Capítulo 16
Kai iba llegando a la casa de su buen amigo Taemin cuando éste salió como quien lo lleva el diablo cerrando de un portazo al salir.
-¡Eres un maldito cobarde!- vociferó hacia la puerta el chico ahora pelirrojo.
Salio tan rapido de la casa con la cabeza baja que impacto directo y con fuerza con el menor, el cual se quejó por el dolor que le producía en su lesión. Pero el mayor estaba tan metido en sus pensamientos que no lo noto, al levantar su rostro estaba cubierto de lágrimas. En cuanto reconoció a su amigo se aferró a él con fuerza.
-Jong In, vayamonos de aqui no quiero ver la cara a ese maldito cobarde- dijo ahogándose en su llanto abrazando al más alto
-¡Taemin-ni!- se escuchó el grito de Minho tras el sonido de la puerta abriéndose.
Inmediatamente se vio al más alto parado en la vereda donde los menores se encontraban, vio hacia un lado de la calle, pero cuando volteo y vislumbro lo que menos deseaba ver, su rostro se mostró un tanto fastidiado.
-Taemin-ni- suavizó su voz al notar el estado del menor -Ven tenemos que hablarlo
-No quiero ver a ese traidor- dijo el makane aún abrazando a su amigo
-Taem, Kibum te…- el más alto no pudo terminar la frase, Jinki puso una mano en su hombro y le hizo señas de que entrara.
-Jong In-ni- llamó el líder de SHINee estaba serio y se le veía preocupado -¿Puedes hacerte cargo de Taemin hoy? Yo mismo llamaré a JoonMyeon y le explicaré la situación, pero será mejor que pase la noche fuera contigo. Cuando se calme el mismo te lo contara todo- finalizo el mayor, en todos los años que el menor llevaba de conocerle nunca lo había visto tan serio y preocupado. Así que solo asintió y se llevó a su hyung a su casa sin decir más.
Un nuevo portazo se oyó, pero esta vez de parte de Minho que se había quedado oyendo lo que el líder hablaba con los pequeños. El joven líder soltó un gran suspiro y se adentró en la casa, debía consolar, hablar, reconciliar y poner orden entre sus dongsaengs, sus queridos amigos, sus pequeños hermanos.
En casa de EXO, Kyungsoo por fin había podido poner orden al caos en la casa y ahora muy a su pesar estaba tratando con las resacas del ChanBaek.
Preparó agua con limón y miel, una receta que había aprendido con sus amigos para tratar ese mar de malestares tras consumir alcohol como si no hubiese un mañana. Llamó a Tao y a Sehun para que les llevarán a Lay y Luhan un poco, los cuales no habían salido de sus habitaciones en todo el dia, siendo los únicos dos quienes no habían sido molestados en lo absoluto.
Xiumin luego de terminar de limpiar junto a Soo, se encargó de sacar a Jong Dae de la casa para que dejara de molestar, logrando así que Sehun y Tao se quedaran quietos, en su misión de empeorar los dolores de cabeza de sus hyungs.
Kyungsoo disfrutaba de la calma que había en la casa, recostado en el sofá escuchando música con sus audifonos, para así acallar los gemidos del dúo ruidoso desde su habitación, mientras no supo más nada de Yixing, Tao, Lu Han o Sehun, quedando así completamente dormido.
Sehun estaba sentado en el suelo a un lado de LuHan quien aún dormía. Había llevado el preparado de Soo para que éste se sintiera mejor, pero al verlo dormido no quiso molestarle.
Quería darle él mismo el preparado así que se sentó a esperar a que despertara, o al menos esa era la excusa que planeaba darle al mayor, porque la verdad, es que se había quedado embobado viéndolo dormir.
Sehun aseguraba ver a un ángel en ese momento, Lu Han estaba dormido de lado, con su boca entreabierta, respirando en un compás melódico para sus oídos. Su cabello estaba algo más largo y ahora era de un color castaño, cubriendo parte de sus ojos cerrados.
El menor estaba maravillado con su vista, su mano viajaba y retrocedia temblorosa, en cada frustrado intento de acariciar esa mejilla de fina porcelana. Sus mejillas estaban rojas, sus labios resecos y no dejaba de sudar de solo imaginar cómo se sentirían esos rosados y apetecibles labios sobre los suyos propios.
Se obligaba a apartar la vista sobre el mayor, porque su cordura amenazaba con irse de vacaciones y dejar a sus hormonas tomar el control de la situación y hacerlo pasar la mayor de las vergüenzas.
Escucho su nombre, un leve susurro, una voz angelical un par de tonos más graves de lo usual. Al voltearse vio como lentamente las largas y delicadas pestañas de Lu Han se remueven en el aire de forma perezosa.
-Hunnie- logra articular el mayor, casi en un susurro, su boca estaba seca como un papel de lija y las náuseas aún no lo abandonan
-Buenos dias hyung- saludo suavemente el menor para no alterar sus sensibles oídos -Le traigo algo que preparo Kyungsoo hyung para la resaca.
LuHan se volteo con mucho pesar, quedando de espalda al colchón. Su cabeza aún parecía querer explotar, aunque con menos intensidad que en la mañana. Éste hizo una nota mental, nunca más volver a tomar de esa manera en la vida, su malestar ahora, era más que suficiente por el resto de esta.
-¿LLevas mucho aquí?- preguntó aún con la garganta seca, logrando que su voz sonara más ronca de lo normal
-No mucho- mintió el menor -Toma, esto hará que te sientas mejor- le dijo sosteniendo el vaso
El mayor logro sentarse como pudo apoyando su espalda en la cabecera de la cama. Acepto el preparado que traia Sehun y tomo un analgesico de arriba de su mesa de noche que estaba a un lado de la cama.
-¿Lo preparo Kyungsoo?- pregunto divertido -¿No le habrá puesto cianuro?- cuestionó soltando una risa que le valió un poco más de dolor de cabeza -Digo, como no le hemos ayudado a ordenar la casa y todavia solo hicimos una inmundicia en los baños y fuimos una carga- rió por lo bajo con su comentario, recordaba como se transformo la cara del menor cuando el primero de los ebrios devolvió todo en el baño y como carraspeó mientras ayudaba a subirlos a las habitaciones. La furia de Kyung probablemente dure días.
-No nos ha matado a los sobrios por no ayudarle hoy, así que supongo que estás a salvo- dijo en una risita, deseaba ocultar su sonrojo tras la hermosa sonrisa del mayor, al parecer está más sensible a todo lo que tuviera que ver con éste
Tras tomar el preparado y la píldora para el dolor de cabeza se volvió a recostar esta vez con las manos sosteniendo su cabeza viendo hacia al menor.
Ese niño se veía tan lindo antes los ojos de Lu Han, por alguna razón lo veía como más pequeño, parecía muy nervioso y apenado. Empezó a pensar si habría hecho algo la noche anterior que lo incomodara, no se había emborrachado muchas veces en su vida, y de esta creía recordarlo todo, pero tenia miedo que algo se le hubiera escapado.
-¿Esta todo bien Hunnie?- pregunto preocupado el mayor
-Si… claro por supuesto hyung- respondió nervioso -¿Porque lo pregunta?
-Es que se te ve nervioso y algo triste ¿Pasa algo?- volvió a preguntar pero esta vez se sentó en la cama viendo al menor
La verdad es que Sehun creía que su hyung aún seguía enojado con él, como antes de salir de viaje. Porque éste casi no le hablo durante toda la noche y parecía que se le pasaba escapando de él, así que estaba bastante triste.
Juntó sus piernas y las acercó a su pecho, escondiendo entre ellas su rostro. Parecía más un niño que nunca, se reclamaba a sí mismo por ser tan inseguro, pero tenía mucho miedo de que el mayor le odiase y se cansara de él.
-Hyung ¿aún está molesto conmigo?- preguntó en un susurro, pero que el mayor oyó claramente
-¿Aún?- replicó el mayor -Yo nunca he estado molesto contigo Sehun-nie- le consoló amablemente
-Es que anoche fuistes muy distante conmigo, como antes de irte de viaje- dijo el menor levantando el rostro. Odiaba comportarse así, él no era así de frágil, pero con el mayor no podía evitarlo
-Hunnie ven- le dijo al menor tendiendole la mano y haciéndole seña de que se sentara a su lado en la cama, a lo cual éste accedió de inmediato.
Cuando éste tomó asiento, LuHan le acercó más y le abrazo, el menor instintivamente se acurruco más a su pecho. El joven ciervo no entendía la razón de sus propias acciones, hechandole la culpa a los restos de alcohol que debían haber en su sangre. Porque de ninguna manera en su sano juicio haría lo que estaba haciendo.
Una acogedora calidez emanaba de su cercano contacto, desatando un palpitar desenfrenado en ambos chicos. El contacto era una condena para ambos, temiendo que el otro descubriera aquellos sentimientos que en realidad serían bien recibidos, puesto que eran correspondidos, pero ambos tenían pánico de una negativa.
-Escúchame bien- dijo el más bajo en cuanto pudo juntar el valor suficiente y logró convertirlo en palabras coherentes -Antes del viaje he sido muy desconsiderado contigo, lo siento, estaba agobiado con el viaje y con todo eso de las dos unidades. Y respecto a anoche, estaba cansado por el viaje, de verdad odio los vuelos, así que lo siento nuevamente si lo has pasado mal por mi culpa. ¿Me perdonas?- finalizó, mientras que con el índice dibujaba círculos sobre la mano del menor que estaba en su rodilla.
No todo era ciento por ciento cierto, pero no podía decirle que deseaba separarse de él, porque ahora en éste momento no lo desea. Porque en éste momento desearía olvidarse de todas esas estupideces que torturan su mente y besar al pequeño niño acurrucado en su pecho.
-No hay nada que perdonar- respondió mientras negaba con la cabeza -Tenía miedo de que me odiaras- admitió apenado
-Jamas podria odiarte Hunnie, eso no pasará jamás. No espero que lo entiendas pero eres muy especial para mí- reveló dándole un afectuoso beso en la coronilla
El más alto solo se aferraba más al cuerpo del más bajo, mientras éste le estrechaba más a su pecho. El rostro de ambos estaba completamente rojo, pero la escasa luz que entraba tras las cortinas hacia imposible verlo. Sehun, no podía hablar de todo lo que sentía, se limitó a asentir y a sonreír sobre el pecho de éste, el cual podía sentir como se dibujaba es adorable sonrisa sobre su fina camiseta.
-Hoy me siento fatal- admitió el mayor -Pero mañana prometo llevarte por ese Bubble tea que prometi ¿te agrada la idea?- propuso animado
-Por supuesto- respondió sonriente Sehun disfrutando de la cercanía, su hyung le había dicho muchas cosas lindas, tanto que ya no cabía en su dicha
-Bueno mi niño, debo ir a bañarme, seguramente huelo fatal- dijo haciendo ademanes de mal olor, el menor se apartó rápidamente y se preguntó que si en serio olía tan mal
-Hyung- dijo el más alto sentándose derecho en la cama y viendolo serio- No soy ningún niño, soy un hombre como tu- dijo serio con su frecuente cara de poker presente viéndole a los ojos
Lu Han no pudo contener una risita que nació desde lo más hondo, con esa actitud sí que parecía un niño con un inmenso puchero apunto de hacer un berrinche.
-Lo siento Hunnie, es que en ocasiones eres tan adorable, además aún eres menor de edad, a mi lado aún eres un niño- dijo con un risita que no quería irse, aunque se preguntaba si lo ultimo se lo decia al menor o a si mismo, porque esa expresión de enfado deseaba borarsela a besos.
Tras pensarlo durante un rato, el menor se empezó a acercar gateando sobre la cama hacia el mayor.
-¿Es que acaso no luzco como un hombre Hyung?- pregunto lascivamente, no sabia de donde había nacido esa pregunta, pero sí sabía que le gustaba la expresión que adoptó éste al acercarse, lucía como un pequeño ciervo acorralado.
El mayor no sabia que responder, tenía un nudo en la garganta y todos sus sentidos estaban alerta, mucho más sensibles de lo normal. Era como que percibieran más atentamente cada parte de Sehun, su belleza inmaculada, su masculino aroma, su cálido tacto y su grave voz, mientras su papilas gustativas imploraban probar su sabor, que imaginaba sería como tocar el cielo.