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Totally Captivated [Jongkey] por AleKeySaur

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Notas del capitulo:

Segundo cap :)

Hay algo que olvide mencionar, las frases en ' ' son cosas que piensa Kibum, o algun otro protagonista, segun el contexto. Lo que esta entre " " solo es para reslatar palabras o frases.

Lo que esta en cursiva son recuerdos, o "flashbacks", y los asteriscos qu encontraran al lado de algunas palabras tienen una "explicacion" que estara en las notas finales.

 

A leer!

CAPÍTULO 2

 

 

 

 

Las palabras resonando una y otra vez en su cabeza….

 

 

 

Pero si no lo haces, tendrás que dejar la ciudad.

 

…tendrás que dejar la ciudad.

 

…dejar la ciudad.

 

 

 

El cuerpo le tembló por completo, cuando Jonghyun decía cosas como esas, no bromeaba. Era una persona de sangre fría, y un desperdicio de hombre, con la pinta que tenía, probablemente, si fuera más amable, tendría un millar de chicas y chicos rondándolo como moscas a la miel. Aunque no dudaba que debía tener pretendientes que estaban dispuestas a soportarle ese humorcillo que siempre se cargaba.

A él, en opinión personal, le parecía por demás guapo; pero no estaría dispuesto a aguantarlo. No hacía falta conocerlo mucho para saber que ese hombre era muy irritante, y nunca jugaba, siempre había que tomar seriamente cada una de sus palabras.

 

Y lo que le dijo, no sonaba solo como una orden, parecía más una amenaza.

 

-¿Qué quieres decir con cobrar jefe? – sintió miedo de la respuesta.

 

Jonghyun lo observó de lado.

 

-Te lo pondré simple… ¿Quieres dejar Seúl o ser enterrado en ella? – Y tal y como lo predijo, las palabras que soltó solo hicieron que se le crispe todo el cuerpo del temor.

 

-¡Lo haré! ¡Por supuesto que lo haré! – fue su única respuesta, en realidad era la única alternativa que tenía, si quería seguir conservando todos sus órganos sanos y sus extremidades completas.

 

-Kibum – sintió un brazo enroscarse alrededor de su hombro – Pobre de ti… - Minho, la mano derecha de Jonghyun, lo miró con lástima, o eso creyó ver detrás de los lentes oscuros.

 

-¿Por qué haces que salga su lado malo? – le dijo Changmin, quien mientras le daba palmitas en la espalda, a modo de consuelo.

 

-O… Oye – no entendía ni una palabra de lo que le decían…

 

‘¡Un momento! Si estos tipos están así de preocupados, entonces la persona a la que iré a cobrar debe ser…

Mierda…’

 

Se imaginó a si mismo amordazado, y siento cruelmente maltratado por un tipo robusto y lleno de cicatrices en la cara. El suplicando piedad, escupiendo sangre, mientras el hombre reía y acariciaba a un gato gordo que dormía entre sus brazos… una escena totalmente macabra.

 

‘¿Debería huir?’

 

Jonghyun lo miró por un par de segundos, lo suficiente como para olvidar su plan.

 

 

 

¿…O ser enterrado en ella?

 

 

 

-Lo haré, Por supuesto que lo haré – murmuró apenas audiblemente, convenciéndose a sí mismo que era mejor obedecer a su jefe.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Le dio un vistazo general al lugar. Volvió a ver la dirección apuntada en el pedazo de papel y levantó la vista queriendo asegurarse de que estaba en el lugar correcto.

 

-¿Este es el lugar?

 

Si, efectivamente, estaba en el lugar correcto.

El letrero en la puerta anunciaba ‘Jinyoung Metales’, no parecía un lugar… decente, el letrero apenas se sostenía, las paredes llenas de rajaduras, y la pintura naranja parecía color marrón por partes, lucía andrajoso…

 

-¿Cómo es que un lugar así debe 320 mil millones de won*? – se preguntó.

 

‘Eso alcanza para 100 000 platos de Don-Katsu de la cafetería de la universidad…

20 000 libros de texto…

12.5 años de renta…

20 000 Cajas de Ramen…’

 

Era un Montón de dinero. Casi babeaba pensando en todo lo que podría hacer si el tuviera al menos de la mitad de lo que debía de cobrar.

Evitó hundirse en sus pensamientos, si no regresaba pronto a la oficina, el jefe de seguro lo castigaría de alguna manera.

 

-Disculpe – Entró al negocio encontrándose con un hombre mayor y un joven que supuso debía ser su empleado.

 

-¿Si? – el adulto mayor preguntó.

 

-Um… Soy de la unión de Crédito de Saehan… - sonrió intentando causar simpatía, cosa que supo, no funcionó, pues oyó claramente a los hombres tragar duro después de mencionar su lugar de trabajo, pudo ver con claridad cómo se le iba el color de la cara al anciano, su cara siendo la representación gráfica del terror.

 

-Yo… ¡¡LO LAMENTO MUCHO SEÑOR!! – Sintió una ráfaga levantarle el cabello, mientras el hombre frente a él se inclinaba en una reverencia de 90 grados – .Quisimos devolver lo que tomamos, pero, como puede ver, no lo hacemos muy bien.

 

El empleado asintió frenéticamente, dándole la razón a su jefe.

 

-No hemos vendido nada, así que no tenemos nada de efectivo – intervino.

 

Kibum le echó un vistazo al lugar en el interior, lucía tan o más deplorable que como se veía la fachada, se preguntaba ¿Con que objetivo habría pedido prestado tanto dinero aquel hombre? Con solo verlo era de esperarse que el anciano no podría devolver el dineral que debía, ni vendiendo su negocio –que de seguro nadie estaba interesado en comprar– podría obtener el dinero necesario para saldar su cuenta.

 

-Por favor – Kibum pudo notar que los ojos del hombre comenzaban a humedecerse – .En los últimos meses, solo he sido capaz de alimentar a mis hijos con ramen – sollozó.

 

‘Demonios…

Este amigo trabaja duro, sus hijos son estudiantes pobres que solo han comido ramen en los últimos seis meses…’

 

-Si pudiera esperar hasta fin de mes… le prometo que para entonces le devolveré el dinero, aún si para ello tengo que vender mi tienda y mi casa.

 

-Por favor, sea paciente un poco más. – acotó el asistente.

 

Ambas personas se arrodillaron, haciendo una reverencia frente a él.

 

Imaginó a su jefe, tomándolo con sus garras, arrastrándolo lentamente a un abismo sin fondo…

 

 

 

¿Quieres dejar la ciudad?

 

 

 

-Por favor… - la voz del hombre sonando suplicante a sus oídos…

 

El hundiéndose en la oscuridad. Las garras llevándolo más y más profundo….

 

 

 

¿O ser enterrado en ella?

 

 

 

-¡Tenga piedad de nosotros! – la angustia en aquella voz que no podía ignorar…

 

‘Por favor jefe, no me mate…’

 

-Está bien – Kibum por fin accedió, solo esperaba no estar cometiendo una locura por salvar el trasero de alguien más.

 

-¡GRACIAS SEÑOR! ¡¡ GRACIAS!!

 

-Por favor, pague a fin de mes – suspiró resignado.

 

-POR SUPUESTO SEÑOR~ ¡¡SEGURO LO HARÉ!! – el anciano se inclinaba otra vez – .No es mucho, pero ¿Le gustaría comer con nosotros? – dijo al momento en que se paraba dirigiéndose a la cocina.

 

Sus pequeños ojos de gato brillaron ante la idea, él jamás se negaba, ya que era pobre, no solía darse muchos gustos a la hora de comer, por lo que –y no sabía si era realmente debido a su pobreza– disfrutaba mucho de la comida, sea cual sea, la cantidad que sea.

 

-¡Gracias! ¡Estoy hambriento! –dijo mientras entraba a otra habitación.

 

 

 

 

 

-¡Buenas noches señor! – el hombre lo despedía desde la puerta del negocio, agitando su mano alegremente. Mientras él marchaba totalmente satisfecho después de haber hecho su buena acción del día.

 

‘¡Mira la satisfacción que recibes después de ayudar a otros, no puede ponerse en palabras!...

 

 

…Aunque las consecuencias asustan’

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Jonghyun lo esperaba en su oficina, y no parecía estar de buen humor.

 

‘En realidad nunca está de buen humor’,  pensó.

 

-Las cosas no salieron como se planearon. Jefe. – murmuró, algo temeroso, esperando ser comprendido, rogando por que haya una pizca de compasión en el corazón del pelinegro.

 

-Tsk… Te pilló… ya sabía yo que caerías en sus mentiras… – Jonghyun lo miró, burlón – Lo tienes en camino, no me preocupa, mientras logre enterrarte personalmente, esperaré  a ver qué pasa este fin de mes.

 

 

 

 

 

‘¡Desafortunadamente, llegó el mes!’

 

-¡¡LO LAMENTO SEÑOR!! ¡POR FAVOR, DENOS UNA SEMANA MÁS!

 

-Y… Yo – La mirada lastimera del anciano…. No  pudo negarse.

 

 

 

 

 

-Hoya –El moreno se dirigió a uno de sus subordinados – Encuentra un buen lugar de entierro. Algún basural estará bien.

 

-¡Jefe! – Kibum tenía ganas de llorar – ¡Prometo que para la próxima volveré con su dinero!

 

-Cállate, no hagas promesas que claramente no cumplirás.

 

 

 

 

 

-¡¡POR FAVOR, DENOS DOS SEMANAS MÁS!! ¡¡DE OTRO MODO, MI FAMILIA NO TENDRÁ MÁS REMEDIO QUE COMETER SUICIDIO FAMILIAR!! – El hombre se arrodilló frente a él, como lo hacía todas las veces que iba a cobrar.

 

 

 

 

 

-Hoya tiene el ataúd hecho. – ‘Maldición’ – y déjame decirte, que estoy más que listo para meterte allí dentro.

 

‘Exámenes, Cobrar, Tareas, Ensayos… Estoy agotado…’

 

-¡Idiota! Veo que eres en crédulo como siempre. ¿Es que no lo ves? ¡Ese tipo es un maldito estafador! – Taemin le gritó, mientras entraba a la oficina, tenía conocimiento de todo lo que estaba sucediendo – Se niega a pagar, aunque tiene dinero. Todo este tiempo ha estado fingiendo ser pobre, así podría… ¿Eh?

 

Kibum hizo oídos sordos al castaño, Taemin lo veía extrañado, oyendo los balbuceos casi nulos que salían de los acorazonados labios, parecía ido, como si realmente no estuviera presente allí.

 

-Estas enloqueciendo totalmente, Idiota… Eres tan idiota…

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Suspiró.

 

Ese día no tenía fuerzas ni siquiera para bromas… Eso de ir a cobrar se estaba volviendo una rutina, visitar el local constantemente, le quitaba tiempo valioso que podría utilizar para estudiar.

 

Estaba cansado; y aparte tenía que aguantar las –cada vez más constantes– amenazas de Jonghyun, era tan molesto cuando se lo proponía, a decir verdad, siempre era molesto, al menos con él lo era, parecía que desde que entró a trabajar con Jonghyun, Kibum se había convertido en su juguete.

 

Jonghyun parecía no tener consideración de él, se la pasaba molestándolo cada que podía, se comportaba como un niño de jardín, de esos que se la pasaban molestando a la niña que les gustaba para llamar su atención, solo que Jonghyun no gustaba de él, solo lo hacía para joder su paciencia…

 

Se paró frente al pequeño negocio una vez más, rogó porque esta vez, el anciano haya conseguido el dinero, comenzaba a temer que al jefe se le ocurriera hacer cumplir su castigo uno de esos días. Empujó la puerta levemente, pero se detuvo al escuchar unos murmullos.

 

-Como te iba diciendo ¡¡Es casi un Billón de Won**!! ¡¡Un Billón!!

 

Pudo reconocer perfectamente que esa voz le pertenecía al anciano, prefirió quedarse detrás de la puerta a escuchar un rato más, algo le decía que podría obtener información interesante de esa conversación.

 

-Hace diez años designé a mi esposa e incluso a mis parientes políticos y distantes como mis beneficiarios. Todo lo que tengo que hacer es declararme en bancarrota, y ¡Estoy listo!

 

-Eres un… ¿Y qué pasa si esas personas niegan completamente cualquier responsabilidad legal?

 

-No tendrás agallas – soltó una risotada - ¿Lo ves? Incluso la “temible” mafia no puede tocarme.

 

-No es que puedan tocarte, solo sienten lástima por ti. ¿No has notado que aun siendo el pistolero más duro, instintivamente no dañaran a aquellos que se humillan y ruegan piedad?

 

-De todas maneras, me salvé porque mandaron a un idiota esta vez.

 

‘Idiota’.

 

La furia en el cuerpo de Kibum se expandió rápidamente. Le habían visto la cara de estúpido.

 

‘¡Mierda! ¡Cómo se atreven! ¡Esos bastardos iban a dejar que cargara con la culpa y luego iban a reírse de eso a mis espaldas!’

 

Mientras que él intentaba salvarle el maldito culo a ese tipo, este se burlaba de su ingenuidad y su buena voluntad. Pero ya no lo haría más.

 

‘Les demostraré que tan peligroso que puede llegar a ser este idiota.’

 

 

-Solo mira. En cuanto yo… - la explicación del tipo fue interrumpida por el fuerte portazo que hizo eco en toda la habitación.

 

Los hombres voltearon hacia Kibum, despreocupados hasta que notaron la furia latente en el rostro del rubio; totalmente aterrados, retrocedieron un par de pasos temiendo la reacción del chico, deduciendo –por el malestar que mostraba Kibum– que el rubio había escuchado toda su conversación.

 

-Tiene tres días para poner en orden sus activos – Kibum los miró penetrantemente – Si no se acerca a nuestras oficinas y entrega 353 420 000 Won para ese entonces….Puede rogar por misericordia desde el interior de un ataúd.

 

Se marchó del lugar lanzando otro portazo.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

-Tendrás tu dinero en tres días jefe – anunció, plantando sus puños sobre el escritorio del moreno.

 

Jonghyun lo miró con una interrogante en su rostro, se quedó mirándolo un par de segundos más, para luego levantarse y tomar su saco, saliendo de la oficina, y dejándolo completamente solo.

 

Ya sin nadie que lo viera, Kibum se lanzó al sillón, se tapó la cara, la vergüenza expandiéndose por todo su cuerpo, como si tuviera la palabra “tonto” escrita en su frente.

 

 

 

 

~ ~ ~ ~

 

 

 

 

Kibum despertó temprano aquella mañana, para llegar a tiempo a la oficina, solo para llegar y encontrarse con el lugar totalmente vacío.

Se echó el sofá de cuero negro y cerró los ojos, intentando dormir al menos un rato más; cuando Taemin entró al despacho.

 

-¿Por qué estás tan solo? ¿Dónde están todos? – preguntó el castaño.

 

-Oh… creo que se fueron a hacer sus rondas – respondió.

 

-Hmm… – Taemin se acomodó en el sofá frente a él, desviando la mirada.

 

Kibum estaba seguro que podía cortar con un cuchillo el ambiente de incomodidad que había entre ellos; hace bastante tiempo que no se quedaban solos, usualmente los chicos –sus colegas– estaban siempre en la oficina, pues salían a trabajar en el mismo horario en el que él iba a la universidad; y si no eran ellos quienes estaban en el despacho, era Jonghyun; es más, era bastante extraño ver a Taemin venir solo, cuando solamente se aparecía por allí como acompañante del jefe.

 

-Escuché que decías que tendrías el dinero para hoy. – murmuró el castaño – Solo espero que estés preparado para dejar la ciudad. – rio – No, espera, me pregunto si prepararon ya un ataúd.

 

-¿El jefe te trata bien? – Kibum ignoró el monólogo del menor, no quería oír más acerca del tema.

 

-Al menos no es una sucia puta como alguien que conozco… – murmuró Taemin, su voz sonando resentida, cosa que el rubio no notó – .Además es rico, apuesto, y tiene un cuerpo fantástico ¿De qué me puedo quejar? – presumió, dándole una tonalidad arrogante a su voz.

 

Taemin sintió cambiar el ambiente de repente, los ojos de Kibum brillando con emoción.

 

-¿De verdad tiene un cuerpo fantástico? – Kibum se veía bastante entusiasmado con la idea, una brillante sonrisa cargada de ilusión plantada en su rostro. Era de imaginarse que Jonghyun tenía un cuerpo de ensueño, solo hacía falta ver como se le marcaba los trajes alrededor de sus suculentos músculos; pero que Taemin se lo confirmara hacía que algunos no muy sanos pensamientos se insertaran en su cerebro.

 

-¡¡MUERE IMBÉCIL!! – Taemin de alguna u otra forma logró darle una patada en la cara, haciendo que le sangrara la nariz – ¡Zorro descarado, maniaco sexual! ¡No te bastó con engañarme, ahora quieres quitarme a mi amante!

 

Kibum se levantó del piso, intentando detener el ligero sangrado nasal que le manchó la playera, no se molestó en reclamarle a Taemin por semejante agresión, como pensaba el castaño; en su lugar soltó un par de palabras que sorprendieron al menor.

 

-Bueno, eso me alegra por ti, que después de todo seas feliz… – dijo, dedicándole su mejor sonrisa al menor, antes de que este llegara a la puerta.

 

-¡Hmp! – Taemin solo lo ignoró continuando su camino, intentado controlar las chispas explotando en su estómago.

 

‘Juro… Que a veces puedes ser un verdadero pesado’, pensó el castaño, al momento en que abría la puerta, dándose cuenta al instante de que alguien intentaba entrar.

 

-¿Qué? ¿Quién eres?

 

Taemin abrió completamente la puerta, haciéndose a un lado; un hombre vestido de negro entró al lugar, a pesar de estar cubierto y llevar una gorra que le tapaba gran parte del rostro, Kibum lo reconoció como el anciano que debía pagar el dinero ese día.

 

-¡Ah! Espero que haya traído el dinero – sonrió.

 

-Traje algo bueno – Kibum vio como el hombre sacaba algo brillante de su casaca, pero antes de que pudiera reaccionar, el anciano saltó hacia Taemin con un enorme y filoso cuchillo de cocina.

 

Taemin logró dar un par de pasos retrocediendo, antes de caer estrepitosamente al piso.

 

-¡¡TAEMIN!! – se acercó rápidamente, dándose cuenta de que, afortunadamente, había logrado esquivar el ataque.

 

-¿Cómo se atreve un matón como tú a desbaratar mi plan maestro? ¡He trabajado duro en esto por más de 10 años! – chillaba escandalosamente el anciano.

 

-Si me hundo… ¡¡TE LLEVARÉ CONMIGO!! – volvió a gritar mientras se dirigía a Kibum.

 

-¡¡OH, DIOS MÍO!! – se levantó para correr lejos de Taemin para mantenerlo a salvo, prefería salir herido él a que atacaran al castaño.

 

El anciano se le abalanzaba una y otra vez, moviéndose frenéticamente intentando clavarle el filoso objeto en cualquier parte del cuerpo, no importaba cuanto retrocediera, el tipo se acercaba cada vez más, haciéndole casi imposible esquivar el arma.

 

-¡¡QUE SE CALME!! – logró propinarle un golpe en la cara, el anciano rodando en el piso causando un horrible sonido cuando golpeó una mesita de centro partiendo el vidrio de esta en miles de pedazos.

 

-Mierda… ¿Acabas de golpearme? – el tipo se incorporó, sin mostrar una mínima señal de estar adolorido, fijó su mirada en quien había sido su primer objetivo.

 

Taemin vio con terror como el hombre se acercaba de nuevo peligrosamente con el cuchillo.

 

‘¡¡Maldito Kibum!!’.

 

Si el rubio hubiese hecho su trabajo desde el comienzo no tendría que pasar por esa situación. Cerró los ojos fuertemente, esperando recibir el ataque, más que listo para soltar un alarido que podría escucharse en todo el edificio y un par de cuadras más.

Escuchó el sonido de los pasos detenerse, junto un par de jadeos muy cerca, y extrañamente, no sentía dolor. Abrió los ojos y vio a Kibum frente a él, su mano sangrando por el corte, había actuado como un escudo para que no lo hirieran.

 

-K… ¡¡KIBUM!! – la preocupación invadió todo su cuerpo, el corte se veía profundo, y sangraba a borbotones.

 

-Ah… Estoy bien. No es nada serio. – Kibum intento sonreír, cosa que no logró pues el dolor que sentía era difícil de ignorar.

 

-Pero… ¡Estas sangrando a chorros! ¡Tenem… – El castaño fue interrumpido cuando la puerta del despacho fue abierta estrepitosamente.

 

-¡¡TU, VIEJO CHIFLADO!! – Jonghyun entró casi tirando la puerta, Changmin y los demás chicos detrás de él.

 

-¡¡S…Señores!! – Kibum tenía ganas de llorar de alegría, era la primera vez que se alegraba de ver a Jonghyun – ¡Jefe, estoy tan feliz de verlo!

 

Jonghyun entró a la oficina pateando algunos de los objetos que estaban tirados en el piso, que habían caído gracias a la persecución que se había dado dentro de la oficina¨

 

-¡¿Qué es toda esta conmoción?! – Jonghyun gritó.

 

-¡Maldita sea! – El anciano se dispuso a atacar - ¡¡Toma esto!!

 

-¡Jefe!

 

Kibum  cerró los ojos fuertemente, si es que ese tipo hería a Jonghyun, prefería no ver; mucha sangre a la vista en un solo día.

 

Solo oyó el estruendo que causó el cuerpo de alguien impactando contra el suelo. Abrió de golpe los ojos, no resistiendo su curiosidad.

 

Su jefe… resolvió la situación con un puñetazo…

 

Fijo su vista en Jonghyun, se acomodaba suavemente la manga de la camisa, viendo asqueado las gotitas de sangre ajena que le habían salpicado; ese hombre no perdía nunca la elegancia.

 

-Tú tienes el dinero, ¿No? – Minho se acercó al anciano, que a duras penas se levantaba del suelo.

 

-¿Con que~? ¿Acaso no dijiste que la empresa iba lenta?

 

-N…No, pagaré, pagaré. – murmuró el viejo asustado, aun algo aturdido por tremendo golpe recibido.

 

-Hay una muy buena solución para tu situación. Se llama ‘venta de órganos’ –  dijo Jonghyun mientras se acercaba a paso lento al tipo, sus zapatos haciendo un sonido agradable al tocar el piso de madera; rio internamente al ver la cara de pánico que puso el anciano al oír su propuesta – parece que tendrás que vender a toda tu familia, incluyendo a tu esposa e hijos, para pagar los 300 millones de Won…

 

-¡Oh señor…! Le pagaré en este momento. ¡¡POR FAVOR, TENGA PIEDAD!!

 

-También tendrá que compensar a nuestro niño por cortarlo. – agregó el pelinegro.

 

Kibum sonrió, sorprendido por la elección de palabras de Jonghyun, aunque sabía perfectamente que lo que había dicho solo era para intimidar al hombre.

 

-¡Por supuesto, por supuesto señor!

 

El anciano parecía tan dócil… todo lo opuesto a como se había comportado minutos atrás, y todo gracias a Jonghyun, su capacidad de hacer sentir como gusanos a otras personas y causar tanto temor era impresionante.

Tan imponente, sin una pizca de duda en sus ojos.

Debía ser así, cualquiera que estuviera metido en esos negocios no podía mostrar debilidad ante nadie. Y a diferencia de Jonghyun, Kibum, sin duda, no servía para eso…

 

‘Jajaja… como puedo decirlo… eso fue fácil…’

 

Jonghyun sacó un cigarrillo del bolsillo de su costoso traje.

 

-Minho, – llamó, mirando fijamente al rubio – trae un par de vendas, ese idiota está sangrando. – lo señaló.

 

Y como si recién recordara la herida, a Kibum comenzó a dolerle el brazo a horrores.

Después de que Minho le echara un poco de alcohol y él tuviera que reprimir algunas lágrimas por el dolor, su brazo ya estaba cubierto por unas gasas y una venda.

 

Jonghyun se paró del sillón en el que se encontraba, indicándoles con la mirada a sus subordinados que era hora de marcharse; Taemin, quien hasta ese momento no había soltado ni una palabra, se paró siguiendo a su amante.

 

-Déjale esto a los hermanos mayores Kibum, – Minho dijo frente a él – regresaremos pronto.

 

-Gracias señor. – se agachó haciendo una breve reverencia.

 

-Esto si resultó – el alto le dio un par de golpecitos en la espalda – de todas formas, podremos recuperar el dinero a tiempo. -¡Bien hecho Kibum!

 

-Sí, creíamos que no conseguiríamos verte otra vez.

 

-¿Por qué hacen tanto alboroto? – Jonghyun se interpuso en la conversación - ¿Creen que el chico es su mascota o algo así?

 

-¡Cómo se le ocurre jefe! – Hoya rio de buena gana – es que queremos al muchacho, Kibum es un buen chico.

 

Kibum sonrió, estaba demasiado contento, las cosas no habían salido del todo mal después de todo; aunque la herida en el brazo le molestaba un poco, estaba aliviado porque había cumplido, por lo menos, una parte de su trabajo.

 

Ya todos habían salido del lugar, Jonghyun estaba a pasos de salir cuando la voz de Kibum hizo que detuviera sus pasos.

 

-¡¡JEFE!! – Kibum lo miró angustiado – Ya no tengo que salir de la ciudad ¿Verdad?

 

El moreno exhaló el humo del cigarrillo, ese idiota…

 

-No. – Kibum suspiró – Pero no recibirás paga.

 

-¡¿Qué de…?! – ‘Bastardo tacaño’, pensó el rubio, refunfuñando en voz baja.

 

No podía esperar menos, Jonghyun era así, y siempre lo sería, y si alguna vez cambiaba, no lo haría de un día para otro…

 

-Jeh… Aun así, estoy aliviado. – sonrió.

 

Jonghyun bufó, antes de dar un portazo, dejando a Kibum solo en la oficina, avanzando para darle alcance Taemin, Minho y los demás que debía estar esperando ya en la cochera.

 

Kibum.

 

Ese chico, era alguien bastante… particular. ¿Cómo era posible que después de tratarlo como mierda el menor le diera una sonrisa?

Además, el rubio lo veía besuquearse con Taemin, en sus narices, se suponía que aún seguía tras el castaño, pero no parecía inmutarse cuando él y su amante se toqueteaban en la oficina, disimulaba muy bien sus celos o solo aguantaba aquella demostración de calentura ajena; tampoco es como si tuviese derecho a reclamar algo, pues Taemin y Kibum no tenían ninguna relación más que de conocidos, pues ni al término “amigos” llegaba su relación…

 

Actitudes como esas lo confundían.

 

En cierto modo le jodía un poco que aquel tipo fuera siempre tan sereno, bueno, no le jodía un poco, le jodía bastante.

Si alguien lo tratara a él, de la misma manera que él trataba a Kibum, de seguro ya le habría roto un par de costillas al desgraciado que se atreviera a molestarlo así; aunque era técnicamente imposible una situación parecida, ya que todo el mundo conocía su genio, y como no estaba para nada dispuesto a permitir que alguien siquiera pensase en tocarle las bolas.

 

Y el rubio, siempre tan obediente, pacífico, amable, casi siempre con una sonrisa en la cara… tan diferente a él.

 

Kibum… aún no terminaba de sorprenderlo.

 

-¡Qué punk tan extraño!

 

 

 

Notas finales:

Nos leemos(?) la proxima semana! :)

Dejen review xD

 

ACLARACIONES:

 

*320 mil millones won son aproximadamente 320 000 dólares.

 

**Un billón de Won es aproximadamente un millón de dólares.


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