Oh, sentí morir, sentí mi corazón partiéndose...
Jueves, 7:29 p.m.
Los ví, besándose, a unos pocos metros de mí. En el momento en el que los ví me quedé paralizado, mi mente había quedado completamente en blanco y mi corazón latía de manera extraña. Las lágrimas brotaban de mis ojos y no las podía controlar, caían involuntariamente. Me limité a salir corriendo de allí, sin rumbo, sólo corrí y corrí hasta que llegué a un puente. Obviamente mi intención no era saltar, simplemente quería ver el agua del río por debajo de mis pies, que corría tranquilamente. Quería estar solo, poder llorar sin que nadie me viera. Se nubló y comenzaron a caer gotas del cielo, que se confundian con mis lágrimas al caer en mi rostro. Mágicamente la lluvia siempre acompaña mi estado de ánimo. Yo estaba allí, parado en el medio de ese puente, solo y todo mojado. Me sentía como un ser indefenso y pequeño en un mundo enorme lleno de seres malos y dañinos. Me sentía como un niño perdido que necesitaba ser rescatado.
Luego de unos minutos...
-Naruto- Logré oír. Pensé que era mi mente engañándome, por lo tanto continué sintiendo las gotas que caían en mi rostro, yo estaba con los ojos cerrados.
-Hey, Naruto- Oí otra vez. Miré hacia atrás e intenté reconocer a la persona que estaba ahí, veía borroso y los párpados me pesaban, además de que la lluvia y mis lágrimas interrumpían mi visión. Al secar mis lágrimas, lo ví...
-K-kakashi...- Dije con mucha dificultad, ya que el nudo que tenía en la garganta me impedía hablar. Mi voz sonaba muy extraña.
-Ven- Tomó mi mano y me llevó hasta abajo del puente. Se sentó a mi lado. Yo agarré mis piernas y las pegué a mi pecho, abrazándolas con mis brazos. Intentaba hacerme cada vez más pequeño, quizás podría desaparecer...
-Naruto, mírate- Dijo él, mojado completamente al igual que yo.
-Por... ¿Por qué? ¿Qué... qué haces aquí?- Dije entre lágrimas.
-Te ví correr hasta ese puente y no pude evitar seguirte-
-No... no era necesario...- Dije susurrando.
-Me preocupé por ti- Dice mirándome fijamente. -Has llorado mucho Naruto-
Recordé la razón de mi llanto. Comencé a llorar más fuerte.
-Kakashi... No puedo... No puedo soportar esto- Dije gritando, ahogándome en lágrimas. -Esto duele muchísimo, duele aquí- Dije apuntando mi pecho, agarrando mi camisa con violencia a la vez.
-Tranquilizate Naruto- Dijo él agarrando mis manos.
-Por... Por favor... Ayúdame, te lo ruego... E-estoy muriendo Kakashi...- Dije rogando. -Yo... Yo lo quiero muchísimo ¡maldita sea! ¿Por... Por qué? ¡¿Por qué me... me sucede esto a mi Kakashi?!- Dije gritando con más rabia y dolor.
-Sé lo que se siente Naruto, yo te ayudaré- Me dijo aún tomando mis manos.
Luego de decirme eso, se acercó a mi y me abrazó. Podía oír los latidos de su corazón, tan tranquilos y sin preocupación. Ya no oía los fuertes truenos y la lluvia, me sentía protegido, como si me hubieran rescatado, salvado o como si me hubieran sacado de aquel infierno del cual necesitaba salir. Cerré mis ojos y sentí sus brazos alrededor de mí, que me abrazaban con fuerza, la fueza necesaria como para hacerme sentir acompañado.
-Gracias Kakashi- Dije separándome de él, pero aún llorando. -Duele... mucho, Kakashi. Es como si me faltara el aire- Dije con mirada perdida.
-Naruto- Pronunció mi nombre mirándome con lástima. -Nunca ví unos ojos tan tristes como los tuyos. En tu rostro veo mucho dolor, tanto que me lo transmites a mí...-
-Lo... Lo siento- Contesté angustiado, con dificultad.
Me abrazó denuevo.
-Dicen que a los ojos tristes no hay que hacerles preguntas- Me susurró. -Con un abrazo es suficiente...-
Cerré mis ojos otra vez, ahora sólo lloviznaba y mis lágrimas disminuyeron. Podía sentir el olor a tierra mojada, y también el aroma de Kakashi. Con su mano me tocaba suavemente el cabello, mientras me susurraba cosas al oído para que me tranquilizara lentamente.
-Esto... es lindo- Suspiré y sonreí. -Eres muy cómodo, y el sonido de la llovizna es muy pacífico.
-Eres como un niño Naruto- Pude oír su sonrisa. -Concuerdo contigo, la llovizna es muy relajante...-
-Soy un desastre- Dije apenado.
-Eres un bonito desastre-
Me sonrojé e intenté ocultar mi sonrisa. No pude evitar darle las gracias otra vez.
-Gracias Kakashi- Dije mirándolo a los ojos. Sus ojos provocaban ternura, estaban brillosos y el ambiente estaba muy cálido.
-De nada Naruto- Dijo sonriendo. Me quitó una lágrima que estaba en mi mejilla y me besó la frente. Otra vez me sonrojé...
-K-kakashi, ya es tarde, debo ir a mi casa- Dije sin mirarlo.
-Te acompañaré- Contestó con su mirada intensa.
-Me... Me gusta más cuando... me...- Dije nervioso. -Nada, olvídalo-
-Me gusta más cuando me miras con ternura-
Jueves, 21:22 p.m.
-Kakashi, aquí es mi casa- Dije mirándolo, es más alto de lo que pensaba.
-¿Me podrías pasar tu número?- Dice nervioso.
-Sí- Contesté alegre.
-Muchas gracias Naruto. Más tarde te mandaré un mensaje para que tú tambien tengas el mio- Logré ver una media sonrisa. -Cuídate-
-Tú... tú igual, Kakashi-
Jueves, 23:41 p.m.
Cuando por fin me estaba durmiendo, escucho el tono de mi celular. Era Kakashi. Su mensaje decía:
*Buenas noches, Naruto.
PD: Me gustaría ser el asesino de tu dolor.
Te veré luego.*
Me dormí con mucha alegría pero a la vez, confundido.