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Totally Captivated [Jongkey] por AleKeySaur

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Notas del capitulo:

Tercer cap! wiiiiiii!

Este esta mas largo que los anteriores :3

A leer!

CAPÍTULO 3

 

 

 

 

¡PAF!

 

‘Él no lo hizo… ¿Verdad?’

 

El ruido sordo, y el dolor en su rostro le decían que sí.

 

-Balancea el libro contable de ahorros de la compañía después de que transfieras algunos fondos a eso. – Jonghyun le ordeno desde su escritorio.

 

‘Maldito bastardo, ¡¿Tenías que tirarme el jodido libro en la cara?! ¡¿Por qué no puedes pasármelo amablemente?!’

 

-¿Cuánto? – habló, furioso, mientras prendía la portátil.

 

-50.

 

-Sí, señor. 50, son… ¡¿50 MILLONES 1?! – Kibum gritó escandalizado – N… No quieres decir 50 000 won, ¿Verdad?

 

-¿De qué diablos estás hablando? – Jonghyun refunfuñó.

 

‘No puedo creer que esté transfiriendo 50 millones de won con mis propias manos.’

 

-Vete de una vez, estorbas mi visión – ‘Tan simpático como siempre’, Kibum pensó.

 

Salió tan pronto como pudo de la oficina, llevando un sobre consigo; caminaba a paso lento, admirando todos los centros comerciales a los cuales solo veía entrar gente de  “alcurnia”. Personas como él no podían darse el lujo de siquiera pasar por esas calles, sería como una burla para ellos mismos, ya que todo lo que allí se vendía era demasiado caro como para darse el gusto de comprar algo.

 

Suspiró, no debía perderse en sus pensamientos, no por ser una zona exclusiva estaba libre de gente de mal haber, por distraído le podían sustraer aquella libreta que valía más que todos sus bienes juntos.

 

Un hombre de sombrero pasó junto a él, mirándolo de reojo.

 

-Quizás debería pedir una escolta de seguridad – abrazó el paquete entre sus manos con fuerza, temiendo que alguien se lo arrebatase, en las calles nunca faltaba uno que otro ladrón – Nah, cálmate. Es solo una libreta de ahorros.

 

Después de recorrer un par de calles, comprar un bocadillo, y hacer su trabajo regresó a la oficina.

Ingresó al lugar, saludando a sus colegas que se encontraban en un extremo del lugar; aun sin percatarse de la expresión malhumorada en el rostro de Jonghyun, la notó cuando se dio vuelta para cerrar la puerta.

 

Jonghyun tenía el ceño fruncido, clara señal de que estaba disgustado, que algo lo estaba molestando, debía ser algo muy grave, pues ni se inmutó cuando ingreso a la oficina, o quizás solo estaba ignorando su presencia como siempre; su expresión facial parecía tan firme que asustaba.

 

-¿Qué pasa? – se atrevió a preguntar, esperando que el moreno no reaccionara mal a su pregunta.

 

-¿Qué eres, masoquista o simplemente un idiota sin bolas? – Kibum lo miro aturdido, aún sin enterarse de que hablaba su jefe - ¿No te molesta ni siquiera en lo más mínimo observarme hacer toda esa mierda con tu ex justo debajo de tu nariz? Es más, todavía sigues trabajando aquí. – Jonghyun lo encaró.

 

Kibum se quedó sin palabras, aturdido debido a la repentina acusación de su jefe, jamás habían tocado el tema del “Por qué” entró al negocio con ellos; pero era clara la causa exacta del por qué el tema era tomado como un “tabú”, sería incómodo, para Taemin y él, Jonghyun era un sinvergüenza, así que lo más probable era que al moreno le diera igual.

 

-¿Qué pasa? – al fin logró articular, intentando no perderse en sus pensamientos otra vez, se acercó al escritorio detrás del cual estaba sentado el pelinegro, Jonghyun no le quitaba la vista de encima; tenía que decir algo en su defensa – Da lo mismo, además, si echo a correr, de hecho me perseguirás.

 

-Por supuesto.

 

-Que demo... – Jonghyun era un jodido caradura, y ya comenzaba a cabrearlo.

 

-De todos modos, escuché historias de que después de que te dejara estuviste acosando a Taemin como si fueras un psicópata – volteó su vista hacia el exterior – Pero me parece que no debo prestarle mucha atención a eso por lo que he visto hasta ahora.

 

-Hmm…

 

Casi lo olvidaba, Jonghyun aún estaba bajo la impresión de que estaba acosando a Taemin. Pero… ¿Qué podía hacer?

 

‘Fue todo por mi culpa.’

 

Incluso ya no estando juntos todavía tenía que trabajar mucho para asegurarse de que Taemin no estuviera enfadado con él; era fastidioso, y a veces le entraban ganas de mandarlo todo al diablo, pero rápidamente desechaba la idea, al menos quería que su ex y él quedaran como amigos; después de todas las perradas que le había hecho, esperaba por lo menos limpiar un poco la mala imagen que se había llevado el castaño sobre él…

 

-¡¡DEJA DE REFUNFUÑAR Y DI ALGO!! – Jonghyun le tiro algo que no alcanzo esquivar debido a su distracción.

 

-¡YA! Deja de lanzar co-

 

No pudo completar su reclamo debido a la inesperada acción del mayor.

 

-Idiota, ¿Acaso no tienes bolas aquí abajo? – la mano morena dio unos leves golpecitos en la entrepierna del rubio, haciendo que Kibum se alejara bruscamente debido al sorpresivo contacto.

 

-Q… q… q… - Su usualmente pálido rostro se tiñó de un intenso color rojo en cuestión de segundos, avergonzándolo aún más de lo que ya estaba.

 

-Hey, nada mal… - Jonghyun murmuró, habría pensado que se estaba burlando si no fuera por la seria expresión en rostro del moreno, era claro que no bromeaba.

 

-¿Q-que estás haciendo? ¡¡¿Agarrándome de la nada?!! – gritó tapando su entrepierna, como si así lograra protegerse de otro “sucio” toque. Estaba totalmente comprobado, ese hombre… ¡ERA UN IDIOTA! Su orgullo de hombre casi desaparecía de su cuerpo, Jonghyun se encargaba de pisotearlo cada vez que se le presentaba oportunidad.

 

-¡Que va!, el tuyo no puede ser grande realmente. Déjame echarle un vistazo otra vez. – concluyó Jonghyun, levantándose velozmente.

 

Kibum no supo en que momento pasó, pero ya estaba acorralado entre Jonghyun y la pared, los fornidos brazos y los trabajados pectorales simulando una jaula imposible de traspasar.

 

-¡¡EEAAKK!! ¡QUE ESTA HACIENDO! ¡NO PUEDES SOLO TOCAR ALLÍ Y YA! ¡SUÉLTAME!

 

-¡¡QUEDATE QUIETO!! ¿No querrás que toque más de lo necesario verdad? – la voz de moreno sonaba con algo de sorna.

 

Del otro lado de la oficina, un montón de ojos sintiendo compasión del rubio que forcejeaba desesperado.

 

-¿Qué nosotros somos invisibles o qué? – Minho murmuró, desviando la mirada junto a sus tres compañeros, incómodo y a la vez algo entretenido por la situación.

 

-Eres demasiado escandaloso – dijo, para molestia del rubio; ‘Desgraciado, ¡No tienes respeto!’, Kibum quería gritarle. – Sería más fácil si solo te quedaras quieto, ¿Sabes?

 

-Si no paras, ¡LE DIRE A TAEMIN QUE TRATASTE DE TOCARME! – Gritó Kibum, creyendo que así pararía las acciones de su jefe, abochornado porque Minho y los demás estaban presenciando todo, para suerte suya, la otra parte de la pandilla había salido a hacer unos trabajillos.

 

-Atrévete – Al parecer su amenaza no iba a dar resultado – Haz eso y serviré tu cabeza en un plato, y la lanzare en el rio Han2.

 

-Si solo dejaras de tocarme, ¡¡No tendrás por qué hacerlo!! – Respondió – ¿No prefieres ahorrarte la molestia? – agregó, siendo causante de las carcajadas del grupito que observaban todo a una distancia prudente.

 

Cerró los ojos fuertemente no deseando ver la posible “nefasta” reacción de Jonghyun, pero antes de que el mayor dijera algo un crujido interrumpió el silencio de la habitación, haciendo que abriera los ojos por reflejo.

 

‘¡Ah! ¡¡Mi salvador!!’, Kibum quiso gritar, se zafó del agarre de Jonghyun, quien ya estaba de mal humor por la “interrupción”.

 

-¡Bienvenido! – exclamó el rubio, con un entusiasmo demasiado exagerado, yendo a recibir al invitado; no se percató que el hombre también se dirigía hacia él, así que chocó estrepitosamente contra el pecho del tipo.

 

¡TUMP!

 

El hombre lo miró despreocupadamente, como si ni siquiera hubiera sentido el impacto del menudo y huesudo cuerpecillo contra él, mientras Kibum tocaba su adolorida nariz en busca de lago de alivio para el ligero dolor.

El tipo era moreno, vestía casual, sus cejas fruncidas, casi fusionándose en una sola, un poco que barba se asomaba en su quijada, y su cabello oscuro prolijamente peinado hacia atrás; podría pasar como una persona común y corriente si no fuera porque… ¡Era gigante!

 

‘¡¡UN OSO!! ¡Él no es un humano! ¡¡ES UN MALDITO OSO!!’

 

-¿Quién demonios eres? – al fin articuló el desconocido – ¿Carne fresca?

 

Se agachó hasta que su rostro este a la altura del de Kibum, quien se sintió intimidado por tan repentino acercamiento.

 

-¿Qué está haciendo aquí una pequeña arpía como tú? – Habló de nuevo.

 

-¿S-señor? Yo solo… – Kibum no sabía que decir, el hombre era casi tan intimidante como Jonghyun, y su altura le daba un extra, se sentía tan pequeño e indefenso que quería huir despavorido, como una pequeña lagartija a punto de ser capturada.

Los oscuros ojos no se despegaban de su rostro, pero de un momento a otro la mirada penetrante bajó hasta cierto lugar, que hace nada estaba siendo manoseado por unas fuertes y masculinas manos…

 

-Tu bragueta está abierta – señaló el recién llegado. Solo entonces Kibum noto aquel –insignificante a la perspectiva de Jonghyun – detalle.

 

Su cara se tiñó de rojo otra vez, por la furia y la vergüenza de que alguien más que el mismo haya visto sus partes nobles, aunque cubiertas, pero igual, se sentía bastante avergonzado. Masculló en voz baja maldiciendo a Jonghyun en todos los idiomas aun no creados.

 

-Ya veo. Supongo que los gustos de nuestro jefe han cambiado un poco.

 

-¡Hey, Oso asesino! – Minho gritó emocionado.

 

-¿Cuánto tiempo ha sido, Líder? – Hoya parecía igual de alegre.

 

El “Oso” caminó hasta posicionarse frente a Jonghyun, se agachó haciendo una reverencia.

 

-Ha pasado un tiempo jefe. – dijo con una sonrisa – También han sido unas décadas desde que los vi chicos.

 

Kibum solo observaba atento toda aquella interacción a la cual era ajeno, debía ser un conocido, o un anterior colega de la pandilla.

 

‘Parece al menos diez años mayor que Jonghyun y aun así lo llama “Jefe”. ‘

 

-¿Quién es ese tipo? – Se animó a preguntarle a Minho – Ustedes parecen encantados de verlo.

 

-Es cierto, tú no lo conoces. – Sonrió – Lo llamamos “Oso Asesino”, pero su nombre es Seunghyun. Él una vez fue una leyenda, sabes.

 

-¿Cómo diablos puede ser una leyenda una persona viva? – Interrumpió.

 

-Deja que te lo cuente – Minho continuó.

 

 

 

Cuando estábamos ampliando nuestro territorio, fuimos contra otra pandilla que tenía la misma fuerza que nosotros. Cuando la pelea se alargó interminablemente, todos estuvieron de acuerdo en hacer un anticuado duelo con una persona de cada equipo, el ganador se quedaba con todo.

Jonghyun aceptó representarnos…

 

 

 

-Hombre, fue asombroso. Ni siquiera tenía 20 años aún. – El pelinegro explicaba con total emoción, como un padre orgulloso presumiendo los logros de su hijo.

 

‘Jaja… como si eso fuese algo para estar orgulloso’, Kibum quiso decir, pero prefirió no arruinarle la historia a Minho, que parecía totalmente inmerso en el pasado.

 

 

 

El Oso Asesino salió a favor del otro equipo.

 

 

 

-¿Eh? ¿El Oso?

 

-Fue una lucha bastante dura. Al final, nuestro jefe ganó. – Recalcó –  Se arrodilló frente al jefe y gritó “DESDE ESTE DIA EN ADELANTE ¡¡LUCHARE POR TI!!” – Soltó una escandalosa carcajada, haciéndolo reír también – Al día siguiente su juramento causó gran escándalo en nuestra pandilla. Después de todo el jefe solo era un subordinado en aquel entonces.

 

-Je… suena más como una película. – Kibum no sabía si creer en la versión del alto, pero viendo como era Jonghyun, probablemente las palabras del pelinegro no fueran del todo falsas.

 

-Cuando la familia se hizo más fuerte, finalmente se hizo el brazo derecho del jefe. – Kibum desvió su mirada hacia Jonghyun y El Oso quienes conversaban amenamente en el escritorio del jefe, el pelinegro a su lado suspiró – Ahh~ Entonces no teníamos nada que temer. Él era la mierda… una leyenda viviente entonces, hace tres años se casó y lavó sus manos de la pandilla. Parece que no ha estado bien desde entonces…

 

-Tiene sentido – Changmin apareció de repente – Después de todo, tiene antecedentes policiales.

 

‘¡¿UN EX CONVICTO?!’, El rubio se escandalizó, Changmin lo decía tan a la ligera, sin darle mucha importancia.

 

‘Estos tipos siguen mejorando’, pensó Kibum, nunca terminaba de saber en que estaban metidos sus colegas, a pesar de meses de conocerlos, seguía sin saber mucho de los antecedentes de los subordinados de Jonghyun; no debería sorprenderse, en el mundo de la mafia, todo el mundo tenía secretos.

 

-Bien, un invitado es un invitado. Esbozaré una sonrisa. – Murmuró lo suficientemente bajo como para que nadie lo oyera – ¿Quiere un café señor? – preguntó esta vez en voz alta, acercándose al par que desde hace rato conversaban.

 

Le pareció ver un destello en los ojos de El Oso, junto a un ligero color rojo en sus mejillas, al momento en que se aproximó al escritorio.

 

<<Generalmente los hombres fuertes están indefensos contra esos que son sumisos. >>

 

-¡¡Ejem!! – El  alto se aclaró la garganta, dejando un signo de interrogación en la cabeza de Kibum – No eres un chico mal parecido. ¿Qué haces? – preguntó.

 

-¿Señor? – ‘¿Qué quiere decir?’, se preguntó internamente - ¡Oh! Soy estudiante universitario.

 

-Ya veo. ¿Edad? – Continuó.

 

-23 – Respondió amablemente, sin entender a qué iba todo el cuestionamiento.

 

-¿Qué hacen tus padres?

 

-Eh… - Comenzaba a sentirse incómodo.

 

-¡¿Qué diablos crees que haces?! – Jonghyun se inmiscuyó en la conversación, lanzándole un cenicero en la cabeza al tipo. – Como sea, escuche que no estabas muy bien. ¿Cómo va el negocio líder? – Preguntó sin darle mucha importancia a la agresión anterior.

 

-¡Negocio, si, como no! Es solo una pequeña confitería de mierda… –  el Oso ignoró el dolor latente en su cabeza – Además lo arruine, así que estoy a punto de ser botado a la calle. Nadie quiere contratar a un ex-convicto. Pensé en volver a nuestra familia pero mi esposa me dijo, “Oye, ¿Te gustaría que nuestros niños tengan que decirles a sus amigos que su padre es un gánster?”

 

-Oh eso es incomprensible – Minho y los demás se carcajearon.

 

-Estos malditos niños no dejaran de crecer, y tampoco lo harán los gastos. – Jonghyun murmuró, mientras fumaba un cigarrillo.

 

-A este paso estaré terminado en dos días. Estoy tratando de hacer lo correcto, pero nada está resultando. Odio este maldito mundo. – respondió, la angustia notándose claramente en su voz – Necesito un lugar donde pueda poner mi trasero y trabajar durante un tiempo.

 

‘¡Que triste!’, Kibum imaginó una lágrima bajando por mejilla, estaba siendo demasiado exagerado quizás, pero cosas como estas a veces lograban conmoverlo.

 

-Es una locura… – dijo Jonghyun, enfadado – .Estas actuando como la gente que disfruta comer en una cucaracha que hiede a mierda.

 

‘MIERDA…’. Ese debía ser el pensamiento de todos dentro de la oficina, Jonghyun no tenía una pizca de sensibilidad ni de tacto.

 

‘¿Cómo puede decir eso con una cara tan seria?’, Kibum pensó.

 

-Podrás haberte salido de la familia, pero alguna vez fuiste una cucaracha llena de mierda y todos los saben. – el pelinegro murmuró enfadado – Sí,  tienes antecedentes aquí, pero Seúl no es la única ciudad de este país de mierda, ¿Por qué cada quejosa arpía del mundo se vuelve loca cuando no pueden hacerlo funcionar aquí? ¡Maldita sea! ¡Me cabreas! – salió dando un portazo.

 

-¡J-jefe! – El Oso sollozó, conmovido por las “motivadoras” palabras del más bajo; era cierto que Jonghyun podía ser un hijo de puta cuando quería, pero si alguno de los suyos necesitaba ayuda, sabían que podían contar con él, era su jefe, después de todo.

 

-Hombre, está más enrollado que un resorte, saldrá perdiendo si no puede pedir ayuda abiertamente – El Oso viró su rostro hacia Kibum – Ve tras él.

 

Seunghyun ni siquiera pudo contestar, antes de darse cuenta estaba siendo empujado hacia la salida por los flacuchos brazos de Kibum - ¡Apúrate!

 

 

 

 

-No es mucho – Jonghyun sacó un cuadernillo del bolsillo de su costoso pantalón, lanzándolo a las manos de Seunghyun que se encontraba a un par de metros de él – pero úsalo como puedas.

 

Los ojos del más alto casi salen de sus orbitas al ver la cantidad de cifras escritas en el cheque, aquello era demasiado.

 

-¡J-jefe! Ya has hecho suficiente por mí.

 

-No te rebajes solo por estar en este agujero de mierda. Regresa a tu ciudad natal – murmuró, cansado de la sumisión que demostraba Seunghyun – Además antes tu siempre me fastidiabas para que regresáramos juntos.

 

El más alto recordó aquellos días, cuando aún estaba bajo las órdenes del menor, más que un jefe, Jonghyun era como un amigo, alguien que a pesar de su difícil carácter, sabía ganarse la confianza y fidelidad de sus subordinados, era y seguía siendo una buena persona; en ese entonces Seunghyun no tenía mayores preocupaciones que él mismo, pero ahora tenía una familia que mantener, y estaría eternamente agradecido a la persona frente a él, que le estaba dando una mano cuando todos se la negaron…

 

 

 

 

 

-Jefe, me gustaría pedirte un favor antes de irme – Kibum y los 4 tras de él escuchaban atentamente tras de la puerta, estaban fisgoneando desde el momento en el que El Oso había salido – Quisiera salir contigo y tu amante.

 

Dongwoon rio bajito, Hoya dándole un golpe para hacerlo callar.

 

-¿Amante? ¿Cómo sabes quién es mi amante?

 

-¡Oh vamos! ¿Por qué eres así? ¿Cuánto tiempo hace que nos conocemos jefe? – Seunghyun le dio una mirada pícara – Estoy hablando de esa abrazable muñeca carita de porcelana, la de la oficina.

 

Todos los que estaban detrás de la puerta se congelaron.

 

Abrazable muñeca de porcelana…

 

Cuatro personas mirándose entre sí, moviendo la cabeza en forma de negación. Kibum seguía estático.

Pronto cuatro pares de ojos posándose sobre el rubio, percatándose este al instante.

 

-¡QUIÉN, ¿YO?! – Gritó, saliendo de su letargo, importándole poco si Jonghyun y El Oso escuchaban - ¡¿SOY “ABRAZABLE”?! ¿CON MI ALTURA?

 

Minho y los chicos estallaron en risas, Kibum siempre era tan tranquilo, nunca lo habían visto en esa faceta dramática, estaba comportándose como una señorita ofendida, una pequeña diva escandalosa.

 

‘Nunca me sentí tan debilitado, ¿Mi altura? ¿Hablan en serio?’

 

 Kibum se sentía totalmente humillado, tal vez no era tan alto como los demás, pero… ¡Qué demonios! ¡Jonghyun era más bajo que él! ¡¿No era entonces también abrazable?! Aunque debía admitir que el aspecto que tenía el moreno era totalmente distinto al suyo, Jonghyun respiraba testosterona por donde lo viese; Kibum estaba consciente de sus rasgos algo “femeninos”, pero... pero… hasta considerarse… ¿Abrazable?, era degradante…

 

‘Pero, tan pronto como entre a la oficina…’

 

Las risas de sus compañeros no le permitieron escuchar el fuerte crujido que lanzó la puerta al ser empujada bruscamente por Seunghyun.

 

-¡Vamos chico! – El Oso lo alzó como si  nada, tirando de él desde el cuello de su camiseta.

 

-¡¡Aack!! ¡No soy yo! ¡¡Atrapaste al equivocado!! – gritaba el rubio, intentando, en vano, deshacerse del agarre. Obviamente aquel tipo estaba confundido, ¡Él no era el amante de Jonghyun! ¡¿Y porque diablos el pelinegro no decía nada?!

 

-Jefe, tiene que ir a la oficina central hoy – Seunghyun arrastró a Kibum, ignorando los gimoteos.

 

-Lo sé. – ‘¡Desgraciado! ¡Aclara esto de una maldita vez!’, quería gritar.

 

 

‘¡TAEMIIIIIIIIIN!’

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

-¡¡Waa!! Cuando te vi por primera vez, eras tan atractivo que pensé que eras un mujeriego. Ahora estoy aliviado – la sonrisa de El Oso era destellante –  Parece que te estas llevando bien con el jefe, eres simpático, y coges las cosas rápidamente.

 

-Jaja… – incómodo, totalmente incómodo.

 

-¡¡ES SUFICIENTE!! ¡¿Crees que esta es una cita a ciegas?!3 – un objeto voló, para terminar justo en medio de la frente del más alto.

 

‘Este tipo no se cansa de lanzar cosas’, Kibum pensó, recordando amargamente las veces que él había sido el blanco.

 

 

El Oso desvió su atención del rubio hacia el panorama que podía observar desde las paredes de cristal, no deseando que Jonghyun volviera a golpearlo con algo, ya había tenido suficiente de eso en el pasado.

 

‘Está bien, muy bien’, Kibum se liberó de la tensión, ‘Pero… ¿Qué HAY CON ESTA ESCENA? ¡¿TRES TIPOS EN LA RUEDA DE LA FORTUNA?!’

 

Todavía recordaba la expresión de disgusto en la cara del operador cuando los vio subir a la cabina. Podía asegurar que el hombre tenía un mal presentimiento sobre ellos; no lo culpaba, ni él mismo se fiaría de personas con un aspecto tan intimidante….

 

Suspiró, cansado; las cosas se estaba poniendo raras, solo le quedaba ser optimista. Olvidar donde estaba y con quienes estaba…

 

‘Finjamos que solo estoy en una cita con el tipo más ardiente.’ Cerró los ojos, creando una imagen en su mente, ‘Después de todo, ¿Cuán a menudo consigo ir a la rueda de la fortuna con alguien tan guapo? Sí, eso es…’

 

-¡JA JA JA! ¿Recuerdas jefe? Como era… – fingir era difícil con la fuerte voz de El Oso asesino interviniendo constantemente…

 

Seunghyun reía a carcajadas, pero Jonghyun permanecía con el semblante serio de siempre.

Kibum nunca lo había visto sonreír hasta ahora. Considerando como se tomó la molestia de preparar el dinero para Seunghyun, y decidió salir con El Oso y él a pesar de su ocupada agenda… realmente debía preocuparse por su ex subordinado.

 

Su mirada seguía puesta en el moreno, su bien formada mandíbula era una de las cosas que más le gustaban al rubio, un rasgo que lo hacía ver aún más guapo de lo natural, aún recordaba con detalles el momento en el que se habían conocido, un pensamiento flotando en su mente…

 

 

 

La segunda vez en su vida que veía un tipo tan apuesto…

 

 

 

‘¡¡ESPERA!!’, un recuerdo lo atacó de repente, imágenes borrosas formándose en su cabeza.

 

-¿Qué? – Jonghyun preguntó, extrañado por la fija mirada del rubio hacia él.

 

-Jefe, ¿Nos hemos visto en algún otro lugar? – la duda carcomiéndole el cerebro.

 

-¿Acabas de tratar de ligarme? – cambió radicalmente de tema, sin darse cuenta.

 

-¡Ekk! – Kibum lo miró, alzando una ceja de manera incrédula -¡N-no!

 

-Maldición… no asustes al chiquito, jefe, debes tratar de ser amable con él – El Oso lo abrazó paternalmente, Kibum queriendo soltarse del agarre, continuaba resentido por lo de “Abrazable”, jamás perdonaría a Seunghyun por semejante calificativo degradante.

 

-¡Dije que es suficiente! – algo que no pudo identificar fue lanzado directo a la persona que lo tenía preso entre sus brazos.

 

El más alto soltó una risotada, las viejas costumbres de Jonghyun nunca se irían, lanzar cosas siempre sería parte de su “esencia”.

 

-¡Hey, jefe! Hay una cosa que quiero ver antes de irme – dijo mientras frotaba su frente, algo adolorida por el impacto, volviendo a su lugar, dejando a un Kibum contento por haber sido liberado.

 

-Ahora ¿Qué?

 

-Quiero verte feliz, creo que puedo irme a mi ciudad natal en paz si lo hago – un aura de emoción cubrió el ambiente.

 

‘¡¿Qué demonios?! ¡¿Por qué está mirándome?!’, Kibum reaccionó al ver la intensa mirada que el moreno le dirigía desde que Seunghyun terminó de hablar, el puño en su mano amenazándolo, ‘¡¿Qué relación tiene ser feliz conmigo?!’

 

Jonghyun lo aprisionó contra los cristales de la cabina, casi subiéndose encima de él.

 

-Abre tu boca – el tono autoritario en su voz dándole escalofríos.

 

-No, ¡Espera! ¡Espera! – de alguna u otra manera era la segunda vez que estaba siendo acosado, por la misma persona, ¡Y el mismo día!

 

-Te mataré si te resistes – su mirada decía que no bromeaba…

 

No tuvo tiempo de pensar en algo coherente para responder, la mano morena se posó en su mentón, tomándolo con fuerza, los gruesos y sensuales labios aproximándose lentamente a los suyos.

 

Podía sentir el aliento tibio saliendo de la boca contraria, una libidinosa lengua asomándose por la caliente cavidad, para luego pasearse desde la mitad de su quijada, subiendo lentamente hasta encontrar refugio en la pequeña cueva que se ofrecía entre los delgados labios acorazonados…

 

El corazón de Kibum latió a la velocidad de la luz, sus mejillas tomando un color más intenso, eso… ¡No era correcto! Quería gritar, empujar a Jonghyun, alejarlo de él, escapar, el acercamiento estaba logrando alocar sus nervios; pero, por alguna desconocida razón, también ansiaba el contacto que estaba a punto de llegar.

 

Cerró los ojos, Jonghyun eliminó el casi inexistente espacio entre ellos, besándolo con maestría, sus dientes jalando delicadamente los pétalos rosas, su lengua masajeando la contraria, cálidos y suaves labios amoldándose a la perfección, succionándose entre sí… un apasionado beso que parecía no querer tener fin…

 

 

-Ejem, ejem – Seunghyun interrumpió el beso, Jonghyun separándose al instante del rubio, que permanecía con los ojos cerrados, reviviendo en su mente todas las maravillosas sensaciones que recorrieron su cuerpo los anteriores segundos.

 

¿En qué momento se había dejado llevar? No lo sabía, y tampoco es como si planeara averiguarlo, pero aquello… ¡¡Había sido fantástico!!

 

‘Es un gran besador’, su mano se dirigió a sus labios, acariciándolos inconscientemente, no creyendo aun lo que había pasado.

 

‘Espera, ¡¿QUÉ ESTOY DICIENDO?!’, se recriminó internamente, lo recuerdos de un castaño sonriente llegando rápidamente a su cabeza, ‘Lo siento Taemin…’

 

 

 

 

 

-El paseo ha terminado – el encargado abrió la pequeña entrada de la cabina, los tres hombres saliendo de allí.

 

Caminaron en silencio por el lugar, niños contentos corriendo de un lado a otro, adolescentes paseando de la mano con sus novias, amigos riendo mientras comían manzanas acarameladas; ellos no encajaban en el lugar, un parque de diversiones era un lugar en el que nadie se imaginaria ver a un par de mafiosos… y Kibum – quería creer que no se veía como uno de ellos-

 

-Jefe, una vez que vuelva a casa, no volveré a la ciudad – Seunghyun detuvo sus pasos frente a Jonghyun.

 

-Probablemente será difícil encontrar otro tipo tan confiable y leal como tú. – Kibum lo miró con curiosidad, esa debía ser la primera vez que lo veía decir un alago a alguien – Sé que no fue fácil trabajar bajo un jodido tipo como yo. Gracias.

 

-¡Jefe! – la voz de El Oso sonaba conmovida, al ver que Jonghyun le tendía la mano, frotó la propia en su chamarra, “limpiándola”, ganándose la mirada incrédula del rubio.

 

-Cuídate mucho, señor. – concluyo Seunghyun, tomó ambas manos de Jonghyun, inclinándose en señal de respeto y agradecimiento.

 

Kibum miró la escena enternecido, por alguna razón, encontraba eso muy conmovedor.

 

‘Incluso la parte masculina de mi corazón se siente conmovida.’, pensó, llevando una de sus manos al lado izquierdo de su pecho, sonriendo ligeramente.

 

-Cuídate tú también. – de alguna u otra forma Seunghyun había aparecido a su lado y le palmeaba la espalda – Sirve bien a nuestro jefe, jajaja.

 

El rubio solo ignoró el comentario, de nada serviría que le diga que él no era el verdadero amante de Jonghyun; además, El Oso estaba por marcharse para no volver, así que no hacía mucha diferencia si se enteraba de la verdad o no.

 

-Habría tratado de atrapar al jefe también si hubiera sido tan abrazable como tú – dijo de pronto el alto, Kibum alejándose rápidamente de él, impactado por la elección de palabras del más alto.

 

-¿Porque nací siendo tan horrible? Tengo una esposa ahora pero… - murmuraba triste, alejándose del par; el rubio aun impactado por la confesión de Seunghyun. Jonghyun… él realmente hacía que cualquiera cayera a sus pies…

 

-Realmente eres popular jefe. – Kibum lo miró con simpatía, carcajeándose suavemente por su propio chiste.

 

-¿Qué diablos estas balbuceando?

 

Como era de esperarse, el mayor contestó con otra pregunta; sabía que Jonghyun solo ignoraría el tema, el moreno solo escuchaba lo que sus oídos querían percibir.

 

-Es muy bonito de cierto modo… – pausó por un momento, cambiando el rumbo de la conversación, continuar con lo anterior no tenía sentido –… ver esa cosa llamada amistad incluso entre gánsters.

 

-¿A quién estas llamando “gánster”? – el mayor lo golpeó ligeramente en la espalda – Soy un legítimo hombre de negocios.

 

‘¡¿Porque mi espalda…?! ¡Un hombre necesita que eso funcione!’, Kibum se retorció de dolor, se estaba haciendo uno de los hobbies del pelinegro el golpearlo.

 

El moreno caminó lejos de Kibum, intentando parecer ofendido por el comentario del rubio, sabía perfectamente que sus palabras estaban cargadas de verdad.

 

-Jefe, ¿Vas a volver a la oficina ahora? – Kibum le siguió el paso, intentando ignorar el dolor latente – Si es así, ¿Puedo quedarme con tu boleto por un día? Puedo venderlo en el parque y ganar algo de dinero con esto.

 

Jonghyun sonrió, aún sin voltearse para enfrentar a Kibum, cuando lo hizo, dos pedazos de papel rasgado cayeron al suelo, frente a la triste mirada del rubio.

 

-¿Por qué debo hacer algo beneficioso para ti? – explicó el moreno, alejándose nuevamente de él.

 

‘¡Hijo de pe…!’, Kibum quería gritar, genuinamente molesto por la acción de Jonghyun.

 

-Por lo menos no tuve que gastar mi propio dinero – quiso pensar de forma optimista.

 

‘Ganancias de Hoy: CERO.’

 

 

Kim Jonghyun era un auténtico dolor en el trasero…

 

 

 

 

~~~

 

 

 

 

-Estaba esperándolo señor – Minho lo recibió en el estacionamiento; ingreso al auto, para ser conducido hacia otro lugar. Volteó discretamente hacia la ventana, observando como Kibum tomaba el transporte público para volver a la oficina.

 

Llegó al enorme edificio, tomó el ascensor para llegar a la habitación indicada, allí lo esperaba un elegante traje extendido en el sillón, listo para ser usado.

 

Jonghyun se cambió rápidamente, acomodó sus pies en los lustrosos zapatos, para luego volver a enderezarse y dirigir sus manos al cuello de la camisa.

 

-Corbata – Minho le tendió la prenda, tomando con otra mano el saco para ponerlo sobre los hombros de Jonghyun.

 

-A la oficina central – dijo, ya completamente listo.

 

 

 

 

 

“OFICINA CENTRAL DE LA UNIÓN DE CRÉDITO SAEHAN, ADMINISTRACIÓN DE ACTIVOS C&M”

 

Se leía en la leyenda de la mediana placa dorada situada en la impecable pared blanca.

 

-¡Bienvenido Señor!

 

-Si, si – Jonghyun pasó de largo, frente al hombre inclinado en una reverencia. El costoso calzado sonando a cada paso que daba, subió al ascensor, Minho detrás de él.

 

Al llegar al último piso, salió velozmente de la gran caja de metal, no soportando más escuchar la irritante melodía que sonaba dentro de esta.

 

-Bien, bien… ¡Miren quien es! Veo que luces como de costumbre – una desagradable voz delante de él interrumpió su caminar. Un tipo alto, prolijamente peinado, envuelto en un horrendo traje a rayas de color gris, sonreía fingidamente.

 

-Han sido un par de meses, ¿No? – dijo el tipo, jugueteando con el cigarro entre sus labios.

 

Las bocinas de los autos se podían escuchar a lo lejos, las paredes de cristal mostraban que la ajetreada vida de las demás personas continuaba en curso, mientras que el edificio estaba en paz total; cada persona encerrada en su oficina haciendo su trabajo. Jonghyun mirando fijamente al hombre desconocido, intimidando a este a pesar de ser evidentemente más bajito que él, el ambiente comenzaba a tensionarse.

 

-¿Quién es esta mierda? – Jonghyun rompió el silencio sepulcral.

 

-Es el señor Jung Yunho, ahora está a cargo de Gangbook**** – Minho respondió – Se lo ha encontrado un par de veces antes señor.

 

-Nah… no lo recuerdo – el moreno concluyó, volteando la cara restándole importancia, enfureciendo a Yunho con su respuesta.

 

-¡Pequeño insolente punk! – gritó Yunho, escupió el cigarrillo que antes estaba en sus labios – Incluso un estúpido estudiante fracasado como tú debe aprender como respetar a sus mayores.

 

-Eres tú, punk, el que tiene que mostrar respeto primero – Jonghyun contestó después de un breve momento – Llevo revolcándome en el negocio del viejo más tiempo que tú, ocho años a decir verdad, ¡¿Y ahora un don nadie como tú se atreve a tratar de mandarme?!

 

Yunho gruñó enfurecido, Jonghyun lo estaba humillando, y menospreciando su “experiencia” en el negocio, el mocoso presumido estaba terminando con su poca paciencia, tenía que contraatacar con lo que fuera.

 

-Oh, oh, es cierto, ahora que pienso en eso, escuché sobre algo así. Escuché que llevas con el jefe desde primaria. – atacó; esperando, ansioso, ver la furia estampada en la cara de Jonghyun – Tal vez no te “revuelques” con él en la calle, pero, ¿Y en la cama?

 

Sonrió satisfecho cuando notó un leve estremecimiento en el cuerpo frente a él, la expresión de Jonghyun deformándose lentamente.

 

-Todos lo dicen. – continuó – Que vendiste tu cara bonita para estar a cargo de Gangnam5

 

Jonghyun le lanzó una mirada furibunda, acercándose primero lentamente, para luego acelerar sus pasos en dirección a él

 

-¡J-jefe! ¡Por favor! ¡Contrólese! – Minho corrió tras el más bajo, asustando a Yunho con sus palabras.

 

Jonghyun estaba prácticamente enfrente, el más alto se estremeció por el repentino acercamiento.

 

‘Eh, ¿Quiere pelar ahora?’, pensó para sí mismo, sacando una navaja de su bolsillo, lo más rápido que sus manos se lo permitían.

Desenvainó la cuchilla, listo para pelar cuando Jonghyun pasó de él, pateando la puerta que se encontraba a sus espaldas.

 

-¡¡OYE VIEJO!! SE LO DIJISTE A TODOS ¡¿NO?! – gritó Jonghyun completamente enfurecido, casi lanzando humo por sus narinas - ¡¿QUÉ TU Y YO ESTAMOS ENROLLADOS?! ¡¡MALDICION!! ¡¡DIJISTE QUE NO DIRÍAS NADA!!

 

- …Podrías romper la puerta, chico. – la voz ronca murmuró, el hombre golpeando una pequeña bolita blanca en el piso con un palo de Golf.

 

Minho entró a la oficina, completamente apenado, cerrándole la puerta en la cara a un Yunho atolondrado, que había quedado en shock por la noticia. Una sola frase repitiéndose una y otra vez en su cerebro.

 

 ‘¿Era verdad?’

 

 

 

 

 

-Te he dicho muchas veces que hagas algo sobre ese carácter tuyo. – el hombre mayor reclamó.

 

Lee Jinki, presidente de administración de activos de C&M, un hombre con gran poder económico, estaba en el “negocio” desde sus años de juventud, y era tutor legal de Kim Jonghyun.

 

-Ya deberías saber que siempre he sido un cabrón – el moreno contestó fastidiado, sentándose en un mullido sillón negro – De todos modos, ¿Qué estas planeando… para mantener a ese cabrón aquí?

 

Jinki alzó una ceja en señal de confusión.

 

-Ya he tratado con los tipos como ese tipo un par de veces antes. – aclaró, refiriéndose a Yunho con cierto desprecio – Algún día él se volteara y te cortará la garganta con una sonrisa, lo sabes.

 

Lee se carcajeó de buena gana, había anticipado que Jonghyun diría algo así, siempre directo, importándole una mierda que los demás discreparan con su opinión.

 

-Bien, para llevar un negocio, necesitamos de alguien como él de vez en cuando.

 

-No deberías mantenerlo por aquí por mucho tiempo.

 

-Peor hay cosas que solo los gusanos pueden hacer, – Jinki respondió, su voz había sonado como si le diera asco decir aquellas palabras – Aun no entiendes cómo funcionan las cosas.

 

-Es suficiente, deja de tratarme como si fuera un novato – dijo seriamente el moreno, mientras observaba al mayor que continuaba jugando con aquel bastón de metal, dándole golpecitos a la esfera que rodaba continuamente sobre el brillante piso de madera. Su mirada se desvió brevemente hacia Minho, quien haciendo una venia en su dirección de retiraba del lugar, cerrando la puerta tras suyo.

 

-Viejo… - Jinki viró su rostro, dejando de prestar atención a lo que estaba haciendo, oyendo el llamado de Jonghyun –Me voy a ir si sigues jugando con esa pelota. – Jonghyun levantó una pierna encima del sillón, su rodilla sirviendo de soporte para apoyar su mano.

 

-¿Por qué malgastar el tiempo? – habló de nuevo – Seamos sinceros. En lo único que piensas es en estar revolcándote en la cama desnudo conmigo.

 

-No presiones – el mayor caminó lentamente hacía el otro extremo del lugar, dejando el palo de golf y la pelota sobre una mesilla pequeña.

 

-Como prometí, seré tu perro obediente hasta que cumpla 30, pero después, podría girarme y rasgar tu garganta también – el moreno sonrió de lado, causando que la expresión de Jinki se ensombreciera, cosa que no duró mucho, pues pronto una sonrisa surcó sus labios.

 

-¿En serio? ¿ vas a morderme punk? – se burló, caminó hacia el sofá oscuro.

 

-Eso es algo para esperar con ansias. Adelante. – murmuró el mayor, una de sus rodillas apoyándose en el espacio vacío que dejaba el mueble entre las piernas de Jonghyun, una sus manos dirigiéndose al espaldar, aprisionando el cuerpo moreno debajo suyo  –Si puedes, necesito que lo hagas. Y como prometí, te entregaré todo lo que tengo.

 

La sala de llenó de silencio de nuevo, el resplandor de la media luna en el cielo opacado por las intensas luces del exterior que ingresaban tenuemente por la ventana, solo haciendo visibles dos figuras dentro del lugar.

 

Dos siluetas compartiendo un beso…

 

 

Notas finales:

Asafsdhfgjhgjfghd esos dos se traen algo! ¬u¬

ahora si se pone interesante! (al menos desde mi punto de vista)

Los reviews son amor <3

 

ACLARACIONES

1 Aproximadamente 50 000 dólares

2 El rio Han fluye por Seúl y desemboca en el mar Amarillo

3 Jonghyun está haciendo referencia a la costumbre coreana de las citas a ciegas que se arreglan con el propósito de encontrar a alguien para casarse.

5 Parte sur del rio Han en Seúl


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