Hoy no vino la profe Doris, tenía que hacerse exámenes otra vez. Creemos que tiene alguna especie de anemia pues siempre se queda dormida. Otra teoría, es que la señora cuarentona goza su vida de viuda y sale a conocer apuestos caballeros en dudosos lugares del centro. No me molestaría que fuera la segunda, tengo la firme convicción de que los humanos pueden gozar de sus cuerpos incluso luego que los afecta la temible gravedad. Una mujer "empoderada de su sexo" le llama Simone, "vieja caliente" le dice vulgarmente el Vicho... "un ejemplo a seguir", digo a mis adentros. Me encantaría poder experimentar el sexo hasta el fin de mis días. Debe ser algo sublime. Solo imaginar el grabado sobre mi tumba me pone contenta "aquí yace Constanza S.L. , quien tijeretió con su esposa Javiera, hasta el fin de los días". Lo sé, es algo vulgar, pero bueno. Me pone contenta igual.
Hoy la Javiera se ve triste, la he visto por lo menos tres veces relamerse los labios y pasarse el dedo índice por la boca algo nerviosa. Ella no se come las uñas, así que cuando está inquieta suele pasar su dedo por entre medio de los labios, frotándolo, como si eso realmente la calmara. Me encanta cuando hace eso, pero está triste.
- Coni, córtala por fa.
-¿AH?- le respondo a Simone con mi mejor cara de naturalidad.
- En serio, basta. Un día de estos, la Javi te va a denunciar por acoso. ¿No te das cuenta que pareces una enferma?
- Pues ella tiene la cura...
- OH NO, CÁLLATE - el cuaderno de lenguaje vuela hacia mi cabeza y me despierta de golpe.
- Já, já - me sobo el cráneo sin delicadeza y suspiro - ¿la patió el Tito al fin?
- Que no coni, nadie la ha pateado. Debe estar así porque está con su periodo, yo qué sé.
En eso, aparece el Vicho. Hermoso jovencillo de cabellos claros y desordenados que caen en espiral sobre su frente, tiene un cierto aire afeminado, pero no como el chico ese de youtube que posa en el noticiario con performance de diva. Más bien, un gesto delicado en su hablar, un vocabulario adecuado y una belleza infinita. Simone y yo, creemos que es una criatura hermosa. Nos cuesta creer que a estas alturas siga de novio con Esteban, el tipo de cuarto que está a días de salir del liceo (que es el imbécil más imbécil de todos los tiempos). Lo odiamos. Solemos odiar a mucha gente al mismo tiempo.
Esteban es abiertamente gay, un disidente gay, un escritor gay, un artista visual gay, todo lo más gay es él mismo hecho hombre. No es afeminado, pero pareciera ser que no es nada más que eso, un activista gay. Tiene el ego del porte del universo, y ni siquiera es tan interesante. Solo es un maldito publicista homosexual, como si fuera la gran cosa "ser gay". Pero a Vicho le encanta, encuentra que es valiente y que no hay nada más hermoso que su firme quijada (sobresaliente).
Simone le ha dicho que el tipo es un chanta, pero Vicho está cegado por el amor hace ya dos años. Es casi como la primera dama del colegio, porque además, el tipo este intenta abarcar todos los espacios públicos posibles.
EN FIN, Vicho, como buena criatura homosexual de la fauna escolar, llega con el chisme de moda.
- La Javiera, está así, porque está con retraso. Al parecer, nuestra compañera tendrá un Tito bebé.
Simone alza las cejas, se cruza de brazos y lamenta la caída de una nueva mujer a manos de la fertilidad.
- Otra mujer más que no valora su futuro y se somete al yugo masculino. Hoy, ha caído otra mujer más a las fauces machistas de este país... Desde hoy, será vista como la pobre mujer embarazada que no podrá terminar sus estudios y... - No puedo escucharla más, mi corazón cruje y caigo en un único suspiro ensordecedor. ¿Qué va a ser de la Javiera ahora?, ¿y si Tito no se hace cargo de ese bebé? ¿y si no viene más al colegio? ¿y si ahora sí no puedo verla nunca más o decirle que la deseo desde hace mucho tiempo?, en eso, Simone me chasquea los dedos en la cara.
- Lo siento, me quedé pegada.
- Claramente... Como te gustaría ser el padre, jajajajaja - ríe bellamente Vicho.
- Yo me haría cargo de esa guagua.
- Ya va a empezar... por la cresta Vicho, no le des tema. No ves que se pone sumamente extraña y perturbadora.
- Pero cómo pueden burlarse de lo que está pasando la Javiera. En serio, debe estar súper preocupada.
Vicho ríe.
- ¿No nos burlamos de la Muriel cuando quedó embarazada también?
- Ella... era un caso distinto, a ella le decían la vaca Muriel. No nos reíamos de su embarazo, si no en cuánto se iba a expandir su vientre en... - Simone me interrumpe.
- No te vamos a permitir que hagas algo estúpido. A ella le gustó abrir las piernas sin protegerse, bueno, tendrá que asumir ahora.
- Estoy completamente de acuerdo - asintió Vicho.
- Pero imagínense, ahora debe sentirse tan vulnerable y sola...
- Eres as-que-ro-sa - finalizó Simone antes de levantarse para ir al baño.
- Amiga, lo siento. Pero creo que Simone tiene razón. No puedes pretender "aprovecharte del momento". Piénsalo bien, no seas tonta - En eso, Esteban aparece. Vicho se va corriendo a su lado y me quedo con los zombies de los celulares y la Javi que sigue pasándose el dedo por encima de los labios.
Es el momento preciso, sus amigas fueron a comprar al kiosko y ella no quiso levantarse de su asiento. ¿Debería ir? Me levanto, como tantas otras veces, trago saliva y me siento en el asiento que dejó la Flaka.
- Javi... Yo sé que no hablamos, y que probablemente me odies por todas las cosas raras que he hecho, pero mira... te ves distinta y me gustaría saber si puedo no sé, ayudarte en algo.
- Esto es algo incómodo - su dulce voz me eriza los pelos, pero me mantengo firme.
- Lo sé, pero en serio -insistí- quiero que en serio sepas que yo podría ayudarte. Se me ocurren muchas cosas. Puedes contar conmigo - en eso, Tito interrumpe con su bozarrón de orangután subdesarrollado.
- Javiera. Ven, tenemos que conversar - luego me mira y se ríe - ¿estás ocupada con tu amiga la lesbiana? oye, sorry... pero a mi mina le gustan los - gesto obsceno- JA JA JA JA, no ya, sorry. En buena onda, igual me gustan las lesbianas, en el porno sí po' JA JA JA JA.
- ¿Qué pasa Tito? - pronuncia severamente Javiera.
- Mi amor tranquila, si a la Coni no le molesta. ¿Cierto?
- Claro que no, por qué habría de molestarme si tenemos "tanto en común..." - me levanto y regreso a mi lugar. No me interesa discutir con un simio.
Veo alejarse a Javiera, con el ceño fruncido. Los veo desde mi asiento. Javiera se cruza de brazos, le dice algo así como "Eres un tonto, un simio analfabeto, te odio, eres lo peor que me ha pasado en la vida...", pero luego se besan, así que me imagino que mi lectura de labios es una mierda.
Me hundo en la silla, vuelvo a dibujar. Una línea tras otra, la imagino conversando conmigo, diciéndome exactamente lo mismo, que la embaracé y que tiene miedo, yo la abrazo y le digo que lo superaremos. Pero en realidad es una fantasía estúpida. Las mujeres no pueden embarazar a otras mujeres. Así que me la imagino sonriendo, muerta de la risa porque sin importar las veces que tengamos sexo ninguna quedará embarazada, entonces la beso, le digo que es una tonta al oído y me adentro en ella una vez más, hago girar mis dedos sobre su firme botón, respiramos fuerte, deja caer su pelo en mi, su suave pelo rozando mi cara, me adentro, me hago terminar y aprieto los dedos de mis pies en el colchón de mi cama. Me levanto, le lavo las manos, los dientes, miro a la Coni del espejo.
- Lo has heho otra vez.
- Sí - me respondo - no puedo evitarlo.
- Lo sabemos.
Regreso a la cama, duermo como un bebé.
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La primera vez que le hablé a la Javi fue cuando llegó al curso y se sentó atrás de mi, recuerdo haberle dicho que era bonita. Pero esa vez no me miró feo ni raro. Más bien se sonrojó. Fui la primera vez que vi sus margaritas.
Ese día llegué a casa contenta. No tenía muy claro si me gustaba o no, pero la encontraba realmente bonita. Al segundo día, le insistí a la profesora que la sentara conmigo y así lo hizo, ese día fue mágico. Recuerdo haberla hecho reír con mis dibujos, escuchar todas sus historias del colegio de donde venía, incluso recuerdo que la llevé del gancho al baño. Pero mi eterna felicidad no duró demasiado. A la semana siguiente, la Javiera se empezó a juntar con los niños, supongo que la atención de ellos era mucho más interesante que la mía, y así siguió hasta que se me ocurrió la romántica idea de mandarle un papelito saltarín a su banco, papel que tomó el Chato y que leyó a carcajadas pasándoselo de niño a niño.
El papel decía:
Me haces sentir extraña. Como feliz. Quiero que te sientes conmigo siempre, puedo dibujar todo lo que quieras.
Pero... yo entiendo, cualquier niña, menos Simone porque... bueno es la Simone, se hubiese espantado si los varones del curso empiezan a gritar que "son pololas, son pololas, son pololas...".
Y a pesar de que se enfrentó a los varones del curso diciendo que no había nada malo en eso, y pidiéndome disculpas en privado me hizo saber que sería mejor que no fuéramos más amigas, que en serio la disculpara pero era alumna nueva y no quería tener problemas. Desde ese día, tomó cierta distancia de mi, distancia que se fue alargando con el tiempo hasta no volver a dibujarle nunca más.
Pero está bien... No soy el tipo de persona que se deprime o que muere de pena cuando algo no resulta, la distancia entre nosotras solo alimenta mis ganas de volver a dibujar para ella, besarle el cuello, morderla y creo que ya estoy desvertuando esto. Eh, fin.