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Lost Memory. por aurora_la_maga

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Notas del capitulo:

Hola queridas y amadas lectoras, aquí les traigo el penúltimo capítulo de LOST MEMORY!!! Quiero agradecer a Abigail la fey por ayudarme con el capítulo y hacerme saber en qué fallaba… por otro lado a HIMEKO CHAN por ayudarme a elegir la canción!! Espero les agrade y no se coman las unas más de las que las deje comérselas en el pasado episodio….


 


LAS QUIERO MUCHO QUE LA PASEN BONITO Y QUE LO DISFRUTEN n_n


 

Lost Memory.

By:

Aurora la maga.

8: Furia, angustia y una luz.

 

Las calles de la ciudad  de Nagoya estaban transitadas autos, autobuses, personas caminando de un lado a otro siendo ajenos  y sin saber la cantidad de crímenes que se podían cumplir en silencio, las horas se hacían cortas para Tatsumi, bajo las garras de esa loca, no había duda que algo muy terrible le ocurría.

Aquella angustia y desesperación logro abarcarse en el pecho de un hombre de cabellos un poco largos y atados en una coleta, su barba abundante y sus ojos cansados por la edad y de color miel que reflejaba un brillo triste y preocupado. Él estaba inquieto impaciente, y sobre todo ansioso sentado en la butaca de avión el número del asiento era el 13C, perfectamente situado al lado de la ventanilla; el sonido de la presuacion, dentro de la cabina lo llego a ensordecer, pero al hacer un pequeño movimiento con su mandíbula pudo disipar esa molesta sensación de oídos tapados al hacerlo el tintineo de las campanas advirtiendo que por favor pusieran su cinturón fue el alivio para aquel adulto, por fin luego de varias horas llegaba a Japón desde la lejana Australia.

 Admiraba su reloj de pulsera el cual cambio de hora automáticamente al pasar el meridiano que dividía a ambos países. No había felicidad ni tranquilidad en su mirada, solo zozobra, las palabras de Matsuda unas noches antes, al teléfono fueron el detonante para hacerle regresar de urgencia. Se asomó un poco para admirar por la ventanilla hacia abajo y desde las alturas apreciaba con preocupación el paisaje de las luces que se podían ver a esas alturas, Escucho una suave y grave voz a su lado admirando a su compañero de viajes había quien había despertado, gracias al alboroto de los pasajeros pues,  estaban más que aliviados al por fin dejar aquel tedioso vuelo. El platinado en más, apreciaba al hombre quien despertaba a sus hijos para prepararse y bajar.

Aeropuerto de Nagoya.

Los vuelos provenientes de todas partes del mundo incluso de otras prefecturas, arribaban en la pista, congestionada y llenas de aviones de diferentes marcas aerolíneas.

El aeropuerto estaba lleno de visitantes en esa noche. El miembro principal de la familia Tatsumi había llegado Nagoya, sus pasos se hicieron apresurados por el túnel, pasando a la gente y yendo lo más rápido posible sala de recogido de equipajes para buscar su maleta. Desde que recibió aquella llamada de su hermana, su pecho le dictaba que algo no andaba nada bien y ese mal presentimiento aumentó al llegar a Japón. Odiaba ausentarse por mucho tiempo, pero su trabajo y la pasión que demostraba a éste, habían causado el alejamiento de sus hijos. Miraba con vergüenza y una pena profunda a aquel hombre que conoció en el avión, él contaba con tres hijos muy parecidos a los suyos. La esposa les había abandonado y a pesar de todo, él había estado al pendiente de sus hijos todo el tiempo.

-Soy un irresponsable.

-¡¡¡Papá!!!

 Escuchó la voz de Tomoe a un costado, la vista cansada de Souji se dirigió hacia el lugar desde donde provenía aquella voz.

-¡Tomoe!- Gritó dibujando una expresión de alegría y corriendo a su lado para abrazarlo.

 Kurokawa e Isogai se mostraron de inmediato y saludaron:

-Souji-san es un gusto volver a verlo.- Habló el Taichirou.

-Suegro-san.- Souji sudó una gotita.

-Kurokawa-kun, puedes llamarme solo Souji.- Expuso rascando su cabeza y mirando a Isogai para estrechar su mano.-¿Pero que hacen ustedes aquí?

-Kanako, me llamó, dijo que algo no andaba muy bien con Souichi… también me dijo que hoy se graduó de maestro.

-¡Oh, lo mismo me dijo Matsuda-san! Quería regresar antes, pero me fue imposible.

-A nosotros también, pero mira, hemos llegado al mismo tiempo ¿no es genial?- Tomoe estaba feliz, abrazándose a su viejo.- Cielos sigues apestando a sudor.

-JA, JA, JA, Es que en Australia hace un calor del demonio. Ya me quiero dar una ducha.

-Bueno, entonces no se hable más, vamos a ver a Sou-chan.- Expuso con calma Isogai.

Los tres hombres se movían por lo largo del aeropuerto, la verdad es que no le habían dicho a Matsuda o Kanako que llegarían esa noche, sin embargo, el mal presentimiento de Souji fue creciendo más y , tanto así, que hasta incluso Tomoe se sintió un poco incómodo y preocupado.

Al estar depositando las maletas en la cajuela de atrás, Souji y Tomoe sintieron un viento frio y gélido que les coló los huesos, eso no significaba un buen augurio. Era na lástima que Souichi no tuviera la certeza de llamar a sus familiares cuando él estaba en problemas o si quiera compartir su dolor con ellos. Era tan orgulloso ese insensato, Tomoe observo a su padre con entera zozobra y susurro.

-Esto no me agrada.-

-Hay que apurarnos.-

Dijo mientras corría a introducirse al transporte.

En el taxi que los llevaría a casa de la Tatsumi, se hacía una conversación:

-¿Alguien sabe que le pasa a Souichi?

-No, Tomoe dice que Kanako no fue muy clara, al parecer ha sucedido algo grave.

-Esperemos que no sea así, Kurokawa.- Exponía el mayor del grupo, mientras el conductor apresuraba el paso.

Al recorrer las calles de la traficada cuidad, Souji admiraba por la ventana las luces de los establecimientos aún abiertos a esas altas horas de la noche, en su pecho solo se podía percibir la zozobra. No cabía duda que algo terrible pasaba, ese sentimiento ya lo había percibido antes, ¿Cómo olvidar lo que sintió cuando Hana se encontró muy mal? Desde siempre fue un hombre ocupado y ese fatídico día lo recordaba todo el tiempo. Aun se seguía culpando aunque sus hijos ya estuvieran muy grandes. Sufría por dentro y no quería contagiarlos con su aura depresiva. Además Souichi fue muy claro antes de decidirse a seguir su carrera el adolecente le fue claro y exigió que continuara sus investigación, ya que él se haría cargo de sus hermanos. No tenía por qué preocuparse.-“Esas fueron tus palabras hijo…”- De nuevo a cuenta la mirada triste y cansada de Souji se sitio en la ventana.-“¿Pero quien te protege a ti…?”- Pensó nuevamente, regresando al pasado…

 

*FLASH BACK*

 

Él se encontraba en la universidad, había estado desarrollando una cura contra una plaga de insectos y para ello debía investigarlos más de cerca. En el laboratorio que se encontraba totalmente esterilizado no podían meter nada del exterior, incluso debían de usar trajes especiales para que ellos mismos no fueran expuestos a estos tipo de pestes. Souji había finalizado con éxito su experimentación, pese a ese horrible sentir en su pecho, que en varias ocasiones le indicó que debía salir e ir con su familia. Pero, tanto era su afán de investigación que lo ignoró por completo.

En cuanto salió de este lugar, corrió de prisa ignorando a sus compañeros el celebrar la oportuna victoria.

-Tatsumi-san, ¿no vienes?

-No, Murata-san, debo ir a casa… ya falta poco para que Kanako nazca y…debo ir-Dijo con la voz en un hilo.

De repente, en  la puerta del salón aparecía el vigilante de la universidad con un chico de alrededor unos 12 años, estaba agitado y cubierto en sudor y lágrimas, sus cabellos cortos y platinados parecían una mata horrenda, quien sabe cuánto tiempo había corrido ese chico y su respiración lo denotaba. Solo él conocía su estado interno, el dolor en lo ancho y largo de su juvenil rostro y el miedo inundar su tembloroso cuerpo.

 -¡OTOUSAN!- Gritó.

-SOUICHI.

-Lo lamento mucho, Tatsumi-san, no me quiso escuchar. Le dije que usted estaba en una investigación importante y…

-O-OTOU-SAN.-Soltó más lagrimas enormes Souichi, abrazándose a su padre y gritando.- POR FAVOR, DATE PRISA… MAMA.-El rostro del mayor se tornó blanco como una hoja de papel, rápidamente los dos se esfumaron, no sin antes Souji tomar sus cosas y salir corriendo de aquel lugar. Pasó directo al aparcamiento de la escuela y por fin llegó a su auto, en el cual se montó y salió directo al hospital al que se refirió su hijo mayor. Mientras viajaban, Souji tranquilizaba a Souichi.

-Hijo, nada le pasará a tu madre.

-Pero… estaba vomitando sangre.

-Tranquilo, Souichi…- Susurró.

El silencio se hizo dueño del momento, Souji quería llorar, al igual que su hijo, pero no lo haría para no angustiar a su primogénito. Él sabía que el estado de Hana no era el mejor, el cáncer se había regado gracias al embarazo, muy tarde se enteraron que estaba enferma.

Rápidamente bajaron del auto. En el hospital, Matsuda tenía en brazos a Tomoe, el joven niño de 8 años quien se aferraba a su tía  y lloraba.

-SOUJI.

-Matsuda, ¿en dónde está?

-La han llevado a la sala de partos.

-Pero, si la niña apenas tiene 7 meses.

-Lo siento, Souji, pero creo que su cuerpo ya no puede más…

-¡¡¡¡PAPÁ!!!- Gritó Souichi escuchando aquello.

 Souji se agachó y miró a su hijo con entero valor y susurró:

-Hijo, debes ser fuerte, tu madre… -Pasó un enorme nudo en su garganta- Tu madre…

-Lo sé, no tienes por qué decírmelo, ella… irá al cielo hoy ¿verdad?

-Souichi…

-Por favor, papá, ve con ella, yo me quedaré con Tomoe.

-Souichi…

Estaba totalmente perdido en aquellos inocentes ojos, los cuales abarcaban lágrimas, Souji llego a preguntarse ¿Por qué tanto sufrimiento para un niño de tan temprana edad? La verdad es que él siempre les inculco a sus dos hijos que la familia era lo primero y que todos estaban unidos por un lazo especial. Y ver ahora que  ese lazo se rompería, lo desgarro por dentro, era como si un cuchillo se hundiera en su corazón desgarrando ese lado en donde su amada esposa estaba situada, ¿Qué sufrimiento más grande no tendrían esos niños al morir ella? A lo mejor Tomoe y Kanako no lo resientan tanto por ser un poco menores y no entender nada, pues uno apenas y tenía 9 años y la otra apenas estaba naciendo… Pero Souichi, su primogénito era el mayor el sí sabía todo lo que estaba pasando y había vivido en carne propia la enfermedad de su madre. Souji lo jalo a su pecho y lo estrujo en un fraternal abrazo, su garganta estaba cerrada por el enorme nudo que esta poseía.

Las emociones le ganaron y se le hacía imposible poder articular palabra alguna, solo pudo susurrar.- Souichi, recuerda que madre te ama, te ama demasiado a ti y a tus hermanos…-

-Lo-lo se….-

-¿Familiares de Hana Tatsumi?

Souji se juntó al doctor de prisa.

Souichi los miraba irse y él no pudo más que solo derramar lágrimas y sentir en su juvenil corazón el dolor horrible de la perdida, se sintió tan solo en ese pasillo que todo su mundo se desmorono en pedazos.

Mientras caminaba, Souichi recordaba las palabras de su esposa, ese fatídico día cuando le diagnosticaron el cáncer, que silenciosamente se había extendido por todo su cuerpo, la verdad los doctores creían que era un real milagro que la mujer  hubiera sobrevivido a dos embarazos, Souji apretó los puños y susurro.-Hana… esta fue tu voluntad.- Cerro sus ojos por un momento al detenerse frente al elevador que les llevaría al piso indicado, mientras en su cabeza…

-“Su esposa tiene cáncer en el estómago, aun es un misterio como resistió dos embarazos… pero ahora este tercero a llevado a que su organismo no resista más…”-

-“¿Qué sugiere?”-Cuestionaba.

-“Es probable que resista una quimioterapia y un tratamiento agresivo, pero para poder hacerlo debe abortar…”-

-“Eso nunca.”-Gritaba ella bastante agitada en la cama del hospital unos cuatro meses atrás.—“¿Dígame una cosa doctor… Ella sufrirá por mi enfermedad?”-

-“Hana…”- Souichi estaba devastado mirando a  su esposa con entera atención.

-“No… pero este embarazo significaría que no va a poder sobrevivir… el proceso de la gestación acelera las células cancerígenas y no lograra ni llegar a los 9 meses señora…”-

-“Lo hare… llegare, Souji por favor, déjame tener a la bebe.”-

-“¡PERO!”-

-“No puedo ser capaz de matar al fruto de nuestro amor… De todas maneras, yo moriré y ella vivirá.”-

Finalmente el sonido de las puertas abriéndose se hizo audible y lo saco de sus dolorosos recuerdos, para con prisa moverse, siguiendo al médico quien lo quío, por el pasillo en dirección a la sala principal, en donde le detuvo y susurro.-Debe ponerse esto; antes de entrar a quirófano.- Se le entrego la bata verde, una mascarilla y los guantes, además de un gorro y alguna funda para sus zapatos.

-Por favor espere aquí, estamos preparándola para la operación.

-Si…- Susurró el con la angustia en todo lo largo de su rostro.

Los segundos parecían años. El esperar era lo peor, se quitó el saco que traía puesto, al colocarlo en un perchero, éste dejó caer su celular. Souji se agachó despacio para sujetarlo entre sus manos y ver el sin fin de llamadas perdidas, las primeras de Hana y luego de la casa de Matsuda. Se llamó muchas veces un idiota por no haber atendido a su familia antes que la maldita ciencia, quería colgarse del árbol más alto, tirarse de un puente o quitarse la vida, pero debía resistir por que de aquí en adelante seria solo él y sus hijos, Souji se maldijo internamente, de haber sabido que esto sucedería jamás habría ido a esa maldita investigación, cerro con fuerza sus ojos y no logro controlarse, los ojos le ardían por llorar tanto y más lo haría al enterarse que.

 Había un correo de voz que sin perder tiempo escucho.

-¡Papá! ¿En donde estás?...mamá…mamá está muy mal…¡¡¡¡papá!!!

Se culpó horriblemente, ¿pero que iba a saber que esto sucedería?

- Te mirabas muy atenta y animada por la mañana, Hana…

Sus lágrimas corrieron por sus majillas, con pesar se colocaba todo lo que le facilitaron, aunque su cuerpo no quería moverse tenía que hacer, termino de ponerse los guantes luego de colocarse todo y con horror admiraba la puerta de color gris metal y admirando tras la ventana de forma cuadrada apreciaba el alboroto que adentro se vivía camino de un lado a otro ya en sus guantes se podía sentir el sudor entre el látex y su piel la verdad estaba aterrorizado, pero también feliz, una vorágine de sentimientos se abarcaban en su pecho, el cual por momentos se sentía liviano, esto estaba siendo demasiado para él y sus emociones.

Luego de horrorosos minutos de espera por fin le invitaron a pasar a la sala de Cirugías, en donde logró ver todo a su alrededor, los doctores estaban ahí a los lados de la mesa de operaciones en donde la castaña de cabellos largos se encontraba, con un gorro de color azul y completamente desnuda, traía intravenosas y una mascaría para poder respirar, mientras Souji se acercaba a escasos centímetros, cuando fue detenido por el brazo de un médico del cual escucho.

-Está muy mal, si sobrevive a la cesárea de emergencia… deberán despedirse de ella.

El aire se le fue de los pulmones, estaba ahora seguro que su mundo terminaría ese día, la mujer que amo por más de 12 años, estaba entre la línea de la vida y la muerte, a su muy pesar asintió y con el temblor recorriendo todo su cuerpo se fue acercando a la mesa de operaciones, en donde al ver su rostro no pudo evitar cerrar con fuerza sus ojos y derramar lágrimas que se perdían dentro de la careta.

Hana lo admiro, dibujo una pequeña sonrisa y  ella susurró:

-Souji… cariño… no llores.-

Su voz aguda y cansada, hizo que en su pecho se golpeara el dolor, rápidamente tomo una de sus manos y susurró:

-Cariño, per…perdóname.

-Descuida.- Expuso, con dificultad.- Souji, no me queda mucho tiempo…

-Hana…

-Escúchame, por favor, protege a nuestros hijos, cuídalos quiérelos mucho… y ama mucho a mi princesita.

-Claro, pe-pero no hables así…- Susurraba con calma Souji dibujando una expresión tranquila, para darle paz a su amada.- Hana… te amo, te amo tanto.

-Yo también… Nunca olvidare, ese día cuando te conocí…- Dijo sonriendo y sintiendo que la vida se le iba en cada aliento.- Estabas tan lindo con tus libros y esos cabellos un poco largos… siempre atesorare esos recuerdos, jamás lo olvides, nunca te olvides de esos recuerdos que nos hicieron felices…-

-Hana…- Souji no podía evitarlo, sus ojos se humedecían y apretaba con más fuerza su mano.

-Dile a Tomoe, que siempre lo ame y que estaré cuidándolo siempre… dile a Souichi que debe ser un buen hermano mayor y que venza a su orgullo o no podrá ser feliz…- Hizo una pequeña pausa al escuchar de los médicos.

-Estamos entrando.-

Souji observo por un instante sobre la tela que cubría a su esposa para que no mirase que le hacían.

-Y a Kanako…- Sollozo.- Dile que no se sentía mal, que yo quise hacer esto por ella…-

-MI VIDA…- Se lanzó a su rostro juntando su frente con la de ella.- Hana…-

-Te amo, te amo mucho, besos a Matsuda también.-

-La veras yo sé, solo tranquilízate, lucha por favor…-

-Ya es muy tarde Souji, pero… lo intentare…-

El sonido triste de la máquina de latidos conectados a Hana se estaba haciendo lento, una enfermera llego al lado de ambos y susurro al padre con calma.- Señor, sé que es triste, pero debe darle ánimos.-

Souji asintió y susurro.- Cariño… no te duermas, mírame.-

-Souji…-

-¿No quieres ver a tu princesa?-

-Si…-

-Señora, Tatsumi, sentirá una presión, resista, ya casi está afuera.-

-Souji…- Apretó con fuerzas sus mano.

-Eso es cariño, no te rindas, vive un poco más por ella…-

Hana emitió una sonrisa y entonces…

Los gritos y el llanto del bebé, se esparcieron por todo la sala de cirugías, no cabía duda que la alegría y la tristeza se debatían en esa sala  en ese momento. Souji con prisa se elevó y miró por sobre la manta que protegía a la paciente de  no ver lo que ocurría en su abdomen, para ver a su hija, su pequeña princesa.

-¡KANAKO!- Gritó emocionado, y agachándose para juntarse a su esposa y susurrar.- Hana es idéntica a ti, es hermosa.

-Me alegro…- Susurró durmiéndose.

-Hana, no….

El tintineo de la maquina dejo de darse y el reconocido y largo sonido que demostraba que el corazón había dejado de latir se presentó, Los médicos actuaron rápidamente. Una pediatra tomo a la niña, no hubo tiempo de decirle al padre que cortara el cordón, pues ya a Hana se le daba atención de inmediata.

-Entró en paro, coloquen 200 miligramos de…- Escuchaba los gritos y miraba a los doctores correr de un lado a otro, mientras su mano seguía en la de su esposa, todo lo vio pasar en cámara lenta, masajeaban el peco e Hana, mientras otros se encargaban de su herida, rápidamente, noto como una máquina que parecía dar choques eléctricos directos al corazón, se posó a su lado mientras el solo podía repetir en sus pensamientos.

-¡HANA!

 Los médicos de prisa, se movilizaban de un lado a otro, llevaron a la niña a una incubadora y luego llegaron a Souji para gritarle:

-Señor Tatsumi, debe salir.

-PERO, HANA, NO, NO PUEDO DEJARLA SOLA.

-Señor…

A costa de sus gritos fue arrojado afuera, en el pasillo miraba a todos los doctores correr dentro de la sala de operaciones, mientras él se retiraba el gorro y notaba como la pequeña camilla que llevaba la incubadora pasaba a su lado la enfermera que llevaba a la bebé le dijo con suavidad:

-Señor, Tatsumi, sígame por favor.

Él aunque reacio a dejar su puesto, decidió seguirle lentamente y en cuanto salieron del ala protegida, al pasillo que daba a la sala de esperas. Souichi admiró a su padre pasar, sin decirle nada  a Matsuda, se escabulló y le siguió.

-Papá

-Souichi ¿qué haces aquí?

-No se preocupe, señor Tatsumi, su hijo puede pasar.

La enfermera se había quedado mirando al chico de 12 años quien no dejaba de ver la incubadora y a la bebé que era tan pequeña y de un color un poco rojo.

-¿Qué le pasa?

-Ella necesita calor.- Explicaba la joven.- Ha nacido antes de tiempo y necesita calentarse.- Explicó.-¿Quieres tocar a tu hermanita?- Susurró para abrir un pequeño orificio en la caja de plástico acrílico transparente.

-Si…- Respondió, notando que le colocaban un guante de color azul en su mano y sometiendo esta acarició con miedo la piel arrugada.-Está calentándose.-

-Si…

La enfermera esbozó una cálida sonrisa, observó al padre de ambos y éste susurró:

-Gracias…

Luego de una media hora, ya las cosas estaban más tranquilas, Kanako estaba estable y Hana también, pero su vida estaba a punto de extinguirse, habían entrado a verla Matsuda, Tomoe, Souichi y su esposo, se encontraban ahí esperando el último momento…

 

*END FLASH BACK*

-Papa.- Susurraba Tomoe, admirando a su viejo.

-¿Eh, si?

-Ya estamos llegando.- Susurró, el castaño los cuatro hombres miraron al frente y lo que vieron solo confirmo sus presentimientos, la policía mantenía rodeada la casa de Matsuda.

-¿Qué pasó?

-Oh cielos….Dijo Isogai bastante preocupado.

Con prisa se bajaron todos del auto, el primero en llegar a la puerta de la casa fue Souji, quien paso de largo a los policías y buscando a Matsuda susurró:

-MATSUDA, ¿QUE OCURRIÓ?

-Souji.

-Papá.- Gritó Kanako tirándose encima de su padre y llorando.

A un costado Morinaga Tetsuhiro y Kunihiro, además de Masaki se encontraban en el lugar, pronto el peli azul oscuro se acercó a su frente y susurró:

-Souji-san.

 El mencionado le observó serio, esa mirada que demostraba el amigo de su hijo no le parecía para nada buena.

 

***

Lejos de la ciudad, muy alejada de la civilización dos camionetas se adentraban en el horrible camino lleno de piedras y rústico que dirigía a una cabaña, demasiado lejos de toda señal de vida, los hombres que habían secuestrado a Souichi, estaban llegando al lugar en el que mantendrían cautivo al de cabellos largos, quien al  ser metido a dicho auto, fue sedado con cloroformo, sus manos habían sido severamente atadas a su espalda. Y sus piernas igual.

Con calma se parquearon frente a la desolada casa, en la cual al frente ya se encontraba un auto de color negro, apagaron la marcha y dijeron:

-Esa mujer ya debe estar dentro.

-Nos pagará una buena cantidad por secuestrar a este costal de huesos.

-¿Tú crees que nos pedirá matarlo?

-Espero que no, me traumaría de por vida.

Hablaban entre ellos aquellos hombres, mientras tomaban el  delgado cuerpo de Souichi y lo llevaban adentro, tal como lo habían supuesto, Meilin estaba dentro, de aquel horrendo lugar, lleno de utensilios científicos y de investigación, ese lugar que antes había dejado Seiji era su mejor escondite, nadie podría averiguar que estaban los dos ahí.

Los tres hombres entraron y admiraron todo adentro, había una chimenea que emitía una luz tremenda, los focos  que apenas iluminaban todo parpadeaban tétricamente y ella, estaba admirando el fuego mientras atizaba una varilla de metal entre los leños, el más alto de los hombres ante ver que aquella no se mosqueaba por sus presencias cuestionó:

-Señora. ¿En donde quiere a su invitado?

-Colóquenlo en la silla.- Señaló una silla de madera a su costado derecho.- Y luego, lárguense.

-Pero… y la paga.

-Está en la mesa.- Susurró con voz profunda y aguda.- Ahora largo.

Los tres se mosquearon rápidamente y salieron de la cabaña, para dejar a solas a la mujer con Souichi. Meilin continuaba atizando el fuego con la varilla, notó como las luces de los autos afuera iluminaban todo por dentro a través de las ventanas y en cuanto ya no las pudo apreciar, ella se giró dejando aquel artefacto en el fuego. Se giró para mirar con esos ojos enormes y los cuales parecían estar hundidos llenos de furia, el color verde pareció tornarse rojo ante la ira de esa mujer que despacio se fue acercando a su invitado.

Burn~ Papa Roach. (Quémate)

I didn't know you were a fake
Every lie straight to my face
So blind I could not see
Right behind my back you stabbed me
Should've know you were a bitch

 

No sabía que eras falsa
Con cada mentira directa en mi rostro
Tan ciego que no pude ver
Detrás de mi espalda me apuñalaste
Debería haber sabido que eras una perra…

Sintió moverse a su hijo, a lo mejor aquel pedía a gritos que dejara todo eso, pero ella hizo caso omiso, sin más se situó al frente de Souichi, admirando como sus piernas estaban juntas y ladeadas a un costado, mientras que sus manos a sus espaldas, que al encontrarse así hicieron que su cabeza cayera al frente. Meilin tomó la tela de la capucha que cubría el rostro de aquel y jalándola de un solo zarpazo descubrió aquel rostro lacerado y mallugado por los golpes que aquellos hombres habían propinado, a lo mejor al capturar al Tatsumi este se defendió dentro del auto.

Meilin sonrió ampliamente al ver a ese sujeto totalmente inconsciente y enseguida se dijo.

-Esto lo disfrutaré tanto.

Fue directamente a la mesa más cercana, tomó un pequeño recipiente y lo llevó al grifo de la pequeña cocina, ahí depósito agua helada y lo llenó hasta el borde, para enseguida volver a llegar al frente de Souichi a quien le lanzó de lleno toda esa agua.

-¡DESPIERTA YA INFELIZ!- Gritó.

Souichi de manera inmediata despertó, tosiendo, el agua con la fuerza que fue arrojada, entro a su nariz y boca, abrió de inmediato sus ojos y miró a su alrededor, para enterarse que aún estaba atado de pies y manos, finalmente luego de poder aclarar su garganta y tranquilizar su respiración acelerada admiró a la culpable de su secuestro.

-MEILIN.

-Maldito.- Gruñó la mujer sujetando su barbilla y hundiendo sus uñas en su piel, quería arrancarle la cara a ese platinado. Sus orbes verdes temblaron llenas de furia, mientras que Souichi sin sus gafas admiraba a su atacante de manera asustada, pero luego cambiar su expresión por una llena de enfado.-Debería matarte en este momento.

-¿Por qué no lo hiciste cuando estaba inconsciente, te hubieras ahorrado este circo maldita loca?

-Vaya, aun en tu miserable situación, te atreves a insultarme.

Shut up you're making me sick
Little man you're nothing like me
Lying cheating so deceiving
I trusted you broke me down
And you screwed me over…

Cállate, me enfermas
Chiquito, no eres nada como yo
Mentir, hacer trampas para engañar
Confíe en ti, me decepcionaste
Y me jodiste…

-Grandísima loca, que bueno que estoy amarrado o te juro que me olvidaría que eres una mujer y te parto la cara.

-Claro todo, lo resuelven a golpes los hombres.- Soltó una risa que se extendió por todo el lugar.- En mi caso, yo prefiero lo tradicional.- Susurró.- Te arrepentirás de haberte metido entre MI TETSUHIRO Y MI FELICIDAD.-

-Si no te has enterado aún, aquí la intrusa eres tú.- Gruñó más.

-CALLATEEEEEEEEEE-

La mujer, completamente fuera de sí, sujetó a Souichi del cuello y apretó su tráquea con sus femeninas manos. Souichi sostuvo la respiración, su rostro se tornó rojo lleno de impotencia, no podía dejar que esa loca se saliera con la suya y lo matara de esta forma, se movió ágilmente y logró separarse del agarre.

-Eres una inútil, alístate que cuando me logre solar, juro que no sabrás qué te golpeó.

-Infeliz.- Gritó sintiendo una punzada en su estómago que irradió hacia atrás y se expandió por toda su espalda.-¡AHH!- Gritó para agacharse y temblar.

Souichi se fijó en eso y susurró:

-Oi.

La mujer soltó a reírse y miró a su víctima con ojos llenos de odio. Pasado el dolor se irguió y se acerco para posarse a su frente, ese sujeto la irritaba y hasta incluso pretendía ser el que llevara las riendas del secuestro. Con prisa elevó su mano izquierda y dejó ir una bofetada con tanta fuerza que el rostro de aquel se giró violentamente a un costado. Souichi sintió su mejilla arder por aquel golpe tan lleno de odio, pero rápidamente regresó su rostro al frente admirando con ojos furiosos a esa mujer.

-Me encargaré de que quieras estar muerto… Souichi Tatsumi…- Dijo dando pasos por la estancia y llegando a una mesa, sujetó un sobre de color amarillo y lo fue abriendo lentamente.- A lo mejor piensas que mi venganza será consumida solo contigo…- Souichi prestaba total atención.- Para nada cariño…- Susurró sonriendo maniaca.- Tengo que ajustar cuentas con una chiquilla malcriada.- Dijo mostrando la foto de Kanako la cual aparecía distraía con el uniforme de la escuela.- La muy estúpida camina todos los días a la escuela y regresa a casa caminando… sería una LASTIMA, que un auto la atropellara, ¿No te parece?

-¡A MI HERMANA NO TE ACERQUES LOCA DEMENTE!

Meilin volvió a acercarse para azotar de nuevo el rostro de Souichi quien sintió una herida en su mejilla, Meilin abrió los ojos enormes y complacida admiró su mano en la cual el anillo de bodas había rasgado la piel en el rostro de Tatsumi.

-Jum… ja, ja, ja, ja.- Reía como una real demente.

Souichi sentía el dolor rodear todo su rostro, pero ese dolor aumentaría más y más, Meilin le mostraba fotos de toda su familia, buscaba derribarlo y quebrarlo, torturarlo física y mentalmente, pero él tenía que resistir.

-Nunca… te acercarás a ellos, yo me encargaré de matarte aquí mismo y ahora.

Don't try to deny it
You cannot hide it
Ill be ignited
When I get to watch you burn
Burn Burn
I wanna watch you burn
Burn Burn
I wanna watch you burn
You're gonna get what you deserve
I wanna watch you burn

No trates de negarlo
No puedes esconderlo
Estaré en llamas
Cuando pueda verte en llamas
Quémate, quémate
Quiero verte quemarte
Quémate, quémate
Quiero verte quemarte
Vas a obtener lo que mereces
Quiero verte quemarte

-Si no puedo matarte, voy a torturarte.- Gritó caminando hacia la chimenea y tomando con un movimiento raudo la barra que atizaba la leña. La punta de ese artefacto lucia de un color rojo vivo.

 Souichi tragó grueso al ver que lo acercaba peligrosamente a su cuerpo. Quería rogarle que parara, pero él jamás cedería ante una loca como esa.

-Primero comenzare por aquí…- Expuso, acercando aquel artefacto ardiente a una de las piernas de Souichi.

El pelo largo comenzó a respirar aceleradamente y a susurrar:

-Estás completamente loca…Entiéndelo, TETSUHIRO, NO TE QUIERE

-Cállate, CALLATE.-Gritó posando el ardiente metal en la pierna y causando en Souichi un grito enorme y tremendo.-¡JAJAJAJAJAJA!

-Ahhg.

Apretó sus ojos con fuerza, la piel calcinada ardía a horrores, estaba sintiéndose mareado totalmente mareado de manera que no sintió que una vez más se posaba en su otra pierna el fierro ardiente. Souichi gritó pero su voz se acorto por la falta de aire, Meilin gozaba con todo aquello, sus ojos parecían estarse desbordando  de locura…

 

L***M

 

Souji había escuchado la historia más horrible que sus oídos hubieran escuchado jamás, tragaba grueso y estaba realmente molesto con todo el mundo, su hijo corría peligro y era cuestión de tiempo para que algo malo le pasara. Kunihiro y Tetsuhiro habían explicado sus teorías acerca de los sospechosos que pudieron ayudar a Meilin en todo aquello entre ellos apareció el nombre de Seiji Murata, Souji estaba impactado.

La situación se había tornado angustiosa, debían actuar rápido, mientras que ellos hablaban las autoridades susurraba entre sí, llamando la atención de Masaki quien cuestionó:

-¿Qué sucede?

-Dicen haber visto uno de los autos lejos de la ciudad, justo en los límites de la prefectura…

-Morinaga, ¿sabes de alguna casa o cabaña de la familia Sasame, en esos lugares?

-No, además ya llamé a los padres de Meilin, nadie la ha visto.

-Es imposible que se la haya tragado la tierra.

-Yo sé quién pueda saber en dónde está.- Gritó Morinaga por fin llegando a una posible solución. Se alistó a salir, pero antes de hacerlo miró a Souji y a Kanako, luego sus ojos pasaron por Tomoe y Matsuda al tiempo que decía.- Traeré a Souichi de regreso lo prometo.

-Te ayudaremos.- Dijo con prisa Souji.

A su lado Tomoe asintió e incluso, Kurokawa e Isogai asintieron, los hombres en ese hogar salieron del lugar, Kunihiro y Masaki se fueron con la policía para interrogar a los que habían visto la camioneta, mientras que Souji y los otros se dirigían a buscar a cierto sujeto con apellidos Murata.

En el camino, Souji analizaba los documentos del hospital de Tetsuhiro y no podía creer lo que miraba.

-Esto es una mezcla de anfetaminas, éxtasis, con toxinas peligrosas, es muy peligroso, ¿A ti te dieron esto?- Cuestionó a Tetsuhiro muy asustado.

-Sí, señor.

-Es un milagro que aún estés vivo.

-Lo sé… No tengo pensado dejar este mundo de esa forma.- Susurró mirando a su futuro suegro.- Debo también decirle que pienso que ese sujeto, Seiji Murata, es el que hizo ese medicamento.

-No puedo creerlo… ¿Por qué utilizó ese tipo de métodos con un ser inocente…?- Souji estaba furioso.

El auto en el que viajaban acelero el paso, por las avenidas. Tetsuhiro tomó su móvil y marcó de prisa.

 

L***M

Algún lugar de Nagoya…

El celular sonaba con insistencia sobre la mesa de madera, una joven de cabellos negros salía del cuarto de baño, se había dado la ducha mas refrescante de su vida, cuando pronto escuchó el ruido de su teléfono, fue deprisa a él y lo sujetó sin pensarlo atendió.

-Yuriko…

-¿Tetsuhiro-san?

-Lamento llamarte a esta hora, pero necesito tu ayuda

-Diga usted.

-Souichi ha sido secuestrado por la loca de Meilin, necesito que encuentres a como dé lugar a Seiji Murata.

-Entendido.

No hicieron falta más palabras, la joven empezó a listándose con suma prisa salió corriendo de aquel  tranquilo apartamento.

Ya llevaba mucho tiempo observando a ese sujeto, pero era demasiado escurridizo, al menos Yuriko sabía los lugares que frecuentaba ese tipo, no sabía que tarde o temprano aquella información le serviría. Daba infinitas gracias por haber sido precavida y haber seguido a ese sujeto desde que apareció en la residencia Morinaga. Yuriko se subía rápidamente a un taxi y pedía ir a la zona más activa de Nagoya, en donde habían bares y cantinas Gay, que trabajaban hasta muy entrada la madrugada y ella ya presentía saber en dónde se encontraba Seiji Murata.

 

L***M

 

No había pasado mucho tiempo cuando Tetsuhiro recibió una llamada de parte de su hermano quien estaba al otro lado de la ciudad, había sido testigo del interrogatorio, explico a Morinaga por teléfono que los testigos habían visto una camioneta blanca y una negra, Tetsuhiro aseguro que esos eran los colores y las placas fueron confirmadas. Pero había un problema, aquellas camionetas arecían regresar de los lindes de la ciudad, pudieron haber ido y venido. La prioridad de la policía era encontrar esas placas lo más rápido posible.

Trabajarían en eso pero mientras todo eso ocurría el tiempo se acortaba con esa loca.

Tetsuhiro estaba preocupado.

- No puedo creer que ella haga esto.- Susurró.- No sé en donde carajos buscar.

-Tranquilo, mi hijo es fuerte, logrará sobrevivir.

-Pero si esa loca esta con sus hombres podría pasarle algo muy malo a Senpai.- Expuso en un hilo de voz.

-Si de algo conozco a Souichi es que puede defenderse no te preocupes.- Agregó Isogai totalmente serio.- Sé que estará bien.

-Mi hermano es fuerte.

-Hai, Souichi-san es más de lo que tú piensas Morinaga-san.

 Ánimos un montón de ánimos le daban a ese pobre chico para que no perdiera las esperanzas…

 

L***M

 

Alrededor de las tres de la mañana, en el Bar Gay Adam Site se podía vivir un ambiente pesado, pues los trabajadores y los huéspedes estaban un poco irritados por cierto sujeto que desde que llego les cayo gordo, Hiroto lo acepto pues ya hacia unas noches atrás había llegado buscando diversión, pero poco a poco al ser un impertinente horrendo el castaño llego a odiarlo, aunque esa noche sería una suerte para todos que el sujeto ese llegara a ese bar en específico. Seiji Murata se encontraba sentado en la barra del bar admirando todo y a todos, tras un vaso colmado de licor, había perdido totalmente la cordura, que hasta incluso hablaba él solo, el líquido de color cobre claro se mezclaba con las luces y las siluetas de los hombres a su alrededor. El cantinero serbia una y otra vez y se estaba aburriendo de verdad de ese sujeto.

You turn me inside out
My world is upside down
You're not hurt are you happy now
Looking over your shoulder fucking me over
I trusted you sold me out
This is far from over

Me cambiaste por dentro
En mi mundo al revés
No estás dolida, ¿estás feliz ahora?
Mirando por tú hombre jodiendome
Confié en ti, me vendiste
Esto está lejos de terminar

-Hiroto-kun, ¿debemos soportar a ese pesado?

-No hay de otra, está pagando los tragos de todos así que…

El clima en el bar era de fiesta, ese sujeto estaba pagando las bebidas que todos tomaban en el bar parecía que necesitaba olvidarse rápidamente de algo, una enorme carga se situó en sus hombros y solo la diversión podría hacerlo olvidar todo, el problemita en el que estaba metido.

Una llamada de Meilin se sumó a su celular, como en anteriores ocasiones, la ignoró por completo, apagó su teléfono.

- Maldita loca, si quieres hacer tu venganza no cuentes conmigo.- Sueltan largo eructo y apoyo su cabeza en la barra expresando.- Malditas sean las mujeres.- (N/A: Pobre diablo ><)

-Oye, no nos tildes a todas como locas amigo…- Susurró una pelinegra sentándose a su lado.

Seiji admiró a la mujer mientras asombrado susurraba:

- Creí que este era un bar gay.

-Y lo es.- Expuso Hiroto.- Pero ella es una amiga.- Aclaró el dueño de aquel bar.

 Yuriko cambió su rostro feliz a uno serio y sujetó a aquel hombre de un brazo para ordenarle.

-Ven conmigo.

-Oye, no amiga, tú estás e-quivodado, yooo, a mí me gustan las salchichas, no una horrible vagina causa problemas.

-Ja, ja, ja.- Rio sarcástica.- Ni que fuera tan guapo, vendrás conmigo quieras o no.

 Le sacó del lugar, con fuerza, mientras Hiroto rápidamente marcaba a Tetsuhiro, ya que esas fueron las órdenes de la joven de cabellos negros.

-Angelito, hola, no, no. No me cuelgues que no es para molestarte sé que estas súper angustiado en este momento, pues cierto pajarito me contó lo que pasa, así que, me dijo también, que te dijera que, ya Tenía en sus manos a un tal Seiji Murata.- Hiroto se sonrojó.- Ay, hay angelito no es para tanto, en fin te veo lueguito, y tranquilo.- Gritó emocionado el chico.

Cortó la llamada y soltó un suspiro gritando:

- ¡Bueno, ya se fue el pesado ahora a divertirse chiquillos!- El ambiente fue más ameno.

Mientras en el callejón, Seiji trataba de escapar de las garras de Yuriko quien susurraba:

-Oye, relájate, no te haré daño y deja de gritar, será molesto si alguien nos ve.

-Suéltame loca.

-Ya basta.- Dijo dándole una bofetada.

El hombre quedó algo mareado.

-Esto me gano por salir con locas como tú.

-Oye… tu sí que estás ebrio. Ven te daré un café antes de que venga mi amo.

 Lo jaloneó en dirección a la primera tienda de conveniencia que encontró…

 

L***M

 

En tanto en la casa de campo en la que se encontraba Souichi y Meilin.

Don't try to deny it
You cannot hide it
Ill be ignited
When I get to watch you burn
Burn Burn
I wanna watch you burn
Burn Burn
I wanna watch you burn
Burn
I wanna watch you burn
You're gonna get what you deserve
You'll never learn

Yeah

No trates de negarlo
No puedes esconderlo
Estaré en llamas
Cuando pueda verte en llamas
Quémate, quémate
Quiero verte quemarte
Quémate, quémate
Quiero verte quemarte
Quémate
Quiero verte quemarte
Vas a obtener lo que mereces
Nunca aprenderás

La mujer había estado torturando a Souichi durante toda la madrugada, en el peli largo ya no quedaba vos en su garganta, pero si le quedaban fuerzas, para poder soltar sus manos, a costa de cortes él se estaba zafando sus muñecas atadas, había aprovechado que aquella había parado su tortura gracias a un dolor persistente en su espalda y vientre abultado de siete meses. Souichi lloraba sintiendo el ardor y dolor en sus heridas causadas por aquel fierro ardiente, el cual había recibido en sus piernas en su estómago y en sus brazos, estaba totalmente adolorido pero lo importante en ese preciso momento era liberarse y salir de ahí a como diera lugar antes que…

-Ahhg, ahhhhg…. Maldita sea.- Gruñía la mujer se había sostenido de la mesa y apretando el agarre en esta con una de sus manos respiraba agitado.- Esto no va bien… debo matarte antes de que… ¡ahh!- Casi se cae al sentir el dolor punzante en todo lo largo de su espalda, sus ojos temblaron pensando.-“Maldita sea, buen momento elegiste para nacer maldito crio de mierda.”-

Souichi admiraba todo aquello y notando que cada vez la mujer se deterioraba más y más, el decidió aplicar un poco más de presión y causar más dolor para distraerla y salir de ahí.

-E-Escúchame loca, aunque hayas quemado la mayoría de mi cuerpo, nunca… ¿Me oíste? Nunca vas a poder evitar que Tetsuhiro y yo estemos juntos.

-CALLATE.- Gritaba con mucha más furia haciendo más fuerte el dolor en su vientre, pero a costa de este sus manos se movieron buscando su cartera de mano la cual abrió con temblores y dejo caer  su teléfono y todo lo que traía dentro de esa billetera, para tomar en sus manos una pistola y susurrar.- Te acabaré de una maldita vez, y Tetsuhiro y yo seremos felices, PARA SIEMPRE.

-Has visto demasiadas novelas, eres una idiota.

Gritaba más Souichi haciéndola hervir de rabia, rabia que cada vez hacia subir su presión y causaba que las contracciones comenzaran a ser más persistentes y continuas, no había duda el proceso de parto estaba adelantándose, Meilin con las manos temblorosas apunto al rostro de Souichi.

Your time has come now
Its your turn
I'll watch you burn
Burn Burn Burn
I wanna watch you burn
Burn Burn
I wanna watch you burn
You're gonna get what you deserve
You'll never learn

Yeah

Tú tiempo ha llegado
Es tú turno
Quiero verte quemarte
Quémate, quémate, quémate
Quiero verte quemarte
Quémate, quémate
Quiero verte quemarte
Vas a obtener lo que mereces
Nunca aprenderás

-Cuando mueras, no habrá nada que pueda estar  en nuestro camino.

Souichi tragó grueso, era ahora o nunca, sus manos se habían soltado aunque ardían por los cortes él tenía que actuar antes que esa demente le disparara. Como pudo y al instante en que vio alistar el arma y cargarla, Souichi se lanzó sobre ella, dejando salir el disparo y cayendo los dos en el piso. El disparo chocó en el techo saliendo por un orificio causado por la bala, mientras en el piso Souichi luchaba contra ella, intentando retirar el arma de sus manos. Meilin soltó otro nuevo disparo, que rozó el hombro de Souichi, logró tomar su mano y el arma al escuchar  un enorme grito de parte de aquella,  al sentir que su fuente se rompió, Souichi sujeto el arma y la arrojo lejos, se arrancó las sogas que sujetaban sus piernas y se puso en pie, estaba dispuesto a irse de ahí de prisa, pero…

Your time has come now
Its your turn
I wanna watch you burn
Burn Burn
I wanna watch you burn
Burn Burn
I wanna watch you burn

Tú tiempo ha llegado
Es tú turno
Quiero verte quemarte
Quémate, quémate
Quiero verte quemarte
Quémate, quémate
Quiero verte quemarte

 

-¡Ahh! ¡Ahhhg! Ahggggg.

Se detuvo al ver a la mujer tirada en apretándose de forma consistente su vientre y la cual parecía pasar por dolores horribles, además de todo aquello sangre comenzó a salir de entre sus piernas. Souichi tragó grueso.

-No…- Susurró, mirando la puerta que estaba a unos centímetros suyos, rápidamente dio un salto y murmuró.- No puede pasarle nada al bebé.- Dijo apurado.

La mujer que con rabia le gritó:

-SUELTAME, MALDITO IMBECIL.

-Cálmate… no lo hago por ti, lo hago por él bebe que llevas dentro y que es el único que está sufriendo.

-BASTARDO, NO ME TOQUES, AHHHGGG.- El grito fue tremendo al finalmente ser puesta en la cama y jadeando gritó.- TE MATARE…

-Oye.- Gritó dándole una real bofetada.- Ya deja esas mierdas, estas de parto maldita loca, ¿Piensas parir o seguirás con la idea de matarme?

-No necesito tu ayuda, ahgg.

-Tú no, pero tu hijo si.- Gritó angustiado.

Ella  no cooperaba, sin mediar palabra alguna se agilizo para romper sus ropas y ver entre sus piernas.

-¡QUE MIERDAS HACES, MALDITO PERVERTIDO, AHGG!

Souichi se asustó al ver como la cabeza del pequeño estaba coronando.

-Estás coronando, vas a tener a ese bebé.

-NO, QUIERO, QUIERO QUE SE MUERA, QUIERO QUE Té TE MUERAS, QUIERO QUE TODOS SE MUERAN.

-YA BASTA.-Gritó lleno de furia, con esa mujer no se podía hablar…

 

L***M

 

Ya eran alrededor de las 5 de la mañana cuando Souji, Tetsuhiro, Isogai, Tomoe y Kurokawa llegaban a donde estaba la chica de cabellos negros y Murata, quien había recobrado la cordura y estaba atado de manos mirando al piso en una bodega vacía a donde le había llevado la chica quien recibió con alegría a su ex jefe, Tetsuhiro agradeció en muchísimas ocasiones la ayuda de esa mujer, sin duda era una profesional en cuestión de este tipo de trabajos. Dejando eso a un lado Morinaga finalmente se situó al frente de aquel, no podía creer que ese sujeto hubiera hecho todo aquello para cumplir los deseos de Meilin, sin duda alguna sentía pena por ese sujeto que se dejaba llevar por ese tipo de situaciones, los pasos de Morinaga resonaron al acercarse y causar que Seiji elevara lentamente su rostro para admirar la expresión furiosa de Tetsuhiro, esos ojos que ya antes había conocido jamás se pudieron ver así como lo hacen en ese momento, podía sentir que le sacaría el corazón y lo descuartizaría ahí mismo, sin ninguna piedad, el corazón de Murata comenzó a latir acelerado si ya antes estaba metido en un problemón, esto era más grave.

Morinaga perdió la poca cordura que le quedaba, sin pensarlo clavo rápidamente su mano en las ropas del peli largo y le grito con furia en todo su rostro.

-¡Dime en donde están!-

 Si había algo que lo ponía furioso era que se ensañaran con Souichi, era lo más preciado lo que más amaba en toda su vida y no dejaría que nadie se lo arrebatara. Tetsuhiro había pasado mucho tiempo solo en su vida, hasta que lo conoció a él, lucho, lucho por mucho tiempo para que Souichi le quisiera si quiera un poco y hace muy poco había descubierto los verdaderos sentimientos que su Senpai tenía hacia él. No dejaría, más bien NO PERMITIRIA, que nadie en este mundo evitara que ambos estuvieran juntos. Así que si tenía que romperle la medula a ese sujeto para saber en dónde tenían a su ojo miel lo haría.

-¿Qui-Quienes?

Cuestiono, tragando grueso Seiji, temiendo por la seguridad de su vida.

-Meilin y Souichi.

-Yo no sé, nada, yo dejé de ayudar a esa loca, esa mujer es demasiado peligrosa y…-

-Es increíble, hasta dónde has llegado Murata, quien iba a imaginar que el hijo de uno de mis más grandes colegas seria alguien vil y sin sentimientos de responsabilidad.

Esa voz dejo helado al joven científico quien observo a un costado, apreciando y reconociendo a su mentor.

-Souji-sama.

-Eres una vergüenza para la comunidad científica, me encargaré de que te quiten tu licencia… o peor aún que te metan a la cárcel por atentar en contra de la vida de un ser humano.

-Yo no quise hacerlo, fue Meilin quien me convenció ella…. Ella fue la autora…

-Tú fuiste quien hizo la medicina, eso no justifica nada.- Gritó Souji, para acercarse al chico y sujetarlo del cuello de la camisa.- AHORA, DINOS EN DONDE ESTAN MI HIJO Y ESA MUJER.

-Yo no lo sé…

-¿Crees que somos idiota?.- Gruñó Isogai.

-Si no lo dices, te irá mal.- Gruñó Kurokawa.

-Hablaaa.- Gritaba Tomoe furioso, por primera vez.

-Yo… no lo sé… se los juro yo…- Se silenció de inmediato.- MI TELEFONO, en mi teléfono pueden comunicarse con ella, yo, recibí muchas llamadas de ella pero no las respondí, se los juro yo no estuve de acuerdo con nada se los juro esa mujer está mal de la cabeza.

Tetsuhiro lo registraba mientras confesaba todo aquello, pronto tomó su celular y marcó.

 

L***M

 

En la casa alejada de todo, los gritos de Meilin eran los únicos que se escuchaban, Souichi estaba entre sus piernas, admiraba todo aquello con miedo y angustia, no sabía qué hacer, el dolor de sus heridas paso a segundo plano al verificar que el niño parecía no querer salir, ni siquiera sabía si la mujer había dilatado completamente. Admiraba con ojos asustados el rostro de su opresora, el sudor reinaba en todo lo largo de su pálida piel, sus flecos castaños se habían pegado a su frente y costados de su rostro, las cejas se juntaban en dolor. Mientras que el, sentía como sus manos temblaban no sabía qué demonios hacer, solo podía cerciorarse que ella cooperara, o ese pequeño moriría. Admiro todo a su alrededor no era un lugar apropiado para traer a un prematuro, Souichi antes de comenzar todo, se paró de la cama y busco todo lo que su instinto le dicto necesitaría, junto una sábana, encontró una tijera y la dejo en la mesa cercana a la cama, mientras con un resoplido susurraba.

-Ayúdame Meilin o él bebe morirá.

-YA TE DIJE QUE NO LO QUIERO, AHHH.

-No seas estúpida, es el hijo del hombre que amas, ¿Acaso no te importa?

Meilin tomó fuerzas de su cansado cuerpo y sujetó del cabello suelto a Souichi y le gritó:

- Escúchame idiota, solo me embaracé para que Tetsuhiro me quisiera solo un poco pero de nada ha servido, eso quiere decir que este niño no me importa. ¡LO ODIO!- Comenzó a golpearse a sí misma.

-¡ESTAS DEMENTE!- Gritó furioso, sujetando sus manos y llorando.- Por favor, no sigas.

-Lo odio…- Gritaba desgarradamente pero llena de dolor.

Souichi enseguida notó como ella, soltaba otro grito ahogado y se desmayaba, no podía creerlo, ahora ¿que podría hacer? En su pecho la angustia y el sufrimiento le inundó.  No quería que ese niño muriera, como pudo, llevó sus manos a esa zona y logró meter algunos dedos entre aquel orificio. Afortunadamente el bebé era lo suficientemente pequeño como para permitirle hacerle eso.

-No te mueras por favor.- Rogó, para con prisa, sujetar con suavidad el pequeño cuello, el cual no quería salir, apartó su mano y limpio con esa llena de sangre su rostro las lágrimas y gritaba.- ¡No puedo…!-

El sonido del celular, hizo eco, en el lugar, Souichi buscó aquel con rapidez, lo tomó en sus manos y respondió:

-¡HOLA!

-¡SOUICHI! ¿Souichi, eres tú?

-¡MORINAGA!- Gritó tremendamente emocionado y asustado.

-Souichi dígame, ¿en donde está?, ¿cómo se encuentra usted Senpai?

-No lo sé, me trajeron inconsciente…

-Senpai, mire a su alrededor.

El peli largo así lo hizo, se puso en pie y a costa del ardor en todas sus quemaduras y golpes se esforzó para ir a la puerta, admirar el sol naciendo al fondo pero las nubes evitando sus rayos.

-Parece una cabaña, está llena de utensilios de laboratorio, no sé en donde…

-Ahgg.- Se escuchó el jadeo y gemido de Meilin al fondo.

 Souichi corrió a ella y sujetó su mano gritando.

-MEILIN, DESPIERTA, MEILIN DEBES PUJAR.

-¿Souichi, que está pasando?

-Meilin está muy mal, el bebé está a punto de nacer.

-PERO, ES MUY PRONTO.

-LO SEEEE…- Gritó completamente desesperado.- Pero,  ella no quiere cooperar, Morinaga, tu hijo puede morirse.

-No… Senpai por favor no permitas que eso pase.

-No me toques… no…

Meilin aun luchaba en contra de Souichi y reusaba a cooperar, Souichi no vio otra alternativa más que.

-Morinaga debes hablar con ella, por favor no importan las palabras que le digas, haz que nazca ese niño.

-Sí, Senpai.

-Meilin, es Morinaga.

Intentó darle el teléfono pero aquella apartó su mano y gruñó colérica:

-NO ME TOQUES DESGRACIADO, TE ODIO MALDITO INFELIZ.

-ESCUCHAME.- Gritó con enormes ganas Souichi.- Él te busca, está preocupado por ti.

-¿E-Eso es cierto…?-En su rostro se formó una mueca que asustó a Souichi, era una expresión llena de demencia.

Meilin tomó en sus temblorosas manos el aparato y susurró con voz un poco emocionada:

- Morinaga, mi amor.

-Meilin, ¿Qué sucede?

-Me duele, tu hijo me hiere.

-Meilin, mi… amor… debes pujar, solo así se quitará el dolor.

-Pero….

-Por favor, ese hombre no es nada para mi, tú si lo eres. Hazlo por ti y por nuestro hijo, el cual criaremos juntos Meilin.-mentía el ojo verde a través de la línea dándole un enorme empujón y una insana felicidad a la descabellada Sasame.

-¿De- De verdad?- Cuestionaba la mujer con su rostro pálido.

-Sí, ahora pásale el teléfono a ese idiota.

-Si.- Dijo ahora mirando con odio al de mirada miel.

-Hola.

-Senpai, debes atenderla.

-Pero…

-Ahora mismo, Tomoe está llamando a una ambulancia, hazlo por favor Senpai.

-Está bien.

Puso el teléfono en alta voz, escuchando como el jaleo en la otra línea sacaban la dirección de Seiji y se sintió emocionado al escuchar la voz de su padre y de todos los que él amaba en la línea. Tomó valor de su delgado cuerpo, admiró a la mujer quien inicio a sujetar sus piernas y las cuales abrió de inmediato.

-Meilin, tienes que pujar.

-YA LO SE IDIOTA, TU… TU SOLO ENCARGATE DE SACARMELO.-Gritó al sentir otra contracción que con suma prisa, le hizo pujar.

Senpai estaba angustiado el color del bebé había cambiado, ya no parecía estar rosa ahora parecía estar morado.-“No te mueras eres fuerte, eres fuerte como tu padre, por favor no te mueras.” -Souichi recibió deprisa la pequeña cabeza que salía de aquella vagina, en cuanto esta asomó por completo y escuchó un grito de Meilin:

La mujer lo hacía pero, nada sucedía, por más que ella hacia lo mejor que podía no parecía querer salir, Souichi comenzó a sudar helado y tomando el teléfono grito.

-¡No está funcionando, no sale! ESTA ATORADO. Morinaga.-

En la línea se escuchó un ruido y entonces.

-¡Souichi, hijo!-

-Viejo.-

-Escúchame, es probable que no esté pasando por que trae enredado el cordón, recuerdo que eso le paso a Tomoe.-

-Viejo, pero ¿Co-Como, nacerá entonces?-

-Debes meter tus dedos con cuidado y desenredarlo.-

-¡AHHHHH! Tengo que pujar.-

-No, Meilin, espera.- Souichi se quedó helado al escuchar aquello y grito.-¿Qué dijiste viejo, que meta mis dedos dónde?-

-Debes meter tus dedos y desenredar el cordón.-

Souichi trago grueso ya estaba al borde de quererse desmayar eso era demasiado para él, pero la que no podía mas era la mujer que sufría, sus entrañas estaban quemándole y la presión en el canal de parto además de la separación de los huesos en su cadera la estaban matando, soltó a llorar, desgarrada de dolor. Souichi se agacho y susurro al notar que está nuevamente volvía a pujar en vano.

-ESPERA.

-¡NO, DEBO SEGUIR!

-Detente.- Dijo sometiendo sus dedos en aquel lugar, causando un grito desgarrador a la castaña.

-MALDITO HIJO DE PUTA QUE ME ESTAS HACIENDO.-

Souichi estaba concentrado, no sabiendo cómo. Él sentía que debía hacerlo, rodeo con sus dedos el cuello minúsculo del bebé y encontró el problema, su padre tenía razón el cordón estaba enredado a su cuello, con prisa lo separó, causando a Meilin gritos llenos de dolor:

-Resiste, él está enredado.

-Hijo de puta.

-Ahora, Meilin, puja.

-Es fa-fácil decirlo, nadito bastardo…- Grito cansada, sintiendo que se moría.- Me voy a morir.-

-No lo harás idiota, saca a ese niño… y te prometo que jamás volveré a acercarme a Morinaga.-

Los ojos llenos de demencia de nuevo volvieron a mostrarse, Meilin reía descarriada y con toda la fuerza que saco de su delgado y adolorido cuerpo

 Un pujo más y el bebé salieron, era tan pequeño.

-¡Morinaga, ya nació!

-Senpai…. Senpai…

-Hijo, debes cortar su cordón.- Gritó Souji en la línea.

Souichi no encontraba nada con que cortar la desesperación y el momento lo dejaron en chock no recordaba en donde había puesto las cosas que había juntado, pero gracias a lo sagrado unas tijeras se cayeron de la mesa de noche al lado de aquella cama.

-Ya está, Papá…

Souichi sonreía pero su sonrisa se borró al notar que el pequeño ¡NO SE MOVIA! Souichi lo tomó en brazos con los ojos asustados y el rostro pálido, lo llevó de inmediato a la mesa, en donde colocó una de las sabanas y analizó su pequeño cuerpo arrugado y morado.

-No está respirando.- Dijo cabizbajo.- MORINAGA.- Tomó el teléfono, pero al parecer la llamada se había cortado, admiró la pantalla y notó fuera de rango de línea.-¡MALDICION!- Grito, colérico y golpeando la mesa, en el momento en que agacho su rostro y soltó a llorar grito.- Lo siento….- Apretó sus ojos, pero un enorme chispazo de recuerdo le golpeó, al instante en que recordó que era prematuro.

-“Esta ahí porque necesita calor, es muy pequeña.”

Agrando la mirada, se abrió la camisa y tomo a la criatura, la puso en su pecho y masajeo su espalda constantemente, mientras se colocaba la sabana causando calor.

-Vamos, por favor, vamos, respira por favor… no te mueras….

Las lágrimas bañaban su rostro, era definitivamente triste perder una vida inocente, tan pequeña, tan frágil. Souichi mientras trataba de reanimar a esa pobre criatura, decía.- No puedes morir, eres lo único bueno de toda esta tormenta.- Exponía.

Admiraba a la loca en la cama que luchaba por no desmayarse, perdía sangre con rapidez, Tatsumi tragaba grueso, ¿Cómo llegaron a ser las cosas a tal extremo en que una inocente vida se perdería? No quería creerlo, no lo aceptaría, jamás se perdonaría si ese pequeño angelito moría, lo presiono con suavidad a su pecho, irradiando el mejor de los sentimientos que su tosco y duro corazón podía demostrar, dejo a un lado todo y susurraba solo para ambos.

-Lucha… sé que puedes, tu padre te quiere conocer y te ama… te amamos… por favor no… no…- Sus palabras se cortaron al sentir que las emociones no cabían en su ser, ese pequeño en su pecho, lo enternecía de maneras que no podía entender, lo amaba como nunca, lo quería y amaría si sobrevivía… Souichi estaba perdiendo las esperanzas su cuerpo temblaba y la tristeza rodeo su alma, cayendo lentamente al piso y susurrando.-Mamá, por favor si estás ahí… no dejes que el muera te lo ruego…-

Su respiración se aceleró tratando de controlar su llanto, pero en cuanto sus oídos escucharon el suave llanto, se hizo presente en su pecho, Souichi agrando su mirada y de inmediato retomo su aliento respirando agitado y susurraba:

- Gra-Gracias…-Trago grueso de nuevo y aferrando mas su cuerpecito a su pecho agrego.-Bien hecho, no te rindas…

Ahora se acercaba a la mujer en la cama quien se debatía en una terrible hemorragia y en una fiebre que la estaba llevando a la muerte, no podía descuidar al recién nacido pero tampoco a la mujer, no era una persona cruel, aunque esa víbora le haya hecho daño no podía pensar si quiera en dejarla morir.

Se subió a la cama y recostó la cabeza de la mujer en sus piernas mientras con una mano libre susurraba acariciando su rostro.

-Meilin, ya viene la ayuda, respira, y no te desmayes.

-Maldito… si tú deseas que me muera…

-No… no soy como tú.- Susurró herido.- Por favor, resiste, debes cuidar a este bebé con Morinaga, ¿No lo recuerdas? Se lo prometiste hace un rato.

-Tetsuhiro…- Susurró haciendo una mirada enamorada y soltando lágrimas.- Siempre lo amé, desde que estábamos en la primaria.

-Y lo seguirás haciendo…- Susurró con calma.

 Mientras hablaba con ella, con su otra mano acariciar con suavidad la pequeña espalda del recién nacido que respiraba aceleradamente en su pecho, no recordó en qué momento  había cortado el cordón, pero lo había hecho con prisa, tragaba grueso, el reloj de la vida había iniciado para ambos, pues el bebé no parecía estar bien, ni mucho menos su madre.

-Morinaga, date prisa.

 

L***M

 

En cuanto a Morinaga, ya habían sacado la información de Seiji, éste al enterarse de la descripción del lugar en donde se hallaban anuncio que estaban en su casa a las afueras de la ciudad, sin perder tiempo, Seiji también agregó que ninguna ambulancia sería capaz de llegar hasta allá, que lo más pronto e inmediato sería un helicóptero. Souji se estresó, entonces el camino sería demasiado largo, pensó y no había nada de tiempo.

-Debemos apurarnos.

-Sé que hacer.- Dijo tecleando con suma prisa su móvil para llamar.-Necesito que llames al hospital general y que pidas un helicóptero lo más rápido posible tu hermana se está muriendo date prisa.

 Morinaga cortó la llamada y continuó conduciendo, en el auto iban todos muy apretados pero llegarían a tiempo.

Cruzaban las calles y avenidas a velocidades inimaginables, Souji estaba muy preocupado ni que decir de los demás, la zozobra los carcomía.

-Pero. ¿Cómo es eso que tu esposa? no entiendo.

-Souji, es una larga historia.

-Pues tenemos tiempo de sobra cuenta y habla.- Gritó Tomoe.- Según tengo entendido, Kanako me contó que tú y niisan tienen una relación.

-QUEEEE.- Gritó Kurokawa.

-Eso yo ya lo sabía.

-¿Y por qué no dijiste nada Isogai?

-Pues, no quería anunciarlo tenía que ser Sou-chan.

-Olviden eso, aquí el punto es ¿Por qué estas casado y además vas a tener un hijo? Más bien ya tienes un hijo

-Como antes se lo explicaron al tener el accidente perdí parte de mis recuerdos, 10 años para ser exactos y eso lo aprovecharon mis padres, me juntaron con ella para recuperar la empresa familiar.

-Yo no logro entender por qué actúan de esa forma.

-Si, además de eso, ella me dio una droga, que ese tonto de allá a tras le dio, para que me acostara con ella.

-Si esa parte la entendí pero nunca pensé que era para eso.- Gruñó Souji.- Entonces estamos tratando con una demente, deberías de llamar a la policía también para que la arresten.

-La policía ya esta enterada, el secuestro la apuesto de principal sospechosa.- Susurro Morinaga, entrando a la carretera y esquivando autos lentos.

-DATE PRISA HAY QUE LLEGAR CON MI NIISAN.- Gritó Tomoe.

Souji estaba furioso, con todos incluso con Souichi, por haber permitido que pasara todo esto, cuando lo viera seria severo con él.

 

L***M

 

Ya había pasado media hora y la fiebre estaba más terrible, Meilin apenas y podía respirar bien, su rostro se notó sumamente pálido y  sus labios estaban morados. Souichi no podía ni hacerle enfadar, se estaba muriendo. Al menos el pequeño estaba tomando calor en su pecho y su respiración se había relajado, el lindo color rosa regreso, pero para que eso ocurriera tuvo que ponerse otra sábana más y su camisa enzima. Estaba asustado, no quería que esto se volviera a repetir con el hijo de Tetsuhiro.

-Meilin, por favor, no te rindas.

-Ya es suficiente…- Comenzó a llorar.- Tú has ganado.

-No, pienses en eso, concéntrate debes…- Se silenció al escuchar el sonido lejano de lo que parecía un helicóptero.- Ya están aquí, Meilin, estarás bien.

-Souichi…- Susurró para tomar su mano y mirarle de forma suplicante…

Pero no pudo decir nada al escuchar el sonido de un auto parquearse con prisa en la entrada y al instante abrirse la puerta de un golpetazo, él dirigió sus orbes miel a la entrada en donde vio entrar a Morinaga, seguido de su padre, su hermano y los otros dos. Souji rápidamente llegó a donde se encontraba la mujer, descubrió el montón de sangre en el piso y gritó:

-Se está desangrando porque no ha sacado la placenta, hay que hacerlo ya.

-Nosotros nos haremos cargo.- Gritaron los paramédicos que llegaron en el helicóptero, a su lado se encontraba Namisa quien gritaba:

-MEILIN.

-Por favor, aléjense, debemos atenderla ahora mismo.- Gritaron con prisa, sacando a todos menos a Souichi y a Morinaga quien se acercó a este y cuestionó:

-¿Senpai, que?

El mencionado miró a sus brazos, y Morinaga abrió un poco más el orificio en donde asomaba la clavícula y de su peli largo y por ende aquella pequeña cabecita, Morinaga soltó a llorar y susurró:

-¿El está?

-Está vivo…- Susurró.

 Morinaga acarició el rostro de Souichi y le dio las gracias, rápidamente dio un vistazo a su ojo miel quien tenía heridas por todos lados y eso que no había visto sus piernas y su abdomen, un paramédico se encargó de llegar a él y susurró:

-¿Cómo esta él bebé?

-Respira con tranquilidad ha tomado color.

 Intentó abrir sus sábanas.

-No, es mejor así, traeré una cubierta térmica, es prematuro debe estar caliente, lo hace muy bien.- Dijo para salir de ahí con prisa.

Morinaga susurraba con lágrimas:

-Souichi…

-No llores tonto, no pasó nada, bueno si algo, pero tu hijo y yo estamos bien y creo que la loca de tu esposa también.

Admiraban como los paramédicos habían logrado controlar todo de, inmediato la aseguraron en una camilla y colocaron suero y claro, una bolsa de sangre, con prisa la llevó al transporte aéreo y con ella iría Souichi.

-Debe venir con nosotros.

-¿Pero…?

-Si se separa del bebé, podría morir, su calor lo mantiene vivo, por favor, síganos.

-Souichi ve con ellos, te alcanzaré en el hospital.

-Si…

-Namisa, ven con nosotros.- Gritó Morinaga al notar que no cabía ni una aguja en el helicóptero el cual cerraba sus puertas y con prisa se elevaba…

 

 

L***M

 

El terrible suceso, se había esfumado de sus recuerdos, ahora lo que importaba era la salud de esa criatura, que no logró decirle a Tetsuhiro que había sido un varón, sin duda alguna lo atesoraba en su pecho camino a  hospital, en donde se lo arrancaron de los brazos las enfermeras y pediatras, mientras el sentía aun el calor que había generado su pequeño y frágil cuerpecito, notó como llevaban a Meilin a otro lugar y a él lo llevaban a una habitación, revisaban sus heridas y dolorosamente las curaban, mientras que otra enfermera preparaba su brazo para colocar una línea de suero.

Él no se opuso a todo aquello la verdad necesitaba un calmante para tranquilizar sus nervios, hacia sido demasiado, ya más tranquilo y con vendas en todos los sitios afectados, se relajó en la cama, pero la tranquilidad le duraría poco al ver a su amado llegar con su padre, hermano y amigos, Souichi era estrujado en un abrazo de parte de su viejo y de su hermano, los cuales comenzaron a llorar al ver la terrible situación de su cuerpo.

-¿Por qué lloran?

-¿Ella te hizo todo eso?

-Si…- Respondió.- Despreocúpense ya no duele.- Expuso dibujando una tenue sonrisa, que hizo sentir escalofríos a todos.

-¿Nii-san tú riendo?

-Bueno, habrá que reír de aquí en adelante, porque ya todo terminó… ¿No es verdad?

-Si.- Respondió Morinaga, con calma.- Senpai, disculpe regresaré en un momento.

-Por supuesto.- Expuso el peli largo sabiendo a donde se dirigía el peli azul oscuro.

 Mientras salía Morinaga, los policías entraban a la habitación de Souichi.

Morinaga caminaba con pasos pesados y dolorosos a la sala de post parto, le habían dicho que todo había salido bien con Meilin y que ya estaba recuperándose, se detuvo antes de someterse  a esos pasillos, lo que quería era buscar a su hijo y por él cuestioné a una enfermera.

-Señorita… el bebé que vino de urgencia.

-Oh, el pequeño aventurero.- Dijo ella con una enorme sonrisa.- Sígame.- Dicto para encaminarse a la sala de Unidad Intensiva.- Por favor póngase esto.- Ordenó la joven facilitándole una bata verde y un gorro.

 Ambos entraron en silencio a la habitación que parecía oscura, solo las pequeñas incubadoras tenían un foco prendido, la de su hijo era la tercera a la izquierda, y lo reconoció de inmediato, Morinaga, por poco y se desmaya al ver a su hijo, con tanto cables conectados y que parecían dolorosos. Ya traía un pañal y una cinta en su pie, para poderlo identificar, le habían colocado, el apellido Tatsumi, sonrió, a lo mejor le habían preguntado a Souichi su apellido pensando que era su padre. Lentamente y sintiendo su corazón despedazarse, se atrevió a someter una mano y acariciar algún pedacito de piel que no pudiera lastimar, las lágrimas comenzaron a vagar por todo su rostro y la enferma susurró:

-¿Se encuentra bien?

-Todo eso, que tiene ¿le duele, cómo está?

-No hay muchas molestias, pero son necesarios, para su estado, se encuentra bien y estable, pero al nacer a los 7 meses su cuidado es mas estricto,  necesita calor, me sorprende que haya venido sano y salvo… su padre hizo una gran labor al estrecharlo en su cuerpo, no hay nada mejor que el calor humano, más si es el de su padre o la persona que lo ama.

Morinaga esbozó una pequeña sonrisa, limpió sus lágrimas y asintió. La mujer le dejó solo y con calma se acercó más a la caja de cristal, con voz apenas audible susurró:

- Ho-hola…- Su cuerpo temblaba.- Soy tu papá.- Cerró los ojos con fuerza y confesó con voz agrietada.- Perdóname, lo siento mucho, lamento haberte rechazado… pero Souichi tiene razón, eres una parte mía y eres mi hijo te amo, te amo tanto, por favor reponte, rápido, sé que puedes… te amo, en verdad lo hago…- Susurró.- te amo más que a mi Senpai.- Expuso por ultimo llorando  y sintiéndose morir por dentro. ¿Cómo había sido capaz de odiarlo? era tan pequeño tan frágil tan inocente. Sintió que en su pecho le faltaba el aire, pero, se relajó un poco.

Transcurrió una hora desde que llego a la UCI y el no quería irse, no deseaba moverse de ese sitio.

-Sabía que estabas aquí.

La voz grave y reconocida para sus oídos resonó en sus oídos, Morinaga admiraba a Souichi de manera triste con los ojos rojos y tremendamente llenos de lágrimas, el peli largo se acercó despacio y susurró:

-Va a estar bien, te lo prometo.

-Souichi.- Le abrazó con fuerzas, causando un quejido en el Tatsumi.

Cierto tiempo transcurrió y ambos no se movieron de ese lugar, pasaron más de diez noches en la Unidad intensiva Neonatal, las enfermeras hasta les pusieron unas sillas a los costados de la cuna, para que estuvieran más cómodos.

Esa noche, las enfermeras estaban abriendo la pequeña cabina, mientras Souichi y Morinaga dormían, el último se despertó apresurado y cuestionó:

-¿Qué sucede?-

La enfermera sonrió amablemente.

- Señor Morinaga, no se preocupe, el bebé está evolucionando muy bien, más de lo que, que cree, el ya no necesita la zona para alimentación.

-¿Y qué pasará?

-Pues, ahora tendrá que darle de comer usted, si puede.

-¿Y-Yo, eh?- Gritó notando como ella sacaba al chiquito y lo ponía en sus brazos, lo cubría con una manta térmica y le facilitaba un biberón de apenas unos cuantos mililitros. Morinaga estaba nervioso, el nunca creyó pensó que haría eso, pero con calma notó cómo su hijo se movía inquieto buscando su pecho.-E-Eso hace cosquillas.

-Es el instinto de los recién nacidos, ellos buscan los pechos de su madre, pero, vamos a acostumbrar a este príncipe a que beba su fórmula de este pequeño biberón- Dijo colocando en su minúscula boca el pequeño chupón.

Morinaga se puso sentimental, era sumamente hermoso. Souichi fue despertando poco a poco y la vista no fue nada mala, la enfermera dejaba en paz a hijo y padre y se retiraba. Souichi se acercó y susurró:

-¿Qué sucedió?

-Está mejorando, dicen que ahora puede alimentarse así.

-¿En serio?

-Hai…

 Morinaga y Souichi admiraban al infante con ojos llenos de emoción y alegría, verlo alimentarse con un biberón era un acontecimiento sumamente hermoso, al menos la luz de todo aquel trágico episodio se hacía más fuerte y resistiría todo lo que sobre viniera, aquel pequeño milagro, era muy bien amado y querido por ambos, sin duda alguna lo atesorarían y querían por el resto de sus vidas. Aunque guardarían el secreto tétrico de su pasado en el cual su madre fue protagonista de los más insanos y locos deseos amorosos. El futuro se admiraba distante y sumamente borroso, ahora la verdadera prueba iniciaba con el bebe que tenían en brazos.

L***M

 

En otro punto del hospital…

Meilin estaba en la cama, había despertado hace unos días de un largo sueño y había descubierto que una de sus manos estaba esposada al barandal, a su lado Namisa se acercó a ella, era la tercera vez que había llegado en la semana y su hermana siempre permanecía ausente callada, mirando al vacío a través de la ventana.

-Meilin, di algo.

-LARGO.

-¿Pero…?

-LARGATEEEE.- Gritó arrojando lo primero que encontró.

A Namisa no le quedó otra opción más que irse, estaba preocupado por su hermana, tal parecía empeoraba cada vez más. Afuera las autoridades estaban listas para llevársela a la cárcel, en cuanto estuviera bien, pero el abogado de la Sasame interpuso una apelación, se le enjuiciaría y se realizarían pruebas psicológicas para ver que castigo era el mejor para ella.

 

L***M

Una semana después…

Souichi se encontraba en su habitación, pues las enfermeras de la Unidad Intensiva Neonatal, le dijeron a ambos que podían sacarlo por unos momentos pues el pequeño había llegado a los ocho meses y no había peligro alguno, sin duda era un pequeño guerrero el cual salió airoso de toda aquella peligrosa situación. Era temprano y Souji estaba dormido en el sofá junto a Tomoe, Kurokawa e Isogai decidieron ir a casa con Matsuda y Kanako, mientras ambos decidieron no moverse del hospital hasta que Souichi estuviera totalmente recuperado.

Entre sus brazos aquel pequeño que había crecido rápido y había ganado peso, se movía alerta y miraba todo a su alrededor con sus tiernos ojos de recién nacido.

Souichi parecía embelesado con tanta belleza, el chiquito traía un trajecito blanco que cubría sus manos y sus piecitos, un gorro por el cual asomaban los cabellos azules oscuros de su padre y sus ojos que parecían ser oscuros cambiarían a un real tono verde a medida fuera creciendo. Souji escuchó la voz de su hijo susurrar:

-Eres un pequeño remolino.-

Souji rascó sus ojos y con calma se puso en pie para acercarse a los pies de la cama y susurrar:

- Es, muy bonito, ahora ya está mucho mejor.

-Si…- Souichi le miró con emoción.- Es un pequeño milagro.

-Souichi… Me acabas de recordar a tu madre.- Susurró el mayor causando que el mencionado se sonrojara y tornara su mirada vidriosa, Tomoe se fue despertando poco a poco y sentándose en el sofá cama escucho.- Ella tenía esa misma mirada cuando los tres nacieron… -Su viejo comenzó a llorar y susurró.- Esto fue toda mi culpa desde el comienzo… perdón, discúlpame por no haber estado al pendiente de ti.

-Viejo…

-Papá.- Susurro Tomoe abrazándolo con fuerza.- No es tu culpa, nada es tu culpa, son los azares del destino los que trabajan de esta manera.

-Tomoe tiene razón… si tú te ausentaste tanto en el pasado como ahora, es porque te preocupas por nosotros y solo querías una mejor vida para todos.

-Pero… tu madre, yo…

-Eso, no fue tu culpa…- Expresó con voz grave y profunda el pelo largo, quien invitó a su padre a acercarse y susurrar.- Ya deja de recordar cosas difíciles y saluda al enano.

-Souichi…

Los brazos de Souji se sintieron livianos, hacia mucho que no cargaba a un recién nacido, tanto que se emociono, Tomoe fue a su lado y susurró:

- Míralo, se está riendo.

-A lo mejor le gustamos.

-Está lindo, ¿Ya tiene un nombre?

-Pues…

 Souichi no sabía que decir, puesto que Morinaga aun no le había dicho como le iba a poner, cuando de pronto en la puerta se presentaron tres hombres: Masaki, Kunihiro  Tetsuhiro.

-Hola…- Saludaron los dos primeros.

 El tercero quien traía dos ramos de flores.

-Souichi, ya te ves mejor y ese pequeño revoltoso, ¿Es mi sobrino?

-Kunihiro mira, ven a ver awww, es tan lindo se parece a Tetsuhiro, es idéntico.

-Sí, eso quiere decir que será un idiota.

-BAKA.

Mientras ellos admiraban al pequeño, Tetsuhiro se acercaba despacio a su ojo miel a quien dedicó un cálido y amoroso beso en su mejilla y susurró:

- Buenos días, Senpai.

-¿Y esas flores?

-Unas son para ti y las otras son para…

-Meilin…- Expuso serio.

-Si…

-¿Por qué?

-Debo verla por última vez.

-¿De qué hablas?

-Tetsuhiro trata de decir, que el juicio para Meilin ha sido aplazado, las pruebas psicológicas, dieron como resultado que tiene un desorden mental peligroso, ella es esquizofrénica del nivel más alto, además ahora ha desarrollado alucinaciones.

-Cielos…- Susurraba Souichi.

-Senpai…- Llamó serio el de mirada verdosa.- El juez me ha dado el divorcio, y la patria y potestad de mi hijo.

-¿Eso es cierto?

-Si… Se terminó.- Susurró aferrándose a su amado.

-Morinaga espera… como te dieron ya todo eso y ni siquiera le has puesto nombre a tu hijo.

-Claro que se lo puse…

-¿Eh?

-¿Como se llama?

-Aichirou Morinaga y próximamente tendrá  otro apellido.- Expuso misterioso para besar su mano y susurrar a su oído.- Entre las flores hay una carta, y debes leerla cuando estés solo, por favor.

Morinaga se separó y susurró a los que estaban jugando con el pequeño Ai:

- Lo lamento, pero debo llevarme a Aichirou.

-¿Tan rápido?

-Prometo traerlo de inmediato.

-Okey.- Susurraron todos con rostros un poco llenos de tristeza.

Morinaga salió del lugar con el pequeño cunero, que contenía a su hijo al cual dijo:

- Ai… debes conocer a tu madre.

El elevador resonó, el se dirigía a la unidad de post parto y en cuanto entro las enfermeras lo rodearon admirando a su hijo. Era sin duda un ejemplo y un enorme milagro en aquel hospital, todo el personal médico se había encariñado del pequeño aventurero como así lo llamaban algunas de las chicas que atendieron al inicio. Tetsuhiro pasó de largo, notó a los dos policías en la entrada y dejo ahí el cunero estacionado, para sujetar a su hijo con calma en sus brazos y tomar el ramo de flores para Meilin. Entró con lentitud a la habitación, en donde lo que vio lo dejó petrificado, Meilin estaba sentada en una silla, sus manos estaban atadas, con brazaletes, él no comprendía el por qué habían hecho esto, pero en cuanto él le hablo y vio su rostro, se enteró del por qué.

Ella se encontraba ajena a la realidad, los medicamentos que le habían recetado para la depresión la habían puesto demasiado drogada, pero eran necesarios para que ella dejara de lastimarse y de rasguñarse, Morinaga aprecio el rostro de la castaña estaba lleno de rasguños, que no dudo en pensar que había sido ella misma la que se había lastimado, pues los médicos habían hablado con él una semana antes, el personal médico se disculpó por no estar pendientes de sus arranques de rabia en los cuales, casi pierde un ojo aquella castaña. Pues como los doctores contaron a Tetsuhiro ella intento quitarse un ojo con un lapicero y al encontrarla ella sola inicio a rasguñar su piel, cortaba todo para sentir dolor, ¿Por qué lo hacía? Ningún psicólogo pudo deducir nada; mas sin embargo la diagnostico con Esquizofrenia. Los ojos de Tetsuhiro se demostraron serios, pero luego su mirada cambio a una más llena de sufrimiento, él era el culpable de todo el dolor de esa chica, aprecio con pesar los cortes, el cabello maltratado y la demencia de Sasame.

Los pasos se hicieron audibles a su cercanía, ella elevo despacio su cara, demostrando un tenue brillo en su mirada, una mueca de felicidad tenebrosa se presentó en lo largo de su femenil cara.

-Tetsuhiro…- Expuso aquella con una luz en su rostro llena de alegría.- Oh, no me he maquillado, perdona.

-Meilin.-Susurró mostrando las flores.-Son para ti.

-Son hermosas…y justo del color que me gustan…eres tan delicado y amoroso…gracias. ¿Es nuestro aniversario? ¿LO he olvidado?¿Y tú regalo? Creo que lo puse por allí…o por aquel otro lado…o…

-Meilin… yo…

La mujer parecía estar más pérdida en una nube llena de amor hacia el Morinaga que no notó la presencia de cierto recién nacido en sus brazos, pero entonces Morinaga susurró:

-Este, es Ashiro… nuestro hijo.-

Los ojos de Meilin se abrieron enormes, sus orbes temblaron al ver a su hijo, primeramente lo apreció como su padre pero ese niño ahora tenía la cara de Souichi y entonces aquella comenzó a gritar, un grito desgarrador, lleno de miedo pánico y de locura.

-¡¡¡Llévatelo, es un monstruo!!! Pégale, tíralo, no dejes que se acerque a mi…Noooooooo, noooooooo, la culpa de todo es suya…Mira cómo se ríe de mi ¡¡¡¡FUERA, FUERA, FUERAAAA!!!!

Morinaga se asustó y su bebe también, el cual comenzó a llorar con fuerza, mientras la mujer gritaba:

-ALEJA A ESA PESTE DE MI FRENTE, MALDITO MOCOSO, TE ODIO, TE ODIOOOOO.- Como si estuviera poseída se movía en la silla, queriendo tirársele encima a Morinaga.- LO MATAREEEE, LO MATAREEEEEEEE…Quiere que me dejes sola,  ¿no le escuchas?...Noooo, MORINAGA ES MÍO, MÍO, MÍOOOOOOOO…¿Dónde había puesto le regalo?...¿Es mi cumpleaños? Mira, me trajiste flores…son para mí, porque me quieres, y seremos felices…Nananananaa, nananananana...nanana…

Morinaga sintió un puñal en su pecho. Aferró a su hijo en su pecho y rápidamente escuchó como los médicos llegaban para sujetar a la mujer y rápidamente colocarse un sedante.

-Lo siento, ella no…

-Despreocúpese.- Susurró Morinaga meciendo a su hijo y aferrándolo con amor a su pecho.- Entiendo…

-Se la llevaran hoy al sanatorio… tiene alguna instrucción especial para ella…

-Si…

-¿Cuál?

-Por favor…. Arreglen su habitación como una escuela de primaria.

-Tetsuhirooooo, ¿ya te has escondido? Jajajajaja. Cuento tres y voy…nanaananaana…nananananaaaa…

-¿Disculpe?- El médico cerró la puerta tras él.

Morinaga tragó grueso.

-Seguramente sea más feliz así, recordando la época de instituto…en aquel entonces era feliz y una buena persona…

El se alejó de la habitación y llevándose a su hijo llego al elevador en donde soltó un largo suspiro, se apoyó en la cuna admirando a su bebé, quien tenía una mano en su boca y la chupaba con esmero. Tetsuhiro dibujo una sonrisa y susurró:

-Eres tan lindo… estaremos solos de aquí en adelante, pero… podremos hacerlo juntos.- Sonrió ampliamente, retirando una mano de debajo de su pequeño, con cuidado de no dejarlo caer, con su dedo índice toco la palma de una de las manos libres de su hijo, e cual apretó este y dando un increíble bostezo sujeto el resto de su dedo con su otra minúscula mano. Sus ojos, se llenaron de lágrimas, volvía a culparse por haberle rechazado en el primer instante que supo que ella estaba esperando esa vida, Morinaga en la soledad de ese elevador, acerco su rostro a la cabecita de su primogénito y la beso con ternura susurrando.-Te amo mucho, perdóname por haber tenido esos pensamientos.- Ahora sonreía.- Estaremos bien…- Le beso de nuevo y sonriendo de nuevo agrego.- Claro, si Senpai acepta mi propuesta…- Agregó escuchando el sonido de la campana al abrirse el elevador, permitiendo el salir despacio y encontrarse con Masaki, Kunihiro, Tomoe y Souji en el pasillo.-¿Q-Que ocurre?

-Je, je, je, Bueno es último día en el hospital para mi hijo y queríamos dejarlos a solas.- Susurró un poco nervioso.

-Hai, Morinaga-san.- Expuso Tomoe muy animado y emocionado.

-Bueno Kunihiro y yo tenemos que irnos, debemos hablar con el abogado de la familia Sasame la cual creo que le dará paro cardiaco.- Expuso con un guiño en su ojo y dándole golpecitos en su hombro.

-Nos veremos después, hermano y cuida mucho a mi sobrino.

-Hai, Nii-san…

-Byeee.- Se despedían todos, los cuales se apreciaban con un brillo lleno de emoción al cerrarse la puerta del elevador.

 Morinaga no entendió nada, siguió caminando con la cunita, en la cual había colocado a su hijo, sus pasos fueron lentos hasta llegar a la habitación de Souichi a quien susurraba:

- Senpai no va a creer lo que pasó… Su hermano y…- Se detuvo al ver a Souichi leyendo la carta que dejo él en las flores y en su mano una cajita pequeña aterciopelada.-¿Sen….pai?

El aludido giró su rostro y con las cejas juntas susurró:

-¿Qué significa esto Mo-Ri-Na-Ga.- Le llamó de forma en que solo él lo hace cuando está a punto de ahorcarlo o golpearlo.

Tetsuhiro tragó grueso y susurró:

- Pu-Puedo explicarlo yo… etto..- Tomó a su criatura y susurró llegando a él.- Senpai, Ettooo, es que no encontré la forma de decírselo en persona y…

-Me has hecho pasar vergüenza frente a mi papá y a esos idiotas.

-¿Eh?, ¿LA LEISTE AHORA MISMO?

-Sí, que creías que me iba a aguantar tanto misterio.

-¡AGUU!- Gritó Ai en sus brazos.

 Ambos se quedaron en silencio. Morinaga estaba riéndose cuando Souichi susurró:

-¿Qué es gracioso?

-Dice Ai que te calles y escuches Senpai.

-Baka. No uses a un infante para tus extrañas cosas de homo.

-Senpai…- Dijo tomando la cajita.

Al ver que se la quitaba,  Souichi gritó:

-O-oi, eso es mío.

Morinaga ofreció a cambio a Ai en brazos de Souichi y ya que lo tenía en brazos él se hincó y susurró:

-Senpai… ahora si lo haré como es debido, no en una carta.

Él se sonrojó de inmediato y gritó:

-DEJA ESO, NO.- Con una mano libre se cubría parte de su rostro mientras Ai hacia muecas riéndose.-Y tú no te rías, eres igual que tu padre.

-Souichi Tatsumi…-Llamó Morinaga.-¿Quieres casarte conmigo?

-¡EHH!

Morinaga mostró el anillo, que tenía una piedra y estaba grueso y bañado en oro blanco. Souichi se puso rojo completamente y refunfuño de inmediato:

-¿Acabas de divorciarte y ya quieres casarte de nuevo?

-Nunca estuve casado en serio,.. Al único que amaba desde que tengo memoria es a ti Senpai… te amo.

-Baka…- Susurró tratando de no llorar, y es que desde que leyó aquella carta tenía ganas de hacerlo, si no hubiese sido por Tomoe que le robó la carta y la leyó en voz alta, la vergüenza lo invadió, pero este momento era distinto, su hombre le estaba proponiendo matrimonio. Souichi dejó de ver a Tetsuhiro y miró a aquel niño al cual dijo.-¿Tú qué opinas? ¿Me quieres como madrastra?

-Jaja, Souichi.

El bebé solo movió sus manos y pegó un estornudo.

-Eso me basta.

-¿eso quiere decir que si?

-Morinaga…. Yo acepto.

-¡SENPAI!- Se levantó y con prisa le coloco el anillo de manera apresurada, para besarle, le quedaba perfecto y sin mediar palabra lo besó-

Mientras que Ai, se las arregló para jalar los cabellos sueltos de Souichi.

-Oi, eso no se toca.

Morinaga reía con suavidad, la vida había regresado a la normalidad y ahora las cosas serían distintas definitivamente lo serían….

 

L***M

 

Unos cuantos meses transcurrieron, el clima volvió a ser tranquilo y sereno para ciertos chicos que se acomodaron hace unos dos meses en su viejo apartamento, entre tantos sucesos el año se estaba yendo como agua entre las manos, habían sido meses llenos de estrés de desesperación y de posibles impotencias. La vida y el amor estaban en juego. Ahora que ya respiraban aires nuevos se relajaban.

Souichi estaba de lo más tranquilo en el apartamento arreglando la habitación del pequeño Ai, que ya contaba con seis meses de nacido y el cual jugaba contento sobre la cama, con unos peluches y algunos cascabeles que le había colocado el pelo largo en sus muñecas. Mientras este.

-¿Qué dices, no regresaras hasta pasadas las 7 por que?

-Lo siento Senpai, es que estoy ocupado en la empresa…

-Ah, esa tonta, como te vino a dejar todo a ti, ¿Tu que sabes de contabilidad y administración de empresas?

-Senpai, no seas malo, doy todo mi esfuerzo, además mi Kunihiro-niisan me está ayudando.

-Al menos alguien cuerdo te está ayudando.

-Souichi-chan, ya ven.- Replicó Isogai en conjunto de su padre y Masaki.

Taichirou a comparación de Tomoe y Kurokawa decidió venir una vez al mes para asegurarse que Souichi estuviera bien y claro su padre no se iría jamás a una investigación, eso nunca; ya era suficiente de dejar solos a sus hijos, ahora se la pasaba con Kanako, Matsuda Souichi y su nieto postizo, a quien corrió a tomar en brazos y susurró

-Hola. Aichiroooo.- Lo raspaba con  unos cuantos pelitos de su barba cosa que el pequeño niño que ya se mostraba el típico color de ojos de su padre reía con ganas.

-Papá, le haces cosquillas.

-Viejo, ya te dije que te rasures.

-Nahhh a mi querido Ai, le gusta ¿No es verdad?

Las risas del menor se esparcieron por todo el lugar, balbuceaba como amaba a esas personas, Masaki en silencio se acercó al ojo miel y susurró:

-¿Estás hablando con Tetsuhiro?

-Si…

-Podrías decirle que le diga a Kunihiro que PRENDA SU CELULAR.- Gritó molesto el rubio con humo saliendo de sus oídos.

Souichi escuchó aquello y soltó a reír.

- Ya escuchaste a tu cuñado.

-Bueno, Senpai, llegaremos a las 7.

-Está bien, ten cuidado.

-Si…- Respondió.

 Dejó le teléfono en la mesa y se encontró con la mirada de su viejo, quien susurro con Ai en brazos:

-La vida les ha cambiado mucho ¿No Souichi?

-Pues sí, papá, nos ha cambiado demasiado.- Dijo terminando de armar la cuna.

-Sou-chan ¿dónde pongo esto?

-Por allá.

-Claro…

-Souichi, ¿quieres que te ayude con la cena?

-Sí, Masaki, eso sería de gran ayuda.

-Souichi-sama.- Susurró Yuriko en la entrada de la habitación.- Hiroto-san lo busca con el sujeto que está dispuesto a alistar su boda.

-¿Qué dices, sujeto?

-Hola QUERUBIN.- Apareció el ojo gris corriendo a la cercanía de Souichi pero al ver al pequeño en brazos de Souji grito.- ¡KYAHHHH MI PASTELITO!- Lo acariciaba con ganas.

-Buenas, tardes.- Se presentaba un hombre de cabellos castaños, vestido de saco y muy elegante.- Mi nombre Toya, soy su asesor de bodas, tengo entendido que serán dos bodas las que celebrarán.

-¿Dos bodas?-Cuestionó Souichi mirando a Masaki y cuestionando.-¿Qué quiere decir?

-Oh vaya, se reveló nuestro secreto… si, bueno Kunihiro y yo decidimos casarnos en una boda doble.

-KYAHHHH.-Gritó emocionado Hiroto.- Escuchaste eso Ai pastelito, tu tío y tu papi se casarán al mismo tiempo ku ku ku.

-SANTO CIELO.- Suspiró hondo tratando de tomar aire.

 Ya mucho se estaba aguantando por resistir la propuesta de Morinaga para que ahora fuera una boda doble.

-Señores.- Habló Toya.- Necesito que me indiquen en qué país y ciudad se casaran para saber, los precios de los locales, organizar todo con mi equipo, además de verificar los boletos aéreos y….-

-UN MINUTO, ¿QUE?

-Oh si, se me olvido comentarte eso, Kunihiro quiere que nos casemos en otro país…

-¡QUEEE!

-Souichi calma.- Notó su padre como la vena del juicio se estaba ensanchando en su frente.

-¿Y quién demonios pagara todo eso?

-Bueno, etto, recuerda que Morinaga ya es millonario.

-AHHHHGGG, ESE DINERO NO ES PARA DESPILFARRARSE.

-Bueno…

-HOLA.- Saludó entrando a la casa Kanako.

-Kana-chan, adivina que, ¡IREMOS A EUROPA!

-¿Eh, en serio papá?

-Siii.

-OI, VIEJO, ¿Qué ideas extrañas estás tramando?

-Oh me parece bien, Europa, Londres SIIII TOYA ORGANIZA TODO EN LONDRES.- Dijo Masaki emocionado y con un brillo en sus ojos.

 Souichi estaba jalándose los pelos es que ¿Acaso todos se habían vuelto locos? No cabía duda, lo ocurrido desencadenó a muchas situaciones. Meilin tal parecía antes de volverse loca, dejó todas sus acciones la empresa y su fortuna a Morinaga Tetsuhiro, aquella voluntad se respetó incluso si él se divorciaba, claro que Morinaga protegería ese capital, de las garras de los buitres que quisieron apoderarse de las acciones de la castaña que lamentablemente pasaría un largo tiempo en el hospital mental. Namisa había agradecido encarecidamente la amabilidad que padecía Tetsuhiro, puesto que temía a que sus padres, le retiraran la herencia. Eso sucedió del lado de los Sasame, en cambio los Morinaga….

 

 

Los padres de los dos chicos estaban prácticamente en la calle, después del divorcio, Tetsuhiro los castigó con darles nada más una pensión modesta. Las industrias Morinaga, dejaron de funcionar y se vendieron todos los derechos y las acciones a los Sasame, Tetsuhiro y Kunihiro serian los únicos que manejarían ambas empresas.

-Esos hijos traidores.

-Nosotros nos buscamos esto…

-No digas eso querido, ellos son unos malcriados.

-No.- Respondió de manera cansada el padre de aquella familia poniéndose en pie.- Cometimos un verdadero error, al tratar de enmendar a nuestro hijo.

-Pero, cariño.

-Él es feliz de esa forma, ambos lo son…- El admiró a su mujer y susurró.- Quizás deberíamos de aceptar la situación.

-Tienes razón, así disfrutaremos de la fortuna de Tetsuhiro., ¡BUENA IDEA, QUERIDO!

-Yo no dije eso… debemos aceptar a nuestros hijos de corazón…- La mujer le observó sorprendido.-No me mires así… solo, trato de aceptar el hecho de que nuestros hijos ahora son felices.

-PERO, ¿CÓMO TE ATREVES A PENSAR ASI? ESO ES ASQUEROSO.

-Yunna, el amor no es asqueroso, el amor es real y cuando te enamoras sin importar que, es el más hermoso.

-Masato…- Habló la mujer que incrédula, admiraba como su marido tomaba el teléfono y llamaba a su hijo, ella estaba rabiosa, no quería que las cosas acabaran así, habían pasado por muchas vergüenzas, gracias a su hijo pero… quizás su esposo tenia razón, el amor es real aunque sea en el mismo sexo, no lograría aceptarlo al instante pero trataría de hacerlo, se acercó a su esposo y susurró.-Te entiendo…

Ambos hablaban con Tetsuhiro quien, dudoso escuchaba las palabras de su padre:

- Hijo, queremos verte y hablar contigo.

-Yo… ¿Para qué?

-Debemos decirte algunas cosas, que hemos comprendido.

-Está bien…- Susurró por la línea Tetsuhiro.

 Con tranquilidad cortó la llamada y liberó un largo suspiro para besar la mano de su esposa y susurrar:

-Cometimos un grave error al aprovechar el accidente de Tetsuhiro. Debemos pedirle perdón y vivir una vida humilde y tranquila Yunna.

La mujer agachó su mirada y susurró  a regañadientes.- En cierto modo, tienes razón… pero, una madre solo quiere lo mejor para sus hijos.

-¿Crees que Meilin era lo mejor para Tetsuhiro y que hay de Kunihiro casada con Tomoko… ella no lo amaba, también se casó por conveniencia…-

Ambos se sintieron pésimos, la verdad es que el destino estaba forjado en ambos hijos y ellos debían respetarlo….

Notas finales:

Buenoooooooooooooooooooooo el final está cerca al menos!!! En un capitulo (el cual tendrá lemon lemonoso en PARIS?)

En f in cof cof cof, muchas gracias a las que siguen la historia prometo subir el ultimo capitulo pronto n_n espero haya sido de su agrado todo el escrito, quiero darle las gracias a Rosa y a mi amada EDITORA ABIGAIL LA FEY por ayudarme a corregir… (Rosa por ayudarme a corregir los primeros capítulos) bueno con esto me despido por ahora…

No sin antes decirles, que pronto tendrán la actualización de RUSH HOUR (POR FIN!!!) y también de 9 MESES, además del primer capítulo de Kirai Ai Suru segunda saga!!!

Bueno que les digo mi sentimiento crcio con la foto de MORINAGA EN TANGA EJEMMM NO EN BOXER EN BOXER JAJAJAJ!!!

 

BESOS A TODAS!

 

 

 


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