No es que las cosas de repente se hayan tornado incómodas entre los dos, pero Link y Grahim habían estado hablando menos desde ese día donde tuvieron aquella pequeña discusión.
Las heridas de Link mejoraban con rapidez gracias a las pociones mientras que las de Grahim estaban tomando un poco más de tiempo pues al parecer su composición no se veía afectada de la misma manera, ni siquiera con la poción mejorada.
Por lo menos no estaba empeorando.
—Pronto podrás caminar de manera normal de nuevo, Link —Buhel dijo con un ligero asentimiento de cabeza mientras veía las cicatrices que tenía en la pierna—. Tú, Grahim, igual estas mejorando favorablemente.
—Puedo sentirlo, —el señor de los demonios suspiró, desviando la mirada de Link que lo había volteado a ver en ese momento—. Era de esperarse.
Buhel asintió, después de pasar tantas semanas había acabado por acostumbrarse a las cosas de Grahim y ya no le sorprendía tanto sus contestaciones y cosas que decía que para muchos seguían siendo irritables.
—Menos mal, hemos retrasado tanto las cosas, —Link suspiró, sacudiendo la cabeza.
El sentimiento de que las cosas se habían retrasado por su culpa y que había fallado en más de una ocasión ya no lo dejaban dormir tranquilo y aunque un día Zelda le había ido a decir que nadie lo culpaba y que, por el contrario, tenía el apoyo de todos, el sentimiento no se había ido y aún le hacía doler la cabeza de cuando en cuando.
—No te preocupes, Link, no es tu culpa y todo esto acabará pronto, confío en que podrás derrotarlo —Zelda le sonrió, mirando de reojo a Grahim—. Pronto podremos acabar con él finalmente.
Link no pudo contestar, solamente asintió levemente antes de suspirar y esperar a que Buhel terminara de revisar a Grahim quien mantenía la vista clavada en el piso en lugar de ver lo que el otro estaba haciendo o mirarlo a él.
No le gustaba que se hubieran distanciado, las conversaciones con Grahim y su presencia habían pasado a ser cosas normales que a él le gustaban y el de repente perderlas le había dolido y molestado más de lo que quería aceptar. Quería encontrar la manera de solucionar las cosas, pero simplemente no la encontraba.
Zelda e Impa salieron junto a Buhel a otra habitación cuando Impa le pidió que revisara que todo estuviera bien con Zelda, esta última le había asegurado a Link que se encontraba bien y que solo era algo rutinario que Impa había solicitado.
—En cuanto los dos se encuentren lo suficientemente bien, iniciaremos el plan —Impa dijo mientras abría la puerta para dejar a los dos pasar—. No podemos dejar pasar más tiempo, solo estamos dándole más oportunidad al Heraldo para que planee su ataque.
—Lo haremos, Impa, pero solo podemos hacerlo cuando Buhel diga que están bien —Zelda suspiró mientras se sentaba—. No podemos arriesgarnos a que Link salga lastimado otra vez, ya ha pasado por mucho.
—Sabes que es su destino. —Impa dijo, cruzándose de brazos.
—Lo sé, así como el mío era mantener al Cautivo encerrado, igualmente fallé —todo el asunto de los destinos era demasiada presión, si Impa creía que Link había fallado, entonces ella también lo había hecho—. Sé que Link podrá hacerlo, debemos de confiar en él.
◊◊◊
—Falle, en dos ocasiones.
Después de una semana las cosas habían mejorado notablemente en cuestiones de salud, Impa, Zelda, Link y Grahim se habían reunido en dos ocasiones ya para hablar del plan y ajustar las últimas cosas que debían de organizar.
Bajarían a las tierras inferiores el día de mañana.
Este día estaba por terminar, él y Link habían entrenado casi todo el día al igual que Zelda e Impa para asegurar que las cosas iban a salir bien, al final Link había salido a caminar, yéndose a sentar a la misma banca que él y Grahim habían empezado a frecuentar antes de que el Heraldo interviniera; Grahim obviamente lo había seguido.
—Todos lo hemos hecho alguna vez, —susurró, manteniendo la mirada fija en el mar de nubes que los rodeaba—. Incluso alguien tan perfecto como yo lo hice.
Link soltó una risa corta y agitó la cabeza, Grahim parecía que jamás cambiaría esa parte de su personalidad y le gustaba que fuera así—. Y en la segunda ocasión casi termino muerto.
—El Heraldo me había enviado a preparar el camino, todo iba en orden y de acuerdo al plan, había logrado bajar a la encarnación de la Diosa de esta ciudad y la tenía... Entonces apareciste tú —dijo y aunque Link recordaba que esto se parecía a lo que le había dicho la primera vez que se vieron, el tono predominante no era enojo—. Te interpusiste entre ella y mis secuaces y al final asesinaste al Heraldo en el tiempo presente.
—Tú quisiste matarme muchas veces y en más de una ocasión casi lo logras, no creo que esperaras que te ayudaría. —Se rio, mirando como Grahim gruñía levemente.
—Es obvio que jamás esperé algo como eso —espetó antes de aclararse la garganta y continuar—. Volví al pasado y ahí descubrí que podía corregir mi error... él no estaba contento y casi termina todo para mí.
—Somos similares, ¿no? —Link suspiró, recargando le cabeza en su mano mientras miraba alrededor, sintiendo como Grahim se tensaba a su lado.
—No entiendo qué quieres decir con eso —él y Link no se parecían, eran opuestos completamente y no sabía por qué la aseveración le hacía entrar en pánico.
—Los dos somos los responsables de asegurar las cosas para alguien más, tú preparaste el camino para el Heraldo, yo tenía que proteger a la Diosa, en ese sentido somos similares —dijo, sabía que no eran iguales, aunque él no estaba siendo obligado, los dos tenían que hacer las cosas para alguien más—. Y los dos fallamos.
Tenía un punto pero Grahim jamás lo había imaginado de esa manera... Ese chico solo quería complicarle más la vida, aparentemente.
—Será mejor volver, no quiero que Impa se moleste porque no descansamos lo suficiente.
Grahim estaba por decirle, por milésima vez, que no le interesaba lo que ella tuviera que decir cuando aquella sensación ya conocida le inundó el cuerpo entero y le hizo recargarse en la banca por soporte.
Así que lograste salvarlo, patético, lo has hecho solo para que muera.
Agitó la cabeza, volteando a ver a Link que había regresado a su lado con la misma expresión de pánico que aquella vez—. Es él. —Susurró.
Link obviamente entró en pánico y se dedicó a apoyarlo para que no se cayera, mirando a Fay que había salido a apoyar y estar más cerca para ver si podría captar algo de la conversación.
Ya deberían de haber aprendido que no tienen oportunidad contra mí.
—Cualquier cosa que te esté diciendo no es verdad, ignóralo —Link dijo, esperando que Grahim estuviera escuchándolo—. Ya pronto acabaremos con él.
Te ofrecí el entregarte para hacer su muerte más rápida, pero me desobedeciste y eso hará que su muerte sea lenta y tortuosa.
Grahim acabó por sentarse en la banca cuando sintió que sus piernas no lo aguantarían por más tiempo, agitando la cabeza varias veces para deshacerse del mareo que se apoderó de su cabeza.
Lo mejor será que tú podrás ver cada paso sin poder hacer nada, me aseguraré de ello.
—Desaparecerás, él ganará, Link te ganará.
Jamás pensó decir eso, jamás pensó ser capaz de hacerle frente a su amo de esa manera, pero ahora se había dado cuenta de muchas cosas y aunque obviamente no le diría qué cosas, se esforzó por bloquearlo, sacarlo de su mente, casi colapsando sobre la banca cuando finalmente lo logró.
—Grahim, ¿estás bien? —Link preguntó mientras lo veía intentar recuperar el aliento con los ojos cerrados, esta vez no lo dejaría, no se iría para que volvieran a cometer el mismo error que antes.
—Tengo algo que decirte, Sky Child, —Grahim dijo al fin, abriendo los ojos para mirarlo con una expresión que Link no fue muy capaz de identificar.
—De una vez te digo que no irás a ningún lado, no cometeré el mismo error —dijo antes de que terminara de habla, cruzándose de brazos mientras mantenía la vista sobre él.
—No pienso irme —dijo, finalmente logrando levantarse en sus piernas temblorosas, tomando un largo suspiro antes de tomarle de los hombros—. Si te he salvado es porque tuviste la gran fortuna de que me enamorara de ti.
Debía de decir que no lo vio venir, había pasado tanto tiempo negando y renegando de todos los que habían brincado a la conclusión de que lo dicho por él era romántico solo para que él llegara y dijera que siempre sí era verdad.
—¿Q-Qué?
—He pasado mucho tiempo contigo y sé que no eres sordo. —Le dijo en un tono que parecía irritado y Link podía entender por qué, acababa de declararse y él no estaba diciendo nada.
—Pero tú... tú lucias molesto cada que alguien insinuaba que esto podía ser romántico —susurró, desviando la mirada de él, sintiendo que las orejas y las mejillas se le ponían calientes y rojas—. ¿Cómo esperas que crea eso?
—Porque no tengo una razón para inventarlo —Grahim dijo simplemente, pasándose una mano por el cabello para terminar de calmarse, aparentemente nervioso de toda la situación pero manteniéndolo a raya.
Tenía razón, aun cuando el Heraldo seguramente había amenazado con matarlo, pero aún con eso no creía que fuera lo suficiente como para decir que estaba enamorado de él, además de que no tendría ningún sentido, no es como si cambiara algo las cosas.
Levantó la mirada para mirar a Grahim, encontrándose con esos ojos negros que antes lo habían mirado con odio desenfrenado pero que ahora parecían mirarlo con cierto afecto; era extraño pero esa mirada le hacía recordar aquel sentimiento de miedo y desesperación que lo había invadido cuando Grahim habló de que desaparecería junto con el Heraldo, ahí se había dado cuenta de que quería a Grahim, el problema es que no sabía qué tanto lo quería y de qué forma... Aquí estaba su respuesta.
—Mañana peleamos contra él... si quieres saber la respuesta, debes de volver conmigo —dijo, sintiendo como la voz le temblaba y tomándole de la muñeca para empezar a caminar hacia la academia.
—Creo que él se ha dado cuenta de que su respuesta es positiva, amo.
—Fay... no es el momento.