Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Totally Captivated [Jongkey] por AleKeySaur

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tardé de nuevo, lo sé, lo sé… pero en mi defensa, este capitulo estaba terminado hace  5 dias, solo que olvide publicarlo xD

Antes de que comiencen, spoiler(?)

Si nadie sabe quién es Irene, es la líder de Red Velvet (si no saben que es Red Velvet, es el nuevo grupo de la SM, bueno, ni tan nuevo, las que debutaron el año pasado, yo las amo <3)

Y Hyunwoo (Lee Hyunwoo) es coprotagonista de Minho en To the beautiful You, el castaño que tenía corte honguito y era súper tierno ¿A que era lindo? :3

 

CAPITULO 7

 

 

— Mi mano derecha, ¿Eh? – Jinki lo observo fijamente, el más alto debía tramar algo, y no debía ser nada bueno.

 

— Asi es, señor.

 

— Jonghyun prometió ser mi perro fiel hasta el final. – Explicó el mayor, mientras meneaba la copa de vino que yacía en una de sus manos — Aun no tengo ninguna razón para reemplazarlo. Además, tan solo a un año después de contratarte te puse a cargo del manejo de Gangbook. ¿Eso no es suficiente?

 

Una sonrisa socarrona se hizo presente en el rostro moreno, Jinki era astuto… pero él lo era aún más.

 

— Señor, quizás no se ha percatado de la verdadera naturaleza de los perros. – Dijo, confiado — No es el dueño quien escoge al perro, sino al contrario. Fieles a su naturaleza salvaje, los perros pueden obedecer al líder de la manada al principio. Sin embargo, con cualquiera señal de debilidad…

 

— ¿Estas insinuando que me he vuelto débil? – el rubio le cortó, Yunho era bastante atrevido, lo sabía, pero no permitiría que fuera tan insolente con él — ¿Que hasta mis propios perros irían por mi garganta?

 

— No, señor. Eso no es lo que quise decir. – Yunho dijo, sin inmutarse por la poca paciencia de su jefe — Estoy seguro de que cuando se retire, usted nombrara al sucesor correcto. Pero me temo que su perro pueda decidir ese momento por usted antes de que esté listo.

 

El moreno supo que estaba logrando lo que quería cuando vio las facciones endurecidas del mayor, sus cejas casi juntándose en medio de su frente y sus ojos destellando fuego.

 

— Tal vez en cinco o diez años más… o… incluso mañana. – se burló.

 

— ¡Bastardo insolente! – Jinki lanzó la copa en su dirección, el vidrio rompiéndose y el líquido borgoña esparciéndose por la alfombra — ¡¿Te atreves a amenazarme, imbécil?!

 

El más alto retrocedió, asustado por la repentina acción del rubio, no esperaba que pudiera perder los estribos de esa forma.

 

‘Tal vez presione demasiado sobre ese punto’.

 

— No estás mal — Jinki bufó, tranquilizándose inesperadamente —Tienes bolas chico. Eres valiente al menos en este aspecto. Sin embargo, hablar no cuesta… para cualquiera es más fácil decir que hacer. ¿Puedes probar lo que dices?

 

Yunho sonrió, complacido.

 

Listo, lo había logrado.

 

‘Ya lo tengo’.

 

— Duplicare sus ingresos de Gangbook, señor. Por supuesto, solo es una parte de esto. Puede que no sea tan bonito como Jonghyun, pero voy a probar que soy el mejor. – Jinki soltó una carcajada por su comentario — Un perro solo necesita que alguien lo quiera, ¿No cree?

 

— Por ahora, veamos lo que puedes hacer.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

— ¡Hola a todos! — Kibum empujó la puerta de la oficina, saludando con entusiasmo; que se fue instantáneamente al no recibir respuesta.

 

Nadie, no había nadie en la oficina.

 

— ¿Ehh? ¿Dónde están todos? — hizo un puchero, acercándose a Jonghyun que estaba sentado encima de su escritorio; el único que se encontraba en el lugar.

 

— ¿Acaso no puedes ver que están fuera? — El moreno respondió con brusquedad — ¿Qué eres, ciego? ¿Para qué crees que tienes los ojos?

 

— Oh, cierto… — ‘No mataría ser amable de vez en cuando’.

 

Frunció los labios en un puchero, hubiera hecho una cara de molestia, pero de cualquier forma no valía la pena, mucho menos cuando, después de asimilar las palabras exactas de su jefe, una oración apareció repentinamente entre sus pensamientos.

 

‘Estamos “solo nosotros dos”. ©  ¡Ahhhhh, es frase hace que mi corazón se dispare!’

 

Suspiró. Aprovechando que Jonghyun estaba distraído hecho una mirada a su vestuario.

 

‘Hmmm… lindas sandalias, piernas largas, una camisa de Yohji Yamamoto…’.

 

Jonghyun estaba bastante “ocupado” fumando, no le prestaba la mínima atención, o eso pensó, hasta que la voz del más bajo rompió su burbuja de pensamientos, aquella en la que el azabache estaba más que presente, cada vez con más frecuencia.

 

— ¿Qué? —  increpó, tosco; molestándose cuando Kibum dio un saltito por la sorpresa y desvió la mirada en menos de un segundo.

 

— N… nada — respondió bajito, haciendo como si nada hubiese pasado e intentando esconder, inútilmente, su notorio sonrojo.

 

Jonghyun. Jonghyun. Jonghyun. Tenía que dejar de pensar tanto en él.

 

— ¿Qué, tan solo verme te provoca una erección? ¿Quieres que te lo dé? — El azabache se paró, caminando en su dirección.

 

Oh dios, Él… ¿En serio acababa de insinuar…? Oh diooosss.

 

— ¡NOOO! — gritó, espantado, no sabía cuántas veces había repetido esto, pero Jonghyun ¡Era un sinvergüenza!

 

Jonghyun lo ignoró.

La distancia entre ellos se hacía cada vez más corta, cosa que no era para nada bueno para la salud mental de Kibum.

Jonghyun se detuvo a un par de metros de él, para desviar su objetivo yendo a acomodarse sobre el mullido sillón que lo invitaba a descansar sobre él.

 

— ¿Por qué siempre te alejas de mí? Todos los días me miras como si quisieras lamerme de arriba abajo. ¿Me estas provocando? – le increpó, desde el mueble.

 

‘¿Lamerlo… de arriba abajo?...’

 

Casi se le hacía agua la boca de tan solo pensar en…

 

‘No, No, No, No, No, NO ¡Aléjense pensamientos cochinos!’

 

Oh mierda, mil veces mierda, si Jonghyun continuaba diciendo todas esas cosas… estaba seguro de que no quería tener una erección frente al moreno, menos aun cuando este parecía bastante dispuesto a ayudarle en su “problemita” en caso de que se presentase.

 

‘Solo cállese, jefe, me está dando demasiadas ideas’.

 

— De cualquier manera, — Jonghyun volvió a hablar — ¿Qué es lo que te tiene tan ocupado?

 

— ¿Perdón? — el rubio, ya más espabilado, preguntó, no tenía idea de a qué se refería el mayor.

 

— ¿Por qué otra razón dejarías de administrar nuestra cuenta bancaria? — Preguntó — No se puede confiar en Seungi para cosas como esas, así que, el próximo mes te encargaras tú de nuevo. ¿Entendiste? — concluyó.

 

Kibum vio su oportunidad de oro aparecer en ese mismo instante, sus ojillos de gato iluminándose solo con la idea…

 

— Entonces, ¿Qué te parece pagarme un salario, jefe? — casi gritó con demasiada efusividad, haciendo un puchero adorable intentado convencer a Jonghyun de cualquier forma.

 

— ¿Qué te parece si tan solo te golpeo hasta hacerte mierda?

 

Fracaso.

 

— A…así está bien — era mejor no insistir, aunque no sabía cuánto más podía aguantar en esa situación, se habría largado hace mucho, si no fuera por Taemin.

 

Fijó su mirada de nuevo en el moreno, que comenzaba a cerrar aquellos enormes ojos de cachorro.

 

— Si me duermo despiértame en dos horas.

 

— Sí, jefe—  contestó obediente.

 

Se dio vuelta para aprovechar el tiempo libre que tenía para estudiar, cuando recordó que aún tenía un documento pendiente que Jonghyun le había encargado el día anterior, se dispuso a preguntarle, pero los leves ronquidos del mayor le indicaron que estaba completamente dormido.

 

‘¡Tres segundos y ya está dormido!’.

 

 

 

 

 

— Uhmmmm — tiró sus brazos  por encima del espaldar del sillón, su cuaderno de apuntes en sus piernas y un lápiz en sus labios.

 

Estaba agotado. Estudiar no era fácil, pero los apuntes no se leían solos. Quizás estaba más cansado de lo normal por todo el trajín del día anterior, Jonghyun lo había explotado como un loco, mandándolo a hacer encargos de aquí a allá, haciendo que limpie la oficina una y otra vez. El muy bastardo se estaba vengando por lo de la herida… que él mismo había causado.

 

¿Quién entendía a ese sub normal? ¿Habría alguien? ¿En este mundo?

 

Mientras el moreno estaba más dormido que un oso en invierno, allí seguía él, descansando tranquilamente.

 

— ¡Rayos! — saltó repentinamente, el lápiz volando al piso, miró el reloj de mano percatándose que ya habían pasado dos horas y tenía que despertar a Jonghyun.

 

Se encamino con pereza hacia el moreno, observando desde lejos las tupidas pestañas y la respiración acompasada, de daban ganas de bes—

 

Qué. Demonios.

En. Qué. Demonios. Estaba. Pensando.

 

— Jefe, despierta. Han pasado dos horas. — Dijo, ya a su lado, picándole suavemente la mejilla, intentando olvidar sus anteriores pensamientos — ¿Jefe?

 

— Mmmm — el moreno balbuceó — Jodido… bastardo… Te mataré…

 

‘¿Una pesadilla otra vez?’, las palabras eras casi inaudibles pero bastante claras, ‘Supongo que no es fácil ser un gángster’.

 

— Jefe, por favor, despierta… — intento de nuevo, elevando el tono de su voz a ver si esta vez Jonghyun se dignaba a abrir los ojos. — ¿Señor?

 

Jonghyun abrió lentamente los ojos, acostumbrándose a la luz.

La silueta borrosa de alguien frente a él se hacía cada vez más clara.

Ojos afilados y una carita de porcelana.

 

Ese rostro…

 

Minho y los demás chicos entraron a la oficina justo cuando una mano morena tiró del cuello de la camiseta del rubio, jalándolo repentinamente hacia abajo, justo en frente del rostro de Jonghyun.

 

— ¡¿Q…qué sucede ahora?!  — Kibum chilló sorprendido — Solo te estaba despertando porque me pediste que lo hiciera. — dijo en su defensa, creyendo que Jonghyun estaba molesto por haberlo interrumpido su siesta.

 

— Dime algo — Jonghyun lo acercó más, mientras Minho y Changmin observaban todo a distancia prudente — ¿De qué escuela primaria te graduaste?

 

— ¿Ehhh?

 

¿A que iba esa pregunta? De todas formas, no tenía un buen presentimiento acerca de ello.

 

‘Por alguna razón, tengo la sensación de que no debo decirle la verdad’.

 

— De la escuela primaria D…Daeil — respondió.

 

— ¿Estás seguro de eso? — Jonghyun seguía dudando.

 

— Sí, señor — su respuesta pareció convencer a Jonghyun, pues ni bien termino de hablar, este ya deshecho el agarre por el cual estaba aprisionado. Suspiró pesado.

 

— ¿Estoy equivocado? — el pelinegro se preguntó a sí mismo; desde varios días atrás una idea rondaba por su mente, estaba estancada, allí, y no se le iba de la cabeza.

 

Pero sería demasiada coincidencia que… No, no podía ser él.

 

— ¿Qué hay con las siestas señor? No es como si fuera un recién casado en su luna de miel. — bromeó Changmin.

 

— ¿Tuvo un sueño malo o algo? — le interrogó Minho, Jonghyun aún estaba algo ido.

 

El más bajo se volvió a echar con pesadez, frotándose la cabeza rudamente, como si haciéndolo ese maldito pensamiento desapareciera ya de su mente.

 

— ¡Maldita sea! Últimamente, tengo el mismo sueño todos los días.

 

— Tal vez el calor le está afectando, señor.

 

— ¿Qué clase de sueño? — Kibum estaba por demás curioso, ya lo había visto un par de veces cuando tenía esas “pesadillas”, siempre se le notaba incómodo.

 

— Un sueño acerca de un jodido loco que trato de agarrarme el paquete. — todos en la oficina quedaron de piedra, uno más impactado que el anterior, ¿Qué clase de extraña y bizarra pesadilla era esa?

 

‘Jodido loco…’, Kibum se carcajeó, bajito, imaginándose uno de esos pervertidos exhibicionistas que aparecían en las series de anime, sin duda, no era un sueño bonito, ‘Con razón está enojado’.

 

— Bueno, no es realmente un sueño, — Jonghyun continuó — recuerdo a aquél niño alto que trato de saltarme encima durante la primaria. Recuerdo que eso pasó en aquella época, pero no estoy seguro.

 

Oh no.

 

Las suaves carcajadas se detuvieron al instante, Kibum tragó duro; de pronto su cuerpo comenzaba a sudar y el temblor se hizo presente hasta en la última fibra de su blanca piel, las voces de Jonghyun y sus colegas sonando cada vez más lejanas.

 

Suspiró profundo, intentando tranquilizarse. Tenía que ser otro “jodido loco”, ¿Verdad? Había taaaaantas personas en el mundo, que no podía haber caído justo en la oficina de aquel niño —ahora más crecido— qué aún seguía en sus recuerdos.

 

‘Por favor… no puedes ser tú’.

 

De ninguna manera podía ser él; el mundo, Buda, Dios, Alá, el destino, ¡No podían hacerle tantas perradas en una sola vida!

 

— ¿Te saltó, jefe?

 

— ¿Te tocó, jefe? — Todos preguntaban, riendo, demasiado entretenidos, sin saber que la “posible” persona de la que hablaban, se encontraba en el mismo cuarto que ellos, con los nervios de punta y más frio que un cubo de hielo; al parecer nadie se daba cuenta que Kibum estaba en su propio mundo, divagando y diciéndose a sí mismo que su suposición no podía ser correcta.

 

— ¿Y el pobre desgraciado sigue vivo?

 

— Bueno, no lo sé…

 

— Uhmm… ¿Jefe? — Kibum se atrevió a intervenir, su respiración acelerada — ¿Te importaría decirme de que escuela primaria te graduaste?

 

— Mandé al infierno la escuela después de tres días, así que no lo recuerdo. — respondió despreocupado.

 

— ¿Por lo menos recuerdas dónde estaba? — Kibum insistió, tenía que comprobar su suposición; así, si la descartaba, no estaría con ese miedo constante que estaba seguro lo perseguiría de por vida.

 

— ¿Estaba cerca de Chungnyangni*? ¿La escuela primaria Baehyun, tal vez? — le recordó al moreno.

 

‘Por favor, no puede ser esa, no puede ser esa…’.

 

— Si, esa. — Carajo — Suena familiar así que debe ser esa. — El rubio estaba seguro de que algo había arrancado su corazón de su pecho, el dolor cada vez más intenso en su torso era quizás el producto del pánico fluyendo a cada rincón de su cuerpo.

 

Sí, estaba más que jodido, jodidísimo, prácticamente muerto si es que el azabache se esteraba de “quien” era él.

 

— ¡Espera! — Jonghyun le echo una mirada suspicaz, Kibum lucía más pálido que de costumbre. — ¿Cómo conoces esa escuela?

 

— ¡¿Señor?! Bueno… Uhmm… Ehmm — ‘Respira, respira’ — T… tengo un amigo que fue de ahí — dijo la primera mentira que se le ocurrió.

 

— Hombre, no puedo creer que existan ese tipo de chiflados en el mundo — Jonghyun renegó.

 

— ¡Oh mierda! ¿Así que usted no tiene ninguna educación jefe? Rayos, hasta yo me gradué de la secundaria.

 

— ¿Y eso qué demonios importa? — El moreno alzó una ceja — Las únicas cosas que un hombre necesita son el dinero y el poder. De cualquier forma, el viejo seguía insistiendo sobre eso, así que tomé un examen de equivalencia.

 

Nadie más volvió a decir nada, ¿Qué podían decir? Aquella “aventura” vivida por el moreno, era sin lugar a dudas, algo muy particular, era obvio que nadie podía dar una opinión que pudiera ser de ayuda a Jonghyun.

 

— Maldita sea, de todos los sueños raros que podría tener, ¿Por qué ese? — El Kim mayor volvió a hablar — Sea quien sea, si me vuelvo a cruzar con él, le cortare el pene.

 

Kibum tragó duro, la saliva en su cuello se sentía como un montón de piedras intentando abrirse camino por las paredes de su garganta.

Cada vez que salía de un problema, ¡¿Tenía que enrollarse en otro?!

 

 ‘Esto no puede estar pasando’, solo sabía algo, Jonghyun JAMÁS debía enterarse de que él era ese niño.

 

‘Esto tendrá que permanecer como un secreto hasta el día en que muera…

¡¡¿SOY YO EL “JODIDO LOCO” QUE MERECE QUE LE CORTEN EL PENE?!!’

 

Mientras los demás conversaban animados, ya dejando de lado el tema anterior, Kibum se hundía cada vez más profundo en un agujero negro, los recuerdos borrosos haciéndose presentes…

 

No tenía muchos recuerdos agradables de cuando era niño, pero recordaba vagamente ese día.

Después de todo, había sido ese día en el que conoció al chico más guapo sobre la tierra… y también el día en que recibió la peor paliza de su vida.

 

En esas épocas, no era más que un niño inmaduro que desesperadamente ansiaba atención; era más alto que el promedio y mejor parecido (según él), pero nunca había sido popular, y eso le molestaba interminablemente.

 

‘Así que hacía todo y de todo para hacerme popular’, —y en vano debía agregar—.

 

 

 

— Gracias por el chocolate — Hyunwoo —el niño más popular de la escuela primaria— recibía todos los regalos; su sonrisa radiante y sus manos estaban llenas de chocolates y demás chucherías que las niñas del salón siempre le daban.

Chucherías que Kibum también quería.

 

‘Ashhhh… ¡¿Qué es lo que ven en un imbécil como ese?!’, el rubio bufó, celoso, estaba a punto de explotar; sus pómulos altivos estaban más rojitos que nunca y sus ojillos felinos destellaban llamas de furia.

 

— Toma — Esta vez era Irene —la niña más popular—  la que traía en las manos una pequeña bolsita rosa, soltó una risita coqueta, sus delicadas manos dejaron el pequeño presente en las del niño de corbata.

 

— ¡Wow! Gracias Irene. — sonrió de nuevo Hyunwoo.

 

‘¡¿Hasta Irene?!’, Kibum tuvo unas enormes ganas de partirle la cara de un buen puñetazo a aquel niñato; dos segundos después, decidió que no era tan mala idea, aunque sus escuálidos brazos no fueran tan fuertes, podría darle un buen susto a ese pequeño pendejo que siempre se llevaba la atención de todo el mundo.

 

— ¡¡Te mataré!! — Saltó, cual gato, encima del castaño.

 

El otro niño apenas tuvo tiempo de verlo, así que mucho menos tuvo tiempo para escapar.

 

— ¡Ahh! ¡¿Qué estás haciendo?! — Hyunwoo lloriqueó entre los brazos del rubio, las sacudidas en su cuello comenzaban a ser dolorosas.

 

Irene miraba todo desde un extremo del pasillo, aun sin saber qué hacer, los demás niños miraban, curiosos, más no intervenían en la pelea; la pequeña rubia corrió.

 

— ¡Aléjate de él!

 

Irene se metió en medio de ambos, haciendo un esfuerzo por separarlos, Kibum, ya harto de pelear e intentando no meter a Irene en el embrollo, intentó empujar a Hyunwoo, pero este, temiendo caerse, lo estaba tomando fuertemente de los brazos.

 

Un enredo de pies y dos de los involucrados cayeron al piso.

 

— ¡¡¡Uwaaaaa!!! — los gritos escandalizados de todos los niños presentes no se hicieron esperar, todos horrorizados ante semejante escena.

 

Algunas niñas llorando, y los niños con la mandíbula desencajada.

 

Hyunwoo tenía los ojos cerrados, los párpados fuertemente apretados, aturdido y aun sin asimilar lo que estaba pasando en ese instante.

 

Y Kibum… definitivamente, no era así como tenía planeado que fuera su primer beso.

 

Esto era como un puto dorama…

 

 

 

 

— ¿Es él?

 

— Él es el que beso a Hyunwoo.

 

Bien, desde ese día, los murmullos a su alrededor eran constantes.

A la hora del almuerzo, cuando iba al baño, o cuando caminaba por los pasillos. Siempre.

Al inicio pensó que era molesto, pero las cosas no había resultado como él pensaba.

 

— Antes nunca pensé que era lindo, pero ahora que lo veo, lo es totalmente — unas niñitas murmuraban entre risitas pícaras.

 

Afortunadamente para él, aquellos murmullos, no siempre eran respecto a “aquél incidente”.

 

— Sí — otra risita.

 

Volteó rápidamente, intentando ver quiénes eran las personas que estaban alagando, pero antes de que pudiera ver siquiera un rostro, el montón de gente se había esfumado.

 

— ¡Kyaaaaaaa!

 

‘¡Vaya! Nada mal…’.

 

 

 

Suspiró.

Era una idea muy tonta, pero repitió la misma estúpida hazaña todos los años. Fue lo que lo hizo famoso en la primaria Baehyun y le dio la atención que había deseado tan miserablemente desde que ingresó a la escuela.

 

El tiempo voló, hasta que un día en sexto grado, después de haberse perdido dos días de la escuela por un resfriado…

 

Encontró a un estudiante transferido, que debió haber sido el chico más guapo que jamás había conocido —básicamente, él era Jonghyun—.

 

El tamborileo en su pecho, las mejillas calientes y las burbujitas explotando en su estómago. Todo en un par de segundos.

Recordaba claramente ese momento; y como, todo en aquel pelinegro lo había cautivado desde el primer segundo en que posó su mirada sobre él.

 

Si miraba atrás ahora, ese día pudo haber sido el día que conoció a su primer amor, y el día en que, por primera vez, fue consciente de su homosexualidad.

 

Por primera vez, quería besar a un niño de verdad, y no por la atención.

 

 

 

— ¡¡Allá va!! — ya era la hora del refrigerio, aunque eso era lo que menos le importaba, él estaba tras los pasos del niño nuevo, mientras sus compañeras y niñas de otros grados corrían tras él, aquellas mismas niñas que incluso habían creado un club de Yaoi para él.

 

— ¡¿Qué demonios?! — Jonghyun se volteó molesto, su mano volando hacia atrás, dispuesto a golpear a la persona que lo estaba siguiendo.

 

 

 

Desafortunadamente, la vida no es tan fácil como quisiéramos que fuera.

 

 

 

Cuando Kibum erró en su  intento de lanzarse hacia los gruesos labios del más alto, ambos tropezaron y cayeron, gracias a los rápidos reflejos del pelinegro.

 

— ¡¡AAYYYY!!

 

— ¡Quítate de encima, pendejo! — Jonghyun gritó, aguantándose el intenso dolor en sus sentaderas, pues había caído de trasero, y fulminando con la mirada a ese desteñido que invadía su espacio personal.

 

Kibum, de rodillas entre las piernas ajenas, estaba shockeado, demasiado impactado y nervioso por las nada amables palabras del moreno y la extrema cercanía entre ambos; las burbujas en su estómago de pronto se sentían como un millón de bombas explotando sin parar.

 

— Lo…lo siento —apenas articuló.

 

‘¿Cómo esa boca tan bonita pudo pronunciar semejantes palabras tan duras?’.

 

Jonghyun se notaba cada vez más molesto, y Kibum tuvo miedo de su reacción.

Una de sus manos de dirigió al piso, intentando usarlo como soporte.

 

¿Uh? Eso no se sentía como el piso. Estaba cálido. Y era suave.

 

— ¡Que rayos está haciendo! — un susurro llegó apenas audible a sus oídos.

 

Miró hacia el frente y vio como el rostro del moreno perdió el color, los ojos de cachorro agrandándose y sus labios formando una perfecta “O”, ¿Qué estaba pasando?

Dirigió su vista hacia su mano en el “piso” y pudo entender todo.

 

Eso no era precisamente la superficie de mayólica; su mano estaba precisamente posicionada en la entrepierna del mayor. Justo allí, es su paquete.

Su rostro se llenó de color de nuevo, mirando sus dedos alrededor de la delicada y privada zona.

 

Privada.

 

— ¡¡N—No!! — Al fin reaccionó, quitando su mano después de un tiempo que pareció ser eterno. — Nunca lo haría a propósito. — exclamó, excusándose; en su defensa, estaba diciendo la verdad.

 

— ¡¡¿Por qué pequeño… — el bonito rostro deformado por la rabia, no vaticinaba nada bueno para el futuro del rubio — HIJO DE PERRA?!!

 

 

 

Al final, había recibido una gloriosa paliza.

 

¿Qué pasó después de eso? ¡No podía recordarlo! Era demasiado trauma para su frágil cabeza.

 

Observó al moreno, hablaba por el móvil; sus parpados estaban cerrados y sus facciones relajadas, quizás estaba esperando a que contesten la llamada.

Era impresionante como haciendo la mínima cosa, el azabache siempre lucía bien, completamente guapo.

 

Tan simpático.

 

Básicamente; la primera y segunda vez que había visto un hombre tan guapo, resultaron ser la misma persona.

Y penosamente, eso también significaba que Jonghyun era el punk que le había pateado el trasero la primera y segunda vez.

 

Pfff, bufó, desviando su mirada hacia sus colegas, pero sin prestarles real atención.

La mala suerte parecía perseguirlo cada que estaba con Jonghyun, o quizás el moreno era causa de su mala suerte.

Si, era eso, o más bien, no era “mala suerte”, eran “desgracias”.

 

Gracias Jonghyun, muchas gracias.

 

— ¡¡OYE CABRÓN!! — Jonghyun gritó, Kibum saltando de la impresión.

 

Respiro aceleradamente, Jonghyun no podía haberlo recordado de pronto… ¿Verdad?

 

—¡¿Por qué la sigues cagando así?! — Suspiró sonoramente al ver que Jonghyun gritaba en dirección al pequeño aparato en sus manos — ¡¡Verás cómo paras después de que te corte la cabeza!! ¡Ve a que te la atornillen bien porque de esta no te salvas!

 

‘Como sea, me llevare este secreto a la tumba’.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Sus delgados dedos presionaron las teclas con el número que se sabía de memoria.

Una, dos, tres, cuatro timbradas.

 

<La persona que desea contactar actualmente no está disponible>

 

Era la séptima vez que llamaba, y también la séptima vez que pasaban de él, Jonghyun no contestaba sus llamadas.

Decidió dejarlo pasar, el moreno debía estar ocupado, hace días que no se habían visto, pero las llamadas eran constantes, quizás ahora mismo el moreno estaba atareado.

 

— ¡Hola Taemin! — uno de sus compañeros lo saludó de lejos, sonrió, sacudiendo la mano en señal de que lo había escuchado; virando su mirada al frente, se percató de que Kibum y Luhan —otro de sus compañeros— estaban juntos, no muy lejos de él.

 

— Oye, porque últimamente te has estado haciendo el difícil — el chico delgadito preguntó al rubio. — Pensé que habías roto con Taemin hace tiempo.

 

— Sí, el corazón roto me hizo abstemio. — Bromeó Kibum, intentando desviar el tema, sabiendo a donde quería llegar el otro — Así que solo levántame una lápida cuando muera.

 

— Deja de hacerte el difícil — insistió Luhan — sal conmigo esta noche, te llevare a un lugar lindo.

 

— ¡Ya te he dicho que no! ¡Deja de molestarme! — Taemin sin darse cuenta, había detenido sus pasos para observar todo, aunque Kibum ni Luhan lo habían notado.

 

— Tal vez hayas contraído Sida, al menos, eso es lo que le diré a todo el mundo. — Kibum lo miró, ofendido, una encantadora mueca en su cara.

 

— ¡¿Quieres morir gamberro?! — se lanzó hacia Luhan, su brazo alrededor de los hombros del otro, mientras el mayor reía sin parar.

 

— ¡Ack! ¡Entonces deja de provocarme!

 

Taemin exhaló, ni siquiera supo en que momento había comenzado a retener el aire en su caja torácica.

Sus ojos se sentían ligeramente húmedos, y una pequeña incomodidad en su pecho se hizo presente.

Kibum y Luhan lucían tan cercanos, así, carcajeándose, abrazados y jugueteando; era más que cualquier contacto que había tenido él con Kibum en los últimos meses.

 

Prefirió marcharse. Aquello dolía, y no sabía porque.

 

Pero él tenía a Jonghyun, tenía a Jonghyun. Nada más debía importar.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Ambos entraron a la habitación del peligro, deshaciéndose de sus molestas zapatillas y lanzándolas por todas partes.

 

— Amigo, estoy exhausto…

 

— ¿Trabajaste hasta ahora? — Woohyun se sentó en la alfombra, mientras Kibum se desparramaba sobre el mismo lugar, su cabeza rubia acomodándose en una de las piernas de su amigo.

 

— Soy un vago pobre, debo ganarme el pan de cada día — le respondió.

 

— ¿Realmente vas a estar bien? — la gruesa voz sonaba angustiada.

 

— No te preocupes — le sonrió, intentando lucir despreocupado.

 

— Hey, solo porque estés cansado no significa que no te querré como mi perra esta noc—

 

Los suaves ronquidos provenientes del rubio indicaron que ya estaba dormido; Woohyun lo miró con dulzura, tenía un ligero puchero, su labio superior alzadito… como invitando a que le den un beso ¿O solo era su imaginación?

 

Este chico, lo traía loco.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

— Jonghyun — Taemin lo llamó desde la cama, desnudo bajo las sábanas.

 

Hace poco más de dos horas Jonghyun se había dignado a llamarlo, estaba de camino a su casa cuando el timbre del celular le indico que su amante era el que llamaba.

Después de saludarse, un par de tragos, unas cuantas palabras, y una sesión intensa de sexo, ahora yacía recostado sobre la enorme cama del moreno, buscando llamar su atención mientras este comenzaba a vestirse después de haberse dado un baño.

 

— Jonghyun — volvió a llamar el castaño, al verse ignorado — Creo que ya ha sido suficiente.

 

— ¿De qué hablas?

 

— Estoy bien ahora que te tengo, — Taemin aclaró, sabiendo que el azabache no tenía idea de a qué se refería — deja que Kibum se vaya ahora.

 

El silencio incómodo inundo la habitación, el sonido de tela rozando era el único presente.

 

‘Jonghyun estaba demasiado callado’, Taemin pensó, pero aprovecho la situación para seguir explicando.

 

— Estoy seguro de que aprendió su lección. — Continuó con sus argumentos — Aparte de eso, ¿No sería mejor una chica en la oficina?

 

— No. — Jonghyun por fin habló, su voz sonaba demasiado seria, casi molesta — No puedo simplemente dejarlo ir.

 

— P…pero, Jonghyun — Taemin se enderezó rápidamente, sus ojos más abiertos que nunca.

 

Definitivamente esa no era la respuesta que quería. Para nada.

 

Aún seguía algo ido por la impresión, y no estaba listo para la frase que estaba a punto de escuchar.

 

— Lo necesito.

 

 

 

 

Notas finales:

ACLARACIONES

*  Chungnyangni es un distrito en el centro de Seúl famoso por su estación de tren.

 

 

 

A alguien le gusto el cap? ¿Alguien? XD

¡Yay! Ya sabemos cuál era el sueño recurrente de Jonghyun, el pobre esta traumado(?), nah, pronto verán porque es que sigue teniendo ese recuerdo tan presente, y hay una parte que Kibum no recuerda, una parte importante, despistado Kibummie :3

Recuerden que Kibum es menor que Jonghyun, por eso Jong era más alto cuando eran niños, y visualicen a un Kibummie rubio desde pequeño, je.

¿Ya mencione que entre el Taekey, Kibum era el activo? en realidad, él está acostumbrado a ser SIEMPRE el activo(en el fic), sé que es “difícil” de imaginar, pero bueeeno XD

Y si preguntan porque tarde en actualizar, fue culpa de Jinki y Yunho! escribir la primera parte fue bien aburrida -supongo que leerla también lo fue- ni siquiera son mucha hojas, pero debieron ser más XD

¡Denme sus opiniones! >:’v

P.D. Alguien sabe cómo puedo editar las notas de autor de capítulos anteriores y esas cosas? Leí lo que escribí en el primer capítulo y me estreso yo misma :v estoy pensando seriamente en borrar todo y resubirlo...quizás.

—se va bailando Ice Cream Cake— Bai~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).