Culpa
Cuando Deidara llegó al lugar no se esperó para nada lo que vio, lo dejo completamente atónito lo que vio cuando llego.
Hay al frente de él, estaba su hermano, Namikaze Minato, completamente destruido, sus ojos reflejaban una profunda tristeza y culpa.
Deidara trago duro, no quería contarle a su hermano lo sucedido con Kushina, ya que sabía perfectamente como reaccionaria, puede que fuese en parte su culpa por las borracheras que tenía continuamente, y que cuando despertara no recordara absolutamente nada de lo que sucedió la noche anterior.
Pero aun así tenía una razón, Deidara lo sabía aunque Minato no se haya dignado a contárselo él lo sabía, el confiaba en eso, su hermano no iba a cambiar de la noche a la mañana por que sí.
-¿Pero qué?- fue lo único que llego a salir de la boca de Deidara cuando lo vio, Minato le indico que se sentara con la mirada, Deidara obedeció, aun sin quitar la sorpresa de su rostro.
-Cuanto tiempo, Deidara- Melancolía, tristeza, soledad, culpa, arrepentimiento, estos sentimientos fueron los que albergaban en esas tres simples palabras.
-Si... ¿Cuándo era que pensabas aparecer?- Deidara retomo su semblante serio, tendría tiempo para preguntar después que era lo que le pasaba, ahora lo único que interesaba era decirle el estado de Kushina.
En eso se acerca una chica de unos hermosos ojos miel sonriente- Disculpen, ¿Desean pedir algo?- pregunto amablemente dedicándoles una linda sonrisa a ambos.
-Yo quiero un café- respondió Minato respondiéndole igualmente con una sonrisa.
-Yo quiero un té Verde- dijo Deidara mirando a la chica, para luego volver a fijarse en Minato.
-¿Le agrego algo a su café?- pregunto la chica sacando una pequeña libreta y un bolígrafo de su bolsillo derecho.
-Nada, solo está bien- dijo Minato.
-Bien, en unos minutos les traeré su orden- dijo dedicándoles una última sonrisa.
Y tal y como dijo la chica en cuestión de minutos se las trajo- Aquí tienen, que lo disfruten- dijo la chica para luego volverse por donde vino.
-Gracias- respondieron en coro Minato y Deidara- Bien entonces Minato ¿Qué respondes?- pregunto Deidara un tanto impaciente.
-Suspiro profundamente- ¿Cómo querías que me apareciera con la situación actual? Naruto debe de odiarme por lo que le dije a Kushina, y bueno ella ni se diga- dijo con ironía para luego mirar a su hermano.
-Aun así, Naruto sigue siendo tu hijo y debes responder por él, y más con lo sucedido- Cuando Deidara se percató de lo dicho ya era muy tarde, tendría que simplemente “escupirle” lo que le paso a Kushina.
-¿Qué sucedió?- Minato se alteró un poco con lo último dicho por su hermano, “más con lo sucedido” esas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza... ¿Qué quería decir con eso?
Deidara tomo del té que minutos atrás la chica había traído, esto iba a ser realmente difícil, bien, ordeno tal cual como decírselo para no decirlo tan brusco- Pues desde que te fuiste Kushina empezó a sufrir de depresión por lo tanto tomaba Anti-depresivos además de pastillas para dormir y algunas veces salía también a tomar un poco, también había conseguido un trabajo que la mantenía ocupada durante todo el día, por lo mismo yo comencé a vivir hay... bueno con el tiempo Kushina empezó a enfermarse, cosa de la cual Naruto y yo no nos dábamos cuenta, y colapso y por tantas pastillas, además de que también comía muy poco, cayó en estado de coma- dijo Deidara tratando de ser lo más sutil posible.
Minato no terminaba de analizar todo lo que le había dicho su hermano cuando este último se levantó de su asiento para decirle una última cosa- Naruto también está algo decaído, casi ni habla, tampoco quiere comer, deberías de hablar con él por lo menos para disculparte por haber estado prácticamente desaparecido en tanto tiempo- tras decir eso Deidara se fue dejando a Minato con la palabra en la boca y mucho con que pensar.
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Mientras tanto un azabache miraba el techo de su habitación sin poder dormir, se giraba a la derecha, a la izquierda, pero aun así no podía ¿Por qué? Por culpa de su querido novio, si por culpa de Deidara, Itachi se ha trasnochado últimamente, esos hermosos ojos, su voz, sus labios, su cabello, todo su cuerpo, no lo dejaban dormir en paz, lo extrañaba de una manera inimaginable.
Pero se repetía a sí mismo una y otra vez que no podía llamarle, ni visitarle, debía de tener autocontrol. Y mientras pasaba el tiempo pensando en él, la mañana llego, no tenía ganas de levantarse, ni lo haría, en la tarde tenía que hablar sobre algo de vital importancia con su padre.
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Sasuke se estaba desesperando, todavía no había podido hablar con su padre porque estaba “ocupado” pero de seguro solo era para no discutir con el azabache menor.
A penas se levantó, luego de cambiarse se dirigió a la oficina de Fugaku, sabía muy bien que él se despertaba temprano e iba a ella para hacer lo que sea que hacia hay, y tal como supuso cuando entro su padre se encontraba leyendo unos papeles.
Por su parte Fugaku cuando vio quien había entrado se le formo en la cara una mueca de aburrimiento.
-Padre, tenemos que hablar- decía Sasuke mientras se acercaba al escritorio del susodicho.
-Esto no era lo que tenía en mente sobre un descanso - Suspiro- sé muy bien de lo que quieres hablar y para salir de este problema rápidamente, te dejare enviarle una carta por su cumpleaños y si quieres algún regalo, que como supongo que debes saber faltan cinco días para eso-
Sasuke bufó, su padre lo conocía perfectamente bien y el solamente había dicho cuatro palabras desde que entro y ya hasta le había buscado una solución aunque sea a medias al problema- supongo que por ahora me conformare con eso- Tras decir eso salió de la oficina, había conseguido parte de lo que quería, ahora tendría que escribir la carta.
Cuando Sasuke salió su padre suspiro- Pff, de lo que me salve- era verdad cuando se trataba de Naruto, Sasuke era muy insistente.
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Naruto estaba en la casa de Gaara bebiendo un poco, le gustaba desahogarse de esa manera.
-Oye Gaara, ¿Cómo es posible que siempre tengas tantas bebidas en tu habitación?- pregunto Neji, era cierto aquel pelirrojo siempre tenía bebidas en su recamara y jamás había a llegado a decir el por qué.
-Mi padre tiene el sótano lleno de bebidas alcohólicas y siempre llegan más y más, así que un día creí que no pasaría nada si agarraba algunas y en efecto así fue- respondió encogiéndose de hombros.
-Pero no te has llegado a preguntar el por qué llegan tantas-ttebayo – pregunto esta vez el rubio; era raro que muchas bebidas llegaran a si sin más.
-Supongo que es por algún tipo de negocio o algo así, no es como si fuera muy importante- respondió con evidente desinterés el pelirrojo.
-Ya...- el rubio agarro una botella con licor la destapo y empezó a beber de ella.
-Naruto tu cumpleaños es el diez de este mes ¿Verdad?- pregunto Shikamaru pues había escuchado anteriormente eso por parte de algunos comentarios de las chicas que estudiaban con ellos.
-¿Eh?- Naruto conto con sus dedos un momento-Si, si lo es- respondió para luego volverse a llevar la bebida de licor a la boca.
-¿Qué piensas hacer ese día?- pregunto esta ves Neji.
-Nada de mucha importancia ¿Por qué?- pregunto mirándolo de reojo.
-Porque no hacemos ese día una fiesta en mi casa, mis padres salieron a viajar por lo que no hay ningún adulto que me impida hacer una- dijo con cierto entusiasmo.
-Claro, yo llevo las bebidas- dijo burlón Gaara.
-Obviamente, y a ¿Quiénes piensas invitar?- pregunto el Nara.
-El que quiera ir, que vaya- se limitó a decir Naruto, todos asintieron y siguieron conversando sobre qué harían para ese dia, mientras en la cabeza del rubio solo podía pensar en cierto azabache, se preguntaba si le llegaría a mandar algo, luego recordó “No nos podremos comunicar por unos asuntos que mi padre omitió” soltó un bufido, estos seis años no iban a ser para nada fácil sin Sasuke.
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Deidara caminaba a casa cuando escucho por parte de dos señoras que estaban en un edificio por donde pasaba, el nombre de su sobrino.
-Oye, escuchaste que un nuevo chico se unió a la banda de “delincuentes” no recuerdo como era que se llamaba... así Uzumaki Naruto- dijo con cara de desaprobación la mujer que sacaba una carta de unos de los buzones que había hay.
Deidara se sorprendió, pero ahora que lo pensaba a veces Naruto llegaba un poco tarde y tampoco le había dicho quiénes eran sus amigos, decidió seguir escuchando un poco más a las señoras a ver si tenían más información útil.
-Si... pobre chico, la mama entro en coma y el empieza a ir por mal camino- dijo la otra señora negando con la cabeza- pero con el son cuatro ¿no?-
-Sí, los otros tres son Nara Shikamaru, Gaara No Subaku y Hyuga Neji- dijo la señora mientras los enumeraba con los dedos.
Deidara se preguntó cómo era que esas mujeres sabían eso, de verdad que las mujeres a veces podían llegar a sorprenderle, pero decidió irse justo en ese momento, hablaría con Naruto cuando llegara a casa por ahora tenía que preparar que era lo que le iba a decir.
Continuara...