con preocupación trató de separarse de él pero Naruto no la dejó—. Estoy bien, obaa-chan—dijo con ese tono resignado que él solía usar cuando todos eran demasiado sobre protectores con él—. Pero, no quiero que te culpes—dijo él mirándola a los ojos.

Ella parpadeó.

—Yo-

—No fue tu culpa, obaa-chan.

Y esa sonrisa, y esas palabras, y esa seguridad con la que él lo decía la hacía pensar que quizá no fue culpa suya, porque si Naruto no la culpaba, entonces ella no tendría que seguir culpándose… Porque sí, ella sabía que Naruto no la culparía, él no sería capaz; pero pese a eso, escucharlo de sus labios era algo totalmente diferente a la sola noción del hecho.

—Es mejor que entremos—la voz de Sasuke interrumpió sus pensamientos. Tsunade solo asintió, se levantó aún sintiendo sus piernas débiles. Pero en ningún momento dejó que Naruto se alejara de ella.

A su alrededor notó que Hinata, Shikamaru, Kakashi e Iruka estaban de pie viendo a Naruto con ojos bien abiertos. Tsunade los entendía, pese a que ya lo habían visto, pese a que ya sabían, tenerlo frente a uno era algo completamente distinto.

—Iruka-san, Kakashi, Shikamaru, Hinata—escuchó a Naruto nervioso. Tsunade se sentó en su silla y jaló otra donde sentó a Naruto. Pudo escuchar a Sasuke bufar y ver cómo jalaba una silla y se sentaba al otro lado de Naruto, a ella no le molestaba.

—Na- —Iruka no terminó la frase. Tsunade vio a Kakashi ayudarlo a mantener el balance o era quizá al revés.

—Naruto-kun—dijo entre sollozos, impidiendo que más saliera por su boca al ser cubierta por sus manos.

—¿Realmente eres tú? —preguntó Shikamaru. Los tres estaban frente a Naruto, al otro lado de la mesa redonda. Tsunade aún sentía su corazón latir salvajemente, pero su pecho no podría sentirse al borde de mayor felicidad.

—Sí—él aún sonaba nervioso—, lamento haber… ah- desaparecido por tanto tiempo—terminó la oración, Tsunade agradeció que no hubiera usado la palabra con ¨m¨.

—¿Cómo es posible? —Iruka seguía en shock, Kakashi lo había ayudado a sentarse. Pese a que él seguía viendo a Naruto fijamente.

—No es algún jut-

—No—interrumpió Naruto a Kakashi—, no lo creo. No se siente como si estuviera siendo controlado y mi chakra es tal como lo recuerdo antes de caer inconsciente—. Kakashi asintió, su vista aún firme en el rubio.

—Es increíble—escuchó el murmuro de Shikamaru, que pese a que seguía con esa mirada incrédula, la sonrisa en su rostro era gigantesca y parecía que no desaparecería en ningún momento.

—Lo sé—respondió Naruto—. Yo también tuve una gran sorpresa cuando desperté.

—¿Cómo así? ¿Qué pasó? —preguntó Kakashi. Tomando asiento al lado de Iruka. Tsunade también prestó atención mientras seguía sujetando la mano de Naruto con fuerza.

El resto a su alrededor también tomaron asiento, Sakura, Gaara, Sai y Sasuke que parecían ya haber escuchado la historia solo se sentaron aliviados. Tsunade suponía que los cuatro habían estado preocupados de cómo ellos irían a tomar el regreso de Naruto. Tsunade sabía que una parte de ella le decía que esto no podía ser real, otra parte, simplemente quería creer que sí.

—Bueno, desperté en la cascada—dijo con naturalidad. Tsunade pudo notar cómo todos se estremecían ante la noticia, ella misma pudo sentir el recorrido frio de nervios por su columna. Nadie tenía un buen recuerdo de la cascada, mucho menos pensar a Naruto en ella.

Desde ahí, Naruto contó su historia, sorprendiendo a todos de que él había estado en Uzugakure. Con el avance de la historia, Tsunade pudo notar cómo el shock iba desapareciendo del lugar, dejando el ambiente con pura esperanza. Vio cómo los hombros de Iruka que habían estados tensos, ahora temblaban mientras el sollozaba sin preocuparle el resto. Hinata y Shikamaru tenían ambos una sonrisa en el rostro, sus ojos lagrimosos. Kakashi, mientras no se podía ver su rostro, Tsunade pudo notar las lágrimas de felicidad que habían salido de su único ojo visible.

Cuando Naruto terminó. Iruka se levantó y caminó hasta él.

Tsunade decidió darle un momento con Naruto y ella se alejó, viendo cómo el castaño abrazaba con fuerza a su ex-alumno.

Los susurros de ¨no vuelvas a hacernos esto¨ claros para todos en el salón. Ella no podía estar más de acuerdo.

 

-

 

Naruto no dejaría de sentirse culpable por todo lo que había hecho sufrir a sus amigos, a su familia. Pero eso no lo deprimiría, sabía que la única forma de redimirse era si pasaba todo el tiempo que pudiera con ellos, así que después del gran abrazo de Iruka y las promesas que tuvo que hacer de no volver a cometer una estupidez y morirse. Él decidió que era hora de armar un plan. Porque la única forma en la cual pasaría más tiempo con sus amigos y seres amados era si todo estaba en paz.

—No podemos permitir que ellos hagan eso, Gaara no puede casarse con alguien que no ama—dijo serio. Cuando Shikamaru le preguntó si estaba al tanto de todo. Shikamaru suspiró.

—Sí, eso quedamos en la reunión de ayer—comentó Sakura. Naruto parpadeó.

—Oh, sí—él se rascó la cabeza—. Es que estaba concentrándome en que nadie me descubra, no presté mucha atención a la reunión— dijo apenado. Pudo escuchar un suspiro sincronizado entre todos. Naruto se sorprendería pero él había causado muchos de esos antes.

—Bueno, lo del casamiento es algo que evitaremos—dijo Shikamaru serio. Naruto le sonrió.

—En todo caso, aún debemos encontrar un modo de convencerlos de eso—comentó Kakashi.

—¿Qué decía el pergamino que mandaron? —preguntó viendo a todos a su alrededor.

—Es corto y preciso.

—Sakura tiene razón. Solo mencionaba que querían una unión con nosotros para combatir a la nueva amenaza que estaba surgiendo. Para ello, ellos solicitaban una unión matrimonial, con el objetivo de que entre las dos partes habría descendencia. Luego es una serie de requerimientos para la persona a ser escogida—Naruto miró a Shikamaru. Aún le costaría aceptar que su amigo era el nuevo Hokage, pero sabía que si no era Naruto, Shikamaru era buen reemplazo.

—Hmm, entonces lo único que nos queda es conversar con ellos, ¿cierto? —dijo viendo a todos a su alrededor. Al parecer todos seguían viéndolo con asombro y como si fuera a desaparecer en cualquier momento. Ignorando eso, Naruto, siguió esperando respuesta.

—Sí. Shikamaru ya les informó de que tendremos una reunión el día de mañana a las cuatro de la tarde.

El lugar se quedó en silencio, aparte de eso no había mucho que hacer. Naruto supuso que ya todo se tendría que arreglar el día de mañana en la reunión. Él suspiró.

—Hay algo que quería preguntar—interrumpió Hinata sus ojos aún en Naruto. Él sentía que ninguno de sus amigos dejaría de verlo tan intensamente por mucho tiempo.

—¿Sí?

—Bueno, puedo ver el chakra de Kurama combinado con el tuyo, Naruto-kun. Pero, en tu abdomen hay un cúmulo de energía que se nota… como decirlo, ¿con vida?

Oh. Naruto inconsciente llevó sus manos a su vientre, sintió a Sasuke tensarse a su lado y a Tsunade presionar su rodilla con fuerza, como diciéndole que no tenía de que preocuparse.

—Sobre eso—interrumpió Sakura—es lo que habíamos estado intentando decirles. Verán- —Sakura se detuvo. Todos giraron hacia la puerta que era tocada con fuerza. Naruto pudo escuchar el suspiro de Sakura en frustración— ¡¿Ahora quién es?!

Naruto se pegó a Sasuke e intentó ver quién era mientras Sakura abría la puerta.

El grito y el azote de esta al ser abierta de golpe, no lo esperaba.

—¡¿Cómo nos dejan siempre de lado, Sakura cerda?!

—¡Ino! ¡¿Qué hacen aquí?!

—Ino, te dije que todo estaba bien—se escuchó el grito nervioso de una mujer—. Lo siento, Tsunade-sama, no pude detenerlos.

—Shizune—Naruto sintió a Tsunade levantarse a su lado y hablar—, Ino, ¿qué hacen aquí?

—Pues todos decidieron irse sin nosotros y sin decirnos nada al respecto—dijo ella, su tono molesto.

—Por eso Shizune se quedó—comentó Shikamaru también levantándose.

—¡Ella no nos dijo nada! ¡Además- —Ino dejó de hablar cuando lo vio. Naruto la vio, su amiga se veía mayor, su cabellera rubia larga y atada en una coleta como siempre, su rostro aún el mismo, aunque con evidente madurez.

Sí, todos sus amigos habían madurado, y se apenaba mucho al no haber estado presente, pero estaba tan feliz de poder verlos de nuevo.

—Hola, Ino—dijo sin saber que otra cosa decir.

Ino retrocedió un paso, sus ojos bien abiertos, su rostro pálido.

—¿Qué significa esto? —preguntó al vacio mientras seguía viendo a Naruto.

Sintió a Sasuke pararse a su lado, su aura amenazante. Naruto temía que Sasuke en su modo sobre protector atacara a su amiga.

—Si van a entrar, entren de una vez; si es que no, cierren la maldita puerta y váyanse—dijo Sasuke serio. Naruto quería reprenderlo por ser tan frio con sus amigos. Pero el resto solo se puso en movimiento.

Sakura tomó a Ino del brazo, Naruto pudo ver cómo la rubia se estremeció ante el toque. Sakura también hizo entrar a una Shizune que estaba igual de pálida y con los ojos bien abiertos y a un Chouji que había votado el sándwich que tenía en la mano.

Naruto volvió a ver a su alrededor, sus amigos comenzaban a reunirse, pese a la forma en la que se enteraron algunos; él solo podía sentirse feliz.

—¿Entonces, Naru-Ino? — le preguntó mirándola con una sonrisa brillante.

Ino parpadeó viéndolo directamente a los ojos. Segundos pasaron antes de que Ino rompiera en risas. Ella solo rió y rió, nadie dijo nada con respecto a las lágrimas que cayeron por sus mejillas.

Sí, todo estaría bien.

 

-

 

Sasuke estaba molesto, él estaba molesto y odiaba a todos y cada uno en esta sala; quería su exterminio inmediato. Sintió la mano de alguien en su hombro, él alzó el rostro y vio a Kakashi que lo veía en comprensión y algo burlón. Sasuke bufó en molestia.

Un segundo él había estado al lado de Naruto; el otro, por arte de magia, él estaba al otro lado del cuarto mientras Naruto era rodeado por Ino, Hinata, Shizune, Sakura y Tsunade, las cinco manoseando a su novio. Chouji, Sai, Shikamaru e Iruka, a un lado sonriendo y también tocándolo lo que no debían.

Sí, quizá estaba exagerando un poco, pero era injusto, era su novio, su Naruto, él no debía ser exiliado por una horda de aprovechadores salvajes.

—Ya se les va a pasar—le susurró a un lado Gaara.

—Sí, cuando al fin acepten la idea de que está de regreso—comentó Kakashi.

—¿Cuándo será eso? — Preguntó de mal humor, sus brazos cruzados.

—Hmm, uno, dos, a lo mucho tres—respondió Gaara.

—¿Días? — Gruñó pensando que era mucho. Escuchó la risa de ambos.

—Lo dudo, probablemente meses—Sasuke lo miró con asombro y oh-no, ni lo crean, eso no pasaría.

—Yo pensaba más en años—dijo entre risas el odioso de Kakashi.

—Cállense—solo gruñó. El par solo estaba jugando con él. No podría durar tanto después de todo.

—Pero, realmente es sorprendente.

—Sí.

Sasuke vio a Kakashi y Gaara, y pudo ver en sus ojos las ganas de ir y unirse al grupo que lo único que hacían era ver a Naruto y hablarle de todo un poco, mientras aprovechaban y lo tocaban aquí o allá, como queriendo comprobar que era verdad. Sasuke vio a Sai, el muy maldito solo estaba ahí para molestarlo.

Sí, era un milagro que Naruto había regresado. Y la pregunta de cómo, aún estaba en su mente. La sensación de que no quería saber la respuesta seguía firme en su interior, porque realmente no importaba. Pero tenía que saberla, tenía que saber para tener fe en que Naruto se quedaría.

Sasuke siguió observándolo cuidadosamente, mientras Naruto escuchaba a cada uno de sus amigos mientras estos regresaban a ser una banda de niños y le contaban a Naruto todo lo que habían hecho en todos estos años, como si Naruto fuera su madre orgullosa y escuchando a sus niños hablar de sus aventuras. Y fue por eso, que pudo darse cuenta de la ligera fluctuación de energía en el cuerpo de Naruto y Sasuke corrió hacia él, sin importarle el resto y moviéndolos del camino. Llegó justo antes de que Naruto perdiera el balance.

—Oh, gracias, Sasuke.

—Es suficiente por hoy—dijo con su tono firme. Giró a ver a Tsunade, ignorando los murmullos de preocupación del resto. Kakashi y Gaara también se habían acercado.

—Que tome asiento, revisaré su estado—le respondió la rubia. Él solo asintió y ayudó a Naruto a mantenerse en pie. Naruto aceptó la ayuda, pero Sasuke sabía lo reluctante que era al respecto. No le gustaba sentirse desvalido, el muy cabeza dura.

—Estoy bien, obaa-chan. Es solo el cansancio—dijo sentándose en una de las sillas.

—El camino te debió agotar terriblemente—dijo ella seria mientras se agachó hasta quedar frente a su abdomen. Sasuke no podía evitar preocuparse. Sabía que Tsunade sabría qué hacer, aún así se sentía preocupado por su novio.

—¿Qué sucede?

—¿Está bien?

—¿Sasuke? ¿Qué está pasando?

—¿Naruto estará bien?

Pudo escuchar, pregunta tras pregunta de todos los presentes, sabiendo que ninguno de ellos sabía de la condición de Naruto y seguro pensaban que su casi desmayo era por culpa de la extraña fuerza que lo había traído de regreso.

Sasuke giró a ver a Sakura que no paraba de mover sus manos en inquietud por hacer algo, Sasuke sentía las mismas ganas de hacer algo para ayudar, pero él sabía que él no podía y tenía que dejárselo todo a Tsunade.

—Sakura, es mejor que les expliques todo de una vez. Dudo que haya más interrupciones—la peli rosa giró a verlo, su expresión aún preocupada, pero asintió.

—Por favor, vengan todos y tomen asiento. Tsunade se encargará de Naruto.

—Pero-

—Escúchenla—interrumpió viendo a cada uno de los presentes—, Naruto estará bien, esto no tienen nada que ver con su regreso. Esto es algo diferente. Así que lo mejor es que presten atención.

El resto miró a Naruto por unos segundos antes de asentir. Todos caminaron alrededor de la mesa hasta tomar un asiento. Sasuke se quedó al lado de Naruto, que lo veía con una sonrisa.

—Estoy bien, sabes que es solo el cansancio—le susurró. Sasuke solo pudo sonreírle y agacharse para robarle un beso.

—Lo sé. Eso no evita que me preocupe—apoyó su frente sobre la de Naruto.

—Todos son unos exagerados—dijo Naruto, pero Sasuke pudo notar la risa detrás de esas palabras. Sasuke sabía que Naruto adoraba saber que sus amigos lo amaban tanto, aunque a veces sí eran unos exagerados.

—Así nos amas—susurró contra sus labios.

—Sí, no los cambiaría por nada—Naruto le respondió, Sasuke no pudo evitar volver a rociarlo de besos.

Sasuke pudo oír a Tsunade reír bajito y a un Sai simulando vomitar, pero no les haría caso. En estos momentos, toda su atención y concentración estaba dirigido a cierto rubio de ojos cielo que lo miraba con ojitos somnolientos. No dejaría que nada le pase, que nada lo moleste o estrese. Porque alguien allá arriba le había dado una oportunidad y él la aprovecharía al máximo.

 

-

 

Sasuke siguió furioso horas después. Las ganas de estrangular a todos seguía siendo la misma, sus planes de masacre aumentaban con cada segundo.

Naruto se había dormido por el cansancio, pero Tsunade dijo que estaría bien si dormía lo suficiente y recuperaba fuerzas. Así que Sasuke se había sentido mejor al respecto, suspirando en alivio. Shikamaru había dejado la conversación de la Unión para el día de mañana.

Y Sakura, Sakura había contado todo con respecto al ¨embarazo¨ de Naruto y su formación; y con todo eso, la teoría del cómo pudo haber revivido y la posible participación de Kurama en todo.

La sorpresa, emoción, incredibilidad, gritos, lágrimas, felicitaciones y alguna que otra mirada a él entre admirada y extrañada; pues, lo esperaba.

Que cuando Sasuke llevó a Naruto a su departamento para acostarlo de una buena vez en su cama, que Ino gritara ¨¡Pijamada!¨ y todos gritaran ¨¡Sí!¨ fue completamente inesperado y horripilante.

Ser votado de su cuarto porque ya no había espacio fue la gota que derramó el vaso.

—Se les pasara—dijo alguien a su lado.

—¡Sasuke, ¿dónde guardas tus ropas de dormir?!

—¡Mira son zorritos!

—¡Owww, un álbum de los dos!

—¡Mira esto!

—Owww

—Quizá—agregó la voz que era de Gaara—. Por ahora solo tendrás que soportarlo… y decirme dónde pones la crema dental, se ha acabado.

Sasuke realmente quería asesinar a todos.

 

-

 

El día siguiente estaba demostrando ser un día tenso, al menos para él. Shikamaru se levantó con dolor en todo el cuerpo después del altercado de ayer, fue una lucha sangrienta donde las almohadas fueron armas desgarradoras y bastante letales si uno considera quién las lanza. Pese a todo, no se había divertido en años y derrotar a un tirano que quiere de regreso su habitación fue lo más hilarante y satisfactorio que había hecho desde que tiene la posición de Hokage.

Quizá debió regresar a su casa y visitar a Konohamaru para preguntarle si había pasado algo, pero realmente lo dudaba. Lo único pendiente y de importancia era la reunión que se llevaría hoy a las cuatro.

En el desayuno que las chicas prepararon todos se olvidaron de los problemas y comenzaron a reír y conversar sobre todo y nada. Idear las nuevas cosas que harían con Naruto de regreso, preguntando a Sakura y Tsunade cómo era posible lo del embarazo, algo que personalmente lo había dejado en shock y que al igual que Gaara simplemente aceptó y no lo pensó más a fondo. No quería detalles de cómo un hombre sale embarazado, sabía que sería doloroso, no quería descripción al respecto.

Por un lado, después de la explicación logró entender el cómo habían sido fácilmente superados esa vez hace diez años. Algo que a todos les había estado molestando, porque Naruto no podía morir por algo tan simple, por una simple caída, por un repentino ataque… Y pese a que ni Tsunade, ni Kakashi habían dicho nada y todos querían preguntar, ver a Sasuke era suficiente para callar a quien lo pensara. No por miedo a la expresión aterradora que tenía, sino a la simple desgarradora mirada que ponía cuando alguien si quiera mencionaba el nombre de Naruto.

Pese a la bulla de la preparación del desayuno, los gritos de Ino, las instrucciones de Hinata y algunos ataques de Sasuke, todos terminaron comiendo algo, algunos platos más quemados que otros pero nadie se quedó sin nada en el plato. Siendo lo único preparado por Chouji lo mejor cocinado y separado para un aún durmiente Naruto.

Nadie dijo nada al respecto, pero entendían que seguro se había esforzado demasiado. Sasuke había dicho algo de que el muy tonto recién podía relajarse al saber que sus amigos estaban con él.

Shikamaru pudo notar la sonrisa dulce en su rostro antes de que girara y se fuera al cuarto a acompañar a Naruto. No pudo evitar sonreír conocedoramente, pese a lo mucho que Sasuke se quejó ayer, el rostro apacible y feliz de Naruto había sido suficiente para que el orgulloso Uchiha se rindiera y solo cogiera una almohada y se acomodara en un rincón mientras cedía su puesto a la horda de salvajes que planeaba dormir en su cama.

Después que Sasuke se fue, Shikamaru decidió que era hora de ponerse serios y planear quién iría a la reunión y cómo tratarían el tema. La preparación del desayuno había tardado poco menos de cuatro horas y ya eran la una de la tarde. Estaban en su límite de tiempo, aún así él no pudo regresar al tema de importancia por mucho tiempo mientras cada vez que estaban por llegar a algo, alguno interrumpía con lo lindo que será el bebe y quién organizaría el babyshower o si seria niño o niña o la boda, que sí debía pasar y antes de que el nuevo engreído de toda Konoha-todo el mundo ninja, aclaró Ino- naciera.

Shikamaru quería gritarles que fueran serios y se comportaran, pero no pudo evitar entrar en la apuesta sobre quién sería el padre más sobre protector. Él sabía que sería Sasuke, solo lo sabía.

 

Es por eso que ahora estaban así, las tres y media y él jalándose los cabellos porque no habían quedado en nada y todos simplemente sacando palitos para saber quién iría a la reunión.

—¡No! Es el que le toca rojo el que va, si no tienes nada no vas—explicaba Sakura a un Chouji que parecía más concentrado en explicarle la forma de preparar un buen ramen a Naruto, que ya había despertado después del agonizante grito que dio Shikamaru al ver la hora.

—Oh, entonces no me toca—respondió este.

—Entonces,  ¿el naruto va antes o después del cerdo? —preguntó un Naruto sin dejar de masticar, Sasuke a su lado cuidando que no se atorase con la comida. Shikamaru podía notar que estaba listo para la maniobra heimlich si era necesaria.

—Después, recuerda que la carne de cerdo debe-

Shikamaru ignoró la conversación girando a ver a Tsunade que parecía en seria conversación con Kakashi, él suspiró aliviado de que al menos alguien tomaba esto en serio. Lamentablemente, cuando llegó pudo escuchar el tema de conversación.

—Pero yo soy como su madre, claro seré la madrina.

—Sí, pero ambos son hombres, estoy seguro que tendrán dos padrinos, Iruka y yo estamos listos para el puesto.

Shikamaru quería gritarles. ¡¿Acaso nadie estaba listo para la reunión?!

Cansado, decidió ser serio con todos y fue a la única persona que todos le harían caso. Así que moviendo a Chouji del camino y con la mirada fija de Sasuke sobre él, Shikamaru se paró frente a Naruto.

—No estamos listos para la reunión y nadie me escucha—a penas dijo las palabras se sintió contraer en vergüenza, eso había sonado a una acusación que un niño le daba a su mamá. ¨Nadie me escucha, maa… todos están siendo malos conmigo y esto es importante, haz algo, haz algo¨.

Naruto solo lo vio con sorpresa para luego girar a ver a todos con una expresión pensativa. Shikamaru creyó que al fin todos irían a comportarse, hasta que Naruto volvió a verlo con una sonrisa.

—Descuida, Shika, ya verás cómo todo sale bien.

 

-

 

Así que cuando todos a los que les salieron la marquita roja estaban en el salón de reuniones con el grupo de cinco hombres frente a ellos, un par de muchachas entre el grupo de ancianos, Shikamaru no estaba seguro si confiar en las palabras de Naruto. Pero por eso él no dejaría de ser civil y demostrar que como Hokage tenía todo en control.

A su derecha estaba Sasuke, Naruto e Ino. A su izquierda, Gaara, Sai y Sakura. No entendía por qué Kakashi y Tsunade se habían quedado, ellos eran los que podían haber servido de más ayuda, pero los muy tercos y repentinamente considerados no querían ocupar el puesto de los que les tocó.

—Discutiremos los términos de la unión—fue lo primero que dijo uno de los integrantes de la Alianza Gia después de que intercambiaron saludos. Nadie preguntó la identidad de Naruto, algo que él agradeció internamente y al mismo tiempo lo hizo molestar, porque si no preguntaban quién era, era porque creían que no era nadie importante y eso era completa estupidez.

—Escucharemos todos sus términos—dijo Shikamaru, mirando a sus acompañantes para decirles que el plan seguía en marcha pero que primero escucharían a la AG.

—La persona de su Alianza que sea escogida debe ser un hombre soltero, sin descendencia y que sea renombrado por el conjunto de aldeas que forma su Alianza—comentó el que parecía el líder. Shikamaru había leído eso en el pergamino—. Puede ser muy bien uno de los kages—, dijo esto mirando de reojo a Gaara, Shikamaru sabía que su homologo estaba con los puños cerrados—. O un héroe de guerra—dijo, sorprendentemente mirando a Sasuke. Algo que hizo que varios se tensaran a sus lados, debió suponerlo, considerando que Sasuke era bastante conocido por todos, tanto su fuerza, su parte en la guerra, como su estado civil.

—Eso tenemos entendido—, respondió poniendo en la mesa el pergamino—, todo esto es pensado con el mero objetivo de una unión que beneficiaría nuestro lado de la alianza en contra de la fuerza que se está alzando—. El grupo de ancianos asintió—. Pero temo que esta reunión tiene como nuestro objetivo el poder formar esa unión pero sin la necesidad de estos términos—dijo con seriedad y usando la voz más convincente que tenía.

El grupo de ancianos pareció retractarse ante las palabras, todos mirando amenazante a todos los que estaban al otro lado de la mesa. Shikamaru sintió la mira del líder afilarse.

—Pensé que tenían en claro que esto no estaba en discusión—dijo con calma pero frialdad el anciano—, la boda se realizará. El escogido tendrá el privilegio de casarse con una de mis hijas—dijo señalando a las dos muchachas a su costado que parecían nerviosas de estar ahí, Shikamaru recién se dedicó a observarlas, tendrían sus veinte años, un par de años más o menos.

—Es un honor—dijo tratando de sonar respetuoso—, sus hijas son hermosas y seguro sabias como sus predecesores—halagos no hacían nunca mal—, pero estamos en mitad de lo que puede ser una gran guerra que será devastadora para nuestras aldeas, no creo que una boda sea necesaria en tan inoportuno tiempo.

—Al contrario joven kage—entonando su voz como si la palabra joven, fuera un insulto—, un matrimonio siempre alegra a las masas, además, usted tiene razón, no necesitamos realizar la ceremonia, pero al menos anunciar el compromiso—el anciano sonrió y acercó otro pergamino donde Shikamaru pudo notar que una serie de términos eran señalados; al final, un espacio donde iría el nombre de la persona escogida y al lado un espacio para las firmas de ambos líderes.

Él solo pudo fruncir el ceño y sentir sus puños cerrarse con fuerza y frustración, a un lado el pergamino fue jalado para que los otros lo vieran.

Todo estaba en silencio por largos minutos, mientras cada grupo analizaba al que tenía en frente. Ninguno se atrevía a hablar. La tensión era tan cargada que Shikamaru sentía que si alguien lanzaba un pin este causaría una explosión. Pero el silenció debía terminar y cuando él estaba por hablar, una de las muchachas, hijas del líder se levantó con una sonrisa en el rostro.

—¡Quiero casarme con él, padre! — Todos, incluso el padre de la chica, la miraron por un segundo, sorprendidos. Antes de que giraran a ver a quién señalaba. Shikamaru tuvo que parpadear para poder creer lo que pasaba.

—¡¿Y-yo?!

—¡¿Él?!

—¡No!

Naruto, todos en grupo y Sasuke dijeron respectivamente.

Shikamaru se quedó mirando a la chica y luego a Naruto, en asombro y estupefacción, qué podría hacer, cómo esa chica podía decidir algo así.

—¿Puedo, padre? — Ella giró a su padre que la veía con preocupación, pero el hombre parecía tomar en cuenta lo que le decía. Shikamaru quería jalarse los cabellos y gritar en agonía.

Pero antes de que alguien pudiera decir algo, todos giraron al escuchar la risa de Naruto, para que luego este sonriera.

—Ok.

El caos que siguió era de esperarse.

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Bueno, nos vemos el Lunes o Martes~ dependiendo si logro estudiar a tiempo el Lunes; de lo contrario les traeré el capitulo de B&B en martes, ¿vale?

Besos~

Pd: No me tiren piedras! Todo tiene razón de ser, en serio!! QwQ Creanmeee~


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