POV Misaki
Desperté de un susto. Mi respiración estaba incontrolable, mi rostro húmedo de lagrimas, mi cuerpo sumaba frío y mis manos ¡Oh por dios! Me incorpore instantáneamente e inspeccione mis manos, estaban... Estaban bien.
Mire alrededor y vi el plato de la cena intacto. Todo había sido un sueño, un sueño dónde todo terminaba, donde yo me moría. Talvez no era mala idea pero tenía miedo el solo pensar en hacerme daño me daba escalofríos.
De pronto, el sonido de la puerta abriéndose me puso alerta, escuchaba sus pasos subir las escaleras. Mire atentamente la puerta esperando que ese hombre pasase de largo este lugar, pero no fue así, la puerta se abrió de un solo golpe.
Akihiko estaba ahí parado enfrente mío. Tenia una mirada triste, melancólica, como si mirarme le trajera recuerdos.
—Misaki... Lo siento— susurro manteniendo la mirada en mi —De verdad lamento todo por lo que te hice pasar... Tú... No merecía esto—
Me quede callado, sus disculpas no eran verdaderas. Él no podía lamentarse de todo lo que me habia hecho.
—se que no confías en mi y no te culpo, es difícil confiar en alguien que te ha hecho mucho daño pero por primeras vez en mucho tiempo estoy siendo honesto. Quiero que me perdones—
No te creo ¿Acaso sabes todo lo que siento en estos momentos? Tus disculpas no cambian nada... Yo estaba dispuesto a morir por tu culpa
— muerte de tu hermano a removido recuerdos muy turbios que tengo dentro de mi, Misaki. No es la primera vez que provoco la muerte de alguien.— Sus ojos bajaron la tonalidad. Antes estaba melancólico pero ahora... Parecía furioso.
Un nudo de formó en mi garganta ¿Había oído bien? Él... Él había matado a alguien.
— Se lo que debes estar pensando, y sí, yo mate a alguien hace muchos años atrás, cuando tampoco era un niño provoque la muerte de alguien muy importante para mi... Mi madre...
Paso hace mucho tiempo, cuando yo solo tenia 9 años y Haruhiko 13. La vida era tranquila y apacible, todos vivíamos felices en la casa a las afueras de la ciudad. Era un lugar maravilloso en aquel tiempo.
Hisui Usami, ese era el nombre de mi madre. Era un doncel, su cabello plateado le llegaba hasta la cintura, las ondas de su cabello eran bellísimas. Sus ojos eran como los mios, violetas, y su piel era blanca, casi palida pero siempre con un leve rojo en sus mejillas. El era todo lo que se podía pedir en un esposo y madre. Mi padre lo amaba, igual o hasta aún más de lo que amo a Meiko, la madre de Haruhiko.
Hisui siempre fue atento y muy servicial con todos, hasta con migo que a la edad de 9 años me quedaba encerrado en la biblioteca de la casa sin ver a nadie hasta la hora de la cena. Siempre había sido muy independiente con mis cosas pero eso no detenía a Hisui, siempre estaba ahí para cuando lo necesitará. Cuando me pasaba las horas leyendo me traía meriendas y si me quedaba dormido me llevaba a mi habitacion.
Un día yo había llegado de la escuela al igual que Haruhiko. Nos sentamos a la mesa y el almuerzo estaba ahí como todos los días. El almuerzo fue el mismo de siempre. Hisui nos preguntó sobre nuestro día en el colegio y como siempre.yo me quedaba callado, era Haruhiko el que siempre conversaba con él, se rían y hablan, como si el fuera su hijo. Y como a cualquier niño de nueve años eso me causaba una inexplicable molestia, pro primera vez en mucho tiempo me puse a conversar en la mesa. Conversamos hasta que un comentario de Hisui llamo mi atención.
"Se que talvez te enojes, Akihiko, pero hace unos días encontre uno de tus cuadernos y lo lamento pero no resistí la curiosidad, leí un poco de lo que escribiste. Tienes un talento muy grande hijo, tus historias son maravillosas, quisiera leer muchas más historias tuyas. Se que serias un excelente escritor"
Era la primera vez que alguien me decía algo así. Talvez solo era un cumplido que cualquier padre le daba a su hijo cuando algo les gustaba pero lo sentí aún más, sabía que me lo decía de corazón.
Al terminar el almuerzo cada uno se fue por su lado. Yo me fui a la biblioteca, Haruhiko talvez a su cuarto y Hisui se quedaba en la cocina, aunque habían muchos sirvientes dispuesto a hacer lo que sea que les pudieses, él prefería hacerlo por su cuenta.
Pasaron varias horas desde el almuerzo. Yo, aún en la biblioteca, decidí salir en busca de Hisui, quería que viera lo que acaba de escribir.
Pase por varios pasadizos de la mansión y lo había encontrado, su voz y la de mi padre salian del estudio privado. Abrí un poco la puerta y me asome para ver que es lo que pasaba dentro.
Grave error
"Por favor dejame ir a verlo, no me va a pasar nada, tendré mucho cuidado de que nadie me vea... Por favor" rogó Hisui
"NO" gritó Fuyuhiko
"Yo se moverme en ese lugar, ya nadie me recuerda, se que podré llegar hasta él sin problemas"
"No te dejare ir a ese horrible lugar. Tu sabes todo lo que hice pra sacarte de ahí, no te dejare volver. No te dejare Hisui"
"Se está muriendo... Lo único que quiere es verme, gracias a él, tu y yo estamos juntos"
"Se lo que hizo por nosotros. Pero sabes que si pisas una sola calle de ese barrio vas a morir. Sam lo sabrá y yo no podré hacer nada"
"Tengo que ir... No me lo puedes impedir" Hisui retrocedía
"No lo hagas Hisui" lo tomo de la mano impidiéndole irse
"¡Dejame!. Kio me necesita"
"¡No te lo permitiré! No dejare que Sam te encuentre y que regreses a ser lo que eras cuando te encontré. No te volverá a obligar a prostituirte"
"¡Callate! Eso no volverá a pasar"
"Si vas a ese lugar todo volverá a ser como antes ¡Regresaras a ser un prostituto! ¿Eso es lo que quieres? Tirar todo lo que hice por nosotros, dejar atrás tus hijos y a mi. Irte a las calles a vender tu cuerpo por un poco de dinero, ser golpeado, abusado-"
"Basta... Es suficiente... No saldré de la casa, no me ire a ningún lugar" Sollozo "No tengo porque cuestionar ninguna decisión tuya, siempre te estaré agradecido por haberme rescatado de ese infierno"
"Hisui..." susurro
"siempre te deberé todo... Con tu permiso, me ire a preparar la cena"
Me aleje de la puerta, salí corriendo por algún pasillo choque con alguien y no me importó. Había oído suficiente, todo lo que me habían dicho a lo largo de mi nivel era mentira. Mi vida era una mentira y lo que más me destrozó era saber que mi propia madre era una mentira. Él no era lo que todos decían, él no era lo que él decía, él no era lo que pensaba. Todo eso me lleno de una rabia incontenible.
Al pasar los días las cosas no mejoraron. Hisui sabía que algo me pasaba andaba más callado, huraño, sin dirijirle ni una sola mirada, ignorando lo que sea que me dijese.
Un día, Hisui tocó la puerta de mi habitacion. No le respondí, sin embargo insistió y abrió la puerta.
"¿Mi amor, que es lo que pasa?" me preguntó "Hace días que estas muy distante ¿Pasa algo?" En sus ojos se notaba la preocupación que había causó pero en ese instante lo sentí tan hipócrita, su expresion no era verdadera, él no era verdadero.
"Dime algo... Por favor Akihiko" me suplico. Se sentó al lado de mi cama e intentó tomar mi mano pero la aparte
"No me toques" gruñi entre dientes " No quiero que me toques"
"¿Qué pasa hijo? ¿Por qué me dices eso?" sus ojos expresaron el dolor que le había causado
"Lo sé todo" dije mientras me levantaba "¡Lo sé todo! Escuche la conversación que tú y mi papá tuvieron hace unos días. Escuche todo lo que dijeron. Ahora se quien eres"
"Hijo, tu..."
"¡No me digas hijo! Tu no eres mi madre. Mi madre era un doncel respetable, alguien a quien yo respetaba"
"Dejame explicarte-"
"No me expliques nada, lo escuche de tu propia boca, lo aceptaste dijiste que eras... Que eras... Un prostituto" Escupir las últimas palabras con furia
"Escuchame Akihiko..." Me suplico al borde de las lagrimas
"No necesito que me digas nada, tu no eres mi madre... Mi madre murió al igual que la madre de Haruhiko. Tú no eres nadie para mi ¡tú solo eres el puto de mi padre! Y quien sabe... Talvez Fuyuhiko no sea mi padre"
"¡Basta Akihiko! No te permito que me hables así" dijo firme
"Tu no eres nadie para decirme que hacer. Largo de mi habitacion ¡Largo!" grite
A partir de ese día todo cambio. La felicidad que reinaba en la casa se había esfumado. Hisui había estado cabizbajo durante ese tiempo, yo me mantenia callado, ignorandolo, con la mirada fría a aquella persona.
Algunas noches que me levantaba de madrugadas escuchaba a Hisui llorar junto a mi padre. Sufría, pero él no era el único. Después de su revelación, aún me dolia en lo más profundo de mi corazón, me sentía humillado.
Paso el tiempo y la indiferencia creía aún más entre la familia hasta que...
Una noche nevada todo terminó.
Esa noche todos estábamos en la sala, hibamos a salir a una cena que organizó mi padre para la empresa. Haruhiko y mi papá habían salido antes que nosotros. Solo estábamos Hisui y yo.
Nos alistamos y salimos en el carro. Él conducía noche, el chófer había pedido permiso para ausentarse, yo me habia sentado en la parte trasera del carro, no podía ni estar a su lado.
El auto marchaba y nosotros no nos decíamos ni una palabra. Pasamos por la carretera que nos lleva a la ciudad, esa noche la nevada estaba callando sobre nosotros. Los árboles del bosque se mesian con el viento y la pista se cubría de una fina capa de nieve.
"Akihiko... No hagas esto"
"¿Hacer qué?"
"Ignorarme cono si no existiera... Quiero explicarte, quiero que sepas la verdad"
"No me importa lo que me expliques, lo que escuche fue suficiente para sacar conclusiones por mi mismo"
"Escuchame hijo, quiero que entiendas"
"No quiero oírte"
La discusión empezó, nos gritamos, enfurecimos. El auto empezó a ir más rápido, talvez por lo acalorado de la discusión. Hisui volteaba de vez en cuando para verme y hablarme mientras yo le gritaba, no dejandome oírlo.
Y ahí es cuando algo paso.
El auto hiba a velocidad, Hisui volteaba continuamente a verme, la pista estaba resbalosa por la nieve. El sonido de un camión distrajo nuestra confrontación, una maniobra evasiva hizo que el carro patinara sobre el asfalto del puente en el que nos encontrábamos. El carro chocó, se estrelló contra las barandas desgastadas del puente atravesandolo. Estábamos en la cuerda floja, el auto se balanceada sobre la cornisa, lo único que nos mantenia fuera de peligro eran los fierros de la baranda que se habían incrustado en los laterales del carro pero en cualquier momento sederian ante el peso del coche.
Me incorpore lentamente, todo me dolia. Mis brazos tenían rasguños y de mi cabeza salía sangre pero no me importó lo único en lo que podía pensar en ese momento era mi madre. Lo llame por su nombre, mi voz era débil pero fue lo suficientemente audible como para que Hisui volteara.
Su rostro sangraba, los hilos de sangre bajan por su ceja llegando hasta su barbilla. Su boca sangraba, algunos vidrios habían marcado su rostro haciendo cortes en sus mejillas. Me sonrió, me dijo que todo estaría bien y que no me preocupe.
Más mentiras, esto saldría bien.Estábamos al borde del precipicio, moriríamos eso era seguro. Pero Hisui no opinaba lo mismo, me dijo que saliera del auto ¿Como voy a salir del auto? Si cualquier movimiento brusco podría hacer que el auto se incline más hacia adelante.
"Baja Akihiko" volvió de decirme
"P-pero si bajo... El auto se caerá"
"Baja hijo, por favor ¡Baja!" su mirada era desesperada
Abrí la puerta lentamente y me deslice para salir. Al bajar el auto se desnivelo y se deslizó. El corazón me dio un vuelco pero afortunadamente los fierros incrustados resistieron el peso. Le grite a Hisui que bajara, aunque sabía que era imposible. Los fierros estaban incrustados en la puerta del conductor no podía salir.
"¡Mamá!" grite desesperado. Salte a la cornisa del puente. Quería estar lo más cerca del él.
"Hijo... Vete" No lo hiba a dejar, Ya no lo volvería a hacer.
"Intenta ir a la partida atrás... Puedes salir por ahí"
"No puedo..." Se lamentó. Escuchaba su frustración y sollozos desde dondebestaba "Lo siento Akihiko... Lo siento..."
Estire mi mano, quería tocarlo, sentirlo aunque sea por última vez. Hisui me vio y sacó su rostro de la ventana, estiró su mano. Intentabamos alcanzarnos pero no podíamos, la distancia era
corta pero no llegábamos. Estaba desesperado, lo quería tener a mi lado, quería que todo fuera como antes. Todo esto había sido mi culpa.
Nuestras manos estaban apuntó de tocarse y el auto apuntó de caer. Justo en ese instante alejo su mano de mi, me sonrió y me dijo "Adiós". Después de eso los fierros se desprendieron de la baranda, dejando que el coche se deslizara... Y cayó.
El auto atravesó el río congelado y se hundió.
Pasaron los días. Todos en la casa estábamos destruidos, Haruhiko lloraba casi todos los días y ni que decir de Fuyuhiko, él estaba devastado aunque no lo escuchará llorar su mirada me decía todo. Y yo... Yo estaba ahí mirando a la nada desde la ventana de mi cuarto. Pensando en ese día, lo peor era que todo el mundo me tenía lastima, escuchaba que las personas decían que Hisui fue un irresponsable, que me habia puesto en peligro, que todo había sido su culpa. No lo restaron, toda culpa se lo llevaba él y no yo. Le había gritado a mi padre que todo había sido culpa mía, yo lo había matado pero no cambió nada, aún me sonreía, era amable conmigo. Yo no quería eso, quería que me odie, que me deteste por haber provocado la muerte de la persona que amaba, por eso yo lo odiaba con la esperanza que él me odie. Al fin y al cabo yo fui el culpable de la muerte de mi madre.
Akihiko término su historia. Tenia unas ganas inmensas de llorar, él había sufrido mucho. Un niño de 9 años culpandose por la muerte de su madre. Me rompía el corazón.
Tenia ganas de estirar mi mano y acariciar su rostro, decirle que todo estaría bien, y abrazarlo para que se sienta seguro. Pero el recuerdo de mi hermano regreso a mi ¿Estaba dispuesto a consolado cuando por culpa de él solo tenia ganas de morir? Él había matado a mi hermano y ninguna conmovedora historia del pasado podría aminorar el odio que sentía al ver esos ojos violetas. Akihiko no merecía mi compasión
—Espero que me perdones Misaki— repitió casi en un susurro
Cogi la sabana y me cubrí por completo. No quería verlo, no cuando su mirada era tan sincera. Sentí como se levantaba de la cama y salía por la puerta. Después de eso solo quería dormir y no pensar en nada de lo que había escuchado esa noche.
Era de madrugada y aún no consiliaba el sueño. Me pare de la cama y desidi salir del cuarto.
Caminaba por los pasillos del segundo piso cuando un sonido me dejo intrigado, era un piano. Akihiko estaba tocando el piano, la curiosidad me invadio y seguí la música hasta llegar a las barandas de las escaleras me apoye en donde terminaba la pared y lo escuche tocar.
Era una melodía tan triste, que me escojia el corazón. Sus dedos volaban en las teclas, yo solo podia escucharlo y apreciarlo dejandome llevar por la melancólica música que me recordaba cuán miserable era.