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Construyendo un amor desde sus cimientos por Sebiel Michaelis Phantomhive

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Notas del capitulo:

explicando como se formo la "familia de Sebastian"

en el próximo hay dos posibilidades, que sea la supuesta familia de Ciel o que presente la falsa realidad que ha venido viviendo Sebasntian. todo depende de la inspiración. y luego bueno... su actualidad, los retos de que deben afrontar todos para consebir lo que dice el título del fic.

 

Gracias Yana Toboso-Sensei-sama por complacernos con semejante obra!

Capítulo 2. Madre de un shinigami y dos demonios

 

Marianne Faustus, divorciada de Spears, viuda de Michaelis. Era una mujer con una belleza sobre humana, una larga cabellera azabache resaltaba su piel pálida como la nieve, era poseedora de unos ojos  miel que habían hechizado ya a muchos hombres. Pero sólo a dos les dio el sí, para unirse en santo matrimonio.

 

Su primer esposo fue un hombre de gran fortuna y poder, poseía varias funerarias, y a decir verdad ese negocio resultó ser sumamente productivo. Le dio a éste el primogénito que tanto deseaba, William T. Spears un bebé con mechones de color cobre y orbes en tonos amarillo verdoso, iguales a los de su progenitor. Luego de que el pequeño naciera, sin justificación alguna el hombre conocido como “Undertaker” al parecer perdió la cordura, al punto de que su esposa exigiera el divorcio. Éste puso como única condición el poner absolutamente todos sus bienes a nombre de su hijo, ella quiso protestar, sin embargo, olvidó haber firmado un acuerdo prenupcial, no le quedo más remedio que aceptar.

 

Para sorpresa de la sociedad, la hermosa mujer no tardó en ser cortejada por varios caballeros, aún a sabiendas de su reciente maternidad, así fue como terminó abruptamente cazada con un millonario desconocido, el esplendido hombre poseía una mirada tan profunda como la noche, y le ofreció las estrellas a Marianne para que aceptara casarse. Teniendo el pequeño Will apenas tres añitos, nació su hermano, Sebastian Michaelis. El señor Michaelis quedo encantado al tener a su hijo en brazos.

 

Cuando Sebastian estaba por cumplir los cinco años, Marianne quedó embarazada nuevamente. Su marido le ofreció una expresión indiferente ante la noticia.

 

-No es mío-ella quedó petrificada en su sitio. Era cierto.

 

-¿Cómo insinúas que yo….?

 

-La verdad, no me importa.-las lágrimas escurrieron por los pómulos de la mujer. Ella sabía que él no le daría importancia, como no le daba importancia a nada más. El tener relaciones era un acto de complacencia sólo para su persona, por eso ella buscó el cariño en otros brazos.

 

Sus hijos habían sido criados en un ambiente lúgubre, sin más amor que el que ella les profesaba, e incluso así, los pequeños eran impacibles. Tenía unos buenos hijos, ordenados y responsables, sin embargo parecían unos zombies, principalmente en presencia  de su esposo.

 

Cuando su tercer hijo nació, se encontraban reunidos en la clínica sus dos hijos primeros, su esposo el abogado y algunos familiares y amistades.

 

-No llevará el apellido Michaelis-sentenció el hombre. La mujer le dirigió una mirada sumamente recriminatoria- no es mío y no llevará mi apellido-todos los presentes se sorprendieron, el acercó sus pasos a la camilla donde la dama cargaba a su pequeño- te concedo el divorcio, mi hermosa dama, jamás cumplí como un buen esposo, y aún así permaneciste a mi lado, sin chistar ni por un instante. Por eso, la mitad de todos mis bienes te será cedida, la otra mitad será divida entre tú y los dos menores.

Miro de soslayo a Will, arqueo un poco los labios y prosiguió- no considero que William requiera de mis limosnas, ni mucho menos que se sienta orgulloso de recibirlas –entornó la mirada a su abogado-los niños tendrán libre potestad de manejar su herencia en tanto hayan cumplido sus 18 años.

 

-Espera un momento-protestó con el bebé aún dormido- si nos dejas todo, ¿qué harás tú?

 

El alto hombre se acercó con parsimonia a su único hijo de sangre, una vez frente a este puso una rodilla en el suelo-hijo, espero que cumplas tus deseos, y demuestres lo importante que es tu vida, afrontarás serias dificultades pero espero sinceramente que luches por obtener lo que tanto anhelas- con una mano revolvió los mechones de color azabache-mi misión aquí ya se ha cumplido.

 

El pequeño sintió un ligero mareo ante aquellas palabras, le pareció que podría darle un doble sentido, en ese instante, fue sembrado en los más profundo de su ser, una inquietud, una molestia que le perturbaba cada día y a cada hora.

 

Pero era aún muy joven e inocente para entenderlo. Sin más, el hombre se retiró de la habitación y no fue vuelto a ver en vida.

 

El hijo menor de Marianne fue nombrado Claude, Claude Faustus. Era el más idéntico a ella, de pelo negro como la noche y ojos miel hechizantes.

 

Marianne fue una dama sumamente rica que tuvo que criar sola a sus tres hijos. A pesar de los incontables pretendientes, cuyo número había aumentado estrepitosamente al ser poseedora de una considerable fortuna, heredada por su difunto esposo. Esta rechazó a cada uno, desolada ante el tormento de dos matrimonios fallidos, en los cuales sus maridos sencillamente perdieron el interés, tras conseguir lo único que deseaban, un heredero, nada más.

 

Continuará…

Notas finales:

POOOORRR FAVOOOOOR sus rewies son los que me dan ánimos, cuando los leo digo "por ellos, que me leen, debo escribir rápido" sino me lee nadie entonces no le escribiré a nadie :p

 

por otra parte les recuerdo que ésto es la tercera parte de  una serie, las segunda parte está en proceso y leerla sólo hará que quieran leer ésta aún más. prometo irla escribiendo sin soltar spoiler de la otra para que se puedan leer de forma independiente, sin embargo, el final de aquella y la condensación de ésta si están obviamente entrelazados ^_^

 

sin más me despido!


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