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Luna de plata por golddie

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Youngjae abrió la puerta de la habitación de Junhong con cuidado. Intentó no reflejar ninguna emoción en su rostro, sin embargo, al momento en que el Alpha menor le miró a los ojos, Youngjae bajó la mirada.

“¿Cómo estuvo?”, le preguntó Junhong con una sonrisa divertida.

Youngjae hizo un sonido de sollozo, avergonzado.

Caminó hasta la cama donde Junhong estaba recostado, con su móvil en la mano, y se subió, poniendo su cuerpo sobre el del menor. Con torpes dedos, comenzó a desabotonar la camisa del Alpha, mientras este solo le miraba divertido, esperando respuesta.

“¿No me vas a contestar?”, preguntó Junhong, dejando su móvil en el buró y ayudar al mayor a quitar su camisa.

Youngjae cerró los ojos. Sus labios besaron los hombros del otro con suavidad.

“Creí que había acabado”, soltó. Junhong llevó sus manos al trasero de Youngjae, acomodándolo sobre su regazo mientras dejaba que este siguiera besando su piel. “Pero Daehyun–", dijo, deteniéndose justo ahí porque no quería acabar la idea.

Junhong rió, luego alejó a Youngjae un poco para poder quitarle su ropa interior.

“Y Jongup solo estaba cerca, ¿no?”, inquirió, deslizando la tela por las piernas del mayor, dejándolo desnudo sobre él, “sabes que Yongguk no estará feliz”, le recordó.

Youngjae suspiró.

“¿Podemos hablar de esto luego?”, le preguntó, ahora él moviéndose para quitarle los pantalones al menor. Cuando tuvo al Alpha desnudo, Youngjae tomó su miembro en su mano y comenzó a tocarle. Suavemente, y sin dejar de mirar las expresiones del menor.

“Claro”, musitó Junhong, dejándose hacer por un rato.

Youngjae se movió hacia atrás, tomando a Junhong en su boca. Fue cuestión de segundos que el menor agarrase su cabello e impusiera un ritmo, soltando suaves gruñidos por la atención.

Una vez que sintió que había abusado suficiente de la boca de Youngjae, se movió hacia adelante y volteó al mayor, dejándolo en rodillas y manos sobre su cama. Junhong seguía sentado, pero descubrió que por muy excitado que estuviera, no quería moverse mucho, así que prefirió tomar las caderas de Youngjae, moviéndolo hacia atrás para poder penetrarlo de esa forma, el mayor de espaldas hacia él y dejar que hiciera el trabajo mientras él se recostaba.

Junhong sostenía sus caderas y le ayudaba a bajar por él. Desde esa posición podía ver perfectamente cómo el trasero de Youngjae subía y bajaba, como rebotaba contra su pelvis y la forma en que su propio pene quedaba húmedo por la lubricación natural del mayor.

El orgasmo de Youngjae no tardó, sin embargo, fue diferente a otros. No gritó tanto, no sollozó como otras veces, por lo que Junhong pudo deducir que le quedaban pocos días de celo.

Lo cual, no podía decidir si era algo bueno o algo malo. Para él, claro.

Cuando Junhong terminó, Youngjae se levantó y se recostó boca abajo a su lado. Junhong le besó en los labios superficialmente antes de volver a tomar su celular.

“Así que Daehyun, ¿no?”, habló el Alpha, ahora con una expresión más seria que antes.

Youngjae suspiró.

“Irónico, porque ha sido con el único que no te has acostado”, recalcó luego.

“No es como que haya elegido, ¿sabes?”, replicó, algo ofendido. Junhong hablaba como si fuese una prostituta, lo cual no era: solo había tomado malas decisiones. “Si por mí fuera, solo hubiera estado con uno de ustedes y a los demás los hubiera evitado”, explicó.

Junhong hizo un sonido con la garganta.

“Eso suena muy tú”, soltó. “Pero creo que fallaste, porque Himchan y Jongup no entraban en esto”, agregó.

El mayor cerró los ojos.

“Lo sé, fallé”, aceptó, “no sé cómo les voy a mirar a la cara.”

“Sobre todo a Daehyun, debe sentirse excluido”, murmuró Junhong, removiéndose un poco. Al parecer quería ponerse a dormir antes que Youngjae volviera a abordarlo.

“… ¿Tú crees?”, inquirió el mayor, pensándolo seriamente.

“Es lo más probable”, respondió, “pero descuida, debe estar acostumbrado, después de todo es un Beta.”

Youngjae cerró los ojos. Pero eso que Junhong había dicho, le comenzó a hacer ruido luego.

Él mismo se había sentido excluido mucha veces por ser un omega, y que Junhong, quien era el más joven de toda la manada, dijera con tal naturalidad algo que a él le hacía sentir mal cuando le sucedía a él mismo, le dejó pensando inevitablemente.

Daehyun era un Beta. Al igual que Jongup. Y si lo pensaba, eran los que tenían el trabajo más incómodo. No podían mandar a todos como lo hacía un Alpha, ni tampoco podían quedarse sin hacer nada como la mayoría de los omegas que eligen llevar ese tipo de vida. Realmente, todos tenían una función clara, a excepción de los Betas.

Ahora hacía sentido que Jongup no se hubiera contenido. Hacía sentido, porque debía ser una de las pocas veces que se había sentido con el poder y control como un Alpha tenía cuando se apareaba con uno de los omegas más bellos de la manada; y se había sentido necesitado, tal como lo sentía un omega al ser llamado por las hormonas de otro hombrelobo.

Y Daehyun.

Daehyun se había contenido, ahí abajo cuando veían televisión.

Youngjae sintió como su corazón comenzaba a latir con rapidez, haciendo que sus ganas de dormir desaparecieran al instante. Sus mejillas se sonrojaron un poco.

Daehyun había renunciado a ese sentimiento por él.

.

A la mañana siguiente, Youngjae fue hasta la habitación de Daehyun y golpeó suavemente la puerta, esperando respuesta. Aún era temprano, lo más seguro era que el resto de los chicos estuviera durmiendo, incluyendo a Daehyun.

Youngjae se había despertado porque sus hormonas estaban alborotadas, de nuevo. Pero tenía la esperanza de que ese fuera, si no el último, de los últimos días de celo.

La puerta no se abrió, por lo que Youngjae volvió a tocar con sus nudillos, decidiendo que si Daehyun no abría la puerta, él entraría de todas formas.

No hubo respuesta.

Youngjae abrió, y vio a Daehyun durmiendo en su cama ubicada en el centro de la habitación. Uno de sus pies estaba fuera de la cama y su boca estaba ligeramente abierta, denotando que estaba en un sueño profundo. Youngjae pensó en que si quería arrepentirse de lo que estaba por hacer, ese era el momento justo de darse la media vuelta y salir de ahí, probablemente a buscar a Junhong una vez más.

Pero no lo hizo.

Avanzó por la habitación, cerrando la puerta con seguro y yendo hasta la cama del beta.

La emoción corrió por sus venas cuando subió una de sus piernas al colchón y se puso sobre Daehyun. Este último seguía dormido, pero se removió un poco. Youngjae se inclinó hacia abajo y respiró un poco de su olor, soltando un suave gemido cuando el aspirar su aroma envió una pulsación a su entrepierna en una rápida reacción.

“Daehyun”, la llamó Youngjae, bajando su rostro hasta esconderlo en el cuello del ligeramente mayor y captar su atención, “Daehyun, despierta”, pidió.

El otro gruñó en sueños, pero abrió los ojos, intentando captar qué sucedía. Notó a Youngjae sobre él y se asustó un poco.

“¿Qué estás haciendo?”, le preguntó, bastante sacado de onda.

Youngjae se avergonzó.

No podía hacerlo.

“Vine a despertarte”, explicó, apartándose de él y volver a sentarse en la cama.

“¿Tan temprano?”, inquirió, fijándose en el reloj de su mesita.

“Estaba aburrido”, mintió Youngjae con una sonrisita.

Daehyun le sonrió de vuelta.

“Ven acá, sigamos durmiendo”, dijo el otro, palpando el lado que él no usaba de la cama, indicándole que se recostara con él.

Youngjae no lo pensó tanto, levantó las sábanas y se acostó, sintiéndose cómodo en el calor que envolvía las sábanas por la temperatura del cuerpo de Daehyun.

Cerró los ojos, intentando olvidar su erección. Después de todo, si Daehyun no mencionaba nada, probablemente nada pasaría: Youngjae acababa de darse cuenta que Daehyun era muy especial. Tanto, que no podía usarlo de esa manera. Y, si algún día lo hacía, sería cuando fueran oficiales, porque ahora, Youngjae no tenía dudas sobre sus sentimientos.

El problema eran los sentimientos de Daehyun.

El mayor se removió y lo atrajo hasta su cuerpo, abrazándolo por detrás.

“¿Qué pasa?”, musitó Youngjae, extrañado.

Daehyun hundió su frente en el cabello del otro.

“Te escuché ayer, con Jongup”, explicó, cerrando aún más su abrazo. “No quiero sonar como un imbécil, pero quiero saber: ¿por qué con él y no conmigo?”

Youngjae se quedó callado.

Tal vez había sido un error confrontarlo tan pronto.

“Daehyun…” soltó en un susurro.

El mismo suspiró.

“Creí que éramos más amigos. Creí que teníamos más confianza y no tendrías verguenza en venir conmigo cuando lo necesitaras”, explicó, “solo quería ayudarte. Pero ahora, es algo más que eso. ¿No te agrado de esa forma?”

Youngjae estaba comenzando a tener un fuerte dolor de cabeza porque Daehyun estaba siendo muy directo.

“No pienses así. Más me ayudas manteniéndote al margen. Jongup fue un error, que lo sepas”, le dijo, cerrando los ojos como si así desapareciera del mundo.

Daehyun gruñó.

“¿No puedo ser un error también?”, preguntó.

El aludido suspiró.

“¿Qué tienes? ¿Por qué actúas como si fuera yo el que está mal? Tú no entiendes qué es estar en celo, así que mejor déjalo de una vez”, le dijo, intentando apartarlo con sus codos de sí mismo, porque estaba decidido a irse de ahí.

Pero Daehyun no le soltó. No le permitió alejarse.

“No puedo actuar de otra manera cuando la persona que más quiero está con otras personas”, murmuró contra el cuello de Youngjae.

El omega se quedó quieto. No sabía que decir. Jamás pensó que eso iba a terminar de esa forma. Daehyun se lo había dicho. Le había confesado sus sentimientos y él bien que no sabía cómo responder.

Qué tonto.

“¿Me has oído?”, le preguntó a Youngjae, quien asintió rápidamente.

“Si”, afirmó, “pero no sé qué decir”, admitió, y era vergonzoso, porque él nunca se quedaba sin algo qué decir.

“No tienes que decir nada”, dijo Daehyun, moviéndose un poco. Abrazándolo con más fuerza, “solo déjame estar cerca.”

Youngjae no pudo más. De un rápido movimiento se giró y calculando casi a ciegas, unió sus labios con los de Daehyun. El último parecía estar preparado, porque respondió de inmediato el beso, desatando toda la pasión que tenía dentro. Youngjae puso sus piernas sobre él, abrazando las caderas del mayor con sus muslos, mientras sus labios no se dejaban de besar. Sus manos tocaban lo que podían de Daehyun, porque lo había estado deseando desde mucho antes de ese ciclo de celo.

Así que cuando sintió al otro despierto en sus pantalones, supo que era el momento.

Era el momento de anudar. Con Daehyun.

 

Notas finales:

 

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*Anudar: fue la mejor palabra que encontré para traducir al español el término "knotting", que si alguien sabe leer en inglés y quiere saber en detalle qué es, le recomiendo googlearlo; pero es más o menos la forma en que los perros se aparean (son hombreslobos despues de todo, pues. perros-lobos-perros(?)), y no quiero entrar en mucho detalle ya que en el próximo capitulo estará todo mejor explicado y no quiero spoilear por si alguien no quiere saber para mantener el suspenso, hue.

en fin, espero les haya gustado el capitulo y me gustaría mucho leer sus comentarios (si tienen alguno(?)), nos leemos (espero) pronto<333


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