Sus sospechas fueron confirmadas a la cuarta noche, cuando el sol estaba por salir y Yongguk apenas podía mantener sus ojos abiertos, agotado por el sueño, pero aun así permitiendo que Youngjae estuviera sobre él, moviendo sus caderas para poder llegar a lo que podía deducir que sería el último orgasmo que lograría con el Alpha mayor.
“No creo poder seguir atendiéndote”, soltó Yongguk.
Luego de que hubieran vuelto de la caza (Youngjae habiendo tenido que quedarse con Himchan (sin perder el tiempo) al estar indispuesto para realizar tal rtarea), comió hasta llenarse, sintiendo su deseo crecer a penas el mayor entró a la habitación. No perdieron tiempo y a penas Youngjae se sintió satisfecho, Yongguk había confirmado sus sospechas.
“Himchan va a entrar en celo pronto y es mi prioridad por ser él”, explicó luego.
Youngjae estaba sentado con su espalda recostada en el cabecero de la cama, mirando a ningún punto en específico hasta que el mayor le dijo eso. Entonces su mirada se cruzó con la de Yongguk.
“¿Cómo puedes saberlo?”, le preguntó con curiosidad.
Yongguk estaba recostado a su lado mientras intentaba no quedarse dormido.
“Puedo olerlo, Youngjae”, Yongguk respondió con una sonrisa suficiente.
El menor asintió, tentado en preguntar si Yongguk supo desde antes que él iba a estar en celo y no se lo dijo. Sin embargo, era lo suficientemente listo como para si quiera insinuar el cuestionamiento hacia una decisión de su alpha.
Pensó en cambiar el tema. Pero antes de que pudiera decir algo al respecto, pareció como que Yongguk leyó su mente.
“¿Has pensado en lo que hablamos el otro día?”, le preguntó, haciendo que Youngjae frunciera el ceño, ya que la misma imagen mental se formó en su mente, “sobre tu pareja definitiva, me refiero”, aclaró.
Youngjae gruñó, pero Yongguk de inmediato le respondió con un gruñido aún más fuerte. Youngjae bajó la mirada.
“No”, mintió, pero luego pensó: “¿lo has pensado tú?”
Él y Yongguk eran cercanos, lo más seguro es que si ambos fueran del mismo tipo de licántropo, serían grandes amigos. Lamentablemente, la brecha entre alphas y omegas era notoria, a menos que de apareamiento se tratase.
Yongguk le miró a los ojos, pero no era una mirada intentando controlarlo, solo intentaba darse cuenta de lo que Youngjae preguntaba iba con malas o buenas intenciones.
“Por supuesto”, contestó Yongguk, tomando por sorpresa al menor por la respuesta, pues no tenía idea de que fuera así; “y creo que sabes en quien pienso”, soltó luego.
Youngjae se sonrojó levemente.
“¿Y por qué no han…?”, inquirió.
El mayor rió suavemente.
“No podemos comprometernos mientras haya un omega como tú indeciso”, respondió, “pero mientras te decides, Junhong se va a encargar de ti”, le dijo.
Youngjae abrió los ojos enormemente.
“¿Junhong?”, musitó. Yongguk le miró pidiendo que elaborara su opinión, “¿sabe qué hacer si quiera?”
Una risa atravesó los labios de Yongguk a pesar de que intentó mantener la compostura.
“Aún si no es el alpha mayor, sigue siendo un alpha, Youngjae”, explicó al mencionado, “estoy seguro de que sabrá qué hacer”, aseguró.
Youngjae frunció el ceño ligeramente. Su plan de evitar tener relaciones con la mayor cantidad de miembros de su camada no estaba resultado como él quería. Y eso no era bueno, en definitiva.
Y así fue como al momento en que Himchan apareció por la puerta de la habitación de Yongguk, Youngjae se levantó y abandonó la habitación, subiendo por las escaleras. Recordó ponerse su ropa interior (todos esos días había estado desnudo, ya que de todas formas iba a quedar así si se a volvía a poner) y subió hasta el tercer piso, que era donde Junhong dormía, evitando pasar muy cerca de la habitación de cierto Beta.
Tocó suavemente la puerta de la habitación del menor, recibiendo una señal de que entrara de inmediato. Youngjae abrió y cerró la puerta tras él una vez dio un paso en frente.
Junhong estaba sentado en la mitad de su cama y le miraba con una sonrisa, teniendo su computadora portátil sobre su regazo.
“¿T-te dijeron?”, musitó Youngjae, esperando de todo corazón que haya sido así, puesto que no sabía cómo explicarle a Junhong (que, alpha o no, seguía siendo menor que él y tenía rostro de un niño) que iba a dormir con él y cuando fuera necesario, necesitaría que tuvieran sexo.
No iba a decirle eso, de ninguna manera.
Junhong asintió suavemente.
“Sí, Yongguk ya me lo dijo”, respondió, luego mirando vagamente hacia uno de los lados de su cama, “¿qué lado prefieres?”, le preguntó cuándo volvió a dirigir su mirada al mayor.
Youngjae suspiró, encaminándose hasta el centro de la habitación y recostarse en el lado más próximo a la puerta. Sintió a Junhong moverse para darle espacio y decidió que intentaría dormir, así que cerró los ojos e intentó pensar en nada.
Hasta que un peculiar sonido se escuchó, proveniente de la planta baja.
“No puede ser”, gruñó Youngjae, tapando sus oídos con la palma de sus manos. Subió la vista hasta ver a Junhong, quien ni parecía darse cuenta de lo que estaba sucediendo, “¿hasta aquí se escuchan?”, inquirió.
Junhong le miró por sobre los hombros y asintió suavemente.
“También te escuchaba a ti”, comentó, “tu voz es más aguda que la de Himchan, así que tú te escuchabas más”, le dijo.
Youngjae sintió como su rostro se sonrojó violentamente. Precisamente lo que no quería saber.
“Daehyun ha estado como un loco”, dijo el menor luego. Youngjae destapó sus oídos, “no se despegaba de Himchan cuando no estaba en celo, ¿te los imaginas?”
Y Youngjae se los podía imaginar. Había visto a Daehyun y Himchan abrazarse, algo que parecía inocente, pero pensar en ellos dos besándose y, mucho más, intimando, era algo que simplemente le revolvía el estómago. No de náuseas, sino de algo más.
Youngjae sabía que eran celos (y en más de un sentido...) no necesitaba que alguien más se lo dijera. Pero no iba a aceptarlo.
Si Daehyun no podía esperarlo, obviamente no sentía nada por él.
Un grito de Himchan lo sacó de pensamientos y de pronto la mente de Youngjae se imaginó otra cosa. ¿Cómo sería Himchan de sumiso con Yongguk? Youngjae podía casi verlo de rodillas y con su rostro contra la almohada, mientras Yongguk arremetía contra él. Youngjae casi podía verlo así de sonrojado como cuando era el mayor quien estaba sobre él y le susurraba palabras obscenas que eran totalmente innecesarias cuando estaba en celo.
Himchan probablemente fue igual con Daehyun, pero Youngjae sabía cómo era Yongguk, y no quería descubrir ese lado de Daehyun, así que solo se delimitaba a imaginar a Himchan.
A penas fue consiente cuando un pequeño gemido se escapó de sus labios: su imaginación le estaba haciendo una mala pasada. Abrió los ojos, notando a penas que los había cerrado y buscó a Junhong con la mirada, quien ya había cerrado su computadora y se estaba volteando hacia él.
“¿Sabes qué hacer, verdad?”, le preguntó Youngjae cuando lo tuvo sobre él.
Junhong le sonrió de lado.
“Por supuesto”, musitó con una voz con demasiada confianza, cosa que hizo a Youngjae dudar en que era la primera vez del menor.
Junhong besó su cuello por un momento, Youngjae cerró los ojos. Quería seguir imaginando, mientras su cuerpo se movía por voluntad propia.
Youngjae se volteó por sí solo, sintiendo cómo Junhong lo despojaba de su ropa interior rápidamente a la vez que gruñía a sus espaldas. Cuando Youngjae miró hacia atrás por un segundo, el otro se acercó y le mordió el hombro, haciendo al otro gemir patéticamente.
Pronto Junhong estaba en igual condiciones de desnudez, afirmando su pecho contra su espalda y tocando toda la piel posible con sus largos dedos. Youngjae cerraba los ojos y se dejaba hacer, creyendo que el lado dominante del menor era lo más excitante que podía existir.
Junhong sostuvo con una mano su nuca cuando sintió la erección del mismo buscando su entrada, manteniéndolo en su lugar. Youngjae no podía parar de sollozar.
“Junhong, por favor”, pidió, siendo consiente de cómo sus piernas se separaban para que el alpha se pusiera entre ellas, “por favor, no aguanto”, confesó en un hilo de voz.
Escuchó al otro gruñir y halarle del cabello de la nuca, ante lo que Youngjae solo podía responder con sonidos de placer.
El menor entró en él de un movimiento, haciéndole gritar sin poder contenerse, y no esperó a que se acostumbrara a su tamaño antes de comenzar a penetrarlo una y otra vez, hasta que Youngjae podía sentir cómo parte de su lubricación natural caía en las sábanas.
Eso no había pasado con Yongguk.
Y le hacía sentirse avergonzado, porque seguramente estaba en el punto culmine de su celo, haciéndolo desear ser tomando con más fuerza por aquel alpha dominante.
Junhong tomó sus caderas y lo movió hacia atrás, saliendo de él por un momento antes de voltearle y hacer que Youngjae se sentara en su regazo. De esa forma el alpha podía besarlo, en los labios, su cuello, hombros y en todos lados donde su piel se sentía sensible.
Youngjae no era de comparar, pero Junhong era más pasional que Yongguk. No tenía tanta experiencia como el mayor y muchas veces fallaba en tocar su punto de placer, pero la pasión que demostraba en su actuar excitaba a Youngjae de sobremanera.
“Youngjae”, susurró Junhong, ante lo que el aludido abrió los ojos, “¿cuántas veces vas a terminar?”, inquirió.
El mayor no entendía a qué se refería, no podía pensar de forma cuerda de esa forma, así que Junhong le indicó que mirara hacia el lugar donde sus cuerpos se unían y solo ahí Youngjae se dio cuenta que ya había tenido un par de orgasmos físicos, pero ni los había sentido.
El celo era preocupante.
“Junhong, no sé”, intentó decir, algo angustiado, porque si no notó eso, seguramente también estaba perdido en el tiempo que habían estado haciéndolo.
El menor, por otro lado, negó con la cabeza suavemente.
“Quiero satisfacerte, Youngjae”, explicó, deteniendo su vaivén a uno más delicado mientras hablaba, “dime qué hacer y lo haré”, dijo.
Youngjae cerró los ojos, intentando descubrir qué hacía falta para poder sentirse satisfecho.
“Deja que me recueste”, pidió Youngjae, y al momento sintió el colchón contra su espalda. Sentía su cuerpo hirviendo, y estaba algo mareado. Sus piernas se separaron por sí solas y llevó sus manos por detrás de la rodilla para sostenerlas en lugar. Junhong no tardó en ponerse en posición, volviendo a entrar en él de forma descuidada, sin embargo, al parecer el instinto de Youngjae no había fallado, porque desde esa posición, fácilmente su próstata podía ser tocada por Junhong.
Su orgasmo llegó violento, más de lo que hubiera recordado. Junhong vio a Youngjae agitarse y le sostuvo las manos sin dejar de embestirlo, se inclinó hacia adelante lo mejor que pudo y volvió a morder la piel del mayor.
Youngjae gritó. Estaba satisfecho.
Por ahora.
Cuando la razón volvió en sí, miró a Junhong, quien había terminado dentro de él, divertido de lo sonrojado que estaba.
“¿Nunca te cansas?”, inquirió el menor, moviéndose a un lado y descansar.
Youngjae quiso reír, pero no pudo, estaba cansado también. Se quedó dormido en el acto.
Y al parecer Junhong también se había quedado dormido en ese instante, porque cuando Youngjae despertó (deseandolo de nuevo), sus intentos por despertar al alpha fueron en vano.
Junhong no despertaba, y Youngjae estaba comenzando a desesperarse.
¿Podría volver con Yongguk?...
Youngjae se puso de pie, sin cuidado de mover mucho porque si Junhong despertaba era algo bueno. No se molestó en vestir ropa interior, después de todo volvería en un rato.
Llegó hasta la planta baja y tocó la puerta de Yongguk, pero al no tener respuesta, Youngjae dudó si era una buena idea molestarlos.
Pero, justo cuando estaba por irse, la puerta se abrió. La sonrisa que Himchan dibujó en sus labios antes de tomarlo de la mano y hacerlo entrar en la habitación dejó claro que no les molestaba en absoluto la interrupción.