Todo terminó temprano, a eso de las ocho ya lo estaba pasando a dejar a su casa con toda la tranquilidad, habíamos casi olvidado a mi primo y su novio, al menos por ésta noche ya que era cuestión de horas el volver a verlos.
- Sasuke, ¿quieres pasar? – no me miró siquiera, aunque evidentemente era a causa de la pena.
- ¿Seguro?, ¿no le molestaría a tu familia? – era natural asumir que vivía acompañado, ¿cierto? No era que fuera normal, sencillamente era una suposición en base a lo más común.
- Vivo solo Sasuke.
Eso me sonó a tantas cosas, música, ternura, perversión; pero también, su tono de voz, me sonó a tristeza, y eso era lo único que no me gustaba. No pude negarme a entrar a su casa, tenía curiosidad por saber cómo sería, cómo viviría el pequeño rubio, y aunque no vivía de forma muy diferente a la mía, me cautivó ver que era mucho más ordenado y responsable de lo que parecía; pero que además tenía ciertos rasgos infantiles, aún en las decoraciones de su hogar.
- ¿Gustas algo de tomar Sasuke? – llamó mi atención cuando me acercaba a mirar que se dejaba recados a sí mismo escritos en un pequeño pizarrón de tiza.
- Agua está bien Naruto. – aseguré sonriendo, cada vez era más usual que le sonriera a ese chico.
- Vale.
Caminó hacia un pasillo que me intrigaba, a la primera puerta entró y prendió la luz, un poco apenado me acerqué y crucé la puerta, se trataba de una diminuta; pero acogedora cocina, de hecho era un tamaño perfecto para una persona, dos como máximo, de lo contrario daba la impresión de que no se podría ni abrir la puerta del microondas. Abrió una gaveta y sacó dos vasos, los cuáles llenó de agua del grifo y me extendió uno.
- Gracias. – sonreí nuevamente y al tomar el vaso, tomé su mano totalmente a propósito.
Nos quedamos charlando otro rato de cosas banales, incluso me contó chistes una que otra ocasión, parecía una plática de un par de amigos cualquiera.
- Oye Sasu, ¿cómo te enteraste que tu hermano es gay? – era la primera vez que me nombraba de ese modo, y realmente me había gustado mucho.
- Pues comenzó a salir con su novio actual hace unos años, un día platicábamos él y yo, él me contaba apenas que tenía pareja; pero evitaba a toda costa decirme su nombre o decir “novio”, se limitaba a decirle “esa persona”. Yo jamás creí que fuera gay, no es como que me parecía malo, sólo no me lo imaginaba de Ita.
“Finalmente un día entre tantas charlas por primera vez mencionó “lo amo”, lo cual fue el inicio de todo, él quiso tratar de engañarme y me costó mucho convencerlo que no me importaba que fuera un chico, que me caía bien por hacer feliz a mi hermano.
- ¿Y con tus papás? – cuestionó nuevamente.
- Bueno, eso fue más complicado, aunque después de mucho hablarlo con ellos lo entendieron. Si no mal recuerdo mientras viajaban Ita llevó a Dei a la casa, estábamos jugando los tres y finalmente, por curiosidad, les pedí que se dieran un beso, me parecía tan… lindo, verlos tan felices. Nos la pasamos hasta tarde en videojuegos e invitamos a Dei a dormir a la casa, aunque para nuestra mala suerte Fugaku y Mikoto llegaron días antes y pillaron a Ita y Dei durmiendo juntos, ellos son mayores que nosotros por seis años, y resulta que habían tenido su primera vez esa noche, así que imagínalo.
- Ya veo. – contestó apenas.
- Naruto, ¿tú por qué vives sólo?
Naruto dudó un par de minutos sí responder o no a eso, se paró una vez a rellenar su vaso con agua y respiró profundamente varias veces, y antes de que pudiera retirar mi pregunta, escuché como comenzaba a hablar.
- Bueno, hace un par de años había salido con un chico, un vecino. Me gustaba mucho y al parecer yo a él, así que me pareció una idea tierna. Sólo salimos por un par de meses y luego tuvimos que alejarnos porque él se mudó con su familia y yo prácticamente tenía prohibido salir; pero el mes pasado llegó a mi casa, estaba borracho y llegó a gritar por fuera que me quería, que quería volver a salir conmigo y así – escuché como tragó saliva, aunque no me parecía rara la anécdota aún, no podía dar nada por sentado. - , se me ocurrió abrir la puerta y comenzó a besarme por la fuerza, incluso comenzó a tocarme por encima de la ropa. En ese momento llegaron mis padres.
“Papá se fue sobre él, entre la pelea él le dijo a mi padre que habíamos salido meses antes, en ese momento papá dejó de golpearlo y lo sacó de la casa, me miró molesto. Les conté la verdad y les dije que soy gay, y me sacaron de casa también.
- ¿Y cómo pagas ésta casa? – tenía que preguntarlo, no podía quedarme con la duda y el pendiente de mi dobe.
- Mi abuela me dio algo de dinero, seguramente pronto necesitaré trabajar para seguir pagando el alquiler.
Pensé incluso en invitarlo a vivir conmigo; pero sería muy rápido, y ya íbamos muy acelerados en ésta especie de relación, así que medité por unos minutos alguna solución, y finalmente opté por dejar de lado vivir juntos.
- Naruto, no puedo llevarte a vivir conmigo; pero puedo ofrecerte algo. – comenté un poco preocupado, pues se escucharía muy mal.
- ¿Algo? – preguntó sin malicia alguna.
- Primero déjame aclarar, lo ofrezco porque quiero ayudarte, no quiero nada, absolutamente nada a cambio. Puedo pagar tu alquiler.
- ¿Qué? – comenzó sin terminar de entender. - ¡No!
- Naruto, escucha, mis padres tienen una empresa enorme, son muy adinerados, vivo solo por cercanía a la universidad, ellos me pagan todo, y me dan mucho dinero extra que yo realmente no uso para nada, no tiendo a gastar para nada, bueno… hoy para salir contigo; pero nada más. – admití.
- No puedo dejar que hagas eso Sasuke. – replicó automáticamente.
- Oye, tienes tres opciones, vives conmigo, me dejas pagar tu alquiler, o trabajas y estudias.
- Entraré a trabajar teme.
- Naruto, tú te pagas universidad y alquiler, ¿cierto? – pregunté curioso.
- Hai.
- Bueno, ¿dónde quieres trabajar dobe? Un trabajo de medio tiempo no te dará lo suficiente para mantener ambas cosas.
- ¿Y entonces? – esa pregunta me dejó en claro que tampoco se había sentado a buscar trabajos aún.
- Por eso te ofrezco pagar el alquiler dobe, trabaja a medio tiempo y paga la universidad y gastos, lo de tu casa yo lo pago. – insistí, no quería que Naruto se fuera lejos de aquí, ahora era perfecto tenerlo justo de camino a la universidad y a mi casa.
No contestó ni en ese momento, ni después de otro rato de seguir charlando, vaya que era orgulloso ese dobe, no podía creer que con todo y que era una ayuda desinteresada, se siguiera negando rotundamente.
Cuando menos lo noté Naruto me invitó a pasar la noche en su casa, la idea me tentaba a muchas cosas; pero de nuevo el pensamiento de ir muy rápido me pasaba por la mente. Nos dormimos juntos, yo lo abrazaba con cariño y él recostado en mi pecho me había alegrado. No sólo en ese momento, la vida, desde que llegó la vida era diferente, me sabía diferente.
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