CAPÍTULO 2
En cuanto Harry se marchó, Draco acercó una silla a la cama y se sentó para quedar de cara a Ron, volviéndole a coger la mano que había tenido que soltar. Mientras le acariciaba la mano en un movimiento inconsciente, quedó sumido en sus pensamientos. Al cabo de un largo rato, rompió el silencio con una risa queda:
- ¿Sabes de qué me estaba acordando, Weasley? De la primera vez que te besé y de la cara de espanto que se te quedó. Apuesto a que hubieses echado a correr si las piernas te hubiesen respondido. Ya ves, ni se me pasó por la cabeza pensar que algún día me devolverías el beso. Estábamos en medio de la gran batalla y a mí me tuvo que dar por ir besando comadrejas. Y anda que no me costó darme cuenta de lo que sentía por ti, ¿verdad? Siete años, nada menos. Tuviste que venir a Malfoy Manor a rescatarme para que me diese cuenta de que no quería que nadie más te tocase. Aunque más duro fue conquistarte, anda que no eres terco, pero bueno, ya sabemos que un Malfoy siempre consigue lo que quiere, ¿verdad? ¿Te acuerdas del día de nuestra boda? Que guapo estabas... Nunca ningún novio ha estado tan guapo como lo estabas tú aquel día, ni siquiera yo, que ya es decir. –añadió en tono de broma- Que mal rato pasaste, estabas aún más nervioso que la primera vez que jugaste de guardián de Gryffindor en Hogwarts, casi estuve tentado a cantar Weasley es nuestro rey. ¿Y el día que te dije que estaba esperando a nuestro hijo? ¿Te acuerdas de ese día? Jamás olvidaré tu cara de felicidad, tu sonrisa bobalicona al acariciarme la tripa. O el estado de shock en el que te quedaste cuando descubrimos que tú también estabas embarazado. Y nuestros respectivos partos. Y yo creyendo que en el parto de Rose me lo hiciste pasar mal. Nada comparado a esto de hoy, Ronald. No creas que esta te la voy a perdonar fácilmente… Sigue dándome disgustos y verás cómo me fugo con Zabini…. – bajando la voz hasta casi el susurro continuó - Vamos, Weasley, despierta. No me hagas esto…. Merlín, ¿Por qué? ¿Acaso no hemos pasado suficiente ya?
Instantes después se abrió la puerta para dar paso a los señores Weasley. La señora Weasley se abalanzó sobre la cama, llorando. Mi niño… ¿Qué te han hecho?, mientras el señor Weasley se acercó a Draco, le puso una mano en el hombro y se lo apretó amistosamente. - ¿Alguna novedad, hijo?
- No, aún no, Sr Weasley. ¿Harry se lo ha contado todo?
- Arthur, Draco. Llámame Arthur. Sí, nos dijo lo de la emboscada. Y que está en estado de coma.
- ¿No les ha dicho nada más?
La Sra Weasley alzó la cabeza instantáneamente: - ¿Qué más nos tenía que decir? Draco miró a su suegra, se levantó y fue hacía ella e inspiró antes de contestar:
- Molly, el medimago dice que es posible que no llegue a despertar nunca. Y en el caso de que despierte, hay posibilidades de que no sepa o pueda distinguir lo que es realidad y lo que no. Incluso podría tener alucinaciones y pérdida de memoria.
- No, no y no. Tranquilo cielo, Ron despertará y todo irá bien. No tengo ninguna intención de perder otro hijo. ¡No voy a perder otro hijo! Y tú ya tuviste suficiente perdiendo a tus padres y tu padrino ¿Dónde está ese medimago? Me va a escuchar…
Pese a los cuidados de la Sra Weasley, Draco y los medimagos, el estado de Ron continuó igual durante dos días enteros, en los que Draco no se movió de la habitación de su marido. En esos dos días pasó por la habitación toda la familia de Ron y la mitad de sus compañeros de curso en Howgarts. Solamente al empezar el tercer día en el hospital, Ron comenzó a dar signos de cambio; empezó a moverse en sueños, apretó su mano con la de Draco y dio la sensación de que recuperaba la consciencia. Finalmente, cuando la familia de Ron se había marchado a cenar y solo quedaba Draco en la habitación, el pelirrojo abrió los ojos.
-¿Malfoy?- su voz sonaba rasgada y con un tono extrañado. Draco al escuchar la voz levantó la cabeza y al comprobar que había despertado salió corriendo a llamar a los medimagos. Cuando volvió a entrar a la habitación fue directo a la cama diciendo: Me has dado un susto de muerte, Ronald. No vuelvas a hacerme algo así jamás. No sabes que mal lo he pasado. Se sentó en el borde y acercó su mano derecha a la cara para acariciarle, pero cuando su mano estaba a punto de tocar la cara del pelirrojo, este se la atrapó por la muñeca.
- ¿Qué diablos piensas que haces, Malfoy? ¿Y qué estás haciendo aquí? ¿Vas a intentar matarme de nuevo? - Escupió Ron
- Ron, ¿Qué estás diciendo? ¿Cómo voy a querer matarte? ¿Ron? Ron, mírame, ¿Qué te ocurre?
- ¡Que estás diciendo tu! Lárgate de aquí, asquerosa serpiente.
- Ron, tranquilízate. El doctor ya nos advirtió que esto podría ocurrir. Mírame, cariño, soy yo, tu esposo, el padre de tus hijos, no voy a hacerte daño.
- ¿Cariño? ¿Esposo? ¿Te has vuelto loco, Malfoy? Queréis volverme loco a mí, ¿no? Ese es vuestro plan ¿verdad? Hacerme creer que soy uno de los vuestros. No lo conseguiréis, no me volveré en contra de Harry. No seré uno de esos mortífagos, no me harás creer que soy uno de esos asquerosos que siguen a Voldemort.
- Ron, escúchame. La guerra terminó hace años, Harry derrotó al que no debe ser nombrado. Está muerto, ya no hay más lord. Yo me pasé al bando de la Orden del Fénix, después de que me rescatarais de la Malfoy Manor. Me enamore de ti y en medio de la batalla donde derrotamos al bando del Lord decidí que lucharía por ti. Me costó dos años pero conseguí conquistarte. Año y medio después nos casamos y ahora tenemos dos hijos de un año. Rose, que nació de ti y Scorpius que nació de mí. Eres auror, junto con Harry, y fuiste herido en medio de una misión. Te hirieron en la zona del cerebro que controla la consciencia, y por eso es posible que no me creas ni recuerdes lo que te digo. Pero no te preocupes, porque vamos a cuidarte todos. Molly, tu padre, tus hermanos, Harry, hasta los niños. Y yo no voy a moverme de aquí hasta que te recuperes.
- ¡Cállate! Largo de aquí ¡fuera! Deja de decir mentiras. ¡Jamás podría casarme contigo! ¡Jamás! ¿Me oyes? Estás loco si crees que voy a tragarme todo ese montón de basura.
- Ron, tranquilízate. En seguida vendrán los medimagos y te lo explicarán todo. También he avisado a tus padres, estarán aquí ahora mismo. Si no me crees a mí, créelos a ellos.
- ¿Por qué iban mis padres a apoyar tu absurda historia, Malfoy?
En ese instante aparecieron por la puerta los padres de Ron; la Sra Weasley entró como un ciclón a abrazar a su hijo.
- Ron, Ronald, mi pequeño Ronnie. ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? Todo irá bien, ya verás.
En ese momento se giró hacia Draco, le tomó del brazo: - ¿Ves, hijo, como todo iba a ir bien? Ahora solo hay que esperar a que termine de recuperarse y podremos volver a casa.
- ¿Mamá? ¿Qué estás diciendo? ¿Qué haces hablando con esa asquerosa serpiente?
Molly giró la cabeza en dirección a su hijo con tal rapidez que estuvo a punto de romperse el cuello; inmediatamente volvió a mirar a Draco, y se fijó por primera vez en la expresión de angustia de su yerno, el cual le tomó de la mano y se la apretó fuerte.
- Draco, hijo ¿Qué ocurre?
- Molly, ha ocurrido. Lo que nos dijo el medimago, ha ocurrido. Me reconoce, pero cree que sigo siendo un mortífago. No recuerda que estamos casados; solo recuerda que me odia. Cree que quiero matarle. Oh por Merlín, Molly, me odia...
- Tranquilo cielo, ten paciencia, ven, déjame a mí. Ron, escucha a mamá. ¿Qué es lo último que recuerdas? ¿Recuerdas que ganamos la guerra? ¿Y lo que pasó después?
- ¿Quién eres, maldita sabandija? Tú no eres mi madre, mi madre no se aliaría con Draco Malfoy. ¿Qué le habéis hecho a mí madre?
- ¡Ya basta, Ron!-interrumpió Arthur Weasley- Somos tus padres y Draco es tu marido. Has sufrido un ataque que te ha hecho perder parte de la memoria. Ahora tranquilízate y permite que te expliquemos todo lo que ha ocurrido.
- ¿De veras pensáis que voy a creeros? ¿Qué habéis hecho con mi familia?
- Somos tu familia, hijo. Tu madre no se merece que le hables como lo has hecho. Y tu marido lo está pasando muy mal y con tu comportamiento lo estás empeorando. Sabemos que no es culpa tuya, que estás confundido y que tampoco lo debes estar pasando bien, pero te pido un poco de paciencia para que podamos explicártelo todo.
- ¡Callad! ¡Basta ya! ¡Estoy harto! ¡Callaos!
Un séquito de medimagos entró en ese instante por la puerta, echándoles a todos de la habitación con la excusa de tratar al enfermo. Ocasión que aprovecharon los Sres. Weasley y Draco para hablar del estado de Ron y ver cómo podían abordar la cuestión y lograr que les escuchara. Esperarían a hablar con los medimagos y que estos les dijesen si había posibilidad de que recuperase la memoria o deberían acostumbrarse a empezar de cero con él. Ron en cambio aprovechó para preguntarles a los medimagos todas sus dudas. De su boca salieron decenas de preguntas; donde estaba, porqué estaba allí, que hacía en su habitación Draco Malfoy; cuantos días llevaba en el hospital, si había ido Harry Potter a visitarlo, en qué año estaban, si había terminado la guerra, … Los medimagos contestaban con calma, aunque a cada pregunta del muchacho en sus rostros se iba reflejando la preocupación. Al final resolvieron hacerle más pruebas craneales y cerebrales para ver hasta donde había llegado el daño y poder averiguar si era o no reversible.
Una vez salieron de la habitación se vieron abordados por la familia Weasley con su yerno a la cabeza, ansiosos por escuchar las impresiones de los expertos. Estos les pusieron al corriente de lo que había sucedido dentro y que habían resuelto hacer más pruebas: - Eso sí, Sres Weasley y Sr. Malfoy-concluyó el jefe de medimagos- al menos podemos estar contentos ya que aunque ha perdido una parte de su memoria a medio y corto plazo, es capaz de distinguir los sueños de la realidad, no tiene alucinaciones y les reconoce a todos. Aunque no lo crean ahora, es lo menos que podía ocurrir; y su recuperación será menos traumática que en los otros supuestos. Ahora deben tener un poco de paciencia con él y evitarle situaciones de estrés le altere y pueda afectarle a su sistema neuronal.
- ¿Cómo podemos explicarle todo lo que necesita saber de lo que su memoria ha borrado sin producirle estrés ni alterarle, doctor?-
- Sra Weasley, esa es una pregunta difícil de contestar. Les aconsejo que intenten contar una versión resumida, explicando solo las partes menos traumáticas y – añadió mirando a Draco- dejando aquello que le pueda causar más conflicto fuera.
- Resumiendo, que me mantenga al margen y alejado de mi marido.