Durante el fin de semana, Naruto estuvo ocupado en el centro de la ciudad.
Debido a su trabajo de medio tiempo, no podía disfrutar los días libres de escuela con sus amigos.
Aún no era mayor de edad, y por ello, había elegido un trabajo simple; Servir de camarero en el restaurante de ramen que tanto amaba.
La paga le era buena, y de más el trato que recibía gracias al dueño de la instalación; –A quien, por cierto, Naruto llamaba Oji-san*– Un anciano carismático que le había cuidado en lugar de sus padres.
*
–Oye.
Por otro lado, Sasuke pasaba el fin de semana en su casa, mimado constantemente por el hermano mayor que nunca deseó.
–¿Qué quieres, Itachi?
–Vamos a ver los cerezos.
–Sigue soñando. Voy a salir solo.
–Ah... Tan frío como siempre.
La vida de un Uchiha era simple, tranquila.
Itachi se preocupaba de mantener a su hermano, e intentaba ser cariñoso.
Pero cada vez, era rechazado, y, por qué negarlo, amaba eso.
*
–Naruto, lleva dos a la mesa cinco.
–Sí, enseguida.
Desde una bandeja, Naruto retiró dos tazones de ramen, y con los recipientes en sus manos, se abrió paso entre la gente.
Al llegar a la mesa asignada, dijo:
–Disfrútenlo.
–Ah, qué rápido. Como esperaba de alguien como tú.
«Esa voz...»
Alzó la vista, y se encontró con Sai, el amigo de Gaara que estudiaba en la Academia de Arte.
A un lado, estaba Gaara con una mueca de molestia.
–¿Qué quieres decir con "alguien como tú",Sai?
–Nada, gruñón. Le hablo a Naru-chan.
–¡Hola chicos! ¡Cómanlo todo, o yo lo haré-'ttebayo!
*
"Mikoto Uchiha"
¿Por qué estaba el apellido de su padre en la lápida de su madre?
–Ése no es tu apellido...
Con un atisbo de nostalgia en todo el cuerpo, Sasuke limpió aquel pequeño espacio sagrado, y dejó un narciso como promesa de volver la próxima vez.
"–Cuando estés triste, confundido, feliz o enamorado, habla conmigo"
Esas habían sido las palabras de aquella mujer.
La mujer a la que Itachi jamás intentó reemplazar por mero respeto.
–Ahora estoy confundido, mamá. ¿Puedo hablarte?
*
Cuando Naruto salió de la tienda, eran las diez de la noche.
Sentía los hombros pesados y el cuerpo adormecido.
No era cansancio, era pereza.
Gaara y Sai le acompañaban, hablándole sobre el festival de Tanabata** en Kyoto, que iba a celebrarse a principios de agosto.
¡Si era un festival no podía faltar!
–¿Recuerdas cuando Naruto perdió su rana el año pasado?
–¡Lo recuerdo! Ah... Nos costó mucho encontrarla.
–Al final, estaba en el puesto de peces dorados.
–Sí... ¡Pero se volvió loco porque estaba dentro del agua!
El rubio, bastante molesto por el diálogo de sus amigos, suspiró.
–¡No hablen de mí como si no estuviera aquí-dattebayo!
*
–Soy egoísta y solitario. Me convertí en el tipo de persona que odiarías, mamá... ¿Recuerdas cuando me dijiste que el básquetbol se me daba bien? Ahora estoy en el club de baloncesto, y todo mi equipo es un grupo de idiotas... He venido a hablarte de mí ¿Lo ves? Soy egocéntrico.
Sasuke sonrió apenas, acariciando el nombre de su madre que yacía en la lápida con el adorno de un abanico.
–... Últimamente me he vuelto torpe con la pelota, no entiendo la razón. ¿Me estás castigando tú?
El silencio, entristecido por la charla que oía, se encargó de responderle.
–Ah, lo siento... No puedo culparte por mi propia incompetencia... Debería irme. Por cierto, Itachi está bien, cuida de mí siempre.
*
Naruto solía acoger a sus amigos en casa los fines de semana.
Después de varias horas hablando y contándose anécdotas, se dormían.
Incluso a veces no cerraban los ojos.
Ésta no fue una excepción, pues el festival era un muy buen tema de conversación entre ellos.
*
Al día siguiente, Sasuke fue a la tienda que se hallaba a unas calles de su casa.
No necesitaba nada, sólo tenía el antojo de comer tomates.
Cuando llegó a la caja, aprovechó también de comprar una bolsa de frituras y un paquete de pastillas de chocolate.
Incluso, antes de pagar, fue en busca de una bebida.
–Vas a engordar, Sasuke. –La voz inconfundible de él, había llenado el lugar a sus espaldas.
«¡¿Qué...!»
Tragándose toda sorpresa, se dio la vuelta, con su característico aire orgulloso.
–No te importa, dobe.
–Tienes razón. No me importa-'ttebayo.
Más allá de Naruto, visualizó al delegado, y alguien más que no llamó su atención en absoluto.
–Hola, Uchiha. –Gaara emitió un corto saludo, sin mucho entusiasmo; Pues ambos se repelían como agua y aceite.
En respuesta, el pelinegro se deslizó entre los dos chicos para ir a la caja, y después de pagar, se marchó.
*
–¿Ahora entiendes lo que todo el mundo te dice? Sólo te habla a tí.
Naruto se quedó en silencio.
Mantenía el ceño fruncido y la vista baja.
–Estaba llorando...
–¿Hm?
–Sasuke estaba llorando. Sus ojos estaban húmedos.
–Eres tan blando... Bueno, no hay nada que hacerle.
–No me gusta que las personas lloren, es todo-'ttebayo.
–Claro, claro. Compra tus sopas y nos largamos.
–¡No le llames sopa, es ramen!
*
Sasuke, en su mano, apresaba la bolsa de plástico con fuerza.
¿Por qué seguía encontrándose con Naruto?
«¿Tendré un hilo rojo en el dedo?*** ¡Maldición!»
Definitivamente, estaba haciendo algo mal.
¡No podía ignorar a alguien como Uzumaki, eso era todo!
Sin soportar su propia lentitud, apresuró el paso hasta la casa donde Itachi debería esperarle.
Si seguía debatiéndose a sí mismo en la calle, habrían problemas; Como mínimo, una explosión.
*
Depués de estar trabajando la tarde entera, Naruto se fue a casa, sin poder dejar de pensar en la vista de Sasuke.
¿Por qué estaría llorando alguien como él?
Debido a eso, había roto dos platos.
Se sintió frustrado en un principio, por no tener suficiente cercanía para preguntar por su estado de ánimo.
Pero ese sentimiento luego se transformó en molestia.
¡Sasuke no tenía derecho a hacerle sentir así; Desesperado por una respuesta!
Con el corazón acelerado por la rabia, hizo su rutina de siempre; Ducharse, comer ramen, e irse a la cama.
Pero, aún así, le perseguía el pensamiento del pelinegro.
«¡Él también se veía genial así, no es normal!»
*
Itachi había visto a su hermano subir las escaleras.
Por sus movimientos bruscos, pudo saber que estaba molesto.
¿Qué le había sucedido ésta vez?
La última ocasión en que Sasuke se molestó en serio, fue cuando terminó con su ex-novia.
Seguramente iba a estar comiendo golosinas durante unas cuantas semanas si era algo importante.
*
La vida de estos chicos, separados, no es demasiado emocionante, pero... Tal vez haya una solución para eso.