16 de mayo, sábado, 11:40 p.m.
Todo era perfecto, el ambiente, la situación, el momento, Sasuke. Su presencia hacía que mi pensamiento y mis ojos se enfocaran en él y nada más. Realmente todo parecía un sueño, un sueño hecho realidad, ya que Sasuke se había confesado ante mí y además, me besó varias veces. Quisiera poder repetir ese momento mil veces más, volver a sentir esa felicidad y emoción por dentro tras oír sus palabras.
-Naru...- Llamó a mi nombre mientras tocaba mi cabello. -Esto parece un sueño, ¿no lo crees?-
-Estaba pensando lo mismo- Dije con los ojos cerrados.
-Me gustaría estar así contigo toda mi vida-
Sus bellas palabras pasaban por mis oídos varias veces, como un eco. Podía sentir esa ternura que transmitían.
-Te quiero- Repetí, aferrándome a su brazo.
-Y yo a ti, mucho- Respondió abrazándome más fuerte.
Definitivamente nunca podría querer a alguien de la misma manera en la que lo quiero a él. Aunque intente creérmelo, es imposible. Lo que siento es amor puro, verdadero, fiel. Pero, ¿saben qué es lo triste de éste mundo? Que aveces aunque amemos a alguien con la intensidad de mil soles, ese "alguien" puede no corresponderte, o no sentir lo mismo por ti, y eso es triste. En el momento en el que la misma persona que amas te corresponde y te ama de la manera que tú lo haces, ahí está ocurriendo un milagro.
-Sasu, ¿hace cuánto tiempo estás enamorado de mí?- Pregunté.
-Bastante me atrevería a decir. Me comencé a fijar en ti cuando teníamos 11 años, pero siempre me costó aceptarlo. A los 12 años me di cuenta de que me gustabas. Hace 5 años estoy enamorado de ti, y lo pude aceptar hace unos pocos días. Estar con Sakura me hizo reflexionar de que en realidad no puedo soportar estar con alguien que no seas tú- Contestó. -¿Y tú de mí?-
-Yo desde que te conocí, hace casi 10 años. Desde que nos hicimos amigos me fije en ti, pero no tardé mucho en darme cuenta de que me gustabas- Dije con tranquilidad. Yo estaba sentado entre sus dos piernas, con la espalda apoyada en su pecho, por lo tanto no podía verle el rostro.
-Wow, eso me hace feliz- Dijo tapándose la cara.
Me sonrojé. Cuando nombró a Sakura comencé a pensar... ¿y Sakura? ¿Ya ha finalizado su relación con ella? y...
-Kakashi- Pensé. Mi corazón empezó a latir fuerte. Me he olvidado de él ¿qué haré con él? Él me ayudó en mis peores momentos, sin él seguramente seguiría en depresión. Comencé a sentirme triste, no podría hacerle lo mismo que me han hecho a mí, pero es que en realidad fue todo una confusión. Oh... ¿en qué me he metido?
-Kakashi...- Dije en tono muy bajo.
-¿Qué sucede con él?- Contestó con la misma dulzura que tenía hace unos momentos.
-Él me ayudó cuando estaba triste y muy mal, creo que él gusta de mí- Dije con voz áspera.
-¿Gusta de ti?- Pude oír cuando tragó saliva.
-Sí- Contesté nervioso. -¿Qué haré ahora? No quiero herirlo-
-P-pero... ¿y yo?-
Me acomodé en el sillón y lo miré. -No sé qué hacer Sasuke-
Esto es un lío, es casi un triángulo amoroso diría yo. Por lo que sé, ya le han roto el corazón a Kakashi y además a sufrido mucho. Él me ha enseñado muchas cosas y en tan poco tiempo ha ganado un poco de mi cariño. -¡Maldita sea!-
-¿Lo quieres?- Dijo muy serio.
-Sí, pero no de la manera que piensas- Dije sin mirarlo.
-Ya sé lo que sientes, dejarlo como si nada sería como haberlo utilizado, te entiendo-
-Sí- Dije mirándolo con tristeza. -Yo ya le había aclarado de que tú me gustabas-
-¿Entonces? No creo que haya problema, si tú le habías aclarado de que me quieres a mí, él solo se romperá el corazón por querer a alguien que no le corresponde-
-P-pero... romperle el corazón- Dije con amargura. -Eso duele mucho ¿sabes?-
-Nunca me han roto el corazón- Dijo serio.
-A mí sí...- Miré hacia otro lado.
-¿Quién?-
-¿En serio preguntas quién?-
-Tú-
Abrió sus ojos muy grandes, estaba sorprendido. -Yo no sabía que tú gustabas de mí, si lo hubiese sabido antes, hace tiempo estaríamos juntos. Yo siento lo mismo que tú por mí, el problema era que ninguno de los dos lo sabía-
Creo que tiene razón, él no ha tenido la culpa de lo que yo sentí, ya que nunca le dije que estaba enamorado de él. Todo estuvo siempre en mi mente, torturándome. ¿Qué debería hacer? Creo que ninguno de los dos se merece mi rechazo, pero obviamente no puedo estar con los dos, tengo que dejar ir a uno.
-Creo que ya sé lo que haré- Dije con timidez.
-¿Qué?-
-No te estoy rechazando, pero necesito un tiempo. Debo charlar con Kakashi y decidir qué hacer-
-O decidir con quien quedarme-
No me gusta esto, se siente como si tuviera a elegir dos cosas, dos objetos, pero no es así, son dos personas llenas de sentimientos y sentimientos dedicados a mí.
-Está bien, yo trataré de ver qué haré con Sakura...-
-La has usado ¿verdad?- Pregunté frunciéndo el ceño.
-Claro que no, sabes que no soy así. En verdad quería aceptar que me gustaban las chicas, me di una oportunidad con ella pero lamentablemente no puedo corresponderle-
-Tienes razón...-
-Naru...- Dijo agarrándome las manos. -No importa cuanto demores en tomar tu decisión, sólo quiero que sepas que te esperaré, esperé más de 5 años, no me importaría esperarte otros diez. Lo único que me importa, es que llegues-
Mi corazón casi explota al oír esas palabras. Lo abracé y le di las gracias ¿qué mas podría decirle? Estoy confundido, hoy por fin tengo al amor de mi vida enfrente de mí, correspondiéndome, pero aún así no es tan fácil.
-Desde ahora actuaremos como si nada hubiera pasado- Dije sonrojado.
-Sí- Acentó mientras se acercaba para darme un beso. Tomó mi rostro con sus dos manos y entrelazó algunos de sus dedos con mi cabello, despeinándolo. No pude evitar cerrar los ojos. -Esto no es un adiós- Dijo sonriéndome.
-Esto es un nuevo comienzo- Contesté. Teníamos nuetras narices pegadas, era muy tierno.
-He esperado mucho- Dijo emocionado.
-Yo también, no sabes cuanto- Me acosté arriba de él y coloqué mi cabeza en su pecho, justo en su corazón. Amo oírlo. Con sus dos brazos me acorraló dulcemente, hasta que después de un rato, nos dormimos.
Dormir junto a él, mi mayor anhelo, sueño, meta. Verlo dormir, ver su sonrisa, verlo bostezar, sonreír, reír, llorar, oírlo decir tonterías, oír palabras dulces, oír palabras hirientes, oírlo. Sentirlo, sentir sus brazos, sentir sus labios, su cabello, sus manos, su corazón. Abrazarlo, morderlo, besarlo, tocarlo, acariciarlo, quererlo, amarlo. Despertar junto a él. Belleza... La belleza es poder apreciarte, analizarte, oírte, verte, sentirte, la belleza eres tú, obviamente desde mi punto de vista. Él es mi delirio, mis ganas de soñar, crear, vivir. Él es mi principio y mi final, mi altura y mi abismo, mi vida y mi muerte, mi amor y mi dolor. Podría seguir, pero en resumen, él lo es todo.