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Amante de su Marido [2Min] por Bora2minFlamer

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Notas del capitulo:

Listas para un nuevo capítulo? estén pendientes, pues trataré de subir hasta el capítulo 10 este fin de semana n.n

 

Muy buenos e interesantes RW sobre el caítulo anterior, estoy de acuerdo con muchas de ustedes jeje pero bueno, es el 2min, no podríamos esperar mayor drama xD ok ya <3

Disfruten el capítulo 7 <3

—Y encima está ese dichoso virus andando por ahí.

Tae tenía un molesto dolor de cabeza, y le costaba concentrarse en lo que le estaba diciendo Kibum.
—Según parece es bastante fastidioso —siguió hablando su vecino—. Desde que me lo contaron, estoy pensando en no llevar a Leo al Kinder unos días.

Tae sintió una punzada de envidia. Su amigo podía permitirse ese lujo, pero él, aunque quisiera, no podía dejar de llevar a Yoogeun al kinder, porque tenía que ir a trabajar para poder mantenerlos a los dos, y no podía ocuparse de él.

Cuando Kibum se hubo marchado, Tae miró algo preocupado a su pequeño. Aunque había estado jugando tan contento con su amiguito Leo, le parecía verlo un poco apagado.
— ¿Te ha vuelto a molestar la barriguita, cariño? —le preguntó.

Yoogeun, en lugar de responder, le hizo a su vez otra pregunta, que lo dejó de piedra:
— ¿Va a venir Minho otra vez a casa?

A Tae se le había hecho un nudo en la garganta, y sintió un intenso dolor en el alma. Aquella tarde, en los brazos de Minho, no le había quedado lugar a dudas de que seguía enamorado de él pero el moreno en cambio ya no sentía nada por el menor. De hecho, hacía ya cinco años que había dejado de amarle, y dudaba que pudiese resucitar un sentimiento que llevaba tanto tiempo muerto.
—No. Yoogeun, no va a volver —le dijo en un tono quedo, sintiendo una punzada en el pecho al ver la desilusión escrita en su rostro.
—Pero yo quiero que vuelva —insistió él.

Tae le acarició el cabello, sintiéndose fatal ante la mirada acusadora de su hijo, y de pronto, para horror suyo, le hizo la pregunta que más había temido desde su nacimiento:
— ¿Por qué yo no tengo un papá, como Leo?

La angustia y la desesperación se apoderaron de él. ¿Cómo podía decirle que sí lo tenía, pero que su padre no quería saber nada de él? Era demasiado pequeño para entender la verdad, pero no quería mentirle.
—No todas las mamis y los papis viven juntos, como la mamá y el papá de Leo —le explicó suavemente, observando su pequeño rostro mientras el chiquillo digería sus palabras.
—Entonces, ¿dónde vive mi papá?

El dolor de cabeza de Taemin se estaba intensificando por momentos, y el saber que un día Yoogeun no se conformaría con esas medias verdades le pesaba en el corazón como si alguien hubiera colocado encima un enorme yunque.
—Vaya, fíjate qué tarde se ha hecho —le dijo señalando el reloj—. Ya es hora de irse a la cama. ¿Qué cuento quieres que te lea esta noche?

Por un instante, creyó que iba a protestar por que intentara cambiar de tema, y que iba a repetir la pregunta, pero para alivio suyo no lo hizo.
—El del patito feo.

 

 

Minho miraba sin ver el paisaje desde los ventanales del lujoso ático que había alquilado. Esa noche había salido a la terraza con la intención de tomar el aire y admirar la panorámica de la ciudad, pero, en vez de eso, una y otra vez empezaba a pensar en Tae sin poder evitarlo.

Durante aquellos cinco años, en las pocas ocasiones en que se había permitido pensar en él, siempre se lo había imaginado feliz, viviendo en una casita de ensueño en el campo, con un marido complaciente y un montón de críos. Quizá por eso le hubiese chocado tanto ver su realidad. Cierto que había cumplido su sueño de ser madre, pero, ¿dónde estaba el hombre que debería estar ayudándolo a criar a su hijo, cuidando de ellos, mimándolos?
Minho no había olvidado cómo había sido su vida antes de hacerse rico, y sabía muy bien lo difícil que debía de estar siendo para Tae sacar adelante a su pequeño con el modesto sueldo que ganaba.

¿Por qué diablos no le habría exigido al menos a aquel bastardo que los había abandonado que le pasase una pensión? Enfadado, se pasó una mano por el cabello. Cuando se conocieron, él era un muchacho sin educación ni modales, resentido con la sociedad, y Tae no sólo le había dado su amor, le había dado muchísimo más. Lo había ayudado, lo había apoyado, y había sido en buena parte gracias a la fe que había demostrado tener en él por lo que se había convertido en el hombre de éxito que era. Si tan sólo supiera cómo pagarle esa deuda que tenía con el castaño...

Se apartó de la ventana, e inspiró profundamente, preguntándose si Tae habría amado al padre de su hijo. De pronto tuvo una idea. Se quedó mirando las llaves del coche que descansaban sobre la mesita junto al sofá. No tardaría ni media hora en llegar al pueblecito donde vivía.
Sí, eso era lo que iba a hacer; insistiría hasta que le dijese el nombre del padre de Yoogeun, y buscaría a ese canalla para ponerlo al corriente de sus obligaciones para con su hijo y Taemin  y asegurarse de que cumpliera con ellos.

Yoogeun estaba ya en la cama, durmiendo, y el dolor de cabeza de Taemin finalmente había disminuído, así que aprovechó para ponerse a planchar en la cocina. Le gustaba hacer todas las tareas posibles cuando el pequeño ya estaba acostado, porque así tenía tiempo libre el fin de semana para poder estar con él.
De pronto oyó el ruido de un coche deteniéndose frente a la casa, y al asomarse a la ventana se le tensó todo el cuerpo al ver que se trataba de Minho.
Desenchufó la plancha y fue corriendo a la entrada para evitar que llamase al timbre. No quería que despertase a su hijo.

¿Para qué diablos habría ido allí?, se preguntó irritado, ¿para decirle que después de todo había cambiado de opinión y no quería que siguiese trabajando en la empresa? Extrañamente, aunque aquella posibilidad debería haberle alegrado, tan sólo lo puso aún más tenso. Resultaba irónico que al poco de haber presentado su renuncia por voluntad propia le estuviese entrando miedo de que lo despidiera.
— ¿Qué has venido a hacer aquí? —Le espetó cuando le hubo abierto la puerta y lo hubo dejado pasar al pequeño vestíbulo—, ¿qué es lo que quieres ahora?
—Quiero que me digas quién es el padre de Yoogeun.

El corazón le dio un vuelco a Taemin, y tuvo que agarrarse al mueblecito que había junto al perchero, porque de pronto le temblaban las piernas. Sólo había una manera de contestarle, y era decirle la verdad. Antes de que lo abandonase el valor y cambiase de opinión, inspiró profundamente y le respondió quedamente:
—Eres tú, Minho.

Notas finales:

Tómala rano! *w*

como creen que reaccionará Minho ante esto?

Dejen sus RW n.n


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