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Calor en Invierno por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi-oh! Y sus personajes no me pertenecen. Si fuera así Yami no se hubiera ido y terminaría estando con Yugi, igual que Ryou con Bakura y Malik con Marik.
Además Tea se iría al tartaro por p*rr* xD.

Luego de dormir un par de horas, cubierto por las sabanas y envuelto en el tibio cuerpo de Bakura, Ryou se despertó sintiéndose mejor, su temperatura corporal aún no se había reestablecido por completo pero si se sentía bien, por lo menos los escalofríos ya no lo recorrían cada cinco minutos y no se sentía tan débil.

Se revolvió un poco encantado con el calor y el aroma de su yami que lo rodeaba por completo, se acurrucó en su pecho extasiado por cómo se sentía, su enamorado corazón latía rápidamente y una sonrisa se plasmó en sus labios, estar con Bakura lo hacía tan feliz, los meses sin él habían sido toda una tortura para su alma, agradecía profundamente a Yugi el haberlo contagiado de su persistencia por recuperar finalmente a los tres yamis.

Una sensación de vacío junto a un pequeño gruñido, provenientes de su estómago le indicó a Ryou que tenía hambre, tampoco era mucha, solo se le antojaba algún bocadillo ligero… quizás algo de fruta.

Lenta y sigilosamente se zafó del suave agarre de Bakura y salió de la cama, se puso unas pantuflas y salió de la habitación lo más rápido y silenciosamente posible, esperando no despertar a su yami. Bakura no tardaría mucho en percatarse de su ausencia y no quería interrumpir su descanso.

Bajó con rapidez las escaleras y llegó a la cocina, una vez allí hurgó un poco en la nevera antes de encontrar una bolsa con varias fresas/frutillas “perfecto” pensó con una sonrisa, las puso en un tazón luego de lavarlas, se secó bien la manos para que no le agarrara más frio y con el tazón en manos se dispuso a subir, hasta que vio algo, sonrió más “doblemente perfecto” tomó una lata alargada y otra más pequeña que había visto en la alacena y rápidamente subió… ‘Crema batida’ ponía en una y ‘lecha condensada’ en la otra.

Regresó a su habitación y echó un vistazo a la cama, Bakura seguía en la misma posición, se le hizo un poco extraño pero no le dio mucha importancia, dejó su carga en la mesita al lado de su cama y cerró la puerta. Se sentó con suavidad en el lecho intentando que el movimiento fuera lo menos brusco posible para que su otro yo no lo notara, tomó la leche condensada y la dejó caer sobre las fresas haciendo círculos cada vez más pequeños hasta llegar al medio, para que todas tuvieran. Dejó esa lata en la mesita y cogió la de crema batida, la agitó un poco y luego apretó la tapa para que la esponjosa y dulce sustancia blanca cubriera todas las frutas.

Lo que Ryou no sabía es que Bakura ya estaba despierto, simplemente fingía estar dormido para ver -a través de la sortija- lo que su luz hacía y saber el motivo por el que se levantó sin decirle nada, para su alivio el menor parecía en mejores condiciones que cuando llegaron a casa más temprano.

Luego de ‘preparar’ su bocadillo Ryou colocó un poco más de crema en su dedo índice, dejo la lata en la mesilla antes dar un pequeña lamida al dulce, finalmente lo metió en su boca, chupando y saboreando con inocente deleite la dulzura de la blanca sustancia . Todo aquello bajo la, no tan inocente, mirada de Bakura.

─Delicioso ─murmuró en voz baja el menor, tomó unos pocos almohadones grandes de su cama y los colocó para recostarse entre ellos, de modo que quedara medio sentado y empezó a comer sus fresas ─que rico ─susurró igualmente con una leve sombra rosa en sus mejillas.

Luego de comerse un par de ellas Ryou tenía una mancha blanca al costado izquierdo de su boca, del lado donde estaba Bakura, cuando cerró los ojos para saborear a placer la tercera fresa, se sobresaltó al notar una caricia húmeda cerca de su boca. Se giró a ver en aquella dirección, descubriendo a Bakura paseando su lengua por su labio superior, mirándolo con un peculiar brillo en los ojos: deseo y hambre mezclados con diversión y algo que no supo reconocer.

─ ¡Bakura! ─le llamó sorprendido.

El aludido se acercó a lamer lo poco que quedaba de la crema ─que malo eres, no pensabas darme ─acusó con fingido reproche.

─Por supuesto que si ─respondió algo ruborizado por las acciones del mayor ─iba a dejarte algunas puesto que no quería despertarte.

─Ehhh ¿y por qué no querías despertarme? ─jugó.

Ryou le dio una sonrisa en lo que cogía con su dedo un poco más de crema ─porque…─ puso su dedo en la nariz del mayor, manchándola con el dulce ─te veías muy lindo dormido  ─le guiñó un ojo antes de sacar su lengua para limpiarle la nariz. Tomó otra fresa ─ ¿gustas? ─se la acercó.

Bakura abrió la boca para recibir la fruta, primero lamió lentamente la crema y la lecha condensada que tenía, mirando en todo momento a los ojos de Ryou, quería tentarlo, ‘accidentalmente’ su lengua rozo el dedo del menor hasta finalmente mordió la fresa. Ryou lo veía sonrojado, su corazón se había acelerado en ese lapsus de tiempo.

Y Bakura lo notó, porque el menor lo llevó a recostarse en su pecho mientras compartían el aperitivo, a veces Ryou mordía la mitad de la fresa y le daba la otra mitad a Bakura, o lo hacía a la inversa: dejaba morder primero a Bakura y él comía lo restante.  

Luego de unas pocas fresas más Ryou tenía nuevamente los costados de su boca manchados con ambos aderezos, Bakura se movió para acercarse a su rostro.

─Pareces un niño pequeño ─se burló limpiando con su lengua lentamente la piel de su yadonushi, Ryou volvió a sonrojarse, al menor se le escapó un jadeo cuando Bakura se puso completamente encima de él ─ ¿Qué pasa hikari? ¿Quieres jugar? ─propuso sugestivamente el mayor mientras su lengua descendía hasta el cuello del menor.

Sin que Bakura se diera cuenta Ryou tomo la lata de leche condensada y, dándole un pequeño empujón a su yami para recostarlo, logró tomarlo con la guardia baja derramando un poco del espeso dulce por su pecho y garganta, aprovechando que los primeros botones de la camisa del mayor estaban desabrochados y esta se había abierto bastante por el movimiento.

─ ¿eh? ─fue lo único que pudo murmurar Bakura al no esperarse tal cosa.

─ ¿Qué no querías jugar? ─le dijo travieso Ryou, dejando la lata de regreso en la mesa y poniéndose sobre el mayor para empezar a lamer lo que había echado en su pecho, dejando de vez en cuando alguna que otra mordida.

Bakura mostró una sonrisa socarrona limitándose a rodear la cintura de su luz con sus brazos mientras este limpiaba su piel. Ryou estaba totalmente entretenido lamiendo la leche derramada que no notó la tensión que iba creciendo en el pantalón del mayor. Finalmente llegó a su cuello donde succionó con más fuerza su piel, a sabiendas de que a su yami le gustaban las caricias bruscas en ese lugar en específico, luego de retirar por completo el aderezo Ryou mordió con un poco de fuerza el cuello de Bakura, sacándole a este un placentero gemido.

─Ahhhhh Ryou ─gimió de deleite, los suaves mordiscos del menor siempre lograban hacerlo temblar.

Ryou se dedicó a abrir los botones faltantes de la camisa del mayor, finalmente retirándosela, fue ahí cuando se percató del notorio pálpito entre los pantalones de su yami. Tímidamente puso su mano sobre el bulto, acariciándolo con suavidad, Bakura se estremeció ─Se te puso muy dura ─murmuró algo apenado.

─Eso es por tu culpa yadonushi ─le respondió en un ahogado jadeo ─tú me provocas demasiado.

Ryou parpadeó un par de veces apenado por el comentario antes de centrar su atención en su mano y lo que esta acariciaba ─entonces ─murmuró agachándose ─creo que debería encargarme de esto.

Bajó de un solo movimiento los pantalones y bóxers de su yami dejando al descubierto su miembro erecto cuya punta ya estaba humedecida con unas gotas de semen, las mejillas de Ryou se iban poniendo cada vez más sonrojadas a medida que bajaba su rostro hasta la hombría del mayor, lo observó un tanto intimidado por el tamaño ¿Cómo eso iba a entrar en él? apartó eso de su cabeza al sentir la penetrante mirada de Bakura sobre sí, acarició lentamente el miembro frente suyo con ambas manos antes de sacar su lengua y empezar a lamer la punta.

Pudo sentir como Bakura  se tensó al contacto de su lengua y un jadeo que se escapó de su boca, hasta ahora no había tenido un contacto tan íntimo con el miembro de Bakura. Con curiosidad empezó a lamer solo la punta como si fuera una paleta, la rodeo algunas veces hasta meterla lentamente en su boca, succionándola un poco mientras sus manos subían y bajan por el tronco.

─Aww hi-hikari ─gimió Bakura de forma ahogada.

Ryou retiró sus manos, adentrando de a poco más y más del miembro en su boca, Bakura mientras apretaba fuertemente las sabanas bajo sus manos, en contraste con el frio invernal la boca de Ryou se sentía extremadamente cálida y acogedora, tanto que incluso llegaba a ser sofocante, era demasiado intenso, en especial porque era la primera vez que Ryou le hacía aquello… Era como estar en el puto cielo.

Sin poder contenerse movió sus caderas contra la boca de Ryou pidiendo así que aumentara el lento y enloquecedor ritmo con que había iniciado el menor. Para su deleite Ryou comprendió su petición y aumento su movimiento logrando que Bakura se retorciera de placer… su hikari era todo un deleite… y era todo suyo.

Pequeños gemidos emitía también el menor, pues a cada segundo que seguía haciendo eso sentía como su cuerpo se calentaba más y más, anhelando el toque de Bakura, aumentado su deseo de unirse finalmente a él. Las vibraciones de su garganta llevaron a Bakura a un punto sin retorno, su cuerpo se tensó aún más.

─Ahhh Apártate Ryou ahh ─le advirtió ─ahhh ahh voy a… ¡Arggggg!

Sin acatar lo dicho por el mayor Ryou succionó con más fuerza. Bakura se corrió llenando la boca de Ryou con su semen, el chico, contrario a lo que Bakura pensó, tragó todo el espeso líquido con gusto. El menor se relamió los labios mientras se movía para recostarse en el torso de su yami, abrazándolo por el cuello.

─ ¿Te ha gustado Kura? ¿Lo eh hecho bien? ─preguntó en un murmullo apenado.

─Me ha encantado yadonushi ─le respondió aun un poco agitado ─creo que has tenido la prueba de ello en tu boca ─estiró su mano para tomar otro poco de crema batida y ponérsela en el lado derecho del rostro y lamerlo.

Ryou soltó una risilla, sacó su lengua para recoger un poco de la crema ─me gusta la crema batida… pero tú sabes mejor ─susurró con vergüenza sin verlo a los ojos, enterrando la cara en su cuello.

Bakura soltó la risa ante el comentario de su luz ─eres un encanto.

Aun sin levantar el rostro Ryou empezó a rozarse sobre el mayor ─Kuraaa ─gimió besando y mordisqueando su cuello ─te quiero.

─Y yo a ti yadonushi.

Ryou tomó otra fresa y la puso en su boca apretando la parte baja entre sus labios, se acercó a la boca de su yami ofreciéndole la fruta con un leve sonrojo.

Bakura mostró una sonrisa ladina antes de abrazarlo y darles la vuelta para dejar al menor bajo suyo, solo entonces aceptó la fresa, sin sacarla de la boca de su luz le fue dando pequeños mordiscos, buscando alargar el juego, finalmente tomo el ultimo trozo, con su mano separo más los labios de su niño y dejo caer el pedacito de fruta entre ellos, esperó a que Ryou lo pasara para meter esta vez su lengua entre sus labios y recorrer la, ahora, más dulce cavidad con hambre y deseo. No hace falta decir que las mejillas de Ryou competían con el tono rojo brillante de las fresas.

Cuando Ryou le paso los brazos por el cuello para profundizar sus besos -para ser sinceros, Bakura pensó que llegados a ese punto Ryou iba a querer parar- el mayor empezó a retirar la prenda que cubría el torso de su luz, sin dejar de besarlo busco a tientas la lata de crema batida, la agitó un poco lo más disimuladamente posible y cuando se separaron para respirar aplicó un poco de la crema sobre los pezones y el vientre de Ryou, haciéndolo estremecer ante el frio contacto del blanco dulce.

Bakura inició un camino de besos por el mentón de su luz, bajando por su garganta, delineando con la lengua su clavícula hasta llegar a su pezón derecho, le dio una pequeña lamida a la crema encima antes de tomarle en su boca, chupándolo un poco antes de jalarlo levemente hacia arriba con sus labios ─Ahhhhh ─fue el sollozante gemido del menor, cuando estuvo limpio dirigió su boca al izquierdo mientras una de sus manos se encarga de acariciar el otro, pellizcándolo, hundiéndolo y jalándolo suavemente.

Esta vez rodeó el izquierdo haciendo círculos con su lengua, recogiendo de a poco el dulce, finalmente tomo con un dedo de su mano libre lo que quedaba de crema y lo acercó a la boca del menor, Ryou con los ojos semi-cerrados y las mejillas coloradas, lo tomó con su boca limpiando el dulce y lamiendo sugestivamente el dedo del mayor, como antes lo hiciera con su hombría. Esto hizo jadear a Bakura sintiendo como su miembro palpitaba nuevamente, deseoso de entrar en el cuerpo de su par.

Bakura entonces bajó entre besos y mordiscos por el pecho y abdomen del menor hasta llegar a su ombligo donde se entretuvo lamiendo la crema de su piel con deleite, Ryou mientras se retorcía sintiendo esa precaria lengua rodearle e introducirse en su ombligo, lo sentía muy intenso, su piel estaba muy sensible ante las caricias del mayor, sus caderas temblaban levemente mientras la lengua de Bakura bajaba cada vez más, retirando todo el dulce hasta llegar al borde de su pantalón de dormir.

Bakura se detuvo, solo entonces Ryou pudo soltar un suspiro tranquilo, todo aquello era demasiado intenso, tanto que en algún punto había perdido la vergüenza y el pudor, ahora solo deseaba seguir sintiendo a Bakura cerca suyo, su calor y su aroma, toda esa sensualidad y picardía que lo rodeaba.

Bakura suspiró poniendo sus manos de manera floja en el borde de la prenda a los costados ─Ryou… dime ahora si quieres… si no… yo… ─por sobre todo para Bakura estaba antes lo que su niño quisiera, él no iba a obligarlo a nada.

Con una pequeña y dulce sonrisa Ryou se sentó llevando una mano a la mejilla de su yami ─creo que… ya nos eh dado mucho la larga a ti y a mi ─los ojos del mayor se abrieron como platos al escucharlo ─contigo no tengo nada que temer… Kura hazlo, tómame ─murmuró algo tímido antes de darle un suave beso. Por su parte Bakura aún estaba algo sorprendido pero le bastaron esas palabras para llevar nuevamente la menor contra la cama, aun besándolo mientras retiraba las últimas prendas de su hermoso cuerpo.

Ryou, totalmente apenado cerró los ojos con las mejillas al rojo vivo, Bakura aprovecho eso para tomar la lata de leche condensada derramando parte de su contenido sobre la intimidad de su yadonushi, haciéndolo temblar, el espeso dulce resbalo entre los muslos y glúteos del menor, pasando a humedecer su entrada hasta manchar las sabanas de la cama.

Ryou sufrió un nuevo escalofrío al sentir ligeros mordiscos y besos de Bakura en sus muslos hasta llegar a su miembro, donde empezó a lamer lo que había derramado, limpiándolo mientras su dedo índice jugueteaba alrededor de su entrada hasta adentrar dos dedos con cierta facilidad gracias a la lubricación que brindaba la leche condensada.

Ryou soltó un fuerte gemido al notar la intromisión en su entrada, no dolía, era más como una incomodidad placentera, en especial porque la lengua de Bakura seguía recorriendo su intimidad. Cuando Bakura metió un tercer dedo y empezó a separarlos más notoriamente Ryou emitió un leve quejido de dolor.

Unos cuantos segundos más así y el mayor cambio de posición, poniéndose encima de su luz, dispuesto a tomarlo finalmente ─Tranquilo, solo relájate… prometo hacerlo despacio ─murmuró en su oído mientras repartía dulces besos por su cuello, tratando de que el menor relajara el cuerpo.

Ryou soltó un suave suspiro tratando de hacer lo pedido, pasó sus brazos por el cuello de Bakura, casi ronroneando por las exquisitas caricias en su cuello. Con tranquilidad Bakura le hizo rodear su cadera con una de sus piernas, la otra la flexionó hacia adelante llegando reposarla sobre su hombro, Ryou no mostro ninguna disconformidad o molestia ante este hecho ─Mmm siempre has sido bastante flexible pequeño ─lamió lentamente el borde de su oreja mientras se rozaba tentativamente contra su tierna entrada.

─Hazlo ─pidió en un ahogado jadeo.

─ ¿listo? ─el menor solo asintió ─aquí voy Ryou.

Lentamente Bakura se fue empujando en la entrada de Ryou, el menor se revolvió un poco ante el ligero dolor que la intromisión le causaba, su rostro se contrajo y apretó la mandíbula para no sollozar, no quería preocupar a su yami, así que ladeó el rostro para ocultar las pocas lagrimas que se le escaparon, mordió el cojín para ahogar los pequeños quejidos de dolor que se le escapaban. Bakura se detuvo una vez estuvo totalmente enterrado en él.

─ ¿te duele mucho? ─preguntó preocupado el mayor, aunque por dentro apenas y podía contenerse de embestir rápida y profundamente en aquella cálida y estrecha cavidad que lo apretaba tan deliciosamente.

─Solo un poco… estoy bien, descuida ─le ofreció una hermosa sonrisa.

Bakura le tomó el rostro con una mano para limpiar las saladas gotas con su lengua, luego giró un poco la cabeza para exponer su cuello ─si quieres morder algo, muérdeme a mi… yo soy el que te está lastimando.    

Ryou le sonrió apenado ─Baka ─le murmuró con cariño antes de depositar un beso en su cuello ─te amo ─susurró muy quedadamente antes de morderlo con fuerza.

Bakura gimió de placer moviéndose un poco en su interior, le encantaba que Ryou lo mordiera, sentir el filo de sus dientes apretar su piel, y que luego se ‘disculpara’ lamiendo la herida.

─Yo también te amo hikari ─le respondió entre jadeos, Ryou soltaba un poco su agarre antes de volver a morder, haciendo aquello aún más intenso para el mayor ─lo eres todo, TODO para mi… ¡Ahhhhhh Ryou! ─gimió al sentir un nuevo mordisco.

Entonces Ryou movió sus caderas contra él, indicándole que se sentía mejor y que podía continuar. Bakura por supuesto, no tardó mucho en hacerle caso empezando a embestir lo más suavemente que pudo para no lastimarlo en lo que el menor se acostumbraba.

─Ahhhhh awww ¡Kura! Ahhh ─gimió el menor sintiendo como los empujes de su yami iba aumentando en fuerza e intensidad.

─ ¡Ohhh Ryou!... Me encantas hikari ─gimió de deleite, Ryou se arqueó contra su cuerpo cuando sus embestidas se hicieron más rápidas soltando un pequeño grito ─estas tan estrecho y caliente ahhhh… ─lo abrazó más contra sí apegándolo lo más posible a su cuerpo ─me encanta tenerte tan cerca ¡Mmmmmm! sentir como nuestros cuerpos encajan a la perfección mi pequeño.

─Yo siento ¡ahhhhh! lo mismo… mi adorada oscuridad Ahhhh! ─Ryou empezó a moverse contra Bakura a su mismo ritmo, sintiendo el calor de su cuerpo aumentar y cierto hormigueo en su vientre que lo hacía retorcerse y tensar sus músculos ─Ahhh ahhhh Te amo ¡Kura ahhhh! ¡Mmmmm! Más fuerte ¡ahhh! ─rogó apretando más la pierna que tenía alrededor de su cadera, empujándolo contra sí.

─ ¡Ahhh! mi pequeño travieso ─salió de su interior ganándose un gemido de reproche, le dio la vuelta y le alzó las caderas ─ ¡Argggg Ryou! ─rugió de placer embistiéndolo con más fuerza, sintiéndose ir más adentro.

─ ¡Ahhh sí! ¡Kuraaa! ─gimió sollozante de placer ─te siento… tan profundo ¡Ahhhh!

─ ¿Te gusta… hikari? ─preguntó entre gemidos. El menor solo asintió a duras penas ─dilo mi pequeño, di que te complazco mi adorada luz.

─ ¡Ahhhhh! ¡Sí!  ¡Me gusta! ─dijo casi a gritos ─Te siento… tan profundo ¡Mmmmm Ahhhh! Te amo ─decía entrecortado, sintiendo como aquel cosquilleo se hacía más intenso, potentes calambrazos atormentando su bajo vientre. Sin apenas darse cuenta contrajo sus músculos interno provocándole las mismas sensaciones en su yami.

─ ¡Arggggg Ryouuuuu! ─soltó un fuerte rugido de placer dando los últimos embistes sintiéndose explotar en el interior de su luz.

─ ¡Ahhhhhh Kuraaaaa! ─gritó Ryou llegando también al orgasmo al sentir el tibio semen de su amante llenar sus entrañas.

─ ¿te sientes bien pequeño? ─preguntó el mayor luego de haberse salido de Ryou para acomodarlo con suavidad sobre su pecho.

─Estoy bien, no tienes que preocuparte ─le decía con voz dulce el hikari haciendo suaves círculos sobre su pecho a modo de caricia.

─Seguro ¿no te duele mucho?

─No Kura, seguro. Te amo.

─Y yo a ti Ryou… mi Ryou.

─Si… tuyo ─dijo con ternura y luego soltó una risilla.

─ ¿Que te causa gracias? ─quiso saber.

─Al final me quitaste el frío ─le dio guiño sacándole la lengua.

─Te dije que siempre te cuidaría.

─Es verdad ─le ofreció una hermosa sonrisa ─ ¿quieres la última? ─dijo tomando la única fresa que quedaba en el ya olvidado tazón.

Bakura mordió la mitad y luego, con su boca, le dio el resto a su luz antes de volver a besarlo.

Notas finales:

Yujuuuuu! Hola mundo! ¿Qué tal? Eh aquí el final de este hermoso y sensual three-shot ~('-')~

Diganmelo todo! Les gusto! Esta aburrido? Tan siquiera les sacó un ‘ahhh pillines ¬w¬’ xD
Espero sus comentarios =3
 

Un gran saludo y abrazote a Toooooooood@s lo que me leen =3 los llevo en mi <3

Pd. Si los moderadores de la página leen esto, les pido por favor que en la lista de los personajes de Yu-Gi-Oh! Incluyan a Yami Bakura y a Yami Marik!!

Bueno, creo que eso es todo por ahora.

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy!

Nos leemos

¿Review? =3


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