Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I’ll be your friend, bro… Forever and Always. por Kristy

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Sé que actualizo de noche! ¡Pero aún es lunes! Así que estoy dentro del plazo... :D ¡A disfrutarlo!

- Me voy con Jinyoung a Japón.

 Jinyoung. Jinyoung. Jinyoung. Puto nombre de mierda.

Cuando Dongwoo le mostró aquella tarjeta manoseada de la que ahora era su compañía discográfica, no se le pasó por la imaginación que alguien se hubiera fijado en él para contratarle. Ni por asomo. Una parte de él se sintió dolido, pero no en el sentido que cualquier persona pudiera pensar. No estaba celoso. Se sintió dolido por el hecho que la persona que era su único eje había tardado un día entero en decírselo. En ocultárselo, cuando podía habérselo dicho nada más salir del baño. Pero la otra parte sabía que no lo había hecho a mala fe. Le conocía como la palma de su mano, así que sabía que había sido su  miedo irracional a perderle lo que le había echado atrás. De hecho, la forma en que se lo contó, desganada, casi despreocupada, era lo que se lo confirmaba. Siempre hablaba así de su familia, sobre todo cuando había problemas gordos o estaba disgustado o asustado. Quitándole importancia, como queriéndose autoconvencer que era lo suficientemente fuerte como para que no le afectase, cuando por dentro estaba a punto de morirse de miedo o de pena.

La noche de aquel viernes de casi un año atrás, fue uno de los días más felices de su vida. Dongwoo llamó desde Seúl, llorando (porque era un llorica), para decirle que sí, que le habían cogido. Cuando volvió a casa al día siguiente, estuvieron horas en su cuarto charlando sobre sus impresiones. Le habló de que el grupo había tenido que buscar un nuevo componente por problemas con el que iba a haber sido el líder de la banda, cuyo nombre no sabía. Estaba preocupado porque le habían ofrecido ser el líder, ya que era el mayor en edad de los cinco componentes. Sin embargo, como le confesó Dongwoo, no se veía capaz. En teoría, como le explicaron los que ahora eran sus jefes (Su CEO y mánager), tenían previsto debutar en un año, por lo que solo tenía ese plazo para hacerse con el mando y confianza de sus ahora dongsaengs. A Jooyoung le cabreó esa falta de confianza en sí mismo, dado que había sido capaz de liderar una banda de rock con toda tranquilidad (durante su ausencia), encima siendo el vocalista principal. Ahora, por lo visto, no era el vocalista principal, sino que tenía que cambiar demasiadas cosas. Digamos que le habían adjudicado el puesto de: “para un roto y un descosido”. Es decir, que lo mismo tenía que bailar (eso no dudaba que lo iba a hacer bien), cantar, rapear… Pero ese no era el principal problema. Nunca había considerado a Dongwoo como alguien gordo. Era alto, cuadrado y tenía mucho músculo, gracias al deporte obligatorio del Taekwondo. De pequeño, por lo que recordaba, había sido el típico regordete de clase, con mejillas suficientes para apachurrar a gusto. Pero ahora no se le podía considerar “gordo” ni por asomo. O al menos, para Jooyoung su amigo estaba perfecto. Pero, por lo visto, para esa exigente industria estaba gordo, así que se iba a someter a una estricta dieta durante seis meses. Luego tenía que quitarse las gafas, por lo que ya le habían cogido vez para ir al oculista a quitarle las diotrías. Lo contradictorio era que le habían sugerido que se veía fenomenal con las gafas puestas, así que le iban a arreglar la vista, pero al mismo tiempo le iban a poner gafas de mentira… (¡Surrealista!). Por no hablar de su cara, vez para quitar cualquier rastro de granos. Y, para rematar, estaba la cuestión de que “tienes que dejarte crecer el pelo”. Cuando Dongwoo le contó esta última parte, se rió. Tenían que estar locos para sugerirle semejante estupidez. Él sabía lo que iba a pasar si Dong se dejaba crecer el pelo: sería el chico-chica más guapo del universo Kpop. De hecho, iba a ser muy posible que la gente no supiera distinguir si era hombre o mujer. El mundo al revés. Sintió un escalofrío y se preguntó a sí mismo si había hecho bien casi obligándole a atrapar esa oportunidad. Tenía miedo de que, con tanto cambio, Dongwoo cambiase irremediablemente y su encanto natural, su verdadera personalidad, acabase difuminada y perdiéndose para siempre. Ese fue su fugaz pensamiento, pero consiguió morderse la lengua. Pese a que estaba algo asustado, se le veía emocionado. Por primera vez desde que lo había conocido, Dongwoo sonreía abiertamente y bastante más a menudo.

Luego estaban sus compañeros: un rebelde demasiado orgulloso que no aceptaba órdenes por parte de sus Hyungs, un tal Sunwoo; Junghwan, un chaval que le caía muy bien (el hecho de compartir ser cortos de vista y ser obligados a ponerse a dieta a la vez, unía a cualquiera), pero que le costaba entender debido a su acento de Busan; luego Chansik, el más joven de todos, que le parecía un cachorrillo callado y perdido en medio de Seúl; y por último Jinyoung, el que consideraba que debía ser el líder de la banda. Lo dijo totalmente convencido y no dudaba de sus sinceras palabras. El tal Jinyoung era fuerte, carismático y tenía el control sobre los otros dongsaengs, cosa que Dongwoo, al llegar el último, no podía conseguir y más cuando los otros lo sentían como un invasor por ocupar el sitio del otro líder que se había marchado.

En aquella charla fue la primera vez que escuchó el nombre maldito: Jinyoung. Nunca pensó que iba a odiar tanto a una persona en vida. Al principio solo podía estar contento de que el inseguro Dongwoo tuviera alguien en quién apoyarse en aquella compañía, ya que hicieron buenas migas desde el principio. Hasta que empezaron las ausencias, las excusas y los olvidos. Dongwoo se le olvidaba avisar que estaba por el pueblo. Dongwoo que no podía quedar con él porque iba a ir a no se sabe dónde con Jinyoung. Dongwoo el que no hacía más que contar lo genial que era y el talento oculto que tenía Jinyoung en clase, hasta que se graduaron. Observó con impotencia absoluta cómo Dongwoo le dejaba en la estacada, como en cada viaje que hacía a Seúl un trozo de su amistad se rompía. Como en cada visita a Seúl, Jinyoung le arrebata su parcela correspondiente en su corazón, ocupándola él, cual ladrón. 

Se sentía solo cuando Dongwoo no estaba ese fin de semana en el pueblo. Inconscientemente se había encerrado en su casa, desganado. Era consciente de que ahora ya no compartía sus cigarros con nadie. Pese a que tenía que estudiar un montón porque, a diferencia de Dongwoo, no veía mucho futuro en la música, decidió hacer el examen de acceso a la universidad. Tal vez, si aprendía composición en la universidad, podría tener una oportunidad de ingresar en la industria musical, no como cantante sino como compositor.  Cuando las cosas aún estaban bien entre ellos, nueve meses atrás, Dongwoo fue quién más le animó a intentar el examen. Estaba convencido de que lo conseguiría. Además, le dijo que era buena idea, porque tendría que ir a Seúl para estudiar y así se podrían ver más. Con el entusiasmo en que lo dijo, lo convenció. En realidad, la única motivación era ir a Seúl. Pero no por la música, no huir de su pueblo, sino porque ahí estaba la única persona que le importaba en este mundo: Shin Dongwoo. Nunca en su vida se esforzó tanto. Tanto que si Dongwoo ponía excusas para no quedar, no les dio la debida importancia, creyéndole y esforzándose porque creía firmemente que mantendría su promesa de esperarle. Pero ahora se daba cuenta que estaba equivocado. Ahora entendía que su amistad, la misma que creía fuerte y estable, iba en una única dirección. Tal fuese que el hecho de estar enamorado de alguien imposible (porque era consciente que enamorarse de un hombre “No estaba bien”) lo había cegado y podía haber malinterpretado todo.

- Me voy con Jinyoung a Japón -Escuchó la frase con odio contenido y una decepción absoluta. No le respondió -. Joo… ¿me has oído?

- Sí, Dong.

Seúl estaba siendo bendecido con un espléndido día de verano, que parecía más primavera que otra cosa. No hacía calor excesivo, ni tampoco demasiada humedad, lo cual era el tiempo perfecto. A su lado, vestido con pantalones cortos y una camiseta de un conocido equipo de baloncesto de NBA, andaba Dongwoo, con el pelo a la altura de sus orejas, totalmente ondulado. Como había sospechado, el pelo largo solo alimentaba fantasías (sucias fantasías). Estaba bestialmente guapo. Entre la dieta, el pelo y su maldita sonrisa de felicidad absoluta, esa que no podía vivir sin ella, la transformación de alguien corriente a ídol estaba siendo asombrosa. Le dolía verlo. Le dolía saber que todos iban a contemplar al patito feo convertirse en el cisne más hermoso del lago. Le dolía que todos pudieran contemplarlo, fantasear con él, disfrutarlo, y él no podría hacer nada. Era egoísta, sí. Siempre había querido a Dongwoo para él solo. Por eso le jodía que Jinyoung en solo unos meses hubiera conseguido lo que él no había tenido valor de hacer. Llevárselo con él, atraparlo para él. No había que ser muy listo para saber qué pretendía ese imbécil yendo solos a Japón. ¿Dongwoo lo sabía? ¿Dongwoo era…

- ¿Le quieres? -Escupió la pregunta, rabioso, sin mirarle.

- ¿Eh? -Dongwoo se detuvo, sorprendido ante su reacción.

- Te he hecho una puta pregunta, Dong. ¿Le quieres? -Se volvió, ofuscado, incapaz de detenerse.

- Pero, qué…

- ¡Joder! ¡Es fácil! ¡Solo di sí o no!

- Pero… ¿A qué viene…

- ¡¿Crees que estoy ciego?! Dos tíos yendo juntos y solos a Japón. Encima coincide con tu cumpleaños y te lleva con él. No hay que ser muy listo, Dongwoo. Respóndeme de una puta vez: ¿Le quieres?

Dongwoo abrió la boca, atónito y totalmente sobrepasado por la situación. Podía ver su impotencia y su miedo. Esos ojos tan pequeños y bonitos, tremendamente tristes y reflejando un dolor palpable, casi imposible de describir. Sus manos nerviosas, incapaces de tomar una decisión por sí mismas. Esperó un rato a que le diera su ansiada respuesta, pero el rictus de Dongwoo le dijo que no iba a recibirla. Tal vez nunca.

- ¡Vete con tu “Jinnie” a Japón! Ya me ha quedado claro que si tú y yo fuimos amigos, hermanos, alguna vez, ya no lo somos. ¡Ni siquiera eres capaz de responder a una pregunta! ¡Una simple pregunta!

- Lo siento, Joo…

- ¡Déjate de Joo, para ti Jooyoung! Una última oportunidad… ¡¿Le quieres?!

Sabía que estaba siendo cruel. Sabía que no debía estar haciendo eso, sobre todo por la expresión de dolor, de miedo, que estaba mostrando Dongwoo en ese momento. Pero no podía parar. Solo quería saber si le quería o no para poder seguir adelante con su vida. Para alejarse, para huir, para masacrarse ante su propia cobardía, ante su triste realidad. Lo dejó clavado en el sitio y empezó a caminar, sin mirar atrás.

La verdad no supo bien el tiempo que había pasado entre que le había dejado ahí, hasta que localizó un banco y se sentó. En ese momento fue consciente del lugar. Un pequeño río, puentes y cemento por paredes. Arriba se podía oír el ruido de los coches. Empezaba a odiar la falta de verde de Seúl y a su inmenso parque de asfalto y cemento por doquier. Notó cómo algo le hacía cosquillas en las mejillas y se deslizaba, caliente y salada hacia sus pantalones. Sorprendido, se tocó la cara, dándose cuenta que estaba llorando. Solo en Seúl y llorando, sin nadie para cuidarle y protegerle. Solo y sin Dongwoo. La angustia salió por su garganta y se vio incapaz de parar esos sentimientos de odio, perdición y soledad que se concentraban en su pecho. La primera vez que perdía alguien importante de verdad. La primera vez que lloraba a pleno pulmón en público, humillándose.

- La respuesta es sí, Jooyoung.

Escuchó su voz desgarrada, mientras sentía sus cálidos dedos intentando detener su propia pena. Asintió, incapaz de decirle nada y tampoco impedirle que detuviera sus lágrimas. Cuando consiguió tranquilizarse un poco, tras pasarle Dong un pañuelo, para que se limpiase las lágrimas y se sonase, se sentó a su lado, en silencio, en el otro extremo del banco. Perdió de nuevo el concepto del tiempo, pero en ese momento no quería saber nada del tiempo. Quería saber si sería capaz de vivir sabiendo que Dong quería a otra persona que no era él.

- Cabrón con suerte.... -Masculló en voz alta, cabreado.

- Joo…

- ¡Te he dicho que no me llames así! -Gritó, colérico, asustándolo.

- Aunque le quiera, Jooyoung -Insistió, para su sorpresa -. No le quiero ni la mitad de lo que te quiero a ti. Estás malinterpretando las cosas… 

- Eso no es lo que parece, ¡idiota! – Se levantó de un salto de su asiento, encarándose con su amigo, todavía sentado, quién le miraba bastante desesperado – Entonces... ¿para qué cojones vas con él? -Preguntó, con voz cansada.

- Ha sido idea suya. Dice que sería buena idea conocer Japón antes de debutar, para conocer nuestro futuro mercado y callejear antes de hacernos famosos y no ser capaz de vagar por las calles por culpa de las fans. -Por primera vez Dongwoo fue rápido explicándose, mientras se levantaba y se ponía ante él.

Jooyoung negó. O Dongwoo pensaba que era estúpido o el estúpido aquí era él, quién no parecía entender nada. Lo agarró del brazo de mala manera y lo obligó a andar, tras detectar demasiadas miradas indiscretas. Odiaba la indiscreción y ser observado, sobre todo en una conversación tan importante como esta. Cuando consiguió encontrar una esquina recogida en una de las calles por las que estaban vagando (no sabía dónde estaba, ni le importaba ahora mismo), se detuvo y empujó a Dongwoo contra la pared. Lo vio quejarse, dolorido, mientras se frotaba el brazo con el que le había arrastrado hasta ahí.

- Dongwoo…Jinyoung no quiere ir a Japón por esa gilipollez.

- ¿Por qué estás tan paranoico con eso, ¡joder!? -Por fin su amigo mostró algo de nervio.

- ¡Porque es lo que hubiera hecho yo, si hubiera sido más listo entonces!

Lo vio parpadear, confuso, muy confuso. Estaba completamente perdido. Definitivamente no entendía nada. Tal vez iba a cometer el error de su vida, pero prefería jugársela ahora.

- Jinyoung es gay, no hace falta que lo niegues. Te lleva a un país donde nadie te conoce para “enredarte”. Tú le quieres -Dongwoo tragó saliva -. No lo niegues tampoco, lo acabas de afirmar. No soy un cabrón, ni un hipócrita. No pasa nada porque te gusten los hombres, Dong. Pero preferiría que de todos me eligieras a mí, no a ese palo estreñido. Y si pudiera obligarte, te ataría para que no fueras a Japón con él.

- ¿Eh?

- Estoy diciendo que preferiría que me amaras a mí y no a él. Porque estoy enamorado de ti. En realidad me enamoré de ti y esa sonrisa tan preciosa que tienes desde el mismo instante que nos conocimos. ¿Por qué crees que te pedí que me prometieras que me esperarías? ¿Por qué crees que siempre estuve a tu lado? ¿Por qué crees que me pegué la paliza del siglo para entrar en una universidad que a nadie le importa solo para poder estar en Seúl, lo más cerca de ti posible? Durante todo este tiempo, creí que debía amarte en silencio porque en casa sería mala idea decir: <<¡Eh, tíos! ¡Soy gay y estoy enamorado de mi mejor amigo!>>

- Joo… -Su expresión se tornó sombría y casi oscura.

- Puede que me haya equivocado, puede que tengas tanto miedo para negarlo. Ni siquiera sé si yo mismo soy gay… Pero lo único que sé es que te amo. Solo a ti, Dongwoo.

Cerró la boca. Al ver su expresión supo que todo había acabado entre ellos. El cómo evitó la mirada, cómo bajó la cabeza, fueron las primeras pistas.

- Jooyoung… Yo… Tengo que pensar… -Apenas escuchó sus balbuceos.

- Vale.

- Adiós.

- Adiós.

Dongwoo marchó cabizbajo. Se obligó a verle marchar, siendo cada vez más pequeño en la lejanía y cada vez más difícil de divisar entre la gente.

- Adiós, Dongwoo. Espero que alguna vez seas capaz de mirarme a la cara, que seas capaz de sonreírme como sonríes con él. Adiós. -Susurró al viento, sintiéndose como una cáscara vacía, como un cuerpo muerto sin circulación sanguínea porque ya había dejado de funcionar y de existir.

El amor era la sensación más genial del mundo... Siempre y cuando la otra parte te corresponda.

No se arrepentía en absoluto, pero sí de haberlo dejado ir.

Amar es una mierda, tío. Una mierda…

Notas finales:

¿Qué os ha parecido el capítulo? Es intenso...  Muy intenso. Pero tranquilidad. El próximo capítulo (el penúltimo, por cierto), se titula beso. Se publicará el viernes 26, después de Navidad :D

¿Reaccionará Dongwoo a tiempo? A ver qué pensáis que puede pasar en el siguiente capítulo :D.

Sin embargo, quiero avisar de que publicaré un two shot crack fic (no voy a dar más pistas) el día de Nochebuena, día 24, y su segunda parte el día de Navidad, el día 25). Para que estés pendientes por si queréis matar el tiempo hasta el día 26. Será mi particular regalo de Santa Claus a mis fieles lectores :D


Por si acaso... ¡FELIZ NAVIDAD A TODOS! Disfrutad de estas entrañables fiestas en compañía de vuestros seres queridos.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).