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I’ll be your friend, bro… Forever and Always. por Kristy

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Notas del fanfic:

Este fic pretende ser un “recorrido” en versión “AU” (ya que no sabemos casi nada sobre el tema, salvo pinceladas que han comentado ambos) sobre la amistad de este par de amigos en el tiempo.No tiene más pretensión que esa.

Me apetecía escribir un fic “AU” por primera vez :D y experimentar un poco e ir más allá en cuanto a temática de mis fics. Me apetecía salirme de la “zona de confort”. Espero que os guste el experimento.  

Me hice fan de este par escribiendo Only One y, sin querer, me hice Joonu Shipper. Además, esta semana ha realizado su "debut" Jooyoung con Hyolyn y ha habido una interacción apasionante entre Jooyoung y CNU en redes sociales y algunos videos. De hecho os dejo una pequeña muestra del cariño mutuo que se tienen :D

https://www.youtube.com/watch?v=NygbcWPLVh8&feature=youtu.be


Ojalá en el futuro haya más Joonu Shippers y no sea la única escribiendo fics y oneshots de esta pareja adorable.

- Vaya mierda. No quiero ir a clase.

Afuera llovía. Llovía como si se fuera acabar el mundo, o como si los ángeles estuvieran bajo una depresión total y quisiesen inundar la Tierra de pena absoluta. Al menos eso pensaba Jooyoung, sentado en la escalera de afuera de su casa, intentando anudar los zapatos correctamente.

- Voy a coger pulmonía.

Pero eso no le importaba a nadie. Salvo que estuviera a punto de morirse, sus padres le llevarían arrastras al nuevo instituto al que tenía que ir. La vida era hermosa en el colegio. ¿Qué mierda era eso de empezar el instituto? ¿Por qué tenían que cambiar de colegas, amigos y de ubicación? Hacerse mayor era una mierda…

- A saber qué pringaos que me tocan en clase…

No es que fuese precisamente la persona menos sociable del mundo… Pero se había acostumbrado a la presencia de sus amigos. Y con la suerte que tenía, fijo que le tocaba en la clase contraria a la suya y solo podrían verse en el descanso obligatorio entre clases o fuera del instituto. Miró sus nuevos zapatos, los mismos que su madre había abrillantado mimosamente, y se miró a sí mismo con el nuevo uniforme que no le gustaba nada, pese a que su madre había asegurado que estaba guapísimo con él. Madres…

Abrió el paraguas, agarró la mochila y se la colocó de medio lado. El trayecto se le hizo agónico bajo el aguacero. Cuando llegó a la zona “segura” del recinto, sus pies estaban calados y sus nuevos zapatos embarrados. Con un suspiro se los quitó y los dejó en su taquilla correspondiente, así como el paragüas.

Sacó el papel del bolsillo del pantalón y descifró a duras penas su propia letra, ya que la humedad había corrido la tinta. Consiguió localizar su nuevo aula y antes de entrar echó un vistazo a su alrededor. Para su sorpresa, había poca gente. Un grupito de chicas intentando arreglarse su estúpido pelo, a las que catalogó en el instante de “irritantes” gracias a sus gallitos histéricos. Un par de tíos comentando algo de lo que parecía un manga, que a primera vista parecían inofensivos. Otro grupo de unos cuatro tíos sentados al fondo de la clase, acaparando la ventana y lanzando lo que parecía “globos de agua” al patio. Y, por último una figura solitaria, sentada en su asiento, mirando la ventana por fuera. Tuvo que mirar dos veces, hasta que se dio cuenta que no era una chica, sino un chico. Era demasiado alto, cuadrado como para ser una niña. Luego estaba su pelo, rapadísimo. No conocía a ninguna chica con el pelo rapado, así que… a pesar de sufrir un minicircuito de confusión, decidió que se iba a sentar delante del chaval con gafas.

No se molestó en saludar a la gente, la poca gente que había en el aula (los idiotas que tenían padres insistentes que tenían que ir a clase, pese al aguacero. Envidiaba a los restantes compañeros de clase que no conocía por haber sido tan listos de quedarse en casa durmiendo), y avanzó sin dudar al asiento que había delante del chaval de pelo corto que parecía una niña. Sin ningún cuidado dejó caer su mochila en el suelo y se sentó en la silla, apoyándose en la pared de la ventana, pudiendo contemplar toda la clase.

- Kim Jooyoung.

Apoyó el codo en la mesa del de gafas, mostrándole la mano, sin preocuparle si era un maniático de los de “Mi mesa es mi mesa, no pongas tus cosas en la mía”. El chaval de gafas, bastante serio, parpadeó un poco, mirándole a él y a la mano, como si estuviera viendo un fantasma.

- Shin Dongwoo.

Levantó aquella mano suave y se la dio. Un apretón firme y despreocupado. Empezaba a caerle bien. Normalmente la gente era una obsesa de los saludos de rigor, de la etiqueta al saludar y todas esas chorradas. Y, la verdad, aunque luego tuviera que aguantar la “charla” de sus viejos, lo de las normas no era una cosa que le apasionara cumplir precisamente.

- No te he visto nunca. ¿De dónde eres?

- Cheongju.

- ¿En serio?

- Sí.

Le vio reajustar aquellas gafas pastosas sobre su nariz, casi con elegancia. Un movimiento rutinario, pero que bajo su acción parecía casi algo de estudio. ¿De dónde había salido ese personaje? Además, parecía no ser muy comunicativo, pero tampoco era petulante. Más bien parecía a la defensiva y creía sospechar por qué.

-  ¿En qué mes naciste?

- Junio.

- Ah, entonces debes llamarme Joo Young Hyung. Nací en marzo.

Se sintió estúpido diciéndolo. Pero tampoco apartó la vista. Menos mal que no lo hizo. El tal Shin hizo un movimiento con los labios extraño, tímido, pero que le dejó noqueado. Simplemente sonrió. Tuvo que parpadear otra vez para decirse a sí mismo que no estaba bajo el efecto del sueño.

- ¿Puedes volver a hacerlo?

- ¿El qué? -Preguntó inocente.

- Eso.

- ¿El qué, hyung?

- ¡Mierda, no me llames hyung! ¡Lo decía de coña, joder! Sonreír, tío. Vuelve a hacerlo.

El tal Shin hizo un gesto que Jooyoung interpretó como “precaución”. Estaba claro que no había tenido buenas experiencias de presentación en el pasado. Levantó una ceja, con curiosidad, y como se dio cuenta que Jooyoung seguía esperando a que repitiera la acción, finalmente lo volvió a hacer: volvió a sonreír. Pero esta vez solo media sonrisa.

Jooyoung no era una persona fácilmente impresionable. Más bien lo contrario. Tampoco era alguien que se obsesionara por las cosas o que le impresionan los gestos de las personas. Pero había algo en esa sonrisa, ahora falsa, que le tenía enganchado. No sabía qué era, pero podía entender sus reticencias.

- Tienes la sonrisa más bonita que he visto en un tío en la vida. ¿No te lo han dicho?

El chico le miró de forma extraña, casi ofendido. Regresó a su expresión seria, casi recta, en el asiento, casi perdiendo el interés en él. Bueno, ahora que reflexionaba, lo que había dicho había sonado muy… gay. O más bien como el inicio de una ronda de acoso personal. Pero no estaba pensando en ninguna de las dos, más bien había dicho lo primero que se le había pasado por la cabeza, sin pensar. Y esa era una realidad. Era la sonrisa más bonita que había visto en un hombre en su vida. Eso no era un delito, ¿no?

- Siento si te he ofendido, pero es lo que pienso. Dongwoo, ¿verdad?

El mencionado asintió despacio, volviéndose a resbalársele las gafas por la nariz. Repitió el gesto, el mismo de antes, ejecutado con total elegancia.

- Puedes llamarme Shin. Normalmente me llaman Shinnie.

Jooyoung asintió también, aunque no era capaz de entender por qué la gente le llamaba por el apellido.

- Prefiero llamarte Dongwoo. Me suena mal llamarte por el apellido.

- No te preocupes. Me llama así hasta mi madre.

Sorprendido, le miró fijamente. Era broma, ¿verdad? No conocía a muchas madres que llamasen a su hijo por el apellido. Era… raro. Pero bueno, no iba a preguntar demasiado. Tendría tiempo de sobra para averiguar más sobre ese chico tan particular.

- Y… ¿bien? ¿Conoces a alguien de aquí?

- Sí. A un par de chicas de ese grupo. Iban a mi clase. ¿Y tú?

- Por el momento a nadie. Bueno, salvando a ti, claro.

Shin hizo un ruido que sonó a risa y se contuvo la sonrisa. ¿Le había caído bien? ¡Más le valía! No tenía intención de juntarse con los macarras del fondo y esos dos de ahí seguían en la luna leyendo el manga sin importarles nada más. Y las chicas mejor a distancia. No quería meterse en una conversación sobre mascarillas de pelo antilluvias… y menos hablar de colonias, cremas y vete tú a saber qué. No, por dios. ¡Antes muerto!

- Los que han pirado han sido listos.

- ¿Cómo dices? -Jooyoung tuvo que adelantar la cabeza, para entenderle.

- Los que no han venido.

- Ah.

Vale, al parecer tenían pensamientos parecidos. Eso ya era un punto a su favor. En ese momento, el tutor de aquel año entró en tromba en clase, dando portazos, hablando a toda rapidez, lo que le obligó a sentarse bien. Ahora que lo pensaba no le gustaba la situación. Estaba en la segunda fila, lo cual, estadísticamente era una fila horrorosa. Más si estabas junto a la ventana. Las posibilidades de que te llamaran la atención o que te “invitaran” a dar clase eran clamorosamente altas. Bueno, siempre podía cambiarse.

- Ya veo que os habéis sentado. Que sepáis que el asiento que habéis escogido es vuestro hasta final de curso. Por favor, digan sus nombres y así apunto su posición en la clase…

MIERDA.

Tragó saliva, casi sudando. Buena manera de empezar la clase y el curso.

- Por cierto, os voy a pasar los formularios para los clubes. En la segunda mitad de la jornada podréis visitar los clubes y al final de semana me los entregáis. Recordad rellenar todos los campos o no serán válidas las solicitudes.

El viejo calvo ya le estaba poniendo de los nervios. Joder, acababan de empezar y ya les estaban estresando. Mierda de vida. ¿Por qué no podían quedarse eternamente en el colegio?

- ¿Sí?  ¿Puedes repetirlo? No te he oído bien.

Jooyoung negó con la cabeza al oír la expresión del tutor. Aún tenía el papel de solicitud en la mano y no le había dado tiempo a leer la mitad.

- ¿No hay un club de música?

No pudo evitar el instinto (y al volverse supo que toda la “escasa” clase estaba tan intrigada como él) y se giró para ver a Dongwoo, quien estaba sentado a su espalda.

- A ver… -El “viejo” empezó a leer la primera cartilla que tenía a mano, de las que todavía no había repartido- No. Ahora mismo no.

- ¿Y no se puede crear? -Insistió Dongwoo.

La tensión en la clase casi te podía cortar, era como si alguien estuviera amenazándoles con un cuchillo en cada garganta. Pero Jooyoung ansiaba la respuesta. Secretamente la ansiaba.

- Supongo que sí. Pero creo que deberías ir a dirección a plantear la propuesta. En cuanto terminen las clases, pásate por ahí y lo discutimos.

- Gracias, profesor.

 

El viejo fue atender a la petición de una de las chicas, pero Jooyoung desconectó totalmente. Observó al serio de Dongwoo, casi sin creérselo.

- ¿Club de música? ¿En serio? Guau…

- Si fuera viable, ¿te apuntarías?

Un momento… ¿Todavía no había club y ya estaba reclutando a gente?  No pudo evitar reírse.

- Señor Kim, compórtese. Estamos en clase.

A duras penas se sentó “bien” de nuevo, ya que no quería ganarse más reprimendas. Pero en cuanto el tutor volvió a despistarse, Jooyoung giró el cuello todo lo posible, para que su nuevo amigo le escuchase.

- Siempre que no nos pongamos a cantar como angelitos a punto de matar un gallo para el Señor, como el coro de la Iglesia, o te dé por querer tocar a Mozart con una flauta, me apunto. Espérame, que vamos los dos a Dirección.

La risa que escuchó fue genial. Ahora no podía volverse, pero quería ver su cara riéndose de verdad. Tenía que ser genial.

- ¡Shin y Kim, silencio! No toleraré comportamientos erráticos en ningún momento.

Jooyoung asintió y ahora se arrepentía de la elección de su asiento. Porque no quería estar delante… quería estar detrás de Dongwoo y reírse con todas las ganas del mundo. Algo le decía que ese chaval y él se iban a llevar muy bien.

Daba gracias en su interior a su madre.

A veces los días de lluvia eran sinónimos de buenos encuentros.

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? Sé que es una dinámica diferente a lo que suelo publicar. Espero que os guste :D y ¡me encantará saber vuestra opinión al respecto!

Hoy estoy contenta y en lugar de esperar al viernes que viene para el siguiente capítulo (dinámica que adoptaré a partir de la semana que viene), voy a actualizar el segundo capítulo este domingo :D

¡Nos vemos el domingo!


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