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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Hola, hola, adorables criaturas *-* 

Uhm...voy pasando rapidíto por aquí. 

Capítulo cortito, haré todo lo posible por traer más el miércoles o el jueves -.- (y si ahora me da el tiempo y termino el proximo, lo subiré mañana mismo!) 

Espero que les guste
PD: Desde hace tiempo que quería hacer esto. Un recordatorio de todos los personajes y, aprovechando que olvidé poner una foto de el -detestado- Dr. Wolfang, les dejo aquí los links :3 


Maximus Wolfang 

Aiden Rossvet 

Ethan Grey 

Claire Witheriver

Ivy Bones

Eden Grey

Teo Muller

Cassie Muller

Jack Walker

Chris Brown 

Noah/Scorpion

Alexa

Cuervo/Branwen Haggel  (antes de que Scorpy le arrancara un ojo :3) 

Kat

Allen Lightnay 

Eve Lightnay 

Jacob Green (OMG SPOILER? No son hermanos :o?)

Ian Stone 

y el más importante... ABERCROMBIE  (si bitches! él tiene un pañuelo rudo y uds no) 


Uf! si se me olvidó uno...lo siento xD

Espero que les guste :3 

Gracias por leer ! 






Capítulo 38: “Reencuentro”

 

Desperté a medias por culpa de la lluvia y la ventisca que chocaban contra las ventanas y antes de abrir los ojos, el dolor de cabeza, la fiebre y el frío llenaron mi cuerpo de escalofríos. Todo daba vueltas a mí alrededor, y podía sentir todos mis miembros entumecidos temblando. Un ruido a lo lejos me alertó, pero no lo suficiente para moverme, era tan sólo una puerta cerrándose. Sabía que debía despertar del todo, pero me costó mucho trabajo hacerlo. Abrí los ojos completamente y sólo me encontré con la oscuridad. Me senté sobre el suelo frío y con dificultad logré ponerme de pie.

Otra vez oí el chillido de la puerta, esta vez abriéndose y la luz se encendió.

Y ante mí, una aparición.

Me quedé paralizado. ¿Estaba soñando? Bajo el umbral estaba él, Ethan, mirándome con lo que parecía ser una sonrisa. Tenía la ropa rasgada y quemada, el pelo sucio y ahumado. Recordé entonces la huida, el choque, nuestros extraños perseguidores con piel escamosa y la explosión de la camioneta. Recordé que había volado, que algo me había tomado y protegido de los proyectiles que saltaron del vehículo. Recordé sus manos, cálidas y sus ojos, esos ojos profundamente negros.

—H-Hola... —balbuceó y se acercó hasta quedar frente a mí.

Se produjo un silencio tenso. No podía dar crédito a lo que estaba viendo. ¿Él se había disparado..., no? ¿Le habían mordido..., no? Estiré mi mano para tocar su rostro y asegurarme de que fuese real.

La calidez en él era palpable.

Entonces, en mi mente apareció una imagen, la imagen de un diario y de una página en especial, una frase en especial a la que antes no le había dado mayor importancia.

 

 —Un virus parecido a este, de las mismas características, pero mucho más débil y no mortal se creó hace veintiséis años atrás… —comencé a recitar, con voz apagada, como una máquina que recordaba todo al pie de la letra—. Se probó en cuarenta sujetos y sólo uno no contrajo los síntomas. Una mujer… —Los ojos negros que tenía frente a mí se abrieron, sorprendidos. Continué—: Adelie Strauss Levallois no presentó ningún indicio y se mantuvo siempre calmada. Pero la investigación se canceló, la chica estaba embarazada. ¿Cómo se llamaba tu madre, Ethan? —pregunté.

Él pareció titubear su respuesta.

—Adelie... —dijo—. Adelie Strauss Levallois.

Y en ese momento..., ese amargo sentimiento.

Me sentí... ¿Traicionado?

—Aiden, deberías recostarte... te lo explica...

—¡Cállate! —escupí, alzando la voz. Entonces, de mi asombro por verle ahí salté directamente a la ira. Él me había mentido. ¿Él lo sabía, no? ¡Él había leído el maldito diario antes que yo! ¿Entonces por qué demonios fingió estar muerto?

Me abalancé sobre él e intenté darle un puñetazo en le mejilla, él me esquivó hábilmente y sólo conseguí rozarle.

—¡Eres un hijo de puta! —grité y noté que mis manos temblaban. Me tomó por las muñecas—. ¡Suéltame, pedazo de...!

—¡Cálmate, Aiden!

—¿¡Tú lo sabías, no!? ¡Tú sabías que tu madre había sido inmune al virus! ¡Tú sabías que podías...!

Me sujetó con más fuerza y acercó su cuerpo al mío. Estaba furioso, pero a pesar de eso chocar contra su pecho me hizo tambalear y estuve a punto de olvidar por qué estaba tan enfadado. Me envolvió con sus brazos y me oprimió en un fuerte abrazo del cual no pude zafarme. Sentí unas ganas terribles de llorar. Intenté contenerme y enterré mi puño en su pecho varias veces, en forma de pequeños golpes.

Sin embargo, las lágrimas llegaron.

—Idiota... —balbuceé con voz débil contra su pecho. El mareo en mí aumentó y sentí que si él me soltaba, yo caería al suelo.

—Lo lamento... —Sus brazos se destensaron y esta vez le dejé que me abrazara sin forcejear. Una de sus manos rodeó mi espalda mientras que la otra subió hasta mi cabello y lo acarició.

No había sensación más relajante que esa.

Nos mantuvimos así, en silencio por un largo rato. Finalmente nos separamos y me ayudó a recostarme en el suelo, sobre una improvisada cama formada por tan sólo unas frazadas y un saco de dormir.

Se arrodilló a mi lado y besó mi frente.

—Estás ardiendo —dijo.

—Lo sé.

—Iré por un poco de agua y...

—No —interrumpí con brusquedad—. Quiero que me lo expliques todo —ordené. Ethan suspiró.

—Pensaba explicarles a todos cuando Eden y los demás volviesen.

—¿Dónde están?

Él apuntó hacia la ventana; frente a nosotros, se erguía otro hostal igual a donde nos encontrábamos—. Están revisando el edificio de enfrente. Chris no está del todo bien, fueron en busca de provisiones y medicamentos.

—Chris... ¿Qué tan mal está él?

—Sólo un poco pálido, va a sobrevivir —respondió. Me percaté de que nos estábamos desviando del tema.

Me senté para poder verle a los ojos.

—Dime qué pasó, Ethan —dije, con la voz más calmada que encontré en mi garganta. Él me miró, parecía preocupado. Luego miró toda la habitación y suspiró otra vez.

—Creo que no soy inmune, Aiden —soltó. Tardé algunos segundos en procesar eso. ¿Cómo?

—Si no fueras inmune no podrías estar aquí ahora y andarías por ahí intentando comer gente —debatí. Él negó con la cabeza varias veces.

—Será mejor si te lo muestro... —Se puso de pie y se dirigió hasta un rincón de la habitación, quedando de pie frente a una pared—. Observa —estiró el brazo hacia atrás y la golpeó.

Un estruendo hizo tronar toda la habitación.

Me levanté con rapidez y me tambaleé, pero llegué hasta donde él estaba y toqué la muralla con una mueca de horror en el rostro. La muralla era de concreto, y el agujero que Ethan había hecho en ella era demasiado para un sólo golpe. Tomé su mano, esperando ver un puño ensangrentado, pero no me encontré con nada. Su piel estaba intacta.

—¿Qué demo...?

 

—Es verdad que sabía lo de mi madre…, pero cuando me desperté ese día y empecé a vomitar, creí que de verdad me había contagiado. Suponiendo que ese diario decía la verdad, el hecho de que mi madre fuese inmune a un virus que antecedió a este no significaba necesariamente que Eden o yo también lo fuéramos también. A veces, las enfermedades de los padres pasan a tan sólo uno de los hijos, o a ninguno de los dos, creí que esto funcionaría de la misma forma —acortó la distancia entre nosotros y tomó mi confundido rostro entre sus manos—. En serio creí que me transformaría en uno de ellos, Aiden. Pero no lo hice, y ahora no sé en qué demonios me he convertido.

—¿Y el disparo? —pregunté, sin salir de mi asombro aún.

—Había un zombie dentro de esa iglesia, no sé cómo demonios no nos atacó antes, quizás se había transformado hace poco. Vestía como un sacerdote... —Entonces, recordé que cuando llegué solo a la iglesia, la puerta estaba siendo bloqueada por dentro. Quizás el párroco la había cerrado para escapar de un grupo de zombies que posiblemente le habían mordido antes. Recordé también el ruido tras de mí antes del disparo que supuestamente había matado a Ethan.

Supongo que debía agradecerle por eso.

Pero ahora, surgía un problema más grande. ¿Qué había ocurrido con Ethan? La marca en la muralla, como si hubiese sido hecha por una pesada herramienta me demostraba que él tenía razón, que había algo aquí que no era normal. La miré para estudiarla nuevamente.

—Y no sólo fue eso... —prosiguió él con voz nerviosa, como adelantándose a mis pensamientos—. Luego de que te fuiste me desmayé y desperté al otro día, completamente renovado. Mi cicatrización aumentó aún más y todo el tiempo es como si por mis venas corriera adrenalina en vez de sangre. Me siento distinto ahora, respondo más rápido que antes y ya no temo a hacer cosas que antes me atemorizaban... —dirigió su vista a mi rodilla y yo seguí sus ojos. Había olvidado que la rótula se había dislocado, pero ahora estaba en su lugar y también estaba vendada. Una especie de flashback llegó a mi cabeza; habíamos llegado al hostal y yo me encontraba entre la consciencia y la inconsciencia cuando Ethan, sin que un sólo músculo se le moviese en el rostro, tomó mi rodilla y sin tomarle atención a mis gritos, devolvió el hueso a su lugar. Sin embargo, la primera vez que hizo eso estaba muy nervioso. En mi recuerdo, no parecía afectarle en absoluto.

«Logró suprimir el miedo...»

«No está nervioso porque está siguiendo sus instintos. Está pensando demasiado rápido»

«Rápido...»

—Santo Dios... —No era una expresión apta para una persona que no creía en ningún tipo de deidad, pero no había otra frase que demostrara el asombro por lo que acababa de descubrir—. Ethan... tu enfermedad.

—¿Qué pasa con ella?

—¡Claro que no eres inmune al virus! —alcé la voz de pura impresión—. ¡Tu cuerpo logró una recepción al virus y lo transformó en otra cosa, seguramente gracias a tu enfermedad!

—¿¡Qué!? ¿¡En qué!?

—¡No tengo idea! Pero Eden dijo que tu metabolismo era mucho más rápido de lo común, que cicatrizabas más rápido y que absorbías el agua y los carbohidratos a mayor velocidad... —hice una pausa para tomar aire, al parecer no me encontraba muy bien—. Como tu cuerpo reacciona más rápido, la repuesta ante el virus fue más inmediata. Esos vómitos y fiebre que tuviste no fueron por nada, fue un intento de tu organismo por sacar el virus fuera y cuando entendió que no podía, lo absorbió y lo hizo mutar.

—¿Qué estás...? —intentó decir.

—No tengo idea de cómo lo hiciste, Ethan, pero seguramente a tu madre le pasó lo mismo hace veintiséis años atrás. —Cuando terminé de hablar me sentí mareado. Al parecer había dicho todo demasiado rápido y me estaba ahogando, me costaba respirar. Él lo notó y me abrazó.

—Está bien..., luego hablaremos de eso, ahora recuéstate —dijo, prácticamente arrastrándome de vuelta a la cama. Me arropó con muchas sábanas y después se levantó—. Iré por agua —salió de la habitación y volvió a los pocos minutos. Noté que se había quitado su camiseta y la había empapado para ponerla sobre mi frente.

«Este resfrío... es todo tu culpa» tuve ganas de decirle. Pero no era momento para quejarme sobre eso.

Sólo cuando me hallé completamente calmado pude experimentar la felicidad que me producía lo que acababa de pasar. Ethan seguía vivo, y estaba conmigo. Estaba a mi lado.

—L-La muerte no siempre significa destrucción... dijiste —balbuceé. Él volteó hacia mí y sonrió. Sólo ahora entendía lo que había querido decir.

—Quise decírtelo, pero tampoco quería ilusionarte. Sabía que existía la posibilidad de que me salvara de esta, pero no estaba confirmada... —acarició mi rostro—. Intenté darte una pista de lo que sospechaba.

—Creo que no entendí esa pista. No pasé la prueba... —dije. Él sonrió.

—Eso no importa ahora —se acercó a mí hasta que nuestros rostros quedaron a escasos centímetros. Incluso en mi estado, pude sentir el nudo en el estómago que se formó cuando tuve su respiración sobre la mía—. Ya tendrás muchas otras pruebas que pasar... —susurró sobre mis labios antes de besarme. Volver a sentir su boca sobre la mía fue la sensación más reponedora que pude haber tenido, me hizo sentir vivo otra vez. La felicidad me embargó y cursimente, podría decir que se sintió como si me volviese el alma al cuerpo. Enredó sus dedos en mi cabello nuevamente y después de muchos días creí que por fin volvería a dormir en paz.

Eran ellos, esos labios dulces siempre me hacían dormir.

Notas finales:

Críticas? comentarios? preguntas a los personajes? pueden dejarlo todo en un lindo -o no tan lindo- review :3 

Gracias por leer

Un abrazo! 


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