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Poco a poco -SasuNaru- por Kanami Kou

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Notas del capitulo:

:)

–¡Sasuke, me gustas! ¡Sal conmigo, por favor!

Por primera vez en la vida, Naruto presenciaba una confesión de amor genuina.

Sin saber el motivo estaba sudando; Tal vez por el hecho de ver a escondidas desde un lugar como la ventana de la biblioteca, o, tal vez, por el simple pensamiento de que Sasuke podría corresponder.

–Mn...

–¡Ah, por favor, discúlpame si soy una molestia!

–... Quiero comprobar algo.

–¿Eh...?

Sus nervios aumentaron en cuanto el pelinegro se aproximó a ella.

¿Qué iba a hacer?

Si seguía acercándose así...

«¡Maldición! ¿Por qué estoy viendo ésto?»

Algo en su pecho dolió al ver que la chica era besada, lo que le provocó el impulso de llevarse la mano derecha a aquella zona.

Estaba bien, después de todo.

Sasuke podía hacer lo que quisiera.

Pero entonces, ¿Por qué no miraba los ojos de ella, sino que en su lugar, le observaba a él directamente?

«¡No me mires, Sasuke!»

 

*

 

Después del almuerzo junto a Hyūga, el rubio decidió visitar a su adorado Gaara; El delegado principal del centro estudiantil.

Era un chico conocido por su fuerte carácter, y por una mirada de odio que simplemente podría matar a un ejército completo de espartanos.

–¿Vas a algún lugar? –Le cuestionó Neji apenas se levantaron de sus puestos.

–Voy a ver a Gaara-chan.

–Ah, supongo que te acompañaré. La biblioteca queda justo a un lado del consejo, y tengo que devolver un libro.

–Vale.

 

*

 

–Naruto, me alegra que hayas venido. Hoy Uchiha preguntó por tí.

–¿Qué quería ese imbécil-'ttebayo?

–No me importa en absoluto... Oh, bueno, aunque lo aborrezca, te daré su mensaje; "Justo ahora estoy en el gimnasio, será mejor que llegues, o voy a matarte, usuratonkachi."

–Ese maldito... ¡¿Cómo se atreve a hablarme así?!

–En realidad, yo fui quien te... Como sea. La última clase se suspendió porque Tsunade-sensei tuvo problemas, así que tienes tiempo.

–¡Genial, no hay más clases! ¡Le daré una paliza!

–Escúchame, Naruto... Si corrompes el orden de la escuela, te despedazaré y te regalaré como comida para perros.

–S-sí... Vale, no alborotos. ¡Sé que en el fondo me amas-dattebayo!

–Claro, claro, ahora ve y procura no caerte en el camino. O tendré que llevarte a la enfermería como la última vez.

–¡Entendido, nos vemos!

 

*

 

La sonrisa de Naruto desaparecía a medida que caminaba hacia el gimnasio.

Estaba nervioso, pues aquella extraña escena permanecía incrustada en su mente.

Sasuke mirándole a los ojos, mientras besaba a una chica de forma realmente indecorosa.

¿Cómo podría superarlo?

Fue como si con aquel acto él quisiera decir "¿Ves lo que puedo hacer?"

Atormentado por ello, el ojiazul se dejó caer sobre un escaño cercano.

¿Qué iba a decir?

No lo había pensado.

¿Por qué Sasuke le buscaba?

–Mierda...

De todas formas, debía conseguir su número de teléfono.

Además, ¿Por qué alguien como Uchiha estaría en el gimnasio?

Los únicos autorizados a usarlo eran los del club de baloncesto...

–Un momento...

¿... No estaba Shikamaru en ese club?

–¡Eso es! –Apenas recordó a su amigo de pelo empinado, Naruto corrió con todas sus fuerzas hacia el gimnasio.

«Si él está ahí, no tendré problemas»

El rechinar de las zapatillas, y el rebote de una pelota, tranquilizó sus sentidos cuando estuvo frente a la entrada.

–¡Shikamaru!

El aludido parecía estar solo, sin embargo, no era así.

–¿Hm?

–¿Sabes dónde está Sasuke-'ttebayo?

–Vaya, vaya, ¿Ustedes dos están saliendo ahora? Lo único que hacen es buscarse el uno al otro.

–¡¿Qué?! ¡No, claro que no! ¡Qué asco, mira, vomitaré-dattebayo!

–Sí, sí. Ya lo pillo.

–¡Como sea! ¿Dónde está?

–Detrás de tí.

–¿Hah?

El pelinegro le tomó de los hombros e hizo que se volteara.

Efectivamente, Sasuke estaba observando desde las gradas, en completo silencio.

–¿Eres tan estúpido que no puedes ver a tu alrededor?

–¡Sa-Sasuke! ¡Ya te había visto, sólo estaba fingiendo! ¡Eres idiota por no darte cuenta de mi íncreible actuación-'ttebayo!

–Insoportable.

–¡Tú eres insoportable, ¿Para qué me buscabas?!

–Ah, eso... Te lo diré cuando termine de entrenar.

–¿Qué?

–Ya lo dije. Espera.

–¡Bastardo, tú eres el que quería verme! ¡¿Por qué soy yo el que tiene que esperar?!

–Veamos... Porque no estabas en el Consejo Estudiantil cuando yo fui. Gaara me odia, pero al parecer te dio mi mensaje de todas formas.

–¡Mamá Gaara-chan* es una persona estupenda!

–Como sea, tendrás que esperarme.

–¡Olvídalo! ¡Me largo de aquí!

–Je... Si lo haces, le contaré a todo el mundo sobre la cara que pusiste cuando estabas mirando "Eso" en la biblioteca.

–¡Gah! ¡Lo sabía! ¡M-me viste!

Shikamaru parecía ser ignorado, pero realmente se entretenía con el espectáculo.

–Vamos, Sasuke... –Aún así, no quería perder el tiempo. –...Todavía no me muestras esa increíble clavada.

El aludido dejó su toalla a un lado, se secó el sudor de la frente, y terminó de bajar de las gradas.

–Naruto, si esperas, te invitaré a comer lo que quieras.

«Ramen. Ramen. Ramen. Ramen»

 

*

 

Por alguna razón, Shikamaru se había marchado apresurado después de recibir una llamada.

Apenas se despidió de ambos y les deseó un buen día.

Por ello, Naruto no podía sentirse menos afortunado.

Estaba con Sasuke, en el gimnasio, ambos completamente solos.

El pelinegro aún intentaba hacer la dichosa clavada; Cosa que ya parecía prácticamente imposible debido a su falta de energía.

Estaba sudado y agotado al máximo.

¿Había acaso alguna vista mejor que esa?

–Hey, Sasuke, no me importa si te mueres aquí, pero yo quiero volver a casa-dattebayo.

Él no respondió.

Sólo se acercó y frunció el ceño.

–Aún estás aquí... Porque te invité a comer, ¿No?

–Por supuesto, ¿Por qué más habría de quedarme?

«¿Para verte sudoroso e imaginar cosas mientras intentas hacer una clavada? ¡No!»

–Venga, acompáñame a los vestidores.

 

*

 

–¿Ahora me lo dirás-'ttebayo?

Sasuke se quitó la camisa con agilidad, y le observó.

–¿Qué cosa?

–La razón por la que me buscabas.

–Ah. –¿Cómo es que lo había olvidado? Era lo único que debía tratar con el rubio. –...Tu chaqueta está en mi casillero. Si la tengo por más tiempo, moriré de estupidez infecciosa.

–Tch, consérvala.

Los azules ojos de Naruto se dirigieron al suelo. Pues el joven estaba bastante avergonzado por el hecho de que Sasuke Uchiha se comenzara a desvestir en sus narices.

–¿Qué...? –Ser evitado por el mirar de Naruto, era una señal de nerviosismo, y algo que le subía el autoestima notoriamente al pelinegro. –No conservaré algo que sea tuyo.

Después de hablar, orgulloso, se adentró en la cálida ducha que le esperaba, y volvió su vista al ángel de pelo amarillo.

–Tengo tres iguales. –Dijo éste, ahora jugueteando con sus dedos.

«Con que ésta es la otra cara de Naruto... Genial»

–Ya veo... –Sasuke respondió casual, refregándose el cabello. –¿Por qué tienes tres chaquetas de más?

–Ya sabes, por si alguna se llega a ensuciar... O tal vez romper-dattebayo. Tenía otra, pero...

El rubio se debatió sobre seguir hablando o no. Tal vez perdería cualquier mínima oportunidad con Sasuke si decía lo que tenía en la boca.

–Pero, ¿Qué?

–... Se la regalé a Hinata.

–¿Hinata?

–¡Está en nuestra clase, idiota!

¡Definitivamente no tenía sentido preocuparse por lo que diría!

–Ah... Lo siento, no recuerdo a las personas que no me importan.

«Sin embargo, me recuerdas perfectamente...»

Después de decir aquello, Sasuke cerró el grifo del agua.

–Oye, usuratonkachi.

–¿Q-qué?

–Ven aquí.

–¡Hah! ¿Por qué habría de hacerlo?

–Acércate, imbécil. Y deja de evitar mirarme, somos hombres.

«Mierda...»

–No quiero.

–Sólo un momento, ven aquí.

El cuerpo de Naruto temblaba.

Si Sasuke se diese cuenta, seguramente la situación no terminaría bien.

Por ello, acercarse no era una opción.

 

*

 

¿Cómo es que había acabado así, frotando la espalda de Sasuke?

¡Se sentía doblemente estúpido!

¡Pero la piel del chico era tan suave que podría llorar de placer!

¡Definitivamente valía la pena!

–Más abajo, Naruto.

Además, aquellas palabras que salían de la boca del pelinegro le hacían enrojecer de emoción.

–¿... Ya es suficiente?

–Hazlo más fuerte, idiota.

«¡Perdóname, Mamá Gaara-chan, estoy pensando cosas sucias!»

–¿Q-qué quieres decir?

–Lo que dije.

«¡No puedo, no puedo!»

Naruto cerró los ojos, obligándose a sí mismo a no sentir nada. Deslizó la esponjita sobre la piel de Sasuke con mayor presión que la vez anterior, provocando así, un vaivén casi insoportable para una imaginación tan vulnerable.

«¡Maldición!»

–Eres ridículo, dobe. –Sasuke sonreía. ¿Era suficiente tortura ya? –Puedes dejarlo.

 

*

 

 

–Entonces... ¿Qué quieres comer?

–Ramen-'ttebayo.

–Hm... Vale, conozco un lugar cerca de aquí.

–¿Sales a comer muy seguido?

–No. No hay nadie con quien pueda hacerlo de todas maneras.

–¿Y tu familia?

–No hablaré sobre eso. ¿Qué hay de tí?

–¡Si me cuentas sobre tu familia, te contaré sobre la mía!

–... Tengo un hermano mayor. Es todo.

–¿Y tus padres?

–Están muertos.

–Ya veo... ¡Lo siento mucho!

–No grites, el pasado es lo que es. ¿Qué hay de tí?

–Tengo un gato llamado Kuro-'ttebayo.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Sasuke, como si, observando a Naruto, supiera que no debía preguntar nada más.

–Qué bien. Apuesto a que es negro**

–Oh, ¿Cómo lo supiste?

–Intuición.

–No me convence... Pero, ¿Quieres conocerle? ¡Es una lindura-dattebayo!

–Supongo.

–Ah, por cierto, ¿Tienes número de móvil?

–Claro, no vivo debajo de una roca.

–... No me sorprendería si no tuvieras. ¡Serías genial igualmente!

Después de un silencio perturbador, Sasuke soltó una carcajada, ¿Cuándo se había reído de esa forma?

¡Naruto realmente estaba sorprendido, se acababa de enamorar más aún!

¡Esa risa...!

–¡N-no te rías!

–¿Así que... Así que crees que soy genial?

–¡No, no quise decir eso! ¡Yo-!

–Oh, cielos... Debo felicitarte...

–¡¿Hah?! ¿Por qué?

–Eres la segunda persona que pide mi número así.

–¿La... Segunda...?

Luego de calmarse totalmente, el pelinegro se secó una lágrima y continuó.

–Sí. Mi hermano fue el primero... Como sea, no te lo daré hasta que te ganes mi confianza.

–¡¿Qué?! ¿Eso es muy difícil-'ttebayo?

–Por supuesto. No soy un tipo fácil.

–Hn... –Naruto comenzó a reír también, como si realmente estuviese divirtiéndose.

–¡Conseguiré tu confianza y tu número de celular!

–Vaya, vaya... Lo esperaré con ansias.

 

*

 

–¡Fuiste a comer con Sasuke, y lo besaste! ¡Naruto, no puedo creerlo! ¡Además de eso, pasaste a su casa! ¡¿En qué demonios estabas pensando?!

–¿De qué estás hablando, Sakura-chan?

–¡No finjas, idiota, Kiba me lo contó todo!

–¡Y tu le crees a ese imbécil! ¡Se la pasa haciéndote bromas!

–¡Supongo que al menos tienes el número!

–¡No lo tengo-'ttebayo!

El director, en uno de sus numerosos descansos, pasó frente al par de escandalosos.

–Bueno... Supongo que están peleandose por mí.

–¡Kakashi-sama, Sakura-chan quiere matarme!

–Naruto, aprovechando sus últimas esperanzas de vida, se ocultó detrás del director. –¡Por favor, sálveme!

–Qué problema... Te llevaré conmigo a la oficina. Sakura, por favor, no le mates.

–¡Director, no se interponga, este traidor está robándose a mi enamorado!

–...Hasta luego.

Kakashi, sin poder evitarlo, sonrió mientras caminaba a su oficina seguido por Naruto.

 

 

¡Tenía que juntar el amarillo y el negro como fuese!

Notas finales:

*Naruto suele llamarle a Gaara, "Mamá Gaara-chan", por el comportamiento que éste siempre adopta, similar al de una madre.

**Kuro traducido del japonés, significa "Negro". 

Por ello, Sasuke supo que el gato era negro —Naruto es el idiota que no se dio cuenta—


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