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Poco a poco -SasuNaru- por Kanami Kou

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Notas del capitulo:

¡Kanami presente!

Ugh. En verdad siento no haber actualizado en tanto tiempo...

La verdad es que viajé a otro país, y me quedé a vivir, (Ups!) así que tuve problemas bastante grandes por los cuales no logré conectarme a internet.

¡Lo siento mucho!

Ya tengo unos cuantos capítulos más, así que no debería haber problema.

Esperaré impaciente los reviews preciosos que me dejan;3

¡Ciao! <3

–¡Gaara, vuelve aquí en seguida!

El pelirrojo de unos frescos 15 años corría con todas sus fuerzas en una dirección completamente aleatoria.
Estaba tan enojado que no se sentía capaz de otra locura que escapar de casa.
¿Por qué estaba corriendo enfurecido?
Pues el caso era éste; Despertó a mediodía esperando que le desearan un "feliz cumpleaños" que nunca llegó, comió entre los reclamos de su abuela en el almuerzo, tuvo que organizar su propia fiesta de cumpleaños –en la cual no participó en absoluto– y para colmo, recibía constantes quejas sobre su comportamiento, cuando no había hecho más que sentarse en el sofá con un vaso de gaseosa en la mano mientras todo el mundo bailaba y se divertía.
Para alguien con un temperamento como el suyo, ¿Por qué no estar enojado?
Tenía todo el derecho del mundo.
–¡Ah, maldita sea! –Mientras corría y pensaba en los posibles errores cometidos, la rama de un árbol le detuvo, enganchándose en el cuello de su camisa. –¡Es una broma, ¿Verdad?!
Al no poder zafarse de ese agarre, rompió en llanto, alterado y molesto por su propia situación.
–¿Qué estás haciendo aquí, cabeza de tomate?
Y entonces, escuchó la voz de su mejor amigo, Sasuke Uchiha, a sus espaldas.
–S-Sasuke... –Tragó saliva para amortiguar un poco la punzada en su garganta, y luego intentó hablar. –Y-yo...
–Oye, ¿Por qué estás llorando?
–P-porque... Ugh. –Entre sollozos, Gaara se secó con la manga de su camisa, e intentó calmar el timbre de su voz. –No quiero... Ver a mi familia más...
Sasuke le tomó de la mano y le abrazó. Como Gaara era unos tres centímetros más pequeño, pudo besarle la frente sin problemas.
–Cálmate, no llores. –Uchiha ahora le consoló con unas caricias en el cabello y sonrió con gentileza. –Está bien, no pasa nada. Vamos a casa.
Así fue como el más joven cometió el error de meterse en la residencia de los Uchiha.
Después de pasar por la maravillosa entrada, Sasuke le había llevado a la habitación en completo silencio, con una expresión que revelaba el estar pensando firmemente en algo serio –es que así era realmente– Y luego le permitió el usar la costosa consola de videojuegos.

Gaara no se daba cuenta en absoluto de que en ese momento se estaba metiendo en un agujero sin fondo.
–Oye, Gaara. –Sasuke habló de repente después de un larguísimo silencio, como si tuviera la intención de asustarle.
El aludido observó a su amigo por unos segundos, mientras éste se situaba a su lado.
–¿Qué?
–Deja a un lado eso.
–P-pero estoy jugando...
–Vamos a hacer algo mucho más divertido. Déjalo.
Después de obedecer –en contra de su voluntad–, el pelirrojo soltó un bufido.
–¿Entonces?
–Ven, aquí. Sobre la cama es más cómodo.
Ciegamente Gaara le siguió, su inocencia jugándole malas pasadas.
Cuando ambos estuvieron mirando hacia el techo, Sasuke murmuró un par de palabras, y se avalanzó de inmediato sobre el cuerpo del más joven.
–¿Q-qué estás haciendo, Sasu?
–Quiero besarte.
Y lo hizo; De una manera tan rápida y perfecta que los reflejos de Gaara no alcanzaron a impedírselo.
–Oye, oye, no me mires así. Te estoy diciendo que me gustas, deberías alegrarte. –Después de mirar fijamente esa cara asustada, Sasuke aprovechó para dejar otro pequeño beso. –¿Sabes, Gaara? Hace mucho tiempo que tú...
–¿Y-yo qué?
–Me tienes completamente caliente.
–¿Eh...?
Sin perder un segundo más, Sasuke volvió a besarle, esta vez forzó su lengua a contactar la contraria y dejó que la debilitada figura del pelirrojo cediera entre sus brazos.
–Vamos a quitarte esa linda pureza tuya, ¿Qué opinas?

*

–¿Es... Una broma?
Shikamaru estaba sorprendido. 
No, no sorprendido, estaba totalmente atónito por las palabras que acababan de ser confesadas.

"Prácticamente, fui violado por Sasuke Uchiha."

¿Sasuke era capaz de tanto?

No, no, no.

–Si fuera una broma, no te habría forzado a prometer nada. –Gaara ahora se dirigió a la puerta y suspiró. –De todas formas, necesito que el imbécil se aleje de Naruto. Tengo que calmarme un poco.
–Gaara, yo-
–Cállate. No vuelvas a tocar el tema.

*

–Oye, ¿En serio vas a meterte en mi casa?
Naruto no podía apartar la vista de su novio; Y es que no quería que Sasuke entrara en su casa por sus muy buenos motivos.
–Lo haré.
–¡Claro que no lo harás-dattebayo! ¡Para empezar, ni siquiera sabes dónde vivo!
–En la esquina que sigue. Tres calles a la derecha.
–¡No!
Resignado, Sasuke soltó una bocanada de aire y miró con cuidado al rubio.
–Tú... ¿Estás bien? –Le tomó las manos cuidadosamente, ahora sin intenciones de bromear.
–C-claro que estoy... Bien.
–Me pregunto si eso es cierto; Estás temblando, tus manos sudan, y hay una pequeña diferencia en la velocidad con la que pestañeas.
–¡Idiota, no te fijes en cada pequeña cosa!
–Sé que no estás del todo bien, dobe. Dime.
–¡No pasa nada, en serio!
–De acuerdo, me voy a casa.
Una pizca de decepción atravesó a Naruto al ver que sus manos eran abandonadas. 
Obviamente, Sasuke lo notó; Sin embargo, no hizo nada al respecto. 
Después de todo estaba siendo demasiado cuidadoso.
–Bueno... –Le tocó la mejilla al rubio, y sonrió ligeramente, como diciéndole "Hasta mañana"
Luego se dispuso a marcharse.
–¡S-Sasuke! –Antes de que el aludido se alejara, Naruto alcanzó su brazo de manera bastante brusca. –E-espera. Verás, yo... –Después de meditar durante un momento, el rubio se aproximó al más alto y besó con dulzura sus labios.
Y es que quiso con tanta fuerza tomarle una fotografía a la cara que Sasuke puso.
–Ha-hasta mañana...
–No creas que me quedaré como si nada hubiera pasado. Abre la boca.
–A-ah, espera, ¡Oye!

*

–¿Dónde se fue Gaara, de todas formas?
Kiba suspiró.
–Temari, deja eso. Dile a Sakura que deje de beber, ¡No quiero llevar a una borracha con nosotros!
–No, Kiba. Si Sakura no puede levantarse, Ino se encargará de ella.
–¡¿Qué demonios acabas de decir?! ¡No me llevaré a la frentuda!
–Sí, sí. Claro que no lo harás.

*

–Oye... Uzumaki.
Sasuke, después de una sesión de sugerentes besos en la acera con Naruto, había logrado volver en sí.
Estaba tan impaciente por ver a Naruto hacer la expresión que todos habían hecho al perder la virginidad con él, que apenas pudo separarse para mantener la compostura.
–¿Q-qué?
–Yo... Realmente te amo.
Lo que en verdad no previó, fue la reacción del rubio.
Éste sólo asintió con la cabeza y le dio la espalda.
"Está bien" Había escuchado como respuesta antes de ver como la cabellera amarilla se alejaba con rapidez del lugar.
No.
No, no, un momento, ¿Eso era algo bueno o algo malo?
No pudo pensar en nada más, con su espalda cargada de decepción en el camino a casa.
¿Naruto le amaba o estaba sólo bromeando?
"Está bien"
Demonios, eso se podía interpretar de muchas formas.
¡Si tan sólo Naruto hubiese sido más claro!
¡¿Qué rayos significaba "Está bien"?!
Se abrazó a sí mismo e intentó no caerse al piso, poniéndose en cuclillas sobre el pavimento.
¿Y si Naruto en realidad no estaba enamorado de él? Es decir, cualquier novio normal habría dicho "Yo a tí" o "No, yo te amo más"
Pero... ¿"Está bien"?
No, no, no. A lo mejor lo estaba pensando demasiado.
Uzumaki sólo se había avergonzado, y eso era todo.
No había nada de qué preocuparse, ¿Verdad?
Sacó de su bolsillo una bolsa de malvaviscos que guardaba desde que salió de casa y engulló sin parar uno tras otro.

Su paladar, al final, le exigía algo más de azúcar, y la única tienda de conveniencia que posiblemente estaba abierta, le quedaba a ocho manzanas desde allí.
Estaba tan fastidiado con todo.
En especial porque Naruto le había hecho dudar seriamente sobre ese "Está bien", que tal vez significaba "Estoy contigo por lástima"
¡Si él no era suficiente para Naruto, simplemente no había nadie que lo superara!
–¡No te atrevas a pedirme piedad en el festival!

*

Cuando Sasuke llegó a casa, Itachi estaba bebiendo té frente al televisor. Él tenía el cabello húmedo y una cara de completa serenidad.
–Llegó, su alteza. Bienvenido a casa. –Ese tono de voz ya era anormal. –¿Hambre?
–No. ¿A quién demonios trajiste a casa? Son las tres de la mañana.
Itachi suspiró en respuesta, con una sonrisa en los labios. ¡Y eso ya era demasiado raro!
–¡Respóndeme! –Por supuesto que Sasuke perdía los estribos. Era Itachi después de todo.
–A nadie en particular.
–¡Deidara, lo sabía! ¿Cómo mierda te atreves a meterlo aquí? ¡Me das asco!
Sasuke corrió escaleras arriba, con una expresión que logró intimidar incluso al mayor de los hermanos.
–Eh, Sasu-
–¡Cierra la maldita boca!
Después de eso, sólo se oyó un estridente portazo.

*

–¡Al fin estoy en casa! ¿Kuro-chan? ¿Dónde estás?
Apenas Naruto aseguró la puerta de entrada, sintió el ambiente de su hogar llenarle el pecho de una confortable comodidad. 
No encendió las luces. 
Se quitó los zapatos y caminó directo a su habitación, donde Kuro ahora le entregaba una adorable escena de su pequeño cuerpo felino sobre la cama, acurrucado junto a una almohada.
–Kuro, ¿Tienes hambre? Te daré de comer, despierta.
Luego de estirarse un poco y ponerse sobre sus cuatro patas, Kuro bajó de la cama y se dirigió a la cocina, precisamente donde su plato esperaba vacío.
–Eres un buen chico, ¿No es así?.
Mientras veía a su mascota comer, Naruto hizo una lista mental de las cosas que debía hacer; Alimentar a su gato, ordenar el desastre de su casa, y... Algo más, que no quería admitir para nada.
"Yo... Realmente te amo"
Pensar en eso.
Se puso de pie, soltó una bocanada de aire y fue nuevamente a su habitación. Ésta vez, al encender la luz, sus ojos se deleitaron con la enorme fotografía de Sasuke pegada en una de las paredes del cuarto, junto a la cama.
–¿Por qué eres tan lindo ahora, Sasuke?


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