“Gran Comedor” – Mesa Gryffindor
Era la hora del almuerzo y la mayoría de los alumnos se encontraban desayunando en ese momento.
Todas las casas estaban inmersas en risas, pláticas y gritos. En especial la mesa de Gryffindor, que tenía la fama de ser la más alegre y escandalosa.
-¿Alguien ha visto a James?.- pregunto Remus mientras se servía un poco de frutas encima de su cereal.
-Cuando me desperté él ya no estaba.- contesto un Sirius muy feliz.- Quizás se despertó con la motivación de ser el primero en clases.
-Creo que hablamos de diferentes James.- Remus le sonreía a su amigo.- Es más fácil que Peter se haga amigo de Crouch, que James llegue temprano a clases.
-No, gracias.- Peter tenía cara de susto.- estoy muy bien con los amigos que tengo, no quiero a uno que a la primera que le dé la espalda me vaya a clavar una daga.
-Eres un exagerado, Peter.- decía un sonriente Frank.- no todos los Slytherin son unos psicópatas, indiferentes, fríos y malvados.
-Mejor no los ayudes, Frank.- Arthur le dijo al ojimiel.
-Como sea, no soy un exagerado y todos ustedes saben que es verdad. Crouch me odia, estoy seguro que tiene una lista de magos y brujas a las que matar y yo soy el primero.- Peter sintió un escalofrió solo de pensar en ello.
-Bartemius nunca haría eso.- Severus hablo por primera vez, se encontraba molesto por tener que pasar el desayuno en compañía de unos alborotadores Gryffindor y prácticamente ser arrastrado hasta la mesa para desayunar con ellos. Todo era culpa de Sirius y su tonto plan de hacer que sus amigos y él se llevaran mejor.- No eres lo suficientemente importante para que te encuentres en su lista, Pettigrew.
… ¿La lista existía de verdad?.- los leones se preguntaban lo mismo.
Justo en ese momento llego Lily.- Buenos días, chicos.- la pelirroja se sentó a un lado de Severus quien estaba comiendo un pedazo de tarta de manzana.
-Buenos días, Lily.- contesto Remus.- ¿Dónde estabas? Es raro en ti llegar tarde al desayuno.
-¿Eh? Bueno…fui a la biblioteca por un libro que necesito para la clase de runas.- la pelirroja desvió la mirada, lo cual hizo que las sospechas en la serpiente que tenía a un lado se activaran.
Severus se acercó a la pelirroja y le susurro.- supongo que en la biblioteca acaban de plantar un árbol, ¿verdad?.- Lily no entendía porque Severus decía eso hasta que este estiro su mano y le quito una hoja de la cabeza.- o es un nuevo árbol o estuviste en una nueva biblioteca al aire libre.
La pelirroja se puso del mismo color que su cabello sin saber que contestarle al azabache que por lo visto se había dado cuenta de su mentira. Gracias a Merlín, Remus llego en su ayuda.
-Por cierto, Lily. ¿Cuándo ibas a la biblioteca de casualidad no viste a James?.- Remus tenía la esperanza que la pelirroja haya visto a su amigo merodeador.
-De hecho si lo vi, pero…
-¿Pero?.- cuestiono Arthur.
-Vi algo muy raro, chicos.- Lily aún no estaba segura si lo que vio fue real o de plano ya tenía ilusiones muy reales.
-¿Viste al imbécil de Potter estudiando? Sí, eso es muy raro.- Severus estaba muy aburrido, no tenía ningún interés en el líder de los idiotas.
-Severus, estas hablando de mi amigo.- dijo Sirius un poco molesto por lo dicho por su ahora novio.- ¿puedes dejar de llamarlo imbécil?
-No, aun me cae mal.- el azabache sabía que llamar imbécil a los amigos de su novio estaba mal, pero aun no había olvidado las bromas que los leones le habían hecho. Todo tendría que ir poco a poco.
Sirius no se quedó callado y contesto.- Y a mí los estirados de tus amigos pero no me ves dici…
-¡Guarden silencio ustedes dos! Si se van a pelear háganlo después.- Remus realmente no quería ser presente de una pelea entre su amigo y su novio. Severus rodo los ojos y Sirius prefirió guardar silencio por ahora.
-Puedes continuar, Lily.- Fran le sonrió a la pelirroja.
-Bueno… no sé si me van a creer pero…-Lily tenía la atención de sus compañeros leones.- vi a James corriendo, o mejor dicho, huyendo.
-¿Huyendo? ¿James? Creo que te has equivocado de persona.
-No me equivoco de persona, Sirius.- Lily rodo los ojos.- no estoy ciega, sé muy bien que vi y lo que vi fue a James huyendo.
-Quizás estaba haciendo un poco de ejercicio.- dijo Sirius.- a james le gusta mantenerse en forma.
-James solo hace ejercicio en los entrenamientos de Quidditch.- contesto Remus.- y estamos hablando de cornamenta. Jamás se ha levantado temprano en su vida y no creo que vaya a empezar ahora.
Nadie podía creer lo que la pelirroja decía, después de todo estaban hablando de James Potter, el líder de los merodeadores. La persona que nunca huía de algo ni de alguien.
-¿Y de que o quien estaba huyendo?.- pregunto Frank, con un ápice de duda.
Todos mantenían la mirada fija en ella, menos Severus, él tenía una mirada aburrida.- Del profesor Riddle.
…Ahora sí que había obtenido la atención de Severus.
“Oficina de Riddle”
James estaba a punto de morir de hambre y aburrimiento extremo; el profesor Riddle lo había confinado en su oficina con solo un vaso de agua y una pieza de pan. Lo peor de todo era que la serpiente lo había estado ignorando olímpicamente desde que llegaron y se puso a leer uno de sus amados libros.
-Profesooooor.- el silencio ponía de los nervios al león.- profesooooooor.- volvió a llamar mientras recostaba la mitad de su cuerpo sobre el escritorio.-¡Profesor!
Tom bajo el libro que estaba leyendo para hacerle caso a ese molesto león.-Si me estás hablando supongo que es porque ya ha acabado con lo que le pedí.
-¿Cuánto tiempo debo estar aquí?.- James estaba a punto de huir, y lo hubiera hecho si no fuera porque Riddle estaba a unos diez centímetros de la puerta y con varita en mano.- las clases están a punto de empezar.
Tom miro su reloj de mano.-Buen intento pero aún faltan veinte minutos para que inicien las clases, así que mejor aproveche ese tiempo para seguir escribiendo.- James soltó un sonoro quejido.- Para hoy debe haber terminado cinco páginas.
Potter dejo caer la cabeza en el escritorio y sollozo.-Voy a morir.
-Solo hágalo fuera de mi oficina, no necesito un cadáver el cual voy a tener que mover.- la serpiente volvió a agarrar su libro y lo abrió en la página donde se quedó.- por cierto, solo tiene permitido morir después de haberme entregado esas cinco páginas.
-¿Por qué es tan malo conmigo?.- James se quejaba, mientras Tom volvía a cerrar su libro y miraba el berrinche del menor con aburrimiento.
-Déjeme recordar. ¡Oh! Sí, ya me acorde.- Tom alzo las manos y empezó a enumerar.- primero, es un alborotador; segundo, se atrevió a mentirme; tercero, trato de huir de mí; y por último, se burló de mí.
-¡Ay! qué sentido.- susurro James.
-¿Qué dijo?.- el pelinegro entrecerró los ojos
-Nada, nada, nada.- cornamenta suspiro rendido. Sabía que era imposible persuadir a Riddle pero simplemente no podía evitar meterse con él.
Diez minutos después…
-¡ARGGG! ME VOY A MORIR.- James se jalo los cabellos, estaba harto de escribir y leer algo que no quería.
Riddle se reía interiormente, era divertido para él ver enloquecer al líder de ese grupo de tarados leones.- Si tiene el tiempo para estarse quejando, será mejor que lo emplee en terminar esas cinco páginas para hoy.
James volvió a suspirar, mientras recargaba su cabeza de lado sobre el libro en frente de él, mirando al profesor Riddle. Realmente era guapo, con un aura impenetrable y misteriosa, era un hombre muy orgulloso e inteligente.
Aun recordaba la primera vez que lo vio, era el nuevo maestro de defensa contra las artes oscuras y James pensó que podía salirse con la suya con el nuevo maestro…Claro que no fue así.
El profesor Riddle había entrado en el salón con un aura de “no me jodas y quizás te deje vivir”, y obvio todos los alumnos con James incluido dejaron los planes de molestarlo a un lado. Esa aura y los ojos fríos que les dedico hicieron que todas las bromas o malos comentarios hacia un profesor nuevo y literalmente joven se fueran por el drenaje. Las personas sabían por instinto cuando una persona era peligrosa y Tom Marvolo Riddle lo era.
James nunca había creído en el amor; ¿la lujuria y la atracción? sí, pero nunca el amor. Creía que solo era un sentimiento que estorbaba a la hora de seguir sus sueños, pero todos esos pensamientos se dispersaron cuando vio a Riddle. Fue como amor a primera vista, todo del ojiverde lo atraía, como el fuego lo hace con las polillas, a quienes no les importa quemarse y morir por ello.
Cornamenta ya no tenía ni idea de todo lo que había hecho para llamar la atención de Riddle, pero lo único que había obtenido era su molestia e indiferencia. Esa estoica y sexy serpiente, era un hueso duro de roer.
-¿Profesor?.
Tom estaba ideando una manera para hacer que ese latoso león dejara de hablar tanto.- ¿Ahora qué?
-¿Le puedo hacer una pregunta?
El ojiverde regreso a ver al chico de anteojos.- Si lo que quiere preguntarme es una tontería mejor guárdesela para decírsela a sus amigos, los cuales la apreciaran más que yo.
-¿Tiene pareja?.- Tom alzo una ceja a causa de la pregunta lanzada por el menor.
-Esa es una pregunta personal que no le contestare a uno de mis alumnos.- James realmente quería saber si tenía competencia.
-Yo no tengo pareja.- el ojicafé estaba dispuesto a dar el siguiente paso, quisiera o no el ojiverde.- aunque estoy enamorado de alguien.
Tom cruzo sus piernas y sus brazos mirando al joven que no podía mantener la boca cerrada ni por un minuto.- No entiendo porque me dice esto.
James se levantó y camino hasta ponerse en frente del profesor Riddle.- es alguien mayor que yo, inteligente, orgulloso, gruñón, estoico y muy guapo.- Tom lo veía con aburrimiento, pero eso no iba a persuadir a James de no dar el paso inicial.- aunque él no sabe que yo lo he amado desde la primera vez que lo mire.
Riddle no entendía porque ese alborotador le estaba diciendo eso, aunque algo en el fondo lo estaba incomodando. Realmente, no quería escuchar quien era la persona que tenía enamorado al león y eso lo confundía.
-Mmm… interesante.- los ojos de Tom eran tan fríos como un tempano.- Realmente, no entiendo que quieres conseguir diciéndome esto. No me interesa la vida amorosa de uno de mis alumnos así que si ya terminó con su charla, regrese a su asiento y deme lo que ha hecho para revisarlo.- Riddle miro su reloj de mano.- quedan cinco minutos para que inicien las clases así que será mejor que se dé prisa y agarr…
James interrumpió lo que estaba diciendo el ojiverde y hablo.-Realmente si no se lo digo nunca lo entenderá, ¿verdad?.- y antes que la serpiente reaccionara el león ataco.
Tom por primera vez en su vida estaba asombrado, no podía creer que estuviera siendo besado por chico menor de edad y, el alborotador número uno de Hogwarts.
James sabía que lo que hacía era muy osado pero simplemente no podía detenerse, he hizo algo mucho más osado, se sentó encima del profesor.
Entre los dos estalló una guerra de asombro, lujuria y desconcierto. Las bocas de ambos peleaban por el mando. La lengua de James peleaba para adentrarse en la boca de su serpiente, tenía que ponerle más ahínco antes de que el ojiverde reaccionara y empezara a lanzar crucios.
La lujuria borro todo gramo de sensatez en la cabeza de Tom. Agarro la cintura de James y lo acerco más a su cuerpo, sintiendo el delgado pero duro cuerpo del menor encajar en el suyo. La sensación era fantástica, haciendo que ambos quisieran más que solo un simple beso.
Gemidos salían de la boca del león, haciendo que Riddle gruñera con posesividad. Esos sentimientos nunca los había sentido por nadie, algo estaba cambiando en él y eso lo asusto. La ansiedad y la incomodidad se instalaron en Tom, haciendo que su cordura regresara de golpe.
Riddle puso sus manos en los brazos del menor y lo empujo con fuerza lejos de él, haciendo que James fuera a parar al suelo.- ¡auch! Eso dolió.
El ojiverde miraba al león entre molesto y confundido.- ¿Qué diablos pretendes?
James que aún estaba en el suelo, alzo la vista y le sonrió a la serpiente.- solo beso al hombre que amo.
-¿Qué?.- eso solo hizo que Riddle se confundiera aún más.
-Lo amo, profesor.- James se levantó y se sacudió el pantalón.- y hare lo que sea para que usted se enamore de mí.
Tom y James se miraron el uno al otro por unos instantes en silencio, la bomba que aventó el león había estallado justo sobre la serpiente.
-¡Largo de mi oficina! ¡Ahora!.- Riddle recupero su semblante estoico después de haber absorbido lo dicho por ese alborotador.
-¿Eso quiere decir que estoy libre del castigo?.- James sonrió cosa que hizo que la poca paciencia que había regresado a Tom se fuera.
-¡FUERA!.-James sabía que no era muy inteligente seguir jugando con la serpiente antes de que atacara, así que como buen Gryffindor, prefirió dejar la batalla para después.
El ojicafé salió de la oficina del jefe de la casa Slytherin, pero antes de que cerrara la puerta se atrevió a decir algo mas.- Te amo, Tom. Nunca me rendiré.- cuando los ojos de la serpiente se pusieron rojos, sabía que era tiempo de huir. Cerró la puerta antes de que el ojiverde le lanzara algún maleficio y se fue corriendo hacia el salón de clases con una sonrisa de oreja a oreja.
Mientras que Tom estaba contando hasta diez para no salir corriendo, alcanzar a ese león alborotador y … aun no sabía que haría si lo alcanzara y eso es lo que más lo molestaba, porque la idea de cruciarlo ya no le parecía tan buena idea como antes.
“Salón de pociones”
James llego corriendo al salón y se sentó de golpe en la misma mesa donde estaban Remus y Peter. Tenía suerte, el profesor aun no llegaba.
-¿Qué sucede? ¿Por qué vienes corriendo?.- pregunto Remus preocupado, la pelirroja les había dicho que cornamenta estaba huyendo del profesor Riddle. Pero por la sonrisa que traía el ojicafé parecía ser que no fue atrapado por el jefe de la casa Slytherin.
-¿Dónde está Sirius?.- pregunto James desestimando las preguntas de Remus.
-Fue a dejar a Snape a su salón.- Desde que Sirius era novio de Severus, actuaba de una manera muy sobreprotectora.- No me cambies el tema, cornamenta. ¿En dónde estabas? Nos tenías muy preocupados. Lily nos dijo que estuviste huyendo como loco del profesor Riddle. ¿Qué le hiciste?
-¡Oye!.- James se sentía ofendido.- ¿Qué te hace pensar que le hice algo?
Remus alzo una ceja.- Te conozco James, no trates de engañarme.
El ojicafé no pudo mantener mucho tiempo su cara de ofendido y sonrió.- Quizás le haya hecho algo pero eso no es importante en este momento.
-¡Diablos, James! ¿En qué estabas pensando cuando fuiste a hacer enojar a Riddle?.- lunático estaba preocupado por su amigo, Riddle era bien conocido por no soportar ninguna clase de bromas.
-Realmente pensé que tendríamos que ir a buscar tu cuerpo despedazado al bosque prohibido.- por primera vez hablo Peter.
-Mi Tom nunca haría eso.- …ahora sí que estaba enojado, su Tom nunca sería capaz de herirlo.
Remus y Peter se regresaron a ver con los ojos sumamente abiertos, y después volvieron la mirada hacia el ojicafé.- Acabas de decir, ¿Mi Tom?.- sus amigos pensaron que quizás habían escuchado mal.
-No, no han escuchado mal.- James aún mantenía su enorme sonrisa.- he dicho, “mi Tom”.
-¿Acaso lees la mente?.- tanto Remus como Peter estaban asombrados porque James había adivinado lo que estaban pensando.
-No es necesario leerles la mente, con mirarles la cara es más que obvio saber que piensan.
La clase estaba a punto de empezar por lo que poco a poco los alumnos iban ocupando las mesas. Los tres bajaron la voz para que nadie escuchara lo que estaban hablando.
-James, eres mi amigo y te apoyo la mayoría de las veces en tus locos planes pero esto es demasiado.- Remus estaba muy preocupado con este asunto.- no creo que sea buena idea meterse con el profesor Riddle. ¡Es un profesor! ¡Por Merlín!, puedes ir detrás de cualquiera en el colegio, deja en paz a Riddle.
-No, no puede ser cualquiera. Yo quiero a Tom.
-¡Esta loco!.- Peter no podía creer lo que estaba escuchando… ¿acaso había perdido la jodida cabeza?
-No estoy loco, Peter. Estoy enamorado.- Remus y Peter abrieron la boca del asombro, esto no era un capricho por parte de James, estaba hablando en serio.
-¡Oh por Merlín! Estas hablando en serio.- era un hecho y no una pregunta; Remus sentía que se le bajaba la presión.
-Es lo más serio que he dicho en toda mi vida.- la sonrisa de James les provoco un escalofrió por todo el cuerpo a Remus y a Peter.- Ustedes son mis amigos y confió en ustedes.
Ninguno de los dos quería escuchar lo que iba a pedirles James, ya que lo que saliera de su boca solo significaría una palabra… “problemas”
La sonrisa de James se hizo aún más grande y sus ojos brillaron con picardía.- ¿Me ayudan a conquistar a Tom Riddle?