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Lost Memory. por aurora_la_maga

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Notas del capitulo:

Queridas y queridos lectores… pido disculpas por haber tardado tanto, en este momento estoy terminando todos los fics de KSB, por lo tanto pido un poco de su paciencia, quería subirlos todos el 5 de julio pero por cuestiones personales no lograre hacerlo; mas sin embargo ire subiendo los que he podido actualizar… Disculpen por la tardanza y por haberme distraído tanto con Free y UTA PRI. Pero a veces uno necesita surcar otros mundos u,u


Por otro lado quiero agradecer a mi Beta manita bella Abigail la Fey por ayudarme a corregir y a darme las ideas para rellenar espacios que sé que con tus sabios consejos los capítulos quedan aún más fantásticos!


Ante esto, he de decir que mis otros fic se irán actualizando poco a poco, muestra de ello es que no pude aguantar los miles de inbox preguntando cuando actualizaría este y otros trabajos!


Bien he acudido a sus llamados y aquí están… un saludo especial a mis lindas y fieles lectoras que se que lograran apreciar la belleza de este capítulo (Ains es que aunque no tenga lemon me hizo llorar mientras lo escribía) en fin espero os agrade y guste las quiero mucho y disculpen de todo corazón la espera, no se cuál será el próximo en actualizarse todo dependerá de mi tiempo y de la diosa de la inspiración!


Gracias por leer y por sus futuros comentarios!


KOI SURU BOUKUN, No me pertenece, le pertenece a Hinako Takanaga, yo solo he tomado sus personajes apra realizar un cuento lindo y un poco angustioso.


Espero lo disfruten n_n


Por favor sean tan amables de tener lista esta canción, para cuando lleguen a la escena correcta pueda escucharla… (Gracias Danny Tsukino por ayudarme en la traducción de la letra n_n)


https:  /  /  youtu. be/0hm T TgtGRKc (Unir espacios para poder pastear ese link )


 


https://youtu.be/0hmTTgtGRKc


 

 

Lost Memory.

By:

Aurora la maga.

7: Adiós para siempre.

 

Souichi caminaba con Kanako, por las calles. Había salido victorioso del hospital, esa emoción que sentía por querer defender lo que tanto amaba en la  vida de las garras de esa mujer loca le hizo hinchar el pecho y sentirse tranquilo. Sin embargo, ese sentimiento horrible de no volver a tenerle cerca  le inundaba de tal manera que cientos de terribles inseguridades le llenaban la cabeza. Por fortuna, los prejuicios,  rumores y desfachateces que los medios comunicación se habían dedicado a esparcir miserablemente, ya no tenían el poder suficiente como para amedrentarle.

Con todo el dolor de su alma, había tenido que dejar solo a Tetsuhiro, existían demasiadas razones por las que no debía ni podía permanecer a su lado. Parecía que en esa relación todo se había convertido en problemas. Debía aclarar las cosas con Matsuda y llevar a su hermana a casa. Antes de hacerlo le había dejado muy claro a Kunihiro que regresaría, casi todos los días a verlo aunque esa tarea se le dificultaría por cierta mujer. ¿En qué momento esa fémina se metió en el mundo de ambos? ¿Por qué las cosas se habían vuelto tan extrañas?

*FLASH BACK*

Se encontraba en el pasillo del hospital, a pesar de las buenas noticias que todo estaba bien y de por fin ver partir a esa mujer molesta, tenía demasiados sentimientos encontrados. Admiraba a Kanako al fondo del pasillo platicar animadamente con Masaki, mientras su cuerpo temblaba y se daba golpes de pecho por haber sido tan débil y preocuparles a todos. Apretó sus ojos con fuerza y susurró:

-¿Cómo pasó todo esto?- Llegó a visualizar el futuro, sin ningún cambio, siendo él y Morinaga los mismos de siempre.- Todo hubiera seguido igual, yo maltratándote y amándote a mi forma y tú… siempre a mi lado, Morinaga…- Elevó su mano para limpiar una de sus lágrimas y susurrar.- Creo que de alguna forma, hubiera buscado una razón para ser honesto contigo, para ser honesto con todos.

Escuchó pasos cercanos y observó a su lado derecho en donde pudo ver a Kunihiro, quien traía café y apreciaba al peli largo con rostro un tanto preocupado, Kunihiro se acomodó a su lado y liberó un enorme suspiro mientras ofrecía el vaso de cartón con el líquido caliente al tiempo que susurró:

-Sé que te sientes culpable, deja de poner esa cara.

-Gracias.

-Dime una cosa, ¿qué vas a hacer de aquí en adelante, con todo esto que está pasando?

Senpai admiró a su frente, sus orbes miel pudieron apreciar a través de la ventana de aquella habitación a un Morinaga completamente dormido sobre la cama en el área de Neurología. Souichi apretó sus puños y respondió:

-Primero, debo aclarar las cosas con mi familia, no merecen nada de lo que está pasando, debo de ser sinceros con ellos y explicar la situación.- Admiró a su hermana y a Masaki al final del pasillo.- Deberé ser sincero con las personas que amo, para poder superar todo esto…

Kunihiro le observaba expectante, era impresionante el cambio que se había producido en el pelo largo en los últimos meses. Sonrió para sus adentros y siguió escuchándole.

- Segundo, regresaré a la universidad y superaré todo estos obstáculos…

Las cejas del castaño se elevaron un poco.

- Y tercero, pero lo más importante… No permitiré que esa loca me quite a Tetsuhiro, aunque no sé qué sucederá si él despierta y me olvida…- Agachó su mirada.- Mientras él no despierte,  vendré todos los días, lo prometo.

-Me alegra que estés dispuesto a  superarlo todo, no va a ser nada fácil, pero al menos eso… me demuestra algo y es que en verdad tú amas a mi hermano.

-Como no tienes idea…

-Souichi.- Nombró posando su mano sobre su hombro y apretándola.- Sé lo difícil que es aceptar este sentimiento viniendo de una persona impecable y completamente Heterosexual, yo luché mucho tiempo contra eso que sentía…

 Souichi admiró a Kunihiro.

-Pero tú, no tenías la más mínima idea de que Masaki te amaba.

-No, pero… creo que una de las razones por las cuales mi vida se volvió demasiado agria y fría fue por el hecho de sentirme traicionado.

Souichi no entendía nada hasta que…

- Muy tarde me di cuenta que, Masaki me gustaba y la razón por la que actué de esa manera al encontrarlo con mi hermano fue porque tuve celos…- Kunihiro suspiró hondo.- Y esos mismos celos y ese sentimiento de haber sido traicionado, me hicieron hacer una locura, casarme con una mujer que no me merecía…

-Eres raro…

-No, tú y yo somos raros, Si no, dime ¿por qué te mantuviste con mi hermano por mucho tiempo?

Esa respuesta, ya la sabia.

- Yo le debo mucho a Morinaga.- Expuso directo y con un brillo en sus ojos.- La vida no tenía sentido hasta que él me salvó, me ha salvado en muchas ocasiones e incluso me ha hecho la vida más tranquila y amena. Ciertamente hubieron momentos en los que me sentí ahogado por su incondicional amor, pero para mí era difícil aceptar. Lo que sentía mi orgullo ganaba más que todo lo que sentía por él… incluso llegue a negarlo frente a mi familia para no verme débil o extraño.

-Definitivamente tú y yo somos iguales.

-Sí, en cierto modo sí, pero tú eres más estricto-

-Pero tú golpeas y…

-Ya no más… eso no volverá a pasar.- Se ponía en pie.- Como te dije, regresaré a verlo todos los días, por ahora debo hablar con mi familia.

Tatsumi estaba decidido a aclarar las cosas con Matsuda la principal afectada de toda esta red de confabulaciones. Kunihiro admiró al pelo largo con orgullo, era una buena persona, con carácter, pero buena al final.

 

*END FLASH BACK*

 

Se sentía mal, devastado, su pecho le dolía de tantos sucesos desastrosos que habían ocurrido desde el inicio de este año, admirando al camino a su frente pudo visualizar el pasado en donde Morinaga y él a pesar de las diferentes formas en que había comenzado todo. Souichi no se enteró que tenían todo en sus narices. La culpabilidad lo invadió. ¿Por qué había sido tan estúpido y había dejado que su chico se fuera a ese maldito entrenamiento? ¿Por qué no fue valiente, al decirle que se quedara? ¿Lo habría hecho por su bien del muchacho, por su propio por venir, o solo lo hizo para deshacerse de su latente problema? Problema que ya no lo era porque había caído en cuenta que esos malditos ojos, esas expresiones, esa voz tan profunda y sensual que inundaba sus sentidos al límite de ponerlo nervioso y tembloso, ese rostro como si fuera el de un ángel y que siempre que se entregaba a él para ser uno y liberar su yo interno, podía verlo tan expresivo y lleno de placer. Su cuerpo, su cuerpo, tan definido, tan masculino todo un adorno que toda mujer quisiera tener a su lado. Se maldijo por ser un idiota y no haber aprovechado la oportunidad de oro.

Ahora su cabeza daba vueltas, ¿Morinaga lo recordaría luego de esa intervención? El miedo lo inundaba de pies a cabeza, cualquiera que fuera pasando por ese lugar y mirara su cara podría ser testigo del rostro pálido y tremendamente asustado del pelo largo, sus cejas juntas en señal de estar preocupado; sin duda la zozobra y ese sentimiento lleno de incertidumbre lo invadieron de pies a cabeza. Solo de imaginar que aquellos orbes verdes no volverían a verlo más lo perturbaba al punto de volver a sentir de nuevo la necesidad de no seguir en este mundo. Había dependido tanto de ese tonto que sin él la vida no tendría ningún sentido. Temblaba sin duda lo hacía y sentía sus manos sudar llenas de angustia. Eso lo mantuvo preocupado camino a casa y Kanako rápidamente lo notó. La jovencita elevó su rostro a su hermano mayor quien tenía un rostro ausente al caminar, habían llegado finalmente al barrio donde vivían y la chica susurró:

-Nii-san, Morinaga-san se pondrá bien.- No había escuchado la voz de la chica solo se dedicó a penar en él, todo su cuerpo y alma estaban sumergidos en Morinaga Tetsuhiro.-¿Nii-san?

-¿Eh….dijiste algo, Kanako?

-Sí, te dije que Morinaga-san estará bien.- Sonrió la pequeña.

 Dándole un alivio momentáneo a su hermano mayor, quien soltó un enorme suspiro y asintió, admiró al frente en donde los molestosos periodistas seguían aún acechando la casa de su tía. Tornó su mirada furiosa, pero también vacía; ¿Ellos querían la verdad? Entonces  se las daría. Decidido, completamente decidido, esta vez lo haría.

Eran alrededor de 10 periodistas, entre ellos tres mujeres y el número aumentaba si contabas las cámaras y los fotógrafos que de distintas cadenas televisivas se encontraban  ahí frente a la casa, irrumpiendo el clima tranquilo de aquel pequeño barrio. Aquellos cazadores de noticias incluso habían interrogado a todos los que vivían en esa zona, pero todos tenían el mismo argumento a responder, no conocían bien a Souichi, siempre se mostraba como un chico ausente y frívolo e incluso antisocial. La bola de amarillistas, al no conseguir información alguna, no tuvieron otra opción más que tratar de entrar a la casa y tocar personalmente la puerta principal y para hacerlo, el portón principal ya estaba siendo un poco afectado por la presión de estos molestos sujetos, no parecían tener vida propia. Parecían animales queriendo entrar a comerse la carne de aquellas personas dentro del hogar. Kanako se juntó a su hermano sujetándose en un brazo del mayor, estaba poniéndose muy nerviosa y asustada, en su juvenil mente rondaba la idea de que esa estampida de gente entraría a su hogar y rompería todo a su paso hasta llegó a pensar que entre tanta gente podría morir asfixiada o pisoteada si llegaba a caerse. Souichi notó los temblores en su hermana.

-¡¡¡¡Ahí está!!!

Sus ojos miel se tornaron severos al ver como uno de los periodistas lo avistaba y se dirigía a él. Con prisa, Souichi susurró:

-Kanako, entra a la casa.

-Pero Nii-san…. Eso…

-Entra, por favor.- Susurró con voz grave y penetrante.

La chica admiró la expresión en su Nii-san, la cual parecía de total fuerza y determinación. Kanako se sintió mucho más valiente y tranquila, asintió de inmediato y se escabulló por entre el montón de reporteros, los cuales rodearon enseguida al de cabellera platinada y cegaban con sus flashes a cada momento.

-Hai…ten cuidado, nii-san…por favor.-

Los flashes de las cámaras ya estaban cegando sus ojos.

Souichi elevó una mano y trató de cubrir sus ojos, cuando de pronto el sin fin de micrófonos y grabadoras se posaron cerca de su rostro, en seguida el montón de preguntas lo acribilló sin piedad. Querían saber que sucedía, si era cierto, y si lo era desde cuando tenían una relación.

Souichi tragó grueso, sabía que lo que haría no iba a ser nada cuerdo de su parte, pero ya estaba bueno de escapar, ya era suficiente y de alguna forma pensó que esto que diría. Sería una buena jugada ya que si Morinaga miraba la televisión o leía los periódicos, sabría la verdad aunque su memoria estuviera completamente borrada. Las cenizas de ese amor que quemó a ambos no se esfumarían jamás…y por consiguiente, también jodería de manera estrepitosa a Meilin. Souichi tomó aire, hinchó su pecho y susurró con voz grave y seria:

- Responderé a sus preguntas, pero deberán irse y dejarme en paz cuando lo haga.

 Todos aquellos se emocionaron era evidente que tendrían una buena noticia el día de mañana.

Estaban atentos lápiz en mano y miradas totalmente expectantes. Souichi cerró por unos momentos sus ojos y controló sus ganas de quererlos mandar a todos al infierno. No era el momento indicado. Si iba a confesar todo, tenía que hacerlo de manera tranquila y pacífica, pero ahora estaba el dilema ¿Cómo iniciar? No les iba a decir a toda esa bola de amarillistas que Morinaga se había sobrepasado con él, eso JAMAS, sería algo duro y muy problemático para el chico que hasta hace poco se había convertido en una celebridad diplomática. Le dio varias vueltas al asunto y solo dijo:

-Sí, él y yo tenemos una relación, desde hace 6 años, aquí la única intrusa es Meilin…

 Todos quedaron impactados mirándose unos a otros.

- Lo que está tratando de hacer esa loca es empujar a Tetsuhiro a un mundo al cual no pertenece.

-Pero, ¿entonces quiere decir que el Señor Morinaga es GAY?

-¿Y se casó solo por el dinero de la familia Sasame?

-¿Esto es entonces un complot contra la familia?

Souichi estaba que echaba llamas por la boca, esos reporteros sí que buscaban cinco patas al gato incluso hasta 8 si eran capaces, se irritó más de la cuenta y gritó:

-¡Yo nunca dije eso!-Estaba molestándose de modo que agregó.-Si tiene algo que preguntarme háganlo, pero no pongan palabras en mi boca… de lo contrario, esto se acabará.

Los reporteros volvían a hacer esas preguntas nefastas, de complots, de la orientación sexual de Morinaga cosas sin sentido que de alguna forma él no podía responder. No comprometería a Morinaga en ningún sentido ya demasiado hundido estaba en esta situación el pobre Tetsuhiro.

-Eso es todo lo que puedo decir, ahora, largo.

-Pero espere, díganos… ¿Qué opina del hijo que va a tener Morinaga-san?

-Ya, les dije todo lo que querían ahora lárguense o llamo a la policía.- Gruñó agitado y con los cabellos erizados.

-¿¿Pero qué clase de broma es esta? ¡¡¡Dijo que iba a atendernos y solo ha dicho una mísera frase!!!

 Sin moverse de la puerta los hizo irse, no quería que presionaran o que hicieran daño a la integridad de aquel hogar al cual entró con calma y una mirada baja. Matsuda y Kanako se encontraban en la sala mirando la televisión, en cuanto Souichi entró, la apagaron deprisa, la mayor se puso en pie y susurró:

-Souichi…

-Lo siento… te mentí.

-¿Lo has estado ocultando por 6 años? ¿Por qué?- Cuestionó la mujer de avanzada edad, juntando sus manos y acariciándolas unas a otras, sabía que cuestionar o enfrentar a su sobrino era motivó de gritos y de desplantes del joven universitario.

Souichi chasqueó la lengua, elevó una de sus manos para acariciar su frente y susurró con un hilo de voz:

- Porque estaba confundido…- Respondió directo.

 ¿Qué otra verdad había? No sabía si lo que sentía por Morinaga era solamente, al inicio la necesidad de tenerlo a su lado y luego poco a poco fue surgiendo a su momento, la misión de complacerlo en su chantaje para que no dejara la universidad, o solo era ese sentimiento oculto en el cual Souichi disfrutaba de que Morinaga le tomara siempre que él decía no, amaba eso ¿No era verdad?

-Cariño.- Susurró la mujer.

Souichi  soltó unas cuantas lágrimas y susurró:

-También, porque fui un idiota.- Expuso cabizbajo.

Matsuda admiraba a su sobrino de manera preocupada, el silencio rodeó la estancia, ella admiró a Kanako la cual estaba con un rostro lleno de preocupación. Matsuda logró escuchar a penas los sollozos de Souichi, esos chicos, pensó la mujer, tanto sufrimiento por parte de cada uno, Matsuda siempre pensó que Souichi era el más fuerte de los tres, más sin embargo, el que más necesitaba atención era él. Se encaminó muy despacio a él y le ofreció sus brazos para que éste se enfrascara en un abrazo necesitado. Souichi tembló, hundió su rostro entre el cuello de su tía tratando de calmar lo que sentía, finalmente las cosas eran claras, la razón por la que no había aceptado por completo la realidad era tan simple. Estaba confundido, sumergido entre dos mundos uno de mentiras y otro de verdades que se podían traducir a. Amor y orgullo.

Souichi sollozó susurrando.

- Matsuda, soy un idiota.

-No, solo estás asustado.

-Pero, no sé cómo es que yo… terminé amándole.

-En el corazón no se manda Souichi, en lo largo de este tiempo cuidando de ustedes, llegué a entender muy bien a Tomoe,  al igual  tú, estaba confundido.- Hablaba con voz calma y simplemente profunda tanto así que Souichi lloraba aún más.- Llegué a pensar que solo era una etapa en la que Tomoe buscaba afecto en su compañero de piso para calmar el dolor de la perdida de vuestra madre… pero ahora entiendo, que eso no es así…- Souichi se separó despacio.- Hay muchas cosas que el mundo no entiende y hay personas que no creen que el destino siempre es diferente para cada quien, la razón por la cual tú estabas confundido es por qué, eres demasiado correcto, Souichi.

-Pero, es que… también tengo mis razones.

-Sí, lo entiendo perfectamente, pero si es Morinaga-kun quien te hace sentir, felicidad, amor, tranquilidad, pasión y miedo… entonces, estás completamente enamorado.

Souichi se sintió más aliviado, pero por más que quisiera las lágrimas se negaban a detenerse.

-Cariño,  el amor es un sentimiento que solo pocos logran sentir, más si estas personas son cerradas y no viven más que solo para complacer a los que les rodean…

-Morinaga… él no es así, él vive para el mismo, él solo vivía para ser feliz y yo, no se lo permitía.

-Ese muchacho, no sé qué pasado tenga, pero creo que tú lo conoces más que yo.

Un sentimiento extraño se formó en su corazón y un vacío en su pecho se formó, aún no sabía mucho de Morinaga, pero por lo poco que conocía, el efectivamente era como Matsuda había descrito a las personas que amaban sin medida.

Aquel momento fue tan emotivo, que Kanako se fue a la cocina, rápidamente preparó algo para su hermano, ya que desde que lo vio entrar a la casa antes del terrible suceso de la azotea, no había visto probar bocado a su hermano y es que como siempre él se castigaba de esa manera, o era que no tenía apetito ni ganas de nada, por su Morinaga, el perderlo siempre lo tornaba ser irresponsable con su salud.

Matsuda acariciaba los hombros y sometía los dedos en los cabellos largos de su sobrino diciendo:

- No tienes por qué avergonzarte de algo que solo sucedió.

-Es que… ese idiota…

-Souichi… no sé cuáles fueron las circunstancias ni me quiero entrometer en tu privacidad, pero si es la persona que más quieres amas  y que te interesa, nadie se opondrá a vuestra felicidad.

-Eso díselo a su flamante esposa, la cual ya está embarazada.

-Dios, Souichi.

-Yo, no sé qué sucederá, a lo mejor…. Deba alejarme de él.

-¡No, eso sería estúpido!

-Pero, ella…

-Ella, solo hizo algo para mantener a alguien que no la ama a su lado.- Matsuda sujetó sus manos.- Sé que Hana, si estuviera aquí, te diría lo mismo…Si amas algo lucha por ello, no te dejes arrebatar el amor…

-Matsuda…- Sollozó hundiendo su rostro, sin vergüenza, en el pecho de ésta.

 La mujer acarició su cabeza y expuso:

-Ha sido duro para ti ser la cabeza de la familia. El que te comportes así es gracias a tu padre que te dejó el cargo del hermano mayor, quisiste ser inquebrantable, pero el amor te golpeó. Debes dejar de ser el fuerte y aceptar que también necesitas ayuda y consejos.

-Matsuda… por esa razón…- Apretó sus manos, las cuales permanecían en sus rodillas.-Tú sabes lo mucho que me importa la familia… por eso yo…. No me atrevería a separar a ese niño de sus padres.

Matsuda tomó los costados de su rostro y lo elevó despacio para verlo.

- Souichi…

-No puedo hacerlo Matsuda, ahora mismo Morinaga sufrió otra recaída y es probable que pierda la memoria por completo… Creo, creo que es mejor así…- Susurró con un enorme nudo  en su garganta y los ojos llenos de lágrimas.- No quiero, no lograría hacerlo… no deseo que ese niño sienta lo que yo sentí.

-Escucha corazón, ese niño, aunque fue creado en circunstancias demasiado extremistas, el necesita de amor, ¿Qué sucederá cuando crezca y vea a sus padres estar ausentes y distantes, sin mostrar una pizca de amor entre ambos?

-Sentiría horrible.

-Entonces, ¿crees conveniente que crezca en un ambiente lleno de amor y respeto o…?

-Entiendo tu punto, pero también comprende que somos hombres los dos, eso es…. Antinatural.

 Matsuda sonrió.

-Entonces, ¿Tomoe es antinatural?

-…- Souichi suspiró-Esta bien, ya entendí…- Susurró limpiando sus lágrimas.

Kanako había terminado con un pequeño tentempié, trato de ser lo más rápida que pudo y preparó unos sándwich y un poco de té para calmar a su nii-san. Ella llevaba una bandeja de madera, se introdujo a la estancia y susurró.

-¿Nii-san, tienes hambre?

-Cierto, Souichi debes comer, o no tendrás fuerzas para enfrentarte a todos en la universidad mañana.

-¿La universidad?

-Sí, ¿o piensas dejarte vencer por algo tan común?

Él se puso en pie y admiró con ojos renovados a su tía. Él era Souichi Tatsumi, el tirano del laboratorio dos, el mejor en su área y un maestro a graduarse, claro que no tiraría años de su vida a la basura. Se fue directo a la mesa en donde Kanako depositó la bandeja y sirvió, Matsuda y Kanako se miraron una a la otra, la determinación de Souichi animó más a la adulta quien presionó sus manos entre sus dedos y dio gracias por ver a Souichi un poco más animado. La verdad es que le daba un buen presentimiento que él comiera con entusiasmo, eso demostraba que sus palabras y consejos le ayudaron. Pero a pesar de todo, también estaba preocupada y Kanako igual por lo que se vendría. Ambas se miraron una a la otra, permitiendo al de cabellos largos estar a solas. Kanako subió las gradas tomando su celular, tenía que marcarle a alguien que podría ayudar a su hermano, le diría todo lo que estaba pasando a Tomoe y a Isogai.

Matsuda quien había entrado a la cocina, se asomó a ver a Souichi con un pensamiento en su cabeza.-“Espero que todo salga bien, Souichi tu mereces ser feliz y ese chico también, sé que el destino los unirá más después de esto.”- Ella también tuvo la misma idea de Kanako, se fue directo a  la alacena justo a la de en medio en su pequeña cocina, de ahí sacó una caja de galletas, que no tenía nada de eso, más bien tenía libretas, fotografías y cartas de Souji.

-Ya es hora de que regreses, tu hijo te necesita.- Dijo encontrando un numero apuntando con lapicero en una de las cartas que se había enviado desde Australia.

 

***

Al día siguiente, el despertó a las 6 de la mañana como todos los días que había asistido a la universidad. Este día se sentía como si fuera el primero en su carrera recordaba que su primer día en esta sus manos sudaban y su corazón palpitaba acelerado, no era porque se sintiera amenazado por entrar a un área o un nivel más profesional como en ese entonces. Si no más bien, ahora era ese sentimiento de no saber cómo lo recibirán, no quería ser violento ni tampoco quería dejarse insultar. Solamente quería seguir su vida ignorar por completo los comentarios y dar lo mejor de sí. Con las manos llenas de sudor por fin llegó al portón, admirando el montón de alumnos que caminaban de un lado a otro.

Soltó un enorme suspiro y dio el primer paso. Mientras caminaba, llevó una de sus manos a sus bolsillos, si había regresado debía hacerlo con la frente en alto y el mejor de sus rostros que emitía un mensaje claro. Y ese mensaje era “Me importa una mierda que pienses de mí.” Caminaba por el campus y mientras lo hacía escuchaba palabras desagradables, que dura era la vida que ahora las mismas palabras que él con tanta rabia en un pasado había dicho ahora retumbaban en sus orejas y eran dirigidas a él. Ignoró por completo a aquel grupo y fue sometiéndose aún más al campus hasta llegar a la facultad de agricultura. No esperaba ver a ninguno de sus asistentes en el laboratorio, estaba completamente seguro que de aquí en adelante nadie quisiera trabajar con él, pues había escuchado de boca de los alumnos frases demasiado hirientes como. “No te le acerques o te contagiara de Homosexualidad.” Llegó a sentirse realmente mal, no por el hecho de aquellas crueles palabras sino más bien por Morinaga, que era claro que él había pasado por todo eso…

-Siempre mostraste un rostro animado y feliz… cuanto sufrimiento tuviste y yo fui uno de las personas que te humilló de esa forma.

Finalmente, llegó a la puerta de su laboratorio en donde tomó aire y deslizó la puerta. Completamente incrédulo, vio como sus dos asistentes estaban listos y trabajando. Él se impresionó y susurró:

-Buenos días.

-¡Tatsumi-Senpai!-Expuso con calma el chico de gafas y rostro un tanto tonto, como él lo describió cuando aceptó su ayuda en esa ocasión en que muchos estudiantes aplicaron para ser sus asistentes.

-¡Tatsumi-Senpai! – Dijo la chica de cabellos lizos y un tanto cortos con un flequillo sobre su frente, sonriéndole.

-Bienvenido.- dijeron ambos al mismo tiempo sonriendo.

 Souichi se inquietó por un instante, pero dado a que no quería perder su fachada frívola susurró:

-¿Qué están haciendo?, estamos muy atrasados hay que darnos prisa si piensan graduarse este año.

-Hai.- Gritaron ambos poniéndose a las órdenes y moviéndose de un lado a otro, como bien les había enseñado Morinaga Tetsuhiro debían de llevar el ritmo de Souichi Tatsumi.

Les observaba disimuladamente. La verdad es que estaba agradecido de que estuvieran ahí ambos. El día finalizó y ellos ya se retiraban, cuando Souichi susurró:

-Esperen…-Ambos jóvenes le observaron expectantes, mientras Souichi llevaba una mano a su nuca y acariciaba diciendo.- Mika, Tadokoro… Gracias.

 Ambos jóvenes se miraron uno al otro y susurraron:

-No, Tatsumi-Senpai, gracias  a usted.

-Sí, muchas gracias a  usted hemos subido nuestras calificaciones, la química nunca fue tan divertida y comprensible para mi.- Agregó Mika a las palabras de su amigo.

-Exacto, no nos importa, nada de lo que esté pasando, la verdad.- Se rascó la mejilla.- Es que Mika y yo ya lo sospechábamos.-

Souichi se erizo.

- Mg…- Chasqueó la lengua.

-Despreocúpese, Tatsumi-senpai, nosotros no somos como todos esos chicos que no lo conocen realmente.- Mika observaba a su compañero.

-Ambos hemos deducido que si llegaran a conocerlo, sabrían que usted no es la persona que parece… Ambos hicieron reverencia y salieron de ahí despidiéndose apropiadamente.

 Souichi quien suspiró y susurró:

-Pequeños tontos.- Pero luego sonrió, observando todo a su alrededor, el montón de artilugios experimentales, y la sombra ausente de Morinaga que todavía estaba ahí, el dolor en el pecho volvió a aparecer.- Morinaga, cómo quisiera que estuvieras aquí… siempre quise que estuvieras aquí, conmigo, a mi lado… te amo.

Los días transcurrieron con total normalidad. Solo al inicio hubo un poco de tensión en la universidad, pero luego Souichi ganó muchos amigos, la comunidad Gay y uno que otro estudiante que admiraba sus logros y dedicación a la carrera, los profesores condonaron la situación. Souichi era un miembro vital para la facultad de agricultura, no debían de dejarlo ir jamás, aunque sus planes eran quizás otros. Por el momento disfrutarían de sus acertados trabajos de investigación y la ayuda a las diferentes farmacéuticas que necesitaban fórmulas nuevas para investigación y aprobación. Tenía un futuro prometedor, pero mediocre en cuestión monetaria y esto lo sabía él. De inmediato se inscribió en las diferentes empresas farmacéuticas, para cuando se graduara de maestro pudiera tener dos empleos uno en los laboratorios y el otro en la universidad enseñando lo que mejor sabía. Pero faltaría a lo mucho seis meses para que se graduara de su maestría.

Habían transcurrido exactamente cuatro semanas y esa mañana en el laboratorio recibió la mejor de las llamadas, se trataba de Kunihiro, rápidamente dejó a su equipo de asistentes decididos a aprender lo que él pudiera darles a conocer se esforzaron por seguir su ritmo.

-Disculpen.- Dijo el saliendo del laboratorio y tomando su celular, susurrando.-¿Diga?

-Souichi, soy Kunihiro.

-¿Qué sucede?

-Tetsuhiro ha despertado, si quieres verlo hoy es el momento, la pesada de Meilin le ha dejado solo y sus guardaespaldas ya no están en el hospital.

-¿Eso es cierto?

-Sí… date prisa.

-Sí…- Dijo apurándose a cortar

 Sus ojos brillaron llenos de emoción y su corazón pego un enorme salto, presentía que se le iba a salir de su pecho, el vacío en su estómago lo hizo ponerse más ansioso, al darse cuenta que MORINAGA por fin estaba despierto, después del coma inducido por los doctores para poder, aliviar la inflamación en la masa gris. Sin poder contener su euforia, entró rápidamente al laboratorio y pidió a todos tomarse el día. Llamó apresurado a su maestro orientador y le informó de la situación. No perdería esta oportunidad por nada del mundo, ya que antes había querido ir a verlo, pero Meilin siempre lo echaba del hospital con sus matones.

Se alisto rápidamente, hizo su mejor coleta y dejó la bata en el casillero, para sujetar su mochila y salir prácticamente corriendo hacia el edificio de salud.

 

***

(N/A anuncio importante para esta escena se requiere que coloquéis este link en tu operador para poder escucahr la canción mientras lees n_n gracias esta dividida en espacios ya que FF no permite poner links onegai! Slo júntenlos https : / / youtu . be / 0hm TT gtGRKc )

En el cual…

Kunihiro estaba emocionado, admiraba los ojos verdes de su hermano estar totalmente alertas. No había dicho nada desde que despertó, solo se preguntaba en donde estaba. El castaño trató de informarle que se encontraba de nuevo en el hospital, pero la llegada de las enfermeras para chequear que todo estuviera bien lo hicieron salir de la habitación, con la excusa de que removerían todo lo innecesario para Morinaga. Con la total calma que padece el castaño, se dedicó a esperar en el pasillo en donde el doctor le abordó.

-Hemos removido exitosamente todos los coágulos y la razón que los causaba. La inflamación bajó y estoy seguro que estará mejor, el dreno ha sido retirado.

-Eso es bueno.

-Sí, se sentirá un poco, mareado y aturdido, pero está bien, ha salido airoso de todo. Parece que tiene algo por que luchar este chico.

-Sí, así parece.- Emitió Kunihiro mirando al piso.

-También hemos chequeado sus nervios en las manos y en los pies. Todo parece estar bien, creo que en una semana podrá caminar de nuevo.

-Esa es una buena noticia.

-Y la mejor que le puedo dar es que todo ha terminado. No corre ningún peligro ya, solo tendrá que venir para verificar si sus cicatrices han curado bien.

-Entiendo.

Ambos hombres estaban en la mejor de las conversaciones cuando escucharon correr a alguien por el pasillo, Kunihiro y el medico admiraron al platinado llegar quien respiraba raudamente y sudaba, quien sabe cuánto tiempo hizo de aquí a la universidad. No cabía ninguna duda que el amor movía a Souichi, el doctor le observó preocupado y susurró:

-Cielos, muchacho necesitas aire, ¿Estás bien?

-Si…- Kunihiro estaba impactado sinceramente nunca pensó que Souichi llegaría tan rápido, sonrió un poco y expuso al médico.

-Este es el poder del amor doctor.

-Pues me parece muy bueno, espero que Morinaga-san salga de su bloqueo pronto, y que mejor que su amigo le ayude.

La plática disminuyó cuando notaron al de cabellera larga realmente ansioso. Kunihiro notó como Souichi sujetaba sus hombros y gritaba:

-¡En donde está, Kunihiro!

-Oh. Tranquilízate, él está en la habitación… pero ¿Doctor podemos entrar ambos a verle?

-Claro, pero no lo hagan sobre exaltarse ni nada de eso, ¿ok?

Finalmente la ardua espera llegó a su fin. Era el momento de la verdad, pensó Souichi al introducirse en aquella habitación, en donde pudo admirar a Morinaga siendo acomodado en la cama reclinable y quien parecía estar más lindo y guapo que antes, a pesar de los vendajes en su cabeza que apenas y hacían salir sus cabellos por las orillas. En su pecho el corazón pareció detenérsele. Kunihiro siguió su camino hasta llegar a su hermano mientras él se quedó cerca a la puerta, no podía moverse por mucho que le mandaba la orden a sus articulaciones, éstas no obedecían. Estaba paralizado. Quería lanzarse encima de ese hombre pero debía contener esas enormes ganas de hacerlo.

-Kunihiro…- Se escuchó la voz suave del peli azul oscuro.

-Hermano, que bueno que has despertado.

-Si…

 Dijo este mirando al que estaba parado en la puerta. Sus ojos parecieron llenarse de lágrimas, esas orbes verdes temblaban llenas de emoción, pero al escuchar pasos cercanos y la voz inconfundible de la castaña quien pasó de largo al de cabellera larga y por consiguiente, fue empujado por Meilin la cual llegó al sitio, rápidamente. Souichi casi cae al ser empujado por la odiosa mujer cuando de pronto, también admiró a una pareja, una mujer de semblante serio y un hombre que era idéntico a Kunihiro solo que mayor. Ambos observaron al peli largo con una expresión de  desprecio y éste  sintió  que aquella mirada lo iba a matar.

El grupo se juntó a la cama Meilin tomó la mano de su esposo y susurró:

-Mi vida, ¡Has despertado qué emoción!

-Meilin…

-Siiii…- Dijo ella emocionada.

-Padre, MADRE, ¿Qué hacen aquí?

-Queríamos estar a tu lado mi cielo.- Dijo con voz dulce la mujer

 Kunihiro fue desplazado, se acercó a Souichi y susurró:

-No, te vayas, tú debes hablar con él.

Souichi asintió, no dijo palabra alguna solo esperó expectante. Trataba de que él le reconociera, pero tal parecía no lo hacía, hasta que.

-¿Tú, que haces aquí?- Cuestionaba la mujer de cabellera castaña con un entrecejo verdaderamente fruncido.

-¿Meilin querida que está pasando?- Cuestiono Tetsuhiro con voz suave y cariñosa, admiró al sujeto a su frente y susurró-¿Quién es él?

Un enorme golpe se sintió en su pecho, Morinaga presentaba un rostro confundido y lleno de eminente expectativa. Kunihiro al lado de Souichi susurró:

 

Gackt & Hyde: Orenji no taijou.

Yuugure ni kimi to mita [orenji] no taiyou 
Nakisou na kao wo shite eien no [sayonara] 

Kirameku nami to tawamureteita 
Mujaki na kimi no sono yokogao 
Hadashi de sunahama wo kakenukeru kimi ga itoshii 

Al atardecer, vi 
contigo el sol naranja parecía que ibas a 
llorar...eterno adiós 

Las resplandecientes olas 
jugaron con tu inocente 
perfil eres preciosa 
mientras corres cerca de mi 
descalza en la playa de arena. 

-Tetsuhiro, ¿no sabes quién es el?- El de gafas se asustó, sus ojos mostraron asombro - Él es…

Se detuvo en cuanto percibió que la mano de Tatsumi se colocaba en su brazo y negaba, al mismo tiempo que agregaba, costosamente conteniendo esas terribles ganas de liberar sus lágrimas:

- Yo… soy un profesor de tu universidad, eso es todo, vine a verte… porque…porque… eres mi mejor alumno.

-¿Universidad?- Cuestionó llevando una mano a su barbilla y sorprendido gritó-¡El laboratorio! ¡Ahora lo recuerdo!

-¿Qué, que recuerdas?- Preguntó angustiada la joven e incluso sus padres.

-Recuerdo, que… estoy en la facultad de agricultura, ¡Y debo terminar mi carrera!

-¿De qué hablas Tetsuhiro? no puedes regresar a la universidad, estás delicado- Cuestionaba la madre bastante sofocada.

-Bueno, pero debo seguirlo, por favor, solo quiero terminar mi carrera es lo que deseo. Ahora que lo recuerdo casi todo…- Hizo una pausa.- Pero a usted… no lo conozco.- Dijo serio y con gravedad.-¿Acaso somos cercanos?

-Está bien de preguntas.- Susurró el padre de ambos Morinaga, calmando a su hijo.- Debes descansar.- Expuso un poco más tranquilo y cariñoso.- Kunihiro ¿podrías decirle al profesor que salga? por favor.

-Pero ¡¿de qué rayos van ustedes?!

-No, despreocúpese, tiene razón… yo no pertenezco aquí.

Meilin aplaudía internamente, había ganado la guerra. Esa arpía se había salido con la suya. Era imposible, Morinaga se había olvidado de él, no fue capaz de recordarlo. Eso le devastó y prefirió irse de ahí de  inmediato…

 

***

 

Suna ni kaita kimi no namae to kazaritsuketa kaigara wa 
Kata wo yoseta bokura no mae de nami ni sarawareta 

Yuugure ni kimi to mita [orenji] no taiyou 
Naki sou na kao wo shite eien no [sayonara] 

Tu nombre escrito en la arena y las conchas 
decorándolo son barridas por las olas 
enfrente nuestro 

Al atardecer, vi contigo el sol naranja 
parecía que ibas a llorar...eterno 
adiós.

 

Las calles parecían tan solitarias en ese momento que creyó que estaba más solo que nunca en este cruel y desdichado mundo lleno de derrotas. Su tristeza le había llevado a un lugar  para poder tranquilizar sus emociones, descarriladas, ese sentimiento enfermizo de querer llorar y golpearse por idiota, por no poder haber aprovechado lo que tanto la vida le había dado a manos abiertas. Finalmente sus pasos, luego de salir del metro que le llevaron a la costa. Llegó a la playa. La tarde estaba muriendo y el clima era de un viento enorme y agitado, eran los días de verano en donde la lluvia quería atenuarlo. El cielo parecía grumoso y el sol hacia su última despedida en ese día. El color naranja lo invadió todo.

Él se acomodó en la arena, se había quitado los zapatos para sentir la arena entre sus dedos. Cada paso que daba hacía que sus pies  sus pisadas se hundiesen causando  huellas. Sus pasos eran visibles desde el inicio de la calle transitada hasta llegar a la orilla en donde pudo sentir el agua fría. El viento le azotó por completo, sintiendo ese sentimiento incorrecto de la soledad. Sintió la brisa marina mezclarse con su respirar. Sus gafas se tiñeron de roció marítimo, los retiró y apreció todo aquello. La sensación de tranquilidad le reconfortó. Aunque dolía inmensamente, debía abandonarlo.

Debía decirle adiós, debía despedirse  y darle el mejor de los adioses.

Aoi sora wa iki wo hisomete akai yuuhi ni dakarete yuku 
Boku mo kimi wo dakishime nagara hitomi wo tojita 

Ikutsumono yorokobi ya kanashimi mo kazoekirenai deai ya wakare mo 
Ano koro to kawarazu yasashiku miteru [orenji] no taiyou 

El cielo azul susurra 
suavemente, la roja luz del 
sol nos abrazó cerré los ojos 
mientras te abrazaba 

Un montón de alegrías o tristezas 
incontables encuentros o despedidas al igual 
que entonces, está viendo 
agradablemente...el sol 
naranja. 

 

*Recuerdo,*

-¿Souichi… Tatsumi, verdad?-

Aquella voz le hizo abrir de golpe sus ojos, elevó despacio su rostro siendo atacado por su propia melena gracias al viento que golpeo desde atrás. Elevó su mano y apartó sus cabellos para admirar el rostro del Morinaga quien le observaba realmente confundido. Se puso de pie despacio y miró a todos lados, aparentemente él estaba solo y con calma susurró-¿Qué haces aquí?-

El cuestionado miro al frente al mar y respondió con calma.- Necesitaba un respiro.

-¿Y… tú esposa?-

Él le miró serio y susurró.- Prefiero no hablar  de eso.- Dijo devolviendo la mirada al mar.

-Bueno… yo ya me iba, cuídate mucho.- Dijo dando la vuelta pero siendo sujetado de un brazo por el Morinaga quien estaba impactado y quien susurró:

-Por favor, no se vaya…- Susurró con poca voz, Souichi se giró despacio y le miró confuso.- N-No logro entender… ¿Por qué, siento que te conozco?-

-Porque así es.- Susurró.

-Tú, no me mientes ¿verdad?- Expresó desesperado.

-No tendría por qué hacerlo. Si lo piensas no tengo nada que ganar con hacer eso.- Explicó.

Ambos estaban ahora sentados en la arena admirando el amanecer era hermoso, el color amarillo remojar todo, la brisa marina era totalmente sabrosa y refrescante, Tetsuhiro escuchaba con atención lo que el pelo largo le decía.-¿Entonces soy estudiante de la universidad de Nagoya.-

-Y el mejor.- Agregó, él había confesado todo lo que sabía de Morinaga a excepción del asunto en que ambos estaban involucrados.

-Te agradezco que me hayas dicho eso, pero… ¿Qué hay de lo nuestro?- Souichi se estresó, enseguida susurró.

-Eso… pues…- Susurró con calma y sonrojándose.- Eso no es precisamente primordial.- Respondió poniéndose en pie.- Ahora será mejor que regreses con la loca, piruja de tu esposa.-

-Ha, ha, ha Senpai… -Ambos se silenciaron, Souichi enseguida se acercó a Morinaga y susurró.

-¿Cómo me llamaste?-

-Se-Senpai.- Respondió confuso.-¿Por qué dije eso?-

*Fin de recuerdo*

La voz de Tetsuhiro se hacía lejana, se esparcía en sus recuerdos con el viento. No quería hacerlo, no deseaba hacerlo, porque habían pasado muchas cosas juntos y el solo podía culparse por no poder detener esto, ¿por qué no había dicho que no era su profesor, por qué sintió que lo correcto era mentir, por qué los ojos de Morinaga….?

*Recuerdo*

Con calma deslizó la camisa de los hombros del ojo miel a quien besaba sin poder contenerse, mordía esos labios con entera pasión, causando un estremecimiento pavoroso el peli largo que lo hacía temblar, más y más. Ahora, llegó la parte que más tensaba su cuerpo y era el hecho de que ahora Morinaga abría su pantalón y le ayudaba a quitárselos. Él también lo hizo así. Se abrazaron en la cama de costado sintiendo la tibieza de sus cuerpos el pálpito de sus corazones y las respiraciones fuertes que morían en la nuca de Souichi quien susurraba.

-¿Piensas quedarte así para siempre?-

-Si pudiese lo haría Senpai.- Confesó él para ahora acariciar su figura. Con la punta de sus dedos pasó desde su brazo encogido hacia adelante hasta caer en sus costillas. Luego, pasó por ese hueco en la cintura y después en su cadera, para volver a subir.

-E-Eso hace cosquillas.-

-Eres tan lindo.-

-Y tú estás raro.-

-Senpai…- Susurró envolviéndolo en un abrazo.- Sabe, recordé algunas cosas.-

-Olvídalo, déjalo en el pasado…-

Dijo girándose para quedar de frente. Nunca se vio hacer eso, pero lo necesitaba, era extraño, estaba al frente admirando su rostro, admirando su cuerpo desnudo masculino, sintiendo ese aroma a colonia y él se sintió avergonzado, Morinaga le abrazó susurrando.

-No hay por qué avergonzarse,- Ahora, bajó sus manos para sujetar sus miembros y comenzar a masturbarlos juntos. Souichi sintió el calor en el pene de Morinaga y éste el del suyo.

*Fin del Recuerdo.*

 

-¿Por qué la miraban con tanto amor? ¿Por qué la mirabas como lo hacías conmigo…?

El clima se tornó un poco más naranja. Aún escuchaba su voz en su cabeza llamarle:

-¡Senpai!-

 

Eien wo yume miteta ano koro no bokura wa 
Itsumademo hanarezu ni dakiatte waratteta 

Akireru hodo kimi wo omou yo 
Soredakede boku wa mitasareru 
Nakanaide, itsudatte aeru yo 
Hitomi wo tojireba...

En aquellos tiempos, los dos estábamos 
soñando con la eternidad nos abrazamos y 
reímos...como si nunca nos fuésemos 
a separar… 

pienso en ti casi con asombro sólo con eso 
estoy satisfecho no llores, volveremos a 
encontrarnos algún día si cierras 
los ojos… 

-Morinaga…- Cerró sus ojos y se dejó abatir por el viento percibiendo el dolor y el escozor en su corazón. Ese dolor de pérdida que logró sentir a temprana edad cuando su madre falleció volvió a relucir y a sentirse en su acongojado corazón…-Este es el entero adiós…- Expuso con suavidad para dejar caer unas cuantas lágrimas y dejarlas llevar por el viento.

Trató de dar la vuelta y regresar a casa, pero el enorme deseo de llorar lo acogió por completo. Se dejó caer de rodillas a la arena y enterrando sus manos, soltó su llanto...

Yuugure ni kimi to mita [orenji] no taiyou 
Nakisou na kao wo shite eien no [sayonara]

Al atardecer, vi contigo el sol naranja 
parecía que ibas a llorar...eterno 
adiós 

Al atardecer, vi contigo el sol naranja 
parecía que ibas a llorar...eterno 
adiós

-¡Ahhh!- gritó con fuerzas, mezclando su llanto.- ¿Por qué mierdas soy tan débil ¿por qué nunca puedo… por qué…?- Golpeó una y otra vez la arena que se mezcló con el agua. Su reflejo pudo verlo en esas suaves olas que llegaban a la orilla y derretían su corazón, con un vaivén, como el suave pálpito de un corazón abandonado.- Tetsuhiro…. Te amo…- Susurró- Te amo…- Reafirmó.- TE AMO.- Repitió a los cuatro vientos, pero el dueño de ese sentimiento era incapaz de escuchar aquello.

Notó como el ambiente se tornaba oscuro. El sol por fin se había hundido en el fondo tragado por el mar… y se sintió solo. Elevó su rostro sintiendo como su garganta se cerraba por las lágrimas, ¿Cómo llegó a amar a ese tonto de tal forma que no podía más?

Se fue poniendo de pie, ya que las horas pasaron y que no podía ver nada más que solo las luces al fondo de alguno que otro barco y las de la ciudad a un costado, incluso las de un parque de diversiones muy al fondo, había agradecido que esa zona era tan desértica que no nadie pudo ser testigo de su desahogo de su frustrante derrota. Se acomodó en una banca sola y colocó sus codos en sus rodillas, para seguir derramando lágrimas que recorrían su perfilada nariz y que caían sin medida en el piso. Limpió un poco su pantalón y se colocó los zapatos, luego de sacudir sus pies de la arena. Se puso en pie, miró la hora en su celular y la fecha. Dedujo que su capítulo terminaba ese día a esa hora, ese momento seria el Eterno Adiós.

-El adiós a Morinaga Tetsuhiro.- Susurró para comenzar a caminar en dirección a casa…

 

***

Cuatro meses después…

Habían sido meses llenos de tristeza y soledad, sus ánimos decayeron tanto que sus asistentes trataban de cometer errores innecesarios para que el los reprendiera y volviera al ser el mismo, pero nada de eso daba resultado, incluso Matsuda y Kanako trataron de hacerle salir de su actual estado, sin embargo nada lo movía, siempre se mantenía con una mirada vacía y las cejas juntas una expresión verdaderamente miserable. Esa semana decidió que lo mejor sería concentrarse en su tesis, eso tal vez le haría olvidar un poco al chico que por mucho tiempo el amo. No estaba dispuesto a retomar su vida amorosa jamás, se había dado por vencido con ese sentimiento y ahora solo tenía que estudiar y trabajar, velar por su familia y nada más. Lejos quedaron las ganas de querer volver a sentirse amado, no era porque no lo quería en más era porque dolía, dolía demasiado.

Estaba tremendamente concentrado en elegir el tema de su tesis que presentaría para su maestría.  Aún no podía recuperarse de la perdida, pero la situación sería muy distinta al ver entrar al profesor Fukushima en su área de trabajo. Souichi se encontraba en la biblioteca de la universidad con una enorme torre de libros y unas dos tazas de café- Fukushima se acercó a él y con voz suave susurró:

-Por fin te encuentro, Tatsumi-san.

El mencionado apartó su mirada de los libros de química y de agricultura, para sacarse las gafas y masajear sus cansados ojos, que no estaban cansados por el estudio sino más bien por llorar cada noche. Souichi terminó de rascar sus ojos para admirar a su profesor y orientador de la universidad, quien sonrió amable y susurró:

-¿Pareces cansado?

-Solo un poco, ¿Qué desea?

-Oh, sí…- Dijo enseguida, con una enorme sonrisa y mirada animada.- Ha regresado.

-¿Quién?

-Morinaga Tetsuhiro ha regresado para terminar su carrera y quiero que tú le hagas recordar todo lo que estudió… quiero que le ayudes a que se incorpore de nuevo en el camino que ese chico tiene en esta rama de la ciencia. -Souichi negó la mirada de su interlocutor, observó  los libros de manera vidriosa y con voz calma expresó:

-Lo siento, no puedo hacerlo.

-¿Eh?, pero si tú eres su mentor, él es tu ayudante ¡Ambos deben trabajar juntos! Me he enterado por la esposa de Morinaga que él perdió parte de su memoria, pero que poco a poco está recordando la mayoría de las cosas. Una forma más ágil de que esto suceda es que tú le ayudes.

-Yo no tengo tiempo para esas cosas. Estoy preparando mi tesis, será molesto estar con un desmemoriado.- Susurró violento y levantándose de manera inmediata y severa, tomó varios libros y los coloco uno sobre otro, pensaba devolverlos.- No, Profesor, no puedo hacerlo.

-Pero entonces… ¿Qué haré? él está afuera.

-¿Afuera?

-Si, dijo que no quería aguantarse más, quería comenzar hoy mismo.

-Pero, ¿qué piensa ese idiota? Debería estar descansando.

-Lo sé, lo mismo le dije. Le supliqué que volviera el otro año, pero no quiere. Dice que le urge volver a aprender todo lo que le enseñaste.

Souichi masajeó su sien y susurró:

-Profesor, aunque él esté aquí, no puedo, no…. quiero hacerlo.

-Souichi…

-No, será muy molesto para él que todo el mundo comience a hablar cosas de lo que pasó y aún más molesto el que él me pregunte si eso es cierto.

-Nada de eso sucederá. No permitiremos la entrada a ningún periodista ni nada por el estilo, los alumnos ya están siendo informados que no dirán nada de lo que ocurrió… entre tú y él.

-Parece tan fácil.- Expuso, serio.- Mire, no soy la persona indicada, si en verdad quiere recuperar a ese estudiante, podría ponerlo con Yamaguchi, él, si no más recuerdo, era su mejor amigo.-

-Yamaguchi… él está fuera, trabajando en una farmacéutica se graduó hace poco, ¿No lo sabía?

-No controlo el mundo de nadie, ¿Sabe?

-Tatsumi-san, por favor, hable con él y piénselo, ¿Está bien?

Souichi estaba tremendamente enfurecido, ese sujeto tenía algo así como una misión o algo similar, quería o más bien parecía quererlo obligar a que viera a ese chico. No teniendo opción, aceptó verlo ya que de todos modos sus cosas personales estaban en el laboratorio en donde se encontraba, Morinaga. Fukushima y el platinado se dirigieron al laboratorio.

Mientras caminaban, el hombre mayor le decía las grandes cosas que tenía planeadas para Morinaga si él lograba recuperar todo sus conocimientos, mientras que Souichi solo pensaba en cómo demonios hacer para que ese idiota no fuera su asistente o si quiera alumno. No era porque no le caía bien, la verdad es que no le apetecía, definitivamente, él ya había cerrado ese capítulo de su vida y como si el karma le estuviera haciendo pagar algo grave, éste se empeñaba a joderlo. Finalmente cruzaron una esquina, y se encontró con algo extraño, había tres hombres vestidos de negro en la entrada del laboratorio. Parecían que lo estaban cuidado de que ningún individuó entrara.

-¿Qué es esto?

-Oh ellos, pues son guardaespaldas de Morinaga-san.

-¿Guardaespaldas?

-Si…- Susurró Fukushima.

Ambos se pusieron al frente de esos tres enormes sujetos a los cuales observó desconfiado el de gafas, antes de entrar sintió el vibrador de su celular y como en todas las ocasiones anteriores no respondió a la llamada de Kunihiro, quería desaparecer de esa familia pero tal parecía era imposible hacerlo.

-¿Disculpe, quién es usted?

-Mi nombre es Fukushima soy el profesor encargado de este estudiante y bueno, él es Souichi Tatsumi.

-¡Tatsumi… lo siento pero él no puede entrar de ninguna manera!- Gritaron rodeando al pelo largo.

-¿Eh,  pero por qué carajos no puedo entrar a mi laboratorio?- Gritó severo el ojo miel.

-Es uno de los nombres que aparece en la lista de los que no deben acercarse a Morinaga-sama.

-Pues me la chupan, esta universidad no es su casa ni le pertenece a ese tonto.- Empujó a aquellos los cuales se sofocaron e intentaron atacarlo.

 La puerta del laboratorio se abrió de prisa.

-¡Caballeros, dejen eso de una vez!- Gritó furioso Morinaga, quien traía un peinado hacia atrás y unos ojos serios.- Dejen de hacer el ridículo en instalaciones ajenas a la familia.

-Pero señor, Sasame-sama, ella dijo que…

-¿Acaso no fui claro?- Gruñó más.- Por favor, váyanse.- Gritó más.- Les llamaré cuando termine con esto. Solo serán unos minutos.

-Sí, señor.- Se dispusieron a irse cuando Morinaga se acercó a Fukushima ignorando por completo a Souichi.

-Profesor Fukushima, perdone las molestias, esto no debía pasar.

-Despreocúpate, muchacho.

-“Qué es esto… ¿Quién es este sujeto?”- Se preguntaba Souichi admirando al que tenía al frente, ropas costosas, zapatos de vestir, los tenis habían quedado en el pasado y parecía una copia vil de Kunihiro o peor aún de su padre, y su forma de hablar, ¿En dónde había quedado el guarro, llorón, expresivo y liberal? Sin duda ese no era Morinaga, era una farsa, era un impostor.

Dado a que aquel no era para nada el sujeto que tanto amaba, no le pareció difícil aceptar las suplicas y reverencias del joven quien había rogado que fuera su maestro. Fukushima se alegró al verlos por fin ponerse de acuerdo.

-Tendrás que trabajar duro, no pienso hacerte la vida sencilla.- Susurraba Souichi.

 Tatsumi comenzó a ponerse la bata de laboratorio  y ofreció otra a aquel sujeto quien la tomó desconfiado y dijo:

-Esto está sucio.

-Es la única que hay, por ahora si quieres comenzar ya, luego la llevarás a casa a lavarla.- Dijo serio.

-Bien, Souichi, me retiro. Dejo en tus manos a Morinaga-san.

-Si…

Dijo éste yendo a los casilleros y tomando algunos cuadernos de anotaciones. Se movió por todo el laboratorio siendo analizado por el otro. De alguna forma Souichi se sentía incómodo, parecía estar frente a un desconocido, pero ese fuego, ese sentimiento de nuevo palpitaba en su ser interno. Comenzó a sentir que sus mejillas se estaban sonrojando y que el corazón le palpitaba como un demente. Ese estrepitoso vació en su estómago y esas ganas de tragar grueso, pronto trató de reprimir todo eso y susurro, abriendo su cuaderno:

-Aquí están algunas de las formulas básicas que debes sa…- Se silenció al sentir como su brazo era tomado y era atraído hacia el que tenía al frente. Souichi agrandó la mirada y susurró.-¿Qué mierdas haces?

Aquel le observó con ojos serios. Fue acercando su rostro al  de gafas y, éste deseando sentir esos labios sobre los suyos,  cerró sus ojos de manera apresurada. Pero no fue un beso lo que se presentó si no un abrazo, que lo apretujó con fuerza. El rostro de Morinaga estaba en su cuello hundiéndose  entre su nuca y hombro. Souichi estaba estático, lentamente abrió los ojos presintiendo los temblores del que tenía a su frente.

-Senpai…- Susurró.

Al escuchar aquello, Souichi liberó dos enormes lágrimas y pensó:

-“Esto no es  verdad, debe ser producto de mi imaginación, ¿me habré desmayado y estoy soñando esto?”

Pero, lo que siguió a continuación no era producto de su imaginación. Morinaga separaba su rostro de su cuello y le observaba con los ojos entrecerrados. Su cuerpo se movió solo, sus labios se conectaron de inmediato. Aquella boca acariciaba los labios de Souichi con entera suavidad y amor, mientras que sus manos acariciaban su espalda y entre su boca, él susurraba:

-Lo recuerdo, lo recuerdo todo…

 Souichi sintió morirse en ese momento, pero de felicidad, tanto así que las emociones no cupieron ni  fueron sostenidas por su delgado cuerpo. Se mareó de inmediato y estuvo a punto de caer al piso, si no hubiese sido por los brazos fuertes de Morinaga, el cual susurró:

-¿Senpai, estas bien?-

-Repítelo, dilo de nuevo…- Pidió con voz suave y grave, admiranda a su chico con mirada suplicante.

-Te recuerdo, te recuerdo, ya recuerdo todo Senpai…

El mencionado, soltó en llantos y Morinaga sujetó con una de sus enormes manos la parte trasera de su cabeza, para hundir el rostro de su amado en su pecho. La mano que sostenía y acariciaba la cabeza de Souichi era la izquierda en donde moría un anillo en su dedo anular… Souichi no podía parar de llorar, quería morirse ahí mismo por falta de líquido en su cuerpo. Su cuerpo comenzó a temblar desmedidamente, pero luego de un rato se tranquilizó.

¿Cuantas veces soñó con esto?, ¿cuantas ocasiones lloro en su recamara para que pasara aquello?, ya había perdido la cuenta y ahora podía sentir su calor su respiración su voz cercana a su oído y el sonido incomparable de su corazón, admirar ese perfume que aunque caro, era un aroma que jamás olvidaría, lo recordaría como un aroma que estaría presente y al sentirlo recordaría esa ocasión en el que todos sus sueños se hicieron realidad, Morinaga había después de mucho tiempo recuperado sus recuerdo. Las piernas le temblaban horrendamente, todo su cuerpo estaba de igual manera, es que esos labios, los cuales volvió a besar con mucha más desesperación y necesidad, lo volvieron loco tanto que susurró entre estos.

-Morinaga te amo, te amo tanto.

-Senpai…- El mencionado comenzó a llorar y susurró.- Lo siento, perdóname por haberte dicho aquello en el hospital.

-No hables de eso, ahora lo que quiero es que me beses por favor… quiero que el sabor de tus labios permanezca conmigo hasta que me quede vida.

-Souichi.- Aquella boca le besó

 Souichi era acariciado por Morinaga, y éste respondía aferrando sus delgados dedos a la ropa del su chico.

Luego de aquel emotivo encuentro ambos estaban sentados los dos en las sillas del laboratorio. Morinaga ofreció uno de sus pañuelos a Souichi y éste cuestionó:

-Pero, ¿cómo? Se suponía que no recordabas quien era yo.

-Senpai… -Dijo mirando al piso.- Tuve que inventar eso  porque escuche lo que pensaban hacer contigo.

-¿Qué cosa?

-Cuando estaba en el hospital, escuche una conversación… de Meilin.

-¿Qué conversación?

-Esa mujer está loca, estaba hablando con alguien no sé quien sea. Ella le reclamaba por algo de una droga que había salido mal todo y que casi me asesina.

-Esa mujer, ella te dio esa droga para confundirte y así…- Souichi agrandó sus ojos.- Morinaga, ella te drogó para que te acostaras con ella.

-De eso no me queda la menor duda, Souichi… pero, hay algo más.

-¿Qué cosa?

-Ella quiere hacerte daño.

-¿De qué hablas?

-Eso no lo escuche bien, pues salió de la habitación…- Morinaga admiró a su Senpai tomó sus manos.- Por eso decidí venir aquí con la excusa que me ubiques en mis estudios. No quiero dejarte solo, esa mujer es peligrosa.

-Pero, debemos hacer algo.

-No sé qué podamos hacer, me mantienen vigilado.- Dijo mirando hacia la ventana de la puerta del laboratorio.- Aunque les dije que se fueran no lo hacen.- Susurró.- Desconfían de mí. Era imposible acercarme a ti si no decía estas tonterías y no mostraba un cambio en mi personalidad.

-Por eso ese horrible peinado.

-Jajaja, si.- Sonrió como él lo solía hacer.

 Souichi se quedó impactado y se acercó a él para desordenar sus cabellos.

-Esto me está irritando.

-Senpai, me costó trabajo hacer que no se mueva ni un pelo.

-Pues no me agrada, si quieres luego te lo hacemos como antes, pero en mi presencia quiero que seas tú… quiero que seas mi Morinaga…

Los ojos del mencionado brillaron intensamente, era completamente hermoso volver a estar juntos, pero no podían confiarse. Aprovecharon el tiempo, hablaron de lo que había sucedido desde hace  unos meses y Souichi estaba sorprendido con que puntualidad Morinaga sabía todo del pasado de ambos. Sin duda alguna HABIA REGRESADO. Pero, ¿que tanto les duraría la felicidad?

 

***

Caminaba de un lado a otro en su lujosa habitación, el nerviosismo la invadía por completo. No podía negar que se sentía muy frustrada porque Morinaga había regresado a la universidad cerca de ese sujeto que amenazaba su felicidad y la de su futuro hijo. Su hijo…le  odiaba con todas sus fuerzas. Su cuerpo había cambiado de maneras que ella no comprendía, se observaba todo el día en el espejo, sus ojos parecían estar hundidos en la miseria, en lugar de ser una madre feliz era una mujer tremendamente enfadada y hastiada.

-Odio estar embarazada.- Gruñó con ganas mirando su vientre y notando como éste había comenzado a moverse. Observó el espejo de nuevo y gritó- Quiero que esto termine ya.

-¿Por qué tanta prisa querida?

 Cuestionaba el hombre que antes le había dado la droga para Morinaga, con amenazas de delatarla, se armó de una buena fortuna a costa de chantajes patrocinados por la Sasame.

-¿Por qué tanta prisa dices?- Gruñó.- ¡Esto es ridículo! No sé cómo las mujeres se pueden quedar embarazadas por tanto tiempo. Parezco una vaca y Tetsuhiro no me toca, apenas y se acerca a mí, le desagrado estoy segura.

-Cariño, no creo que sea eso… Según lo he visto tu esposo, no es un asqueroso, más bien tú eres la que lo aleja.

-Mierda, es que esto me trae loca, ya no quiero estar embarazada CARAJO.

-Oye, no seas tan cruel, ese niño no tiene la culpa de tus dementes actos.

-¿Oye, estás conmigo o en mi contra?

-Ni lo uno ni lo otro, solo apoyo a ese bebé.

-Un niño…- Susurraba mostrando la primera caricia en meses a ese vientre- Un hijo de Tetsuhiro, un heredero de su fortuna.

La mirada de Meilin se hizo perdida. Imaginaba tantas cosas, en especial que la llegada de ese ser uniría más a su eterno amor…

 

***

Los días pasaban con tremenda pesadez, cada vez era más sencillo verse, pues los guarda espaldas, comenzaron a darse cuenta que esos dos no tenían intenciones ocultas y extendieron un enorme resumen a su jefa, la cual les ordenó vigilarlos no dejarlos ni a sol ni sombra, sim embargo, Tetsuhiro se las arregló para que los hombres se relajaran y ese día en el auto que se conducía en dirección a la universidad expuso:

-Señores, sé que mi esposa, les ha dicho que deben cuidarme, pero como podrán ver ya pasó un mes en la universidad y no hay por qué preocuparse.

-¿Pero, señor si no lo cuidamos que haremos?

-Mmm, ¿Qué les parece si van a su casa?

 Todos se miraron unos a otros.

-¿A nuestras casas?

-Sí, ¿Hace cuánto que no visitan a sus esposas a sus hijos?

Las miradas de aquellos se encontraban unos a otros, finalmente el líder de ellos llevo una mano a su cuello y susurró:

-Bueno, sus estudios son demasiado pesados, todos los días en la universidad desde las 8 hasta las 11  de la noche cansa y bueno tiene razón, no hemos visto a nuestras familias.- Nervioso movía sus manos y admirando al que protegían susurró.-¿Realmente no habrá problema si vamos por lo menos unas horas?

-¿Unas horas?- Cuestiono Morinaga, Mirando su reloj de pulsera y susurrando.- No, creo que haya problema, pero no serán unas horas, será todo un día.- Sonrió.- Tienen desde las 9 de la mañana hasta las 11 de la noche.

-¿Pero y usted?

-Yo estaré bien, mi hermano envió a Yuriko para que me haga compañía.

-¿De verdad está bien?

-Claro, vayan tranquilos y no se preocupen yo me encargare de que tengan paga este día.

Los hombres se emocionaron, demostraron una sonrisa en sus cansados rostros, el estrés de sus hombros se fue lejos, un día en familia sería perfecto para ellos. Llegaron a una estación antes de la universidad, Morinaga bajo y susurró a ellos.

-Allá esta Yuriko.- Señaló a la joven que estaba en la entrada de la estación de metro.- Yo caminaré desde aquí con ella, por favor lleven el auto y no duden en divertirse. Yo les llamaré cuando termine mis labores en la universidad, por favor, diviértanse.

Los hombres asintieron, sabían que esto no era nada profesional, pero pasar un día entero parados afuera en el pasillo de los laboratorios de una universidad aburrida era demasiado cansado. Sin mediar palabra se perdieron por la calle, mientras él llegaba a la cercanía de Yuriko, quien hizo reverencia y susurró:

-Tetsuhiro-sama.

-Hola, perdona haberte hecho venir hasta aquí.

-Despreocúpese.

-Arruiné tus vacaciones. ¿No es verdad?

-Para nada.- Sonrió la chica.- Vigilar a Souichi Tatsumi no es nada complicado.- Dijo iniciando la caminata.

-Te lo agradezco, la verdad no sé qué cosas está planeando Meilin.

-Lo entiendo, Kunihiro-sama también me dijo que lo vigilara, está preocupado por lo que usted le comentó.

-Si… -Se detuvieron los dos.- Bueno, te agradezco la ayuda.

-No hay problema, nos veremos en unos días.

-Claro.

-Diviértase mucho, Tetsuhiro-sama.

-Gracias Yuriko y realmente lamento el que te haya despedido esa mujer.

-Me siento más a gusto trabajando a mi cuenta, despreocúpese.

 Morinaga asintió y la vio partir, entonces ahora la tarea era la siguiente, ir por otra ropa, más adecuada, pues esta vez él se presentaría como Morinaga…

 

***

 

Apuntaba o al menos eso trataba de hacer, los diferentes puntos de exposición en su trabajo de graduación, pero no lograba ubicar nada, ya que llevaba más de media hora mirando el reloj en la pared del laboratorio, Morinaga llevaba retrasado una hora, Souichi no podía concentrarse, pues en su cabeza solo vagaba una idea.

-¿Lo habrá descubierto todo esa mujer?

Senpai miraba a todos lados tratando de buscar un alivio a su zozobra. Intentó llamarle, pero recordó que Morinaga le dijo que las llamadas solo serían de emergencia, no quería que hubiera problemas y menos con Meilin en su ya sexto mes de embarazo. Souichi cerró su cuaderno de anotaciones, no podía no lograba concentrarse por más que quisiera, se puso en pie y dio vueltas de un lado a otro en su laboratorio, hasta que por fin escuchó pasos en el pasillo. Igual que en otras ocasiones, el de cabellos largos hizo la farsa que estaba haciendo algo con sus tubos de ensayo, no quería verse ansioso frente a los guardaespaldas de Tetsuhiro.

Pronto la puerta se deslizó y enseguida Souichi escuchó:

- Ya llegué, Senpai…-

-Ya era hora de que aparecieras ¿En dónde rayos esta….?

Mientras decía esto giraba su rostro y justo cuando admiró a su costado derecho se quedó helado, Morinaga se presentó con las ropas típicas que él solía usar, sus cabellos desordenados y sus tenis.

-Mo-Morinaga.

-Hola.- Sonrió de manera tierna y dulce, sintiéndose un poco apenado y sonrojado.

-¿Qué pasó con tus…?

-Hoy quiero ser yo.

Souichi vio cómo le pelo azul iba acercándose para sujetar sus manos y luego sus brazos acercarlo y besarlo de manera apresurada, cosa que él se separó rápido y susurró:

-Tus gorilas, nos pueden ver.

-Los envié a descansar, ellos estaban cansados, solo somos tu y yo Senpai.

-¿Estás hablando en serio?

-Si…- Dijo feliz y con una mirada brillosa y emocionada.

-Qué alivio.

-Senpai, quería que fuéramos a otro lugar, este día quiero aprovecharlo al máximo contigo.

-Pero ¿a dónde quieres ir?

-Lo sabrás cuando lleguemos.

 Dijo animándolo a ir a afuera, Souichi se quitó rápido la bata y se fue tras él sin su mochila ni nada que pudiera molestar a ambos. Caminaban en dirección a las afueras de la universidad, mientras Morinaga caminaba susurraba:

-¿Alguna vez fuiste a un parque de diversiones?

-Mmm, no, eso es demasiado público, demasiadas personas concentradas en un solo lugar, ¿ no?.

Expuso erizo el peli largo, dejando salir de los labios de Morinaga una suave risa al mismo tiempo que decía.

-Entonces, iremos  un restaurante familiar.

-Ah,,, está bien.- Dijo con pesar, caminaron varias cuadras hasta llegar a la zona más llamativa de Nagoya.-Este sitio se me hace familiar.

-Sí, tengo mucho que no lo visito y quería venir contigo.

-¿Visitar a quién?

-A…

-ANGEL-KUN.-Se escuchó un grito proveniente de el fondo del callejón en el que se habían metido, el dueño de aquella voz dejo caer una caja con botellas y salió corriendo a lanzarse en sus brazos apretándolo en un fuerte abrazo.- Angelito, regresaste que cosas, no creí al serio de tu hermano ni al sabiondo de tu ex novio, Masaki el que hubieras despertado y….- Hiroto se calmó, al sus ojos grises posarse en cierto peli largo.-¿Souichi-kun eres tú?

-Mmm, Hola, ¿Hiroto?

-Hai.- Dijo animado yendo a su cercanía y abrazándolo con real confianza.- Que bueno verte a ti y a mi angelito por fin juntos.

-O-Oi.- Morinaga reía animado.

-Ne, Hiroto, ¿Cómo has estado?

-Aburrido, sin tus pláticas de ya sabes quién.- Dijo mientras tomaba unas cajas y entraba al bar, eran las 10 am y aún estaba cerrado pero ellos al ser amigos del dueño, pudieron pasar.

 Souichi admiraba todo a su alrededor, como el Bar cambiaba  aun restaurante familiar en el día, las y los meseros no parecían gigolos mas bien eran adolecentes muy animados, que no dudaban en ayudar al dueño a arreglar el local, limpiarlo de piso a techo, mientras Hiroto limpiaba unos vasos cuestionaba

.- Pero cuéntenme picarones ¿cómo están?

-¿Picarones?

-Ja, ja, ja Hiroto, me alegra volver a verte después de tanto tiempo.

-Y casi un año, Angelito.

-Tanto, imposible… si aún recuerdo fue aquí donde nos peleamos con mi Senpai, eso fue hace 6 meses ya.

-Exacto.- Susurró aplaudiendo.- Es verdad has recuperado la memoria.

-Hablando de memorias.- Cortó Senpai.- Ya que tocamos ese tema, recuerdo que fuiste tú quien le diste la droga a este tonto.

-Eh…

-Senpai, jejeje.

-Bueno… solo era un empujoncito, querubín.

-¿Querubín?

-Hai, Mori-kun es mi angelito y tú eres mi Querubín y ahhhh, tú hijo debe ser mi pastelito.

 Dijo mirando emocionado a Morinaga, quien se tornó un poco incómodo, mientras que Senpai notó aquello y más notó el repentino rechazo de ese tema a Hiroto, cambiando de  inmediato el tema.

-Oh, Hiroto, ¡Dime, cómo van las cosas en el bar!

-Ah, muy bien, es cansado llevar turnos de casi 24 horas pero estoy bien….

 Souichi no dijo palabra desde que ellos comenzaron a hablar, pasaron las horas y por fin se hizo el medio día. Comieron algo en el restaurant y luego de un rato, se despidieron de Hiroto. Ya afuera Morinaga se estiraba como un gato y miraba a su Souichi de forma animada.

-¿Entonces Senpai, quieres ir a la feria?

-Sí… vamos.- Respondió de forma seria y un poco confusa internamente él se preguntaba que pasaba por la cabeza de Morinaga.

Mientras caminaban notaban que las nubes se estaban agolpando y que el viento estaba dando su mejor demostración, parecía que más tarde llovería reciamente sobre la ciudad, pero eso no menguaría los ánimos de cierto peli azul oscuro, quien caminaba con emoción a la feria y quien divertido contaba enormes expectativas.

-Quiero subirme a la rueda de la fortuna contigo, debería ser más lindo en la noche, pero no hay mucho tiempo.- Agregó, un poco serio.-Vamos Senpai, antes de que comience a llover.

-Hai.

 Dijo corriendo a su lado y sometiéndose a la enorme fila que había en la marquesina par a entrar al parque de diversiones. Morinaga estaba encantado parecía aun niño en una juguetería. Souichi no dejaba de sonrojarse al ver el rostro animado de su amado, pero también estaba un poco preocupado.

Finalmente, lograron subir a la rueda de la fortuna. Sería, el momento preciso para enfrentar a Morinaga pensó Souichi, quien parecía callado, mientras cerraban la puerta de la cabina en la que ambos estaban, la cual parecía ser para cuatro personas, había mucho espacio, Souichi admiraba todo a su alrededor, limpio, pulcro, ventanas que llegaban hasta un poco arriba de los asientos y lo demás era metal, con emoción Morinaga sintió el estrepitoso movimiento de la cabina de ambos y susurró:

-Ya va a comenzar.

-Si…

Posó un codo en uno de los pasamanos sosteniendo su rostro bajo el revés de su mano admirando a su chico al frente le observó, le analizó y finalmente éste sintió la mirada penetrante de su oji miel a quien susurró:

-¿Sucede algo, Souichi?

El aparato comenzó a moverse, Souichi liberó un largo suspiro, admirando a su costado derecho, como la cabina se elevaba, dejando a evidencia un enorme paisaje, arboles, edificios y la gente que parecían hormigas abajo. Morinaga se impactó y tocando el vidrio susurró:

-Es hermoso.

-Si…- Dijo Souichi, notando como la lluvia comenzaba hacerse presente al fondo, ya que la vista se nublo por un velo grumoso que parecía humo.- Va  a comenzar a llover.

-“Este es un anuncio de seguridad, por motivos de seguridad, la rueda de la fortuna quedara inmóvil hasta que la lluvia cese, por favor mantengan la calma, las cabinas tienen sistema de aire y de seguridad que se activan al suspender su movimiento, gracias.”

Ambos se admiraban, sintiendo el sonido de la tormenta golpear la cabina por arriba. Morinaga susurró:

-Vaya se arruino mi día…

-Es solo lluvia, tranquilo.

-Pero, quería que subiéramos a la montana rusa también.

-Te comportas como un chiquillo.

-Es que quiero hacer todo lo que no pude hacer con Senpai, antes.- Dijo sincero, notando la mirada un poco molesta de Souichi enseguida Morinaga cuestionó.-¿Te he molestado?

-No, Me agrada salir contigo, deberíamos hacerlo más seguido, espero que se pueda.- Respondió.- Lo que me molesta es otro asunto que está dando vueltas en mi cabeza.

-¿Qué cosa?

-Morinaga… ¿Tu, que has pensado que pasará con tu hijo?

El relámpago, se presentó, inundando todo el ambiente de luz y de un sonido que se esparció a lo lejos el retumbo y de este calando con fuerza los cuerpos de ambos así. Tetsuhiro agachó su mirada y s apretó sus manos diciendo:

-Senpai… No me haga esa pregunta.

-…- Souichi se sintió un poco irritado, se puso en pie y fue directo a su lado, tomó una de sus manos y cuestionó.-Morinaga, ¿No me digas que tú…?

-Souichi… perdóneme, pero yo a ese niño, no…

-No te atrevas a decir algo tan cruel.- Susurró, con prisa.

-Souichi.

-Aunque haya sido procreado de la peor manera, eso no quiere decir que no merezca tu amor, tu aprecio.

-Pero…

-Pero nada.- Dijo tomando su rostro con una mano y mirándole furioso.- Jamás, pienses eso, es tu hijo, tu sangre una parte tuya.

-PERO, ES QUE ESA MUJER.

-Morinaga…- Susurró, acercando sus labios a los de su ojo verde.-Él no tiene la culpa.

Esto último hizo eco en sus oídos. Morinaga apretó sus ojos y soltó dos lágrimas, tembloroso confesó:

-Perdóname, yo… soy un idiota.

-Despreocúpate, se que tienes miedo, PERO FAMILIA ES FAMILIA.- Morinaga observó a Souichi.-Morinaga, cuando tú te mostraste no saber nada de mí, me decidí a alejarme de ti, porque no quería romper ese lazo familiar, incluso cuando ella anunció que estaba así yo  no era quien para deshacerme de ese bebé. Morinaga quiero que sepas que amo a tu hijo…

-Sou-Souichi…- Morinaga comenzó a llorar más fuerte.

-Por favor.

-Yo también, lo amo, pero… es que Meilin… ella…

-Deja de pensar en ella, ahora lo importante es que le des amor, y que seas un buen padre para él.

-Pero y lo nuestro.

-Matsuda-san me dijo que… un hijo debe crecer en un hogar lleno de amor y respeto.- Susurró. –Cuando todo esto este mejor y todo pase, pedirás el divorcio y… tú y yo cuidaremos de ese pequeño.

-¡SENPAI!-Le abrazó con fuerza.- No se qué haría sin ti. Te amo…

La rueda comenzó a moverse, ya la lluvia se había ido y mientras bajaba con calma Morinaga susurraba, sujetaba entre sus labios aquellos de Souichi y exponía, con suavidad:

-Gracias…

El día se torno lluvioso, de la nada las horas se esfumaron, Souichi y Tetsuhiro se encontraban ya en el laboratorio. Faltaba poco para que se dieran las 11 de la noche, los besos y abrazos no se hicieron esperar, querían ansiaban por fin estar juntos, pero, debían darse un tiempo; lo harían para que ella no los descubriera. Más sin embargo, las cosas no serían tan fáciles….

 

***

 

Un mes más se fue como agua y ellos no soportaban más. Ese día Tetsuhiro estaba decidido a pasar tiempo de calidad con su amado, aunque debía de regresar con su esposa y consentirla, pues el miedo la rabia y desprecio, cambió. Morinaga en esa ocasión se despedía de la castaña, se encontraban ambos en la habitación, Morinaga acariciaba aquel vientre y susurraba:

-Solo saldré por un rato, pórtate bien, y no le hagas mucho berrinche a tu mami, ¿ok?- Dijo besando con ternura la panza.

-Tetsuhiro, ¿Realmente debes ir?

-Sí, tranquila, regresaré en la madrugada, es solo un asunto de la universidad.

-Bueno… ¿Él estará ahí?

-¿Quién?

-T-Tu profesor.

-Ah… sí, estará.

-Entonces, no vayas.

-¿Pero, por qué?

-Pues, porque, etto, me duele…

-Meilin, la primera vez fue creíble, la segunda fue divertido, pero la tercera es más ya un berrinche suyo, señorita.- Acarició su barbilla.- Descansa, debes estar cansada.

-Ni que lo digas, tu hijo es muy inquieto.- Sonrió ella.

-Sí…- Susurró.- Ahora preparándose rápidamente y susurrando.- Bien, me voy.- Dio otro beso en su panza y luego, a costa de su voluntad dio otro en los labios de Meilin.

-Te amamos, Tetsuhiro, no lo olvides.

-¿Cómo podría?

 Se giro rápidamente y entonces al salir al pasillo y cerrar las puerta, limpió su boca, tornando sus ojos furiosos. Como odiaba que esa mujer lo hubiera engañado de esa vil manera, pero como Senpai decía, su hijo no tenía por qué pagar los platos rotos de esa relación.

Meilin estaba completamente feliz, pues desde hace un mes Morinaga mostró un cambio radical que inquirió en caricias para ella y para su hijo. Claro que no pudieron tener relaciones con la excusa de que sería peligroso para el bebe. Morinaga luchaba muy bien por lo que quería; dado a  que esto sucedía, Meilin mandó a quitar la vigilancia de su amado.

 

***

Universidad M.

 

El ambiente era de ciencia y fiesta, la universidad celebraba la graduación de los estudiantes más aplicados y que se desarrollaban en la rama de farmacéutica habían llegado grandes farmacéuticos a la velada, que promovía a sus alumnos de maestría, entre ellos Souichi Tatsumi, quien caminaba por los pasillos siendo recibido por Fukushima quien susurró:

-Hoy hay muchos alumnos que quieren graduarse de Maestros, como tú, Souichi.

-Eso me alegra saberlo.

-Claro, las cosas que dijeron de ti son del pasado, ya nadie dice nada de eso, es agua que se la llevó la corriente.

-Me alegro.

-Profesor Fukusima.- Expuso una joven de cabellos negros ondulados, susurraba algo al mencionado

 Mientras Souichi trataba de ubicar a su invitado, a Tetsuhiro Morinaga, pero no lo localizaba por ningún lado, luego de que salió del pasillo al enorme gimnasio del campus, pues el auditorio no sería capaz de captar a toda esa enorme reunión.

-¡Eso es verdad!

-Sí, señor.

-¿Qué sucede?

-Souichi, ven conmigo date prisa.

 Fukushima lo jaloneó hasta ir a un extremo de la habitación en donde se encontraba una rueda de alumnos como inversionistas de las distintas firmas farmacéuticas. Fukushima se abrió paso hasta por fin posarse al frente de un hombre de cabellos largos atados en una coleta su hermosa cabellera castañas oscuras atenuaban a todos ahí, excepto a él, quien tenía el mejor cabello largo de los dos. (Cortesía de Kanako)

Prontamente Fukushima se situó al frente del castaño y susurró:

.- Seiji Mutaro.

El mencionado elevo una ceja y susurró:

.- ¿Y tú eres?

-Mi nombre es Profesor Fukushima.

-¡Oh! ¡Es usted el profesor Fukushima que placer!

 Estrechó su mano, ahora admirando al que venía con él, Seiji a comparación de Souichi, el  solo mostraba un ojo de su cara, pues algunos flecos cubrían su otro ojo.

-Bien, mira quiero presentarte a alguien.

-Oh, sí.

-Sí, es mi mejor alumno, esta noche se graduará con honores, ¡No es genial!

-Me parece interesante.

-Y también me parece interesante que hayas salido de tu depresión.

-Eh, algo así Fukushima-san.- Sonrió Seiji y es que volver de la nada a una vida de ricachón costeada por el chantaje de a Meilin le ayudó mucho.

-Bueno, Bueno… Él es…

-SENPAI.- Gritaba Morinaga a un costado Souichi se giro de prisa y elevó su mano para ser visto por el peli azul.

Morinaga corrió rápido, se juntó a su amado y lo abrazó con fuerza, dándole un beso en la mejilla y susurrando.

-¡FELICIDADES!

Seiji se quedó de piedra y cuestionó:

- ¿Morinaga-san?

-Seiji, te presento a Souichi Tatsumi y a su asistente, Morinaga Tetsuhiro.

Seiji se quedó de piedra y también Morinaga, pues ambos tenían secretos, el primero temblaba por dentro pensando.

-“No puede ser, no puede ser, Tatsumi, ahora lo recuerdo, este sujeto es hijo de Souji Tatsumi.”

Morinaga por otro lado se ponía serio y susurraba:

- Seiji-san, ¿Tú aquí?

-Oh, si… si, em yo era un farmacéutico graduado de la universidad M.- Expuso.

-Eso es bueno…

-Oh, ¿se conocen?- Cuestionaba Fukushima.

-Sí.-Respondió Morinaga mirando con espanto a Souichi.

El pelo largo no entendía nada, pero dado a las diferentes platicas que habían tenido anteriormente una señal como esa quería decir que algo no andaba bien. Souichi, se aclaró la garganta y susurró:

-Disculpen, debo ir a repasar mi discurso.

 Fukushima y Morinaga le miraron partir, mientras que Seiji se alejaba también.

La verdad es que estaba nervioso, Meilin le había estado haciendo la vida imposible al hijo de su mentor, su modelo a seguir al hijo de Souji Tatsumi.

- Maldita sea.- Grito, furioso, saliendo del Gimnasio, con su celular en la mano.

Mientras que Morinaga al notar que salía llegaba a la cercanía de Souichi y lo tomaba de la mano para hacerlo a un lado y susurrar a su oído:

-Esto es malo, Souichi.

-¿Qué sucede?

-Ese sujeto es amigo de Meilin.

-¿Qué? ¿Eso es verdad?

-Sí, lo he visto muchas veces en la casa… y…- Morinaga agrandó la mirada y susurró.- Un momento.- Se llevó la mano a su barbilla.- ¡Senpai!

-¿Qué?

-Él era quien discutía con Meilin el otro día al teléfono, que tonto al no reconocer su voz - Se golpeó la cabeza.

-¿Estás hablando en serio?

-Hai…

El ruido de la gente se fue silenciando. Pronto en el podio se presento Fukushima, dando la bienvenida y agradeciendo a las grandes celebridades q1ue habían asistido, y un especial agradecimiento a Seiji por dejar su vida de ermitaño y asistir a este, magno evento, mientras agradecía Fukushima daba un pequeño currículo de Seiji.

-Este farmacéutico es muy bueno con las toxinas… es un modelo a seguir, ayudo en varias ocasiones a resolver esquemas y a crear una medicación para liberar los coágulos en el cerebro…

Dicho aquello, tanto Morinaga como Souichi se miraron uno al otro.

- ¿Acaso…él….?

-Senpai, es imposible, él es un científico reconocido y…

-Amigo de una loca, ESE INFELIZ CASI TE MATA MORINAGA.

-Senpai… baje la voz.

-Pero, estás loco, ahora mismo voy y le parto la cara.

-No espere,  Ya le toca.- Dijo el oji verde aplaudiendo…

Mientras afuera, Seiji, por fin se comunicaba con Meilin.

-Meilin.

-¿Seiji, ahora que quieres?

-Por qué mierdas no me dijiste que Souichi Tatsumi era hijo de Souji Tatsumi.

-¿De que estas hablando a quien le interesa ese pelos de escoba.-

-A mi idiota, ¿Puedes imaginarte que va a pasar si llegan a averiguar que yo le di esa medicación a tu esposo.-

-¿De qué hablas, quien se va enterar de eso ya pasó mucho tiempo, despreocúpate?

-Estás loca, o solo eres idiota.- Gruñó.-Si esa información llega a manos de un científico con el talle de Souji Tatsumi, mi carrera mi vida se irá al carajo.

-Es imposible que eso pase, Seiji relájateeee.

-Imbécil, ¿Cómo puedes estar tan tranquila?- Gruñó tirando su cigarro al piso.- Pues te diré algo que te haga estar intranquila.- Susurró.- Tu amorcito esta aquí en la universidad en la graduación e Souichi Tatsumi, a lo mejor después de acá se van a un motelito, cariño, pensé que Morinaga había cambiado por ti, pero creo que te han visto la cara.

-¿De qué estás hablando?

-De que los vi, vi como se saludaban animadamente, y cómo tu amorcito le besaba.

-E-Eso es imposible.

-Yo jamás miento.

-No… imposible no….- Gritó.

-Lo siento, querida, pero tu amorcito te ha estado viendo la cara.

-Ese hijo de puta.

-Jah, ¿Qué harás?

-Lo vas a saber, muy pronto.- Gruñó cortando la llamada.

 Mientras Seiji sacaba otro cigarro y se iba del lugar pidiendo un taxi.

 

***

 

Un poco lejos de ahí, el ambiente lleno de tranquilidad se vivía en la habitación de un modesto apartamento. Kunihiro se había independizado de su familia y ahora trabajaba por su cuenta, solo tenía contacto con Yuriko y algunos criados de la casa de su padre, el castaño estaba furiosos con sus padres por haber llevado esta farsa a grandes proporciones, recordó la última pelea que habían tenido y el último grito de su honorable padre diciéndole que ahora Tetsuhiro era el único que valía la pena, pues había salado a la familia de la desgracia de la quiebra. Kunihiro también había tenido un encuentro con su hermano, estaba molesto por que Morinaga seguía el jugo con la familia Sasame.

Pero, aunque todos estuvieran confabulando unos con otros él estaba más concentrado en averiguar de dónde había salido aquella droga que llevó a su hermano a ese anterior desastre. Y las sospechas de Seiji se harían realidad, a que cierto castaño de gafas no se dio por vencido, buscaría la suma de todos los desastres cometidos hasta ahora contra su hermano.

-Kunihiro ya es tarde.

-Espera solo un momento.

-Pero, ¿Qué tanto buscas?

-Estoy buscando la farmacia que dio estas drogas a esa loca así tendré una razón obvia y lógica para denunciarla.

-Kunihiro, es imposible que…

-Espera.- Cortó el de gafas, llegando por internet a una nueva noticia en ciencias, entre ellas estaba el regreso de uno de los farmacéuticos más cotizados y afanados de la rama de la ciencia, se trataba de Seiji Moruno, Kunihiro sintió erizársele la piel, era eso lo que necesitaba, pero ¿Cómo saberlo?- El único que me puede ayudar es…

 

***

La graduación había sido todo un éxito, no hubo ninguna duda de que los alumnos de maestría eran tremendamente capaces para ser los próximos docentes capacitados a ensenar lo que sabían, pero el que más demostró integridad y entrega fue Souichi Tatsumi a quien le cayeron muchas ofertas esa noche. Luego de dar un discurso tan lleno de emociones y de que se demostraran todos sus logros a los diferentes encargados de las farmacéuticas, el clima de fiesta duro casi toda la noche, estaban por fin terminando una etapa de la vida y eso lo disfrutaba enormemente Souichi.

Mika, había llegado a la recepción con un traje negro y unos tacones, su cabello estaba elevado en un mono y con cuidado se acercó a Souichi susurrando.-Tatsumi-senpai, muchas felicidades.

-Gracias, Mika… oye, ¿en dónde está Tadokoro?

-¡Tatsumi-Senpai, muchas felicidades!- Apareció el chico llegando con trajes elegantes, estrechando la mano de Souichi y luego la de Morinaga quien dijo.- Realmente nos alegra que estén juntos por fin.

-Eso no es necesario.

-…- Morinaga analizaba la mirada de Mika la cual observaba a Tadokoro con un brillo especial.

 Souichi fue avisado de esto y susurró:

-Y bien, ustedes dos.  ¿Qué, ya son novios por fin?

-¡AHH!

-Ta-Tatsumi-Senpai.- Susurró la chica con un sonrojo enorme mientras el chico le miraba un poco angustiado.

-Vamos, apresúrense, la fiesta está en su mejor momento.- Ansió Morinaga, empujando a ambos.

Souichi y Morinaga admiraron a los jóvenes chicos juntarse y ofrecer reverencias, eran un caso ambos, Morinaga soltó un largo suspiro y expuso:

-¿Recuerdas aquella fiesta?

-Si…

-Nunca te pedí que bailaras conmigo.

 Senpai se sonrojó y susurró:

-Estás loco, yo no bailo.

-Pues ya somos dos.- Sonrió rascándose una mejilla Morinaga.- Es una pena…

-No pongas esa, cara.

-Es que es su graduación y quería invitarlo a bailar.

-¿Si hasta crees que yo me pondré a hacer eso?- Cuestionó irritado.

La recepción terminó, Morinaga estaba realmente feliz al lado de Souichi, a quien besaba una y otra vez aprovechando la oscuridad del campus. Ya todos se habían retirado y ellos todavía tenían mucho por delante. Estaban esperando el taxi, cuando Souichi susurró:

-¿De verdad crees que no haya problema si llegas más tarde de lo acostumbrado a tu hogar?

-Si, Senpai, ya lo tengo todo planeado.- Decía juntando más su frente a la de su Souichi.- Esta noche te haré el amor como nunca te lo he hecho.

 Souichi se sonrojó, quiso que Morinaga le quietara la ropa ahí mismo en la calle, pero aclarándose la garganta busco otro tema de conversación.

-Me-me,  pareció sumamente extraño, que ese sujeto haya dejado todo al inicio.

Morinaga cambió su expresión de sensualidad a un rostro serio y sospechoso.

-Eso solo lo pone en la lista de sospechosos, Senpai.

-Si…

Escucharon ruidos provenientes del fondo de la calle. Dos autos, uno negro y el otro blanco, rasparon llantas y frenaron con prisa al frente de ambos. Morinaga enseguida se mosqueó, Souichi también, pero fue poco lo que duró. Salidos como de la nada, se encontraron con varios tipos enmascarados que empezaron a atacarles.

-¡MORINAGA!

Un golpe fue puesto en su abdomen, rápidamente colocaron sobre su cabeza una bolsa de tela negra y lo empujaron dentro del auto negro el cual salido de ahí de prisa. Mientras que a Tetsuhiro lo golpeaban también en pecho dejándolo caer al piso. Los hombres que atacaron al ojo verde se subieron deprisa al auto blanco y salieron de ahí rápidamente, mientras Tetsuhiro se ponía en pie y gritaba:

-¡SOUICHI!

Tomó con prisa su teléfono y con las manos temblorosas marcaba apresurado a la policía, luego de dar el informa y algunos números de placas, llamó a Kunihiro, quien aseguró ir en camino, mientras él se dejaba caer al piso y colocaba ambas manos en los costados de su cabeza, gritando:

- NO, SOUICHI…- De nuevo tomó su móvil y enseguida marcó de prisa.

El aparato dio tres tonos y escuchó la voz de ella.

-Hola.

-Meilin. ¡FUISTE TÚ!

-JA, JA, JA, JA TETSUHIRO…- se escuchó la voz tenue y furiosa.- Eres un imbécil.

-Meilin.

 Cortó la llamada y dejó a Morinaga temblando, volvió a marcar pero la llamada no se conseguía. Estaba realmente furioso, al instante llegaron las patrullas, y todo lo que significaba a atención inmediata de las autoridades, y a su vez también Kunihiro y Masaki los cuales se pusieron al tanto por parte de Morinaga, quien gritaba:

-Fue esa loca, estoy más que seguro.

-Habrá que informar a la familia de Souichi.- Expuso Masaki.

-Kanako…- Morinaga tragó grueso, admiraba las luces de la policía iluminar todo, no podía creer lo que estaba pasando, ¿Por qué, por qué había pasado? Hubiese querido ser él y no Souichi el que se llevaran…

Notas finales:

Bien aquí esta esté capitulo…. Lost memory esta llegando a sus últimos capítulos espero les haya agradado y hayan llorado (si no les hice derramar ni una lagrima me moriré u.u en fin) GRACIAS POR EL APOYO y la espera se que me tarde mucho pero realmente estaba pasando por un enorme bache así que… he pensado en no sacar nuevos fics de esta pareja (Por ahora) pero sin duda alguna llevare a término mis fics!!

Quiero agradecer a Abigail, que me ayuda siempre en mis ediciones ¡Te adoro manis en serio! Espero que puedan regalarme un comentario y saber sus impresiones siempre es bueno saber qué opina el lector y nuestra paga es bien recompensada con más capítulos a su más sano y alto nivel!

Cuidaos mucho y un saludo a mis niñas de la secta Boukun y de WAZAPP las amo mucho a todas!!

Ánimos chicas nos vemos más adelante!

 


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