Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

[Reviews - 1104]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaa querubines! 

Ufff! creí que no alcanzaría a terminar el cap. 

Bueno...emm...tuve que cambiar varias veces de teclado -no pregunten por qué- así que posiblemente encuentren errores...perdónenme :C 

Espero que lo disfruten! 

Capítulo 72: “Ilusión”


   —Por aquí… —El sonido de los tacones de las botas de cuero balanceándose y hundiéndose en la nieve hasta tocar el asfalto era lo único que resonaba en la desierta carretera por la que caminábamos. La cabellera rubia y larga perfectamente atada en una cola de caballo de una de las chicas de Alexa se sacudía de acá para allá, siguiendo el ritmo de sus acelerados pasos. Miré a mi izquierda; la presencia de Scorpion en un lugar como este sólo podría traernos problemas. Él, Eden y yo nos dirigíamos hacia donde estaba el escuadrón número dos y pretendíamos hablar con viuda negra.

Luego de unos minutos de silenciosa caminata, sin más ruido que el de los pasos de la chica, la silueta de una cabaña, parecida a la que usamos como escondite antes, apareció ante nosotros. Seis chicas patrullaban fuera, cargando escopetas y otras armas pesadas.

   —Entren… —nos ordenaron. La puerta emitió un chillido al abrirse.

Una sensación acogedora que me recordó vagamente a mi antiguo hogar me invadió cuando cruzamos esa puerta. Olía a limpio, a cera de velas y a comida recién hecha a las brasas de la chimenea. Con cierto asombro miré a mi alrededor; a pesar de que ese lugar estaba lleno de armas y municiones todo estaba en perfecto orden.

Casi parecía una cabaña normal en medio de una carretera desierta.

   —Le féminin magie… —masculló Scorpion en una risa, con una pizca de lo que me pareció asombro en su voz.

   —Parece que lo tienen todo bajo control… —susurró Eden y casi parecía que quería complementar las palabras de Scorpion—. Supongo que estas chicas son perfectas.

   —Aterradoramente perfectas —agregué, recordando lo rápido que nos habían atrapado la primera vez.

   —Trata de no quitártelo… —Una voz melodiosa y dulce me hizo mover la vista hacia un rincón de la cabaña—. Y no te muevas demasiado… —Una chica que nos daba la espalda estaba vendándole el pie a otra mujer. Vestía ese traje ajustado y la máscara de conejo. Me acerqué a ellas.

   —¿Alexa? —pregunté. Entonces sus maniobras sobre el tobillo pálido de la otra chica se detuvieron. El cabello liso y los ojos azules tras la máscara se me hicieron remotamente familiares, pero ella no era Alexa. Scorpion había dicho la verdad.

   —Alexa murió —me contestó la chica, que era dueña de un rostro redondo e infantil. Se puso de pie y dejó escapar una sonrisa lánguida, casi triste y se quitó la máscara—. Mi nombre es Kat y la estoy reemplazando.

   —¿No crees que eres demasiado joven como para ser Viuda Negra? —ironizó Scorpion, avanzando hacia nosotros. La chica estuvo a punto de retroceder sobre sus pasos, pero se quedó ahí y le lanzó una mirada rencorosa y punzante.

   —Tengo quince años —aclaró ella. ¿Qué? Apenas era una niña—. Pero en este momento podría matarlos a los tres si quisiera —miré a Scorpion con ojos de pocos amigos y luego le lancé una fugaz mirada a Eden que quería decir “la cagamos con traerlo aquí”.

Eden carraspeó la garganta e intervino:

   —No vinimos a pelear… —El pelinegro dio dos pasos hacia ella y nos adelantó a ambos. Sus pisadas dejaron un aura de tranquilidad en mí. Si él tomaba el control de la situación todo iría bien—. Queremos entrar a la fuerza a la fortaleza de E.L.L.O.S

Ella nos lanzó una mirada incrédula y preguntó:

   —¿Para qué quieren entrar?

   —Bueno, pretendemos…

   —Para robar la cura y rescatar a cierto mocoso que seguramente tú conoces muy bien… —interrumpió Scorpion con el tono de voz más molesto que tenía. Idiota.

   —¿De qué estás hablando?

Scorpion sonrió.

   —¿Te suena el nombre Aiden Rossvet?

   —¿¡Aiden!? —noté el leve temblor en la voz de la adolescente al oír su nombre—. Así que… lograron capturarlo.

   —Eso fue hace varios días ya… —continuó el rubio y su burlesco tono intentó sonar compasivo—. Quizás qué cosas terribles le están haciendo ahora mismo… oí que dentro de E.L.L.O.S se llevan a cabo experimentos terribles… —Los ojos de la chica se aguaron un poco al oírle hablar. Scorpion intentaba manipularla—. ¿No te lo contó Alexa antes de morir? Esos hijos de puta son unos verdaderos cabrones, si Aiden no accede a sus peticiones seguramente le dejarán encerrado, sin comida, sin agua, torturándole hasta morir o hasta que se vuelva loco —dejó escapar un suspiro—. Dios, sinceramente no le doy más de algunos días… ese chiquillo es tan sólo un niño, cómo tú. ¿No? Pero tú eres una chica fuerte, sabes cómo disparar un arma, sabes cómo pelear… —estiró una mano y la apoyó suavemente en el hombro de la chica—. ¿Qué sabe él? —le preguntó—. Van a matarlo ahí dentro…

   —Basta, Noah —interrumpió Eden al notar que la chica se había puesto nerviosa. Supuse que ella y Aiden eran cercanos. Scorpion la soltó.

   —Maldito manipulador… —mascullé entre dientes. Creo que nadie logró oírme.

Las demás mujeres que estaban dentro de la cabaña nos rodeaban con arma en mano, esperando la señal para dispararnos; quietas y en silencio. Una señal de la nueva Viuda bastaba para volarnos las cabezas. Conté unas quince dentro, más las seis que patrullaban afuera. No podríamos escapar, aunque lo intentáramos.

Kat soltó un suspiro que pareció devolverle algo de la compostura que había perdido con las palabras de Scorpion.

   —¿Tan sólo son ustedes tres? —preguntó.

   —Llevo quince hombres conmigo, más tus chicas y estos dos junto a sus amigos seríamos unos… —calculó Scorpion rápidamente—. Cuarenta y cinco, aproximadamente.

   —Si nos organizamos bien podríamos entrar a la fuerza y, quizás, desmantelar toda la organización desde dentro —agregó Kat, entusiasmada.

Scorpion dejó escapar una carcajada que molestó en mis oídos.

   —Eso es imposible.

   —No si acabamos con todos los cabecillas que están ahí dentro —insistió ella y sonrió un poco—. Será como un golpe de estado.

   —No me interesa —le contestó él.

   —Vamos, Noah —soltó Eden, medio riéndose—. Hazle caso a tu anarquista interior.

Scorpion sonrió un poco.

   —Si no les interesa desbaratar todo, a mi tampoco me interesa robar una cura —di un paso hacia atrás cuando me sentí tenso; todo estaba tenso en ese momento. Viuda le lanzó una mirada aterradora a Scorpion y éste se cruzó de brazos. En cualquier momento podría transformarse en una discusión—. ¿Por qué querría yo robar una cura? —siguió.

Mis respetos hacia la chica subieron varios puntos. Le había puesto entre la espada y la pared.

Scorpion acarició su cuello y lo movió hasta hacerlo tronar de manera ruidosa.

   —Está bien… —aceptó—. Mataremos a todo el mundo —Una casi imperceptible sonrisa escapó de la boca de la chica—. De todas formas, pensaba hacerlo. Debo hacerle caso a mi anarquista interior, ¿no? —miró a Eden y éste sonrió. Scorpion dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta—. Estamos a casi un kilómetro al sur. Las esperaremos allí.

   —¿Para qué quieres la cura? —preguntó la chica, alzando la voz justo cuando Scorpion estaba a punto de salir.

   —Cuervo está infectado —respondí, sabiendo que seguramente Scorpion no lo haría.

La chica dejó escapar una risita.

   —Creí que el líder del tercer escuadrón no tenía corazón. Alexa solía decir que eras un hijo de puta inexorable.

   —Alexa tenía razón —le contestó Scorpion—. Y puedo ser más hijo de puta si no me dejas de tocar los huevos, niña —Y cerró la puerta de un solo portazo que hizo temblar toda la cabaña. Asumí que la negociación había terminado cuando la chica rió un poco más.

Nos despedimos de Kat, o Viuda y yo aún tenía la desagradable inquietud de no saber cómo acabaría esto. Eden me tomó de la mano mientras cruzábamos la puerta.

   —Quizás la antigua Viuda no habría aceptado… —susurró él en un suspiro mientras nos marchábamos.

   —¿Conocías a esa chica? —le pregunté—. ¿Sabes por qué conoce a Aiden?

   —Ni idea.

Delante de nosotros, Scorpion caminaba aceleradamente. Casi parecía ansioso, o nervioso por algo.

   —¿Podrían mover sus traseros un poco más rápido? —gruñó. Apuré el paso, no porque él me lo ordenara si no porque en algún lugar de mi cabeza sus palabras habían quedado grabadas. ¿Y si Aiden y Ethan estaban sufriendo ahora mismo? ¿Cómo estaban ellos? Ethan no me preocupaba demasiado, él era fuerte, duro, podía sobrevivir… pero Aiden. ¿Cómo estaba Aiden? ¿Si quiera seguía vivo?

   —Cálmate, Jack… —La voz profunda y tranquila de Eden me sacó de mis paranoias. Busqué desesperadamente su mirada para encontrar algo de calma dentro de sus ojos negros. Me presionó la mano con más fuerza.

Solté un suspiro.

   —S-Supongo que… ellos estarán bien, ¿no? —pregunté.

Sonrió, con esa sonrisa perfecta que tenía.

   —Todo irá bien —aseguró.

   —¡Señor Scorpion! —Un cazador corría hacia nosotros a toda velocidad. Scorpion corrió hacia él para alcanzarlo y nosotros corrimos tras él. El pobre hombre apoyó sus manos contra sus rodillas cuando nos encontramos, jadeando violentamente en grandes bocanadas de aire que intentaba ingresar a sus pulmones. ¿Había corrido casi un kilómetro? ¿Para qué?

   —¿Qué pasa? —le preguntó Scorpion.

   —Un hombre… —balbuceó, todavía agitado—. ¡U-Un hombre ha llegado con Cobra!

   —¿¡Cobra está aquí!? —pregunté, sintiendo cómo el calor abandonaba mi rostro y lo dejaba pálido. El cansado cazador negó con la cabeza varias veces.

   —Lo trajo atado —jadeó—. Y dice que lo obligará a hablar.

   —¿¡Quién!? ¿¡Quién lo trajo!? —interrogué.

   —Un hombre, pelirrojo —hizo una pausa y recobró un poco la compostura—. Incluso ellos parecían… —Eden y yo cruzamos una mirada.

   —¡Steve! —exclamamos al mismo tiempo y ambos comenzamos a correr en dirección al punto de encuentro. Cuando llegamos, un verdadero alboroto se estaba dando en medio del lugar. Los gritos y riñas podían oírse a por lo menos treinta metros.

En el centro de toda la masa de gente se encontraban Steve y Cobra, sin su capucha. En realidad, ambos se parecían bastante. Recordé una conversación que tuve con Ayame cuando nos encontramos con ella y los demás, antes de venir aquí:

 

   —¿Dónde está Steve?

   —No lo sé… —La chica estaba muy calmada respecto a la desaparición de su capitán que al parecer luego del enfrentamiento en el puente no había dado señales de vida—. Sospecho que fue tras Cobra —dijo y abrió la puerta de una de las camionetas de Scorpion. Le seguí, pero me quedé fuera del vehículo.

   —¿Qué traen esos dos? —quise saber. Tenía curiosidad. Anteriormente me había dado cuenta de cierta obsesión de Steve hacia el líder del primer escuadrón.

   —¿No lo sabes? —me preguntó.

   —Qué va. Tu líder no es muy comunicativo que digamos… —contesté. Ella soltó una carcajada y afirmó con la cabeza, dándome la razón.

   —Son hermanos —aclaró—. La familia de Steve desde siempre ha servido a una organización no gubernamental que intenta mantener la paz mundial… algo así como la ONU, aunque… —dudó—. Un poco más…radical.

   —¿Radical? —pregunté.

   —Violenta —dijo—. Ya sabes, de esas que van con armas y eliminan a los blancos conflictivos para evitar guerras —sonrió—. Al principio de este desastre, La Resistencia se formó a partir de sobrevivientes de esa organización. Yo era una agente… —confesó. No me sorprendió, Ayame cumplía con todo el perfil de típica mujer oriental, bella y letal de las películas que trabaja como sicario para una organización con valores no muy concretos, pero que al final siempre parece tener una razón justa para asesinar gente—. Al parecer, Cobra traicionó a su familia, cambió de bando y entró a trabajar para E.L.L.O.S

   —¿Y eso qué?

Ella río.

   —¿No te has dado cuenta que E.L.L.O.S atenta contra todo el concepto que se conoce como “paz”?

   —Entonces Cobra trabaja para el enemigo… —aclaré.

   —Más que enemigo yo le llamaría némesis —explicó ella—. Nuestra organización se fundó para detener a E.L.L.O.S. Ese ha sido su propósito desde el principio de sus tiempos… —tragué saliva. 

Creo que pude entender un poco la gravedad de la situación.

Esto era cosa de honor, valores.... y familia.

 

Cobra estaba atado de manos y pies, arrodillado en el suelo y con una venda cubriéndole la vista. Steve estaba sentado frente a él, observándole con una mueca en el rostro que a mí me sabía a triunfo. Este tipo debía ser más que un sicario para habérselas arreglado para atrapar al líder del primer escuadrón él solo.

   —Vas a ayudarnos. ¿No es así Isaac? —preguntó Steve en tono burlesco y acarició el rostro vendado y herido de su hermano. Al parecer le había dado una buena golpiza antes.

   —No me llames así… —balbuceó Cobra—. Mi nombre es Jacob.

Scorpion se adelantó. Todos guardaron silencio cuando lo hizo.

   —Miren lo que tenemos aquí… —avanzó con lentitud hacia la escenita de los dos hermanos, quizás sólo para darle más suspenso a la situación—. El mismísimo Cobra, en persona… —se acercó a él y le dio una fuerte palmada en la espalda—. ¿¡Qué te pasó!?

   —Scorpion… —El pelirrojo pareció reconocer su voz—. ¿¡Qué haces tú aquí!?

   —Creo que eso no es lo importante en este momento… —se agachó para quedar a su altura y le susurró algo al oído. La boca de Cobra, Jacob, Isaac o cómo diablos se llamase ese desgraciado, se abrió sorprendida al escucharle.

   —¿Estará Wolfang también ahí? —preguntó. No entendía de qué demonios estaban hablando. Al parecer Steve tampoco, parecía confundido.

   —Por supuesto, pero déjame a ese bastardo a mí.

   —Siempre me pareció un imbécil.

Scorpion sonrió.

   —Estamos de acuerdo en ello.

   —Me parece bien… —Cobra asintió—. Está bien. Ayudaré.

Una mano sobre mi hombro me obligó a apartar la vista. Di la vuelta y noté que las chicas habían llegado. Viuda Negra se acercó y le expliqué un poco la situación:

   —Capturaron a Cobra y ahora le harán hablar.

   —Perfecto… —Los ojos azules de la chica se quedaron fijos sobre los tres hombres que estaban al centro de todo ese alboroto. Cuando Scorpion se percató del escuadrón de Viuda, le quitó la venda de los ojos a Cobra, tal vez para hacerle entender que éramos una inmensa mayoría y que íbamos en serio. El pelirrojo miró a su alrededor y luego miró a su hermano. De sus ojos casi saltaron chispas.

   —Túneles —dijo, sin apartar los ojos de Steve—. Hay túneles que recorren todo el perímetro de la base y que están ahí en caso de evacuación.

Hubo exactamente cinco segundos de silencio. Los conté mentalmente.

   —Maravilloso. ¡Ya escucharon! —Scorpion se levantó y empezó a dar órdenes. Viuda y sus chicas también empezaron a moverse. Todo volvió a tomar ritmo.

Las manos de Eden, heridas por el frío, tomaron mi brazo para voltearme hacia él. Acarició mi rostro.

   —¿Ves? —sonrió—. Todo va a estar bien.

Tomé sus manos.

   —Lo sé… —contesté y su piel tomó algo más de calor cuando le toqué—. Lo sé.

Al parecer todo iba mejor de lo planeado.

 

Sólo esperaba que no fuera una ilusión. 



Notas finales:

Y si! mis chicos están bastante acostumbrados a las ilusiones... 

¿Críticas? ¿Comentarios? ¿Preguntas? Pueden dejarlo todo en un lindo - o no tan lindo - review 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).