Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The lords of the mafia por Momoka Black

[Reviews - 172]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola hola mis queridos lectores!

Les saludo nuevamente y les traigo un cap nuevo de este fic!

Muchas gracias por comentar esas bellas palabras y preciosos mensajes, los aprecio mucho mucho!!

Saludos para: magic_lovers23, teddy sama, cho-chan, himitsu akira, paoaneko1, Pansy-Valentine6661, felly, AkariBL, Anónimo, Tp, Eizbeth722 y Gargolita. 

Quienes tengan sospechas de lo que pueda suceder, en este cap habrá mas!

Un poco de AoKise para la querida Pansy jeje

habrá  mas momentos de las demas parejas para el proximo cap!

A leer!

 

—No fue un buen plan después de todo…¡Auch! ¡Ten más cuidado Kise!

—Deja de moverte tanto, Aominecchi, que tienes un buen golpe.- el rubio le colocó un hielo en el ojo morado a Aomine-No creí que esto llegase a este punto.

—Kise-kun, hay que comprenderlos. Los secuestran, los golpean, los subastan, nosotros los “rescatamos” y ahora les decimos que están en nuestro poder.- Kuroko suspiró sobándose el vientre-Francamente yo les hubiera volado la cabeza.

—Pues a Black widow poco le faltó para volarle la cabeza a Aominecchi.- se acercó al peliceleste para murmurarle en voz baja-Y junto con el pequeño castañito son dinamita pura. No creí que entre los dos pudieran sacarnos a todos. Vaya que el Kumicho debió enseñarles bien.

El caos había hecho muchos estragos en pocos minutos. ¿Cómo sucedió todo eso?

Una vez que Nijimura soltó esas palabras provocó que los chicos se pusieran histéricos. Hanamiya, pese a estar herido, agarró todo lo que tuviese al alcance y comenzó a arrojárselos. Kouki le apoyó poniéndose de nuevo furioso y haciendo uso de todo su malgenio los fue orillando, Kotaro se aterró al verlo con algo en las manos. Aomine se hizo el valiente pero no contó con que eso no le importaría a Hanamiya quien le dio con un cenicero en la cara. Akashi hizo señas de que salieran y después tratarían de hablar con ellos. Lastimosamente tomaron de rehén a Kasamatsu junto a Kotaro. Hyuga también se había quedado junto a Reo y Kiyoshi se quedó también dentro.

—Son los protegidos de un Kumicho, ¿Qué esperaban? Me da mucha pena su situación.- habló Kagami viendo la puerta-Kuroko tiene razón: debemos comprender su punto de vista. Actuamos de manera muy inconsciente.

—Lo sé, Kagami, pero no les queda de otra. Es estar con nosotros o sin nosotros.- gruñó Aomine cuando Kise le puso otro hielo-Esas alimañas no tardarán en dar problemas. Querrán tenerlos de nuevo.

—Los Kumichos ya fueron a solucionar esto. Pero quien más me preocupa es Shuuzou-san.- Akashi señaló discretamente al deprimido pelinegro que estaba en un sillón no muy lejos de ellos-Shun reaccionó de una manera muy inesperada.

—Lo siento, Akashi, pero él reaccionó como debía reaccionar.-Kuroko resopló haciendo que el emperador le mirase contrariado-Tan solo pongámonos en sus zapatos: tuvo que huir porque estaba solo y con ese viejo sobre él, tuvo que hacerlo para darle algo de paz y seguridad a su bebé, alejarlo de este mundo, brindarle una familia, protegerlo de quien sea. Ya no solo era él, era también su hijo. Cuando pasas a ser madre, tu única y principal prioridad son tus hijos, lo demás pasa a segundo plano. Si yo hubiese estado en su lugar…hubiese huido para siempre.-le puso una mano en el hombro al verlo serio-No es lo mismo que ustedes sienten, Akashi-kun, no sabes lo que siente una madre, lo que haría una madre por proteger a su hijo.

—Nijimura, lamento lo que Kazunari te dijo- Midorima se dirigió a un cabizbajo Nijimura quien apretaba los puños-No debió hacerlo.

—No, Shintarou, él tiene razón. Yo no fui capaz de proteger a Shun y estuve mal en pretender volver a su vida imponiéndome sin importarme su opinión.-suspiró recargándose en su asiento agradeciendo en silencio el puro que Akashi le ofrecía-No debí actuar así. Únicamente en lugar de lograr su confianza, estoy ganándome su miedo y su desprecio.

—Lamentablemente no están en posición de irse de aquí. Si salen de la mansión volverán a ir por ellos.- Akashi prendió su puro junto al de Nijimura-Y no quiero que Kouki esté en una subasta como esa.

—Nadie quiere eso, Akashi. Ahora ¿Cómo haremos para que nos escuchen?

—Primero debemos dejar que se tranquilicen, ya que si entre dos nos sacaron, no quiero ni imaginar lo que nos harían todos en ese estado.-Kuroko se levantó de su asiento-Miren a Aomine-kun, que por idiota casi le dejan sin cabeza.

—¡Oi, Tetsu!

—Él tiene razón, Aomine, si Hanamiya Makoto estuviese sano no te hubiese dejado vivo. De todo ellos, es la fiera más peligrosa.- murmuró Midorima bebiendo un trago que Miyaji le había servido-Tengo los reportes, su entrenamiento por parte del Kumicho fue intensivo y muy estricto. Si fuese un mafioso, sería un perfecto líder y estratega. Además de un excelente francotirador.

—De eso no lo dudo, y Kouki no se queda atrás. Debe conocer su lugar.

—Jaja, quiero ver eso Akashi. Mira que es una fiera. ¿Seguro que es un chihuahua?- Kagami no se ahuyentó por la mirada fulminante de Akashi-Porque parece más bien un doberman.

—Ya le enseñaré a ser una leona.

—Discutamos eso después y pensemos en un plan. ¿Cómo vamos a entrar y hacerlo en una pieza?

Todos se pusieron a pensar en dicho plan para poder entrar y hablar tranquilamente con ellos. Debían apurarse porque Nijimura estaba histérico y cuando estaba así se ponía de un genio terrible. Mientras Kuroko procedía a calmarlo los demás se quedaban pensando en miles de ideas. Pero algo faltaba…más bien alguien.

—¿Dónde está Murasakibara?

—En su alcoba con el otro chico…-a Aomine se le iluminó la mente-Tengo una idea. Traigan a Murasakibara y díganle que traiga a su novio.

—¿Un intercambio? ¿Estás loco, Aominecchi?

—Hay que negociar, nosotros tenemos aún algo que ellos quieren. Es un trato viable: que nos escuchen a cambio de ver a Himuro Tatsuya.

—No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento con este plan, Daiki.

—Tonterías, Akashi. Mi plan es excelente.

—Bueno, hay que darle un voto de confianza.- intervino Kagami-¿Qué es lo peor que puede pasar?

.

.

—¿Decías algo, Taiga?- murmuró Akashi con unas venitas en la frente mientras veían al gigante morado dar de golpes en la puerta y vociferando-Les dije que algo no iría bien.

—Maldición Ahomine, no vuelvo a meter las manos al fuego por ti.

—¡Muro-chin, regrésenme a Muro-chin! ¡Los voy a aplastar!- un bramido aterrador de “¡FUERA!” por parte de Hanamiya le hizo retroceder y callarse. El morado se sobó el golpe en su cara y fulminó al peliazul moreno-Mine-chin, por tu culpa me quitaron a Muro-chin, te aplastaré.

—No fue mi culpa. A ver, tú te le hubieras puesto al brinco a ese demonio ¿Eh?

Murasakibara, pese a sus protestas, llevó a Himuro quien estaba muy feliz de encontrarse con los suyos. El grandote lo llevó en brazos hasta la habitación donde estaban los demás y pronto comenzó a llamar a su hermano. La puerta abrió y pronto un pequeño pelinegro jaló a su Muro-chin para dentro de la habitación. Murasakibara por esto quiso entrar pero Hanamiya, molesto, le aventó un cenicero directo a la cara cerrándole la puerta en las narices.

—Bien, el plan se fue al carajo. ¿Qué sigue ahora?

—Lo que debimos hacer en un principio: esperar a que se calmen.- apareció Nebuya todo vendado como si pareciese una momia, siendo ayudado por Mayuzumi-O les pasará lo que a mí.

—El chihuahua es de temer.

—O un plan extra.

—Kagami-kun, si tu plan no resulta te mando a dormir con Nigou.

—¿Qué plan es, Taiga?- inquirió Nijimura-Mas vale que sea efectivo.

—Lo será, Ou-sama. Mi plan es enviar usar una carnada, un mediador.

—Oh si claro, enviemos a Daiki para que lo terminen de lapidar.- siseó Akashi en tono sarcástico-Nos odian, Taiga. A todos.

—No a todos, porque solo son pocos los que están metidos hasta el fondo.- miró hacia dentro-Kasamatsu está ahí y puede tratar de hablar con ellos. Una fiera con fieras se debe entender ¿No?

—Kasamatsu-san…Aominecchi, si algo le pasa a Kasamatsu-san no habrá “ya sabes qué” y te despides de Mai-chan.

—¡¿Por qué me amenazas a mí?!

—Porque eres mi marido y él mi hermano mayor.- el moreno tragó saliva-Y fue tu culpa en primer lugar.

Aomine oraba por dentro que Kasamatsu tuviera suerte. Porque vivir sin “eso” era algo aterrador.

 

Momentos antes

 

Ya todos ellos se habían calmado gracias a que Hanamiya y Furihata los habían sacado por la fuerza. Kotaro no pudo irse porque nada más el castaño le miró se quedó como un niño asustado, y más porque lo amenazaba con un cenicero. Kasamatsu se quedó ahí para tratar de mediar con ellos, luego de que Kotaro lo sujetara por el miedo. Hanamiya trataba de calmar a un consternado Reo mientras que Takao abrazaba a un lloroso Izuki quien se sentía a morir por lo que había pasado. Hyuga trataba de ayudar a Hanamiya mientras Kiyoshi cuidaba que Hanamiya no se excediera.

—¿Por qué? ¿Por qué no pasa esto?

—Trate de calmarse, Reo-sama, no le hace bien.

—Reo, tranquilízate. Algo podremos hacer.- suspiró Hanamiya pasándose una mano por los cabellos-Solo tenemos que calmarnos y pensar en algo.

—No hay nada que pensar. Ya lo he dicho. Ustedes se irán de aquí.- Takao abrazó a un ya más calmado Izuki-Se irán de este infierno.

—Nos iremos todos mocoso, no te dejaremos aquí.- gruñó Hanamiya-Ninguno de nosotros quiere volver a vivir este infierno.

—¿Volver? ¿Ustedes también?- inquirió Takao-¿Qué pasa? ¿Qué es lo que nos ocultan?

—Ya es momento que lo sepan.

—Reo, ¿Estás seguro?

—Lo estoy, Makoto, no puedo seguir ocultandolo.- Reo tomó un amplio respiro antes de continuar-Esto es algo que yo iba a decirles cuando fuese el momento propicio. La razón por la cual yo…estuve involucrado con la mafia.- los demás le miraron atónitos-Yo…yo fui amante de un líder mafioso.

—Reo-san…- Takao se acercó quedando frente a él viendo sus ojos tristes-¿Qué fue lo que te pasó?

—Hace muchos años, concretamente hace más de veinte, fue que todo comenzó. Yo, al igual que ustedes, soy huérfano. Nunca supe quienes fueron mis padres, desde bebé fui cuidado por Masaaki-sensei. Él me educó, me dio todo lo que soy, ha estado conmigo siempre. Me dio una vida muy distinta y alejada del mundo de la mafia.

“Me encantaba la danza, y sensei fue muy complaciente conmigo al hacer mis sueños realidad y darme todo lo necesario para aprender danza. Hacía pequeñas representaciones en un pequeño teatro en el centro de Tokyo, exclusivo del sensei, donde se servía té y bocadillos. Un lugar neutral donde todos podían convivir sin temor a represalias.

“Todo cambió cuando en un acto, vi a un hombre que me robó por completo el aliento. Era tan atractivo, tan guapo, tan irreal. Nuestras miradas se conectaron y todo desapareció, si antes bailaba para deleitar a todos, en eso momento bailaba para deleitarlo a él. Cuando acabé el número, la mesa en la que estaba él rompió en aplausos encabezados por él. Antes de retirarme, caminó velozmente hasta mí y me extendió una rosa roja. Me fui a mi camerino con el estómago repleto de mariposas y el corazón acelerado.

“Cada día aparecía para verme y darme en persona una rosa, se volvió una bonita rutina. Una noche, para celebrar mi cumpleaños número catorce, sensei organizó una gran fiesta con sus conocidos más cercanos en su mansión. Me sorprendió cuando él se apareció entre los invitados y me extendió una serie de obsequios. Ahí fue que supe su nombre: Blake Gold, próximo heredero del clan Gold y líder de la mafia de América.- los demás, excepto Hanamiya, tragaron saliva. Kasamatsu se quedó boquiabierto y Hyuga se quedó con un amargo sabor en la boca-Él, en aquel entonces, tenía casi veinte años. Estaba en Japón para establecer vínculos entre ambos imperios. Pidió al sensei ser mi acompañante esa noche y a regañadientes aceptó. Esa noche bailamos como si no hubiese un mañana y a partir de ahí nos fuimos conociendo.

“Meses después, Blake pidió permiso a sensei para poder cortejarme apropiadamente debido a que estaba enamorado de mí y yo de él. Sensei accedió y al lado de Blake viví momentos maravillosos. Los mejores momentos de toda mi vida…hasta que nuestro amor se vio amenazado por un ser, un maldito monstruo.- su voz se ensombreció llenándose de odio y melancolía-Nijimura Tomoya.

“Pronto fui objeto de atención por parte del Ou-sama quien constantemente me hostigaba y molestaba. A tal grado de que en un evento se dio un momento tenso entre los hombres de él y los de Blake porque no dejaba de hostigarme. Frente a todos, el Ou-sama me reclamó como suyo pero Blake fue más oportuno alegando que muy pronto yo sería suyo mostrando un anillo que me había dado como señal de nuestro compromiso. El Ou-sama juró vengarse. Y lo cumplió.

“Una noche, huiría con él a América para que estuviésemos a salvo. Pero cuando yo llegué lo que vi me destrozó: vi su cuerpo moribundo en el suelo en el aeropuerto donde me esperaría en su jet privado. Había sido el Ou-sama el causante de todo eso.- sollozó recordando los trágicos momentos-Me pidió que escapase, que huyera de ese lugar, que protegiese al niño que iba a nacer de mí…él se dio cuenta de que estaba esperando un hijo suyo.-fue un momento de sorpresa para todos-No quería dejarlo ahí y quería ayuda para él, pero ya era tarde. Blake murió en mis brazos susurrando con su último aliento lo mucho que me amaba y lo mucho que le agradecía a la vida el haberme conocido.

“Sensei llegó y me sacó de ahí para ponerme en una casa de seguridad, él ya sabía de mi estado y debía ponerme a salvo para que la maldad del Ou-sama no nos alcanzara. Makoto estuvo conmigo siempre y no me abandonaría en estos momentos. La muerte de Blake me dolía en lo más profundo de mi alma, pero al menos una parte de él se había quedado conmigo para siempre. Mi bebé crecía sano, de alguna manera me alentaba a seguir viviendo. Por él, por Blake.

“El día de su nacimiento, fue el día más feliz y más maravilloso. Era el día que por fin lo tendría en mis brazos. Lo iba a conocer después de nueve meses. Pero mi felicidad nuevamente se vio empañada: la casa había sido invadida por los hombres de Nijimura Tomoya quienes me buscaban. Makoto, sensei y yo nos ocultamos en el sótano de la casa donde empecé a tener los dolores de parto. Sensei me ayudaba a dar a luz junto con Makoto pero fuimos descubiertos y no supe nada más de mí.

“Cuando desperté me di cuenta de que habían pasado dos semanas. Pregunté por mi hijo y sensei, lleno de dolor, me dijo que mi bebé…mi chiquito había nacido muerto.- su voz se quebró y de inmediato Hanamiya lo abrazó-Me negué a aceptarlo y ese día una parte de mi corazón había muerto para siempre. Sensei me llevó hasta su tumba para creerle ya que me negaba a aceptar la realidad.

“El Ou-sama se apareció y ordenó que mi destino fuese degradado. Yo ya no le servía por haber sido de otro e iba a pagar muy caro el haberlo despreciado. Ya no podía bailar, había sido dejado y abandonado en un club propiedad de Imayoshi Tooru, en aquel entonces ahí solo trabajaban las prostitutas y los amantes olvidados de los líderes. Sensei quiso abogar por mí pero se lo impedí, ya había perdido a dos de mis seres queridos y no quería que hubiese un tercero.  Makoto me acompañó en ese castigo y ahí estuve durante dos años.

“No sé qué pasó después, pero ya podía vivir con libertad sin el miedo que antes me atormentaba. Sensei pasó de ser el Oyabun de Shuutoku a ser un Kumicho y su posición valió mucho para que nadie volviese a hacernos daño. Lo último que supe de Blake fue que vino un embajador llevándose sus restos y declarándole la guerra a la mafia japonesa. Pero la mafia italiana intervino y estableció un acuerdo: no habría guerra más sin embargo nuestros lazos quedaron rotos.

“Pese a los años, aún pesa el recuerdo de Blake y de nuestro bebé en mi corazón. Jamás podré perdonarle a ese maldito el que me los haya arrebatado, jamás.

—Oh Reo-san…

Takao le abrazó con todas sus fuerzas sintiéndose ahogado por todo eso. Imaginar todo lo que Reo tuvo que sufrir, el haber perdido a la persona que más amaba, a su hijito. Sintió mucho odio por ese maldito viejo, ese maldito monstruo que acabó con su felicidad y la de Izuki. Izuki abrazó a su hijo dormido, la sola idea de perderlo a manos del viejo le llenó de pánico. Kasamatsu apretó los puños en rabia: esos detalles eran desconocidos hasta ahora, el maldito de Nijimura Tomoya era mas cruel de lo que muchos le decían. Hyuga trataba de contenerse: sintió tanto odio y tantas ganas de destrozar a ese hombre por haberle hecho tanto daño a Reo. Hanamiya dejó salir unas cuantas lágrimas: recordar todo eso le era muy doloroso, casi tanto como a Reo, y no quería volver a sentir.

—Por eso…por eso no quería que ustedes sufriesen lo que yo sufrí.- sollozó abrazando a Takao mirándole con súplica en su rostro-Kazu, por lo que más quieras, no lo hagas. No te sacrifiques, no quiero que tu vivas este infierno. Te lo suplico por favor.

—No puedo, Reo-san, no puedo.- le secó las lágrimas-El escuchar tu historia, escuchar todo tu sufrimiento y dolor, eso me alienta a seguir. Salvaste mi vida, salvaste mi vida y la de Tatsuya, y por eso te estaré eternamente agradecido. Yo no quiero que tú vuelvas a sufrir, ninguno de ustedes. Prefiero que sea uno a que seamos todos.

—No tenemos muchas alternativas, ese jodido código se aplica mientras estemos en su territorio.- gruñó Hanamiya- Tenemos que aguantarnos un poco y esperar el momento propicio.

—No somos tan malos como ustedes piensan.-todas las miradas se centraron en Kasamatsu. Él había permanecido en completo silencio junto a los otros y la historia le había llegado-Que algunos sean idiotas no indica que los demás lo seamos.

—¿Por qué deberíamos confiar en ustedes? Solo nos han causado problemas.-siseó Hanamiya-¿O ya lo olvidaste?

—Por supuesto que no, y por eso les pido que confíen en nosotros. Sé que es difícil, pero solo eso les pedimos. Lamentablemente el Kumicho de Shuutoku no puede hacer mucho: si la mayoría de los Oyabun toman una decisión y esta está liderada por el Ou-sama, el Kumicho queda bloqueado. Solo les queda ser pacientes.- suspiró Kasamatsu- Además, si quisiéramos dañarles, ¿No creen que ya hubieran entrado y se los hubiesen llevado por la fuerza?

—En eso tienen razón, Mako-chan.- masculló Takao-Te hubiesen dejado morir junto con Reo-san y con mi hermano.

—Ya entendí, mocoso.

—Ustedes estuvieron cuando me subastaron.- habló Kouki haciendo memoria- Ustedes estaban en ese palco.

—Sí, cuando supimos eso y dimos con su paradero no nos quedó de otra más que “comprarles”. Ese club era clandestino y muchos mafiosos acuden ahí sin revelar su identidad. La única manera de rescatarlos era comprarlos en la subasta.- suspiró el pelinegro gruñón sonriendo al ver al pequeño Shuusei queriendo despertar en los brazos de su madre-Es bueno saber que están con bien. Pero no pueden andar libremente. Si lo hacen, corren el riesgo de ser capturados y estar en manos de otros tipos más crueles.

—Genial, simplemente genial.

—Mami, mami…- musitó el pequeño entre bostezos y haciendo que todos le vieran-Kazu-nii…tío Reo, tío Mako…

—Aquí estoy, corazón, no temas. Mamá está aquí.- Izuki lo cubrió de besos-Estamos juntos.

—¿Y papá? ¿Dónde está?- Izuki se aterró afirmando sus sospechas. El maldito de Nijimura le había dicho al niño que él era su papá-¿Por qué no está con nosotros?

—Él está afuera hablando con otras personas. Vendrá pronto.- Kasamatsu habló rápido. Hanamiya le vio interrogante y le explicó en voz baja-Nijimura le dijo al niño que él era su papá mientras Izuki-san estaba inconsciente.

—Ese bastardo…

—Kazu, Kazu, ¿Estás ahí?- Takao se levantó como resorte al escuchar la voz de Tatsuya-¿Chicos? ¿Dónde están? ¿Podría bajarme, A-san?

—Está bien, Muro-chin…pero no te agites.

—Es Tatsu-nii-chilló el niño-¡Tatsu-nii!

—Kazu, Mako, esperen.

Sin embargo eso no detuvo a los dos pelinegros. Hanamiya abrió la puerta y vio a Himuro bien parado detrás de la puerta. Detrás de él estaba un gigante enorme, de mas de dos metros, de cabello morado y ojos morados. Hanamiya gruñó atando cabos: era el maldito imbécil que estaba detrás de su niño, porque Hanamiya tenía un punto especial para Himuro, y más porque era un maldito del clan Murasakibara. Cuando Takao jaló a Himuro vio su oportunidad: vio que el gigante respingó queriendo entrar y él, ni tardo ni perezoso, le aventó un cenicero a la cara y de una patada lo aventó fuera. El sensei lo regañaría porque se abriría los puntos pero le valía un comino.

—¡Muro-chin! ¡Regrésenme a Muro-chin! ¡Los voy a aplastar!

—¡FUERA!

Bramó dando un severo golpe a la puerta haciendo callar al morado. Se tambaleó un poco pero fue sostenido por Kiyoshi a quien fulminó con su terrible mirada.

—¿Podrías soltarme, idiota?

—Lo siento, pero estás débil aun y no puedes hacer muchos esfuerzos.- pese a sus protestas le llevó en brazos hasta la cama-Y Masaaki-sensei me mataría si algo te pasa.

—Tatsu, estás bien.- Takao le cubrió de besos y abrazos-Estás a salvo, no sabes cuanto me preocupé por ti.

—Yo también, Kazu. Desperté en ese cuarto y ahí estaba Fukui-san, me contó que pasó.- el semblante de su hermanito se coloreó de un tenue rosa-É-él m-me rescató, Kazu…

—¿Él? ¿El que te visita y te manda esos regalos?- la ceja del halcón se crispó y su gesto se tornó rabioso-¿Ese?

—Sí…Kazu…Bob…-sollozó recordando a su perrito-Bob murió…

Los demás lamentaron la muerte del can y querían ir por el cuerpo del canino para enterrarle apropiadamente. Pero Kasamatsu los interrumpió.

—Murasakibara-sama ordenó que le dieran un entierro apropiado. Su tumba está en los jardines de la mansión Murasakibara.-todos le miraron extraño a lo que se encogió de hombros-Según sé, le tenía mucho cariño al canino.

—No llores, Tatsu, Bob está en un lugar mejor. Todos lo vamos a extrañar mucho.

—¿A-san se quedó afuera? Quisiera darle las gracias por el gesto.- se secó las lágrimas sollozando-¿Podrían decirle?

—Escucha, Tatsuya, se lo dices después ya que tenemos que hablar de un asunto serio: al parecer vamos a quedarnos en este lugar por una temporada.-habló Hanamiya con su mejor tono a pesar de que esto le caía peor que una patada en el trasero-Por seguridad.

—¿Sensei lo sabe?

—Él lo autorizó. Me disculpo por la interrupción, soy Hyuga Junpei y trabajo para Masaaki-sama.- Hyuga, quien se había mantenido en silencio durante todo ese tiempo, por fin había hablado-Permanecerán aquí mientras se recuperan y para que estén seguros.

—¿Les pasó algo más?- inquirió asustado-¿Kazu?

—Estoy bien, hermanito, Mako-chan y Reo-san resultaron algo lastimados pero ya están mejor.- no iba a alarmar más de la cuenta a su hermano-No te preocupes, lo importante es que estamos todos juntos.

—Mami, tengo hambre…-todos dirigieron su mirada al pequeño-Mucha hambre.

—C-Creo que deberían comer algo. Desde que despertaron no han probado nada.- Kotaro se calló al recibir una mirada fiera de Kouki-S-si usted lo autoriza, emperatriz, podemos ir Kiyoshi y yo por comida para ustedes.

—Si dejan entrar a esos, te las verás conmigo.

—¿Emperatriz, Kouki?- preguntó Himuro abrazando al niño y manteniéndolo en su regazo-¿Qué pasó?

—Nada, Tatsuya-kun, te lo explicaremos después.

Momentos después entraron Kotaro y Kiyoshi con comida para los que estaban ahí y para ellos porque pensaban que no los dejarían ir hasta que cedieran, y esto iba para largo. Todos ellos comieron hasta saciarse y se pusieron a platicar para tratar de amenizar. Kasamatsu sonrió al haber ganado su confianza, al grado de que el pequeño se puso a jugar con él. Horas después todos se quedaron dormidos en la enorme cama de Nijimura, excepto por Kiyoshi, Hyuga y Kotaro. Este último abrió la puerta de manera sigilosa y les hizo señas a los otros para que entrasen.

—¿Es seguro, Kotaro?

—Por supuesto, Akashi, las fieras duermen. Pero no hagan mucho ruido.

Midorima y los demás entraron sigilosamente y les vieron en la cama de Nijimura profundamente dormidos. Cada uno casi tenía un sangrado nasal por ver a su respectiva adoración dormida tan pacíficamente, tan indefensos, tan apacibles. Se acercaron más a la cama para mirarlos más de cerca sin hacer mucho ruido.

—Si no fuera porque son familia y hay un chiquito, juraría que hicieron una orgia. Una muy sensual orgía.

—Calla, Aominecchi.- Kise lo pateó-Hoy dormirás en el jardín. Pero primero llevas a Kasamatsu-san a su cuarto.- sonrió al ver a su gruñón guardián dormido siendo de almohada del pequeño Shuusei mientras este se abrazaba a su mami-Se ve tan indefenso y no tan gruñón como siempre.

—Hay que llevarlos a que descansen. La pregunta es cómo.

Todos pensaron lo dicho por Kuroko: ¿Cómo se los iban a llevar sin despertarlos en el proceso? Quien la tenía más difícil era Murasakibara ya que su Muro-chin estaba durmiendo abrazado de Hanamiya y la fiera pelinegra no lo iba a soltar. Hyuga sin vacilación se acercó a tomar a Reo en brazos y lo hizo con tanta delicadeza que el pelinegro no se despertó. El siguiente fue Midorima quien batalló un poco ya que Takao, en un movimiento, se había abrazado de Izuki. Pero con ayuda de Nijimura pudo tomar a Takao en brazos y tuvo que susurrarle para que no se despertara. Akashi fue el siguiente y tuvo problemas porque Kouki se despertó pero en instantes se volvió a dormir abrazándose a él como si fuese una almohada.

—Mmm, bastardo…ya verás…

Kiyoshi y Murasakibara se aliaron por el momento y en un movimiento veloz tomaron a su respectivo chico en brazos. Cabe decir que Hanamiya, entre sueños, había movido su brazo y de manera inconsciente le asestó semejante trancazo al morado quien casi se pone a hacer berrinche.

—Lo voy a aplastar…

—Cuidadito, Murasakibara, que si lo despiertas el aplastado será otro.

Y por último Aomine con mucho cuidado tomó en brazos al gruñón senpai de su adorado rubio quien se removió un poco pero luego cayó entre leves ronquidos.

—No, Kise…no, no…yo no iré por tu maldito helado…mmmm…pídeselo a Aomine…

—Pobre Kasamatsu-san. Lo he traído todo atareado.-Kise suspiró viendo a su senpai refunfuñar entre sueños-Él ha sufrido desde que tú no estás, Aominecchi.

—Pobre, lo compadezco. Pero sabes, él a pesar de sus reniegos, lo hace porque te aprecia.- Aomine le dio un beso-Aun recuerdo cuando me dio la paliza por andarte pretendiendo.

—¿Qué esperabas? Él se crió como mi hermano mayor.

Ambos se fueron dejando la habitación de Nijimura para llevar al pelinegro a su habitación la cual no estaba muy lejos. Le dejaron en su cama y se fueron de inmediato a la suya donde el moreno asaltó a Kise ni bien pisaron la alcoba. El rubio respondió con intensidad y pronto cayeron en la cama sumidos en candentes besos y caricias subidas de tono.

—Mmm…Aominecchi…te extrañé mucho…

—Y yo a ti, a ustedes…-gruñó el moreno-No hemos podido hacerlo en días…

—L-lo sé…-gimió Kise al sentir a Aomine morder su cuello-Desde lo del secuestro y todo eso, hemos estado muy ocupados…pero ahora tenemos tiempo para nosotros…

—No te dejaré salir de la cama por un buen rato, ¿De acuerdo?

—Sí…quiero hacerlo Aominecchi…

—Vas a gemir como nunca, Ryouta…

—Let´s go my panther….

Cuando el rubio habló en inglés, Aomine se prendió como cerillo y atacó al rubio con besos y caricias muy subidas de tono, demostrando ser toda una pantera lujuriosa y pasional en la cama. Tanto que Kise ya gemía como todo un poseso pidiéndole más. Sin embargo, escucharon la puerta abrirse de una patada y pronto sintieron algo frío y líquido caerles encima.

—Bastardos…dejen dormir…-ambos se espantaron al ver al gruñón Kasamatsu con un balde vacío-¡Si tantas ganas tienen de hacerlo, lárguense a un hotel!

El bajito se fue refunfuñando y azotando la puerta. Ambos se quedaron viendo y después se fueron a secar con unas toallas.

—Rayos, ¿Cómo le hacemos? Yo no quiero ir a un hotel.

—Ni yo…Aominecchi…¿Y si vamos a la bodega de vinos?- el tono lujurioso del rubio no le pasó desapercibido-Ahí nadie nos escuchará.

—A la orden.

Ambos se marcharon como rayo a la mencionada bodega donde dieron rienda suelta a sus bajos instintos.

—Malditos, ni aquí puede leer uno a gusto.

Lamentablemente Mayuzumi fue el más perjudicado.

 

Notas finales:

Que les parecio? Les gusto?

Nos leeremos la proxima semana!

Saludos!!

Atte: Momoka Black


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).