Cap 2
En la biblioteca de la mansión se encontraba el azabache, junto con su amo de ojos zafiro, el pequeño había terminado de leer un libro poniéndolo sobre la mesa, para después lanzar un suspiro...
-¿le apetece que busque otro libro?- dijo mientras se acercaba al pequeño que se hallaba sentado en un sofá
-no es necesario, lo buscare yo mismo- mientras se levantaba eh iba a uno de los estantes intentando alcanzar un libro en especifico sin poderlo alcanzar teniendo que ponerse de puntillas; estando por alcanzarlo una mano había jalado el libro para después dárselo...- sebastian te dije que yo podia so...- volteando la mirada y después callándose repentinamente al encontrarse con una mirada tan cristalinamente azul como el mismo cielo
-¿vampiros? Tienes gustos interesantes- viendo el libro que el oji-zafiro había escogido
-...-viéndole fijamente para después dar media vuelta con dirección al sofá donde anteriormente se encontraba, dejando al rubio parado en aquel lugar
-¿en cuna de oro y no te enseñaron modales?- con una sonrisa burlesca acercándose hacia donde se había sentado Ciel, siendo interrumpido en su trayecto por cierto azabache que se le detuvo poniéndose frente él
-lamento los modales de mi joven amo Ciel- con una pequeña sonrisa
-¿Ciel?...no es un nombre que se escuche muy seguido; mi nombre es..- siendo interrumpido por el sonido del libro del oji-zafiro cerrandose con fuerza
-Alois Trancy; si no te molesta me gustaria leer en silencio- el oji-zafiro con inmensa seriedad viendo fijamente a la mirada del rubio
-como sea, solo venia a presentarme e intentar ser amable- con clara seña de molestia mientras daba media vuelta para retirarse de allí
************c
Había pasado un rato desde aquella discusión y el rubio se encontraba rodando y alegando para si mismo, en la cama
-quien se cree para tratarme asi...ni que fuera la gran cosa; bueno eso me ahorra el trabajó...
-Conde Trancy- al momento que tocaba a la habitación para después pasar siendo observado por la mirada azulina- mi joven amo le ofrece una sincera disculpa y le invita a cenar con él en el gran salón
-¿ah? Asi que de repente le nacieron los modales, como sea, ire en un rato- haciendo un ademan con si mano, restandole importancia a aquella invitación para después voltear hacia la ventana
-le sugeriria que no tardara, la comida se enfriara- con seriedad sin ninguna intención de irse de allí
-ya te fuiste...- con molestia viendo al azabache que aun no se iba de allí, esperando a que se fuera para volver a hablar consigo mismo, manteniendo una sonrisa de diversión...- oh bien, veamos que tanto puede aguantar..
**********c
Acababa de llegar al comedor cuando el oji-zafiro poso su mirada en el y comenzó a hablar..
-quince minutos- fue lo único que salió de sus labios con una gran seriedad
-¿que?- sin entenderle comenzando a tomar asiento en aquel lugar
-la cena debió dar incio hace quince minutos, pero gracias a ti se ah atrasado, si vas a tener ese tipo de puntualidad será mejor que cocines tus propios alimentos- decía con seriedad y total calma mientras posaba su mentón sobre sus dedos cruzados, con sus codos apoyados en la mesa
-...pues, a decir verdad yo no tengo ningun problema con ello, puedo preparar mis propios alimentos perfectamente, no necesito de sirvientes que hagan todo por mi cual niño pequeño, oh, pero no me malinterpretes, seguro tu también podrás hacerlo algún día- decía el rubio con burla mientras jugaba con un mecho de su cabello
-ah...- siendo interrumpido por el azabache que llego a lado suyo con una bandeja en la cual se encontraban un par de pastillas
-su medicina- con tranquilidad
-...gracias Sebastián, puedes servir la cena- al momento que se tomaba sus pastillas con un poco de agua
-como ordene, my lord- el azabache mies tras tornaba a la cocina para servir la cena, dejando a los dos solos, de nuevo
-¿y que se supone que es el? ¿Tu guardaespaldas? ¿Tu niñera?- refiriéndose al azabache que había desaparecido por la puerta
-Sebastián es...mi mayordomo personal...- tardando un poco para encontrar las palabras adecuadas, que describieran lo que era ese azabache
-entonces verdaderamente eres el niñito mimado de papá, el cual le consiente en todo, creo que entiendo- mirando con desdén al oji-zafiro
-no me sorprende que pienses de esa manera viniendo de una familia como la tuya, aunque tengo que admitir que tu madre, Elizabeth, tiene clase, no puedo decir lo mismo de ti, una persona com una clara falta de puntualidad y disciplina, o de tu hermano Luka, que...- con total calma poniendo la servilleta en su regazo, al momento que era interrumpido por el rubio
-¡¡¡¡CON MI HERMANO NO TE METAS!!!! ¡¡¡Podrás decir lo que quieras de mi, pero de Luka no permitire que digas nada!!! ¡¡Tu no sabes nada!! ¡¡Nada!!- mientras se levantaba de su asiento com furia en su mirada para después salir, azotando la puerta, con dirección a su habitación, dejando al oji-zafiro mirando con un tanto de tristeza por donde había salido el rubio
-esta conforme con esto, joven amo-apareciendo tras de él con la bandeja de comida
-...- soltando un suspiro- es lo mejor
*************c
Poco mas de media hora había pasado desde aquella discusión, el rubio se encontraba viendo un marco en el que estaban su madre, su hermano y el con una sonrisa en sus rostros
-el...el no sabe nada...como se atrevio a nombrarte, Luka...- mirando fijamente el cuadro para después dejarlo en su lugar con un suspiro, su estomago comenzó a sonar, tenia hambre, no era para menos, se había ido de allí justo antes de que ese mayordomo sirviera la cena
-joven Trancy, ¿puedo pasar?- la sirvienta de cabello peli-plata, tocando a la puerta
-¿que quieres Hanna?- yendo hacia su armario para remover la ropa porque si
-le traigo su cena- al tiempo que dejaba una bandeja con la comida caliente en el buró del rubio al lado de la cama
-ah...pero yo no...-con sorpresa después de todo él no había dicho nada sobre que le subieran la cena y eso
-el joven amo Ciel dijo que se sintio mal y me pidió que le trajera la cena- con una leve sonrisa
-¿eso dijo?- con un poco de sorpresa que luego fue cambiada por una expresión de resentimiento, después de todo era lo menos que podía hacer después de que se había atrevido a nombrar a su hermano
-jo-joven Trancy...no se lo que le haya dicho el Joven amo Ciel, pero...el no es malo, como usted, el perdio a su madre cuando tenia apenas cinco años, y desde alli su padre siempre a estado fuera de casa por viajes de negocio, la señora Rachel y el joven Ciel eran muy unidos...-con un poco de melancolía al mencionar aquello
-hanna- cerrando el armario con delicadeza
-¿si?- parada en el marco de la puerta, pensando en que tal vez le daría algún recado amable para el oji-zafiro, cosa que desapareció de su mente al ver la fría mirada del rubio, verle con detenimiento
-no importa lo que digas, nunca podre llevarme bien con el...