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El fin de nuestra historia por HIkari Aome Nikoru

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Notas del capitulo:

Segundo capitulo : REFUGIO

“Te encontrare Ciel Phantomhive, mataré a ese hijo tuyo y de paso te mataré a ti también.”

Aquella frase daba vueltas en la cabeza del menor, quien se refugiaba en la carroza esperando aquel el cochero anunciará su llegada, al lugar que ni el mismo sabía al que se dirigía. Mientras viajaba había curado la herida de su pequeño hijo y arropándolo se dispuso a hacerlo dormir, sin embargo, Ciel se encontraba tan cansado que sin darse cuenta, también cayó en un profundo sueño.

 

En ese momento en la mansión de Sebastian, los sirvientes se encontraban siendo torturados por el mayor, con la excusa de hacerlos sufrir y le dijeran hacia donde iba el menor.

-          Señor... ah!... ya le hemos dicho…que… no sabemos hacia d-donde se dirige el Señorito...Ciel – respondían entre latigazos y golpes que le propiciaba Sebastian

-          A sí, que no me van a decir a donde fue, bien pues seguiré lastimándolos hasta que suelten toda la verdad – Sebastian no reaccionaba a nada, estaba como poseído por un demonio, y no cualquiera, sino uno de baja categoría, uno que te hiciera actuar de forma iracunda sin reconocer a nada ni nadie. Pero por desgracia, Sebastian era él mismo, no estaba endemoniado ni nada, él mismo era quien actuaba así.

-          Señor no le mentimos, no sabemos hacia dónde va – exclamaron ambos demonios antes de que Sebastian diera el golpe final arrebatándoles la poca existencia que les quedaba

-          Si lo sabían, fueron bastante fieles para Ciel… y si no lo sabían pues lastima, perdieron su vida en vano, porque juro que encontraré a Ciel y lo mataré con mis propias manos.

 

Mientras tanto el cochero había llegado a algún punto del infierno, detuvo la carroza y bajo para ayudar al menor a descender, pero al abrir la puerta, notó que el menor se encontraba en un sueño profundo, que parecía pesadilla, ya que estaba sudando mucho y con su rostro rojo. Sin perder tiempo, intentó despertar al menor. Ciel abrió los ojos asustado y viendo a todo lado, intentando reconocer en donde se encontraba.

-          ¡¿Donde estoy?!... Mi bebe… -

-          Tranquilícese señor, hemos llegado a un lugar seguro, Emily me dijo que lo trajera hasta este portal – le respondió formalmente el cochero

-          Emily… espera, Emily… ella como está? – exclamo el menor

-          Lamento decirle Ciel-sama, que Emily y Charles ya no se encuentran en este mundo – respondió algo triste

-          No puede ser – Ciel temblaba del pavor y de la impotencia que sentía al no poder haberlos salvado

-          Ciel-sama, debe irse de este lugar – respondió el mayor llamando la atención del menor

-          No puedo, no se donde ir – le respondió con angustia

-          Ciel-sama, usted al ser semidemonio puede refugiarse en cualquier lugar, pero debe ser fuera del infierno, ya que Sebastian-sama al tener nobleza puede buscarlo y encontrarlo rápidamente… Rápido, debe atravesar el portal y salir de aquí- respondió mientras tomaba la pequeña maleta y tendía una mano para ayudar a bajar al menor

-          ¿Este portal a donde me llevará? – pregunto con recelo el menor

-          No sabría responderle, ya que yo nunca lo he cruzado debido a que no puedo hacerlo, pero usted sí. Sea a donde sea que lo lleve, sé que será un lugar mucho más seguro que este – le respondió el mayor deteniéndose frente a un arco formado por huesos puntiagudos de unos 3 metros.

Ciel se detuvo junto al cochero, y tomando su maleta se dispuso a entrar, pero antes regreso su vista hacia aquel demonio que lo ayudó en su escape.

–        Espera y que pasará contigo? – le pregunto el peliazul.

–        No se preocupe por mí, estaré bien… Y pase lo que pasé, no le diré nada al Señor Sebastian sobre el lugar al que lo traje- respondió amablemente el demonio – Cuídese Señorito Ciel

–        Lo siento…pero... gracias – respondió el menor dándose cuenta de que la vida de este demonio terminaría de una u otra forma siendo arrebatada por Sebastian

–        Es un placer, ahora váyase – dijo el cochero subiendo a la carroza y emprendiendo vuelo se alejó del lugar

Ciel se giró de nuevo hacia el portal, y respirando profundamente se dijo “Bien Julián, es hora”. Diciendo esto se adentró en él, una luz purpura resplandeció y los cuerpos de Ciel y su hijo desaparecieron.

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Sebastian estaba como alma que lleva el diablo (literalmente). Había reunido a algunos demonios que eran de su calaña y los había mandado a buscar por todo su territorio infernal. Luego de unos minutos llegaron dos de ellos con noticias que no le agradarían al mayor.

-          Señor, su esposo no se encuentra en este reino – dijo uno de ellos hincándose ante la presencia de Sebas.

-          ¿Cómo? ¿Acaso me estás diciendo que Ciel no se encuentra en mi territorio? – le dijo el mayor levantándose de su trono

-          Lo más seguro es que fue hacia otro reino, o ya fue asesinado por otro demonio – le dijo el otro demonio

-          Si hubiera sido asesinado lo habría sentido, pero el sigue con vida y ese engendro también- “ solo que no puedo sentir donde están exactamente” – pensó para si mismo – sigan buscándolo, y manden a llamar al cochero que se llevó consigo a Ciel – ordeno el ojirojo

-          Si señor – respondieron al unísono los dos demonios y se salieron a toda prisa de la estancia

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Ciel al sentir que pisaba tierra firme, abrió lentamente sus ojos, rogando que estuvieran en un lugar más seguro. Pudo distinguir un campo amplio rodeado de árboles frondosos y algunas flores silvestres y viendo a su alrededor vio que se encontraba en una pequeña montaña, y a los pies de la misma había una gran ciudad.

-          Llegue a Londres – se dijo a sí mismo al reconocer el reloj Big Ben –Bienvenido a Londres, mi amor – le dijo Ciel a su hijo  

Una sensación de alegría envolvió al peliazul al estar en su ciudad de nacimiento y ver que esta había cambiado, en su ausencia. – No sé cuántos años han transcurrido desde que estoy en el infierno – “no creo que sea el mismo tiempo aquí, que allá”- se dijo el menor

Después de caminar cuesta abajo el menor pudo llegar a la ciudad, camino entre sus calles recordando los viejos tiempos cuando cumplía su deber como perro guardián de la reina. A pesar de que era una ciudad mucho más civilizada y moderna, aun no perdía ese aire Victoriano, cultural y de nobleza.
Caminó entre sus calles recordando muchas cosas que había vivido en ellas, con Sebastian a su lado; y al recordar todo eso, su mente se puso algo nostálgica. Abrazando fuertemente a su hijo reanudo su caminar. Luego de unos minutos se halló cerca de un parque, él pudo reconocer que era el Parque Central; dio unas vueltas alrededor del mismo y al estar cerca de la Iglesia, alguien se le acercó.

-          Vaya, vaya, pero si es Ciel Phantomhive- le dijo una voz que le resulto inmediatamente conocida

-          Eh? – se giró hacia uno de los postes de iluminación y vio al dueño de la voz – mmm… Grell?

-          Vaya, así que me reconociste mocoso – dijo el shinigami descendiendo hasta su lado – Percibí una débil presencia de Sebas-chan, pero veo que eras solo tú, además… - el shinigami no pudo seguir articulando palabra al ver que Ciel tenía en sus brazos un bultito muy parecido a él y Sebastian – un segundo… no, no, no … no me digas que ese niño… es… hijo de Sebas-chan – dijo casi incrédulo el rojizo

-          Así es, es su hijo – dijo el menor con tristeza – y mío también – completó. Grell pudo ver una sonrisa melancólica en el menor.

-          Vaya, veo que no perdieron el tiempo – dijo Grell, acercándose al menor y viendo más de cerca al niño – ¿Cuál es su nombre? – preguntó

-          Julián, se llama Julián – le respondió el menor con una sonrisa

-          Vaya pero si es adorable – Grell al decir esto, Julián le sonrío y le estiró la manita, tomando su dedo, Grell lo veía maravillado – es un lindo niño, a pesar de que es tuyo – le dijo para molestarlo – ¿Y donde esta Sebas-chan? – preguntó viendo a su alrededor tratando de localizarlo

-          El… no está conmigo… intentó matarme a mí y a Julián – dijo casi en un susurro

-          Si claro – respondió sarcásticamente Grell – como si Sebastian fuera capaz de hacerte daño, acaso no te amaba infinitamente – le respondió mientras exageraba sus movimientos

-          Eso mismo pensé – le respondió el menor – tal vez el amor no es infinito

-          Claro que lo es – dijo Grell tomando a Julián en brazos – es por ese amor que tienen este hermoso niño… Ay! Quiero comérmelo a besos – Grell hacía cosquillas a Julián y este no paraba de reír

-          Veo que le agradas – dijo Ciel cambiando de tema

-          Me encantaría tener un bebe con William – respondió el rojizo 

-          Vaya así que por fin te formalizaste con William – preguntó el menor tomando de nuevo a Julián en sus brazos.

-          Uhmm, así como formalizar no lo sé… Aunque somos más unidos que antes – le respondió el rojizo con un leve sonrojo y corazones en sus ojos – Por cierto, donde vas a quedarte? – le pregunto Grell volviendo a su postura anterior

-          No lo sé, pero debe ser un lugar donde Sebastian no me encuentre – le dijo el menor pensando en un lugar

-          ¿Y qué tal donde Undertaker? – dijo Grell

-          ¿Aún sigue con su funeraria? – preguntó el menor sorprendido

-          Si, aunque está en lugar diferente. Después de que te fuiste las cosas cambiaron un poco – respondió el rojizo

-          ¿Cosas importantes? – pregunto el menor

-          No, algunas cosas pero no importantes como para que las supieras – le respondió Grell tomando la maleta de Ciel y guiándolo a la nueva funeraria

-          ¿Por qué haces esto Grell?, ¿Por qué me ayudas? – le pregunto Ciel mientras caminaba a su lado

-          No lo sé, quizá sea por tu hijo. Si yo tuviera un hijo no dejaría que nada le sucediera y quizá sea por eso – respondió el mayor con una sonrisa

-          Pues… Gracias – respondió con una sonrisa el menor

-          Vaya… haz cambiado. Incluso una persona como tu si puede sonreír – dijo el rojizo para molestarlo

-          Uhmm – se sonrojo – cállate – desvió su mirada hacia otro lado avergonzado. Grell solo atinó a carcajearse ante la reacción del menor *Ahora veo porque Sebastian se enamoró de este pequeño niño tsundere… Pero no puedo creer que de verdad haya intentado matarlo… ¿Qué habrá sucedido entre ellos?* capaz de preguntárselo a Ciel, Grell solo dejo estas cuestionantes en su pensamiento?

 

Siguieron su camino en silencio, de vez en cuando solo se podía escuchar a Julián quien estaba cansado y no podía dormir ya que Ciel seguía caminando. Comenzó a llorar

-          ¿Grell aún no llegamos? – preguntó el menor, aunque amaba a su hijo a veces cuando no podía calmarlol, comenzaba a desesperarse

-          Tranquilo Ciel, pronto estamos ahí – respondió el mayor – oye Ciel por cierto, como aprendiste a criar a tu hijo – dijo de manera sarcástica ante la imposibilidad de calmar a Julián

-          Solo, además se que lo dices porque no puedo calmarlo. Hay ocasiones en que no puedo hacerlo y no me avanzo cuidándolo solo – dijo el menor tratando de ignorar el llanto de su hijo

-          ¿Lo haz criado solo? – le pregunto el mayor

-          Algo así, Sebastian me ayudaba en su debido momento, pero desde que Julián cumplió 7 meses, Sebastian se desentendió completamente de él, y me ha tocado cuidarlo yo mismo – respondió el menor – Sé que no debería hablar mal de Sebastian, pero es la verdad – completó con tristeza el peliazul. Julián se calmó al ver a su “mami” triste y comenzó a reírse, como queriéndolo animar

-           Oh… mira se ha calmado y ríe ahora – comento Grell – Tu hijo siente como te sientes tú, y yo pienso que Julián no quiere ver a su pequeña mami triste, ¿verdad pequeño? – le dijo haciéndolo reír más

-          Julián es lo único que tengo por quien vivir – dijo Ciel ya más animado – gracias mi amor – lo abrazó fuertemente

-          No te preocupes, yo también cuidaré de ustedes y estoy seguro que Will también lo hará, mientras no sea almas, creo que está dispuesto a cuidarlo hasta no saber porque Sebastian actuó así. Además estoy seguro que Undertaker también estará pendiente – Grell puso una de sus manos en el hombro del Ciel, en señal de apoyo

-          Gracias Grell, y no, no te preocupes, Julián puede alimentarse de comida humana, al igual que yo, aunque en su debido momento tendré que buscar almas para poder sobrevivir, pero aún no es tiempo, así que por ahora estaremos bien – le respondió Ciel

 

Caminaron alrededor de 10 minutos más  y llegaron a la nueva funeraria. Era algo más grande que la anterior y Undertaker al tener más espacio se había dado el lujo de decorarlo más tétricamente.

-          Jijiji… vaya no esperaba tenerlo por aquí Grell – dijo el legendario shinigami desde algún lado

-          Hace tiempo no nos veíamos Undertaker – respondió Grell – pero no es a mi a quien deberás ayudar – dijo mientras de su espalda salía Ciel con su hijo

-          Ah... vaya vaya... pero miren quien tenemos aquí, el afamado conde Phantomhive – dijo Undertaker mientras se acercaba al niño para saludarlo, con su manera particular de hacerlo

-          Ex-conde querrás decir – le respondió el menor con su mirada penetrante

-          Jijiji es cierto, y quien tenemos aquí… usted sí que no pierde el tiempo – respondió entre risas para molestarlo y arrebatar al niño de entre sus brazos para amarcarlo

-          No lo tomes así – exclamó Ciel, al ver de cabeza a su pequeño

-          Y sobreprotector… jijiji… veo que el infierno lo ha hecho cambiar – sonreía el mayor – pero hablando de cambios, donde está su mayordomo, que siempre lo acompañaba – dijo viendo hacia la puerta esperando al momento en que el demonio entrara

-          No hay que esperarlo – comento Ciel, mientras recuperaba a su hijo – no por ahora, creo  susurró

-          Es por eso que estamos aquí Undertaker – dijo Grell – te pedimos que le des un lugar donde refugiarse – pidió

-          ¿Un refugio?... es que acaso Sebastian no puede protegerlo – pregunto casi sin entender

-          Sebastian no es quien lo protege, de hecho es de Sebastian de quien debemos proteger – respondió Grell serio, algo extraño en él

-          Creo que escuche mal – dijo Undertaker tomando un pañuelo se limpió los oídos – ¿pueden repartírmelo?

-          No estas sordo Undertaker – respondió el niño

-          Así como lo oyes, Sebastian quiso matar a Ciel y a su hijo – comentó el pelirojo

-          ¿Por qué habría de hacer algo así, la persona que lo ama? – respondió Undertaker

-          No estoy tan seguro que Sebastian me siga queriendo – respondió el menor – por ahora debo esconderme, si él llega a encontrarme será el fin de mi hijo

-          Conde, ¿acaso este pequeño no es hijo de Sebastian también? – preguntó el grisáceo

-          Si ¿Por qué lo preguntas= - Ciel no entendía a que se refería

-          No entiendo porque Sebastian quería atentar contra su propio hijo –

-          Yo tampoco lo entiendo – los tres miraban a Julián quien estaba durmiendo plácidamente en brazos de su mami

-          Bueno por ahora este es el lugar más seguro para poder refugiarlo. Aunque sea un shinigami retirado no significa que no pueda usar mis poderes para esconderlo – dijo Undertaker dirigiéndose hacia la parte trasera de su tienda donde había un pasillo y varias puertas – que bueno que ambiente algunos cuartos, sabía que podía utilizarlos algún día

Los tres personajes caminaron por el pasillo hasta la última puerta. Undertaker la abrió y había un escritorio, una silla y un pequeño armario.

-          Sé que no es grande, pero esta será su habitación conde. Solo hay que conseguir una cama y una cuna para usted y su hijo – comentó el peligris

-          Gracias Undertaker, es perfecta – dijo el menor ingresando al lugar

 

Luego de que Ciel acomodara su pequeña maleta en el armario, colocó a su hijo con unas cobijas en un pequeño ataúd para que durmiera – lo siento amor pero dormirás en esto mientras pueda conseguirte una cuna – besando a su hijo en la frente salió del lugar

POV Ciel

*Realmente no puedo creer que tenga que dejar a mi hijo en un ataúd para que duerma* pensaba mientras caminaba por el pasillo hacia la tienda nuevamente. Al llegar pude ver que Grell se había marchado

-          ¿y Grell?

-          se acaba de marchar – me respondió Undertaker comiendo sus preciadas galletas - dijo que tenía que hablar con William sobre algo

-          gracias por dejarme quedar aquí, aunque estoy seguro de que Sebastian me encontrará pronto  - e dije mirando a la puerta

-          no se preocupe por eso – me dijo acercándoseme

-          a que te refieres-

-          Sebastian no puede localizarlo mediante el contrato- me sorprendí ante sus palabras – el hecho de que sea su mayordomo y el signo del contrato aun exista, Sebastian no podrá localizarlo, por dos razones, la primera es que usted está en mi tienda y que yo ya he puesto un campo para que nadie pueda sentir su presencia desde afuera y si llegase a entrar lo único que debe hacer es esconderse en su habitación, la cual esta como “hechizada” – me dijo

-          ¿Cómo hechizada? – Ciel no entendía a lo que se refería

-          En el caso que Sebastian llegue a este lugar, la puerta de tu habitación desaparecerá, así como tu presencia, está rodeada por un campo de energía que esconderá la habitación, como si te mandara a otra dimensión, sin dejar realmente esta dimensión – explicó lo más claro que pudo – y la segunda razón es que Sebastian no puede sentir claramente donde te encuentras ya que no tienes alma, antes podía sentirla, ahora ya no, sin embargo puede sentir tu presencia –concluyó

-          Es decir, que por ahora estoy seguro – respondió

-          Podría decirse que sí

 

Mientras tanto en el infierno, Sebastian había encontrado al cochero que se llevó a Ciel y de la misma manera lo torturó hasta su exterminio. Y de la misma manera no consiguió información contundente del paradero de su esposo dejándolo con un solo pensamiento

*Esta te saldrá cara, MI AMOR*  

Notas finales:

Espero que les haya gustado y lamento la tardanza en subirlo

 

Cualquier review será bien recibido

 

Nikoru-chan


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