10 de marzo, lunes, 8:02 a.m.
Ya han pasado varios días desde que discutí con Sasuke. En estos días todo ha estado igual, no me dirige la palabra y cuando lo hace me habla cortante y además no me acompaña hasta mi casa, sino que dobla en la esquina unas cuadras antes.
El viernes llegó una chica nueva a nuestra clase. Es una chica atractiva, muy bonita diría yo, debo aceptarlo. Parece ser buena, pero no la conozco mucho ya que no interactúa mucho con el grupo.
Lunes, 12:00 p.m.
Les explicaré como es el mecanismo de ésta escuela. A las 12:00 p.m es la hora de receso, dura media hora ya que nos dan tiempo para comer y tomar un pequeño descanso. Luego hay otro en la tarde, a las 4:00 p.m. Tenemos dos recreos debido a la cantidad de horas que estamos aquí en las escuela. Nuestra hora de salida es a las 7:00 p.m. Ahora es hora de receso, pero comeré solo, debido a que Sasuke no me habla. Estoy muy acostumbrado a comer con él, pero últimamente no he podido estar junto a él. Me encantaría saber la razón de su enfado, me gustaría saber si soy yo el problema. Iré a comer a la azotea, como siempre.
De camino a la azotea, veo a Sasuke en uno de los pasillos, por ese pasillo en el que nadie camina nunca. Decidí esconderme, cuando asomo la vista, lo veo charlando con... ¡la chica nueva! No logro entenderlo, ¿se conocen? ¿qué clase de relación tienen ellos dos? Intenté oírlos, pero no lo logré. Por los gestos de Sasuke, puedo asegurar que estaba enojado... ¡Estoy muriendo de curiosidad! Quiero saber que sucede entre ellos dos, ahora mismo. Pero voy a intentar hablarlo cuando estemos solos.
Lunes, 7:12 p.m.
Voy con Sasuke de camino a casa, pero aún no me ha dirigido la palabra. Decido hablarle.
-Sasu...- Le digo timidamente.
-¿Qué pasa?- Me contesta, sin mirarme a los ojos.
-E-em... ¿como has estado últimamente?-
-Bien. ¿Y tú?-
-Bien...- Respondo. -¿Puedo hacerte una pregunta?-
-Por supuesto.
-B-bueno.. Hoy en hora de receso cuando estaba yendo a la azotea te ví charlando con la chica nueva ¿ella es algo tuyo?- Comencé a sentirme nervioso.
Demoró unos minutos en responder.
-E-emm... sí... Es una amiga, la conocí durante las vacaciones. Ella decidió mudarse con sus padres, y como yo soy la única persona que ella conoce de aquí, se inscribió en la misma escuela que yo.-
Pude notar que se puso algo nervioso al contestarme.
-Ahh... ¿y ella era la razón de tu enojo, verdad?
-Sí, Naru. Me molestó un poco que se mude aquí, ella es algo, como la podría describir... molesta- Sonrío.
¡¡Demonios!! Hacía días no veía su sonrisa.
Reí. -Aunque te hayas molestado con ella, no entiendo porque me tratabas cortante a mí también...- Dije sin mirarlo.
-Discúlpame Naru, tú me conoces, suelo desquitarme con las personas que más quiero. Sé que algún día eso volverá en mí contra (karma) pero aún así tú has podido soportarlo... Eres un gran amigo.
-¿Friendzone?- Piensa mi estúpido subconsciente.
-Ya he aprendido a soportarlo, aunque cuando lo haces no me siento bien. Trata de cambiarlo...- Sonrío falsamente.
-Lo sé, lo intentaré Naru- Sonríe alegremente. -Pero para compensarte, te invito a mi casa el sábado. ¿Aceptas?-
-Sí, ¡ahí estaré!- Exclamé con una sonrisa de oreja a oreja.
Hace tiempo no voy a su casa, años me atrevería a decir.
Lamentablemente llegamos a mi casa y me tuve que despedir de él. Estoy muy feliz, ya que he arreglado las cosas con Sasu y por fin estamos bien otra vez. No me peleo mucho con él, las veces que nos hemos peleado son contadas con una sola mano. En realidad nos hace bien pelearnos, porque luego nuestra amistad mejora muchísimo, aunque me la paso muy mal en esos días en los que estamos peleados. En fin, ¡iré a la casa! Fui muchas veces, pero no es lo mismo. Nada es igual a antes en lo que se relaciona con él. Me da miedo ir a la casa porque, sinceramente, no sé si podré contenerme...