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I’ll be your friend, bro… Forever and Always. por Kristy

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Notas del capitulo:

A mí que no me digan que el Joonu no existe: Para muestra lo que pasó ayer por Twitter.

http://banasubbers.tumblr.com/post/103289318671/cnu-and-jooyoungs-twitter-conversation

No sé cuántas pruebas necesitan las banas ya...

 

Cuando abrió la puerta de aquella sala llena de polvo, oscura y que necesitaba un lavado de cara urgente, su corazón se hinchó de orgullo. Por fin podría hacer música. Dongwoo llevaba respirando, viviendo, oyendo y casi sintiendo la música desde que había nacido. La música era su musa y, en muchas ocasiones, su única vía de escape. De acuerdo, era música trot, música tradicional lo que dominaba, pero… desde hacía relativamente poco había descubierto el rock, el blues y el jazz. Por alguna razón, él quería probar esos estilos que en casa sería imposible de practicar.

 

Miró a su derecha, al chico alto y desgarbado que se le había acoplado el primer día de clase. Les había llevado una semana, pero al final consiguieron ser seis en el club, tras hablarlo con algunos de su clase y con otros hyungs, y los profes les dieron el visto bueno. De hecho, uno de los profesores se había comprometido a comprar los instrumentos que necesitasen en cuanto tuviesen claro qué era lo que iban a hacer. Desde luego, se había convertido en su ídolo.

- Vamos a tragar más polvo que si nos pusiéramos a fumar el tubo de escape de la moto del loco ese de tercero -Dijo Jooyoung, mosqueado.

- Joder, ya te digo -Le respondió otro de los compañeros, un chaval llamado Minho.

Dongwoo solo quería reírse. No era muy de risas, pero cada vez que Jooyoung abría la boca y soltaba una de esas frases rarísimas, que no sabías si era broma o un galimatías, le entraba la risa. Al principio, cuando se sentó sin más delante de su asiento de clase, pensó que era el típico tío que le encanta humillar a la gente desde el principio, para marcar víctimas  y luego crear su “campo de acción”. Pero se había equivocado totalmente, por fortuna.

- Pero va a ser nuestra sala de ensayos, así que si queremos que el profe nos compre los instrumentos, vamos a tener que adecentar todo esto.

- Nos va a llevar siglos, tío -Se quejó Jooyoung, secundado por el compañero “extra” que se había prestado voluntario a ayudarles. Un alumno que estaba un año por encima de ellos, pero que era majo.

- Yo me apunto, siempre y cuando me asignéis la batería. No quiero tocar otra cosa que no sea la batería.

- Ya, ya… no seas quejica, Minho  -Jooyoung le dio unas palmadas en la espalda, mientras le pasaba la escoba -. Yo voy a por la fregona.

Dongwoo atravesó la habitación grande y oscura, para alcanzar las ventanas y correr “las cortinas”. Las mismas que se le quedaron en la mano, rotas y pringándole de polvo, que casi se asfixia. Entre toses y estornudos consiguió abrir la ventana. Tras recuperar el oxígeno, y sacar la cabeza de la ventana, casi se estrella contra un palo de madera.

- Tu escoba. A ver si te piensas que por ser el “fundador” te vas a librar…

Agarró el dichoso palo que le ofrecía Jooyoung y se puso manos a la obra.

 

Cuatro horas más tarde, la noche ya había caído y solo quedaban Jooyoung y Dongwoo, mirando la sala ya “decente”. Habían logrado quitar las primeras capas de polvo del suelo, de la mesa que había ahí y de la pequeña plataforma de madera, que muy seguramente usarían para colocar la batería.

En cuanto guardó la escoba, se sentó en medio de la ahora sala del club de música, al lado de Jooyoung. Este se tiró en el suelo, tumbándose, apoyando sus manos sobre su estómago. Dongwoo simplemente se sentó, cruzando las piernas, y apoyando el resto del cuerpo sobre sus manos.

- No está mal, para estar improvisado.

- Ya, Dong.

- ¿Dong?

- He decidido que te voy a llamar así. Si no te gusta, te jodes.

Dongwoo se rió con ganas, ignorando el comentario agresivo de su amigo. Solo lo conocía desde hacía diez días, pero había algo entre ellos que le gustaba. Se sentía cómodo, seguro, confiado en su presencia. A veces se perdía en esas comparaciones extrañas que convertía a Jooyoung en una persona despreocupada. Tenía la mala costumbre de decir lo primero que pensaba, sin detenerse a pensar las consecuencias, lo que le metía en problemas a veces. Pero no tenía mal fondo el chaval, más bien al contrario. Para él no había ni buenos ni malos, solo gente y “colores” de gente. Nunca se ponía nervioso, y si lo hacía no lo aparentaba. Pero lo que más le gustaba es que no juzgaba a nadie de entrada.

- Entonces…Te voy a llamar Joo, yo también. Y si no te gusta, te jodes.

El otro rió desde el suelo, divertido. Torció el cuello para verle.

- ¿Has pensado qué propósito y objetivos quieres para el club, Dong? Recuerda que tenemos que dárselo al “héroe” nacional antes del fin de semana.

- Había pensado que podríamos hacer estilo rock. Somos seis, así que… como ya tenemos batería, nos haría falta un guitarrista y un bajista al menos.

- ¿Y qué hacemos con el otro? Vamos, quedamos tres.

- Yo quiero cantar. ¿Tú?

- Supongo que podría hacerme con otra guitarra. Aunque prefiero el piano. Y rapear. Me gusta rapear.

- ¿Quieres meter rap en la música rock? ¿En serio, Joo?

- ¿Por qué no? La música es el medio perfecto para experimentar. Es nuestro club tío, hagamos la música que nos dé la gana.

- Ummm… ¿Por qué no?

 

Dongwoo se tumbó finalmente en el suelo, al lado de su compañero. La idea era un poco descabellada, pero tenía más sentido de lo que parecía. Siempre había soñado con montar un grupo de música que no fuese tradicional. Para eso ya tenía a su madre y a su hermana cantando y tocando a todas horas en su casa. Quería algo diferente. En realidad, soñaba con ser famoso y cantante, y tener un grupo de éxito. Cuando encendía la tele en los pocos momentos que disponía libres para ello (y porque su hermana, le gustase o no, era fan de algunos grupos de pop) podía ver la fama, los lujos que tenían aquellos cantantes. Muchos respetados y con pisos alucinantes en Seúl. Para él, que era de pueblo, Seúl era como un laberinto fascinante, de poder, lujo y fama.  Una parte de él soñaba. Soñaba en ser famoso y tener su piso en Gangnam y salir de aquel pueblucho y de casa. Si conseguía el objetivo podría darse por satisfecho.

- Entonces… ¿Qué? ¿Le empapelamos al pringao del último curso la guitarra y nos quedamos como vocalistas? -Jooyoung rompió el aparente silencio y le sacó de su ensoñación.

- No le llames pringado. Tiene un nombre,  ¿sabes?

- ¡Oh, vamos! Si ese no quiere estar en el club para hacer música. Lo único que quiere es ligar con las chicas. ¿No te has dado cuenta?

- Da igual. Necesitamos un mínimo de seis personas en el club. Como si no hace nada y hace de “mánager”. Me es indiferente.

- Joder, no te lo tomes tan a pecho lo que digo -Masculló, molesto.

- Deberías controlarte un poco. No creo que seas capaz de llegar vivo a fin de curso a este ritmo.

- Me habla don perfecto. El que se mete en líos sin querer.

- Yo no me meto en líos, Jooyoung.

- ¡Sigue soñando! ¿Voy a poder rapear o no? Es la cuestión importante aquí.

- Haz lo que te dé la gana, capullo.

- ¡Bien!

Jooyoung se levantó de golpe, aplaudiendo. Dongwoo le observó desde el suelo, como si el tipo se hubiera vuelto loco. Tal vez lo estuviese. Llevaba pensándolo seriamente desde hace diez días.

- Por fin has dicho una palabra malsonante por voluntad propia. ¡Hay que celebrarlo!

Se agachó para cogerle la mano y tirar de él. Con apenas resistencia, y eso que Dongwoo pesaba bastante, consiguió empujarle y levantarlo. Una vez de pie, le puso un brazo sobre los hombros, pegándose a él.

- ¿Sabes, Dong? Creo que vamos a llegar lejos.

Le miró con curiosidad. No conocía a una persona con más energía que él. La verdad es que no sabía por qué a él le obligaban ir a clases de Taekwondo cuando al que era claro que le venían bien para eliminar energía de sobra era a Jooyoung.

- ¿De qué hablas?

- En cuanto seamos capaces de hacer un repertorio que dé para una hora de concierto, nos presentamos -Dijo con seguridad, mirando a la plataforma donde iría la batería.

- Pero eso nos va a llevar tiempo. Al menos todo el curso.

- Pues entonces tenemos que marcarnos objetivos. Para el final de este semestre tenemos que tener por lo menos siete canciones de repertorio. Propias.

- Tú estás loco. -No pudo evitar reírse, incrédulo ante lo que consideraba una sarta de tonterías.

- Estaré loco. Pero si queremos que esto funcione, tenemos que ser ambiciosos.

No pudo replicarle. En el fondo, muy en el fondo, estaba totalmente de acuerdo con él. Solo que Jooyoung quería resultados inmediatos y Dongwoo estaba pensando en el plazo de los cuatro años restantes que le quedaban en ese sitio, hasta graduarse. Nunca se había imaginado que Jooyoung era tan ambicioso. Parecía justo lo contrario: pasota, despreocupado… Jamás hubiera sospechado que había una persona ambiciosa en su interior. Al menos, parecía que amaba la música tanto como él. ¿Qué clases de sueños tendría? ¿Serían parecidos a los suyos?

- A mí me gusta escribir la letra de las canciones. Si quieres podríamos intentar componer juntos.

- ¡Buena idea, tío! A mí se me da bastante bien crear melodías. Si lo combinamos, podemos hacer que los otros aprendan su parte. ¿Tienes algo ya escrito? -Preguntó Jooyoung, con los ojos casi emocionados.

- La verdad es que sí. Pero está en mi casa.

- ¡Tráelo mañana! Quiero leerlas antes de ponerme a pensar en melodías. -Le animó, mientras lo arrastraba fuera del aula. 

- Vale.

- Ahora cerremos el chiringuito y vayamos a jugar a los recre. ¡Echemos una partida juntos!

Cerraron la puerta y fueron a la conserjería, a dejar las llaves. Como aún no estaba totalmente configurado el club no les habían dado las copias. Más tarde se fueron a un centro de juegos recreativos que había a tres manzanas del instituto. Ahí estuvieron dos horas matando el tiempo (matando a bichos, derribando naves o simplemente jugando a las carreras de coches).

 

Cuando Dongwoo se despidió de su colega para ir en dirección contraria a la suya, a su casa, empezó a sentirse solo. No le gustaba mucho estar en su casa. Especialmente porque no sabía si su padre vendría “contento” y le arruinaría el día, para variar. El ambiente en casa no era precisamente un sinónimo de paz. Era consciente que su hermana volaría pronto, en cuanto tuviese la oportunidad, así que se quedaría solo con sus padres. La perspectiva no le motivaba demasiado. Quería ponerse a trabajar en cuanto antes, dejar aquel agujero que le deprimía cada dos por tres e ir a Seúl, una ciudad que lo tenía todo. Tal vez debía ser ambicioso como Jooyoung. Pero es que nada se le daba bien…

Era un negado para los deportes, por más que insistiesen sus padres (odiaba la clase de Taekwondo), para las competiciones de cualquier cosa (menos al Juego Pepero, eso se le daba muy bien) y tampoco era un as en los estudios, precisamente. A veces se levantaba preguntándose eso mismo: ¿Para qué se levantaba? Se sentía muchas veces como un despojo social, siempre hundiendo las expectativas que su familia tenía depositada en él. Se suponía que era el hombre de la casa, el que iba a ser el cabeza de familia… y era un fracasado total. A veces se preguntaba por qué su hermana había nacido mujer y no hombre. Tenía el arrojo, carácter y confianza que no tenía él. Tal vez lo había conseguido para intentar protegerle a él. Así que como su vida era como era, para que no se fijaran demasiado en él, había decidido optar por el perfil “bajo”. Ni era gracioso, ni destacaba. El perfil perfecto para que no se metieran demasiado con él y poder vivir su vida tranquila fuera de casa.

 

Su nuevo amigo… No pudo evitar sonreír, ahora que no le veía nadie (no le gustaba hacerlo, la gente se le quedaba mirando fijamente y encima tenía esas dos paletas conejo que odiaba con toda su alma). Le caía bien. Por alguna razón que no entendía muy bien, se le había pegado en el primer día de clase y le había interrogado a palo seco, como si de esa clase fuese el único interesante. Fue… raro. Cuando fueron juntos a la dirección a rogar que les dejaran crear un club de música, fue tan insistente, tan genial dando el discurso, tan apasionado, que si habían tenido una oportunidad, había sido gracias a él. Dongwoo no era persona de discursos. Prefería escuchar y opinar, pero no solía tener iniciativa. El hecho de que aquel chico la tuviese y encima le apoyase, le parecía aún surrealista. Solo esperaba que Jooyoung no se cansara de él a la primera. Le gustaría conocerle mejor y, ¿quién sabe?, en un futuro ser su mejor amigo.

 

Cuando lo comentó en casa, se alegraron. Especialmente su madre y su hermana. Claro que no les dijo que era para montar un conjunto de rock. Prefería sorprenderlas el día que tuvieran la fiesta del instituto y aparecieran por ahí.

- Rap con rock… -Susurró en voz alta, sin importarle que los vecinos le vieran y pensaran que se había vuelto loco -No es mala idea...

Cuando llegó a su habitación, la música hizo acto de presencia. Posters, discos tirados por el suelo, el cuaderno donde escribía lo que le venía a la cabeza, su diario… Su cuarto era su búnker, donde podía aislarse del mundo y hundirse sin que nadie se enterase. ¿No podía tener una familia normal, como todo el mundo? Cogió su cuaderno de escritura y empezó a echarle un vistazo.

 

Cutre.

 

Penoso.

 

Soy nefasto.

 

Pasó las hojas hasta llegar a una en blanco. Agarró el lápiz y lo apoyó encima, como si así, por arte de magia, las letras iban a fluir. Pero no pasó nada.

Se levantó y buscó el reproductor de música. Escogió un cedé entre los que tenía por la mesa y lo colocó, cerrando la tapa. Tras darle al play, la música de Usher salió por los altavoces, resonando entre las paredes.

 

Música.

 

Porque no había mayor placer en este mundo que crear música a través de la música.

Notas finales:

Como prometí, hoy domingo actualizo el segundo capítulo :D

Desconozco los nombres del resto de amigos de la banda que tuvieron Jooyoung y CNU, así que me los he inventado. Espero que me perdonéis por la osadía pero dejarlos sin nombre me parecía un poco... Pero he puesto este fic como AU, así que creo que me permite el lujo de esta licencia "creativa" ^^.

También aviso que tocaré el tema del padre alcohólico de CNU por encima, sin meterme demasiado, pero no lo voy a ignorar. Pero va a ser en versión light.

No sé si os convence o no la historia, pero... Me quedo con la ilusión de que hay más fans secretas del Joonu de lo que pensaba ;-) Me quedo con ese regocijo interno :D

A partir de ahora, solo puedo actualizar semanalmente, porque en diciembre tengo exámenes y es muy difícil sacar tiempo para actualizar. Espero que lo entendáis también. 

Por tanto, nos veremos el viernes 28, con el tercer capítulo que se titula:Cigarros

¡Hasta el viernes!


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