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Dias de primavera por RedGlassesGirl

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Días de primavera – Capítulo 4

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A la mañana siguiente me comporto completamente normal, pero tengo ese sentimiento de haber hecho algo malo en secreto y que ninguna de estas personas lo sabe. Como no los conozco mucho la culpa no me ataca con fuerza, pero estoy un poquito incomodo aunque sonrió contento y acepto la taza que se me da para el desayuno.

Me pregunto que está pensando Wolfram, siente culpa de manosearnos en el catre… Nah, cuando lo miro el principito caprichoso está más contento que nunca. Debería haberlo sospechado. Cuando me mira no puede evitar sonreír hasta con los ojos. ¡Cálmate un poco, no has dejado de ser tan virgen como yo, incluso eres menos!

Ya sé que soy hombre también, pero solo puedo pensar "¡hombres…!" en el tono que usa Anissina. ¿Yo también soy así de básico? En el fondo me gusta pensar que no es solo lo físico lo que lo tiene así y me llega un calorcito interior bastante nuevo, sé que se me deben de haber encendido las mejillas justo después de haberlo mirado y me pongo a tomar está bebida que parece un té bien cargado mientras observo el movimiento de la sala. Olga se me ríe, Wolfram está pegado a mí y si desde ayer le dio vueltas a la idea de la parejita romanticona esto suma un tanto más a favor de la teoría.

Me muevo un poquito más lejos en el asiento, al menos para despegarme de su cuerpo, y me siento más derecho hacia la mesa. Quiero comer sin sentirme el objeto de las miradas, me da vergüenza.

Hay unos bollos en espiral calientes con manzana dentro, son muy dulces pero con la bebida sin azúcar encajan perfectos. Es un desayuno de campo bastante consistente. Los dos hombres más grandes de la casa empiezan el día con pan y embutidos, parece una comida completa, supongo que necesitan bastante energía para trabajar en este lugar.

—Cariño, ¿te gustan esos? —me pregunta Olga cuando tengo el pan en la boca. No me había dado cuenta ¿pero estoy comiendo demasiado? A veces puedo ser una máquina de tragar.

—Son muy ricos, ¿los ha preparado usted?

—Claro, en esta casa todo está hecho por nosotros.

—Es mejor que el dela panadería.

—Eres todo un adulador, ¿verdad?

—Lo es —dice Wolfram—. Siempre tiene la boca llena de palabras bonitas, aunque es un flojo.

No has cambiado ni un poco, ¿verdad Wolf?

—Bueno —continúa Wolfram y se levanta de la mesa—, gracias por su hospitalidad, pero creo que ya es hora de irnos.

—¿Ahora?

—¿No te parece que hacer esperar a todos cuando no saben dónde hemos pasado la noche es irresponsable?

Me he quedado duro pensando en eso, se me cae el pedazo de bollo en la mesa luego de un rato.

Conrad, Gwendal… Oh dios, Günter. Desaparecimos de un día para otro y no saben nada. Deben de haber mandado gente, no, ¡deben de haber movilizado el ejército entero! No sé si Conrad y Gwen serían tan extremistas, pero Günter se vuelve un desastre cuando no estoy. Y pobre Josak, seguramente le van a pasar factura porque los agentes me perdieron en el pueblo y está vez si ha pasado algo malo.

Creo que se acabaron mis salidas a solas por un tiempo.


Hacía mucho que no me tocaba sufrir una regañada tan grande. Gwendal nos mandó a su despacho privado y ya sabía que se nos caía la noche encima, pero es mucho más tremendo de lo que esperaba.

Lo único que puedo hacer es agachar la cabeza y hacerme chiquito mientras nos gritan a los dos. Wolfram lo mira a la cara pero no dice absolutamente nada y aguanta todo con expresión cohibida, obviamente no es lindo para nadie ser reprendido. Me pregunto si esto siempre fue así para él cuando hacía algo travieso a lo grande.

Ay, las venas de Gwen palpitan, lo acabo de mirar un poquito cuando levante la vista pero no puedo sostenerle la mirada, tiene cara de loco por la ira. ¿Cómo puede Wolf hacerle frente a un hermano como este? Da miedo.

—¡¿Cómo se les ocurre desaparecer en medio de un tifón e ir directo a una zona de deslizamientos?! ¡Eso roza más allá de la estupidez de cualquier mazoku, dos niños solos no tienen nada que hacer deambulando por los sembradíos¡ ¿Qué demonios es lo que buscaban ahí?! ¡Les estoy haciendo una pregunta, ¿o es que acaso les comió las leguas un animal salvaje?!

—Íbamos a una cascada… —Tengo que responder algo, y es la verdad, pero la cara de todos es severa así que no me atrevo a hablar de más.

Conrad y Günter también están aquí. Están súper enojados y no dicen nada.

—¡¿Cascada, cual cascada?! Ilumíneme su majestad por favor y dígame donde queda exactamente eso.

Cada vez que Gwendal usa mi título es como una burla, eso pasa cuando está enojado, y también cuando no lo está. No importa cuánto tiempo haya pasado.

—A diez quilómetros de la ciudad… —me siento estúpido, todos ponen las caras que esperé que iban a poner.

—Diez quilómetros —repite Gwendal—. Diez quilómetros caminando con lluvia y viento. Si realmente desea morir hay formas mucho más fáciles. —No quiero pensar en que está sugiriendo—. Y tú, ¿ahora te estas dedicando a cumplir todos sus caprichos como un perro que lo sigue a todos lados aunque sea de o más irrazonable? Esperaba más de ti Wolfram.

—Amh… no —interrumpo porque quiero defenderlo, pero está todo demasiado tenso—, Wolf me dijo que era mejor ir a caballo, fui yo el que no le hizo caso…

—No estoy hablando con usted en este momento. De hecho, no necesito más detalles, ya puede retirarse.

No, no quiero que me saquen. No lo quiero dejar a Wolfram aquí solo, y quiero escuchar que es lo que van a decirle. Pero solo basta una mirada de Conrad para que Günter me guie a la salida. Incluso el trato de este hombre hermoso es más recto y frio que de costumbre, hasta ahora no me ha tocado que Gün me retara seriamente, pero creo que está será una incómoda primera vez. No importa que a veces es ridículo y hace aspavientos, es un profesor severo cuando quiere y en este momento me relaja más que Gwendal pero igual me da miedo.

—Por favor sígame a mi estudio su majestad, vamos a continuar esta conversación en otro lugar.

—¿Qué pasa con Wolfram?

Es la primera vez que Günter no me responde una pregunta. ¿No podemos dejar esto para después cuando ya nadie me odie tanto? Y a todo esto, ¿dónde estará Josak? Creo que tengo que disculparme con él luego.

El despacho de Günter es más amplio que el de Gwen y tiene más cantidad de libros en una gran biblioteca, y un banco de escriba lleno de hojas listas para armar más libros. Todo parece decorado minuciosamente y esta impecablemente limpio, hay una tetera a un lado pero no se me ofrece nada. Él se sienta cual consejero del colegio detrás de su escritorio y yo me siento en el sillón al otro lado. Aún estoy muy cohibido pero aquí es un poquito mejor que la otra sala con todos.

Si hay un momento donde es evidente que yo solo tengo dieciséis irrelevantes años de inexperiencia y este hombre más de ciento cincuenta es ahora. Tratar con adultos enojados es incómodo, pero esto está a un nivel más allá de mi comprensión.

—Quiero que entienda la irresponsabilidad que representan sus actos, y me parece necesario profundizar en el tema porque esto concierne su seguridad, y en este momento también me preocupa que la seguridad de Wolfram. ¿Me entiende su majestad?

Asiento con la cabeza. Tengo la sensación de que esto va a ser para largo.


Largo fueron al menos una hora y media me parece, y estuve tenso todo el tiempo. Günter tiene algo que hace que no te puedas aflojar y que ni se te ocurra hacer como que escuchas pero no estás escuchando. Te sumerge en la conversación con su mirada seria, pero aunque te intenta hacer sentir cómodo es lo suficientemente severo para mantener una gran cantidad de atención.

Soy un chico que tiene poco respeto por la autoridad, pero me ha mantenido bajo control todo el tiempo. Creo que eso funciona mejor conmigo que gritarme, porque cuando me gritan me salta la térmica en el cerebro y en algún momento yo también exploto y comienzo a gritar.

Ahora, encerrado en mi habitación por cuenta propia, pienso si ellos me conocen mejor que yo y por eso han mandado a Günter y no con otro. Conrad no ha venido en ningún momento a hablarme, y eso me ha resultado más prueba de que está profundamente enojado que cualquier otra cosa. Creo que esto no quedara así y nada más, en algún momento va a venir a hablar conmigo también. No tengo idea de si sigue en la sala con Wolfram y Gwendal o no, ni qué tipo de cosas le estarán diciendo.

Me he quedado en mi cama haciendo reflexión un rato, pero ya me he devanado el cerebro mientras me hablaba Günter, así que no quiero pensar más en nada.

Creo que ellos tienen razón, porque si no nos hubieran acogido en una casa hubiéramos quedado a la intemperie, y leyendo el Reporte Diario de Shinma vi las noticias sobre las carreteras cortadas y un alud de barro que cayó en un lugar más alejado que por suerte no presento peligro para nadie porque es una zona sin poblados. Entiendo porque estaban tan preocupados y porque están siendo tan duros conmigo.

La puerta se abre y el que entra es solo Wolfram, no parecía haber nadie con él en el pasillo. No lo veo triste ni avergonzado, pero está mucho más cohibido que lo que normalmente es, así que se nota que ha sido reprendido severamente. Él me mira que estoy aquí y no me presta mucha atención, se toca la mejilla en un gesto de incomodidad y deja de mirarme cuando viene hasta la cama y se saca sus botas sentado en el borde.

Se recuesta mi lado y miramos el techo, mi cama es gigante pero no tiene dosel ni adornos tan lujosos. Él comienza a hablar solo luego de descansar un rato.

—Gwendal se fue con Conrart para la zona del derrumbe. No creo que vuelvan hasta más tarde. Me dijo que te dijera que todos los papeles del día de hoy, de mañana y de pasado mañana están listos en el despacho para que los firmes.

—Ok. ¿Qué más puedo decir al respecto? Obviamente es mi castigo… —Pienso que él también ha tenido que pasar por la reprendida horrorosa y en realidad no ha tenido la culpa más que por seguirme el juego—. Lo siento, por todo lo que paso. Y además no debes estar acostumbrado a una vida sin ciertos lujos y tuvimos que pasar la noche allá y todo…

—Está bien —me dice totalmente convencido de que no pasa nada y pone las manos detrás de su cabeza—. Si te sientes culpable porque te han gritado mucho, y a mí también, es mejor que sepas que estoy acostumbrado. No es lindo, pero no es nuevo tampoco. ¿Qué te dijo Günter? Nunca me ha tocado que me diera una reprimenda en serio.

—Es bastante aterrador a su modo, no tanto como Gwendal pero estaba muy, muy serio. Hablamos hasta hace como quince minutos y luego vine para aquí, suponía que era mejor estar donde me puedan encontrar rápido.

—Se pusieron así porque estaban preocupados, supongo que después del aspaviento de siempre les dio más miedo cuando no volvimos por la noche. Pero como tienes un don para desaparecer al instante, tienes un don para atraer a la gente buena.

—¿Que soy? ¿Un amuleto de la buena suerte Chino? O una hierba medicinal tal vez, porque esta toda esa cosa de que a los soukokus[1] los tienes que hervir y tomar el agua para vivir para siempre…

Wolfram se ríe con una voz clara y algo alegre. —Esas son estupideces de los humanos Yuuri.

Su tono de voz es dulce y me mira con algo de ternura, me hace sentir tonto. Ruedo de lado y nos abrazamos. Estamos en casa, se siente diferente, mucho más seguro y cómodo.

Ha vuelto a hacer frio, luego de la gran tormenta los vientos siguen golpeando con fuerza hacia la montaña y se siente el tintinear de la ventana de vez en cuando. No estamos tapados, pero enredo las piernas con las suyas y nos apretamos uno contra el otro. Wolfram no está haciendo nada mágico, pero luego de un tiempo comenzamos a levantar temperatura corporal entre ambos y es muy cómodo.

Me voy a quedar aquí un rato hasta que tenga que ir a hacer mis deberes, me va a tomar toda la noche así que creo que pediré que me lleven la cena al despacho.


Han pasado bastantes días, más de una semana, y las cosas son normales. Pero normal, como decirlo, normal a la antigua.

Ya todos se han olvidado de mis andadas de hace poco y todo el revuelo que causé, Conrad termino de reprenderme hace días y aprendí que tiene la costumbre de echarme en cara viejos errores en momentos inesperados para taparme la boca. Pero también es más amable que el resto y me contó en secreto como Gwendal odia tener que retarnos pero tenía que ser súper severo porque en el fondo le preocupamos mucho.

Que las cosas volvieran a la normalidad de ese modo era algo que esperaba, lo otro que no esperaba es que Wolfram y yo volviéramos a antes.

¿No se supone que algo tenía que cambiar? No estoy muy seguro de cómo funcionan estas cosas, pero él es el mismo de siempre y no se me acerca mucho más allá de que nos abrazamos o nos tocamos de la forma común de siempre. Wolf me deja que me cuelgue de él y todo, pero no reacciona, aunque no es que yo lo esté provocando realmente. ¿Será que justamente espera que haga algo más? No sé si decir que siento como que me evita, porque en realidad no lo hace, pero me deja pensando.

¿No tiene un diario de pensamientos o algo así por algún lado?


Es de noche y como tenía una hora libre antes de dormir me puse a leer el libro de la princesa que hace mucho Wolfram dejo separado. Estoy tendido en la cama de piernas abiertas boca arriba y leo sosteniéndolo en el aire, como es pequeño ya lo estoy terminando y no he sufrido mucho entumecimiento en esta posición.

—¿Estás leyendo mi libro? —me pregunta Wolf entrar a la habitación y verme aquí.

—Aha, ya lo estoy terminando… un par de líneas más y… Listo. —Lo cierro y lo doy por finalizado.

Ya puedo leer mucho mejor el idioma mazoku, pero no tengo tantos títulos que he terminado de leer en mi lista personal. Lo que más leo es el diario, eso lo hago todos los días, pero libros de cuentos muy de vez en cuando.

Lo dejo en la mesilla de luz y le presto más atención a Wolfram cuando se sube a la cama, se ha cambiado a la velocidad de la luz, se nota que está apresurado por acostarse aquí y dar por finalizado su día. Como se mete dentro de las sabanas yo también lo hago.

—¿Crees que las personas se pueden morir de amor? —le pregunto a Wolf.

—¿Si la gente puede? Sí, creo que sí, he escuchado que muchas veces ha pasado. Pero las personas se deprimen por muchas cosas, pueden dejar de comer y beber como en esa historia por muchos tipos de problemas.

—Es verdad. Supongo que es una manera de suicidarse, pero es un tanto, no sé, deprimente al extremo. Es más común escuchar que se ha tirado de un quinto piso porque los han dejado, pero no que un hombre se deje morir de esa forma de pena. Recuerdo algunas historias antiguas de mi mundo y son similares a esta, supongo que como todo se ha basado un poco en algunos hechos reales.

—La vida real es la mejor de las inspiraciones supongo. ¿Qué hay con los animales? ¿No te parece raro que también lo hacen? Uno esperaría que no les importe demasiado, es cuestionable que nivel de sentimientos tienen, pero si sufren dolor. Aunque algunos dicen que no es amor y es un comportamiento natural, por otras cosas.

—¿Y qué ganan matándose? No entiendo como puede ser un comportamiento natural. ¿No se supone que los animales buscan sobrevivir a toda costa? ¿Por qué morirse solo porque se muere su pareja? A mí si me suena muy romántico —le digo y se me ocurre algo tonto—. ¿Los kohi lo hacen?

—¿Los kohi? No, no creo que puedan hacerlo. Ellos no tienen pareja, son unas entidades un tanto extrañas, ya viste como se comunican todo entre todos. Es como si en el fondo fueran todos el mismo. No puedes matarte porque tú mismo no te amas, o porque te has roto el corazón tu solo… —Wolfram comienza a dudar su teoría—, ¿o como seria eso? ¿te puedes amar a ti mismo y vivir en pareja si el otro parece que es igual a ti y compartes los mismos pensamientos?

—Creo que lo estás complicando mucho, ya me has mareado de solo pensarlo. —Nos quedamos un rato en silencio y se me ocurre otra pregunta más personal—. ¿Crees que puedes morir de amor? Es decir, si tú puedes, o te lo imaginas.

—¿Yo? —Él lo piensa un momento con la cabeza sobre la almohada y se mastica un poco el interior del labio—. No, no creo. No me veo dejando de comer o de vivir por algo como eso, hay muchas cosas más que puedes hacer vivo. Me parece más de cobardes que de románticos, a menos que estés dando la vida por la otra persona.

—Yo tampoco creo que pueda. Estaba pensando si es por egoísmo o no, pero creo que pienso lo mismo que tú. Sirvo más vivo que muerto, ¿verdad? —Sigo divagando un poco la idea y se vuelve todo aún más personas que antes—. Pero… creo que lo que me llama la atención es que pudieran amar tanto a alguien, tiene que ser un sentimiento muy fuerte. ¿Te gustaría?

—¿Qué cosa? —me pregunta Wolfram sin realmente entender bien de que hablo.

—Amar así a alguien. Tener un romance como el del cuento.

Él me mira sin mucha expresión en su rostro durante un rato y me ruborizo, cuando lo nota sonríe de una forma que me gusta mucho pero se me suben un poco más los colores. —¿Quieres decir si quiero tener un romance contigo? —me pregunta directamente.

—Ammh —estoy algo nervioso, me rasco la mejilla y miro hacia otro lado, pero estamos enfrentados así que no puedo evitar mucho sus ojos—. No tiene que ser sobre mi… estaba preguntando en general…

Cuando me besa aun me siento raro, pero estar con él es tan natural que puedo responder del mismo modo.

—No creo que sea algo que podamos decidir y ya está. No sé realmente cual es la respuesta a tu pregunta —me dice mientras se sienta encima mío a horcajadas, nunca estuvimos en esta posición antes pero ni a él ni a mi nos molesta seguir conversando.

—Entonces, ¿nunca estuviste enamorado?

Wolfram niega con la cabeza y me desabotona el pijama mientras continúa hablando—. No, nunca nada parecido a las fabulas o las novelas románticas. Me parece todo un poco exagerado, pero supongo que es lindo saber que alguien te quiere tanto, y no sé cómo será sentir eso por otra persona. Es muy utópico.

—Yo tampoco he sentido nada como eso.

Wolf tiene puesta una camisa que se ata a un lado, así que es fácil deshacer el nudo flojo y dejarlo sin nada arriba. Conozco bien esta parte de su cuerpo, y él ha visto mi torso desnudo cientos de veces antes.

—Ya lo sé —me dice y se ríe.

—¿Por qué te ríes? ¿No estábamos diciendo que es poco normal enamorarse de ese modo?

—Pero a ti no te interesó nadie nunca, era muy evidente. No me hace falta que me lo aclares. —Wolf se tira en la cama y yo levanto las mantas hasta nuestros hombros—. Quítate estos.

Cuando el tira un poco de mis pantalones me los saco, él se ha sacado los suyos también, al acercarnos puedo sentir sus piernas desnudas. Como siempre que él usaba el camisón yo usaba pantalones nunca pude sentir su piel aunque estuviera encima de mí.

Miro dentro de las sabanas, su piel y la mía son iguales en el estómago, ¡pero mis partes tostadas quedan muy mal! Le acaricio el cuerpo y él hace lo mismo pasando sus manos por mi brazo y mi espalda. Nos acercamos sin besarnos y siento su piel de su cuerpo contra la mía, la sensación suave y cálida me tranquiliza.

—Es verdad que nunca me gusto nadie. No puedo contarte nada sobre eso porque no tengo idea, cuando mis compañeros me hablaban de las chicas que les gustaban no podía entender lo que es ese sentimiento por vivencia propia. No soy el compañero con el que puedes hablar mucho de eso en el instituto, yo solo escucho durante esas charlas —me rio y lo abrazo un poco, ahora uso mi pie para sentir que tan suavecita es su pierna.

Wolfram no se está conteniendo mucho de tocarme, ha estado acariciándome en casi todos lados, ahora me pasa las manos por los hombros suavemente y me toma del cuello. Sus dedos acarician el nacimiento de mi cabello a un lado de mi oreja y mi nuca.

—Bueno, yo no puedo decir nada muy diferente sobre mí hasta que tú llegaste. —Él me sonríe y solo me observa tranquilo, le acaricio la espalda y un poco más abajo enganchado en mis dedos su ropa interior y bajándosela un poco.

Nuestros rostros ahora están cercan y nos miramos un momento más antes del beso. —Es distinto para mí también ahora —le digo antes de que nos tomemos un rato para esto, usamos solo los labios.

Me inclino un poco más encima de su cuerpo y Wolf me rodea los hombros, no dura mucho así porque mete sus manos por debajo de mis brazos mientras nos besamos para tocar los lugares a los que no podía llegar antes. Cuando recorre los lados de mi cuerpo con las manos las mete por dentro de mi ropa interior y esta se baja un poco, ahora sus manos están en mi trasero. Incluso cuando me acaricia aquí me gusta, sigue siendo igual de suave y placentero.

Me separo un momento de él para que nos veamos, y porque me rio y ya no puedo seguir besándolo. —Me siento cómodo contigo.

Wolfram me mira un poco asombrado, pero sonríe con exceso de confianza. —Por supuesto que lo haces. —Dejo caer mi cabeza un poco, aunque sea siempre sea así me resulta divertido porque ahora lo está haciendo a propósito.

Sus labios se mueven con más fuerza y está vez me lame un poco, mientras nos entretenemos peleando con nuestras lenguas él me acaricia la cabeza y me hace sentir cosquillas. Paso mis manos por sus caderas y tiro de su ropa interior de noble molesta, las tiras a los lados no son moños que se desaten fácilmente así que se las bajo un poco cuando levanta las caderas. Me separo para sacarme los calzoncillos y Wolf aprovecha para bajárselas del todo.

—Estamos desnudos —digo lo evidente observando su cuerpo desde arriba.

—Oh, sí, lo estamos —me responde ladeando la cabeza y cerrando los ojos como si fuera algo obvio pero muy importante, casi ceremonioso. Puede ser un idiota divertido cuando quiere, y ahora no le molesta este lado suyo, se está riendo bastante contento.

Nos ponemos serios por un momento y comenzamos a besarnos sabiendo que esta vez será diferente, no más juegos, a menos que queramos.

Ahora sí que tengo ganas de hacerlo más profundo, lo dejo en claro al meter mi lengua en su boca y empujarle con fuerza, él me responde abrazándome, pero yo no puedo. Como está acostado en la cama solo puedo tomarlo por la cabeza en vez de la espalda y acompaño sus movimientos mientras mis dedos trazan círculos en su cuero cabelludo, sé que le gusta cómo se siente eso. Mi cuerpo y el suyo están apretados uno contra el otro hasta el pecho, él me ha hecho lugar dejándome encajar con una pierna entre las suyas y utilizo mi pie para empujarme más arriba. El movimiento hace presionar más todos los lugares más interesantes de nuestra anatomía.

Es un juego, estoy solo tentándole con esta forma de empujarle algo sexy, y funciona bien porque él comienza a hacer el movimiento opuesto a mí para generar más presión. No hay fricción, pero la idea me resulta interesante así que me apoyo en mis rodillas, levanto las caderas y las muevo, ahora si se siente un roce suave sobre nuestros penes y eso es mucho más que solo tentador. Se me arremolinan las sensaciones dentro del estómago y es muy placentero continuar haciendo este movimiento provocativo similar al del sexo.

Las manos de Wolfram me toman el trasero y sin dejar de besarme se acomoda para que quede entre sus piernas, las abre lo suficiente para que ahora haya aún más contacto. Estoy comenzando a excitarme mucho, nos miramos y ya no sonreímos, estamos serios porque nos cuesta esconder la mueca de placer vergonzosa al hacer esto. Coloco mi mejilla contra la suya porque es más cómodo de este modo, no tengo que verlo y trato de no pensar que me da vergüenza estar arriba y tener que ser el que más se mueve de este modo. Me siento idiota, pero nunca hicimos tanto, aunque todo estaba bien hasta hace un rato, incluso cuando estábamos completamente desnudos, ahora me da vergüenza verlo.

En vez de cohibirme decido hacer todo lo contrario, lo beso en la boca y me acomodo de una manera que puedo tocar nuestros penes juntos con la mano y al mover suavemente las caderas rozar nuestros testículos. Es la mejor y más osada idea que se me ha ocurrido.

Me agito muy rápido y me tiemblan los hombros, Wolfram está muy excitado, me acaricia las caderas y me clava los dedos. No sabe dónde poner las manos y las pasa por varios lugares de mi cuerpo nervioso, mi estómago, mi pecho, mi cuello. Dejo mi erección tranquila un rato y lo toco a él solo, es la primera vez que pongo las manos encima de esta parte de su cuerpo, lo agarro todo con el puño para reconocerlo, paso mis manos por el resto de su entrepierna, lo toco más abajo pasando por los testículos y un poco más de piel. Es provocativo y a la vez sacia mi curiosidad.

Beso su cuello, ahora que he aprendido a besarlo en la boca es fácil imaginar cómo hacerlo con el resto de su cuerpo. Sé que lo estoy matando de a poco, cada vez se excita más y no creo que haya imaginado que yo fuera así de posesivo si me soltaba un poco, pero también me conozco poco en este sentido.

Creo que todo lo que tomo como curiosidad y exploración él lo está recibiendo como algo terriblemente sensual. Poniéndome en su lugar creo que yo sentiría lo mismo, si él quiere luego puede jugar conmigo del mismo modo, por ahora estoy decidido a continuar con esto. Bajo un poco y comienzo a besar su pecho, no me detengo aquí y sigo por su flanco derecho y su estómago, él sabe lo que estoy haciendo y acomoda las sabanas. Me alegro que me deje taparme como la vez que me lo hizo a mí, así podré estar más tranquilo sin pensar que me está viendo.

Siento como le tiembla el cuerpo y me divierte ver como pedo lograr eso, si lo toco a los lados del estómago y parte de la cadera el interior de sus muslos se contrae en pequeños espasmos. Puedo ver bien aunque estoy bajo las sabanas, me entretengo besándole a un lado de la ingle como provocación pero estoy mirando todo. No puedo evitar ser curioso, nunca estuve con nadie y poder tocar el cuerpo de otra persona es algo muy nuevo. No quiero hacerlo esperar más, sé que cuanto más tardo más evidente es que me he entretenido observando y debe de ser incómodo para él.

Me acomodo y sostengo su pene con la mano para poder usar la boca sobre él, está tibio y me excita tocar su piel con la lengua, lo hago lentamente recordando lo que sentí cuando Wolfram lo hizo. Quiero que lo disfrute todo lo que pueda, estoy tranquilo y voy a dedicarle todo el tiempo y empeño que como novato puedo ofrecer.

Hoy me he sentido lleno de primeras veces. Primeras palabras sinceras sobre lo que sentimos. Primera vez desnudos. Primera vez en nuestra cama. Primera vez complaciendo a Wolf. Muchas primeras veces, pero no estoy tan nervioso como esperaba. Wolf me hace reír, yo lo hago reír a él, es sincero y yo también. Todo eso me mantiene muy tranquilo.

Hey, ¡me estoy volviendo bueno en esto! Agh, ¿es eso algo de lo que estar orgulloso? No sé si… Oh, bueno, a él le gusta, y si Wolf se volviera un experto en el mismo tema yo no me voy a quejar. No, no.

Wolfram tiembla mucho y está demasiado duro, no tarda demasiado en empujarme para que lo deje salir de mi boca, y de hecho eso me molesta un poco. Había aprendido a hacer esa cosa con la lengua bastante interesante que…

—¿Quieres hacerlo? —Su pregunta viene del otro lado de las sabanas, pero me llega perfectamente. Pero el parece dudar eso, así que levanta las sabanas solo hasta el punto que puedo ver su boca moverse y lo repite—. ¿Quieres hacerlo?

Mierda. ¿Quiero hacerlo?

—Ammh. ¿N-no hay primera cita o algo? —pregunto muy estúpidamente porque en realidad no sé qué decir y no quiero quedarme en silencio. Me pongo de rodillas y parezco un fantasma con las sabanas así, las dejo caer más hacia atrás y me quedan como una capa—. ¿Quieres hacerlo?

Ya sé que le estoy rebotando su pregunta, pero tenía que hacerla.

—¿Quieres hacerlo? —me pregunta de nuevo tras un poco más de silencio y su cara de no saber que más decir.

—Ah, no… así no vamos a llegar a ningún lado —le digo rodando los ojos, ambos estamos ruborizados.

Wolfram extiende los brazos y acepto su abrazo acercándome, su cuerpo tiembla de frio cuando apoyo el mío caliente sobre él, lo dejé destapado y no me di cuenta de que había corriente de aire.

—¿Qué quieres hacer? —me pregunta ahora que estamos juntos y más cómodos. Su mano me acaricia la espalda.

—¿Quieres que te diga la verdad, o que te mienta? —le pregunto bromeando. Me pongo serio y opto por la verdad más sincera, pero no tengo una respuesta—. No lo sé, no sé cómo hacerlo contigo.

La carcajada de Wolfram corta el aire, ha sido muy fuerte y solo puedo mirarlo sonriendo y dejando caer mi cabeza derrotado. Apoyo mi frente contra la parte de arriba de su pecho y me acaricio contra él.

—Soy un idiota, ¿verdad? Supongo que es gracioso.

—Si lo es —me dice con dolorosa sinceridad—, pero tampoco es para que te sientas tan mal al respecto. Vamos a hacer lo que sea que queramos hacer.

A veces, bajo situaciones muy especiales, Wolfram se pone blandito. Este es uno de esos momentos, pero ahora puede dar rienda suelta a su lado amoroso completamente. Me acaricia y me abraza de una forma protectora y cálida que me hace sentir muy querido, está tratando de reconfortarme, sonríe todo el tiempo porque disfruta poder tenerme asi para él. Me dejo mimar, me gusta que lo haga.

—¿Quieres que continúe con lo de antes? —le pregunto con mi mejilla contra la suya y cuando me responde siento el movimiento de sus labios como una cosquilla.

—Se sentía bastante bien eso. Muy bien en realidad.

No espero que me diga nada más, tengo las ganas suficientes de zanjar su asunto pendiente. Lo beso en el camino, esta vez él se acomoda medio de lado y aunque no quita las sabanas las deja un poco abiertas. Creo que nuestra pequeña conversación rompió un poco con el ambiente cargado de nerviosismo de antes y ahora quiere mirar, me da algo de incomodidad pensarlo, pero entiendo por donde pasa el morbo. Pensando en eso lo llevo a mi boca de nuevo, esta vez no me atrevo a hacerlo con los ojos abiertos, pero lo hago de la misma forma que antes sin ponerme tapujos.

Antes estaba a punto y paramos, así que le toma un rato de disfrutar mis atenciones volver a excitarse tanto como antes, pensé que tardaría más igualmente, pero creo que verme hacer esto le revoluciona las ideas. Lo tiento llevándolo hasta el fondo de mi boca lentamente, como veo que puedo hacer eso sin problemas lo repito más rápido y él jadea. Es la primera vez que escucho un sonido tan evidente. Quiero escuchar más. Me esfuerzo porque reaccione y él me acaricia la cabeza y contrae los músculos, me clava los dedos suavemente en el cabello y luego sostiene mi flequillo lejos de mi rostro, todas sus actitudes me demuestran que está por venirse.

Me gusta su cuerpo, no puedo verlo pero tengo mis manos en su estómago porque me gusta sentir la dureza de sus músculos apretados y las formas de sus huesos. Dejo de lado lo que a mí me gusta uso las dos manos para hacer todo lo que a él le va a gustar, con una lo masturbo mientras subo y bajo con mi boca y con la otra lo acaricio más abajo, entre los testículos y la zona lisa y suave que es tan sensible en mi cuerpo. Me cercioro de que para él es igual, le gusta que lo acaricie así porque me lo susurra.

—Ahí me gusta…

Dios, su voz es tan sexy, contraigo la pelvis y siento que cada vez estoy más duro. Wolfram respira agitado y yo me muero de ganas porque llegue, no porque sé que luego me toca a mí, sino porque quiero escucharlo, sentirlo, todo eso. Y por fin lo hace, se pone rígido justo antes del último momento y larga, es extrañísimo para mí sentir estos espasmos en él y el recuerdo de mis orgasmos me da escalofríos en la espina. Me siento igual que cuando lo sentí venirse la vez anterior. Trago, es un detalle que no quería pensar hasta el último momento, pero ahora aquí no veo otras opciones, no me resulta genial pero pude soportarlo y sé que es más sensual de este modo.

Me limpio la saliva de la boca sin que me vea, tampoco quiero que pueda observarme con tan poca compostura, pero Wolf está con los ojos cerrados, echado y sin fuerzas. Sonrió, haber logrado dejarlo así me hace sentir un poco genial.

Eres un tipo realmente atractivo, ¿he?

Ya lo sabía, pero ahora comienzo a realmente verlo de otra manera en ese sentido. No lo vamos a hacer hoy, y no sé si la próxima, pero la idea me gusta muchísimo. Es mucho más sexy de lo que recuerdo haberlo visto nunca, pero tampoco es que antes lo haya visto tan desnudo, agitado porque tuvo un orgasmo, y recostado de ese modo en nuestra cama.

—¿Estas bien? —le pregunto acostándome a su lado.

Wolfram se ríe de lo que le estoy preguntando. —Mejor que nunca. —Se me acerca y me besa con sus manos en mis cachetes y mucha energía—. Todavía no te dije que me gustas mucho, ¿verdad?

—No, no me dijiste.

—Bueno, me gustas mucho. Ahora más. —Ruedo los ojos—. ¿Qué? Me gustó. ¿A ti no te gustó cuando te lo hice?

Él es sincero y directo, pero tiene las orejas rojas y las mejillas rosaditas.

—See, me gusto —sueno un poco flojo pero estoy sonriendo, soy un pervertido—. Pero me siento un poco mal, te dije que no y todo pero igual lo hicimos allá. No es que te dijera que no porque no tenía tantas ganas, sino porque estábamos en otra casa…

—Lo siento. —Su disculpa me sorprende bastante, él se rasca el cabello y lleva la vista a otro lado un momento, con más valor duda un poco pero me enfrenta—. No debería haber hecho nada como eso, pero pensé que era la única oportunidad que tenía. Y envié un agradecimiento a la casa donde nos atendieron.

Ya lo he visto avergonzado y con dudas antes, presencie otro momentos embarazosos de él donde se ha puesto rojo como un tomate y todo, pero me hace sentirme que me pongo rojo yo también al verlo así ahora.

—Está bien —digo suavemente con sinceridad, eso le llega. Lo miro y le dejo que me lea a través de mis ojos—. Sabes, lo que pensaba en ese momento era… Bueno, no. No sé qué pensaba exactamente en ese momento, no tengo nada específico que contarte. Pero lo que pasó, pasó, y estoy bien con eso. No sé si eso que dije tiene sentido realmente. Ah, y me alegra saber que enviaste regalos, ¡no me habías dicho!

—Sí, lo hice, podemos nabla de eso luego. Ahora quiero que sepas que estoy bien con esto que nos está pasando —la seguridad en su voz me calma, ya sabía que estaba bien con todo pero que me lo diga me asegura que no queda nada que aclarar—. Estoy contento contigo de esta forma. Sabes, nunca pensé que podría hablar contigo así.

—¿De qué forma? ¿No hablamos así siempre?

—Bueno si, hablamos así siempre. —Wolf se voltea y mira el techo, cuando ladea el rostro me pierdo un poco en sus ojos verde esmeralda—. Pero no había nada entre nosotros. Ahora hay, y seguimos hablando igual que siempre. No me preguntes porque, pero no esperaba eso.

—¿Te refieres a no hablar por vergüenza o algo? ¿Por qué estas desnudo?

—Yuuri, tú también estás desnudo —cuando me dice eso lleva la mano a mi entrepierna y me aprieta el paquete completo, abro la boca de sorpresa pero lo aguanto aunque se me ría—. No, no me refería exactamente a eso. No sé a qué me refería. No me hagas caso.

—¿Qué? No, ¿por qué no te haría caso? Me puedes decir lo que quieras.

Mi normalidad parece convencerlo luego de un momento, creo que entiendo y a la vez no de lo que habla. Pero cuando realmente me lo dice me duele un poco.

—No pensé que serias tan abierto conmigo de esta manera.

El sentimiento de tristeza viene y se va como llegó, pasa por mi pecho y mi mente de forma fugaz. —Pero lo hice.

Una sensación extraña nos envuelve, seguida de un silencio y Wolfram se harta completamente. —Ves, esto es lo que no me gusta. ¿Por qué me tengo que sentir raro contigo? ¿Te sientes raro conmigo? ¿Ya no quieres hablar más?

—¡Es que no sé qué decir!

—Cualquier cosa, pero no te quedes callado.

—¿Qué quieres, que te cante? —como me resulta gracioso, lo hago, la escala completa de siete notas de primaria tratando de entonar. No está tan mal que digamos—. La, la, la la, la, la, laaa. Doh, doh, doh, doh, doh doh, doooh.

—Oh por dios, cállate.

—¿Por qué, no te gusta? —sigo con otras silabas, solo porque sé que me aborrece—. Meh, meh, meh, meh, meh, meh, meeeh.

Wolfram se está arrepintiendo de haberme picado, como ya he empezado a hacer monerías se enoja y me mira mal.

—¿Me odias? —pregunto infantilmente—. ¿Me estás odiando mucho verdad?

—Podría acogotarte ahora mismo.

—Aww. Bueno, ¿prefieres otro tipo de canción? ¿Una con letra? —Elijo algo rápido, tonto y fácil—. Kagome, kagome, kago no naka no tori wa. Itsu itsu deyaru? Yoake no ban ni. Tsuru no kame ga subetta. Ushiro no shoumen daare?

—¿Qué es eso, que dice?

—Es solo una canción de niños japonesa, es un juego. Te agachas en el medio y los demás te dan vueltas cantando, cando para tienes que adivinar quién es la persona detrás de ti. Lo jugábamos en jardín de niños y primaria.

—¿Me estas cantando nanas para niñitos, que edad crees que tengo?

—Pronto ochenta y cuatro —le digo exagerando las palabras para darle más importancia.

—Y tu diecisiete —me dice y se me echa encima, me dejo caer y quedo boca arriba—. Tsk, me había olvidado que eres como un bebé. Me siento una especie de abusador ahora.

—¡Cállate! —Me enojo y le golpeo suavemente con la palma en toda la cara—. Soy casi igual que tú, no me jodas con eso.

—No maldigas —me reta con mirada severa y me toma la mano, ruedo los ojos y se suaviza un poco. Wolf cambia de tema completamente—. ¿Quieres continuar con lo de antes?

—Si tú quieres. —Mi cara refleja todo lo que las palabras no, ya no estoy tan caliente como hace un rato porque estábamos jugando, pero estoy dispuesto a que haga lo suyo cuando quiera.

Wolfram sonríe picaronamente inclinado sobre mí y le da una mirada apreciativa a mi cuerpo desnudo, es bastante obvio que le gusto. Baja sin dar muchas vueltas y no me quejo por la falta de juego previo, con solo sentir sus manos y su boca acariciándome por todos lados me alcanza para mandarme a un abismo.

Como que me está gustando esto de las relaciones de pareja. Jugamos, nos reímos, pone su boca ahí y me derrito, es genial. Está vez lo esperaba preparado, ya se lo que se siente esto, me acomodo y lo dejo que decida todo lo que va a hacerme por su cuenta.

Su boca se siente igual de bien que la primera vez, pero estoy muchísimo menos nervioso y más tranquilo, así que ahora puedo mirar. Mientras él lo hace yo sostengo las sabanas y para ser justos le dejo que sea capaz de ver mi rostro también, pero Wolf solo levanta la vista una vez y tras que los dos nos aguantamos la vergüenza al vernos a los ojos no mira más que para abajo o cierra los ojos. Le quito el flequillo del rostro con un dedo y lo peino hacia atrás pero sus risos son caprichosos y vuelven a su lugar, su cabello es color miel en mi mente, pero ahora estamos a oscuras y en la penumbra es más oscuro. Me gusta su rostro, su piel se ve tan suave como es cuando la acaricio y sus pestañas son largas.

Todo lo que hace es placentero, me relaja completamente y me deja el cuerpo como mantequilla, soy débil ante el poder de sus manos y su boca. Mientras disfruto la caricia que sube y baja y el roce de sus manos en mis caderas una pregunta muy estúpida viene a mi mente, la dejo salir porque estoy en blanco.

—¿Qué quieres para tu cumpleaños?

—¿Mffh? Mff gmfh mhff ffmh.

—No hables con la boca llena… ¡AY!

—¡¿Qué me dijiste?! ¿Qué no hable con la boca llena?

—No, no. No era una broma sucia, para nada —niego fervientemente con la cabeza aunque es mentira, me va a matar si no me disculpo—. Solo te pregunte que querías para tu cumpleaños.

—¿Y esperas que te responda ahora? —cuando resopla por la nariz lo siento en mi entrepierna, vuele a continuar con lo que hacía de inmediato.

—No tienes que responder ahora, ¿o es que no sabes que quieres todavía? Cuando a mí me preguntan no sé qué decir, cualquier cosa estaría bien. Pero tal vez odias la ropa, o algo así. ¿Debería callarme verdad?

Mi pregunta final es en respuesta a un par de ojos verdes brillantes que me miran enojados desde abajo.

—Ya sé que te dije que me gustaba que hablamos sin vergüenza y eso, pero de verdad que no esperaba que te pongas a parlotear sin parar mientras hacemos algo como esto. Siempre fuiste difícil, creo que vas a ser un dolor en trasero para todo.

—Siendo que somos dos hombres, como que si me da un poquito de vergüenza ahora que sigas diciéndome que soy como un dolor en el trasero…

—A… que... ¿Cómo…? —Wolfram se ha dado cuenta tarde—. Sí que sabes cómo matar el momento.

—Depende, podría ser sexy si lo piensas un poco.

—No sé qué significa Secsi, ¡y no quiero saberlo!, ¿pero te puedes callar por favor?

—Bueno.

—Gracias. —Wolfram está por continuar y se para a medio camino, levanta la vista y me mira fijo—. Aun no te odio tanto.

Awww, eso es tierno. Supongo. Esta relación es un tanto extraña me parece, pero no puedo compararla con otra porque no tuve.

—Oye Wolf —digo interrumpiendo una vez más, siento el apretón de su mano como advertencia pero no me callo lo que voy a decir—. Te quiero mucho.

Él no dice nada, no me mira, no se detiene, pero sé que me escuchó fuerte y claro. Espero que al menos se sintiera un poquito caliente en el pecho, porque lo digo enserio. Si puede soportar como soy después de todas mis estupideces ¿cómo no voy a quererlo?

Dejo de jugar y cierro los ojos, ahora si me concentro en las sensaciones. Me gusta que el sexo sea divertido, no pensé que podría serlo, pero hacer estas coas con él riendo me hacen sentir muy feliz. Wolfram se molesta conmigo, pero ceo que cuando le pregunte me dirá que a él también le gusta así, no parece del tipo sentimental del todo.

A pesar de que tonteaba estoy bastante excitado, me gusta todo lo que hace y le acaricio el cabello para que lo haga más rápido. Jadeo, mi cuerpo comienza a temblar un poco y me relajo para aguantar más, realmente disfruto esto y quiero que dure un poco más. Puedo sentir como me lame, se me sube el calor al rostro y me late el corazón a medida que se acelera mi pulso, muevo las piernas en la cama y Wolf debe ser consciente de que estoy inquieto porque me falta poco.

—Así, más rápido —le indico cuando toma un ritmo constante y profundo. Mierda, me pregunto si hacerlo se siente como esto. Me vengo. Esta vez no contengo el ruido ahogado que hago a veces cuando estoy a solas, me desespero y toco su cabeza y sus hombros hasta que me aferro a ellos mientras él usa suavemente los labios y la boca hasta que lo separo de mí. Ahora que todo termino me tiro hacia atrás en la cama y me cubro el rostro con el brazo, necesito recuperar mi ritmo cardiaco normal.

—Ahora que has terminado —comienza a hablar Wolfram—, nos vamos a tapar, nos abrazamos y este si es el momento correcto para hablar. Vamos a hablar de mi cumpleaños.

La forma en que lo dice parece el anuncio de un tema de conversación para una reunión con las indicaciones de como se hace. Se está mofando de mí completamente, pero me acaricia un poco con cariño y soy yo el que se pone blandito. Estoy débil, ¡no me ataques ahora!

—¿Qué quieres hacer para mi cumpleaños? —me pregunta.

—¿Qué quiero hacer yo? Eres tú el que tiene que decidir. Tú cumples años, no yo.

—Me refiero a la fiesta. Sé que no te gustan los bailes grandes, ¿prefieres una reunión simple solo con allegados cercanos?

—¿Cómo festejas tu cumpleaños siempre? El año pasado no estuve aquí en ese momento. Ugh, ¿crees que me mandaran de vuelta a Japón justo para esa fecha? Eso no sería lindo, me preocupa porque no puedo controlarlo. Es solo en dos semanas…

—Si pasa está bien, no hay nada que hacerle, hay muchos más cumpleaños donde puedes estar. Pero será lindo si estás aquí. Normalmente mi madre y mi tío gustan de las cosas a lo grande, a mí no me importa, pero se solía hacer un baile con convocatoria abierta entre los nobles y gente importante. Hay mucha gente interesada en saludar a alguien de las diez familias nobles, se ofrecen muchos regalos, se entablan relaciones políticas. Todas esas cosas que tú odias.

—¿Pero a ti te gusta?

—A mí lo único que me interesa es mi familia y mis amigos. No necesito más que eso.

Lo pienso un momento y se me ocurre algo. —¿Y qué piensas de abrir el castillo al público? De hecho, estaba pensando en una fiesta más grande aun, que se haga en la ciudad también, en todos lados. Estamos en la época donde todo está florecido y hay mucha fruta y verde. Las cosechas recién comienzan, pero tenemos suficiente como para darnos el lujo de una fiesta nacional.

—¿Una fiesta nacional? ¿Por mi cumpleaños? ¿Por qué querrías eso? ¡Es peor que las ideas de mi madre! ¿Qué crees que pensaran de mí? No puedo ostentar que soy alguien tan importarte como para que se haga una fiesta nacional en mi nombre.

—Pero es una época hermosa —me lamento—. Si el problema es que sea por tu cumpleaños, ¿qué te parece si lo convertimos en el Día de la Primavera?

—¿Quieres inventar un nuevo feriado nacional?

—¿Por qué no? ¿No te gusta? Cumples años en primavera, así que lo pondremos el mismo día y tendrás tu cumpleaños en el medio de los festivales.

—Bueno, no me molesta que se superponga.

Wolfram acepta la idea sin que le importe demasiado, pero yo sonrió y lo beso.

—Entonces desde ahora y para siempre vas a poder recordar que ese es mi regalo. Puedes tener tu propio día en secreto, cumplirás años el Día de la Primavera.

Mientras lo beso Wolf me rodea con los brazos y me responde suavemente. —Si empiezas así, no sé qué es lo que vas a hacer para cada aniversario.

—Ya se me va a ocurrir algo. Pero no quiero casarme todavía.

—Tenemos muchos años, no hay prisa. —Sus dedos me acarician la cabeza mientras nos miramos y sonreímos.

Ni a él ni a mi nos interesan esos detalles, lo que importa es que estamos juntos.

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Fin.

 
Notas finales:

[1]Soukoku: doble negro, por el pelo y ojos color negro. Lo de hervirlo es cierto en el canon, se lo dicen una vez a Yuuri y él se compara con una hierba medicinal para hacer té.


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