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Totally Captivated [Jongkey] por AleKeySaur

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Notas del capitulo:

Odienme, lo merezco, tarde demasiado, lo se! pero volvi! yay!(?)

Nos leemos abajito :D hay algunas cosillas importantes, creo...

Enjoy~(?)

CAPITULO 6

 

 

Kibum abrió estrepitosamente la puerta del baño, sus pisadas sonando más como golpes que como pasos, estaba hecho una furia.

 

Completamente molesto.

 

 Se paró frente al espejo para ver la herida que desde hace pocos minutos estaba en su cuello.

Gracias a todos los cielos el corte no había sido muy profundo, pero llamaba bastante la atención, y aún sangraba un poco, nada que una gasa y un poco de alcohol no pudieran remediar; solo esperaba que no le quedara una cicatriz.

 

Acaricio levemente el lugar afectado, limpió un poco de sangre seca que había quedado alrededor de la herida, sintiendo algo de ardor al hacerlo. La furia que momentáneamente se había esfumado reapareció aún más intensa que antes, el rostro del responsable de su molestia apareciendo repentinamente en su mente.

 

Un rostro moreno, ojos de cachorro y cara de dinosaurio.

 

— ¡¿Qué clase de asqueroso borracho hace algo tan absurdo?! — Gritó enfurecido, lanzando sus brazos por todas partes, para después estampar sus manos contra el lavabo; miró sus propias facciones endurecidas en el reflejo que le ofrecía el pedazo de vidrio en la pared; lanzando un suspiro, resignado — Y de todos los lugares, ¿Tenía que ser en mi cuello? —Lloriqueó.

 

Echó una mirada más al espejo, volteándose de inmediato para salir del lugar, estaba siendo demasiado masoquista al ver una y otra vez su herida, después de todo, ya estaba allí, lo único que le quedaba era taparla hasta que sanara y quizás un tiempo más, estaba casi seguro de que le quedaría alguna macha violácea, pues su piel era demasiado sensible.

 

Salió del baño, un puchero en sus labios de corazón que más que hacer notar lo molesto que estaba, lo hacía lucir adorable.

 

— Con este calor no puedo taparla con ropa. ¿Qué tal si la gente tiene una idea equivocada? Maldición.

 

Continuó quejándose en voz baja, a pesar de que nadie lo escuchaba; caminó lento por el pasillo que lo conducía a la salida del local, dando pataditas distraídas al suelo intentando olvidar el dolor aun latente en su cuello.

 

—…Así que espera un rato más por mí. — una voz familiar le llamo la atención, apenas eran unos suaves susurros, pero también podía oír la voz de una mujer. Se detuvo de inmediato.

 

— ¿De verdad? De verdad me vas a prestar el dinero ¿Eh?

 

— Si, eso es lo que te estoy diciendo.

 

El rubio dio un par de pasos más, encontrando a Seungi, uno de los subordinados de su jefe, con el cuál no hablaba mucho, apenas cruzaban un par de palabras de vez en cuando; estaba acompañado de una muchachita delgada y de castaños cabellos junto a él. Bastante bonita a decir verdad.

 

— ¡Yay! Muchas gracias bebé. — la chica saltó a los brazos del hombre, sus delicadas facciones la hacían ver tierna cuando sonreía, Seungi la tomó por la cintura  para elevarla un poco sobre el suelo.

 

— Shhh… mantén la voz baja — el hombre de corbata sonreía, ajeno a la mirada extrañada de Kibum que veía todo detrás de una pared, casi como si los estuviera espiando.

 

— Está bien, vuelo adentro, cuento contigo — la castaña sonrió mientras salía por una de las tantas puertas del pasillo.

 

Seungi la dejó ir, casi se le caían los ojos, y traía cara de imbécil –la chica debía gustarle mucho—, pero antes de que la muchacha saliera, el recuerdo de una promesa volvió a su mente.

 

— ¿Eh? Pero Yoona… ¿Qué hay sobre más tarde?

 

— No puedo. Estaré ocupada por un rato, pero me hare cargo de ti. Todo a su tiempo… Después de que obtenga el dinero, ¿Ok? — lanzó un guiño coqueto para finalmente desaparecer del pasillo.

 

— Esta bien, entonces, adiós — dejo escapar un para nada agraciado “jeje”, casi babeando ante el último gesto de Yoona.

 

 

Kibum quería burlarse, no recordaba haberse comportado así nunca con nadie, ni siquiera con Taemin… bueno, tal vez si, un poco, nada más, pero Seungi estaba perdido por esa chica.

 

— ¡Vaya! — el rubio salió de su escondite, asustando al más alto — ¡Sí que es una chica ardiente! — dijo, pasando uno de sus brazos por encima del hombro de Seungi, en un intento por verse amistoso. — Debo alabarte por tus habilidades. ¿Cómo lograste ligarte a alguien tan sexy?

 

— ¡No me toques! — el brazo de Kibum fue dolorosamente golpeado por el del más alto, haciendo que el abrazo pierda contacto, el rubio mirando estupefacto al contrario, aún sin saber a qué se debía su inesperada reacción.

 

— ¡¿Qué te pasa?! —le reclamó, abultando sus labios rositas.

 

— Para ser honesto, no puedo tolerar… a enfermos pervertidos como tú, que se revuelcan con otros hombres — escupió con desprecio.

 

Los afilados orbes se abrieron al máximo, Kibum estaba completamente sorprendido, en todo su tiempo en la oficina, jamás había recibido críticas ni alguna muestra de asco por su opción sexual, jamás creyó que alguno de sus colegas siquiera tuviera esa clase de prejuicios, mucho menos cuando Jonghyun, el líder de todos ellos, se demostrara abiertamente homosexual.

 

Su mirada decayó, mostrando la tristeza que lo estaba embargando, estaba acostumbrado a no ser aceptado por la gente, pero le dolía el rechazo de Seungi, pues lo consideraba uno de los suyos.

 

A pesar de todo, se mostró fuerte, intentando no verse afectado por las palabras del otro.

 

— Siento haberte tocado — murmuró después de un  incómodo silencio. — Yo—

 

— Sin embargo… — Seungi lo interrumpió — Tú me pareces un buen chico.

 

El sombrío ambiente pareció desaparecer en un instante, la sonrisa tímida de Kibum ensanchándose después de las palabras.

Aunque detrás de todo eso, debía haber algo, la mirada de Seungi aún tenía algo de rechazo hacia él.

 

— Se nota que eres bueno juzgando el carácter. ¡Soy un buen chico, puedes apostarlo! — dijo animado golpeando levemente la espalda de Seungi.

 

El alto suspiró sonoramente.

 

Si, aquí venían. Sus verdaderas intenciones.

 

— Es por eso que… necesito un favor de ti, ahora tu estas a cargo de la cuenta bancaria del jefe…. ¿Verdad?  — las palmada se detuvieron y Kibum lo miró con indignación.

 

— ¡¿EHHHH?! ¡DE NINGUNA MANERA! ¡NO PUEDO HACER ESO! — chilló el rubio, imaginándose a sí mismo siendo torturado por Jonghyun si este llegara a enterarse. —Sumergirme en el río atado a un barril lleno de cemento, no suena exactamente a una actividad que me llame la atención.

 

— Te lo suplico Kibum, ¡Por favor!  — Rogaba el alto mientras jalaba al más delgado por uno de sus brazos, impidiendo que se marchara — ¡Solo necesito cien millones de won*!

 

— ¡¿QUÉ?! ¿Cómo esperas que retire cien millones de won sin que el jefe se entere? —chilló haciendo escándalo.

 

— Los devolveré de inmediato, lo prometo. Solo los necesito por diez días, solo diez días.

 

— No, ni hablar. — Kibum paró todos sus movimientos, Seungi estaba siendo muy insistente, y él no pensaba ceder, no arriesgaría su trasero por otros de nuevo, ya tenía malas experiencias con eso — Todo lo que necesitaría hacer Jonghyun para darse cuenta de todo es revisar los reportes bancarios para verlo.

 

— En verdad… ¿No puedes ayudarme? — sonaba desesperado.

 

‘¿Para que necesitas tanto dinero?’, quiso interrogarle el rubio; Jonghyun —por lo que tenía entendido— no les pagaba mal, y con todo el trabajo que lo tenía siempre ocupado, dudaba que estuviera metido en otro negocio que le pudiera dejar endeudado, ¿Entonces…?

 

Recordó fugazmente la escena de la que había sido “participe” hace un par de minutos, la tal “Yoona” junto a Seungi, y este prometiendo prestarle dinero… ¿Acaso era para eso?

 

— Seungi, no puedes estar…

 

— ¡Oye! ¿Qué te parece esta otra idea? — Los brazos más fuertes tomaron los delgados entre su manos — Déjame manejar la cuenta bancaria solo este mes. Solo dile al jefe que estás ocupado con los exámenes o cualquier otra excusa.

 

El blondo lo miró dudando, aún no estaba convencido de ayudar al más alto con algo tan arriesgado.

 

 Seungi, lo miraba esperanzado, estaba logrando convencerlo, podía notar la duda en sus ojos.

 

— Estará bien, especialmente porque estaba a cargo de ella, antes de que tu llegaras — continuó exponiendo sus argumentos — Todo lo que tienes que hacer es quedarte callado. ¿Puedes hacer eso por mí, no?

 

— P…pero…

 

— Kibum, ¡Te lo ruego! Hombre ¡Tienes que salvarme! — lo sacudió.

 

Los felinos ojos observaron a Seungi con indecisión, y también con algo de lástima, el hombre estaba siendo muy estúpido.

 

‘Maldicion’, pensó, sabía que Seungi no lo escucharía, aún si le decía que Yoona lo estaba usando solo por dinero.

De cualquier forma, estaba muy seguro de que la castaña solo tenía los ojos puestos en su billetera.

 

‘Mierda… que así sea’.

 

— Está bien — respondió resignado — pero prométeme que nunca me involucrarás. Espero que sepas lo que estás haciendo…

 

— ¡Hecho! ¡Gracias! — Seungi asintió, demasiado contento. — Definitivamente te invitare un trago la próxima vez, Kibum — le dijo, mientras Kibum huía de la “escena del crimen”.

 

 

 

 

 

— No quiero que un apestoso homofóbico me invite un trago — dijo con molestia el rubio, ya cuando estaba lejos  de Seungi, elevó la mirada observando detenidamente la puerta del lugar a donde lo habían llevado sus pies, la misma puerta del local donde habían estado tomando esa noche, detrás de la cual, seguramente, Jonghyun debía seguir durmiendo como un oso en invierno.

 

El suave crujido de la madera alertó a la pandilla, Kibum entrando al lugar, soltó una risita burlona por la escena frente a él.

 

— Jefe, debemos irnos ya. — Minho rogaba de rodillas al cuerpo estirado sobre el sillón, como si el moreno lo estuviese escuchando, Kibum juraría que estaba a punto de picarle las mejillas con los dedos con tal de que despertara. — ¿Señor?

 

— No esperes que despierte, está totalmente borracho. — El rubio miró de mala gana al pelinegro; si fuera por él, lo dejaba botado en la calle, por borracho y agresivo, pero estaba seguro de que sus subordinados jamás harían aquello que él se moría de ganas por hacer —  ¿Por qué no lo cargas en tu espalda, Minho? Yo conduciré.

 

— Oh, ¿Si? — Minho lo miró sonriente, lo único que quería era largarse a descansar.

 

Habían logrado, a duras penas, meter en un taxi a Changmin, que por extrañas razones, estaba más ebrio que nunca, —de seguro traía más alcohol que sangre en la venas— después de un escándalo que causó risas, lágrimas y dolores de estómago por las carcajadas que nadie pudo contener.

 

Todos sus “colegas” ya se habían marchado, solo quedaban Minho, él, y un cúmulo de músculos, huesos y cabello azabache de nombre Jonghyun.

 

Abrió la puerta del lujoso auto, sentándose rápidamente al volante, el asiento de cuero recibiéndolo son un crujido; tomó las llaves con una mano mientras la otra se dirigía al timón.

 

Miro por el retrovisor, curioso, Jonghyun seguía tan dormido como un  bebé, un pesado bebé, pues Minho apenas lograba sostenerlo con firmeza.

 

— No sabía que tenías licencia de conducir. — dijo el más alto mientras acomodaba con algo de torpeza el cuerpo de su jefe.

 

— No tengo. — respondió el rubio despreocupado, el ruido del motor dando aviso de que el auto estaba listo para marchar.

 

— ¡¿QUÉ?! Oye, espera un minuto…

 

— Oh, está bien, no te preocupes — rio por el dramatismo de Minho — tengo varios años de experiencia como valet.

 

— Oh…

 

‘Incluso una vez pude manejar un Ferrari’.

 

El silencio reino después de la última frase de Minho, Jonghyun seguía sin despertar a pesar de todos los movimientos del auto y Kibum luchaba contra el sueño, estaba realmente agotado, demasiadas emociones por un día.

 

Un par de calles más, y luego de varias indicaciones del de lentes oscuros, Kibum se estacionó frente al edificio en el cual vivía Jonghyun.

Abrió la puerta trasera que estaba al lado de la acera, ayudando a Minho a sacar al bello durmiente; una vez fuera y verificando que el auto estuviera correctamente asegurado, recién pudo observar la enorme, enorme construcción que se alzaba orgullosa a sus ojos.

 

— E…esto no puede ser — el rubio murmuro espantado, la azotea del gigantesco edificio se confundía incluso con el cielo — ¿Cómo un prestamista de poca monta puede vivir en un lugar tan elegante?

 

La puerta de vidrio fue abierta por un hombre de uniforme, Kibum encandilado por el lugar, si el exterior ya era bastante impresionante, el interior lo era mucho más.

 

Avanzó mirando de un lado a otro, como un niño cuando va por primera vez al zoológico, olvidando completamente a Minho que apenas y podía caminar.

 

— ¿Cómo puede costearse el vivir en un apartamento tan lujoso de más de 1420 pies cuadrados? No es como si fuera una familia Jaebol** — gritó, apoyándose en un par de puertas metálicas, ya lejos de la recepción donde cualquiera podía escuchar; volteó encarando a Minho que lo miraba suplicante, pidiéndole con la mirada que apretase el botón del ascensor.

 

Corrió inmediatamente a ayudarlo, Jonghyun podía no ser muy alto, pero era bastante pesado.

 

Después de un par de segundos ingresaron al ascensor, Kibum sosteniendo contra un hombro el cuerpo de su jefe, viendo con disimulo como Minho presionaba el botón del piso, y al instante una lucecita roja se encendió en un tablero, sobre el número “50”.

Una melodía graciosa sonando por un pequeño parlante en una esquina lo distrajo un momento.

 

— Exactamente, ¿Cuánto les roba a los pobres ciudadanos de este país? — Kibum preguntó, ya lejos de Jonghyun, mirando los autos volviéndose pequeños a medida de que la gran caja de cristal se elevaba.

 

— ¿Qué? Oh, ¿Este lugar? — Minho sonrió, causándole gracia las quejas del rubio. — Nuestro director general se lo dio.

 

— ¿Perdón?

 

— Quiero decir, el presidente de nuestra oficina central — respondió, sosteniendo con más fuerza a su jefe, que comenzaba a resbalarse — Ya sabes, la administración de Activos Saehan.

 

El ascensor se detuvo y al abrirse las puertas, Minho fue el primero en salir, Kibum siguiéndole los pasos.

 

— ¡Oh…! ¡He escuchado de ellos! Están en todos esos comerciales de televisión, ¿Verdad?

 

— Sí, el gran jefe maneja todo ese asunt—

 

— ¿Qué te tomó tanto tiempo? — La voz grave interrumpió la conversación; la mandíbula de Minho se quedó estática, y Kibum miró hacia el frente, curioso, un hombre de expresión seria, de cabellera rubia—que por su aspecto, debía ser mayor que ellos— estaba sentado sobre una acolchonada silla de madera, en medio de la sala y un periódico en sus manos.

 

Los felinos ojos se encontraron directamente con los marrones, la mirada fija e imperturbable del mayor, nunca desviándose de la de Kibum.

 

Su presencia era imponente.

 

— ¡PRESIDENTE! — Minho exclamó, estupefacto, sin darse cuenta de que Kibum, al oír sus palabras, había quedado igual o más impactado que él.

 

‘¡¡¿EL GRAN JEFE APARECIÓ DE LA NADA?!!’, los ojos de gato abriéndose aún más, miró a Minho para luego volver al mayor, repitiendo la acción un par de veces más, impresionado por la “revelación” que le había hecho el de lentes oscuros con una sola palabra.

 

— Ha pasado un tiempo, Minho — solo entonces los orbes castaños se desviaron de Kibum, quien había caído en un trance al ver la ligera sonrisa del mayor al saludar a su colega.

 

‘Su sola presencia intimida totalmente’.

 

— ¿El jefe tenía una cita con usted? — Minho preguntó, ya recompuesto.

 

—…No, no… — el rubio mayor negó, levantándose de la silla y dando unos pasos, acercándose al cuerpo dormido. — De repente comencé a extrañar la cara de este chico. Eso es todo.

 

‘¡¡¿QUÉ?!!’, Kibum quiso gritar, todo le había parecido de los más normal, hasta el momento en que el tipo acarició con delicadeza el rostro moreno, acercándose peligrosamente a sus labios carnosos. ¿Ese tipo de contacto era normal? ¡Ese hombre podía ser su padre!

 

‘Mi imaginación se está volviendo loca. Estoy teniendo una imagen muy rara aquí’, intento convencerse. Si, después de todo, el tipo debería ser algo así como su papá; Jonghyun jamás hablaba de su familia, pero por todo lo que escuchaba de sus colegas, el mayor debía ser alguien muy cercano al moreno.

 

— De cualquier modo, ¿Siempre es así de patético? — el gran jefe preguntó, el aliento de Jonghyun le decía que había estado bebiendo.

 

— ¡N—NO SEÑOR! ¡Es tan dedicado a usted como siempre! Aunque hoy, lo único que hizo fue tomar una siesta e ir a una cena de la oficina después.

 

‘¡Minho idiota! ¿Porque tenías que decirle eso? ¡Argh!’, Kibum estampó su palma contra su frente, había notado el ceño fruncido del mayor al acercarse a Jonghyun, seguramente, percibiendo el mal olor que le había dejado el alcohol en la boca, de nada servía mentir cuando la embriaguez de Jonghyun era más que obvia.

 

— Si está bien con usted, señor, lo escoltare hasta su habitación.

 

— Hmm, adelante. — Minho inclinó levemente la cabeza, para luego enrumbarse al dormitorio del moreno, acostando a Jonghyun sobre la mullida cama de la habitación.

 

Mientras fuera da la habitación, Jinki y Kibum yacían sumidos en un profundo silencio.

 

El menor no tenía la menor idea de cómo iniciar una conversación, dio un par de pataditas en la alfombra, distraído, hasta que sus ojos se posaron sobre una caja abierta en una mesilla y sus labios se abrieron antes de que se diera cuenta.

 

— ¡¡¿Esta ropa no es de Hugo Boss?!! — exclamó, corriendo rápidamente hacia las caja que contenía un par de prendas; recibiendo la mirada incrédula y sorprendida del otro rubio.

 

— Oh, ¿Tú también eres fan de este diseñador?

 

— Señor, ¡Claro! ¡Cualquier hombre moriría por poner sus manos en uno de sus trajes! — el entusiasmo era notable en su voz, Kibum era un conocedor de la moda, aunque no lo pareciera; era muy triste para él, pues aunque quisiera vestir como sus gustos le mandaban, jamás podría usar ropas tan caras como las de los diseñadores que le encantaban, su situación económica era más que deplorable.

 

— Hugo Boss es un diseñador que entiende bien a los hombres — sonrió Jinki.

 

— ¡Estoy de acuerdo! ¿Usted sabía que incluso diseñó los uniformes que usaron los nazis? Especialmente el que usaba la SS*** — las palabras salían una tras otra sin parar — Si nuestro jefe usara ese tipo de traje…

 

La figura de Jonghyun se formaba poco a poco en su imaginación, elegantemente vestido, las prendas ajustándose a cada uno de los rincones escondidos de su cuerpo, junto a esa aura de candente masculinidad flotando alrededor de él…

 

— ¡Uff! ¡Hemorragia nasal! — La imagen era demasiado para su frágil mente. Jinki solo atinó a sonreír otra vez,

 

— ¿Qué tal Christian Dior? También tengo sus diseños de la colección otoño—invierno.

 

— ¡La de Dior también es genial! Sus diseños son refinados y urbanos a la vez — era la primera vez que podía hablar con alguien de ese tema — Personalmente prefiero a Dior que a Hugo Boss.

 

El otro solo se carcajeó un par de segundos, sin razón alguna.

 

— Si no es mucho atrevimiento… — el de ojos afilados dudó en preguntar, continuó una vez que el mayor le dio un leve asentimiento — ¿Estas prendas son de usted?

 

— Oh, no, cómo crees, son para Jonghyun, él no puede usar ropa común por la forma de su cuerpo, — ‘¿Es porque su estatura no es muy común? Jejeje’, se rio solito— aunque de todas maneras, no le interesa mucho la ropa.

 

Kibum acaricio la tela de las prendas con añoranza, jamás en su vida había tocado algo tan suave y fino.

De repente sintió envidia del moreno.

 

— Tengo que mandar a hacer su ropa a la medida todo el tiempo. — algo parecido a un “Gong” sonó en los pensamientos del menor, ¿En serio… él…?— Es costoso de mantener.

 

‘¡¿EHHHHHH?!’.

 

— Bueno, debo admitir que él lo vale. — dijo Jinki, despreocupado.

 

‘¡¿Compró toda esa ropa hecha a medida solo para Jonghyun?! ¡Y también lo hace con regularidad?’.

 

Con todo lo que debía gastarse el mayor, Kibum podría comprarse un departamento, comer decentemente, y vivir cómodamente por lo menos hasta terminar su carrera, ¡Aquello era un dineral!

 

Sabía que en ese negocio se manejaba mucho dinero, le bastaba con ver todos los lujos en los que vivía Jonghyun, pero aquel hombre… ¡Era malditamente rico!

 

— ¡Hmm! Por cierto… — los ojos pequeños lo observaron de pies a cabeza, ignorando su cara de “impactado” — ¿Quién eres tú, amiguito?

 

— ¡¿Yo señor?! — Gritó si poder evitarlo, estaba preparado para cualquier cosa, menos para esa pregunta — ‘¿Cómo le explico esto…?’

 

— ¡Tú debes ser el amante de Jonghyun! — Jinki se respondió a sí mismo, ante el silencio de Kibum.

 

— ¡No señor! — Negó rotundamente, su cabeza sacudiéndose a ambos lados — Eso es lo que definitivamente NO soy.

 

— ¿Oh? No eres parte de la familia y tampoco su amante — Jinki le dio la espalda, su cambio de humor fue notable.

 

— Señor…

 

— Sin embargo… ¿Vas y vienes por la casa de un gánsgter como te place? — Kibum no podía deducir que estaba pensando ahora, pero no era algo bueno, pues su tono no sonaba amigable como en un principio. — ¡Eso solo significa que eres un policía encubierto husmeando alrededor! — gritó, volteándose, intimidando terriblemente a Kibum.

 

¡¿Qué demonios se supone que debía hacer ahora?! Los tornillos en su cabeza maquinaban a toda velocidad sin ninguna idea convincente, sin embargo, una vocecita en su cabeza le gritaba una única solución para escapar de la situación en la que se había metido sin querer.

 

— Por supuesto que soy el amante del Sr. Kim Jonghyun. — Se agacho rápido, haciendo una reverencia, su voz completamente segura, hasta el mismo se estaba creyendo su mentira — Por favor disculpe mi rudeza señor.

 

Kibum supo que le había creído, cuando oyó una suave carcajada.

 

— Oh, tal como lo esperaba. — La mirada asesina se había esfumado en un dos por tres, y el mayor le sonreía nuevamente.

 

Sonrió, contagiado por la sonrisa del mayor, a pesar de que al principio lo había intimidado por su seria expresión, cuando sonreía, su rostro daba una extraña sensación de calidez.

 

‘¡Que carisma! ¡Debió ser un tipo realmente guapo cuando era más joven!’.

 

— ¡Oh vaya! — Se carcajeó de nuevo el mayor — Viendo esas marcas en tu cuello, deduzco que debió morderte cuando estaba borracho hasta reventar.

 

Kibum se llevó por inercia una de las manos al cuello, en un vano intento por tapar las “evidencias”; sintió la sangre acumularse de golpe en sus mejillas, y la vergüenza esparcirse por todo su cuerpo, el mayor debió percatarse de las marcas cuando se agachó al momento de hacer la reverencia.

 

— Espero que puedas entenderlo… — Jinki dijo casual, como si lo que estaba a punto de decir fuese cosa de todos los días — debió tomar mis hábitos de bebedor por haber vivido conmigo desde que era un niño.

 

— P…por supuesto, señor — ‘¡¿Qué demonios pasa con este tipo?!’.

 

Primero le decía que era amante de Jonghyun y luego insinuaba que estaba a punto de matarlo. ¿Se había perdido en alguna parte de la conversación?

 

Sin tomar en cuenta que, si de verdad habría sido su amante, ese hubiera sido un momento muy tenso para él, o para cualquiera, ¿Cuál había sido el fin del más bajo al decirle eso? ¿Era su plan darle “celos”? ¿Restregarle en la cara que conocía a Jonghyun desde que era un crío…?

 

Prefería no sacar conclusiones precipitadas, pero la manera en que había salido esas palabras de los gruesos labios del mayor, le insinuaban cosas… si Jonghyun había tomado sus “Hábitos de bebedor” significaba que… ¡¿Él había hecho lo mismo con el moreno…?!

 

¡No quería ni imaginarse!

 

— Se durmió como un tronco — Minho apareció en el salón, salvando a Kibum del silencio tenso en el que se había sumergido por las osadas declaraciones del mayor.

 

— ¿Cómo va a regresas a casa, señor? — Minho continuó — ¿Quiere que lo lleve, señor?

 

— Uhmm… No, está bien. — Miró de reojo a Kibum, y este juraba que de nuevo, estaba a punto de insinuar algo — Pasaré aquí la noche, así que no hay necesidad.

 

‘¡Miren a ese tipo!’, aguantó con todas sus fuerzas el poner una cara de enojo frente a él, unos celos —que por cierto, no sabía porque estaba sintiendo— habían aparecido de repente.

 

Minho hizo un gesto con la cabeza, indicándole que era hora de marcharse, murmuró un “ok” en respuesta, muy bajito, para luego seguirle los pasos, hasta caminar a su lado.

 

— ¿Minho? — el pelinegro se detuvo al instante, volteando ante la voz gruesa.

 

— ¿Si, señor presidente?

 

— Confío en que no hayas olvidado la razón… de porque lo dejé a tu cuidado. — Jinki lo miró fijamente.

 

Kibum no supo a que se referían, y no pensaba preguntar, aunque la curiosidad lo mataba, tampoco podía deducir algo, pues Minho le estaba dando la espalda.

 

— Si, soy consciente de eso — respondió — No lo he olvidado señor — dijo por último, agachándose en señal de respeto.

 

— Eso es bueno. — le sonrió por última vez en el día — Ahora… Parece que sus asuntos aquí han terminado, así que déjennos.

 

Kibum no pudo despedirse correctamente, pues al instante de terminar de hablar, el mayor los había casi echado a patadas del departamento; lo único que oyó fue el estruendoso sonido que hizo la puerta al ser empujada con brusquedad por el que seguía dentro del lujoso lugar.

 

Kibum apenas logró sostenerse sobre sus pies para no caer, le echó una miradita a Minho que carraspeó, sin saber que decir.

 

El par de miradas chocaron entre sí, separándose inmediatamente pues el ambiente comenzaba a tornarse incomodo, pero luego de segundos de silencio, la vocecita del rubio resonó con eco por el pasillo.

 

— ¿Soy yo, o a ti también te dio la sensación de que quería que nos fuéramos para poder “enrollarse”? — preguntó, sin vergüenza, seguro de que el alto no le diría nada.

 

— Uhmmm — fue la escueta respuesta que recibió, cosa que le causo más intriga que antes.

 

El sonido de los zapatos chocando contra el piso alertaron al rubio de que Minho avanzaba en dirección al ascensor, más con la intención de huir que cualquier otra cosa, pues sabía que Kibum no se quedaría tranquilo e insistiría hasta lograr sacarle información sobre la extraña relación de Jinki y Jonghyun.

 

Tocó el botón del primer piso repetitivamente, rezando internamente porque el rubio olvidara el tema, pero supo que eso no sucedería cuando las puertas del ascensor de abrieron y Kibum lo empujo dentro de él, y estalló en gritos aprovechando que la enorme caja de vidrio no tenía más ocupantes que ellos.

 

— ¡¿QUÉ CLASE DE DIRECTOR GENERAL LE DA A SU EMPLEADO, ROPA DE DISEÑADOR HECHA A LA MEDIDA Y DE TEMPORADA, UN EDIFICIO, UN APARTAMENTO DE LUJO, E IRRUMPE SIN AVISAR, EN MEDIO DE LA NOCHE (PARA REMATAR CON SU PROPIA LLAVE)?! ¡¿EH, MINHO?! — Reclamó, queriendo obtener respuestas, ya, en ese mismo instante — ¡SI ASI ES COMO ES, YO TAMBIEN QUIERO SER PARTE DE LA FAMILIA!

 

— Tienes que entenderlo… nuestro jefe ha vivido con él desde que era un niño… — intento calmarlo, arrepintiéndose en el acto de sus palabras.

 

— ¿Eh? — Kibum no se esperaba eso, pudo darse cuenta de que Minho se reprochaba a sí mismo, pues tenía cara de haber metido la  pata; y de nuevo, los tornillos en su cabeza comenzaron a maquinar y unir e interpretar todo lo que había escuchado ese día, una imagen horrorosa formándose en su mente. — ¿Eso significa que el gran jefe es un p… ped… pedofi…? — se llevó las manos a la cara, tan pasmado que ni siquiera pudo terminar la palabra.

 

— No me preguntes, prefiero no contestar. — la respuesta de Minho no era para nada tranquilizadora — Si bien he estado trabajando para nuestro jefe unos cinco o seis años, de eso no estoy seguro… Todo lo que sé es que recibe un trato especial del gran jefe.— concluyó.

 

Kibum suspiró, nervioso, el tema era algo serio, y solo imaginar que Jonghyun pudo pasar por todo eso, le causaba escalofríos.

 

— Tal vez sea solo yo, pero tengo una corazonada… —dijo dudoso —. De que su relación está lejos de ser solo “profesional”. Estoy seguro de eso. — afirmó.

 

El más alto prefirió no decir nada, aunque para Kibum, su silencio confirmaba muchas cosas.

Prefirió no hablar más del tema, no quería que Minho se pusiera más incómodo de lo que ya estaba, además, andarían un par de calles más, juntos, prefería tener una conversación amena a ver la cara de póker del pelinegro.

 

El timbre del ascensor indico que ya estaba en la planta baja del edificio, Kibum salió primero, seguido de un Minho que aún estaba algo nervioso, preguntándose si Kibum seguiría con su cuestionamiento.

 

— Nuestro jefe sí que es una pieza sexy — dijo el rubio, desviando el tema— Incluso ese tipo, el Oso Asesino, me dijo una vez que le habría gustado ligarse al jefe.

 

— ¡¿Qué?! ¡¿Eso dijo el Oso Asesino?! — el pelinegro le miró con los ojos tan abiertos que debía ser humanamente imposible que otra persona hiciera lo mismo.

 

Kibum soltó una risita, el recuerdo de Seunghyun diciendo eso aún le causaba gracia, aunque en su momento había quedado impactado; el encanto de Jonghyun lograba hacer caer a sus pies a cualquiera.

 

— ¿Acaso es una celebridad en el círculo de la mafia? — preguntó, bromeando.

 

— Quizas…

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Apenas el ruidoso timbre de descanso sonó, salió disparado de su asiento ni bien el profesor salió del salón, ignorando a sus amigos que lo llamaban con insistencia.

 

Corrió todo lo que su —para nada atlético— cuerpo le permitía, metiéndose rápidamente a uno de los pocos baños de la universidad que se podían cerrar por dentro. Echó el seguro a la puerta, agradeciendo a todo lo sagrado que nadie hubiese entrado al baño aún.

 

Se posicionó frente al espejo, dándose valor a sí mismo, antes de alzar la cabeza y bajar lentamente el cierre del chaleco de cuello alto.

 

Vaya mierda.

 

Y habían pasado apenas un par de días desde aquel… incidente, lo suficientes como para tener que volver a clases y la continuar con la misma y aburrida rutina de siempre.

 

Tocó casi con miedo la parte afectada, la herida comenzaba a secarse, el dolor también estaba menguando, pero eso no quitaba que la GRAN marca roja en su cuello siquiera siendo bastante notoria.

 

‘Kim Jonghyun, juro que algún día me vengare, maldito bastardo’.

 

Tocó nuevamente alrededor del hematoma, sus dedos deslizándose suavemente sobre su pálida piel.

 

— De cualquier manera, ¿Qué puedo hacer sobre esto? — se lamentó solo, lo único que le pedía a su organismo era que no quedara una horrible cicatriz sobre su pálida piel, ya tenía más que suficiente con las cicatrices que adornaban su rostro.

 

Sacó una bandita del bolsillo, despegando los papelitos que protegían la parte adhesiva, para llevar el pequeño parchecito directo a tapar la herida, aunque no la cubría completamente, al menos le serviría para que pasara desapercibida; lo mejor por ahora sería taparla.

 

Cerró nuevamente la cremallera del chaleco, abrió el caño, lavándose las manos por un par de segundos para luego salir del espacioso lugar, antes de que los demás alumnos comenzaran a quejarse por que no podían entrar al baño.

Estaba dispuesto a quejarse con Jonghyun cuando lo viera, pero sabía que su momentánea valentía se esfumaría cuando tuviese delante al moreno.

 

 

 

 

— ¡Vaya, Kim Kibum! ¡Veo que alguien tuvo una noche salvaje! — Woohyun se acercó a su sitio ni bien lo vio entrar al salón, dispuesto a molestarlo por esa mancha en el cuello que acaba de tapar, se podía deducir fácilmente como es que la herida había sido hecha.

 

El siempre molesto Woohyun; el que nunca olvidaba recordarle que quería algo que amistad con él, el que a pesar de rechazarlo una y mil veces, parecía nunca rendirse; el mismo que le había dado alojamiento en su casa mientras el huía de Jonghyun la vez que rompió el valioso jarrón, y que había intentado sobrepasarse con sus nada inocentes “toquecitos”.

 

Si, él.

 

— ¡Cállate! No estoy de humor para tus estupideces. — el rubio lo miró molesto, enfurecido con el mismo, con Woohyun, pero sobre todo con Jonghyun; lo peor era que estaban a mitad de verano, y ni siquiera podía utilizar prendas de cuello tortuga para ocultar la espantosa herida.

 

Woohyun hizo un puchero intentando parecer enojado por la actitud fría del rubio.

 

— ¿Me rechazaste y luego le das la oportunidad a alguien más? — le reclamó Nam, tomando las rosadas mejillas entre ambas manos, acercándose a sus labios, mientras Kibum ni se inmutaba — Quien quiera que haya sido, debió ser un ardiente semental.

 

— Cierra tu bocota. — Lo empujó cuando la distancia comenzaba a ser demasiado corta para su gusto — Si ese hubiera sido el caso, al menos me sentiría mejor—

 

— ¿Cierto Taemin? — el castaño paso a un lado del rubio, ignorando la pregunta del pelinegro que reía, en su mundo.

 

— Maldito puto ninfómano… — susurró, apenas audible para los oídos del rubio.

 

Kibum lo miró ofendido e impactado, al parecer, la molestia de Taemin contra él sería eterna; intentó tapar su herida con la mano como si así evitara que el castaño la viera, aun cuando sabía que, al estar parado, Taemin ya había tenido una vista panorámica de la “prueba del delito”; boqueó una y otra vez, como si le faltase aire, intentando decir por lo menos una palabra en su defensa antes de que su ex se marchara.

 

— Ese día debí haber dejado que te golpeara hasta hacerte mierda — le dijo, rencoroso, recordándole el día en que había comenzado su infierno personal.

 

Lo miro casi con asco, para luego dar pasos rápidos y salir del salón, rumbo a la cafetería.

 

‘¡No, Taemin! ¡Lo entendiste todo mal!’.

 

¡Él no era un maldito maniaco sexual!

 

Quiso llorar, a pesar de que ya no tenía nada con Taemin, aun quería tener una imagen buena ante él, o mejorarla, pero al parecer, el mundo conspiraba en su contra.

 

‘Esta vez, realmente lo entendiste todo mal…’.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Las clases ya habían terminado.

 

Después de soportar nuevamente las miradas matadoras de Taemin, y las —para nada divertidas— bromas de Woohyun, estaba a pasos de entrar a la oficina en la cual “trabajaba”.

 

— Hey chicos — saludó contento, entró dando saltitos de felicidad, cerrando la puerta tras de sí, hasta que una brisa helada recorrió su cuerpo y sacudió cada una de sus células.

 

¡¿Qué rayos estaba pasando?! ¡El lugar parecía una maldita congeladora!

 

— ¡Waaaa! — Se quejó como un niño chiquito, abrazándose con sus flacuchos brazos, en un intento de darse calor — ¡¿Por qué la oficina está tan fría?!

 

—Eso es lo que yo digo. — Minho se acercó a él, pasando uno de sus brazos por sus hombros dándole palmaditas amistosas a modo de saludo. — Es solo que el jefe quería…

 

No fue necesario que Minho le explicara, Jonghyun estaba al frente del ventilador, que —por el ambiente— deducía, debía estar en su máxima potencia.

 

— Maldición, ese maldito viejo — podía oír su voz, maldiciendo — ¡Rayos! Me estoy derritiendo en este pedazo de mierda.

 

Oyó la risita burlona de Minho a su lado, que se iba a otro lado del salón; pero no dejo de mirar al mayor.

 

Sudaba a chorros, y no lucía para nada cómodo, pero a pesar de todo…

 

‘Se ve muy guapo…’, Kibum pensó para sí mismo, lanzó un suspiro involuntario, del cual ni el mismo se percató.

 

Usualmente las demás personas se veían bien en traje, pero el moreno parecía verse más estilizado y elegante que cualquier persona que hubiese visto, como si su anatomía estuviese hecha a la medid—

 

Hecha a la medida…

 

‘¿Ehh? ¿No es esa la chaqueta de Hugo Boss del otro día?’.

 

Recordó al rubio mayor —del cual, seguía sin saber el nombre—, Jonghyun ebrio, la caja con las prendas que el moreno llevaba puestas…

 

Esos dos debían traer algo entre manos, el jefe detestaba el calor, pero aun así, estaba sofocándose usando esa chaqueta de cuero con ese clima asqueroso.

Uffff, no quería ni imaginárselo, él era incapaz de siquiera usar algo que le cubriese el cuello para ocultar su herida, no quería saber qué clase de tortura estaba viviendo el más bajo dentro de ese traje.

 

Jonghyun desvió su atención del ventilador, fijando su vista hacia cierto rubiecillo que desde hace un rato lo examinaba con la mirada. Atento.

 

— Bastardo… — su rostro estaba completamente serio, haciéndole temer de pronto.

 

— ¿Eh? ¿Qué fue lo que hice? — preguntó Kibum, retrocediendo un par de pasitos, pues el que Jonghyun se acercara sin cambiar esa expresión de su rostro no era tranquilizante.

 

‘¡¿Qué le pasa?!’.

 

Pensó a toda velocidad que podría ser la causa de la molestia del pelinegro, ninguna idea clara apareció, solo quedando una opción.

 

Oh dios, solo algo podía ser eso.

 

¿Podría ser que se había enterado que había roto la vasija?

 

Caso gritó como una niñita cuando vio la mano de Jonghyun acercarse a su rostro; cerró los ojos esperando el impacto, pero lo único que sintió fue un jalón en su cuello, y el ardor aparecer de la nada.

 

— ¡OUCH! — Chilló, inevitablemente, dejando escapar una lágrima traviesa por su rosada mejilla.

 

El pequeño parche cayó al piso, una minúscula manchita de sangre sobre ella.

 

— Lo sabía. — Jonghyun casi gritó, enfurecido, el sentimiento de traición llenado su ser — Lograste escabullirte diciéndome todas esas bobadas de cómo no querías traicionar a Taemin y toda esa mierda. ¡Y ahora estas divirtiéndote con algún otro pendejo…!

 

— ¿Ehhhh?

 

— Sabía que estabas lleno de mierda. — masculló entre dientes, celoso, causando la furia de Kibum, quien ya había entendido de que iba su reacción.

 

Quería gruñir como un loco, pero era preferible desquitarse con el pelinegro.

 

— ¿Quién demonios crees que hizo esto? —Estalló — me mordiste tan fuerte que casi me desangro hasta morir, ¿Y eso es todo lo que tienes que decir? ¡Tú lo hiciste jefe! ¡Me hiciste esto la noche que tuvimos esa “reunión”!

 

Su pecho subía y bajaba acelerado y el azabache lo miraba extrañado, sin entender una pizca de sus palabras.

 

‘Este tipo está loco’, pensaba.

 

— ¡¿QUÉ?! ¡Eso es una mierda!— Kibum ni siquiera sabía si estaba fingiendo o en verdad, su memoria era una porquería  — ¿Cuándo hice eso? Es imposible que yo—

 

— ¡¡¿POR QUÉ TE MOLESTAS EN BEBER SI TE PONES ASI DE BORRACHO?!! ¡NO SABES LA MIERDA CON LA QUE TUVE QUE LIDIAR TODAS LAS MAÑANAS POR ESTA MARCA! ¡APUESTO A QUE TAMBIEN PUEDES MATAR A ALGUIEN, Y PRETENDER QUE NADA PASÓ, ¿EHHH?!

 

— Que demo…

 

— ¡Incluso Tae—hmp! — Kibum quiso reclamar por Taemin —suponiendo que él también debía de haber pasado por eso—, pero Jonghyun le tapó la boca de un manotazo, harto de tanto escándalo.

 

— Este punk está mintiendo, ¿Verdad? — se volteó hacia Minho, aún sin alejar la mano de los labios del rubio, que luchaba por liberarse.

 

— No, señor. — el de lentes oscuros respondió bajito, casi como si le doliera dar esa respuesta.

 

— ¡¿Están diciendo que YO le hice esto?! — gritó más molesto que antes.

 

—…Sí, señor. — esta vez Hoya y Dongwoon se unieron a Minho, todos cabizbajos.

 

Jonghyun soltó al Kim menor, espantado por la revelación. No podía simplemente creerles.

No, no podía ser cierto, si hubiese sido así, ¿Por qué Taemin nunca se había quejado?

 

— No les creo — les dijo retrocediendo un par de pasos, los lustrosos zapatos chochando con el piso siendo el único sonido en el lugar. — Yo— ¡AUCH!

 

Tomando su oportunidad de oro para “vengarse”, Kibum había clavado sus perfectos dientes en el dorso de la mano del moreno, la misma mano con la cual hace nada, le estaba tapando la boca.

 

— ¡Ahí tienes! — le gritó, viendo el rostro horrorizado de Minho y los demás, temiendo por las consecuencias de su acto de rebeldía. — De hecho duele cuando alguien te muerde, ¿No?

 

Juraba que si es que pudiera hacerlo, Jonghyun ya estaría echando humo por las narinas.

Estaba muy molesto, y aunque es no fuera ni el lugar ni el momento, le daba bastante ternura la actitud del mayor; justo ahora, con su nariz levemente fruncida y los ojos destellando en llamas parecía un cachorrito enojado.

 

— ¡Ven aquí, bastardo! —y justo ahora mismo, había dejado de parecer uno.

 

— ¡AHHHH! ¡Minho, ayúdame! —se lanzó a los brazos del más alto, buscando refugio entre sus brazos.

 

— ¡He dicho que vengas aquí! —Dongwoon apareció en el momento indicado, tomando por la espalda al jefe, y jalándolo hacia atrás, mientras que Minho se había soltado de Kibum y estaba delante de él impidiendo que el más bajo llegara a tocar al rubio.

 

Kibum, ya a salvo, le sacaba la lengua, enfureciéndolo aún más.Era igual a ver la pelea de un par de niños de sexto de primaria.

 

Jonghyun solo deseaba pasar sus manos por ese delicado cuello… y estrangularlo.

 

Maldito seas Kim Kibum, y todo lo que causas en mi…

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

— Estaba empezando a preguntarme porque estás aquí sin que te hubiese llamado… — Jinki giró sobre su silla, volteando a ver al hombre alto que lo miraba. —¿Así que deseas ser mi mano derecha? —‘¿O más bien, el reemplazo de Jonghyun?’, quiso preguntar.

 

— Si, señor.

 

 

 

Notas finales:

ACLARACIONES

* 100 millones de won = 100 000 dólares americanos aproximadamente.

** Jaebol es una forma de conglomerados de negocios surcoreanos, controlada principalmente por grandes familias  coreanas. También son grupos corporativos asistidos por el gobierno que han jugado un papel importante en la economía de corea del sur desde los años 60.

*** SS es una unidad de élite cuasi—militar del partido nazi que sirvió como guardia personal de Hitler y como fuerza de seguridad en Alemania y los países ocupados.

 

 

Wiuiuiiiuiuiuiuuiuiui el amor comienza a surgir, de a poquito pero surge 7u7 aunque ahora, más que nada, hay atracción (se nota, en ambos) y pos… odiaran a Jinki, nomás esperen xD

Onew en su segunda aparición estelar! wi! Y pronto verán mejor cual es la “relación” que tiene con Jjong <3

Jonghyun ya muestra indicios de celos por Kibummie, no le gusta que lo “reemplacen” xDDD

Lo de su sueño o pesadilla (?) (Que se vio en anteriores capítulos y olvide explicar) tendrá su historia! Y recuerden que sueña “eso” con frecuencia; no olviden ese detalle, no lo hagan, porque es importante.

En cuanto a Tae, sigue resentido ;-; y si, es compañero de Kibum en la U, al igual que Namu!

El nombre “Seungi” no sé si les suena conocido, pero es el novio de YoonA, de SNSD, la puse porque me gusta GG XD tenía que poner a alguna de las shoshis, como sea! xD

 

Yyyyyyy aquí van mis excusas por recién actualizar: Tardé más que la anterior vez que tardé(?) Ya tenía una parte del cap avanzado incluso antes de publicar el anterior, cuando termine este (el 6) no sé qué shit hicieron mis primitos que borraron el documento, y pues…tuve que volver a escribirlo T-T fue horrible, todo mi trabajo perdido! Escribí lo más rápido que pude, por las personitas que leen (la cantidad de “leidos” me lo dice) esta cosa amorfa que escribo T-T pero no anima mucho que no dejen review’s ._.

Prometo mejorar!

Muchos Jongkey’s <3 Nos leemos!


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