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Missing (Perdido) Kaisoo por Lady Sess

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Notas del capitulo:

No sé qué decir…solo lean y luego nos leemos abajito nee?

Buena lectura…

Missing (Perdido)

 

By Angie

 

Capitulo 13 -Pov kai-

 

-“¿Qué diablos significaba  todo aquello?” – me pregunté, mentalmente, bastante angustiado. 

 

Aunque si he de ser sinceró en ese momento mi mente se había convertido en un completo Caos. Era un lugar horrible llena de preguntas y dudas que no tenía manera de arreglar… tenía tanto miedo de preguntar, odiaría escuchar las excusas o explicaciones que él quiere darme.

 

Aunque pareciera extraño, yo, siempre podía ver cosas que otros no con mucha claridad, aunque a un principio pensé que Do sentía algo por mí, pero veo que no. ¿Por qué digo esto? Fácil… Pues verán para mí era más que evidente, aunque sería doloroso de aceptar, pero estaba más que seguro lo que significaban, las palabras y acciones de Do Kyungsoo.

 

Todo eso simplemente demostraba de una forma sencilla y sin rodeos lo que él en verdad deseaba. ¿Y que era aquello?

 

Pues… Aquel hombre ya no me quería a su lado.

 

Yo debía aceptarlo, ya que no era la primera vez que me sucedía algo así. Para mí era común el ser algo desechable, era algo que sucedía cuando se aburrían del anfitrión o el cliente encontraba algo más divertido o  alguien más con quien pasar su tiempo.

 

Ahora el señor Do me observaba quizás esperando algún tipo de reacción o señal de mí parte.

 

-“¿Ahora que hago? ¿Que le digo?”- pensé con premura. Tantas preguntas y yo sin  la respuesta correcta, sacudo aquellos pensamientos debo actuar bien – “Tu puedes Jongin… ya los has hecho antes”- me digo animándome.

 

Supongo que es bueno que tenga cierto grado de experiencia en ocultar mi agitación e inquietes, sólo sonreiría y actuaría de una forma que no lo complicara, no quiero ser una carga, le daría las gracias y me largaría de allí.

 

Sí, eso sería lo mejor... Porque no quería causar problemas ni ser una molestia no a Do… no a él.

 

Me armé de valor y erigí mi muro, intentando proteger lo que quedaba de mí, porque seamos sinceros seguramente después de esto terminaría hecho una escoria, había llegado a ilusionarme y soñaba con formar parte de la familia Do.

 

-“Tonto Jongin tonto, eso nunca pasara”- me regañé – “¡Maldita sea! yo amaba a ese hombre y al parecer él no se sentía de igual manera”- razoné mientras apretaba mis puños hasta que mis nudillos se pusieron blancos.

 

Pero no era el momento de desmoronarme, así qué lo mire ya con mi mascara bien puesta, esa que usaba con mis clientes, y entonces actué, diciéndome a mi mismo que este era  un show especial y que debía esforzarme.

 

-¿Ella… ella esta bien?  - pregunté intentando sonar interesado, no es que no me importe mi madre, es solo que había aprendido a vivir sólo y en este momento no la necesitaba, tal vez sonara cruel pero era la pura verdad.

 

-Me costo mucho dar con ella - lo escuche decir – pero si, creo que a pesar de todo ella esta muy bien- me aseguro, haciendo una pequeña sonrisa.

-Que bueno… me alegra mucho – respondí, sosteniéndole la mirada y mi mascara quiso caerse cuando el frunció un poco el ceño.

 

-Jongin…- lo escuche moverse en su silla estaba inquietó, me pregunte el porqué - Ella me pidió saber de ti – dijo de repente.

 

-¿He? – lo mire algo confundido, intentando que mi mascara no cayera. Sabía que tenía que resistir un poco más pero mi mente era un lugar feo. Sentía que esto era demasiado para soportarlo, además de sorprendido comenzaba a sentirme algo molesto con todo aquello que se agitaba en mi cabeza.

 

-Se que es algo apresurado – Soo retomó su discursó parecía no darse cuenta de lo que  me estaba pasando, preste atención a lo que decía - pero ¿sabes?… me tome el atrevimiento de decirle que estabas viviendo conmigo – concluyó yo parpadeé y me quede en silencio pensando algo bueno que decirle.

 

¿Qué se supone debía decirle? ¡Ho! ¡¿Que bien me alegra que quiera deshacerse de mí así de rápido?!  ¿Por qué ahora que ella está interesada en mí, usted se liberara de responsabilidades?!

 

Ese tipo de cosas se agitaban en mi cabeza, parecían burbujear en mi garganta, mordí la parte interna de mi labio casi amortiguando cualquier palabra que quisiera escapar de allí; porque sabía que todo eso era ridículo no podía decir nada de eso… fruncí un poco mi ceño no podía evitar aquel malestar que seguía creciendo en mi interior. Pero por ahora solo me concentré en lo que debía decirle y no levantar sospechas de lo que me estaba molestando.

 

-Ella… tu madre…. Esta dispuesta a venir – anunció Do, pestañeé intentando mantener la compostura, difícil muy difícil pero soy bueno en esto de fingir, sonriendo asentí – ¿de verdad esta bien? – consultó, volví a asentir mientras me tragaba aquel sentimiento  que podría describirse como desilusión, porque tenía que hacer algo más que sonreír y asentir si quería que me creyera.

 

-Le agradezco mucho que se tomara el tiempo de buscar a mi madre – dije luego hice una inclinación – muchas gracias – murmuré, luego lo mire.

 

En verdad pensé que lo estaba haciendo bien mi interpretación. Pero al ver como Soo hacía aquel gesto ceñudo, me di cuenta que no era así, involuntariamente me remoje los labios y volví a sonreírle de forma agradable, como me enseñaron en el trabajo.

 

-Jongin quiero saber que es lo que esta pasando por tu cabeza  - lo escuché decir en un tono profundo.

 

-…- no respondí solo lo quede mirando.

 

–No sé porque pero sé que estas poniendo una barrera entre los dos, no sé porque lo haces – señaló él.

 

Por supuesto como era de esperarse de alguien de su carácter él reconocía cosas con solo mirarlas, jamás dejo de mirarme, pero yo tampoco baje la mirada aunque tenía muchas ganas de hacerlo, me obligue a resistir; algo dentro mío me alertó al parecer me había atrapado y no sabía cómo salir de aquel lió. Pero tenía algo bien claro, yo no iba a retroceder en mi decisión esta vez.

 

-¿Y bien?- lo oí apresurarme.

 

Pude notar que se estaba poniendo tenso, la verdad no era tan notorio a simple vista, pero llevo meses observándolo y conozco cada gesto que puede llegar a hacer cuándo esta molesto, por eso me es tan fácil saber que en este momento lo esta y mucho.

 

-No sé a qué se refiere - respondí parpadeé un poco tal vez así ahuyentaría las lagrimas que hacía rato querían salir.

 

Realmente sentía que lloraría en cualquier momento, soy un tonto lo sé,  respiré profundo  para calmarme repitiéndome - “tonto, tonto Jongin no llores, no ahora delante de él”- me regañe mentalmente.

 

-Sigo esperando que me digas ¿Qué te pasa? – insistió con ese tono decidido.

 

Estaba visto que a él no lo podía engañar tan fácilmente. Me resigne a hablar ¿qué más daba? Si tenía que irme al menos seria con  las cosas claras y sin pensamientos  de “si hubiera dicho esto o aquello”

 

Decidido a hablar cerré lo ojos para encontrar las palabras luego volví a míralo – Señor Kyungsoo yo… - comencé a decir cuando de repente el golpeo la mesa con su puño haciéndome saltar.

 

-Vez a eso me estoy refiriendo – me señaló en un tono acusador – ¿Porqué me tratas de usted? – puntualizó.

 

-…- no supe que decirle, simplemente sentía que era la forma correcta de tratarlo, al fin y acabo no éramos más que un niñero y su empleador, me lo habían dejado claro en su última conversación telefónica no entendía porque se enojaba por tratarlo con el respeto que se merece.

 

Y además ahora me sentía más tonto que antes ya que me había descubierto a mi mismo por una simple tontería. 

 

-Responde Jongin – decretó en ese tono que usaba siempre que estaba exasperado.

 

-Bien…- Suspirando intente ordenar mis ideas, por un segundo baje la mirada a la mesa, ya que si iba a decir lo que pensaba sería mejor que lo hiciera bien y sin tantas vueltas. Es que no tenía sentido alargar más ese rollo.

 

Como ya había dicho, entendía, aunque no podía controlar el dolor que me causaba en mi interior todo aquello, al menos seria franco y directo de esa forma podría  irme  sin remordimientos.

 

Bueno ese era el plan…

 

-Bueno la verdad es que – empecé a decir, le eche un vistazo en ese momento su mirada era atenta, así qué continué – Yo lo deduje todo… y la verdad es que esta bien para mí.

 

-…– creo que a él le costaba entender mis palabras, parecía más confundido que antes, en otro momento me hubiera reído, pero sólo continúe.

 

–Yo, no voy a darle más problemas, por eso me iré – solté y me detuve porqué mi garganta se cerró. Saqué mis manos de mi regazo, donde las había tendido apretadas dándome valor, las puse sobre la mesa para darme impulsó a ponerme de pie.

 

Tenía que salir de allí ahora; Es que si no lo hacía, seguramente terminaría llorando como niño chiquito y eso era lo menos que ambicionaba hacer. Aun poseía algo de orgullo, no mucho debía aclarar, pero el suficiente como para  despedirme con algo de dignidad.

 

-Voy a volver por mis cosas cuando pueda – le dije mientras me separaba de la mesa y me encaminaba hacia la salida.

 

-¿De que diablos estas hablando? – cuestionó Do, en un tono lúgubre.

 

Me detuve en donde estaba, justo a mitad de camino hacia la puerta, sabía que tenía que escupir-lo todo, de hecho casi lo hago; estaba por declarar mi patético sentimiento hacía él y además le aclararía que no se preocupara porque sabía que él no me quería.

 

Abrí la boca dispuesto a decirle lo que realmente sentía, pero me salvo la campana o en este caso el timbre de la puerta. Así como escuche el sonido corrí a la entrada sin revisar de quien se trataba, abrí la puerta y me topé de lleno con  quien menos esperaba ver, allí estaba pálida cual fantasma esta persona que apenas reconocí.

 

-¿Mamá? – murmuré, ella abrió la boca y articuló mi nombre en silencio, luego se cubrió la boca mientras gruesas lagrimas mojaban sus mejillas.

 

En medio de aquel torbellino emocional, al que estaba siendo sometido sin piedad, vislumbre mi oportunidad de salir de allí sin mas rodeos ni palabras hirientes.

 

-Tenemos que hablar  - dije - pero no aquí - señalé y la invite a irnos con un gesto, ella asintió y camino al ascensor, tragué duro y me giré. Porqué sabía que Kyungsoo me miraba – Gracias por todo – hable claro, o lo intente al menos.

 

Sin más me giré y salí del departamento, llegue donde mi madre y por suerte el ascensor llego justo, cuando estuvimos dentro del cubículo mire hacia el pasillo. En ese momento Do caminaba hacía donde estábamos, con rapidez presione le botón y cerré la puerta, lo escuche maldecir y sonreí, es qué era la primera vez que lo oía hablar así.

 

-Jongin… hijo… yo – escuché decir  junto a mí. Esa voz me puso la piel de gallina me recordó no estaba solo.

 

-Es mejor hablar en un lugar un poco más tranquilo – sugerí, ella asintió – ¿en donde te estas quedando?  - cuestioné.

 

-Me vine derecho del aeropuerto – respondió dudosa.

 

-OH! Debes estar cansada -  razoné en voz alta – Tengo un lugar  dónde podrás descansar un poco y hablaremos mas tranquilos – sugerí, la puerta del ascensor se abrió y tomé su pequeña maleta y nos pusimos en marcha.

 

Al salir del edificio observé el cielo encapotado, revisé mis bolsillos no tenía mucho dinero teniendo encuesta que no recibí ningún pago por mi trabajo de niñero. Ash! Soy un idiota tendría que haber  recibido mi honorarios primero antes de largarme de la casa. Intenté recordar cuanto dinero contaba en mi tarjeta de trasporte, que gracias al cielo no había sacado de mi pantalón.

 

-Esta empezando a llover porque no tomamos un taxi – sugirió ella, yo asentí y con rapidez le hice señales a un vehículo que pasaba, le indique el lugar al que queríamos ir y sin más arranco, durante el trayecto guardamos silencio, la llovizna ahora ya se había convertido en una copiosa lluvia que tornaba a la ciudad en un lúgubre y solitario lugar.

 

Observé a la mujer junto a mí, ella parecía realmente alterada, sus manos estaban tensas retorciéndose casi constantemente sobre su regazo, noté ciertos gestos que a pesar de que los había visto a una corta edad reconocí a mi madre  en aquella mujer.

 

Mi corazón se agitaba ante la visión que me llegó de pronto, era ella, aquella joven dama  igual de nerviosa intentando hablar con alguien mientras me sostenía en sus brazos. Mire atreves de la ventana intentando ocultar mis emociones.

 

Si he de ser sincero no sé qué es lo que ella tendría para decirme; pero también era conciente que  todo mi ser quería escucharla. Así tal vez comprendiera quien fui, eso ayudaría a entender quien era… y decidir quien quería ser.

 

El taxista anunció la llegada a destino, tuve que ver como mi madre pagaba la carrera, la ayude a bajar. El auto se fue y ante nosotros ser erguía un modesto hotel al que solía ir cuando no quería molestar a Jongdae y a Zitao, no era un lugar cinco estrellas pero contaba con un cuartos limpio, agradable, con todos los servicios por una módica suma que en ocasiones era mucho menor  gracia a la casera del lugar que me conocía desde hace mucho.

 

No hicimos otra cosa que cruzar la puerta, y la mirada de mi anciana amiga nos escaneo, noté la curiosidad en aquellos sabios ojos grises, aun así no me pregunto nada solo me dio al bienvenida y sonrío.

 

-Bienvenidos! – Saludo con ese tono suave que ella siempre usaba al verme – Tiempo sin verte pequeño

.

-¿Abuela como ha estado? –Consulté.

 

-Muy bien- respondió mirando a la mujer que me acompañaba – ¿la habitación de siempre? – consultó yo asentí.

 

-Ella es  mi mamá – anuncié sorprendiéndome no solo a mi mismo, también noté el asombro en los ojos de mi madre, las mujeres se miraron se hicieron una inclinación de cabezas luego me observaron a mi, ambas sonreían dulcemente, provocando mi sonrojo.

 

La anciana me dio la llave prometiéndome algo calentito para calmar el frío, se lo agradecí y guíe a mi madre al cuarto. Apenas cruzamos la puerta le pedí que tomara una ducha, asegurándo-le que luego hablaríamos, ella afirmó con un movimiento de cabeza y tomó su pequeña maleta de viaje y desapareció tras la puerta.

 

Tomé una pequeña toalla de mano y comencé a secar mi cabello, no me di cuenta de que estaba húmedo hasta que sentí la diferencia de calor en el ambiente. No podía hacer nada con mi ropa tendría que quedarme con ella así como estaba. Así que me saque la chaqueta y la acerque a la pequeña estufa para poder secarla de alguna manera.

 

Cuando escuche el agua correr me relaje un poco, hacía rato que había notado aquel nudo en la garganta, supongo que es entendible mi estado; habían pasado demasiadas cosas en tan corto lapso de tiempo, me preguntaba ¿qué se supone haría ahora? ¿Me gustaría lo que ella tendría que decir? Seguramente no seria agradable, pero también estaba seguro de mi necesidad de saber de ella y escuchar esas explicaciones que se notaba quería darme.

 

Unos golpes en la puerta me sobresaltaron, al ir abrir me encontré con aquella gentil anciana que me traía su famosa sopa, yo se lo agradecí de todo corazón, ella simplemente me acaricio la mejilla con su manos trabajadoras y cálidas, luego se fue. Escuche la puerta del baño abrirse, que me anunciaba que el momento había llegado…

 

-Jongn…yo…

 

-Ven – señale una pequeña mesita con dos lugares – siéntate y hablemos tranquilos – sugerí sentándome justo frente ella – Toma algo caliente – le dije pasándole una porción de sopa – bébela con cuidado esta un poco caliente, pero te ayudara a sentirte mejor.

 

La vi sorber un poco luego, comenzó a hablaba de cuando yo era pequeño, de cómo no quería comer ciertas cosas, de la primera vez que experimenté el sabor del chocolate y de mis berrinches cuando se acababa. También me contó de una ocasión cuando la asuste mucho, es que una tarde desaparecí de su vista por mas de dos horas, me busco durante todas aquellas aterradores minutos y al final me encontró escondido dentro de uno de los cajones de ropa, donde me había dormido. Tuve que reír con las anécdotas que narraba, era extrañamente cálido escucharla contar cosas que yo no recordaba.

 

De repente ella se quedo callada mientras apretaba el pequeño cuenco con sopa, noté como su semblante se ensombrecía poco a poco, entonces me contó que mi padre siempre había sido un jugador empedernido y a pesar de eso ella había creído en sus promesas de cambiar, él nunca cumplió.

 

En ciertas ocasiones, había periodos en los que él era muy bueno e incluso trabajaba, pero luego volvía a caer en el vició y otra vez irrumpían en nuestra modesta casa en donde vivíamos, siempre eran aquellos hombres enviados por algún prestamista que se llevaban lo poco que mi madre ganaba en trabajos de manualidades en su hogar, porque ella no quería dejarme sólo. En una de esas ocasiones, en que realmente  no tenían ni un won por culpa de las apuestas, aquel hombre simplemente decía que no se preocupara que todo estaría bien y otra vez ella le creía.

 

Fue así como mi padre llego uno de esos días, con la novedad de que tenía un trabajo para ella. Por supuesto que mi madre acepto, porque me aseguro que quería darme un mejor futuro, estaba dispuesta a trabajar de lo que sea respetable.

 

Según me narró, como no podía llevarme a la entrevista me dejo con una vecina amable y fue guiada por mi progenitor a un lugar que ella no conocía, bastante retirado de donde ella jamás había transitar.

 

Tarde se dio cuenta que algo malo estaba pasando, porque su esposo la había dejado en un cuarto ordenándole esperarlo, pero el jamás regreso, su temor se acrecentó cuando intento salir de allí y la puerta estaba cerrada por fuera.

 

Cuando la puerta se volvió a abrir un par de hombres la asustaron y le ordenaron los siguiera sin hacer escándalo, al salir vio a su “amado” esposo contando unos billetes, ella lo llamo desesperada pero el simplemente se fue sin mirar atrás. Cuando intento seguirlo los tipos la sujetaron anunciado-le que eran sus dueños. Ella había sido vendida como si fuera un objeto, fue en ese momento en que comprendió que jamás volvería a verme.

 

La narración se detuvo en aquel momento, sus lágrimas habían comenzaron a caer hacía rato, y ahora ya era un llanto desgarrador, no pude contenerme me levante y fui junto a ella, la abrace, parecía tan pequeña temblando entre mis brazos.

 

Entre sollozos me aseguro que jamás me había abandonado, qué fue obligada y qué sino la hubieran subido a aquel barco con destinos a New York, estaba segura que de alguna manera u otra ella habría vuelto por mí. 

 

No pude evitarlo, llore como un pequeño niño, algo en mi interior  se torno calido y entendí por que más allá de todo aquel dolor e impotencia que sentía, al saber como había sido tratada mi mamá. También descubrí que no fui olvidado, que era amado por ella.

 

Hacía mucho tiempo necesitaba escuchar y sentir que ella en verdad me amaba. Su dolor era mío y lo sentía en mi pecho como un fuego y aun así me sentía tan bien con ella pegadita a mí escuchando decir mi nombre con ese tono que recordaba usaba cuando era pequeño.

 

Cuando ambos logramos calmamos, tomé valor y le pregunté que había sucedido después de la llagada al extranjero. No entro en mucho detalle supongo que no quería angustiarme más de lo que ya estaba. Imagino que su vida en aquel lugar debe haber sigo horrible, además que al ser una persona que entro ilegalmente y sin saber el idioma lo complicaba mucho más.

 

Después de años de abuso de todo tipo, ella encontró la forma y el valor para escapar. Fue en ese momento que se cruzo en su vida un buen hombre, llamado Jack, que la ayudo y cuido. Con el tiempo, este protector hombre,  la convenció de presentar al denuncia contra aquellos sujetos, fue un lío tremendo, que le llevo tiempo resolver entre y juzgados y charlas con la embajada e intentar ubicar a alguien que aseverara su pasado en corea.

 

Después de mucho lidiar con los problemas burocráticos consiguieron una estabilidad y allí junto aquel hombre ambos me habían buscado incluso contrataron el servicio de búsqueda de niños perdidos, pero aquel al que llamaba padre había hecho un buen trabajo al vender todo y desaparecer. 

 

El día que el señor Do tocó su puerta anunciando tener información de mi paradero, mí incrédula madre pensó que era una especie de truco por parte de aquella gente malvada a la que había denunciado, me dijo que mantuvo su escepticismo hasta que  Kyungsoo le enseño las fotos donde estaba acompañado por una niña. 

 

-¿Fotos?.. ¿Que fotos?- consulté algo confuso.

 

-Espera…- dijo – traje algunas - La vi ponerse de pie e ir hacía su bolso de donde saco algunos papeles, para mi sorpresa no era otra cosa que fotos de Yonguk y de mí que Kyungsoo había impreso para mostrárselas a mi madre.

 

-Tienes un gran parecido a tu abuelo – anunció, la quede mirando por un instante – aunque no tengo ninguna foto de él, mi padre estaría orgulloso de tener te como nieto – anuncio Sonriéndome.

 

Yo asentí mientras miraba las fotos que ella me mostraba  contándome  sobre mi abuelo materno, mientras sentía que mi cara ardía, yo nunca creí que me pareciera alguien, o mejor dicho nunca tuve a nadie que me asegurara eso. Sonreí apenado no sabia que decirle entonces ella tomo mi mano llamando así mi atención. Levante mi cabeza y nuestras miradas quedaron conectadas.   

 

– Jongin… - susurró, la miré expectante parecía tan nerviosa, fruncí el ceño cuando me apretó la mano.

 

-¿Que sucede…?- mordí mi labio inferior ella parecía temblar – Dime… - pedí ansioso.

 

-Es que…- desvió su vista  hacia nuestras manos.

 

-Solo dilo – anime – vamos mamá dime – sus ojos me observaron con un brillo  que no había visto hasta ahora,  le sonreí aprensando su mano para animarla- por favor - supliqué.

 

-A mi me gustaría que vinieras a vivir conmigo-  la escuche decir.

 

-¿Yo..?- me señale a mi mismo incrédulo, mi corazón se había acelerado demasiado.

 

-Si… veras… Jack  el quiere conocerte – me sonrío - ¿Jongin vendrías a New York conmigo? – me pregunto.

 

Por un maravilloso segundo quise acepta, de un salto me puse en pie jalándola contra mi cuerpo y la abrace  hasta que la eleve del suelo, su risa se escucho en aquel pequeño cuarto.

 

Yo sabía que no estaba solo… allí junto a mi estaba mi madre y me quería a su lado…

 

Oxoxoxoxox

Notas finales:

Simplemente espero su piedad…

 

Ashhh… Jongin… porqué me hiciste escribir esto nos aves que las chicas me mataran T_T


perdónenme la vida juro que lo arreglare - levanta la mano- lo juro por mi garrita!!!! - (>_<)/º

 

Que maldito resulto el padre de Jongin!!! No se ustedes pero me partió el alma, creo firmemente que si el hombre  malvado no se  moria también iba a vender a su propio hijo…  MALDITO!!! ¬¬


ok… a ver qué me dicen de esto… esperare  sus hermosos  comentarios… de verdad agradezco el ánimo  por cada palabra al mensos e que no estoy solita. 


Sin más me retiro para  dejar que se expresen como es debido…


insultos, comentarios, tomatazos, piedras envueltas en telas, algún cheque al portador, caramelos, lo que sea serán bien recibidos…

 

Nos vemos el jueves!!!! 


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