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Brujos por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola queridos lectores. Vengo con otra de mis actualizaciones. Espero no defraudarlos con este capítulo, le puse todas las ganas y espero que les guste. Muchas gracias por sus comentarios y su apoyo con esta nueva historia. Siempre me ayuda a inspirarme :D

(Personajes de Masashi)

 

Has trascurrido ocho largos años. No ha cambiado nada en particular, solo el hecho de que se habían cambiado de pueblo tras huir lejos de su lugar natal dejando cientos de cadáveres en el suelo.  Con nada más que lo que traían puesto y un valioso libro escrito a mano por su querida madre que pasó a manos de Itachi en cuanto ella murió, dicho elemento no podía caer en manos ajenas y solo ellos podían disponer de sus grandes conocimientos y habilidades.

En el tiempo que llevaban viviendo en su nuevo hogar, la gente lucia feliz y tranquila. Allí parecía no temerse de las mujeres ni hombres, los rumores de magia o hechizaría no habían llegado a sus oídos y querían que permaneciera así o volverían a sufrir lo mismo. Itachi de veinte años de edad, había ganado fama no solo por su atractivo físico sino por las milagrosas curaciones que otorgaba a la gente enferma. Ya sea algún síntoma o enfermedad que lucía incurable a simple vista, era solicitado por los pueblerinos, vecinos o conocidos para que hiciera su trabajo de ayudar. Ocultando el hecho de que podía utilizar magia, camuflaba sus hechizos dándole a cada paciente una simple receta y guardar reposo absoluto por unos cuantos días, a su regreso tras ver que cumplía sus órdenes con facilidad tocaba la zona afectada y en su mente susurraba unas palabras curando su mal.  Nadie podía sospechar de esa manera y lo creían un medico asombroso, gracias a ello, él y su hermano menor habían obtenido comida gratis junto a su nueva casa.

Su viviendo se hallaba ubicada junto a un hermoso lago donde la naturaleza adornaba todo su alrededor, alejado de miradas curiosas y como arma de protección. Altas arboledas escondían su cabaña y podían vivir en paz.  Nada extraño había ocurrido en ese tiempo, Sasuke fue criado de la mejor manera posible por su propio hermano sabiendo tiempo después la verdadera situación que acompañaba a sus ancestros. Mientras el hermano mayor trabajaba curando enfermos, el menor de dieciocho años se la pasaba sentado junto al lago de aguas cristalizadas descifrando los hechizos del libro de su difunta madre.

Todavía no era capaz de comprender en un cien por ciento las palabras en las páginas de pergamino. A medida que crecía sintió más y más curiosidad por lo que su hermano hablaba en las noches practicando en su habitación, él también quería lograr hacer magia como Itachi, quería ayudarlo y dejar de estar esperando sin hacer nada en todo el día. Le había dado todo desde niño y quería recompensarle, tal vez podrían turnarse e ir a curar a las personas cuando el otro lograra descansar. Había días que su hermano no llegaba a casa, porque viajaba a otros pueblos vecinos solicitado a cambio de una jugosa paga. Podía verlo, Itachi estaba cansado, sus ojeras se marcaban debajo de esos ojos onixs, llevaba días sin dormir a veces por horribles pesadillas y él solo podía contemplarlo en silencio. Aunque dijera que todo estaba bien, Sasuke sabía que en cuento apartaba la mirada o dormía, Itachi lloraba, lloraba porque había matado a mucha gente y a su propio progenitor.

Por eso y otras razones, él debía hacer algo. Debía convertirse en un gran hechicero tal como su hermano. No obstante, todo saldría mal.

—Bene ergo in hoc non est solutio.-susurró emocionado.—Es increíble. He logrado pronunciarlo perfectamente, al fin, al fin podré ayudar a Itachi—Munus quod ruinam, domum tuam vitam aeternam possidebit.

—¡Sasuke! ¡Espera!

Oyó el grito desesperado de su hermano a solo unos metros de él, genial, iba a enfadarse, pensó. Tenía prohibido leer el libro si no estaba presente el azabache mayor, pero no iba a detenerse solo le restaba una línea más y habría logrado hacer un hechizo. No estaba seguro para que serviría, pero no esperaba que se cumpliera en un abrir y cerrar de ojos, después de todo no estaba seguro si el podría tener en sus venas la habilidad innata de su hermano.

—¡Sasuke, detente ya!

—¡Solo me falta traducir una línea!-sonrió. Haciendo oídos sordos a su hermano, prosiguió—Nunquam senex teneas, hoc est lex, et semper erit. ¡Lo logré!-se paró de la yerba girando a ver al moreno, quien llegaba a él agitado y para nada contento.

—Sasuke, te dije que no terminaras ese maldito conjuro-murmuró enfadado.

—Pero…-sintió temblor en su cuerpo ante la mirada dura de su hermano.

—¡Nos has condenado!-gritó furioso.

El menor retrocedió asustado dejando caer el libro el piso, jamás había visto a su hermano así. Se sintió muy intimidado.

—¡Itachi!-gritó asustado.

El pelinegro mayor cayó arrodillado agarrándose el pecho con clara mueca de dolor en su rostro. Estaba sufriendo una trasformación por dentro y Sasuke no fue consciente de ello hasta que a él le ocurrió lo mismo.

—Resiste… Sasuke-susurró antes de perder la conciencia.

Accidentalmente entre tantos hechizos escritos en esas páginas, Sasuke se había maldecido a él mismo y a su hermano. La peor de las desgracias de un ser vivo, su conjuro le daba vida eterna.

No envejecerían. No morirían.

Conservarían su apariencia por los siglos de los siglos.

 

Actualidad.

—El primer proceso de brujería que está documentado, data de 1324-1325 y tuvo lugar en Kilkenny, Irlanda. Se ha calculado que  se procesaron a más de 110.000 brujas y unas de 60.000 fueron ejecutadas, aunque se calcula que las cifras fueron mucho más elevadas. Como verasqueridos pupilos, mucha gente inocente fue quemada injustamente en esos años, la mujer en ese tiempo no se le valoraba en absoluto como ahora.

—Sensei, definitivamente está muy interesante. ¿Haremos un trabajo de esto?

—Eso bueno que lo preguntes, Sakura y sí, harán un trabajo de ello. Con motivo especial de que solo faltan días para festejarlo, nos relajaremos y estudiaremos un poco más a fondo este tema. Incluso estaría bueno buscar historias o leyendas de las brujas.

—No me opongo, suena mejor que volver a historia contemporánea.

—Opino lo mismo que Kiba, es problemático lo demás.

—Es basura…-exclamó amargado.

Sus compañeros y profesor enfocaron su mirada al fondo al joven que casi nunca intentaba socializar con la clase. Perdido en sus pensamientos la mayoría del tiempo o mirando la ventana al exterior contando los minutos para salir de ese sitio asfixiante y encerrarse en su habitación.

Kakashi suspiró decepcionado. Jamás podría tener amigos si seguía con esa pesada actitud.

—Puedes hacerlo, Sasuke. Trata de integrarte con nosotros, verás que nos divertiremos.

El joven azabache golpeó el banco con uno de sus puños.

—¡No hay nada de divertido en Halloween!-explotó. Recogió su mochila y caminó hasta la salida ante la atenta mirada de los demás.

—Espera un-

—Kakashi… es mejor que no se entrometa en mi vida personal-interrumpió al mayor sin un ápice de emoción.

Abandonó el aula dejando a todos boquiabiertos por su atrevimiento.

—¡Sensei, debería ir a dirección y hablar para que lo suspendan!

—¡Sí, no deje que lo trate así!

—El Uchiha es un bastardo.

—Sai, tiene razón. ¡Haga que lo echen, al fin y al cabo nunca ha interactuado con nosotros! ¡Vive en su propio mundo!

—¡Además da miedo!

—¡Chicos, chicos, cálmense!-pidió amablemente el peli-plata.—No voy a hacer eso, recuerden que Sasuke antes ni siquiera pronunciaba palabra, yo creo que es un gran  paso el que ahora pueda hablar; al menos un poco e incluso mostrar algunas emociones aunque sea de ira. Es complicada su situación, debemos comprenderlo.

—Está demente, sensei. Yo creo que terminará de pandillero o se drogará tras culminar este año. Solo espere, lo veremos en las calles golpeando a niños indefensos y-

—Ino, estás exagerando, comentó su amiga—Es poco probable que Sasuke-kun haga algo así, yo creo que se unirá a la mafia japonesa, mejor aún, su familia seguramente debe pertenecer a una organización criminal.

—Chicas…-suspiró al ver a sus estudiantes acotar opiniones distintas sobre el azabache. La clase se le había salido de control.

—Hola-saludó entrando al comedor, se quitó la mochila y la apoyó sobre la silla.

Itachi quitó la mirada de su libro de arquitectura y observó a su hermano con una pequeña sonrisa.

—¿Cómo te ha ido? Veo que salieron antes.

—Me salí antes-recalcó—Retomaron el absurdo tema de Halloween, me enferma a tal punto que podría volar el colegio entero.

—Sasuke-le miró preocupado—Ya hablamos de eso, debes controlar tus emociones o dañaras a alguien. Sé que es difícil… sé que se acerca otro año en el que recordaremos la muerte de mamá, pero ya ha pasado bastante tiempo. Creo que es hora de que avances, estás muy atrás, hermano.

—¡¿Esperas que sonría e intente mirar la vida con otros ojos?!-gritó colérico.

—Exacto-endureció su mirada—¡Trata de divertirte, has amigos y deja esa aburrida soledad de una vez por todas!-gritó angustiado—¡No eres el único sufriendo, Sasuke!

—No pareces para nada triste, hermano-se burló—Eres popular en la universidad y todas las chicas quieren contigo, los profesores te alaban y dicen que llegaras lejos. No pareces en absoluto un sufrido como yo.

Itachi estaba que explotaba, de verdad controlarse con Sasuke ya le era imposible a esas alturas. Se puso de pie dejando el libro a un lado.

—Solo trato de distraerme trato de vivir en esta nueva era llena de tecnología. Y tú debes hacer lo mismo.

—¡Pues no puedo hacerlo bien como tú, hermano! ¡NO PUEDO! ¡ESTOY CANSADO! ¡CANSADO DE CURSAR EN UN COLEGIO DIFERENTE Y VIVIR LO MISMO UNA Y OTRA VEZ!

—Sas-

—¡Escúchame! ¡Tal vez tú seas más feliz que yo, o al menos un poco, pero yo no estoy para nada contento con esta mierda de vida! No quiero hacer amistades… porque tendré problemas en el fututo, si ni quiera puedo tener novia. ¡NO PUEDO ENAMORARME! ¡Siempre luciremos así, la gente sospechará de aquí a unos años y deberemos cambiarnos nuevamente de casa! ¡Solo quiero morir! ¡QUIERO MORIR ITACHI!

—Tonto hermano menor…-sollozó. Lo jaló del uniforme y lo abrazó acariciándole la cabeza, Sasuke rompió en llanto en su hombro aferrándose a Itachi con fuerza.—Yo tampoco puedo enamorarme… sé que no podremos nunca tener una relación normal como los demás, sé eso… pero, intenta al menos disfrutar. Disfruta, Sasuke.

—No puedo… no puedo, Itachi.

El timbre anunciaba la hora de irse a casa, todos comenzaron a guardar sus útiles y retirarse saludando al mayor. Kakashi tomó el borrador y limpió la pizarra para después guardar su informe en su maletín.

—Profesor, disculpe.

—¿Eh?

Dejó lo que hacía y enfocó la vista en el menor parado en el marco de la puerta que se mostraba nervioso y se rascaba la nuca con una de sus manos, llevaba una planilla y vestía ropa informal. Una playera naranja y un jean gris ceñido al cuerpo con unos tennis blancos. El cabello rubio revuelto y unos impresionantes y resplandecientes ojos azules con unas curiosas marquitas a cada lado de sus mejillas.

—Dime.

—Verá… venía a inscribirme y me perdí-sonrió avergonzado—Este instituto es demasiado grande. ¿Podría indicarme a donde está la dirección-dattebayo?

—Desde luego, justo ahora debo ir para allá-dejó el borrador sobre el escritorio y tomó su maletín acercándose a la puerta—Acompáñame.

—Muchas gracias-rió—¡De verdad esto parece un laberinto!

—Puede ser-sonrió-Ah, yo también me perdí la primera vez que vine aquí ahora que lo recuerdo-comenzaron a caminar por el pasillo.

—Lo ve, lo sabía.

—A propósito, ¿Qué año vienes a iniciar?

—El último, sexto año.

—Vaya, serás mi alumno. En hora buena, yo soy tu profesor-sacudió sus dorados cabellos con toda confianza.—Hatake Kakashi, un gusto muchacho.

—¡Es genial! ¡Soy Naruto Namikaze-dattebayo! Ah, lo siento, me emociono por cualquier cosa y me sale mi… mi extraño hablar-abochornado.—Ya quiero conocer a mis compañeros, je, je.

—Te sorprenderás, te lo aseguro. Especialmente con Sasuke Uchiha.

—¿Sasuke? suena bonito, debe ser muy guapa-ttebayo.

—Ja, ja, ja. Naruto… es un chico.

(Continuará)

 

Notas finales:

 

¿Gustó? D:

Adelanto del próximo capítulo:

—¡No puedo creerlo, jamás esperé verte aquí, Kiba!

—¡Lo mismo digo viejo, rayos, no has cambiado en nada!

Sasuke miraba a la distancia desde su lugar muy en el fondo al payaso abrazando al castaño, algo en él no le agradaba, pero no sabía el porque. Simplemente tenía un mal presentimiento, las personas que sonreían por cualquier estupidez era las que más odiaba.

—Sakura-susurró a su compañera de al lado.

—Di-dime, Sasuke-kun-exclamó sorprendida. Nunca le había dirigido la palabra.

—¿Quién es el retrasado mental?-preguntó sin dejar de ver la odiosa escena de sonrisas y saludos.

—Naruto, se llama Naruto. Será nuestro compañero.

—Tks… otro imbécil.

De inmediato sus miradas se enfrentaron, más concretamente la mirada del blondo se fijó en él y su humor cambió por completo.

—¿Me has llamado… retrasado mental e imbécil?

Imposible. Él y Sakura habían hablado lo bastante bajo para que él no oyera nada, como rayos había escuchado sus insultos.

—Uchiha, te patearé el trasero-dattebayo.

 


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