–Hola Soo ¿Puedo pasar? –Preguntó Kai cuando Kyungsoo abrió la puerta de su casa –¡La semana pasada casi no nos vimos! –le reprochó con un puchero.
–Teníamos varios exámenes –se excusó Kyungsoo. Kai se acercó y le dio un beso en los labios.
–Sabor a Soo... como lo eché de menos...
–Idiota –soltó Kyungsoo con una pequeña sonrisa. Lo dejó pasar y fueron a la cocina. Kyungsoo cogió una manzana y se la pasó a Kai.
–Me encantan las manzanas de tu casa –dijo aceptándola. Estuvo un rato pensativo hasta que la voz de Kyungsoo lo devolvió a la realidad.
–¿Te ocurre algo? –preguntó mientras se sentaba en la encimera de su cocina.
–Mmm, en realidad no es nada importante –contestó Kai sentándose en la mesa frente a él.
–Escuché lo que pasó, estás preocupado por Luhan y Sehun ¿verdad?
–No es preocupado... esos dos no pueden estar separados da igual sobre que discutan. En realidad estoy cabreado.
–¿Por qué?
Jongin lo observó, siempre suelen hablar de cosas triviales y aunque en muchas ocasiones Kai habla sobre su vida, Kyungsoo nunca pregunta, tan solo escucha. Pero esta vez está mostrando interés.
–Hay una notable tensión con el tema de pasivo/activo aún –explicó – pero hay otra cosa que le preocupa y no parece que tenga intención de contármelo. Sé que no soy Luhan pero pensaba que teníamos ese tipo de confianza...
–Jongin... –dijo Kyungsoo bajito –eres un amigo importante para él. No pienses que no confía en ti –Kai lo observó detenidamente.
Cuando se sentía deprimido D.O nunca daba con las palabras correctas así que tan solo se quedaba callado. Para Kai con su presencia era suficiente, pero ahora incluso está intentado consolarlo.
–¿Cómo lo sabes? –preguntó Kai.
–Sehun es de las personas que no se abre a la gente. Que le pueda contar a Luhan sus problemas no significa que los sepa todos.
–¿De dónde sacas eso? –preguntó Kai alzando una ceja.
–Luhan me habló de Sehun, me dijo que no le gusta contar sus problemas y menos si esa persona ya tiene los suyos –suspiró.
–No entiendo lo que quieres decir –dijo frustrado. Kyungsoo miró al suelo y volvió a suspirar.
–Seguramente pensará que tú ya tienes tus propios problemas para como atosigarte con los suyos.
–¿Qué problemas? –dijo confuso. Kyungsoo lo miró tristemente.
–Yo soy tu problema Jongin… Yo pensaba que eras un grano en el culo, pero la verdad es que el único que se puede atribuir eso soy yo.
–No pienses en algo como eso –dijo Kai. Bajó de la mesa y se acercó a Kyungsoo poniéndose entre sus piernas y pasando las manos por su cintura.
–Llevo mucho tiempo solo observando a las personas –empezó Kyungsoo – y Sehun se parece a mí en ciertos aspectos... no es que no quiera contártelo, simplemente no quiere que pienses en ello –dijo mordiéndose el labio.
–¿Eso es lo que te pasa a ti? –murmuró Kai. Kyungsoo lo miró y desvió la mirada –lo siento no debí preguntar eso.
–No es que no quiera, simplemente es difícil. Pero si pudiera hablar sobre ello, no dudes que serías el primero en saberlo.
–Soo... –Kai abrió mucho los ojos realmente sorprendido. Kyungsoo miró hacia otro lado levemente sonrojado. El moreno lo apretó más contra su cuerpo y hundió la cabeza en su cuello –¿sientes mi corazón? –preguntó Kai. Kyungsoo asintió con la cabeza ruborizado –creo que se me va a salir de lo rápido que va.
Kyungsoo respiró hondo, su corazón había comenzado a palpitar también muy rápido al sentir el de Kai.
–Olor a Soo... también lo extrañe –aspiró fuertemente el aroma en el cuello de Kyungsoo y este se ruborizó completamente.
–¡No hagas eso! –dijo dándole un golpe en el hombro.
–Hueles bien... –comenzó a dejar varios besos húmedos por su cuello a la vez que aspiraba su aroma.
–Jongin... –suspiró.
La puerta principal se abrió y Kai se alejó de un salto de Soo. Miraron a la puerta y entró la madre de Kyungsoo.
–Hola... –dijo la señora Do.
–Hola –dijo Kai haciendo una pequeña reverencia.
–¿Qué haces aquí? –preguntó Kyungsoo, parecía un poco cabreado.
–Olvidé unas cosas... ¿Cómo estáis?
–Estábamos bien hasta que llegaste –murmuró Kyungsoo. Kai lo observó de reojo y la madre suspiró.
–¿Sigues enfadado por lo que te dije esta mañana?
–Lo de esta mañana solo es otra cosa que añadir.
–No quise decir eso –dijo decaída.
–Yo tampoco quiero decir cosas, y sin embargo las digo. Lo que uno dice sin pensar es lo que realmente piensa. Me da igual la disculpa que tengas, a mi no me vale.
–D.O... –dijo su madre mordiéndose el labio. Kyungsoo frunció el ceño.
–No... no vuelvas a llamarme así. Sabes que no me gusta.
Kai frunció levemente el ceño confundido por lo que dijo.
–He hablado con Mars... dice que deberías volver a ir –Kyungsoo la fulminó con la mirada.
–No tengo ningún problema.
–Si lo tienes.
–No, no lo tengo.
–Si no lo tuvieras no estaríamos así.
–Si lo tuviera ya me habría ido de esta casa para no volver a verte.
–¡Kyungsoo!
–No voy a ir –gruñó.
–Irás. Mañana, en cuanto salgas de clase vas a su casa.
–No voy a ir.
–¿Por qué eres tan cabezota?
–¿Para que coño quieres que vaya a ese lugar? para que me digan: " Soo cariño, no es tu culpa" "no tuviste nada que ver" "no lo pagues con tu madre". Aguanté esos sermones por mucho tiempo, no pienso volver a ese lugar.
–Es porque no quieres entrar en razón.
–¡¿Sabes acaso lo que implica ir allí?! –dijo alzando la voz.
–¡Claro que lo sé! –gritó su madre.
–¡No, no lo sabes! ¡-dijo aún más fuerte -¡Que me recuerden cada puto día de mi vida el por qué vivo en esta mierda no es lo que necesito!
–¡Antes ni siquiera hablabas! Parecías un muñeco sin vida... las charlas te ayudaron. El año pasado empezaste a hablar, a entablar conversaciones. ¿Acaso no lo ves?
–No fueron las charlas las que me ayudaron.
–¿Qué fue entonces? –escupió molesta. Kyungsoo se quedó callado y desvió la mirada hacia Jongin.
Kai estaba estático, no entendía lo que estaba pasando pero en el momento en el que Kyungsoo lo miró este lo observó también esperando su respuesta.
–Fueron las charlas Soo... –insistió su madre.
–Ni siquiera fui a las charlas el año pasado.... Me salté la inmensa mayoría –dijo mirando a su madre nuevamente.
–¿Qué? ¿Entonces que...?
Kyungsoo enrojeció levemente, tampoco estaba seguro de la razón pero podía apostar a que esta, se encontraba ahí mismo. Alto, moreno, insistente, lujurioso, amable, alegre, simpático, dulce, cariñoso...
Alzó la mirada otra vez y observó a Kai, este lo miraba con los ojos muy abiertos y Kyungsoo volvió a enrojecer.
–No me lo puedo creer... –dijo la madre asombrada – ¿él es la razón? –dijo con los ojos desorbitados mientras señalaba a Jongin.
Kyungsoo se encogió de hombros. No quería mirar a Jongin, al menos no en ese momento. Pero en su cabeza se hizo innumerables cuestiones ¿estaría feliz? ¿Sorprendido? ¿Molesto? ¿Nervioso? Tenía miedo de mirar. Un silencio inundó la sala hasta que la madre habló.
–Llego tarde al trabajo, por la noche hablamos –dijo yendo a su cuarto para luego salir corriendo por la puerta principal.
Ambos se quedaron callados por una serie de minutos.
–¿Realmente yo fui la razón de que volvieras a hablar? –preguntó Kai mirándolo fijamente. Kyungsoo asintió con la cabeza aún sin mirarlo. –Mírame.
Kyungsoo alzó la cabeza y lo miró a los ojos, notaba sus mejillas levemente sonrojadas y el corazón se le iba a salir del pecho. Kai se tapaba su inmensa sonrisa con la muñeca.
–De verdad que cada día me haces más feliz –dijo el moreno. Kyungsoo agachó la cabeza sonrojado. –¿Puedo hacerte una pregunta? –dijo cautelosamente. Kyungsoo suspiró.
–¿Quieres saber quién es Mars? –preguntó Kyungsoo. Kai abrió los ojos sorprendido.
–¿Cómo lo supiste?
–Quizá ya te conozco lo suficiente para como indagar por tu mente –Kai sonrió y luego adoptó un semblante más serio.
–¿Mars es psicóloga?
–No del todo. Fui al psicólogo hace muchos años pero realmente no pudieron conseguir nada por mi parte. Mi madre decidió no gastar más dinero en eso, cosa que agradezco, y en su lugar me llevo a unas charlas. Mars es la que las supervisa. Van personas con problemas y se abren, exponen lo que le pasa para que uno diga "menuda mierda de vida y yo que me quejaba de la mía" y ya está. Pero nunca fui capaz de hablar en ellas, así que Mars a veces me trataba en privado.
–Apuesto a que habrá un día en el que puedas hablar libremente sobre ti. Al principio eras borde, muy borde, y antipático, pero me atraías de una forma que no entendía. Después de que empezáramos a acostarnos tu genio disminuyó, seguías siendo borde pero de una forma que había empezado a amar. Al principio solo recibía monosílabos, y me costó casi un año que me dijeras frases u oraciones completas. Recuerdo que pensé que eras mudo, aunque aún recuerdo tu primera oración "vete a la mierda de una jodida vez" la segunda creo que fue... –se quedó pensativo.
–¿No te acerques a mi o mueve tu puto culo fuera de mi vista? –preguntó inseguro Kyungsoo.
–Si... –dijo Kai con una sonrisa que Kyungsoo le devolvió.
–En ese momento pensé que eras masoquista, te traba fatal y seguías corriendo a mi alrededor –explicó Kyungsoo –Pero fuiste... como un chaleco salvavidas. Siento mucho haberte tratado como te traté y bueno, también como te trato actualmente.
–Me pone el Kyungsoo gruñón, así que no vayas a cambiar a rositas y corazones eh –advirtió Kai robándole una sonrisa a Kyungsoo.
–Ya que no hablaba con mi madre, descargaba la rabia contigo. Supongo que mi malhumor disminuyó porque me diste otra vía para descargarlo –dijo avergonzado.
–Entiendo –dijo Kai aguantando las ganas de reír.
–No te rías –cortó Kyungsoo rojo.
–¿Te puedo hacer otra pregunta? –preguntó Kai.
–Se puede intentar –respondió receptivo.
–¿Quieres contarlo? –preguntó Kai.
–Lo intenté muchas veces en esas charlas, pero...
–Me refiero a mí, ¿quieres contármelo? –volvió a preguntar.
–Si… Pero no puedo, las palabras no salen –dijo encogiéndose de hombros.
–¿Eres capaz de recordar y no llorar?
–Si.
–¿Entonces?
–No lo sé. Creo que es debido a que nunca he hablado sobre ello con nadie.
–¿Nunca hablaste con tu madre? –preguntó sorprendido.
–No del todo. Ella no sabía que fue lo que me pasó, aunque podría haberlo intuido fácilmente. En realidad fue la psicóloga y unos médicos quienes profundizaron en la herida a pesar de que yo no hablaba y sacaron todas las conclusiones, casi todas correctas.
–¿Y si te pregunto... y te limitas a asentir o negar con la cabeza? –sugirió.
–Okk...
–Relájate, venga, vamos a intentarlo ¿realmente te culpas Soo?
Asiente.
–¿Crees que te mienten cuando te dicen que no es tu culpa?
Asiente.
–¿Crees que yo también te mentiría?
Se lo pensó varios segundos y asintió cabizbajo.
–¿Alguna vez te he mentido en algo?
Niega.
–Entonces no dudes de mi palabra. Nunca lo hagas. ¿Creerás en las cosas que te diga?
Asiente.
–¿Tu hermano... murió?
Asiente. Sus ojos comenzaron a aguarse y pestañeó varias veces.
–¿Fue por tu culpa?
Niega.
–¿Pero aun así fue un accidente en el que estuviste involucrado?
Asiente.
–¿Tu padre se suicidó por la muerte de tu hermano?
Asiente.
Kyungsoo se llevó las manos a los ojos para evitar que lo viera llorar. Kai se levantó a toda prisa y lo abrazó, lo cogió de la cintura y lo bajó de la encimera.
–Lo siento, tuve que parar antes... –se disculpó. Kyungsoo negó.
–Sig–sigue –dijo entrecortadamente. Su voz sonó rasposa e innumerables lágrimas comenzaron a bañar su rostro. Kai se asustó y lo cogió de las mejillas.
–No, está bien. No tengo por qué saberlo. No llores por favor... –dijo limpiándole las mejillas con el pulgar.
–Sigue... po–por fa–favor –dijo aguantando las ganas de hipar.
–No creo que sea el momento indicado. Prometo esperar a que estés preparado.
–¡Nunc–a lo est–aré! S–sigue –dijo con el labio inferior temblando.
–Vamos al salón –dijo Kai entrelazando la mano de Soo con la suya para llevarlo hasta el salón.
Una vez ahí, Kai fue hacia el sofá sujetando a Kyungsoo por los hombros ya que temblaba demasiado y no era capaz de mantenerse en pie. Se sentaron uno frente al otro aun con las manos entrelazadas. Antes de volver a preguntar, se acercó a sus labios y lo besó.
–¿Tu padre quería mucho a tu hermano?
Asiente.
–¿Tu madre también?
Asiente.
–¿Y a ti?
Niega.
–¿Ninguno de los dos?
Niega. Su cuerpo empezó a convulsionar debido a que aguantaba las ganas de llorar.
–Si quieres llorar, llora. Si quieres gritar, grita. Si quieres descargar la ira, la tristeza, cualquier sentimiento, yo estoy aquí. No estás solo, ¿vale?
Kyungsoo asintió y comenzó a llorar en voz alta.
–¿Quieres que siga?
Asiente.
–¿Tu madre te quiere actualmente?
Kyungsoo se pensó la respuesta pero luego asintió. Kai suspiró aliviado.
–¿Tu hermano te quería?
Asiente.
–Él era el preferido –dijo Kai entendiéndolo todo.
Kyungsoo asintió.
–¿Lo odias?
Niega. A pesar del ovillo en el que se estaba convirtiendo se estaba esforzando muchísimo en su tarea.
–¿Lo querías? Es decir... ¿era la persona más importante para ti?
Asiente.
–¿Lo amas?
Asiente.
–¿Mas que a mi?
Niega.
Los ojos de Kyungsoo se abrieron y Kai sonrió orgulloso. Kyungsoo comenzó a balbucear, su nariz estaba taponada y de lo nervioso que estaba le empezó a costar respirar por la boca.
–Si abres así la boca, solo me vas a hacer pensar que quieres que te bese –dijo acercándose furtivamente al pequeño.
Este cerró los ojos, pero nada llegó ni un beso ni una caricia. Los abrió y se encontró con Kai a centímetros de su rostro sonriendo, los cerró rápidamente incapaz de mirarlo y por fin Kai unió sus labios.
–¿Te parece bien que nos tomemos un descansito? –murmuró dulcemente Jongin mientras le revolvía el pelo.
–S–sii –accedió el pequeño..