Situaciones arriesgadas
Deidara se encontraba en el salón de la casa caminando de un lado a otro, alternando entre comerse las uñas y halarse el cabello. Por más que lo intentara no podía encontrar la forma de decirles a los otros dos rubios, puesto que obviamente no les diría “hola, por cierto acabo de volver del hospital y van a desconectar a Kushina, ¿Me podrías pasar esos papeles?”. Tenía que tratar este tema con delicadeza suprema ¡Incluso le había pedido ayuda al Uchiha! Pero por supuesto, el maldito insensible le sugirió que simplemente se lo dijera.
Minato quien había llegado hace cinco minutos de encontraba apoyado en el umbral divertido por el nerviosismo de su hermano, pocas veces tenía el privilegio de ver tan alterado a Deidara.
-Oye, Dei, vas a seguir actuando como una quinceañera que no sabe que ponerse antes de un baile o irás a follar con Itachi, como no se ven desde hace un rato pensé que disfrutarían su viaje al máximo- Minato paro en seco de reír, esperaba que su hermano lo empezara a insultar o tratara de golpearlo con un fuerte sonrojo, pero Deidara sólo se asusto más con su llegada.
-Jeje... eh, sí verdad... ¿Nii-san no tendrás algo que hacer, digo con tu trabajo y eso?- Oh, así es, Deidara no sabía mentir.
-¿Qué paso?- pregunto acercándose algo alterado, Deidara no era el tipo de persona que tuviera que ocultar algo, a pesar de su discapacidad para mentir, sabía arreglárselas para evitar hacerlo, pero parecía que en su ensimismamiento Minato lo había tomado por sorpresa.
Deidara miro hacia todos lados, buscando desesperadamente una respuesta mientras movía sus manos como un tic nervioso.
-¡Deidara! ¿No íbamos a ver la nueva película que salio?- decía Itachi mientras bajaba las escaleras, Deidara lo observo como una víctima mira a su salvador.
-¡Sí! Es cierto, se me había olvidado, lo siento nii-san ¿Continuamos esta conversación otro día? Bien, adiós- dijo tomando rápidamente del brazo a Itachi y huyendo con él.
-Nos vemos, Minato-san- se despidió en su bizarra huida.
Ya lejos de la casa, Deidara seguía pensando en la reacción de su hermano y sobrino, probablemente Minato actuaría más sereno y pediría explicaciones, pero el rubio menor con su personalidad explosiva era otra cosa muy diferente.
-Bien, Deidara, esta escapada sólo te servirá un rato – le advirtió Itachi, recibiendo una mirada molesta del otro.
-Eso ya lo sé, pero qué se supone que diga “Hola, Minato, Naruto, hace un rato me informaron que Kushina sería desconectada, ¿Qué quieren para cenar?”-
-Entonces, ¿No es mejor una indirecta?- Deidara le miro interrogante- has que vayan para el hospital, eso sería mucho más fácil-
-Imposible, ya le dije a la doctora que me encargaría yo-
-Tú eres demasiado... A pesar de que eres malo en esté tipo de situaciones si no te muestras indiferente, aún así asumiste esa responsabilidad, no sé si eres muy bueno o muy estúpido-
-Cállate, sé lo que es que te digan algo como eso directamente, yo varias veces lo he tenido que hacer y he sido también el que recibe esas noticias, por ende quiero intentar que no sea tan duro para ellos-
-¿Ellos? Según me habían informado Minato-san fue el que dejó a Kushina-
-Sí, así fue, pero yo conozco a mi hermano y sé que él no pudo haber hecho eso sin ninguna explicación-
-Supongo que tienes razón, Minato-san no se ve como ese tipo de persona-
Itachi siguió observando preocupado como Deidara se reventaba la cabeza, de seguro para ese momento ya había tenido unas cincuenta ideas que descarto de pues de ver los contra, a pesar de no gustarle que estuviera así, sabía que él era de esa manera, por lo que contradecirlo en estos momentos no sería lo más adecuado.
El temblor del teléfono de Deidara lo sobresalto; hasta ver en la pantalla que era su querido amigo inoportuno, Sasori.
-¿Qué pasa?-
-¡Necesito qué vengas al hospital!-
-¿De qué vas? Hoy estaba libre-
-¡Eso no importa, maldición! ¡Es urgente, te necesito aquí! ¡Ahora!- Sasori hablaba ¿Alterado? Bien, era hora de preocuparse, con lo sereno que era ése pelirrojo, debía ser algo realmente importante.
-Está bien, ya voy- Deidara suspiro y observo a Itachi- ha ocurrido algo, tengo que ir al hospital.
Itachi sonrió y le acaricio el cabello a Deidara mientras se iba acercando a su oído-Que te vaya bien en el trabajo-
Deidara estando desprevenido al acto de su libidinoso novio, le azoto un gran sonrojo- ¡N-no hagas ése tipo de cosas en la calle!-
-Sí, sí. Vamos Dei-chan, tienes trabajo que hacer-
-¡Cállate!-
-hmp, que lindo~
-¡¿A quién crees que le dices lindo?!-
-A ti, por supuesto- sonrió de lado, Deidara sólo desvió la mirada totalmente avergonzado. Pero, no podía evitarlo, el rubio era tan lindo así, que le resultaba imposible no provocarlo; y por supuesto, para distraerlo, no le gustaba verlo tan ensimismado, así que hacer eso era lo único que le había pasado por la cabeza.
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Naruto se encontraba aburrido apoyado en un árbol, se había saltado el tercer período sólo para ver a donde iban Neji y Shikamaru, pero los perdió de vista en cuanto salieron del edificio.
-¿Naruto?-
-Eh, Hinata, ¿Qué estás haciendo por aquí?-
-Te busco, idiota, las clases ya empezaron y ni tú, ni Hyuga, ni el Nara han dado la cara, no pueden andarse saltando las clases siempre que quieran-
-Cierto, se me olvidaba que eras la presidenta-
-Hmp, ¿Dónde están esos dos?-
-¿Cómo quieres qué lo sepa?- dijo el rubio cortante, sorprendiendo a Hinata, claro, esta rápidamente se enojó.
-¿Qué te pasa con esa actitud? Mejor dicho... ¿Quién eres? Según yo, Uzumaki Naruto es alguien agradable, alegre, simpático, torpe y lindo-
-Las personas cambian-
-Hmp, no sé quién te crees, pero deberías dejar esa actitud, no vas a lograr nada con ella-
-¿Qué te hace pensar qué me interesa?- dijo displicente.
La chica lo jalo del cuello de la camisa- ¡Deja de comportarte así, me molestas!-
Naruto arqueó una ceja y sonrió de lado- Parece que no has entendido lo que te he dicho, me importa una mierda lo que tú pienses, que seas la presidenta de la clase no te da ni el más mínimo derecho de criticar o intentar cambiar mi personalidad ¿Lo entiendes? Me interesa un carajo si te gusta o no mi actitud, de todas formas- se acerco más al oído de la chica- sólo eres una molestia-
Hinata, atónita, soltó a Naruto, y se dejó caer el suelo, el rubio sólo se dio la vuelta y empezó a caminar.
-De verdad... ¿Quién es él?-
Continuar...