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Cuidando de un Bebé por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos

Perdonen la demora en actualizar, si bien el capítulo estaba listo hace mas de una semana pero por motivos fuera de mi control, no pude hacerlo, tengo buenas y malas noticias, la buenas adelante un poco los capítulos siguientes, probablemente, si no tengo contratiempos, cada 5 dias este fic se actualizara, quizás menor para llegar al 27 con el cumpleaños de Regulus,  lo malo el pequeño intruso en el fic que quería presentarse y lo conocerán tanto en el cap y más adelante  lo podrán ver en acción. 

Aldebarán entro al templo de Aries,  le pareció extraño no escuchar y mucho más que Mu no se levantara antes que el sol saliera al alba. Camino lentamente por el templo, buscando a su camarada y al entrar en la estancia principal lo vio dormido profundamente, abrazando al pequeño de cabellos castaños, que casualmente estaba despierto, y del otro lado de la cama estaba el santo de Géminis, también dormido, tomándole la mano en sueños al santo dorado de la primera casa.


-Ven Regulus, hoy te toca con el tío Aldebarán- exclamo el brasileño levantándolo en brazos-y vamos a hacer cosas más divertidas que volar o jugar con las armaduras.


Regulus miro intrigado al santo de Tauro por un momento, no se asustó, por lo contrario algo en él lo hacía estar tranquilo y no solo era la mirada del gran santo dorado, había algo más. Se abrazó al mientras jugaba con su chupete aplaudió contento y miro sonriente, esperando quizás un nuevo juguete.


El santo de Tauro busco entre las cosas en el piso la ropa de Regulus, que casualmente estaba en un bolso sobre un mueble.  Se llevó al hombro el bolso y luego fue directo a su templo. Dejo a Regulus sentado en el suelo mientras comenzaba a buscaba leche en la heladera, encontró un cartón y se lo dio, luego fue a preparar su desayuno. Se concentró en todo lo que tenía que hacer, un par de huevos, un par de omelette con tomate, queso y jamón y un vaso de jugo de naranja.


-Esto se ve exquisito…le pondré una hoja de menta para adornar- exclamo mirando su plato y fue hasta la ventana de la cocina donde tenía una maseta con una plata de menta, al dar un paso se resbalo en el suelo y callo rompiendo parte del adoquinado- ¿pero qué?- miro sorprendido al suelo, había resbalado con un charco y no era de cualquiera cosa, con un charco de leche, al mirar de donde provenía encontró a Regulus, el cual había dado vuelta el cartón de leche y derramado todo el contenido, además de bañarse en leche.


-Regulus mira el desastre que hiciste- exclamo mirando indignado al menor, el cual miro tristemente y luego comenzó a llorar, el de tauro miro sorprendido y comenzó a intentar calmarlo manteniéndolo en sus brazos- no llores, tranquilo- Regulus comenzó a llorar a todo pulmón, no solo por sentirse mojado, sucio y porque tenía hambre, el simple gesto del santo de tauro retándolo había sido muestra suficiente para asustarlo. 


Camus y Milo iban a entrenar y pasaron por el templo de Tauro, como todos los días camino al entrenamiento matutino,  cuando escucharon los llantos de Regulus. Ambos caminaron entre los pilares y pasillos hasta llegar a la cocina donde vieron al santo de Tauro intentando calmar al bebé y el desastre que había en el piso.


-¿necesitas ayuda?- pregunto Milo en burla.


-No.


-Si la necesitas- respondió por Aldebarán el santo de Acuario, el cual se acercó hasta él y tomo al niño en brazos- ¿esta bañado en leche? ¿Cómo hiciste para que quedara así?


-Solo le di el cartón de leche- respondió limpiándose.


-¿Y su mamadera?- pregunto buscándola con la mirada mientras abraza y calmaba a Regulus- Aldebarán es un bebé, no puedes suponer que tomara su leche directamente del cartón y eso es de  muy mala educación, no puedes enseñarle a hacer eso.


-Voy a buscarla- miro molesto el santo de Tauro.


-¿Cuándo le cambiaste el pañal?- pregunto el galo mirando al menor- Regulus ¿le quisiste hacer una treta a Aldebarán? Eres muy listo.


-¿No sabe ir al baño solo?


-Aldebarán tiene once meses, ni camina  ¿piensas que va a ir al baño solo?- rio Milo en burla mirando a Camus, que ante recibir la respuesta con una pregunta de su pregunta, fue a donde vio el bolso con las cosas de bebé y saco un pañal limpio- seguro que si va, se mete dentro del inodoro a jugar.


-¿Cómo sabes que hacer tu?- pregunto Aldebarán.


-En el templo de Acuario existe una biblioteca, por si no lo sabias- explico el de Acuario mientras ponía sobre la mesa el cambiador portátil, recostó a Regulus y le quito toda la ropa- hay muchos libros, y hay algunos sombre crianza infantil.


-Camus ha leído todo lo que hay en esa biblioteca- alardeo Milo mirando a su compañero cambiar hábilmente al bebé hasta dejarlo con un pañal limpio y ropa nueva.


-Listo- exclamo terminando de cambiarlo y coloco la ropa a un lado, para después tirar el pañal a la basura- ya está limpio, Aldebarán si un bebé llora lo hace por una razón.


-Enséñame.


-Los bebés no hablan y se expresan con llanto porque no tienen otra forma de hacerse entender- explico entregándole a Regulus- ¿notas la diferencia de peso?  ahora él tiene un pañal limpio, cuando sientas el pañal extraño, debes cambiarlo, si no es por el pañal que llora, es que tiene hambre.


-¿Y si no es por eso?


-Tiene sueño y no puede dormir, ya sea porque tiene que dormir con alguien o hay algo que lo molesta para dormir- expreso serio-también si no tiene sueño quiere un juguete.


-Muy bien lo tendré en cuenta, gracias por los consejos-


-Alde, lo hacemos porque te queremos y yo quiero tener un rato a Regulus cuando me toque la otra semana, si tú lo matas antes no podré hacerlo- sonrió Milo.


-Si por mi fuera lo tendría hasta que Aioria y Marin regresen, pero la orden del patriarca fue explicita en ese sentido- expreso serio el santo de Acuario- los conozco a todos y casualmente de ti desconfió mucho, Milo.


Flash Back.


La noche estaba por llegar en el santuario, los santos dorados estaban reunidos en el recinto junto a los cinco santos de bronce, apodados los favoritos de Athena. La reunión no era para menos, en ese momento se decidiría quienes cuidarían de Regulus en las dos semanas que los padres del menor estarían ausentes. Aioria y Marin estaban al frente, escuchando como Milo y Aioros peleaban entre sí por quien tenía más derechos, uno como el hermano y el otro como el mejor amigo.


Shion escuchaba la discusión dándole la razón a cada quien, pero también estaba en desacuerdo con lo que argumentaban, por un lado Milo tenía razón, Aioros había estado muerto por trece años y por otro él tenía razón, Aioros era hermano de Aioria, y del lado de Milo, Milo estuvo con Aioria por más de trece años pero también tenía su fama de escorpión por delante.


-¿Por qué no lo cuida Dohko?- pregunto Afrodita mirando al santo de libra, el cual estaba apoyando su codo sobre la mesa para sostener su cabeza e intentar dormir- Mu también tiene buena experiencia, cuido solo a Kiki.


-Saga también ha tenido experiencia cuidando niños- acoto DeathMask- ¿Qué no se acuerdan lo terrible que eran las seis bestias cuando llegaron?


-¿A quién llamas bestias?- salto Milo molesto- el bestia eras tú.


-Yo no tuve la maravillosa idea de convertir mi casa en un chiquero, o destruir la cocina.


-Tenía siete años, al menos yo a los diez no tire a un compañero por las escaleras.


-Ya te dije que fue un accidente, y menos mal que lo hice.


-¿DeathMask a quien tiraste por las escaleras?- pregunto el patriarca mirando molesto- ¿Y cómo es eso que menos mal que lo hiciste?


-Camus nunca te demuestra que siente dolor- aclaro dándole menor importancia- cuando lo tire por las escaleras, por accidente,   se lo llevo al médico y se supo que el muy inteligente ocultaba que tenía algo en la vesícula biliar, si sentía dolor se trataba con frio y aparentaba estar bien, de no haberlo tirado por las escaleras no se habría sabido nada hasta que fuera ya irremediablemente tarde.


-Camus suele hacer pareja con Milo para todo, han sido grandes amigos desde que se conocieron y en ese entonces él no se dio cuenta que su querido mejor amigo se pudo morir- acoto Afrodita- lo recuerdo bien, Camus tenías diez años.


-Cállense- miro el santo de Acuario sonrojado.


-Silencio- miro el patriarca con decisión- tenemos que tomar una decisión, por un lado todos tienen razón- mirando a Milo y Aioros- ambos están en su derecho, pero también no son de confiar, Milo ¿si pásate por alto la enfermedad de tu mejor amigo como sé que en verdad vas a poder responder en una situación de emergencia? Aioros, llevas fallecido trece años, los tiempos de antes no son como ahora, y tienes un juicio de un chico de bronce.


-Pero patriarca.


-Dohko ven conmigo- exclamo el patriarca sacando al castaño de su aparenta sueño, ambos mayores salieron de allí hasta un cuarto anexo junto a Aioria y Marin.


-Lo van a  cuidar Mu o Camus ¿Qué apuestas?- exclamo Aldebarán golpeando con el codo a DeathMask.


-Estás loco- miro sin darle importancia- Aioros lo va a cuidar.


-Yo creo que será Milo, como mejor amigo de Aioria- interrumpió Shura- Aioros no está preparado para lidiar con un bebé, por ahora y los siento Camus.


-¿Porque?- pregunto el francés sin comprender.


-Por Milo y tu…ya sabes, con un bebé en medio no podrán tener momentos a solas.


-No pasa nada entre Milo y yo, ¿Por qué todos creen lo contrario?- exclamo indignando- solo somos amigos.


-Eso no es lo que dicen las paredes de sus casas- miro Afrodita sonriendo en burla.


Pasaron varios minutos y entre tanto la mayoría de los santos parecieran haberse aburrido, DeathMask estaba jugando con un mazo de cartas, que quien sabe de dónde lo hubo sacado, con Shura y Afrodita, entre los tres tiraban las cartas intentando atinar a un sombrero, que DeathMask mágicamente había hecho aparecer. Camus estaba leyendo un libro tranquilamente, mientras a su derecha Milo miraba la puerta con insistencia, al igual que Aioros, esperando que el patriarca entrara con la decisión tomaba. Aldebarán estaba comiendo así como Shaka meditaba y Mu sonreía mirando a todos a su alrededor, planeando entonces el siguiente entrenamiento de Kiki.


La puerta se abrió repentinamente, dejando pasar a los dos mayores de la orden y los padres del pequeño bebé del santuario, el cual no daba signos de estar presente, según Aioria y Marin estaba paseando con Shaina por el santuario mientras se desidia quien lo cuidaría.  Detrás de todos veían el sequito de bronce, todos expectantes de saber también quien cuidaría al pequeño, Seiya y Shun querían saber a dónde lo visitarían, mientras Shiryu y Hyoga no le daban real importancia al asunto, aunque el primero tenía cierto brillo en sus ojos.


-GANE- grito Shura levantándose al ver caer una carta en el sombrero, que el había tirado, mientras alrededor del mismo había variar cartas tiradas.


-Capricornio, siéntate- ordeno el patriarca.


-Señor, si señor- exclamo mitras todos lo miraban, por lo que se sonrojo- lo siento.


-Debido a todas las posibilidades más concretas, vimos que hay quienes pueden cuidar de Regulus y quienes no- exclamo serio el  peliverde- Algunos como Mu, DeathMask, Shaka, y hasta Camus tienen capacidad para poder cuidarlo, no solo por su entrenamiento marcial, o por la experiencia ganada con sus discípulos, por lo tanto están en cierto modo capacitados para cuidar de un bebé en una edad critica, al mismo tiempo como hay quienes no tienen la más remota idea de cómo hacer o que hacer, en el caso de Milo, y la madurez mental influye en cierta manera, lo que incapacita a Aioros.


-Al grano- pidió fastidiado el de cáncer y todos clavaron su mirada de fastidio en el- no sé qué viene tanta cantaleta.


-A eso iba- exclamo serio Shion- he decidido, que como son dos semanas, catorce días, en los que los padres de Regulus se ausentaran, y son doce casas, todos van a cuidar de él, un día, cada día uno de ustedes, en orden ascendente, cuidaran del pequeño, comenzando con Aries, al día siguiente le tocara a Tauro y así se seguirá ascendiendo cada día hasta llegar a piscis.


-Pero, patriarca, no somos catorce, somos once con la salida de Aioria a su misión- exclamo preocupado el guardia del primer templo.


-Lo sé, en la quinta casa estarán los santos de bronce, espero entre los cinco si puedan hacer un buen trabajo y te hablo a ti fénix que te apareces y desapareces- miro el patriarca sin fijar la mirada- en cuanto a los demás, el número trece seré yo, para el día catorce es de esperarse el regreso triunfal de los padres del bebé.


-Pero es injusto- miro Milo molesto.


-En el caso de quienes presenten problemas para poder cuidar al niño, porque no se tienen confianza o en verdad son irresponsables, y no lo digo por ti escorpio, cada quien puede pedir ayuda a sus compañeros, incluyendo a los santos de bronce, que estoy seguro necesitaran de ayuda por si surge una emergencia, que esperamos no suceda.


-También Shaina estará atenta a cualquier cosa- exclamo Marin interrumpiendo al patriarca- ella suele cuidar de Regulus y no le es de ningún problema cuidarle.


-Si están todos de acuerdo, ya que no veo a nadie objetando, todos a su templos a cumplir con sus obligaciones, esta noche será la partida y todos deberán de estar bien despiertos- miro sin fijar la mirada.


Fin Flash Back.


-Aquí tienes Aldebarán, estaré en el coliseo ante cualquier cosa-miro Camus con seriedad- cuidar de un bebé no es un juego, un infante no es un juguete, hay que ser extremadamente cuidadosos, un descuido, por más mínimo que sea, es un pequeño como el, sería la última cosa que él hiciera.


-No te preocupes, claro que el gran Aldebarán puede hacerlo ¿verdad Regulus? El tío Tauro puede con todo- digo orgulloso el santo de la segunda casa- ahora mismo vamos a entrenar.


-El no entrena- miraron los dos santos dorados más bajos.


-Claro que va a entrenar, lo van a ver sacar músculos ¿verdad?- miro cómplice al menor, el cual sonrió.


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En algún lugar de China, un paraje alejado de toda civilización, rodeados por un rio de agua casi blanquecina y majestuosas montañas teñidas de verde por la vegetación y riscos rocosos de color marrón, dos hombres caminaban tapados con gruesas capas por aquellos caminos casi desérticos, que solo pocos transitaban, contadas eran las almas que habían logrado marcar el camino, un sendero de color mucho más claro por las pisadas que fueron contra la vegetación. A lo lejos poco a poco se fue divisando una edificación, primero pareciera una pequeña choza que mientras se acercaban fuera tomando más y más amplitud, paredes más altas y largas se formaron con el tiempo.


-¿Estas completamente seguro de que en ese lugar hay un orfanato?- pregunto el que venía más atrás, mirando muy sorprendido por la majestuosidad de las montañas y el lugar donde aquella edificación se hallaba, era casi imposible que alguien pudiera llegar.


-¿Por qué crees que quise que viniéramos aquí?- pregunto alzando la mirada- con las leyes de un hijo por familia, la autorizaciones para tener un hijo, el aborto legal y todas esas cosas, es más seguro que el niño por nacer e ilegal quede lo más alejado posible de la civilización donde ser abandonado para darles muertes, y para que su muerte no sea por la propia mano progenitora, por ser delito, lo dejan a cuidado de quienes se encargaran de ello, y lugares como estos, tan alejados, es probable que sean más hogares de muerte-


- Dohko…- miro conmovido.


-Yo estuve en ese lugar, Shion-señalo- hace dos siglos las cosas eran diferentes, hoy ver en lo que se han convertidos los orfanatos como estos, me repugnan- miro el castaño bajando la mirada, ocultándose bajo su sombrero.


-Entiendo porque quisiste que viniéramos aquí.


-A veces me alegro, de que abandonaran en la cascada a Shunrei,  de haber ella sido dejada a las puertas de este lugar no habría llegado a cumplir el año- miro la puerta fijamente antes de tocarla-¿Es lo que quieres?


-Ahora con más razón- miro decidido- ¿tú lo quieres?


-Con toda seguridad, siempre he querido hacer desaparecer este lugar, pero luego pienso que los niños no dejaran de llegar, entonces me ha llegado a la mente entrenar a uno de esos pequeños, lástima que muchos no llegan a cumplir edad para comenzar un entrenamiento.


Ambos tocaron la puerta, dos toques fueron suficientes, el sonido retumbo por todo el paraje, hasta las aves que estaban en los ricos volaron lejos al escuchar los dos toques, reconocidos, a veces eran para dar anuncio a un recién llegado, pero en esa oportunidad, si los dioses así lo preferían, seria para dar anuncio a un niño que se iría, sobreviviendo a su destino marcado desde que cruzara esa puerta apenas pocos días de nacer.


Un mujer vestida con una túnica blanca abrió la puerta y miro a los dos hombres, desconocidos ante su mirada, pero no era imposible no saber a qué venían, era evidente, dos hombres jóvenes, ambos vestidos con típicas ropas de china y un sombrero cónico, no venían para saludar o traer víveres, más si venían con las manos vacías.


-Soy el maestro de los cinco viejos picos, la más reciente generación- exclamo seriamente Dohko, aunque era primera generación, ante la mirada de la mujer era preferible mentir que decir la verdad, su fama como el maestro de los cinco viejos picos había trascendido las barreras del tiempo, era reconocido que un anciano que quizás ya no podía moverse se encontraba sentado frente a la cascada, y el, como un joven de ahora unos veinte años, no podía ir y decir soy el mismo hombre, además de tratarlos de loco era irrelevante.


-¿Qué se les ofrece?


-Mi maestro sabe perfectamente cómo funcionan las cosas aquí- exclamo el de Libra con seriedad- reciben un buen subsidio del gobierno pero la mayoría de sus internos no llegan a la adolescencia.


-Pasamos inviernos muy crudos comparados con la capital- miro la mujer con celeridad.


-Comprendo, pero también sé cómo funcionan en su totalidad- cambio la mirada, aún más fría de lo que era habitual para él.


-¿Y que se les ofrece?


-Por todos los dioses- miro Shion con horror, delante de él, a unos metros quizás, había una fila de sillas, en todas había niños sentados y amarrados, con los pantalones abajo, mientras debajo de las sillas había lo que parecían recipientes varios- eso es maltrato.


-No contamos con personal para todos- miro la mujer tristemente.


-Requerimos de un menor que pueda acostumbrarse a un nuevo nombre, a una nueva vida en su totalidad- miro Dohko acogido al ver como estaban los niños que al parecer ni siquiera caminaban, amarrados a sillas, sin recibir alguna atención, mientras algunos niños más grandes se acercaban, algunos los golpeaban a los más chicos, pero estos no lloraban.


Shion miro con enfado aquello y sin dudarlo fue a reprimir al menor que golpeo a un niño indefenso, atado de pies  y manos a un silla de su tamaño, el niño más grande no hizo caso y se alejó a paso lento, burlándose de como un hombre adulto intento reprenderlo por algo que hacía desde que tenía memoria y que en el pasado seguramente también le abrían hecho. El de Aries se acercó al pequeño que había sido golpeado, lo miro fijamente, no pasaba del año, tenía serios signos de desnutrición en su rostro y moretones en la cara, a donde uno alcanzaba a ver, lo desato rápidamente y llevo a sus brazos, para observarlo, además de acomodarle la ropa.


-¿Ese te gusta Shion?- miro Dohko sonriendo- es lindo, tiene mi color de cabello.


-No quiero precipitarme tiene que ser decisión de los dos.


-Es lo que querías, algo que encaminara nuestras vidas uniéndolas- miro sonriente el Chino- no veo nada mejor que un niño de ojos verdes y cabellos castaños, que casualidad.


-¿Van a llevárselo?- pregunto la mujer acercándose.


-Sí, pero no tenemos papeles legales, si nos hacemos entender- miro Dohko son seriedad- se cómo funcionan en ese ámbito.


-El ya cumplió el año, no sé si puedan reubicarlo.


-Todo se puede, créame, la esperanza es lo último en desaparecer- miro Dohko y luego comenzó a caminar con la mujer hasta un despacho- paséalo mientras voy a hacer el papeleo.


-Así será- miro sonriente Shion comenzando a caminar por todo los pasillos mirando solamente al pequeño, el cual miraba sin comprender, Shion evitaba ver a su alrededor, donde había mas menores de dos años atados a sillas, niños corriendo y casi nadie adulto a la vista- ¿sabes? Serás muy afortunado, tendrás dos hermanos mayores,  o tres según lo veas, un sobrino que jugara mucho contigo, muchos tíos que mandaré a que te consientan…y un millón de  juguetes solo para ti, sin contar a las nodrizas, es más te contare un secreto: Tus papás son los santos más fuertes, sirvientes a Athena, imagínate lo fuerte que vas a hacer tu con nuestro entrenamiento, o lo inteligente y bondadoso con los valores que te vamos a inculcar, eres afortunado.


Pasaron los minutos mientras Shion mecía al menor, en un principio su idea de unirse más a Dohko era tomarse unas vacaciones, sin ningún santo de por medio, tenía más o menos doce días hasta que le tocara a él cuidar de Regulus, pero luego lo pensó mejor y solo el broma había sugerido un niño mitad Chino y mitad Muviano, Dohko no lo tomo como broma, era de suponerse y cuando escucho aquello no tardo en decirle que fueran a China por ese deseo.  Pero el patriarca jamás supo que vería como se cuidaran a los niños, ni siquiera de donde provenían, sabia por palabras de Dohko de algunos orfanatos y tenía buenos recuerdos de todo lo que el de libra contaba, pero ver lo que lo rodeaba no era nada parecido a lo que una vez su antiguo compañero y hoy pareja, le decía, era lo contrario a un sueño.


Estaba anocheciendo cuando Dohko salió, con varios papeles en su mano y una sonrisa cansada, solo después de escuchar algún intercambio de palabras entre el de libra y la mujer que era directora de aquel lugar se fueron, caminando a paso lento, intentando alejarse lo más rápido posible de aquel lugar, aunque además de enternecidos enfurecidos por lo que vieron.


-¿Decidiste su nuevo nombre?- pregunto Dohko una vez se alejaron- Ahora se llama Shen, pero podemos cambiarlo, si así lo quieres.


-Es cosa de los dos, ambos deberíamos darle nombre, comenzara una nueva vida y merece un nombre nuevo para ella, aunque Shura y DeathMask cambiaron su nombre con ese objetivo, no les fue tan bien que digamos, tengo un nombre en mente.


-Creo que pensamos en el mismo, sus ojos me recuerdan a él.


-Aunque sus cabellos y color de ojos no son iguales, tengo la sensación al verlo a los ojos de que es el ¿no lo crees?- miro el patriarca sonriente- y si no lo es, le estamos dando una mejor vida, a las tres decimos el nombre ¿te parece? Solo para estar seguros, uno, dos…tres.


-Suikyo- exclamaron a la vez, y luego sonrieron.


Cuando estuvieron alejados de toda muestra de civilización solo allí Shion se teletrasporto hasta el santuario, donde después de una corta caminata llegaron al santuario, dejo al menor en brazos del de libra, quien sonriendo se fue sin ser visto por nadie, y luego clavo la mirada en el coliseo para ver a Regulus montado sobre lo que parecía un toro de madera que Aldebarán empujaba y otros santos frente al toro empujaban para el otro lado. Camus leía un libro en la tarima, mientras Hyoga lo leía detrás de su maestro, Shiryu estaba meditando y Seiya tras el picándolo con una rama, Aioros y Shura entrenaban, aunque el primero hacia bromas que sonrojaban al de cabellos azabaches, DeathMask jugaba cartas con un par de santos y Afrodita estaba más entretenido limándose las uñas que mirando que hacia el resto.


-¿Qué está pasando aquí?- pregunto Shion mirando molesto- me voy por un par de horas y el coliseo se trasforma en un circo, todos a sus templos y no los quiero ver haraganeando- grito molesto.


Inmediatamente todos los santos comenzaron a correr alejándose del coliseo, los santos de plata se dispersaron rápidamente y los santos de oro desaparecieron tras un haz de luz. Shion volvió su camino hasta su templo, al final de las doce casas, saludo amablemente contra quienes se cruzara hasta llegar al último templo, antes del templo mayor de Athena. Entro a su recamara con la idea de descansar, pero ante sus ojos dos pares de ojos lo esperaban para pasar una larga tarde y noche también.


En el templo de Tauro ya era hora de la cena, Aldebarán estaba preparando todo con gran auge después de un día de entrenamiento y de recibir las mil y un recomendaciones de sus compañeros, más específicamente de Camus, quien le había dado un libro para que pudiera guiarse y no poner en riesgo al menor. Con solo ojear el libro le sorprendió ver que a la edad de Regulus los bebés si podían comer e ideo un menú que fuera fácil y rápido, algo que Regulus pudiera comer con las dos manos, sentó al menor en la sillita alta y se puso manos a la obra, media hora después un plato de fideos, algo fríos, se posó sobre el menor, mientras el comía un enorme plato de carne con papas de guarnición.


Regulus miro el plato delante de el con intriga, nunca en su vida le habían dado de comer algo sólido, sus padres aun no estaban seguro que el tolerara algo más que la leche y era por eso que tomaba la mamadera varias veces al día, metió su mano en el plato, algo grande para un menor de su edad y tomo los fideos con intriga, estaban fríos pero se sentían como si tuvieran su jabón de baño, mas no hacían espuma, revolvió los fideos con sus manos y luego los tomo, le parecía extraño y divertido tenerlos, pero no pasaba por su mente comerlos, lo primero que hizo fue lanzarlos y reír de su juego.


-Regulus no- lo reto Aldebarán levantándose, pero no noto que en el suelo había fideos, al pisar una buena porción de pasta callo de bruces al piso, mientras el menor seguía lanzando la pasta divertido hasta que ya no hubo mas que lanzar en su plato.


El menor miro con sorpresa, Aldebarán parecía haber quedado inconsciente de darse un golpe contra el suelo, y ya no tenía su plato de pasta, al haberlo tirado al suelo porque le pareció divertido. Se trepo por su sillita para salir y al notarla que estaba justo frente a la mesa no tuvo problema en su siguiente objetivo, la cena de Aldebarán que agarro con ambas manos.


Saga entro al templo de tauro cuando vio el gran reloj del santuario marcar las diez de la noche, una idea surco su mente y tenía que ver con Regulus, estaba en sus planes usarlo para ayudarle a conquistar a Mu, aunque fuera por todo un día, y mientras más temprano accediera al menor más rápido podría intentar llevar su plan acabo. Se adentró apresurado al templo de tauro y comenzó a buscar al custodio, primero por los lugares que creía donde los vería, la sala o la habitación, pero al no verlos comenzó a buscar adentrándose más al templo.


Cuando entro a la cocina, la que podría ser la opción más obvia y  que por esa misma razón Saga descarto, vio a Regulus dormido sobre la mesa, cubierto con lo que era la cena de Aldebarán y en su pequeña boca el gran tozo de carne, que al parecer había intentado saber que se trataba, y con sus pequeños dientes de leche había rasgado la carne. Aldebarán estaba en el suelo inconsciente, cubierto de papas y pasta, lo que le pareció gracioso al gemelo mayor.


-Ven pequeño- exclamo el de géminis llevando a Regulus a sus brazos- Armaste un desastre para tener solo once meses- se agacho y con pequeñas sacudidas intento despertar a Aldebarán, pero el guardián de la segunda casa de pronto comenzó a roncar y sus sacudidas ni siquiera lograban mover un milímetro al brasileño, opto por algo más sencillo que fue escribir una nota y dejarla sobre el guardián de la segunda casa.


Cuando Aldebarán despertó noto toda su cocina hecha un desastre y ni un rastro de la sillita de bebe o del propio bebé que allí debería estar, pero una nota se notaba resaltaba en el suelo, que cuando se levanto se habia deslizado suavemente hasta acabar debajo de la mesa.


-Me lleve a Regulus, no pude despertarte y lamento lo que le paso a su cena, lo que sea que allá pasado, Saga- leyó y luego comenzo a reir, risa que llego hasta la tercera y primera  casa.


En el tercer templo Saga ya había bañado a Regulus en su flamante y nueva tina de baño, que había hecho construir con las dimensiones de la piscina donde se purificaba el patriarca, si había algo que extrañaba de su tiempo como patriarca era ese enorme baño para el solo y el uso que le daba cotidianamente, ducharse en una ducha ya no era suficiente para él. Después de bañarlo le coloco al pequeño lo que parecía un pijama, aunque en realidad era un disfraz de león, que estaba en el bolso de ropa que habían dejado Aioria y Marin para cambiar a Regulus, dejo toda la ropa para lavar y recostó al menor en su cama.


-Saga, eso es un disfraz- miro Kanon sorprendido.


-Pensé que era un pijama, pero al parecer le gusta, míralo como se chupa el dedo- sonrió el gemelo mayor.


-¿Eso está bien que haga?


-Kanon, ¿Qué críticas? te chupaste el dedo hasta los cinco años, ahora lárgate.


-Te tengo que ayudar, el tercer día le toca en géminis, debo estar al pendiente.


-Para eso invite a Mu, ahora vete- miro el gemelo menor sonriendo.


-¿Vas a usar al bebé para conquistar a Mu?  Y después dicen que el gemelo malo soy yo, espera que se entere Aioria- miro el meno de los gemelos.


Continuara 

Notas finales:

Como se abran dado cuenta lo único que se de los orfanatos de China tiene que ver con un documental de hace dos décadas, que creo que se llama la habitación de la muerte, no se los recomiendo es muy fuerte, yo lo vi por mera curiosidad a la primera parte y no la soporte.  Ubique el lugar donde estuvo en un orfanato en las montañas que se muestra en creo la primera parte, para hacer el enano más apegado a Dohko. Según las noticias los orfanatos de china ya no son lo que se muestran en aquel documental, por ello Dohko argumenta que antes no eran así, por lo que creo que se entendió que el orfanato no será así para siempre.


Una aclaración: Shion no quería tener un hijo, quería que su relación con Dohko se consolidara, Dohko vio eso como una oportunidad para salvar a un niño, cosa que quizás no pudo hacer en  más de dos siglos (En lost canvas se ve que Dohko para llegar a Rozan le costó mucho caminar con la técnica que le dio Athena y cuyo nombre es muy complejo para ponerla) por ende moverse de Rozan al orfanato con su corazón que latía demasiado lento le habría costado mucho, pero puede ser que en doscientos años lo allá hecho unas cuentas, muchas veces.


Significado del Nombre anterior: Shen


Shen es un nombre chino, que significa Espiritual, profunda reflexión.


Le puse este nombre adrede,  dado las naturalezas de Shion y Dohko, más del segundo que del primero XD, aunque no lo conservara, depende de ustedes, voten si quieren que el peque se llame Suikyo Shen. El que será nombre  definitivo es referencia al santo de Copa/espectro de garuda de Next Dimmension, Shion y Dohko parecían muy unidos a él, Dohko lloro desgarrado la muerte de Suikyo, y aunque el manga no avanza muy rápido parece ser que los tres se estimaban, además Suikyo parece que era un santo muy poderoso, todos lo elogian,  hasta Ikki XD.  En lo personal me gusta pensar que de haber tenido un hijo Dohko y Shion le abrían puesto Suikyo….futuras ideas para mpreg me surgen.


Suikyo tomara cierta relevancia al pasar los caps, porque Regulus está en edad de relacionarse con otros bebés y necesita con quien jugar, además de sus tíos dorados, en el próximo capítulo verán más de él.


Curiosidad de Regulus de hoy:


A Regulus le gusta morder, dejar la marca de sus dientes donde puede,  pero sabe bien que morder y a quienes no morder, puede morder a alguien si él lo quiere,  pero por casualidad ha demostrado que es inteligente y sabe a quienes no debe morder. Según Aioria y Marin lo único que se mete a la boca, además de su chupete, es el mordillo.


Maxi: cumple tus expectativas Shion?


Shion: No, falta Suisho.


Maxi: No seas exigente.


Shion: En Dones se suponían que serían mellizos.


Maxi: confórmate lo que tienes.


Shion: No hasta que aparezca Suisho.


Dohko:  =) a mí me encanta Suikyo, quiero ver cómo se comportan Mu y Shiryu cuando lo vean.


Espero les allá gustado, pronto el siguiente cap, que lo tengo que corregir, pero les daré un par de días antes de la actualización, no se pierdan a Saga de Niñero se los recomiendo =D


Un abrazo y nos leemos pronto 


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